La BBC es la cadena televisiva y de radio estatal en Inglaterra. A diferencia de lo que podríamos esperar en otros lados, suele ser muy diversa y neutral en sus contenidos. En una sección sobre la tendencia de las noticias plantea una pregunta que vale la pena considerar: ¿Debería un presidente de izquierda ir a un hospital privado? Esto es lo que comenta: http://www.bbc.com/news/blogs-trending-29903142
“He aquí el dilema: si un jefe de estado se enferma, ¿debe él o ella ir a un hospital público o a uno privado? La presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner eligió uno privado. EN un país donde casi la mitad de la población utiliza salud privada, la decisión de Fernández puede no parecer sorprendente.
La noticia sobre su internación en una clínica privada en Buenos Aires generó más de un comentario en los medios sociales. A pesar de alabar repetidamente el sistema de salud pública argentino, la líder izquierdista terminó en el Sanatorio Otamendi. Y no era la primera vez.
Tweets como “una vez más elige una clínica y no uno de sus hospitales” o “Cristina Kirchner hospitalizada, ¿en qué hospital?” fueron retuiteados muchas veces en los últimos días. Sin embargo, una foto, compartida más de 1300 veces con el mensaje “La diferencia entre el centro privado Otamendi y un hospital público”, lanzó el debate. La imagen muestra una de las habitaciones de lujo del Otamendi, parecidas a un hotel cinco estrellas, al lado de una cama en el hospital Eva Perón, recientemente cerrado.
Carl Boniffatti (@carlbonifatti), quien posteó el tuit, me dijo que tuvo ambas experiencias- salud privada y pública. “El Otamendi es un verdadero lujo”, mientras que su paso por un hospital público no fue muy placentero. “Tocar las paredes era desagradable”, dijo.
Algunos recordaron que hace dos años Fernández dijo en un discurso: “Sólo digo que cuando hay un sistema de salud pública, el presidente debe ir a un hospital público”. Y otros recordaron que, durante el cierre del gobierno norteamericano el año pasado, cuando dijo, “no seremos un país desarrollado, pero entendemos que la salud pública es una cuestión de Estado”.
No es ésta la primera vez que Fernández de Kirchner ha ido a una clínica privada. La presidente, de 61 años, fue tratada antes este año por un dolor de cadera y ciática y en Julio por una infección de garganta aguda. El año pasado tuvo cirugía para tratar un derrame en el cerebro y recientemente sufrió una inflamación en el colon sigmoidal. Según diarios locales, en todas estas ocasiones fue a centros privados.
BBC trending solicitó comentarios de la oficina presidencial argentina y el Ministerio de Salud, sin éxito.
Ignacio de los Reyes, nuestro representante en Buenos Aires, dijo a BBC Trending que en los últimos años el sector salud ha sido una prioridad para Cristina Fernández, pero que muchos de sus críticos afirman que el gobierno ha gastado en forma ineficiente. La demora estos años en la construcción de siete hospitales tampoco ha ayudado”.
En fin, esto es lo que plantea la BBC, y es una buena pregunta. Pero, tal vez, debería ir aún más allá. Esto es, tal vez deberían ir a los hospitales públicos no sólo los presidentes y los políticos que por ellos votan, sino los mismos partidarios de la salud estatal. Después de todo, hay que dar el ejemplo. ¿Podrían acaso argumentar que irían a los hospitales públicos si ellos funcionaran como creen que deberían hacerlo? Algo así como: iría a un hospital público si funcionara como uno en Suecia, pero como no son así, voy a uno privado. Uhm…, no parece muy consistente tampoco.
Y, por supuesto, quienes así pensaran seguramente tendrían también que invertir en pesos, dejar todos sus ahorros dentro del país y tomarse vacaciones localmente, comprar ropa nacional y trasladarse en autos producidos localmente.
Resumen:
Nos demuestra que antes pensábamos todos en las cifras de la productividad, asumiendo que el costo del trabajador era la cosa mas importante para decidir donde producir. Lo que explica el texto es que cuando uno toma en cuenta los otros factores como la eficaz de los empleados, tipos de cambios, costo de la energía, etc., que a veces sale mas barato producir en un país mas caro. Nos da cuatro caminos diferentes hacia los cuales los países van siendo debajo de presión, perdiendo su base, quedando, o ganando mas poder/éxito. Por eso, es importante tomar en cuenta no solo el costo final, pero los otros aspectos de la productividad también.
Analysis:
Para mi, este articulo significa la dirección donde van los negocios modernos; demuestra el cambio clave que están haciendo. Anteriormente nos enfocamos en todos los números pero ahora estamos empezando a analizar la productividad desde otros puntos de vista. Por ejemplo, es verdad que el pago es mas caro en Estados Unidos que en muchos otros países, pero puede ser que los trabajadores de los EEUU pueden producir en una forma mas eficiente. Básicamente nos informa que hay que mirar y analizar todos los aspectos de la operación para poder a tomar la decisión; es importante pensar como un innovador.
Preguntas:
Que medidas puede tomar una empresa que esta actualmente produciendo en un país barato pero ineficiente para tratar de mejorar la productividad?
Ha habido una reducción en la productividad en los países mas baratos por los últimos años? O nunca nos habíamos dado cuenta y siempre ha sido así?
Si un país estuviera produciendo en uno de los paies baratos, valdría la pena reemplazarse a un pais mas eficaz?
Es verdad que el hecho de que la Sra. Kirchner vaya a un hospital privado puede sonar incoherente, pero entiendo que todos, incluidos los políticos de izquierdas o los defensores de la salud proveída por el Estado, deberíamos poder ir al hospital que queramos, sin que podamos ser descalificados por ello.
El problema es que la actuación de la Sra. Kirchner demuestra que ella misma es consciente de lo ineficaz de su política, máxime cuando ha hecho bandera de la salud pública, pero, en lugar de enmendar su error y dar más cancha a la iniciativa privada, también en el sector de la salud, lo que hará es seguir despilfarrando más recursos de manera ineficiente. Y, como ella, la mayor parte de los estatistas que en el mundo han sido.
Creo que el problema no reside en si los presidentes de los Estados acuden o no a un hospital público, supongo que al pueblo de un determinado país le interesa contar con un buen servicio de salud, sin lujos pero eficaz, que no haya que esperar horas en la guardia para ser atendidos, que las paredes no se caigan a pedazos y que existan insumos suficientes para atender a los pacientes.
Como explica el artículo, nuestros gobernantes se jactan de apoyar a la salud publica pero han hecho un uso ineficiente de los recursos, cuando ya sabemos que las necesidades son infinitas y los recursos escasos.
Entonces, creo que volvemos al Capítulo sobre el comportamiento político, ¿Qué incentivos fuertes tiene los gobernantes para invertir en la salud pública?¿Quién vigila a los que vigilan?, la mayor parte de los ciudadanos, que contribuye con sus impuestos al Estado, elige la cobertura médica privada, claramente ese es un mensaje para los políticos, para reflexionar sobre el uso del gasto público.
Mi pregunta central seria, ¿Qué incentivos tiene el Estado para mejorar la salud pública cuando él cuenta con los recursos para ir a un hospital privado de lujo sin necesidad de mejorarla?.
