Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I, UBA Económicas, llegamos a autores prácticamente contemporáneos. En este caso leemos la conferencia de aceptación del Premio Nobel por parte de la única mujer en ganarlo, Elinor Ostrom, quien reseña sus aportes a la ciencia y, entre otras cosas, comenta:
“Los supuestos clásicos de individuos racionales que enfrentan dicotomías de formas de organización y de bienes ocultan los esfuerzos potencialmente productivos de individuos y grupos por organizarse y resolver dilemas sociales como la sobreexplotación de recursos de uso común y la participación sub-óptima en la provisión de bienes públicos locales. Los modelos clásicos se han utilizado para representar a los participantes (en el juego del dilema del prisionero y en otros dilemas sociales), como siempre atrapados en situaciones en las que carecen de capacidades de cambiar la estructura del juego por sí mismos. De hecho, este paso analítico representó un movimiento regresivo en las teorías de análisis de la condición humana. Ya sea que los individuos en una situación determinada tengan o no capacidades para transformar las variables externas que afectan su propia situación, se trata de condiciones empíricas que varían dramáticamente de una situación a otra, más que de una lógica universal. Si bien los jueces mantienen intencionalmente a los prisioneros separados de modo que no puedan comunicarse, los usuarios de un recurso de uso común no se encuentran tan limitados.
Cuando el análisis percibe a los seres humanos cuya conducta modela como atrapados en situaciones perversas, se asume también que otros seres humanos ajenos a los involucrados —académicos y funcionarios públicos— son capaces de analizar la situación, pueden establecer las causas de los resultados contraproductivos, y ubicar los cambios en las reglas en uso que permitirían a los participantes mejorar sus resultados. Se espera entonces que funcionarios externos impongan un conjunto de reglas óptimas a los individuos involucrados en situaciones concretas. Se asume que el momento del cambio debe originarse desde el exterior, más que como resultado de la autorreflexión y la creatividad de quienes están involucrados en una situación de acción, para reestructurar sus propios patrones de interacción. Como ha comentado Susgen:
La mayor parte de la teoría económica moderna describe al mundo como si estuviera presidido por un gobierno (y, significativamente, no por gobiernos) y mira al mundo a través de los ojos de ese gobierno. Supone que el gobierno tiene la responsabilidad, el deseo y el poder de reestructurar la sociedad en cualquier forma que maximice el bienestar social. Actuando como la Caballería de Estados Unidos en una buena película sobre la Conquista del Oeste de Norteamérica, el gobierno está siempre alerta para acudir a resolver cualquier “falla” de mercado y el trabajo del economista es asesorarlo sobre cuándo y cómo hacerlo. En contraste, se considera que los individuos tienen escasa o ninguna capacidad para resolver los problemas colectivos presentes entre ellos. Esta perspectiva crea una visión distorsionada de importantes cuestiones económicas y políticas (Sugden, 1986: 3; énfasis en el original).
La imagen de Hardin sobre los usuarios de un recurso de uso común (1968) —un pastizal abierto a todos, atrapados en una tragedia inexorable de sobreexplotación y destrucción— ha sido ampliamente aceptada porque resulta consistente con la predicción de no cooperación del “dilema del prisionero” y otros juegos de dilemas sociales. Esta imagen capturó la atención de académicos y políticos alrededor del mundo y muchos presumieron que el conjunto de los recursos de uso común no era poseído por nadie. Se pensó que los funcionarios gubernamentales tenían que imponer nuevas variables externas (como nuevas políticas) para prevenir la destrucción por parte de los usuarios, que no podían hacer más que destruir los recursos de los que dependía su propio futuro (así como nuestros futuros).”
Más allá de los mercados y los Estados: gobernanza policéntrica de sistemas económicos complejos – Elinor Ostrom
Resumen del texto:
Si bien no fue la única, Elinor Ostrom dedicó la mayor parte de su vida académica al Análisis y Desarrollo Institucional (IAD). El IAD es un marco conceptual consistente con la teoría de los juegos y los modelos de principal-agente que permite realizar una variedad de estudios empíricos. Uno de esos estudios, en el cual se centra Ostrom, es el de los recursos de uso común.
