Con los alumnos de OMMA-UFM en la Maestría de Economía, un interesante grupo con predominio de españoles y guatemaltecos, comenzamos a ver el papel de las normas en el funcionamiento de los mercados y la economía en general. Revisaremos la teoría y comenzamos ahora a considerar el libro. De su primer capítulo, destaco aquí la importancia de la normas:
«La convivencia pacífica en sociedad es posible porque seguimos ciertas normas, formales e informales, que nos permiten determinar cuál va a ser la conducta de los demás. En ausencia de ellas, la vida en sociedad sería difícil. El filósofo inglés Thomas Hobbes pensaba que se asemejaría al “estado de naturaleza” donde rigen la “ley de la selva” y el “sálvese quien pueda”.
No obstante, parece que nunca ha existido tal cosa como un “estado de naturaleza” donde el ser humano viviera sin normas pues éstas serían anteriores al hombre mismo. Y éste nunca vivió en un paraíso de independencia individual sino que siempre, desde su origen, formó parte de grupos. Los estudios antropológicos muestran que los derechos de propiedad existieron mucho antes que el desarrollo de la agricultura hace unos diez mil años, lapso que es tan sólo un breve momento en la historia del ser humano quien ha cazado y producido herramientas en pequeños grupos de familias o tribus por unos dos millones y medio de años. El origen del comercio se remonta a unos cien mil años atrás.
Nuestros esquemas de normas éticas habrían surgido, no como el fruto del uso de la razón, sino al compás con su desarrollo.[1] Ciertas visiones enfatizan la necesidad de un acto formal que de origen a la norma. Por ejemplo, Buchanan (2009, p. 26) plantea este ejemplo: Robin Hood y el Pequeño Juan se encuentran frente a frente en un puente donde solamente pasa uno de ellos. No habría ninguna regla “natural” que se pudiera invocar para quien sigue y quien se retira[2]. Sin embargo, esto es muy dudoso, a esa altura de la evolución es más que probable que existiera ya una norma que es generalmente reconocida como tal: la establecida por el propietario del puente, o por quien lo construyera, la del que llega primero al comienzo del puente, la del que viene del Norte, o de Sur, la del que va a la ciudad, o el que regresa, etc.
Las normas fueron desplazando a nuestras respuestas instintivas porque los individuos comenzaron a ver los resultados positivos que obtenían respetándolas. De la misma forma en que los animales comenzaron a desarrollar sus propios instintos de “posesión” o “territorio”, los seres humanos desarrollaron tempranas normas de propiedad, muy probablemente en relación a sus propios “territorios” o a sus herramientas y utensilios. Las bandas de cazadores no tenían desarrollado un concepto de propiedad sobre la tierra, pero sin duda respetaban distintos territorios y sabían muy bien de quién era cada herramienta y el derecho que tenía para usarla.[3]
La propensión al intercambio, según Vernon Smith, estaría presente incluso en los ancestros del ser humano. Si los seres humanos y los chimpancés modernos se separaron de nuestro ancestro común hace unos 5 a 6 millones de años, comparten, más que ningún otro primate no humano, una notable sofisticación en su organización social y tienen una notable capacidad para involucrarse en actos de reciprocidad, tanto positiva como negativa. Smith llama “reciprocidad positiva” al acto en que un individuo respondea los bienes o favores que otro le ha transferido previamente. Citando las investigaciones del biólogo holandés Frans de Waal comenta que el número de transferencias de comida entre chimpancés en una dirección se relacionaba positivamente con las transferencias en la dirección opuesta: “si A comparte mucho con B, entonces B, en general, comparte mucho con A, y si A comparte poco con C, entonces C también comparte poco con A”. También “el acicalamiento afecta el compartir posterior: la probabilidad de A de obtener comida de B mejoraba si antes A había acicalado a B durante el día” (De Waal, 1996).