Si puntualmente uno se refiere a la medicina, no creo que se haga mejor medicina en el sector privado que en el estatal. Estoy convencida que si los hospitales públicos contaran con la infraestructura que cuenta el sector privado, no me refiero tanto en la parte hotelería, que debería ser acorde a un lugar en el que se asisten a personas enfermas, sino equipados con todo tipo de aparatología, inclusive de última generación, no para esperar a un presidente, político o ministro, sino para la comunidad en general, no existirían dudas que nadie se hubiera hecho la pregunta que hoy nos convoca. Sólo se hubiera tratado de una simple elección.
En alguna oportunidad la presidente CFK comentó que su marido se atendió en un hospital público en Santa Cruz, lo que me sugiere que la provincia cuenta con mejor igual infraestructura en lo público que en lo privado, con lo cual como inferí anteriormente, solo es cuestión de elección y por eso la presidente sostuvo que “Hay sistema de salud pública cuando los presidentes se atienden en hospitales púbicos. Lo demás es puro cuento”.
Pero en las capitales de provincias importantes y en especial en la CABA y el gran Buenos Aires, la competencia entre lo público y privado es muy grande y por supuesto en la comparación de infraestructura y servicios, el hospital público no puede competir, salvo por el prestigio de sus médicos, que muchas veces son los mismos que laboran en los mejores efectores privados.
Para culminar resta decir que por la falta de políticas públicas los hospitales públicos, no están en buenas condiciones para competir con centros privados y en tanto sea el mismo Estado el que lo ubique en esta situación, seguirán planteándose para la Argentina, la misma pregunta que se hizo la BBC.
No es novedad la preferencia de los ciudadanos por los centros de salud privada. Pero deberíamos retroceder aún más y resaltar que los que asisten a un hospital privado es porque pueden elegir, no es el caso de toda la población.
Esta nota me recuerda al «Foro y el Bazar» donde los políticos se aprovechan de su corto período en el poder para impulsar políticas públicas que los beneficien solo a ellos. No solo no se encuentran incentivados ellos sino tampoco los ciudadanos, y ahí radica el problema, ya que los políticos solo llegan al poder mediante el voto.
Siempre los más perjudicados serán los que menos recursos tienen, los que menos herramientas les sean dadas, y esto me lleva a Richard Pipes en «Propiedad y Libertad». Si la propiedad se encuentra concentrada en unos pocos, menor libertad los otros tendrán, están condenados a no poder elegir.
El estado es el garante principal de los derechos que todos poseemos como personas y la salud es uno de ellos, si su participación es ineficiente, cada vez más personas optarán por una salud privada y aquéllos que tengan barreras para acceder a ella se verán atados de pies y manos y con la vida en riesgo.
Pero Cecilia, ¿por qué disponen los hospitales públicos a los que podía ir la Sra Kirchner de peores infraestructuras y servicios que el privado al que fue? ¿Es una mera cuestión de menos recursos destinados, o puede también influir que el Estado es más ineficiente gestionando recursos para satisfacer los deseos últimos de los ciudadanos?
Cuando se gestiona un presupuesto público, y la voz y el voto del consumidor, a través de un no distorsionado sistema de precios, no sirven para dirigir la asignación de recursos hacia la mejor satisfacción de aquél, difícilmente se alcanzaran mejores resultados (desde la perspectiva del consumidor) que en el mercado.
El hecho de que la Sra Kirchner eligiese un hospital privado (a pesar de su enorme preocupación por el sistema de salud pública, y los recursos a ella destinados) no hacen sino constatar lo que, a priori, podíamos deducir: la superioridad de un sistema de provisión sobre otro.
Fidel vive como los cubanos. Ja.
¿Debería consumir educación, seguridad y transporte publico? “.
La salud es una cuestión de estado”, amiga, el estado es un monopolio, no hay competencia, es ineficiente, aunque encontramos algunas manifestaciones de competencia como la que se puede llegar a producir entre jurisdicciones como la misma competencia por obtener, como dijo Tullock, la licencia exclusiva por un determinado tiempo del uso del aparato coercitivo, estas no alcanzan en estados donde la calidad institucional se encuentra en porcentajes relativos muy por debajo de la media.
En nuestra balanza pesa mas el oportunismo y el desincentivo de los votantes.
Que mas oportunismo que utilizar el aparato para adoctrinar ideas y/o comprar votos para ganar el ignorante, desinformado, desincentivado voto ciudadano (y mas que nada mantenerlo así), para sus intereses y dejando los costos para quien sabe cuando.
¿debería?, debería poder elegir donde atenderse como deberíamos todos poder elegir, de acuerdo a nuestras posibilidades, que nos debemos ganar con nuestro esfuerzo, inteligencia, audacia, perseverancia, tenemos que tender a mejorar, y un ambiente apto para eso es la competencia, es el equilibrio al que debería llegar el estado, no hace falta mas que recordar alguna competencia, cualquiera que fuese en que hemos intervenido, no somos todos iguales, y esta bien así.
Hay deficiencias, lo sabemos, pero el estado debería proveer herramientas para fortalecernos, motivarnos no para aquietarnos, debemos fortalecer nuestras instituciones, las formales como las informales y debemos darle lugar a la ideología como un verdadero costo que deban sortear los que nos quieran perjudicar.
Si nos vendemos por lo menos aumentemos nuestro valor.
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El otro día se converso la idea de los boucher en la educación, por que no en otras áreas como la salud.
Por ultimo me pregunto, es tan diferente que ella diga y haga otra cosa, de que nosotros decir y hacer otra cosa, en el mercado político nuestras preferencia toman relevancia en cuanto coinciden con la de otros, pero la diferencia, el cambio empieza por uno, uno mas uno. Si no que tan diferentes somos.
El planteo que realiza la BBC es muy interesante y cierto. En argentina se están llevando a cabo en los últimos años políticas de estado destinadas a distribuir riquezas con el objeto de fomentar la salud y educación públicas, entre otros servicios, mediante el cobro de impuestos a los ciudadanos. El gasto público es uno de los principales objetivos del gobierno de los últimos años y es común escuchar en los comunicados oficiales los avances que se dieron en nuestro país en materia de salud y educación por sobre todo; pero una cosa es escuchar los proyectos y una muy distinta es acercarse y plasmar la realidad de lo que está sucediendo, suena muy lindo escuchar hablar de la inauguración de nuevos hospitales o los insumos que reciben estos pero, en la práctica sucede realmente? Al salir a la realidad social podemos dar cuenta que sobretodo los hospitales públicos se encuentran desprovistos de todo tipo de insumos, muchas veces no hay siquiera personal para atender a las personas que llegan por lo que deben esperar por horas para ser atendidas, sin contar las condiciones infra higiénicas en las que se encuentran. Por estos motivos es que gran parte de la población pese a pagar los impuestos que exige el estado debe recurrir a alternativas como es la medicina prepaga privada, pero lo ilógico es que aquellos que promueven y sostienen esa salud pública que es tan beneficiosa y productiva en nuestro país no la utilicen. Esto genera un gran descontento muchas veces en la sociedad debido a que las personas pagan impuestos para recibir servicios por parte del estado pero al no poder utilizarlos debido a su sistema deficiente es que deben recurrir a servicios privados alternativos pagando nuevamente el mismo, entonces estarían pagando dos veces un mismo servicio ineficiente y otro más eficiente. El descontento crece al ver estados como Suecia donde sus ciudadanos pese a pagar altos impuestos se ven contentos con los servicios que reciben del estado ya que no deben acudir a alternativas y reconocen que el pago que realizan es efectivo y productivo. Por ultimo debo destacar que es muy cierto lo que se plantea en el texto debido a que es común ver a funcionarios del estado que pregonan políticas publicas distributivas con un alto porcentaje de intervención estatal en materia económica, imponiendo restricciones constantes en los mercados y en la industria, buscando favorecer la industria argentina, los productos nacionales, desincentivando la importación y controlando la entrada de divisas al país, pero por su parte al ver la vida privada de estos funcionarios actúan al revés de lo que sostienen en sus discursos, esto genera confusiones en nuestra sociedad debido a que la sociedad igualitaria que plantean no es llevada a la práctica por ellos.
