Con los alumnos de OMMA Madrid, en la materia Economía e Instituciones, vemos el capítulo del libro sobre Competencia Institucional y Globalización. Aquí una parte del texto:
La economía de mercado es altamente eficiente cuando sus participantes pueden iniciar o terminar relaciones de producción e intercambio entre sí. En otros términos, pueden “entrar” o “salir” de esas relaciones. Si un determinado bien o servicio ofrecido por un productor es considerado “peor” en comparación con otros producidos por otros productores, el consumidor simplemente ejerce su opción de “salida” y elige alguno de los otros proveedores.
Este mecanismo de la competencia, que traslada ganancias a quienes mejor satisfacen las necesidades de los consumidores, garantiza la existencia de los bienes y servicios deseados, y los recursos hacia ese tipo de producción son atraídos por los mayores niveles de ganancia. Los productores se sienten presionados siempre por la competencia para lograr ser más eficientes. Esta es básicamente la lógica del mercado como la desarrolló Adam Smith.
Este enfoque fue ampliado por primera vez por Charles Tiebout (1956) al análisis de la eficiencia de los gobiernos locales, asimilando el consumidor al votante, que de la misma forma que, de acuerdo con sus necesidades, elige en el mercado el que considera mejor bien o servicio, elige también la comunidad “que mejor satisface sus preferencias por bienes públicos” (p. 183). Según Tiebout, a nivel del gobierno central, las preferencias del consumidor-votante están dadas y el gobierno trata de ajustarse a ellas; mientras que, en el ámbito de los gobiernos locales, estos tienen sus ingresos y gastos más o menos fijados y el consumidor-votante se traslada al gobierno local que mejor satisfaga su juego de preferencias. Cuanto mayor sea el número de comunidades y mayor la diferencia entre ellas, más se acercará el consumidor a su posición preferida, como sucede en el mercado.
Pero el mismo argumento de Tiebout puede extenderse a la competencia entre distintos estados “nacionales”, en la medida que la migración y el flujo de capitales, ideas y tecnologías sean posibles. Los gobiernos centrales estarían, entonces, sujetos también a la competencia de otros gobiernos nacionales en la provisión de servicios, algo que las corrientes migratorias parecen confirmar.
Así, la opción de “salida” reemplaza a la prueba del mercado de la preferencia para comprar un determinado bien o servicio, lo que garantiza entonces que cada localidad tendría el sistema de ingresos y gastos que refleja los deseos de sus residentes (p. 185). Es decir: como el mercado alcanza la “eficiencia”, la competencia entre gobiernos locales también la alcanza a ese nivel de gobierno. Tiebout parafrasea a Samuelson diciendo que “cada individuo, tratando, como comprador competitivo, de alcanzar los mayores niveles de indiferencia, dados precios e impuestos, será guiado como por una mano invisible a la gran solución del óptimo social”.
Los autores de la Escuela de la Elección Pública (public choice) o la “economía política constitucional”, que ya hemos visto, no suponen el carácter benevolente del gobierno y presentan el mismo argumento de Tiebout, pero con un enfoque diferente. Según ellos, la lógica del análisis de Adam Smith es la misma que la de los Papeles Federalistas. En ambos casos contienen el supuesto de que los individuos, incluyendo a los funcionarios del gobierno, actúan en pos de su propio interés y tratarán de utilizar el poder gubernamental en ese sentido, a no ser que se vean restringidos por la posibilidad de que la gente pueda buscar protección, o preferir a otros funcionarios de otros niveles o regiones.
Así, distintos autores destacan que, dada la posibilidad que ofrece la opción de “salida”, el proceso de competencia entre los gobiernos locales limitaría las posibilidades de tales gobiernos de abusar de sus ciudadanos y empresas. Y destaca Buchanan que no es necesario que esa opción sea ejercida por una gran parte de la población, sino que los efectos se sentirían igual con que una proporción relativamente pequeña lo hiciera. Incluso los ciudadanos y empresas que nunca considerarían trasladarse serían protegidos por la reconocida existencia de aquellos que marginalmente están dispuestos a hacerlo. En este sentido, el federalismo y la descentralización servirían para limitar las posibilidades de abuso e ineficiencia, tanto del gobierno federal como de los gobiernos locales: del primero, porque los recursos se encuentran repartidos entre distintos niveles de gobierno; de los segundos, porque existe la posibilidad de movilizarse.