[1] Dice Hayek (1990, p. 55):“La capacidad de aprender es más el fundamento que el logro de nuestra razón o de nuestro entendimiento. El hombre no viene al mundo dotado de sabiduría, racionalidad y bondad: es preciso enseñárselas, debe aprenderlas. No es la moral fruto de la razón, sino que fueron más bien esos procesos de interacción humana propiciadores del correspondiente ordenamiento moral los que facilitaron al hombre la paulatina aparición no sólo de la razón sino también de ese conjunto de facultades con las que solemos asociarla. El hombre devino inteligente porque dispuso previamente de ciertas tradiciones –que ciertamente hay que emplazar entre el instinto y la razón- a las que pudo ajustar su conducta. A su vez, ese conjunto de tradiciones no derivan de la capacidad humana de racionalizar la realidad, sino de hábitos de respuesta. Más que ayudarle a prever, se limitan a orientarle en cuanto a lo que en determinadas situaciones reales debe o no debe hacer.”
[2] Una vez que salimos de las actividades que son en gran medida (si no completamente) internas de las personas, estrictamente privadas en el sentido real de éste término, hay pocos límites ‘naturales’ que puedan lograr de manera convincente un acuerdo general”. “En ausencia de fronteras ‘naturales’ entre individuos en las actividades que puedan emprender, surge la necesidad de una estructura definitoria, una imputación entre personas, en sí misma, sea arbitraria”. (Buchanan 2009, p. 27).
[3]Comenta Vernon Smith (2004, p. 124): “La clave para entender nuestra vieja “propensión al trueque e intercambio” se encuentra, creo, en nuestra capacidad para la reciprocidad, que fue seleccionada evolucionariamente y que constituye la base del intercambio social, mucho antes que hubiera comercio en el sentido económico convencional. Todos los humanos, en todas las culturas, intercambian favores. Aunque la forma en que se expresa culturalmente la reciprocidad es infinitamente variable, desde un punto de vista funcional, la reciprocacidad es universal. Hacemos cosas beneficiosas para nuestros amigos e implícitamente esperamos que nuestros amigos hagan cosas beneficiosas para nosotros. Es más, esta condición define esencialmente la diferencia entre amigos y enemigos. Evitamos relacionarnos con aquellos que no reciprocan. Tú me invitas a comer y dos meses después yo te invito a comer. Te presto mi auto cuando el tuyo está en el garage y luego tú me ofreces tus entradas para el fútbol cuando estás de viaje. Las amistades no necesariamente están conscientes de “llevar cuentas” de sus reciprocidades mutuas y el hecho que estemos en una relación de intercambio es tan natural como inconsciente, por lo que, en la práctica, la damos por sentada. Sin embargo, una vez que dos amigos toman conciencia de una asimetría en la reciprocidad, la amistad se ve amenazada. Más aún, a las personas que persistentemente tienen problemas en establecer o mantener amistades se les califica de sociópatas subclínicos (personalidad antisocial), que no poseen la capacidad inconsciente y la intuición para la reciprocidad”.
Muy buen articulo. Dado que se califica al individuo como un ser egoísta en su naturaleza es lógico que a medida que fue evolucionando, a su par fueron evolucionando las formas de establecer limites a estas conductas. Quizás antes era la Ley del mas fuerte, y con los años esta conducta arcaica se fue puliendo hasta el día de hoy, que nos manejamos con un conjunto de normas que nos permiten vivir en sociedad. Se crearon a su vez instituciones para sentirnos mas confiados de las conductas del otro y así convivir de la mejor manera posible. Los ciudadanos también cedemos parte de nuestra libertad a una persona que se encuentre en el poder para que nos represente en su soberanía.
Me parece interesante la tendencia natural del ser humano al intercambio. Creo que esos intercambios son en parte la base de nuestra economía de hoy, y que habría que volver a ese intercambio libre y natural, donde cada ser según sus valoraciones y preferencias hacia su propio análisis de conveniencia y si estaba de acuerdo intercambiaba sus bienes por otros, lo cual generaba una mejor situación para ambos. Es una manera de liberar y dejar fluir el mercado sin tantas medidas controladoras por parte del estado, permitiendo que se vuelva a la base primitiva para que asi pueda funcionar de una manera mas dinámica.
Es muy interesante el artículo y lleva a reflexionar sobre el valor y la necesidad de las normas. Ellas deben permitir que exista un orden, reprimir al que no cumple y lograr que exista previsibilidad sobre como va a actuar otra persona dando confianza al resto de la sociedad. Sin embargo, en nuestro país esto no se da porque las normas no se respetan y nadie las hace cumplir debido a que no tomamos conciencia de su valor y de la importancia de respetarlas. Además, en muchas ocasiones se cambian en forma constante generando confusión y desconfianza. Así, se pierde la motivación a intercambiar pues nadie sabe en que ámbito lo esta haciendo, es decir bajo que régimen normativo está actuando.Por lo tanto, es necesario que se establezcan reglas claras y se respeten si queremos que el país crezca. De esa forma, aumentará la confianza y llegarán inversiones que mejorarán la situación de nuestra economía.