Es muy interesante la pregunta realizada por la bbc debido a que los presidentes deberían atenderse en el sistema de salud público demostrando que este funciona correctamente. Esto generaría confianza en la gente, que se vería estimulada a hacer lo mismo y de esta manera sentiría que los impuestos que se pagan vuelven en servicios públicos eficientes. De otra manera, ¿cómo podría un funcionario exigir el pago de impuestos a los contribuyentes, si él no confia en el servicio que debe brindar con esos recursos? Además, todos tenemos derecho a recibir una atención de calidad, tengamos o no dinero para pagar un servicio privado.
Es muy conocido el discurso de ciertos gobiernos autodenominados «de izquierda», enarbolando la bandero de lo público, siempre alabando y enumerando los múltiples beneficios que un sistema de salud público propone, el cual propiciaría la posibilidad de acceso de todos los integrantes de un país a la salud, tal como lo propone el artículo 12 del Pacto internacional de derechos económicos, sociales y culturales al indicar:
«1. Los Estados Partes en el presente Pacto reconocen el derecho de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y mental.
2. Entre las medidas que deberán adoptar los Estados Partes en el Pacto a fin de asegurar la plena
efectividad de este derecho, figurarán las necesarias para:
a) La reducción de la mortinatalidad y de la mortalidad infantil, y el sano desarrollo de los niños;
b) El mejoramiento en todos sus aspectos de la higiene del trabajo y del medio ambiente;
c) La prevención y el tratamiento de las enfermedades epidémicas, endémicas, profesionales y
de otra índole, y la lucha contra ellas;
d) La creación de condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en caso de enfermedad
Incorporada este obligación por la aceptación de dicho pacto en la legislación nacional mediante el artículo 75 inciso 22 de la Constitución nacional y la aceptación de la Convención de Viena sobre el derecho de los tratados, cabe preguntarse: ¿Que incentivos tendrían los funcionarios gubernamentales para respetar y llevar a cabo políticas en aras de cumplir con este objetivo? ¿ Es este objetivo rentable de alguna manera? y sobre todo, el verdadero interrogante es, ¿ Es eficiente llevar a cabo un sistema de salud público?
Recuerdo el post hecho por el profesor donde justamente se hablaba de la eficiencia del sistema público de salud en Canadá, Provisión estatal de bienes “públicos”, la salud en Canadá y “Las Invasiones Bárbaras” donde se reflejaban los problemas de incentivos que le impiden alcanzar la eficiencia a la administración central, con una pesada burocracia e incluso se mostraban los tiempos de demora que tenían las entidades de salud para poder solucionar las distintas afecciones de los ciudadanos según las especialidades ya que el mismo se encontraba sobredemandado para la estructura existente. Esta situación nos demuestra que estructuralmente así planteado, no es eficiente este sistema público de salud y a lo único que lleva es al colapso del mismo, sobre todo por que las partidas presupuestarias no alcanzan para abarcar todos los gastos y los funcionarios no tienen un real interés en buscar soluciones al respecto, debido a que la inversión en salud no trae ningún rédito económico.
Luego de exponer lo anterior, es interesante aclarar que este mismo inconveniente se da también con el sistema de educación pública y me pareció muy interesante lo expuesto por la precandidata a diputada por el Frente Popular Democrático y Social, Vilma Ripoll, la misma propone impulsar un proyecto de ley para que los funcionarios se atiendan en hospitales públicos y envíen a sus hijos a escuelas estatales. Considero que sería un muy interesante proyecto y si se diera, habría un incentivo personal de los funcionarios para que estas instituciones mejoren, y estos sujetos serían el termómetro de como estos servicios funcionan, si su prestación es eficiente o se se debería repensar en otro sistema para el acceso a la salud y la educación, por ejemplo subvencionando a quien no pueda acceder a las instituciones privadas mediante becas y demás, generando una sana competencia entre las instituciones que deseen prestar estos servicios para poder tomar la mayor cantidad de alumnos/afiliados y a tal fin ofrezcan mejores prestaciones.
Buenos días.
Nos encontramos ante el supuesto en el que el Estado, considerado Estado keynesiano o benefactor, se arroga la facultad de asumir a la Salud como un bien público, por lo que su denominación es en consecuencia, la Salud Pública, la cual en la actualidad posee en sí misma una dicotomía perjudicial que iré describiendo en los parágrafos siguientes.
Recordemos que un bien público se caracteriza porque no existe rivalidad en el consumo, y porque no existe la posibilidad de excluir a nadie en el consumo. De esta manera todas las personas podrían ingresar al sistema de Salud Pública sin ninguna limitación, e independientemente de su capacidad de pago. Por consiguiente, si no hay exclusión en el consumo de la salud, no hay razón para que las personas paguen por dicho servicio, de modo que quien no aporte al ingreso estatal sea nacional, provincial, o municipal, se estaría beneficiando del aporte de otros contribuyentes que no utilizan dicho servicio. De modo que la conducta de este free rider sumado a la constante demanda de otros habitantes, y nuevos free riders, genera una externalidad negativa para todos los que soportamos las distintas cargas impositivas, debido a que cada vez los impuestos van creciendo, considerando además lógicamente aquel impuesto encubierto denominado inflación. Así la acción del contribuyente, el cual es producto de una coerción estatal principalmente fiscal, generada por la adopción de la Salud como un bien público, prestada sin ningún tipo de limitación, o retribución, genera una externalidad positiva en la que se benefician todos lo que utilizan tal servicio estatal, pero se debe tener en cuenta que la coerción estatal a este contribuyente es producto en verdad de la externalidad negativa que arroja el accionar del Estado en la administración, el financiamiento y subsidio a la oferta de la Salud Pública. El Estado keynesiano instauró a la institución estatal como principal proveedor de la salud, convirtiéndola en un administrador arbitrario e ineficiente de los recursos referidos a la salud. Los administradores estatales, son políticos con, tal vez, vocación para la salud, y, con seguridad, escasos conocimientos de puesta en práctica de conocimientos económicos que hagan a una eficiente prestación de un servicio fundamental como lo es la Salud. En consecuencia, y con gran astucia política con incentivos en busca de la re-elección, administran discrecional, ineficiente, e ignorantemente los recursos, manejándolos desde el desconocimiento y desde el fin político, manipulando la opinión pública, oscureciendo la información que de los recursos y su distribución pueda haber, incrementando mientras el aparato burocrático, con un gran esfuerzo por cobrar sin hacer, o cobrar sin ser productivo, permitiendo conductas políticas oportunistas, pero por sobre todo desatendiendo a las necesidades que las personas realmente necesitan, brindándoles un servicio ineficiente, que en definitiva no soluciona los problemas de la gente, o siendo el plazo y el cómo de la solución de sus problemas de salud una cuestión que queda reservada a la voluntad política que elige cuándo hacer (generalmente cuando se acercan elecciones), provocando a las personas otro malestar además de su salud. Al respecto me parece oportuno recordar a Ludwig von Mises:
“La burocracia gubernamental, por otro lado, tiende al desperdicio y a la corrupción y solamente los dictados políticos le sirven como incentivo para ser eficiente. Los operadores de las agencias públicas solamente deben satisfacer lo que sus superiores necesitan, no lo que necesitan los consumidores, y nunca se preocuparán por ser competitivos, por obtener beneficios o por desempeñarse con un bajo presupuesto para evitar la insolvencia.” A partir de lo expuesto y de lo que Mises afirma, considero que sería positivo entonces pensar en un subsidio a la demanda en la que cada persona pueda con su voucher elegir a qué servicio de salud acudir para satisfacer su necesidad, lo que generaría entonces una competencia positiva en tanto cada ente prestador de salud (público o privado) estará obligado, para no desaparecer o mermar su actividad con resultados económicamente negativos, a buscar innovación tecnológica, mejorar su calidad asistencial, como la gestión de sus recursos.