Buchanan señala, además, que incluso si los ciudadanos y las empresas no están dispuestos a ejercer la opción de “salida”, la existencia de pequeñas unidades de jurisdicción gubernamental mejora la otra opción, la de “voz”: es decir expresar su opinión mediante los mecanismos democráticos de gobierno, ya que un voto resulta más decisivo en un electorado de cien que en uno de mil o de un millón. Además, es más fácil organizar un pequeño grupo —que puede resultar en una coalición ganadora— en una jurisdicción pequeña.
Y aunque no se utilizara la opción de “salida”, existiría la de “salida virtual”, que es la observación de cómo se manejan las cosas en otras jurisdicciones y los efectos que esto pueda tener en el proceso político interno. Por ejemplo, en la caída del socialismo, si bien la salida de ciudadanos fue importante, especialmente en el caso de Alemania, la observación de las economías, la cultura y la política en los países occidentales por los ciudadanos de Europa Central y Oriental cumplió un papel destacado en las revoluciones de 1989-1991.
Por otro lado, la “salida” no tendría que ser necesariamente física; no requeriría el traslado físico del individuo o la empresa para garantizar la competencia. Ribstein y Kobayashi (1997) afirman que la existencia de distintos sistemas legales en un estado federal origina una competencia potencial entre ellos, en tanto en cuanto las personas y empresas puedan elegir la jurisdicción legal de su relación contractual. Esto es evidente en el ámbito del comercio y las finanzas internacionales, donde las partes eligen en muchos casos la autoridad judicial a la que se someterán en caso de disidencias con respecto al cumplimiento del contrato; pero también sucede entre Estados siendo un ejemplo de esto el establecimiento legal de las empresas en los Estados Unidos, las que eligen los estados que les otorgan mejores sistemas legales, no siendo estos los mismos en que tales empresas tienen su sede central y sin siquiera tener operaciones en tales estados.
RESUMEN LECTURA
El artículo explica cómo afectan las instituciones a los procesos de competencia tanto del mercado como de los Estados. Estas instituciones pueden ser de dos tipos, formales e informales. Así mismo se explican los indicadores más importantes para evaluar la calidad institucional.
El MERCADO necesita del funcionamiento adecuado de todos aquellos procesos que permiten revelar adecuadamente las preferencias de los individuos. Los precios son los encargados de transmitir esa información sobre la escasez o abundancia del recurso. Podemos evaluar la calidad institucional de un país, en relación al mercado, a través de varios indicadores: Haciendo Negocios (indicador Banco Mundial), Indice de competitividad Global (World Economic Forum), Indice de libertad Económica (Fraser y Heritage Foundation). Se explican las bondades de estos cuatro indicadores, los puntos fundamentales que tratan (Regulación, Propiedad, Cumplimiento, Impuestos, Entorno macro, Infraestructuras, Educación, Salud, moneda confiable, sistema de precios, entorno bancario…….) y sus resultados.
EL ESTADO también necesita de un marco institucional adecuado en el País. El estado es de por sí monopólico y por tanto también sería ineficiente por la falta de competencia ( el mismo argumento que se usa el sector privado para ciertos ámbitos). No obstante la movilidad de los recursos implica que las jurisdicciones están sometidas a un proceso de competencia, Esta movilidad se expresa mediante los mecanismos de «Voz» y de «Salida». Estos mecanismos también se dan en el sector privado. El proceso de Globalización mundial ha incrementado sus efectos. En relación a las acciones cívicas y políticas (Estados) se analizan cuatro indicadores del desempeño de las mismas que son: Voz y rendición de cuentas (actos electorales), Seguridad Jurídica, Libertad de Prensa e Índice de Percepción de Corrupción. Los resultados de estos cuatro apartados (y sus componentes) suelen implicar que aparezcan en el ranking los mismos países por arriba que por abajo, lo que indicaría la interrelación entre sí de los conceptos (también pasa en los del mercado). Hay gente, como Samuelson, que critica la competencia interjurisdiccional por considerar que se alcanza un equilibrio subóptimo (incorrecta provisión de bienes y servicios públicos).