1. Resumen
En la primera parte del texto, se presentan los elementos fundamentales que permiten explicar el fenómeno económico desde un punto de vista praxeológico (acción humana individual, concepto subjetivo del valor y complejidad de la información necesaria). Así, el mercado potencia las ventajas de la división del trabajo y la asignación de recursos se coordina a través del sistema de precios, buscando continuamente el equilibrio, pero sin llegar a alcanzarlo nunca.
La segunda parte del texto repasa las instituciones básicas que permitir el desarrollo del mercado y que se pueden resumir en el respeto de los derechos de propiedad, garantizados por la justicia mediante distintos mecanismos (cumplimiento de los contratos, transparencia de la información, reglas de competencia, etc).
2. Conceptos relevantes (a mi juicio)
Asociación histórica foro-política y bazar-mercado.
Doble perspectiva de la ciencia económica: por un lado, vista como la asignación de recursos escasos entre usos alternativos para satisfacer las necesidades humanas que son ilimitadas; por otro, como el estudio de la información necesaria para dicha asignación de recursos, no disponible para todo el mundo siempre, transmitida a través de los precios en el mercado.
Atributos de los derechos de propiedad: acceso, retiro, administración, exclusión y disposición.
Ejemplo de intermediarios puros en Italia (impannatori) y los beneficios de las deseconomías de escala asociadas.
Vocabulario agresivo normalmente asociado con la competencia: guerra comercial, ataque, defensa, batalla, salvaje, etc.
La no-competencia no existe: simplemente, brillante.
3. Preguntas
a) ¿No puede llegar a ser un problema el hecho de que los contratos sean necesariamente incompletos? En EEUU, por ejemplo, es muy habitual este tipo de demandas contra seguros, empresas farmacéuticas, etc.
b) ¿Quién regula al regulador? Soy partidario de las instituciones que garanticen el libre mercado, pero cada vez veo mayor intervención de los gobiernos en casi todas ellas, especialmente en la justicia.
Es preciso destacar en este artículo la importancia que tiene la confianza en el intercambio comercial. En definitiva, claramente, se expresa cómo en la evolución de las sociedades la reciprocidad positiva y la repetición de la acción es el punto de partida para una construcción económica colectiva. La cooperación entre los individuos y la confianza de los mismos, evitan la aparición de los denominados free-riders.
Otro aspecto que es importante destacar es el uso eficiente de la propiedad privada dado que permite internalizar las externalidades, no produce la depredación del recurso y elimina todo tipo de discriminación.
Las normas (o bien, el derecho) sirven como puente entre el comercio y la moral. El ser humano, a la par de su evolución, ha ido desarrollando normas (por ejemplo, la institucionalización del derecho de propiedad) que le provean un marco de previsibilidad en las relaciones económicas, con el fin de evitar abusos ya sea por parte del Estado o de otros particulares. Sin embargo, en el devenir del comercio, puede apreciarse además el surgimiento de ciertos códigos tácitos de reciprocidad que moldean el actuar de los individuos, como bien lo marca el artículo. Es decir, en tanto una persona sea leal en sus relaciones de intercambio, la otra parte de la relación tenderá a conservar su vínculo (sea cual sea el tipo) con esa persona y a su vez ser recíproco respecto a esa lealtad, generándose una simbiosis que incentiva a las personas a conducirse de manera cooperativa y honesta para con los demás. Ya no importa si existen o no reglas que regulan la conducta, sino que la motivación es la conveniencia de mantener una reputación que resulte atractiva a los demás a la hora de elegir con quién desarrollar un vínculo económico.
Resumen «International Business», Capítulo 1 y 2:
En estos dos capítulos los autores hacen foco en definir el negocio internacional como su nombre lo indica, ya sea tanto desde el punto de vista de la empresa como desde el Estado y como manejarse para hacer «negocios». A su vez como muestra el rol del Estado o que decisiones debe tomar este y en base a que, se ve como el negocio internacional afecta a los países.