Para ir finalizando, considero menester unas reflexiones finales: nos encontramos, en virtud de lo que he comentado, en una dicotomía perjudicial, cuya causa es una planificación central estatal ineficiente en busca de fines políticos en vez de fines que contribuyan a servir de manera eficaz a la salud del ser humano, pero que la raíz de esta causa considero que puede originarse a partir del concepto creado por Friedrich August von Hayek, denominado la “arrogancia fatal”, según el cual estos planificadores estatales centralistas creen arrogantemente que la información que poseen es toda la información existente, con resultados fatales para la sociedad. Por consiguiente lo que es perjudicial, o en algunos casos “fatal” respecto de la Salud Pública, es que a partir de lo explicado en los parágrafos anteriores, se pretende ante la auto-atribución estatal de obligarse a prestar un servicio de salud pública, considerando a la salud como un bien público, una necesidad de establecer un sistema equitativo en cuanto al acceso de todas las personas al servicio de la Salud, pero la nocividad radica en la dicotomía hoy en día casi excluyente entre un sistema de Salud Pública equitativo vs. un sistema de Salud Pública eficiente.
En resumen, Mises diría: debido a que las rentas de la burocracia son más bien cuestión de asignación política que de que asignación por parte del consumidor, no existen incentivos para que los proveedores gubernamentales actúen ni siquiera tan eficientemente y con tanto éxito como los proveedores privados.
A modo de conclusión, como ya sabemos, los políticos tienen sus incentivos a corto plazo, aunque siempre están buscando la re-elección, o bien otros puestos políticos en busca de la perpetuidad en el poder político estatal, en pos de sus propios beneficios económicos y si posteridad familiar si es posible. Por ello, con miras a perdurar en el futuro, necesitan gozar de una buena salud, rodeada de medicamentos cuyo valor pecuniario es relativamente alto, pero que con sus dudosos ingresos los pueden pagar, sumado a la atención en centros asistenciales de salud privada con tecnología de avanzada, donde no hay escasez de recursos, ni de insumos, ni fallas edilicias que pudieran afectar a los profesionales, al personal, y a los pacientes, donde no hay espera para ser atendido por un médico, y ni se debe hacer una fila extensa para obtener un turno (aunque en el caso de ellos, no necesitan de esto). Los hechos están a la vista, los políticos administran un sistema de Salud pública equitativo e ineficiente, este sistema que ellos alimentan y que es utilizado por quienes los votan, ellos no lo utilizan y no se relacionan en ese ámbito con quienes los votan, por qué? porque sus preferencias no radican en los servicios que ellos prestan, se autoproclaman populares, pero no acuden a un servicio de salud pública, sino que prefieren un sistema de salud selecto, de élite, donde lo popular desaparece, pero por sobre este sistema de salud que eligen para sí es rápido, tecnológicamente moderno, y eficiente, será que ellos creen que su salud vale más que quienes los votan?.
Alan D. Ricco
La situación del sistema de Salud Publico en la Argentina se destruyo con el paso del tiempo. La falta de inversión que el Estado ha venido realizando en las últimas décadas ha sumergido al sistema de Salud en una crisis Terminal.
El estado edilicio es decadente, paredes y techos que se caen abajo; salas que se inundan los días de lluvia; instalaciones eléctricas, de gas y de agua, que han quedado retrasadas por décadas; etc. Pero hay que tener en cuenta que esta crisis de la Salud Publica solo
Golpea a los desempleados, jubilados; en general a los que tienen bajos ingresos que componen la mayoría de la clase obrera en nuestro país. Hemos visto que cuando algo es “publico” o sea de todos, el recurso es depredado porque nadie tiene un incentivo real para cuidarlo. Podemos analizarlo bajo ese aspecto, pero en el artículo se plasmo una visión política desde otro punto. El estado tiene un presupuesto para destinarlo entre tantas cosas a las mejoras en el área de salud. Evidentemente no hay ningún tipo de inversión en este aspecto.
Párrafo aparte merecen ser mencionados los capitalistas de la industria farmacéutica, de las instituciones de salud, y de la tecnología para diagnosticar orientaron sus planes a la obtención de superganancias.
Evidentemente para el gobierno es un tema secundario porque mientras ellos puedan recurrir al centro privado, como todos los que tienen un buen pasar pueden, no hay mayor problema.
Este artículo nos permite ver como todo lo visto hasta ahora, durante el desarrollo de la materia, ocurre de manera inversa en la sociedad.
En el capítulo IV del libro, vimos que el votante carece de incentivos para estar informado; como su voto es uno más en un millón y no determinará el resultado, tiende a ser “racionalmente ignorante” y a no buscar adecuada información para emitir un voto coherente. Los políticos, por ende, aprovechan de esta situación, y tienden a apelar a las emociones, a través de frases simples y conmovedoras, como lo hace la señora Kirchner con frases tales como las mencionadas en el texto, entre ellas, “sólo digo que cuando hay un sistema de salud pública, el presidente debe ir a un hospital público”. No obstante, ella misma termina contradiciendo sus dichos con sus hechos, porque no está haciendo otra cosa que demostrar la ineficacia de su gobierno y el empleo inadecuado de los recursos. Está visto, el estado deplorable en que se encuentran los hospitales públicos día a día, y ya no sólo se trata de un inconvenientes en el estado del inmueble, sino en la falta de insumos para asistir a los ciudadanos.
Personalmente pienso, dejando a un lado el debate en cuestión, que también el individuo muchas veces no suele cuidar lo que es público, es decir, de todos, de la sociedad en su conjunto, y fomenta, con acciones, a que el recurso se deprede, hasta el punto de desaparecer. Sin embargo, esto no exime al Estado de responsabilidad.
Claramente, el Estado no está realizando un adecuado uso de su presupuesto. Y lo más arrogante, es que estamos hablando sobre un derecho fundamental, como lo es la salud y si el Estado no asume su compromiso e intenta remediar la situación, ¿quién lo va a hacer en su lugar? Lamentablemente, es triste, pero es la realidad que nos toca afrontar a todos. El poder es atractivo y vemos, que los políticos únicamente buscan asegurarse la próxima reelección, prometiendo cosas, que en definitiva nunca se cumplen.