Una de sus conclusiones más interesantes es que esos estudios empíricos muestran que los gobiernos no siempre son mejores custodios que los usuarios para administrar y proteger recursos importantes, en franca oposición con la teoría mainstream de la época.
La autora comienza diciendo que, a mediados del siglo XX el mundo era analizado partiendo de un tipo de individuo (racional), dos tipos de organización óptima: el mercado se ocupaba de la producción y el intercambio de bienes privados y el gobierno, de manera centralizada para evitar el “caos” se ocupaba de los bienes públicos; y por último, siguiendo la tradición de Samuelson de rivalidad y exclusión, había dos tipos de bienes: los bienes privados puros y los bienes públicos.
Mediante estudios empíricos, la idea de la necesidad de una intervención centralizada para obtener resultados eficientes no se verificó al demostrarse que agencias públicas y privadas encontraron formas productivas para administrar los recursos hídricos en múltiples escalas. En éste sentido es que la ganadora del premio Nobel de 2009 afirma que complejidad no implica caos. Esto motivó el desarrollo de una teoría un poco más compleja. En vez de dos tipos de bienes, ahora se dividen en cuatro, cuya clasificación se define en base a una alta o baja exclusión y una alta o baja sustractibilidad de uso: los recursos de uso común, bienes públicos, bienes privados y los bienes tarifa.
Ostrom, por otro lado, intentó identificar qué reglas específicas se asocian con sistemas exitosos. Si bien la idea no llegó a buen puerto (ya que el éxito o fracaso variaba entre distintos casos), intentó estudiar, ésta vez de manera satisfactoria, las regularidades institucionales presentes en los sistemas. Esas regularidades fueron llamadas “principio de diseño” y algunas de ellas son: límites de los usuarios, límites de los recursos, apropiación y provisión, monitoreo, rendición de cuentas, sanciones, mecanismos de resolución de conflictos, etc.
Ostrom concluye diciendo: “La lección más importante para el análisis de políticas públicas que se desprende de la trayectoria intelectual que he delineado es que los seres humanos tienen estructuras motivacionales más complejas y mayor capacidad de resolver dilemas sociales que las propuestas por la teoría de la elección racional temprana. El diseño de instituciones para forzar (o alentar) a individuos completamente interesados en sí mismos para alcanzar mejores resultados ha sido una meta mayor propuesta por los analistas de políticas con el fin de que los gobiernos logren mucho más de lo alcanzado en el último medio siglo. Extensa investigación empírica me lleva a argumentar que, en lugar de ello, una meta central de la política pública debiera ser favorecer el desarrollo de instituciones que alienten lo mejor de los seres humanos.”
Lo novedoso o sorprendente:
En línea con Buchanan, me parece interesante la conclusión final de la autora (citada arriba) al quitar el romanticismo con el que se mira la política pública. De ésta manera se pone el foco en las instituciones y no en los gobernantes de turno (y quizás, una implicancia de ésto es que las políticas tiendan a estar más orientadas al largo plazo y no tanto al corto plazo).
Me parece novedoso la distinción que hace la autora de propiedad y recurso. Éstas muchas veces se utilizan en una misma oración y generan confusiones. En éste sentido sugiere usar los términos recursos de uso común y regímenes de propiedad comunitaria.
Por otro lado, me pareció interesante la idea de que cuando los participantes no se pueden comunicar, tienden a sobreexplotar el recurso, por ello, los “cheap talks” funcionan (y de hecho, si los individuos pueden diseñar su propio mecanismo de sanción, mejora aún más).
Por último, me pareció también novedoso la clasificación de derechos de propiedad acumulables entre usuarios de un recurso. La clasificación que hace es la siguiente: “1) Acceso: el derecho a entrar en una propiedad específica; 2) Cosecha: el derecho de cosechar productos específicos de un recurso; 3) Manejo: el derecho de transformar el recurso y regular los patrones internos de uso; 4) Exclusión: el derecho a decidir quiénes tienen derechos de acceso, uso o manejo, y 5) Alienación: el derecho a rentar o vender cualquiera de los cuatro derechos anteriores.”