El autor considera negocio internacional a toda actividad económica que cruce las fronteras y que por lo tanto involucre a más de un país. Remarca la importancia de saber que se negocia con otra cultura y que en el camino uno se cruzará con diferencias que capaz en su país no encuentra. Considera fundamental saber los stakeholders que uno encontrará en el otro país ya que es un factor clave para cerrar los negocios.
También se plantean dos posturas sobre si la globalización de los negocios a nivel mundial aporta a nivel culturarl y si impacta de forma negativa o positiva. Por un lado una teoría lo ve como que el mundo se achata y esa unicultura universal es un retroceso a la diversidad de culturas que habia; por otro lado otro autor considera esto como un boom de intercambio de conocimientos y cultura que lo que hace es enriquecer a la población. Ambos llegan a la conclusión que hoy en día están más conectados y que esto seguirá creciendo.
Información destacada:
El autor centra el foco en todo lo que hay que considerar para emprender un «negocio internacional» y todo lo que se debe considerar, incluyendo preocupaciones locales, internacionales y regulaciones de leyes internacionales.
También me parece que es importante saber que la globalización puede aportar muchisimo, pero puede implicar ciertas perdidas de culturas regionales que caracterizan la base de muchos países.
Preguntas:
Hasta que punto una empresa debe ceder en sus creencias o modus operandi, para ingresar en otro país a comerciar?
Cuánto afecta genuinamente el ingreso de la cultura de otros países en la cultura propia?
Cuáles son los países que obtienen más renta de comerciar con otros?
En efecto, tal y como se señala en el capítulo primero del libro «El Foro y el Bazar», toda sociedad supone, necesariamente, un orden, ya que, en caso contrario, la supervivencia sería imposible, pues dependemos de los demás para satisfacer la mayoría de nuestras necesidades. Así, para que realmente puedan aprovecharse las ventajas de la división del trabajo, a través del intercambio en el mercado, son necesarias una serie de “instituciones” que generen previsibilidad sobre las acciones de los individuos, encauzándolas y facilitando su coordinación con las de los demás. Las instituciones necesarias para que el mercado pueda funcionar son: Derecho de propiedad, libertad contractual y cumplimiento de contrato, moneda, mecanismos de mediación y justicia, mercados de crédito y de capitales, mercados de información y reglas de competencia.
Los aspectos, a mi juicio, más interesantes del planteamiento que se hace tanto en el post como en el primer capítulo del libro son:
– Que el cumplimiento de los contratos y de los compromisos es algo que se asume voluntariamente (consecuencia de la «propensión al intercambio», que es la que garantiza la supervivencia del hombre). Así, matizando lo que decía Yasmin más arriba, creo que es importante tener en cuenta que es el propio “egoísmo” de los seres humanos que forman la sociedad el que lleva a que, precisamente por perseguir cada uno el propio interés individual, surjan y se desarrollen las “instituciones” y se produzca esa aparente “cesión” de nuestra libertad, que no es tal, ya que es un mecanismo que facilita la obtención de un mejor resultado. Como señala el profesor Krause en el post “las normas fueron desplazando a nuestras respuestas instintivas porque los individuos comenzaron a ver los resultados positivos que obtenían respetándolas”.
– La distinción entre los órdenes creados (“taxis”) y los espontáneos (“cosmos”), y la constatación de que los espontáneos pueden ser mucho más complejos, no siempre son fáciles de observar, no tienen, necesariamente, un objetivo particular (aunque sean útiles), e incluso son capaces de funcionar incluso cuando las reglas que permiten su funcionamiento no son “conocidas”. Esta distinción creo que es, además, importante, en relación con lo que planteaba Lucas Emanuel, dado que, muchas veces, las normas que más se incumplen en casi todas las sociedades son las de órdenes creados e impuestos por el “regulador” al que se refiere también Fernando, y no tanto las que nacen espontáneamente. De hecho, los estudios realizados sobre sociedades denominadas “informales” (las comunidades que viven en las favelas brasileñas, por ejemplo…), y que se encuentran muchas veces al margen de la “ley estatal” (esas favelas están en suelo público sobre el que el “poseedor” no tiene, teóricamente, ningún derecho), muestra que en esos entornos también se suelen cumplir una serie de “normas”, reglas y contratos –por ejemplo a la hora de “transmitir” unos supuestos “usos de habitación” sobre esas favelas- que son las que garantizan cierta convivencia.