Y la consecuencia de ello, es que los únicos afectados realmente aquí son las personas de bajos recursos (desempleados, personas con un mínimo salario para su subsistencia y la de su familia, o personas con una mísera jubilación). Mientras los ricos, tengan el acceso fácil a centros de salud privados, a prepagas que les garanticen la atención en prestigiosos y lujosos centros médicos, el tema de la salud pública pasa a un segundo plano.
Como de costumbre, los políticos se contradicen una vez más. O quizás no se contradicen tanto: es decir, son ineficientes y corruptos administrando recursos, lo saben, y como tienen recursos suficientes (a diferencia de grandes sectores de la población), prefieren atenderse en establecimientos distintos a aquellos que están bajo su esfera de administración, porque ya saben que son un desastre. Desde este punto de vista, es perfectamente predecible que un político actúe de esta manera.
Pero el problema se advierte cuando se pregonan ideologías contrarias a las acciones que finalmente se llevan a cabo. Cuando el mensaje constante es «Sector Privado: malo – Estado: bueno», este tipo de actitudes contribuyen a decodificar el mensaje de la siguiente manera: «El Estado es bueno, pero mejor úsenlo ustedes (pueblo), ya que Yo (político) puedo acceder a algo mejor».
Por otra parte, leí en varios lugares que un argumento a favor sería que un dirigente tiene derecho, al igual que cualquier ciudadano, a elegir libremente el lugar dónde atenderse. Es cierto que cualquier ciudadano tiene derecho a escoger con libertad el lugar y los profesionales con quien atenderse. El problema radica en que los gobernantes no son «cualquier ciudadano». El Estado tiene el deber de ser la Persona (jurídica) moral por excelencia, y no puede comportarse como un particular.
El día que existan leyes que obliguen a los dirigentes a atenderse en hospitales públicos o mandar a sus hijos a escuelas públicas, ese día estas discusiones serán superfluas, ya que los servicios públicos serán eficientes, porque serán los políticos quienes estén obligados, al igual que cualquier ciudadano, a hacer uso de ellos.
Considero que el problema de que un jefe de estado acuda o no a un hospital privado no es problema.
Para mi esto radica en si en las condiciones que estan los hospitales publicos (hablo de Argentina), ellos son capaces de atenderse, cosa que dudo.
Esto es uno de los problemas, y hablo del servicio a la salud, que muchos de los politicos deberian tratar para generar el famoso incentivo del que se habla en el libro. Muchos politicos hablan y prometen pero muy poco realizan lo que deben y utilizan el dinero y el recurso como deberia ser.
No hace falta hacer un gran análisis para poder concluir que lo expuesto en el articulo principal demuestra una clara acción de demagogia por parte de Cristina F. Kirchner. Demagogia que el sistema social Argentino (aunque Latinoamericano también) maquilla y no quiere ver porque lo entiende como “irrelevante” en las acciones gubernamentales. Este pensamiento no es casual, sino mas bien causal. La demagogia penetra en los individuos de manera silenciosa y a la vez violenta sin ellos darse cuenta. Esto se debe a un proceso de métodos de gobierno que han sido tomados por la mayoría de los gobiernos en nuestro país, el cual se denomina “populismo”. El populismo en Argentina ha resultado nefasto en términos culturales, al punto de cambiar las instituciones por el poder imaginario de “el pueblo”. A su vez, la discusión Izquierda vs. Derecha, ha quedado en un pasado y resulta irrelevante para este país y, particularmente, para ser aplicado a este tema. El populismo puede ser de izquierda o derecha sin distinción y, de la mano de la demagogia, han sido los mayores responsables del acto de colocar flores sobre las cadenas intelectuales de la sociedad.
Recuerdo haber leído a una persona decir sobre esta cuestión, defendiendo el por que Cristina iba a una clínica y no a un hospital, que ella iba al Privado porque no quería ocupar una cama e insumos que alguien con problemas económicos pudiera necesitar mas que ella, ya que ella tenia los medios necesarios para poder ir a una clínica y así evitar ocupar ese espacio tan necesario para otros.
Por un lado me pareció un argumento valido, considerando lo colapsado que esta el sistema de salud argentino, pero no es una idea que termine de procesar mi cerebro, porque primero que nada, la palabra lo dice, hospitales PUBLICOS, es decir, para TODOS. No puede excluirse a nadie en el consumo. no hay rivalidad en el consumo ni clases sociales para la salud publica. Claro esta, en teoría…
Y por el otro lado, tal como dice el articulo, los funcionarios y la presidenta son los que deberían dar el ejemplo y demostrar que las inversiones que ellos hacen en escuelas, hospitales, etc, son útiles, buenas y que sirven para todos. Ya que si no va ahí es porque debe considerar mas allá del planteo mencionado arriba, que la atención es diferente en un hospital que en una clínica. Por supuesto esto dejando de lado a los profesionales, que dan su vida por atender bien a sus pacientes, sino que me refiero a tema insumos, edilicios, recursos, etc.
Pienso también que pasa con la partida presupuestaria que una presidenta necesita ir a una clínica en vez de a un hospital?
No se hizo correctamente el presupuesto como para abarcar los suficientes recursos que permitan realizar los gastos necesarios para mejorar los hospitales?. O se destino poco dinero a la salud publica?.
Creo que el problema claramente es una falta de inversión en salud publica y una falta de compromiso por parte de los gobernantes que no dan el ejemplo.
En un país con buena salud publica, ni siquiera serian necesarias las clínicas. Pero por un tema de ganancias, capitalismo puro, van a seguir existiendo y se va a seguir comerciando con la salud.
No olvidemos la cantidad enorme de dinero que le conlleva a estas empresas las operaciones, las internaciones y el enorme negocio que hay atrás de esto así como de la industria farmacéutica.
Con la salud no se debe negociar y los políticos deben hacer uso de los servicios públicos como uno mas de los ciudadanos.
La pregunta que se hace la BBCC con cierta ironía no hace mas que reflejar la realidad de un Estado que no puedo cumplir con sus promesas. Un Estado cuya gran estructura hace que resulte imposible mantener la calidad en los servicios que la misma presta. Solo basta con entrar a un hospital público para entender la elección de la Presidenta respecto de internarse en un sanatorio privado. Claro está que las condiciones de nuestros servicios públicos no son las mejores y lamentablemente muchos ciudadanos no tienen otra opción que éstos. Uno de los dilema que podemos plantearnos ante esta circunstancia es, si el Estado debería seguir subsidiando a la oferta ( hospitales, escuelas…etc) o por el contrario debería hacerlo respecto de la demanda, es decir, podríamos preguntarnos si no sería mejor, subsidiar a los consumidores de los servicios a través de lo que se conoce como “vouchers” para que éstos puedan elegir donde ellos quieran consumir , por lo cual los distintos prestadores de un mismo servicio ( ej educación ) tendrían un mayor incentivos en dar una mejor calidad de los mismos, como producto de la competencia.
Por supuesto que la discusión en si esta bien que un presidente de izquierda vaya o no a un centro de salud publica, parece en si no ser el problema de lo que se discute. La presidente como cualquier ciudadano puede elegir entre un hospital publico y uno privado y no deberiamos juzgarla por la decision que tome, ahora bien el problema radica en la hipocresia de dicha decision y en la verdad revelada que ella deja.
Un presidente que se vanagloria de su sistema de salud, deberia usarlo no por el hecho de decidir lo publico por sobre lo privado como un acto enteramente moral sino por decidir ir a un hospital publico porque brinda un servicio mejor. Seguramente en paises como Suecia, muchisimos de sus ciudadanos elegirian un hospital publico incluso poniendoles a costo cero un hospital privado.