Tres preguntas que le haría al autor:
1 – Dada la importancia fundamental que le da a las instituciones, ¿cree que una demarquía podría generar incentivos para fortalecer las instituciones?
2 – ¿Cree que la confianza y la reputación que se le tiene o no al gobierno puede ser otro factor determinante en la provisión de recursos de uso común?
3 – ¿Qué rol le ve al desarrollo tecnológico en la provisión de recursos de uso común? ¿Hasta dónde podríamos llegar?
1) Elinor Ostrom plantea una nueva manera de entender la realidad. Más bien una nueva manera de analizar cambios y procesos de decisión y organización. De este modo, descarta los razonamientos clásicos de individuos racionales que sitúan al hombre en una suerte de dilema, donde precisan de un tercero (académico o funcionario público) para llegar al óptimo. Porque ellos mismos, los participantes (del juego y de la economía en sí), carecen de capacidades para modificar la estructura del juego sin esa ayuda externa. Considera que las variables exógenas no son tan exógenas, sino que pueden modificarse internamente. Así marca el paralelismo entre el caso del dilema del prisionero, donde ambos están incomunicados, y el ejemplo de los usuarios de un recurso de uso común donde se cree no hay comunicación. La solución clásica seria esperar que los agentes externos impongan un set de reglas óptimas para que se arribe a una solución deseada. Dejando a merced de estas autoridades externas la resolución de la situación. No obstante, Elinor demuestra que lo esencial es la cooperación. Mediante la cual se limita al individuo contiguo a provocar externalidades negativas sobre los demás usuarios. Por ello, la palabra confianza se ubica en el eje central de su discurso. Si esta “aparece” entre los interactuantes, la intromisión de los gobiernos policéntricos con sus reglas y castigos no sería necesaria ni eficiente. Y todo aquel insatisfecho con el contexto, podrá «votar con los pies» y mudarse hacia una jurisdicción que se acerque más a sus preferencias en precios-cantidades de tales bienes y servicios.
2) Es novedoso el marco para en análisis institucional (IAD) que elabora. Estableciendo una serie de principios y herramientas analíticas que sirven para analizar todo tipo de problema e institución. Contemplando desde los atributos de la comunidad hasta las condiciones biofísicas, todo sea por llegar a un desenlace medianamente monitoreado y “optimo”. Y es llamativa la generalidad que tiene este marco, ya que este mismo procedimiento es aplicable a la teoría de juegos, y a toda situación similar. Previo a esto, los análisis eran particulares como el que menciona Ostrom en Nepal, pero no había nada general. Ahora con el IAD esto se logra, se unifican ideas y se construye una suerte de lenguaje que sirve para codificar lo que ocurre en diferentes contextos.
3) A – Si usted considera necesaria esta intervención para perfeccionar lo existente en lo que respecta a las instituciones, ¿podríamos afirmar que está en contra del orden espontáneo que sugirió Hayek? ¿Todo se crea y puede perfeccionarse?
B – Siguiendo los conceptos de Sugden, ¿cree que ese paternalismo que se espera del gobierno ha impedido desarrollar nuevas capacidades o herramientas de resolución en los individuos?
C – ¿No puede encontrar cierta contradicción entre la racionalidad que la teoría clásica le atribuye a los individuos y la incapacidad de esos individuos racionales de ver más allá del hoy? Si fueran racionales en sus decisiones, difícilmente dejarían de lado el hecho de que una sobreexplotación sería perjudicial para ellos mismos a futuro, y no precisarían de ayuda externa (política) para no destruir todo.