– El papel esencial de los precios (y de la moneda) como mecanismo para transmitir y resumir una gran cantidad de información.
Por lo demás, del texto del post y del capítulo 1 del libro me surgen dos interrogantes:
1) En el capítulo 1 del libro se señala que “los mercados tienden a ese punto de equilibrio donde la oferta y la demanda se igualan”, dando por sentado que existe ese “punto de equilibrio”. ¿Realmente existe ese punto de equilibrio? ¿Tiene alguna utilidad hablar de él, aunque sea desde un punto de vista meramente teórico? ¿Acaso ese “punto de equilibrio” no supone “homogeneizar” precios y bienes cuando en un ejercicio reduccionista y puramente teórico? Si las preferencias temporales, intereses y disponibilidades (de recursos, conocimientos e información…) de los sujetos cambian constantemente ese punto de equilibrio nunca podrá realmente determinarse, y, por otra parte, una lata de cocacola para mí no es igual si está en mi casa, en la tienda del portal o en la tienda que está a cincuenta metros, por lo que hablar de un “punto de equilibrio del mercado” supone homogeneizar esas latas de cocacola, considerándolas iguales, cuando en realidad no lo son.
2) Si las normas surgen o bien espontáneamente -por la interacción de un grupo de individuos más o menos grande-, o por imposición ¿es realmente posible una filosofía ética o moral que busque principios absolutos o universales, independientes de la moral de cada cultura? ¿Acaso esos principios absolutos y universales no deben ser las normas “institucionales” a las que nos hemos referido más arriba como “imprescindibles” para que funcione el mercado (respeto a los derechos de propiedad y la reciprocidad y el cumplimiento de los compromisos y/o contratos), ya que, si no se cumpliesen en absoluto, no podría darse el intercambio y la cooperación y, en consecuencia, la supervivencia del individuo sería imposible?
Resumen:
Para que un mercado pueda funcionar es necesario que se de en un marco o ambiente con instituciones. Estas instituciones generan estabilidad o alivian un tanto el riesgo de una transacción a la hora de tomar decisiones que generalmente son hechas por emprendedores (y consumidores), ademas de garantizar por ejemplo los compromisos adquiridos. Estas instituciones se basan en normas. Los mercados son el aprovechamiento de las ventajas conseguidas a través de la división del trabajo. La coordinación de las transacciones se da de forma espontánea, guiada por intereses individuales y también por distintas valoraciones.
En el capitulo se menciona un numero de instituciones para necesarias para que se pueda dar un mercado. Particularmente la mediación y justicia respecto a transacciones y cumplimiento de contrato.
1. Donde quedaría la igualdad ante la ley?
El Optimo de Pareto que la situación de A haya mejorado sin dañar o empeorar la situación de B.
2. Es realmente posible? No es perder parte de las reglas del juego?
1) Resumen
El mercado es el proceso por el cual se coordinan las acciones individuales deliberadas para la satisfacción de las necesidades de las personas de forma eficiente. Los mercados son consecuencia de la distribución del trabajo y su amplitud es proporcional al nivel de dicha distribución. Los precios son los indicativos de las valoraciones subjetivas de los individuos y permiten la eficiencia en los intercambios. Este proceso no sería posible sin las instituciones y sin la participación de los emprendedores. Las instituciones, conjunto de normas aceptadas por la sociedad, reducen la incertidumbre y facilitan la cooperación. Otro elemento indispensable en los mercados es la función empresarial. Los empresarios, mediante la competencia e innovaciones, incrementan la productividad. Las principales instituciones son la propiedad, el cumplimiento de los contratos y la moneda. La calidad institucional será definitiva para un mejor y eficiento funcionamiento del mercado y, en consecuencia, de la propia sociedad.
Ideas importantes:
Destacaría en primer lugar la subjetividad en las normas. Éstas responden a valores sociales subjetivos, con lo cual las acciones políticas, aquellos actos que afectan a la sociedad, tendrán efectos diferentes en cada persona. De ahí la importancia de que las normas deben ser claras, efectivas y comprensibles. Podríamos deducir de ello que en cuanto mayor sea la normativa, mayores será la problemática social.