Estas decisiones que toman aquellos alineados politicamente «con la izquierda» son terriblemente frecuentes, ya que con su bolsillo tratan de tomar las decisiones que mas le convienen pero sin embargo con el dinero de los demas no lo hacen. Es logico : cuando el costo de la decision lo sufrimos en carne propia, la decision la trataremos de hacer de la forma mas eficiente.
Yendo a un plano mas economico, surge una pregunta de dificil respuesta incluso para gran parte de los liberales, ¿El sistema de salud debe ser publico o privado?
Un sistema de salud totalmente privado, pareciera quizas muy desprovisto de humanidad, pudiendo excluir a cualquiera que no pueda pagar el precio y creo que eso deberia ser mitigado, ahora bien ¿es necesario que el Estado provea de forma directa el servicio?.
En mi opinion el sistema implementado de los «vales» por Suecia, parece ser un sistema interesante y eficiente, ya que no deja desprovisto al ciudadano como podria ser en un sistema 100% privado, pero tampoco deja «preso» al ciudadano que no puede pagar el precio, de atenderse en un establecimiento de mayor calidad y tener que recurrir al hospital publico solo porque no tiene otra posibilidad de eleccion. Ademas el sistema de vales, despertaria una suerte de «competencia» entre los hospital publicos y privados para ver quien puede atraer mayores pacientes.
En conclusion como hemos visto a lo largo del curso, las necesidades pueden ser satisfechas de dos formas: una la politica, con las dificultades que esta tiene y otra el mercado con tambien sus fallas, bastante menos dificultosas de resolver que en la otra. En servicios publicos elementales como la Salud y la Educacion, parece que el camino a escoger esta aun mas borroso, por la capacidad de exclusion que tienen los bienes privados y resulta necesario que el Estado aparezca de alguna forma, ya sea por su poder regulatorio, por su provision directa, por aplicacion de subsidios, etc
Si hay algo que queda claro, sin necesidad de ningún analisis economico y social, es que si el propio Presidente de la Nacion, decide lo privado por sobre lo publico, compra importado por sobre lo Nacional, etc, es que la Izquierda solo tiene ideas bien intencionadas que ni siquiera son llevadas a la practica por quienes la esgrimen como bandera.
Considero que el problema radica basicamente en la buena asignacion de recursos genuinos a la salud publica , no es de importancia si la presidenta dice una cosa y luego otra ,sabemos muy bien que hablar con la verdad o ser consecuente con lo que uno dice no es una de las virtudes de nuestros políticos, además los interesante es que millones de argentinos eligen la salud privada ,sabiendo que parte de sus aportes impositivos son derivados a la salud ,el mismo caso se presenta cuando uno habla de educación .
La buena asignación de recursos implicaria intervenir cuando surgen los problemas de eficiencia. Lo típico de una empresa pública: los pacientes están internados más tiempo porque nadie ahorra recursos, el personal trabaja a media máquina porque no cobra por incentivo y porque peor aun porque no hay ningun tipo de sanciones .
Creo que lo mejor seria un híbrido entre ambas cuestiones manejar la salud con recursos del estado y comportarse como una empresa privada.
Considero que la salud pública podríamos catalogarla como un “recurso común” ya que no se puede excluir pero el consumo de uno es rival respecto del consumo de otro en cambio la salud brindada por parte privada es un “bien privado” ya que se puede excluir a quien no paga por el servicio pero al igual que en la salud pública hay rivalidad en el consumo.
No veo inconvenientes en que la salud sea un servicio brindado por el Estado o por el sector privado, pero creo que no tendrían que ser tan distintos los niveles entre lo que ofrece uno y el otro.
Lo que sucede en la salud es algo muy similar a lo que sucede en la educación, si bien el Estado se encarga de repartir los recursos que obtiene a través de impuestos, parece ser que no lo está realizando de la forma más eficiente, porque por más de que se inauguren más escuelas o más hospitales no se logra solucionar el problema porque no se mejoran los edificios y los servicios que ya existen, los políticos se preocupan más por quedar bien ante el pueblo, utilizando estas políticas de corto plazo, queriendo demostrar con nuevos edificios que se esta invirtiendo y trabajando por el pueblo cuando realmente todos sabemos que no es así, si bien son útiles las ampliaciones para desconcentrar la población y acercar a todos estos importantes servicios hay muchas cosas que deberían mejorar. Por ejemplo si se acuerda que el Estado sea el que brinde estos servicios, deberían ser para toda la sociedad, no solamente para los que no pueden contratar servicios privados, debe garantizarse un nivel de igualdad para toda la población y principalmente deben desarrollarse políticas a largo plazo que a su vez abarquen distintas áreas para establecer un mejor nivel general de la calidad de vida de la población. Este tema fue tratado en el mes de octubre cuando se debatió acerca del Acceso y Cobertura Universal en Salud (http://www.paho.org/arg/index.php?option=com_content&view=article&id=9802:argentina-promueve-la-cobertura-universal-en-salud-a-traves-de-diversas-actividades&catid=331:arg.01-desarrollo-de-politicas,sistemas-y-servicio&Itemid=225).
Respecto de lo último creo la gente que es partidaria de la salud estatal no deja de ir a los hospitales porque no sean como los de Suecia sino porque en genral no tienen insumos, no cumplen con los requerimientos basicos de higiene y faltan muchisimas especialidades medicas y el necesario instrunental para realizar los estudios. Por otra parte creo que esto es responsabilidad exclusiva de la clase dirigente y me parece una contradicción en si misma que la presidenta atienda su salud en istituciones privadas. Pero este gobierno nos tiene acostumbrados a este tipo de contradicciones a su propio modelo. De hecho se traslada de olivos a la casa rosada en elicoptero todos los dias. Y luego crítica cualquier demostración de capacidad adquisitiva por parte de los particulares.
Hay sectores enteros dedicados a la atención de la salud presidencial en los centros públicos y por una u otra razón nunca son utilizados. Néstor hizo lo mismo que Cristina y demostró que nadie se muere en la víspera por más cobertura costosa que tenga.
Hay temas que hoy considero difíciles de explicar , por ejemplo ¿Cómo le digo a un chico que los hospitales son buenos si la primera mandataria se opera en un centro privado? Algunos recordamos cómo hace dos años Fernández afirmó durante un discurso :
“Yo sólo estoy diciendo que hay un sistema de salud pública cuando el presidente va a un hospital público.” Y, durante el cierre del gobierno de Estados Unidos el año pasado, cuando ella dijo “no podemos ser un país desarrollado, pero entendemos que la salud pública es un asunto de Estado.”
Algún día deberemos ir recuperando el valor de los ejemplos, entender que las personas aprenden por los ojos, no por la boca, y que si alguien inaugura hospitales pero se atiende en centros privados, será muy difícil que la sociedad logre alguna vez la armonía que tanto necesita. Todos los ciudadanos deberíamos hacer cumplir el derecho a un sistema de salud eficiente, decente, adecuado. digno que merecemos y que existe solo en las palabras de los politicos en un discurso…
Mas alla de ser una contradiccion, pienso que todos los presidentes sean de derecha o izquierda deberian ser atendidos en el sector publico de la salud pero, hay que saber diferenciar el cargo y la funcion que ejercen los mandatarios con la persona que tiene derecho a elegir. Es de suma importancia la salud del presidente por eso tambien creo que es necesario la mejor atencion por ser el representante del pueblo elegido a traves del voto popular. Ademas pensemos que pasaria en el hipotetico caso de fallecimiento de un jefe de estado donde se anoticie que por ejemplo, que el estado del paciente se complico por faltas de insumos? No deberia ser asi, pero la realidad marca que nuestro sistema de salud ha sido destruido a lo largo de los años y la solucion no es que los presidentes vayan al servicio publico sino que el servicio de salud publica mejore a partir de politicas de estado concretas.