Resumen
En su Nobel Lecture, Ostrom comienza comentando como era concebida la realidad económica en los años 50. Era un modelo ampliamente reducido donde solo existían dos tipos de bienes (públicos y privados) y a partir de allí elabora que esta visión nos otorgaba conclusiones que no coincidían con la realidad. Por este motivo, dedico su estudio a los tipo de organización policéntricos sin discriminar su origen (Privado/Público/ONG) y con este estudio se duplicaron la cantidad de bienes que se evalúan hoy en día. Se agregaran los bienes club/toll y los common pool resources, estos últimos siendo a los que se dedicó con mayor esfuerzo y examinó la eficiencia con la que se producía los mismos en diferentes tipos de organización haciendo hincapié en que no había una respuesta absoluta sino que dependía del caso.
Sorprendente
Me sorprendió que aquellas situaciones en donde dentro de las comunidades no había comunicación el resultado de la producción era similar al predicho por la teoría de juegos pero si a estos individuos se les permitía hablar entre sí, la eficiencia aumentaba en grandes cantidades (sin necesidad de una imposición sino que por mera voluntad). Las ideas expuestas tienen cierta similitud con los estudios de Vernon Smith acerca de la reciprocidad positiva y negativa donde a través de la cooperación se puede llegar a resultados óptimos siempre teniendo en cuenta que aquel quiera hacer de “free-rider” deba ser penalizado. Por último, es noble por parte de la autora no proponer una solución universal o panacea que resuelva los problemas sino que busca analizar cada caso particular
Preguntas
¿Se justificaría una intervención con el único objetivo de mejorar la comunicación entre individuos para mejorar la eficiencia?
¿La tecnología del blockchain que promete disminuir los problemas de moral hazard y selección adversa reduciría la necesidad de intervenir?
¿Qué calificación de bien (Privado, público, Toll, Pool) se le ajusta mejor a el dinero?
1-Elenor Ostrom fue la primera mujer en ganar el Premio Nobel en economía en 2009 por su trabajo en bienes de uso común. La teoría económica solamente clasificaba a los bienes como públicos y privados. Elenor incorpora en su estudio a los bienes de uso común y desafía la idea de que estos deben ser administrados por el Gobierno o privatizados.
Realizó distintos estudios sobre bosques, sistemas de agua, sistemas de riego, pastizales. De esta forma, logró descubrir que en los casos de mayor éxito en la gestión de bienes comunes son los propios usuarios quienes intervienen en las decisiones realizando actividades de monitoreo y estableciendo regulaciones y sanciones. También fue posible concluir que no existe un tipo de derecho de propiedad, sino cinco: acceso, extracción, manejo, exclusión y alienación.
2-Destaco la importancia del desarrollo de los principios para lograr una gestión eficiente de bienes comunes. Los cuales se otorgan importancia al rol de las comunidades al realizar un monitorio regular, establecer sanciones, crear sus propias reglas, entre otros. Sostengo que son puntos claros que pueden ser utilizados a la hora de organizar y evaluar el funcionamiento de diferentes gestiones. Además, pueden otorgar mayor importancia a las comunidades locales para que logren un mayor nivel de involucramiento que se probó ser crucial.
También destaco la frase de Elenor en su conferencia al ganar el Nobel que sostiene que “Complexity is not the same as chaos”. Por muchos años fue postergado este análisis por parte de los economistas haciendo referencia al caos de los sistemas complejos.
3- ¿Qué solución podría ofrecer para quienes viven en grandes ciudades y, en consecuencia, encuentran mayores dificultades para monitorear y controlar la administración de bienes de uso común que los habitantes de pequeñas comunidades?
¿Qué sugiere que debería ocurrir si no es posible cumplir los principios básicos para una gestión eficiente en manos de las comunidades? Por ejemplo, en el caso de que los mecanismos de resolución sean de difícil acceso y costosos. ¿Sería necesaria la privatización o intervención del Gobierno?
¿Se produjo un cambio en la organización de sistemas económicos complejos a partir de los aportes de Ostrom?