Otro aspecto que destacaría es el vínculo indivisible que se desprende del capítulo: libertad y responsabilidad son inseparables. El mercado requiere intercambios libres y las instituciones deben ser responsables.
Un tercer elemento que acentuaría es el de la propiedad. Esta institución o norma creo que condiciona de una manera sustancial el progreso: El propietario es protector y a la vez obtiene rentas de sus recursos.
Preguntas:
a) Si las normas responden a los valores de una sociedad, ¿no sería la jerarquía de valores el elemento decisivo para conseguir la calidad institucional?
b) ¿Podría decirse que la calidad institucional también dependería de la “cantidad” de normas? ¿A mayor complejidad normativa mayor incertidumbre?
Resumen:
La evolución del ser humano plantea de forma paralela, aunque a veces solapada, el desarrollo de las instituciones básicas para la interacción social y el impacto que estas tienen sobre una comunidad. Tal como se plantea en el texto, desde los inicios del desarrollo del ser humano existían pautas entre comunes para facilitar el simple hecho de coexistir. De esto se va presentando el cómo estas mismas instituciones generan acuerdos entre pares, más no plasmados en piedra, que limitan la interacción de mercado con el afán de buscar el bien y las satisfacción común. De hecho, sin instituciones, ya sean estas formales o no formales, el desarrollo que hoy conocemos quizá no existiría. Sin embargo, muchas veces estas mismas instituciones se pueden ver manipuladas por medios coercitivos que limiten de forma diferente la interacción de mercado, y que en vez de buscar el bien común se logre solo el bien individual de algunos pocos.
Puntos importantes:
Destaco como hecho importante el aprovechamiento de las ventajas de la división del trabajo para el desarrollo de una comunidad y como a su vez se establecen principios de institución para una coordinación efectiva de los recursos para satisfacer necesidades según una escala de valores o de preferencias. De esto se desprenden cuatro conceptos básicos de la economía de mercado: división del trabajo, subjetividad de valor, órdenes espontáneos y equilibrio de mercado. Dichos conceptos básicos suelen ser marginados dentro de las instituciones para que exista una coordinación eficiente del recurso, de esto destaco la moneda y los derechos de propiedad las cuales según el desarrollo de la historia ha facilitado el crecimiento económico de mercado pero que a su vez son susceptibles a diferentes agentes que pueden marcar un retroceso. De los precios y el cálculo económico vemos como resultado la acción empresarial y como la función del empresario es un pilar en la competencia debido a que este último es quien, según la Escuela Austriaca, genera nuevas oportunidades de mercado y competencia en función del alerteness para reorientar la coordinación de los recursos y así obtener un mejor o mayor beneficio.
Dudas/preguntas:
1. ¿Es el poder coercitivo del gobierno, ejercido a través de las instituciones, un constante obstáculo para el desarrollo de un país?
2. De los puntos señalados como instituciones necesarias para el adecuado funcionamiento del mercado ¿cuáles podríamos destacar como un orden espontáneo y cuales como orden creado o construido?
Por más que preguntarse qué surgió primero, si la interacción humana siguiendo las normas éticas, o las normas éticas a raíz de la interacción humana, parezca el dilema del «huevo o la gallina», éste post tiene una postura que coincide con algunas proposiciones de Peter J. Boettke en «Hacia una robusta antropología de la Economía – La economía austríaca en 10 principios». Respecto de la amistad y el intercambio, en su Proposición 2 «El estudio del orden del mercado versa fundamentalmente sobre el comportamiento de intercambio y las instituciones dentro de las cuales tiene lugar el intercambio» remite al término «catalaxia» que deriva del griego y significaba la «acción de intercambiar y convertir a un extraño en amigo, como consecuencia del intercambio». Y la Proposición 10: «Las instituciones sociales suelen ser el resultado de la acción humana, pero no del designio humano», aquí se refiere a la historia del «sendero en la nieve», que viene a ser un ejemplo gráfico de lo que es un «producto de la acción humana, que no es resultado del designio humano» de Hayek. Refiere a que «muchas de las instituciones y de las prácticas sociales más importantes no son el resultado del diseño directo sino que son un subproducto de acciones que se realizaron para alcanzar otros fines» «La economía de mercado y su sistema de precios son ejemplos de un proceso similar. Las personas no se proponen crear el complejo entramado de intercambios y señales de precios que constituyen una moderna economía de mercado. Su intención, simplemente, es mejorar la propia situación vital, pero sin embargo su comportamiento da como resultado el sistema de mercado. El dinero, el derecho, el lenguaje, la ciencia, entre otros, constituyen fenómenos sociales cuyo origen no obedece al designio humano, sino a las personas que se esfuerzan en lograr su propio progreso, y que durante ese proceso generan un resultado que beneficia al todo social.». Esto es totalmente relacionable con lo expuesto en el post acerca de nuestros antecesores, y también de las investigaciones del biólogo Frans de Waal. Las normas, el derecho, fue resultado de este proceso impulsado por las personas que se esfuerzan en lograr su propio progreso.