El estudio de los indicadores relatados, tanto de los que afectan el Estado como de los que afectan al mercado, nos da una idea de la calidad institucional de un país frente a otro .
ASPECTOS IMPORTANTES APRENDIDOS
El concepto voz y salida y su aplicación al Mercado y al Estado.
Las críticas de Samuelson a la competencia interjurisdiccional
PREGUNTAS AL AUTOR
Según el autor, ¿es suficiente la competencia interjurisdiccional para evitar el abuso de poder o es simplemente un mitigante?
Según el autor, ¿existe algún sistema alternativo a la Democracia Representativa que gestione mejor las limitaciones del Estado, dentro de un libre mercado?
RESUMEN DEL TEXTO
El autor en el texto nos muestra el funcionamiento de los dos principales marcos institucionales utilizados para coordinar las acciones humanas en una sociedad, que son el Mercado y el Estado. El funcionamiento de ambas es “imperfecto”, sin embargo, es importante entender como es dicho funcionamiento y cuáles son los instrumentos que permiten un mejor desempeño.
El mercado es el proceso a través del cual los individuos intercambian bienes y servicios voluntariamente, y donde los precios relativos constituyen un sistema de información, señalando, por ejemplo, escasez de un bien (a través de un aumento), aumentos de la productividad, etc. Sin embargo, los cambios en los precios relativos pueden ser causados por intervenciones gubernamentales, por ejemplo a través de subsidios, impuestos, congelamiento de tarifas, precios máximos, precios mínimos, etc., distorsionando por lo tanto el sistema de información y generando en consecuencia un mal uso de los siempre escasos recursos.
Distintas organizaciones han creado indicadores para evaluar la calidad institucional de los mercados en los distintos países, por ejemplo el Doing Business del Banco Mundial, el Índice de Competitividad Global del World Economic Forum, el Índice de Libertad Económica creado por el WSJ y la Heritage Foundation, entre otros.
El estado es monopólico por definición. Sin embargo, la globalización obliga en cierta medida a que los países compitan entre sí para atraer recursos y factores de producción. Las jurisdicciones que tengan comparativamente mejor calidad institucional atraerán más capitales, recursos y talentos, y en el otro extremo, aquellas jurisdicciones con pobre o nula calidad insitucional, los expulsarán.
Así como en los mercados el consumidor informa sus preferencias por el mecanismo de “la salida”, es decir, el consumidor no conforme deja de comprar el bien o servicio, en la política lo ace a través de la “voz”, por ejemplo a través del voto, manifestaciones, medios de comunicación, etc.
No obstante, Albert Hirschman señala que ambos mecanismos están presentes en los dos campos, la “voz” en los mercados cuando los consumidores insatisfechos por ejemplo reclaman directamente a los gestores de las empresas, y la “salida” de los ciudadanos a través de su movilidad, cuando dejan un lugar de baja calidad institucional a otro de mejor.
Un problema serio para la política puede darse cuando las demandas son contradictorias, por ejemplo, ciudadanos que piden más servicios del estado (estado más grande y presente) y empresas que quieren menos carga impositiva.
Al igual que para los mercados, en este caso también existen una serie de indicadores que permiten evaluar la calidad institucional política, por ejemplo, un componente de los indicadores de gobernabilidad que elabora el Banco Mundial es el de “Voz y rendición de cuentas”, otro es el de “seguridad jurídica (rule of law)”; Freedom House elabora el informe de “Libertad de Prensa”; y Transparency International hace lo propio con el “Índice de Percepción de la Corrupción”. Los resultados de los diferentes estudios indican una interdependencia de las variables que conforman una buena calidad institucional gubernamental, algunas más evidentes que otras, por ejemplo, una mayor libertad de prensa permite un mejor control de la corrupción y una mejor rendición de cuentas. Por otro lado, la división de poderes y la renovación de mandatos consolidan la vigencia del derecho.
TEMAS NOVEDOSOS O IMPORTANTES
– Me parece importantísimo dejar que los precios reflejen las causas reales de los cambios relativos para no distorsionar la información y consecuentemente hacer un mal uso de los recursos (no intervención).
– La competencia entre jurisdicciones, me parece muy importante la existencia así como la necesidad de los denominados “paraísos fiscales”.
– El concepto de “la voz y la salida”.