Ostrom busca nos muestra en el texto un marco meta-teórico para el análisis de los sistemas de relaciones humanas mas allá del modelo simplista que solo tiene en cuenta dos posibles mundos: el mercado con bienes privados y el estado con los bienes públicos. Añade dos tipos de bienes más al juego: los bienes de “peaje”, sin rivalidad en el consumo, pero con la posibilidad de excluir a terceros, que son proporcionados por pequeñas asociaciones privadas o públicas; y los recursos de un “pozo común”, que tienen la dificultad de excluir del consumo a otros, pero tienen cierta rivalidad de consumo (o “substractabilty of use” como prefiere llamarlo). Haciendo hincapié en estos últimos, pasa a demostrar muchos ejemplos de gobernanza policéntrica en el que la administración y el consumo de estos bienes son manejados por una red de relaciones más compleja que solo el mercado o el estado. Muestra la gran eficiencia que pueden alcanzar estos sistemas e invita a estudiar diseños de mecanismos que permitan imitar el espíritu de estos en nuevas situaciones.
Es muy interesante como desafía el supuesto de que los individuos son totalmente racionales y egoístas en el sentido de que siempre van a buscar su propia utilidad. Por este supuesto se da un dilema en situaciones donde no puede hacerse mucho para evitar free-riders sin una coerción externa, pero muestra evidencia que muchas veces esto mismo se evita desde el interior, al encontrar soluciones los propios agentes del dilema sin necesidad de acudir a un tercero. La confianza es una variable central, y vemos múltiples casos que se organizan con éxito para evitar el sobreconsumo de bienes de “pozo común”.
Además, es interesante su conclusión de no ha podido encontrar un conjunto de reglas que aseguren el éxito en la eficiencia. Esto se debe principalmente a que las circunstancias de cada comunidad son muy variadas y con diferentes trasfondos que precisan reglas diferentes. Sin embargo, concluye que si hay como denominador común ciertos principios de diseño en los mecanismos. En resumen, son principios que establecen que las reglas deben estar bien claras, los individuos deben participar de las decisiones, y debe haber un monitoreo con sanciones para quienes las incumplen.
1) ¿Hasta que escala cree que pueden implementarse estos sistemas de gobernanza policéntrica?
2) ¿Cree que el incentivo para implementarlos debería venir desde estado o del ámbito privado?
3) Siendo la confianza una piedra fundamental de estos sistemas, ¿no ve un peligro de shock ante una crisis de confianza? En especial pensando en lo difícil que es recuperarla una vez que se pierde.
1.Elinor Ostrom, primera mujer en obtener un Premio Nobel de Economía, plantea que no sirven los gobiernos grandes que buscan tratar de controlar a toda la población, confía en que las mejores formas de que tal funcione correctamente se dan en comunidades pequeñas. Con esta postura, esgrime una nueva clasificación de bienes, pasando de ser dos a cuatro, establece que hay cinco derechos de propiedad. Básicamente busca alargar las categorías clásicas, buscando tender un panorama donde se pueden entablar muchos análisis sobre diversas instituciones. Sugiere que las personas son más racionales de lo que la teoría clásica define, por ello, no esta limitado a dejarse influenciar por lo que un político le diga, tienen creatividad para poder solucionar sus problemas.
2.Me resulto interesante que, mediante el análisis y trabajo de laboratorio tuvieron la capacidad de diseñar un experimento CPR y cambiar un factor a la vez para administrar el impacto en los resultados. Esto, se puede comparar con el método usado por los empiristas, por ejemplo, utilizado por John Stuart Smith. Donde se trataba de separar algunas causas e ir analizando los cambios de ellas, uno por uno. Para ello, se tomaba al resto de las variables como ceteris paribus, así se iban modificando uno por uno los defectos o errores por corregir.
3.A) ¿Opina que, en una ciudad como Capital Federal, que hay varias comunas, cada comuna debería tener más poder y regirse autónomamente para poder funcionar mejor?
B) ¿Qué opina sobre la Argentina, donde hay provincias que ganan muchísimo más dinero y terminan aportando para que otras se puedan mantener? ¿Deberían independizarse económicamente? ¿O seguir la situación que ocurre hoy en día?