RESUMEN
En el capítulo cuatro y cinco de “El Foro y El Bazar” se habló sobre los lineamientos utilizados comúnmente por los políticos para llegar al poder. El des interés de los votantes sobre las medidas regulatorias para dirigir el país tienden a que los postulantes a dichos cargos tiendan a generar promesas sin fundamento, dentro de una institución “democrática” Se trató así mismo sobre las medidas impositivas de recaudación de impuestos y como éstas tienden a mostrar información errónea de los precios reales de los productos en el mercado. Por último se habló sobre la problemática en que se ven sometidos los países con recursos naturales abundantes, pero sin marcos institucionales fuertes que puedan dirigir al país, por lo que estos recursos terminan en un largo plazo menoscabando la economía debido a malas políticas implementadas.
TEMA NOVEDOSO
La enfermedad holandesa es un fenómeno que considero podría ser el sustituto a la problemática maltusiana que se enfrentaba la población previo a la Revolución Industrial, debido a que en la actualidad son pocos los países que poseen marcos institucionales adecuados para la explotación de los recursos naturales de una forma adecuada. A este respecto se le debe de agregar que estos recursos no solo afectan en primera instancia la recolección de impuestos, sino que si no son explotados adecuadamente, o concesionados dentro de un marco institucional adecuado, los problemas que se generen pueden ocasionar una expansión ondulatoria, tal como la que expresa Cantillon para la inflación.
PREGUNTAS
1. En países donde la demografía es dispersa, los niveles socioculturales son muy marcados y existe una alta tasa de analfabetismo (caso de Haiti o Guatemala) como se puede promover que la población se informe sobre las directrices políticas de los aspirantes a la presidencia, cuando los votantes buscan muchas veces sobrevivir el día a día, pero llegan a las urnas influenciados por algún aspirante que ha comprado su voto con sentimentalismos o promesas de un bien material?
2. Considerando la democracia un sistema imperfecto, aunque el mejor que los otros sistemas experimentados. Cuál de los sistemas teóricos propuestos, (tal es el caso del anarcocapitalsimo) considera pueda ser una solución tacita para los países con una alto problema de política institucional?
3. En países con problemas institucionales y sociedades no unificadas, si el Estado promueve la explotación de los recursos naturales a terceras personas promoviendo la estructura empresarial, los empresarios en la búsqueda de la maximización lucrativa dañara otros recursos circundantes que no le interesen. Que mecanismos se han tornado más adecuados, para regular a las empresas que explotan los recursos naturales en países con marcos institucionales más fortalecidos?
«Haz lo que yo digo mas no lo que yo hago».
Siguiendo la linea del discurso K, La presidente deberia ir a los hospitales publicos. Pero la realidad que solo el gobierno describe ya es un relato que se cae de maduro.
Es verdad que son muchos los hospitales publicos donde hay profesionales de excelencia.. pero no se puede negar que el sistema de salud publica en los ultimos años es pauperrima. Estamos hablando de turnos a dos tres meses, guardias sin camas, poco personal, falta de insumos. Entonces por ejemplo una persona con alguna insuficiencia cardiaca grave que no tenga acceso a salud privada. Muchas veces termina en muerte. Por que? Porque la salud publica esta en decadencia, esta mal ediliciamente, mal en infraestructura, en insumos, en sueldos, etc. Pero esto no es otra cosa que lo que se viene logrando con el sistema populista. Un excesivo y desmedido gasto de los recursos del estado. «Haz lo que yo digo mas no lo que yo hago».
Siguiendo la linea del discurso K, La presidente deberia ir a los hospitales publicos. Pero la realidad que solo el gobierno describe ya es un relato que se cae de maduro.
Es verdad que son muchos los hospitales publicos donde hay profesionales de excelencia.. pero no se puede negar que el sistema de salud publica en los ultimos años es pauperrima. Estamos hablando de turnos a dos tres meses, guardias sin camas, poco personal, falta de insumos. Entonces por ejemplo una persona con alguna insuficiencia cardiaca grave que no tenga acceso a salud privada. Muchas veces termina en muerte. Por que? Porque la salud publica esta en decadencia, esta mal ediliciamente, mal en infraestructura, en insumos, en sueldos, etc. Pero esto no es otra cosa que lo que se viene logrando con el sistema populista. Un excesivo y desmedido gasto de los recursos del estado. Un mal manejo del presupuesto y las consecuencias estan a la vista.
Entonces, desde mi optica, tener salud publica, gratis, o educacion por ejemplo, si es ser nacional y popular, pero este camino no es el correcto. Es muy grande la falta de inversion, y de obras publicas y es cada vez mas grande la brecha que separa a la sociedad.
El hecho de que la Presidente recurra a un hospital privado, pone mas en tela de juicio el mal funcionamiento de la salud pública en Argentina. La ineficacia, el deterioro, la mala atención y la escaséz de materiales en los hopitales públicos, lleva a que la mayor parte de la población, prefiera la medicina privada. El problema surge cuando los sectores mas pobres, que no cuentan con obras sociales ni con prepagas, no pueden acceder a una atención adecuada, ya sea por la demora en el sitema de turnos para consultas externas, las faltas de camas en caso de que necesiten internación, o cuando necesitan estudios mas complejos por enfermedades mas graves y que requieren un tratamiento continuo y/o prolongado.
Creo que los gobernantes deberían evaluar los recursos que se destinan a la salud pública, ya que se ve que no estan cumpliendo con la finalidad pretendida en una política que busca la integración y el bienestar común. Tal vez sea porque el Estado regulador, nunca lleva a cabo una buena administración, ya sea por falta de incentivos o porque sólo planean políticas a corto plazo para que se vean resultados, y muchas veces mínimos, mientras dura su gestión. Habría que evaluar si tanto en la salud como en otros servicios podría llegar a ser mas eficáz otro tipo de política, como por ejemplo, una «política de vouchers», que como ya hemos visto, busca susbsidiar a la demanda, haciendo que los oferentes tengan mas incentivos en mejorar debido a la mayor competencia.
En definitiva, creo que este tema de la elección de la Presidente tendría que ser un disparador para evaluar cómo se planificaran los presupuestos, cómo se destinarán los recursos y qué es lo que conviene subsidiar y también mejorar, en vez de generar críticas a la ligera que tiene mas que ver con la simpatía que uno tenga ó no con este gobierno, que con un análisis mas profundo que busca soluciones prácticas para el funcionamiento del sistema de salud en nuestro país.
Como primer sentimiento, me resulta lamentable que la noticia tenga origen en el Reino Unido. Y me resulta contradictorio el comentario de que en ciertos países desarrollados los gobernantes atiendan sus enfermedades en hospitales públicos.
La medicina privada es un servicio relativamente nuevo en Argentina.
Cualquier ciudadano si dispone de posibilidad de un servicio de salud seguro, sea privado o público optaría por el que le resulte más económico y más confiable.