TRES PREGUNTAS AL AUTOR
1- A partir del concepto de “la salida y la voz”, ¿se le ocurre un mecanismo alternativo que sea mejor y aplicable de forma “universal”? Por ejemplo se me ocurre que en las religiones ambos son difíciles de aplicar, conozco muchos católicos a los que no le gusta este Papa, sin embargo, dificilmente se cambien de religión y tampoco pueden cambiar al Papa, ¿qué otra alternativa podría haber?
2- Si bien la renovación de mandatos consolidan la vigencia del derecho ¿No considera que también incentiva más la corrupción? Me refiero a que si no hay un “gobernante benévolo”, probablemente tendría mayor incentivo a “arrasar” con todo sabiendo que solo tiene x años para salvarse.
3- En muchos países la división de poderes no es suficiente para limitar el poder de los gobernantes ¿Cree que existan otros mecanismos o incluso formas de gobierno mejores o por el momento es lo óptimo, entendido como lo mejor de lo posible?
RESUMEN
En este capítulo se examina el proceso promotor de eficiencia que es la competencia de los distintos marcos institucionales en los distintos niveles de gobierno de los estados. Primero la competencia por acceder al monopolio estatal y segundo la competencia entre los diferentes monopolios estatales. Esto es posible gracias a la capacidad de movilizar los capitales, bienes y servicios y personas de unas jurisdcciones a otras y por la posibilidad de expresar su aprobación o desacuerdo por determindas políticas de formas variadas (prensa, voto, etc). Esta competencia se ve amplificada por el proceso globalizador que las nuevas tecnologías y la innovación hacen posible y de manera más veloz.
En la parte final expone una serie de indicadores utilizados para evaluar la calidad institucional en el que se desarrollan los mercados y la política de los países. Para el primero, «Haciendo negocios», «Índice de Competitividad Global» de World Economic Forum y 2 índices de libertad económica: el publicado por el Fraser Institute y el de Heritage Foundation/Wall Street Journal. Para lo segundo: «Voz y Rendición de Cuentas», componente del indicador de gobernabilidad del Banco Mundial; tambíen del mismo indicador anterior del Banco Mundial, la parte de «Seguridad Jurídica (Rule of Law); el «Informe sobre Libertad de Prensa» de Freedom House; y por último el «Índice de Percepción de la Corrupción» de Trasparencia Internacional.
IDEAS
La descentralización como condición de competencia.
La teoría de la provisión eficiente de bienes públicos de Samuelson y su crítica.
Que el mejor control en el mercado es el del consumidor y su capacidad de elección.
PREGUNTAS
¿Considera los paraísos fiscales un dique de contención a la expansión del tamaño de los estados? Más en general, ¿cuál es su opinión sobre ellos?
¿Es posible una armonización fiscal entre estados? Si fuera posible, ¿sería ésta a la baja o al alza?
¿Existe algún análisis o estudio que tome en consideración tanto las libertades políticas y económicas?
Resumen
La lectura trata sobre la competencia institucional entre Estados dentro del marco de la globalización. De este modo, analiza la particular forma de competencia existente entre instituciones (competencia por el monopolio y entre monopolios) y el efecto Tiebout y las críticas a dicho efecto. Además, se trata el concepto de globalización como una forma de aumento de competencia entre instituciones (en la cual los Estados con mejores instituciones compiten por los recursos) y, por último, se detalla una serie de indicadores que nos permiten analizar la calidad institucional de los países tales como la voz y rendición de cuentas, la seguridad jurídica, la libertad de prensa y el índice de percepción de corrupción.
Puntos relevantes
Las críticas de Samuelson a la competencia institucional que producirían, según el autor, equilibrios sub-óptimos
El concepto de “Voz y Salida”
El concepto de emprendedor institucional inspirado en Kirzner
Preguntas al autor
Vemos que la globalización tiene efectos positivos en cuanto a que fuerza a los Estados a desarrollar mejores instituciones para atraer recursos. Sin embargo, ¿no existe el peligro de una progresiva superestratificación que creo órdenes mundiales más grandes y, en última instancia, Estados más grandes que tan sólo hagan que aumentar los peligros del monopolio de la coerción?
¿Qué opinión le merece el concepto de “democracia celular” de Foldvary como forma de competencia institucional desde un ámbito local hacia arriba?