Aquí me interesa resaltar también una nota al pie que hace Boettke acerca de esta misma proposición, en la que aclara que: «No todos los órdenes espontáneos son beneficiosos» «El que los individuos persiguiendo su propio beneficio generen beneficios públicos depende de las condiciones institucionales dentro de las que ellos persiguen sus intereses. Tanto la «mano invisible» de la eficiencia del mercado como la «tragedia de los comunes» son el resultado de la acción de individuos luchando por sus propios intereses; sin embargo en un contexto social esto genera beneficios y en otro, genera pérdidas. Los nuevos economistas institucionales han recuperado la atención de la academia a la importancia de la relación entre los resultados sociales y el contexto institucional en el que los individuos interactúan.» Dice también que antes se habían perdido de vista las precondiciones institucionales requeridas para la cooperación social. Es importante destacar esto, ya que el contexto institucional en el que los individuos interactúan, influirá en el resultado.
Fuente: http://www.institutoacton.com.ar/articulos/3artsilar7.pdf
Me han interesado mucho los conceptos de reciprocidad positiva y su contrario reciprocidad negativa como natural explicación a la propensión al intercambio entre los seres humanos (también conocer las investigaciones de Frans de Waal sobre el comportamiento de los chimpancés en ese campo). Es en ese contexto donde mejor se puede entender la acción humana, cuando los individuos actúan como maximizadores de su bienestar, que se produce cuando observan que pueden pasar de una situación insatisfactoria a una más satisfactoria. Caso contrario, tal acción no se produce.
Esta simple y potente idea sirve para explicar órdenes extensos, al decir de Hayek, que pueden encontrarse desde que los hombres se fueron dotando de tradiciones que desterraban primitivas costumbres, por ejemplo, comerciar sustituyó a la insalubre manía de obtener por la fuerza las cosas que se deseaban. Esas primeras instituciones, entendidas como pautas regulares de conducta que nos ayudan a encauzar nuestras acciones y nos permiten coordinarlas con las de los demás, dotando a las relaciones humanas de cierta previsibilidad. Solo en ese contexto puede entenderse el progreso humano y una coexistencia pacífica entre semejantes.
Problema: Siendo el concepto de institución claro y compartiendo con Hayek aquello de que no es fruto de la razón y sí más bien consecuencia del humano actuar (‘el conjunto de tradiciones no deriva de la capacidad humana de racionalizar la realidad, sino de hábitos de respuesta’), ¿cómo hemos llegado al punto en que pareciera que el corolario a una institución sea la fuerza de la ley? Combatir esa idea me parece un asunto prioritario por más que sea una batalla desigual tal es el grado de aceptación de participación pública en todas las esferas de la sociedad en la que vivimos
Para Hayek el orden espontáneo es un sistema social de normas e instituciones que abogan por “la primacía de lo abstracto” porque solo puede ser captado por el intelecto y no por los sentidos, y es abstracto porque las normas que estructura el mercado y la misma sociedad son inarticuladas.
Ahora bien, el orden espontáneo inarticulado que Hayek enseña no puede significar que no tenga un principio ordenador, pues este planteamiento para Hayek es radicalmente irracional. Hayek no piensa así, su posicionamiento es de un racionalismo crítico, aunque rechazará de plano el racionalismo dualista cartesiano, artífice del constructivismo, de la ingeniería social, de la intervención social y económica. Es decir para hayek las normas que conforman un orden espontáneo, pudieran tener o no un comienzo histórico aunque sin un fin predeterminado ni un diseño deliberado.