C) ¿Hasta qué punto los clásicos consideran la racionalidad? ¿Solo en el aspecto económico maximizando beneficios o también en lo social, político y cultural? Ya que, hay personas que se dejan guiar por medios de comunicación o por corrientes políticas, quedando atrapadas en un dilema similar al del prisionero.
Resumen
El trabajo de Ostrom amplia el espectro de bienes a ser estudiados por el campo económico. Su estudio recae sobre los “common-pool resources”. Estos comparten con los bienes privados la posibilidad de substraer a los individuos de su consumo (reemplaza la figura de competencia en el consumo por la de substracción), al mismo tiempo que comparte con los bienes públicos la dificultad para la exclusión. Asimismo, deja a un lado la lógica binaria para categorizar los bienes, estableciendo una dinámica con matices, pudiendo ser las características más o menos intensas. Ejemplos de este tipo de bien son los sistemas de irrigación, la atmósfera y los bosques, entre otros. A diferencia de la lógica preexistente en la que los bienes públicos eran administrados por los gobiernos y los privados por las empresas, los “common-pool resources” abren el juego a administraciones más complejas de carácter policéntrico.
Lo llamativo
Me resultó sorpresivo y admirable el trabajo llevado a cabo por Ostram, observando un paradigma establecido como los tipos de bienes, y pudiendo conceptualizar uno nuevo, pudiendo refrendar su teoría con un exhaustivo trabajo de campo para conformar su base empírica. El tipo de bien bajo estudio va en sintonía con los nuevos problemas que enfrenta la humanidad en las últimas décadas, y le brinda la posibilidad a los que estudian “public choice” de incorporar esquemas más complejos que aquel de bien público o privado, o administración colectiva o privada.
Por otro lado, encuentro altamente positiva la humildad intelectual de la autora, yendo más allá de la mera conceptualización de una teoría general y abarcativa para adentrarse en diversas situaciones específicas. Si bien ello reduce el alcance teórico de su trabajo, aumenta el nexo con situaciones reales, proliferando los puentes posibles para que su trabajo derive en mejoras efectivas a la hora de tomar decisiones organizacionales.
Preguntas
1. ¿La complejización del análisis de política pública que planteás no limita seriamente la posibilidad de modelizar tus lecciones?
2. ¿Cuál debería ser el rol ideal para cumplir por un individuo en sociedad para exhortar a su gobierno a que desarrolle instituciones del tipo que proponés?
3. ¿Hay un antagonismo entre las decisiones gubernamentales centralizadas de los países y la capacidad superadora de los individuos de resolver problemas eficientemente a baja escala?
Más allá de los mercados y los Estados: gobernanza policéntrica de sistemas económicos complejos, Elinor Ostrom (2009).
La lectura aborda la temática referente a la utilización y provisión de bienes de uso común y, en particular, mediante estudios empíricos, ofrece un cambio de paradigma respecto a la tradición iniciada por Hardin (1968) en Tragedia de los comunes. Desde el punto de vista de la autora, la representación clásica de estos dilemas sociales, a través de modelos como el juego del prisionero, ignora la capacidad organizativa de los individuos para resolver los problemas de sobreexplotación de recursos de uso común y provisión deficiente de bienes públicos. Esto se debe a que, a diferencia de los prisioneros, los usuarios de un recurso común no se encuentran tan limitados a la hora de llegar a acuerdos. Ostrom arguye que si bien la evidencia experimental corrobora la hipótesis de que los individuos aislados sobreexplotan los recursos de uso común, también se puede corroborar empíricamente que la actitud de los individuos cambia al permitirles entablar un diálogo entre sí. Con lo cual, en situaciones en que los individuos no se conocen, no pueden comunicarse ni generar acuerdos, normas y sanciones, las predicciones derivadas de modelos de individuos racionales en juegos no cooperativos tienen fuerte sostén. No obstante, la autora indica que en los sistemas organizados por los usuarios, estos crean un conjunto reglas referentes a quienes pueden utilizar los recursos, en qué medida y, además, se prevén represarías para aquellos que las incumplan.