¿Hasta qué punto la competencia institucional es una solución al problema inherente al Estado y no solamente un mecanismo atenuante del mismo?
RESUMEN
En este capítulo el autor explica el papel fundamental que juegan las instituciones para que se desarrolle la competencia en mercados y en los Estados. La definición que se le da a los estados es aquella agencia que usa el monopolio de la fuerza en un determinado territorio. Pero la división del poder en las jurisdicciones permite la competencia interjurisdiccional. Todas estas, aunque son monopólicas en su territorio, están sujetas a competencia entre las diferentes jurisdicciones y los recursos van de un lado al otro. En este capítulo también se analizaron las formas de medir la calidad institucional de las naciones. Para medir la calidad institucional se debería usar un estándar, pero esto solo sería una utopía. Existen ciertos indicadores que pueden dar información sobre la calidad de las instituciones, además de la voz, como el indicador Rule of Law, indicadores de libertad de prensa y percepción de la corrupción. Para evaluar el nivel de facilidad para la entrada y salida en el mercado podría considerarse el Índice de Competitividad Global del Foro de Davos, indicador de Libertad Económica de la Fundación de Heritage y del Instituto Fraser y, el indicador Doing Business.
TEMAS INTERESANTES
Me parece interesante la idea de dejar a las jurisdicciones que compitan entre sí para limitar el poder del gobierno central.
Además, es interesante analizar el papel fundamental de las ideas y valores que predominan en una sociedad en la mayor calidad institucional.
Otro tema es ser conscientes que el populismo es la antítesis de las instituciones.
PREGUNTAS:
¿La división interjurisdiccional no crearía una competencia a medias, pensando en que el Gobierno central puede otorgarles privilegios a ciertas jurisdicciones poniendo en desventaja a las demás y así creando más corrupción?
¿Además de los paraísos fiscales, existe otro mecanismo que contribuya a limitar el poder del Gobierno central y que sea satanizado de igual manera?
¿Los indicadores revisados en este capítulo pueden legitimar el éxito o fracaso institucional de las naciones evaluadas?
1.
En dicho capitulo se hace de manera indirecta una comparativa de las instituciones estatales, tal como una empresa en un mercado, es decir, dichas instituciones deberán cumplir las expectativas de preferencia de su población para que puedan “retenerlo” en su territorio, esto debido a que de no cumplirlas, las personas pueden elegir una “salida” a otro Estado, en el caso de una Federación o yéndonos aún más macro, pudieran salir a otra nación en búsqueda de un marco institucional que se adapte más a sus expectativas. A su vez la persona puede ser uso de su “voz”, es decir, el reclamo a sus gobernantes en relación a sus expectativas de los mismos.
También el autor enmarca diferentes índices que brindan, así como las valuadoras como Fitch, Moodys y S&P brindan un estatus a diferentes empresas, a nivel de país brindan ratings que permiten a los diferentes actores tanto nacionales como internacionales, ponderar la estabilidad y eficiencia del país en cuestión, tales como son el Doing Business Index, el Indice de libertad entre otros.
2.
Es interesante observar que ciertos comportamientos dentro de una sociedad son repetitivos, así como el concepto de “salida” y “voz” dentro de una nación, esta pudiera compararse con el reclamo a una empresa (voz) por un producto o servicio que no cumplió con lo que esperaba, y a su vez, compararla en una próxima situación con la búsqueda de alternativa (salida) para el producto o servicio que necesita.
También me parece observable la renuencia de los gobiernos de los países latinoamericano para prestar atención a los bajos rating de los índices de libertad, ambiente para hacer negocios entre otros y su relación con las bajas tasas de crecimiento de los mismos.
3.
¿Cuál de los dos mecanismos será más potente para hacer presión a los gobiernos ante las preferencias de una población?
En el contexto latinoamericano pareciera que la migración se ha vuelto algo del diario vivir, lo cual hasta cierto punto los gobiernos lo toman con normalidad ¿Considera que la “salida” realmente hace que las instituciones fortalezcan sus marcos de acción?
¿Por qué cree que en muchos casos latinoamericanos los índices son pasados por altos por los gobernantes? ¿Considera que es negligencia de los Gobiernos por no hacer su trabajo o de la población que no exige?