El racionalismo crítico de Hayek, es humilde porque reconoce la limitación de la razón humana. Aunque el pensamiento de Hayek proceda de una filiación kantiana, sin embargo, se separa de Kant en lo concerniente a las normas morales y jurídicas, ya que éste propugna un voluntarismo constructivista mientras que Hayek reclamará la ruptura de la dicotomía entre lo natural y artificial en cuanto a la evolución de las normas e instituciones, porque una parte subyacente del orden social se puede decir que es inaccesible a la pequeñez de la razón humana en relación con la acumulación de orden social a lo largo de historia. Así se comprende su recurso a conceptos griegos como kosmos y taxis, nomos y thesys. Sin embargo, Hayek se adhiere a un evolucionismo cultural y por ende jurídico (common law) que servirá de modelo a su teoría del orden social.
Hayek toma una posición institucionalista pero de ninguna manera cercana al historicismo jurídico, por el contrario aboga por la posibilidad de una ciencia social “pura”, es decir independiente de la experiencia. En definitiva Hayek, que toda acción está condicionada por instituciones –jurídicas, lenguaje, moral, mercado, dinero, …- de origen espontáneo, aunque dichas instituciones tienen en su seno el cambio gradual, entonces por coherencia de la misma razón es preciso reconocer con Hayek que el concepto de tales instituciones de origen espontáneo y sujetas a cabio continúo significa un reconocimiento , si se quiere tácito e inarticulable, de un orden social primigenio, de una estructura social universal en tiempo y lugar.
El alumno y compañero Jaime, desde mi modesto modo de entender, ha acertado de lleno preguntando si ¿es razonable una filosofía ética o moral de carácter universal?, ¿es razonable sustentar en estas normas éticas universales las instituciones o viceversa?
Juan M. Delafuente.
OMMA
Economía e Instituciones
Alumno: Miguel Ángel Guevara
Profesor. Martín Krause
Resumen de la lectura del documento: Capítulo 1. El Foro y el Bazar. Mercados.
En este capítulo del libro El Foro y El Bazar, se aborda el tema acerca de cómo satisfacen los individuos sus necesidades a través de los mercados, aprovechando la división del trabajo como un fenómeno voluntario surgido a través de un proceso evolutivo y espontáneo que actúa n beneficio mutuo. También se analiza cómo se coordinan las acciones de todos los miembros de una sociedad para lograr el intercambio y producir bienes y servicios y el papel de la burocracia estatal que actúa tomando decisiones que tienen la supuesta intención de satisfacer las preferencias de los ciudadanos, cuando realmente se logra un resultado contrario que no logra conciliar los objetivos de las políticas públicas con los intereses de toda la comunidad.
Aspectos importantes
En este capítulo lo que me llama mayormente la atención es el desarrollo de la idea de que es indispensable la acción gubernamental para lograr el funcionamiento del mercado dentro un marco legal que debe ser vigilado y tutelado por el Estado y también cómo los órdenes construidos entorpecen los órdenes espontáneos.
Preguntas
1. ¿Hasta dónde debe llegar la acción del Estado como garante del funcionamiento de los mercados y qué instituciones deben prevalecer para que esto suceda sin distorsiones y sin que el propio Estado extralimite sus funciones?
2. Por qué se sigue insistiendo que el Estado puede sustituir al mercado y que puede lograr que los individuos mejoren su situación económica de manera mucho más satisfactoria que cuando actúan guiados de manera libre y voluntaria. Por qué ha sido tan difícil para la ciencia económica convencer que sólo el mercado conduce hacia la máxima eficiencia y bienestar?
3. ¿Existe realmente una contradicción entre crecimiento económico y desigualdad?
Resumen:
En el primer capítulo el autor repasa todos los elementos de la praxeología que hacen posible la comprensión y estudio de la Economía y los mercados. A continuación plantea el desarrollo institucional que ha hecho posible el desarrollo de las sociedades en mayores cotas de complejidad y riqueza.
Temas a resaltar:
La riqueza y complejidad de institucional fruto de la evolución órdenes espontáneos. De alguna forma esa evolución social podría considerarse la continuación por otros medios de la evolución genética de la humanidad.
Preguntas:
¿Hasta qué punto la violencia estatal (o de otras formas políticas anteriores) no es también producto de la evolución natural y complejidad de las sociedades? ¿Es posible separar esa violencia monopolística de la vida en sociedad de los hombres?