Por otro lado, Ostrom opina, al igual que autores como Arrow, que la confianza desempeña un rol protagónico en la solución de dilemas sociales ya que esta induce a una mayor cooperación entre participantes y, por ende, conduce a mayores beneficios colectivos.
A destacar:
Ostrom alerta que no siempre los dilemas de la acción colectiva pueden ser resueltos por los involucrados. En línea con lo último, la autora señala que no existe un conjunto de reglas trascendente a las distintas situaciones que este relacionado con el éxito de los sistemas. Sin desmedro de lo anterior, la politóloga estadounidense da a conocer ciertos fundamentos -denominados principios de diseño- que suelen ser característicos de los sistemas fructíferos. Algunos de los más relevantes son: limites a los usuarios, reglas de apropiación acordes con las condiciones ambientales y sociales, participación de los involucrados en la elaboración de normativas, monitoreo, sanciones al incumplimiento y mecanismos de resolución de conflictos.
Me parecieron interesantes las conclusiones arrojadas por el estudio sobre los distintos sistemas de irrigación en Nepal. En este estudio se observó que los sistemas a cargo de campesinos tenían un desempeño significativamente superior a aquellos bajo órbita gubernamental.
Preguntas:
• “En experimentos simples de bienes públicos repetidos, los sujetos inicialmente tienden a contribuir en un nivel más alto que el que predice el equilibrio de Nash. (…) Por otra parte, en los juegos de bienes públicos y en los juegos de bienes de uso común los sujetos alcanzan inicialmente resultados mucho peores que los del equilibrio de Nash, al que se acercan de manera paulatina desde abajo.” ¿Cuál es la razón que explica esto?
• ¿La seguridad pública podría ser totalmente provista por el sector privado?
• ¿Cree que su premiación incidió en la forma en que se hace política pública actualmente?
Elinor Ostrom: la «tragedia de los comunes» y las soluciones comunitarias
Resumen:
Elinor Ostrom nos presenta, durante su discurso de Premio Nobel, una nueva visión para entender la realidad humana ante los cambios en los procesos de toma de decisiones y de organización. Para ella, la visión reduccionista de que hay dos mundos económicos posibles (el mercado y los bienes privados frente a los bienes estatales y públicos) es obsoleta. Según el autor, hay que tener en cuenta otros dos tipos de bienes: los bienes comunes sin rivalidad en su consumo que, de hecho, son gestionados por asociaciones, ya sean públicas o privadas, y los bienes comunes con rivalidad en el consumo. Muestra que estos dos tipos de bienes pueden ser manejados de manera diferente que sólo el mercado o el estado. La gestión de estos bienes es, de hecho, mucho más diversa: implica redes asociativas, humanas, locales, de autoayuda y voluntarias. De esta manera, la administración de los bienes y el consumo se separa del mercado y del Estado, y esto puede funcionar correctamente.
Lo novedoso o interesante:
Me pareció muy interesante y moderna la idea de que las redes más «humanas», ya sean asociativas, locales, empresariales, etc., pueden gestionar y asegurar el buen funcionamiento de los bienes de uso público, creando al mismo tiempo valor pecuniario y valor para los ciudadanos, sin abusar de ello. Esto permite a la sociedad desprenderse del órgano económico que es el Estado, que a menudo se encuentra en una lógica de coacción económica sobre sus ciudadanos y empresas. Pero también significa que ya no es posible utilizar los bienes gestionados por el sector privado, por el mercado, que sólo busca su propio beneficio personal (al menos el de los hombres y mujeres que lo dirigen) sin preocuparse por los usuarios.
Preguntas al autor:
¿Sería una administración más descentralizada en los países una buena solución para inspirar un gobierno policéntrico de los bienes públicos y de la vida económica en general?
¿Qué opina del inexorable avance del sector privado en la gestión de la economía?