Un funcionario estaría en la misma situación a que hice referencia para cualquier ciudadano.
Tiempo atrás uno y otro hubieran acudido al único servicio existente: el hospital público. También uno y otro se hubiera ocupado de preservar las calidades de ese único servicio.
Me permito expresar mi vocación porque todos promuevan calidad y economía para el servicio sanitario, público y privado
Creo que la Presidente si debería atenderse en un hospital público. La razón es sencilla: es necesario que los discursos de los políticos comiencen a tener coherencia con sus propios actos. Hay que empezar a predicar con el ejemplo.
Sin embargo, acudir a centros de salud privados, parece ser algo bastante usual entre algunos de los presidentes latinoamericanos http://www.perfil.com/ediciones/elobservador/-20121-639-0047.html
Que la presidente se exprese durante un acto diciendo que “Hay sistema de salud pública cuando los presidentes se atienden en hospitales públicos. Lo demás es puro cuento”, pero luego elija atenderse en una clínica privada y lujosa, no solo evidencia la falta de coherencia, sino que parece darnos un mensaje no muy feliz, y ese mensaje es que para la Presidente no hay sistema de salud pública…O peor aún: existe un sistema de salud pública en decadencia, con falta de infraestructura, de insumos, falta de equipos…para la gente que no tiene posibilidad de optar por otro, o como dice Hugo Arce, médico y autor de “El sistema de salud” , para “ciudadanos de segunda”…y un sistema de salud privado, para ciudadanos que si pueden pagarlo y acceder a esos servicios.
De hecho existe una sala que el ex Presidente Néstor Kirchner hizo acondicionar en el Hospital Argerich, donde se internó para un chequeo en el año 2005 (aunque luego no la usó más, y pasó a atenderse en clínicas privadas, lujosas también, como Los Arcos). Es decir que la Presidente tendría esa sala disponible para su atención…Sin embargo ,la Presidente elige la atención privada. Quizás padeciendo ella misma las falencias del sistema de salud pública que tanto elogia, no solo pueda dar el ejemplo de austeridad que muchos seguimos esperando, sino que por fin veremos en acto, lo que escuchamos en palabras. Es posible pensar que si los políticos se atendieran en el sistema de salud pública, ello funcionaría como incentivo para mejorar la situación en que se encuentra actualmente. Lamentablemente, y tal como hoy están planteadas las cosas, parece que no existen incentivos para invertir presupuesto en salud (pese al aumento de la demanda en el sector público), ni para realizar esos gastos en forma eficiente. Respecto a lo planteado por algunos acerca de que ella puede elegir…es cierto, puede elegir (o tiene la suerte de poder elegir)….Pero para actuar conforme a su discurso, debería elegir la atención pública. En todo caso, habrá que pensar un sistema de salud en el que todos podamos elegir (y no solo algunos…).
Es un tema muy recurrente lo que hemos visto en clase en cuanto a que los votantes son racionalmente apáticos y no buscan la información adecuada al momento de tomar sus decisiones. El votante carece de incentivos para tomar una decisión porque sabe que su voto no influirá en una elección.
Los políticos aprovechan toda esta situación a través de frases vacías de contenido. Y es lo que sucedió con nuestra presidenta. Hace un tiempo dijo que un presidente debe ir a un hospital público pero terminó yendo a un privado (vaya a uno saber por qué).
En realidad sí se sabe por qué: porque nuestros hospitales públicos están en condiciones decadentes, no se consiguen insumos, las instalaciones se desmoronan, la seguridad que debe haber ahí dentro es nula, etc.
Tema aparte es el cuidado que hacen los ciudadanos sobre la cosa pública, en este caso, un hospital. Muchas veces, sabiendo que es el único lugar cerca al que se puede acudir, se lo termina destruyendo.
Abocándome sólo y únicamente a su discurso, considero que somos muchos los que coincidimos en que debería atenderse en un Hospital Público para dar y tener coherencia entre lo que dice y hace. Haber dicho en un discurso cosas tales como que la salud pública es una cuestión de Estado, o que el sistema de salud pública funciona cuando los Presidentes se atienden en él, sino es ‘puro cuento’, va un poco más allá que el simple hecho de esperar que un Jefe de Estado que responde a la izquierda se asista en Hospitales del Estado, se trata de expresiones tan explícitas, directas y firmes, que plantean una atención principal ante estas circunstancias, quiero decir, implican ser correlativas con sus acciones, predicar con el ejemplo, como quien dice.
Aclarado eso, sabemos las condiciones de los Hospitales no suelen ser las mejores, uno no deja de reconocer la calidad profesional que en ellos existe, pero tampoco ignorar la falta de insumos, las condiciones edilicias muy deterioradas, la higiene muchas veces escasa, y la forma de prestación de los servicios, entre algunas otras cosas.
Así también, como individuos si proyectamos alguna situación de salud crítica en nosotros mismos, y aún compartiendo la idea de la salud pública y su nivel, consideramos centros que se especialicen en la enfermedad que padecemos por ejemplo, razón que nos lleva a tener en cuenta o elegir clínicas de salud privada.
También dada la hipótesis que un o una Presidente sea internado en un Hospital Público, el sistema de seguridad del mismo o del funcionario dado su condición, debería funcionar para garantizarle seguridad durante su estadía.
Por lo que, estamos hablando de un sistema de salud pública que funcione de forma casi perfecta o lo mejor que sea posible, y en consecuencia de una seguridad que funcione de igual manera.
Situación que sabemos no es real, lo que no significa que sea imposible.
A la pregunta: ¿Debería un presidente de izquierda ir a un hospital privado?
La presidente de la Nación Argentina cada vez que sufrió alguna situación de enfermedad o cuadro clínico complejo decidió atenderse en hospitales privados. Lamentablemente para el pueblo argentino no es ninguna novedad ni tampoco algo que nos llame la atención justamente porque la salud como la seguridad, la educación y la justicia arrojan diariamente las dificultades que tienen para brindar y garantizar calidad en los servicios.
El FPV al cual pertenece la Sra Kirchner si alguna vez tuvo algo que ver con la izquierda, hoy está muy lejos de reconocerse como tal.
La discusión no es poner en tela de juicio sobre la calidad de los profesionales argentinos, quienes son reconocidos mundialmente cuya formación académica es excelente. Es muy probable que profesionales que trabajan en la salud pública también lo hagan en la salud privada. La cuestión aquí no es el servicio y los insumos con los que trabajan los profesionales, sino más bien la actitud de la presidente.
Su gestión está marcada por borrar con el codo lo que escribe con la mano, se jacta de invertir en transporte y sucede tragedia como la Línea de trenes Sarmiento, por invertir en educación y obtener el peor rendimiento de evaluación de toda la historia del sistema educativo, en invertir en seguridad con muertes y victimas de accidentes como nunca, cuando no victimas de las propias fuerzas de seguridad como el caso Arruga.
Entonces como no hacer uso una vez más de su poder, demostrando que ella accede a servicios privados cuando el pueblo debe hacerlo en hospitales públicos en pésimas condiciones.
El pueblo como verdadero soberano del estado es quien delega en sus representantes. El FPV supero en las urnas a cualquier otra propuesta política, de este modo debemos aceptar y hasta justificar que la Sra presidente elija la salud privada porque es obvio que los que la votaron harían lo mismo si pudieran solo que a ellos les toca sí o sí esperar la atención en la salud pública.