La economía neoclásica ha centrado su análisis sobre la competencia en el de la “estructura de los mercados”, determinando mayores o menores grados de “poder de mercado” en relación a la cantidad de participantes. Con los alumnos de Microeconomía de Omma Madrid, vemos el texto de Hayek “El significado de la competencia”. Algunos párrafos:
“El argumento en favor de la competencia no se basa en las condiciones hipotéticas que existirían si fuera perfecta. Empero, en los casos en que los hechos objetivos hicieran posible que se aproximara a la perfección, se garantizaría al mismo tiempo la asignación más efectiva de recursos. Y aunque, en consecuencia, siendo éste el caso se eliminarían todos los obstáculos humanos a la competencia, eso no quiere decir que ésta no dé por resultado el uso más efectivo posible de los recursos a través de los medios conocidos en aquellas situaciones donde la natura-leza misma del caso hace que sea imperfecta. Aunque lo único que se asegure mediante la entrada libre en el mercado sea que en un momento dado se produzcan, con la menor cantidad de recursos presentes posible en un determinado momento histórico, todos los bienes y servicios para los que habría una demanda efectiva en caso de estar disponibles — aun cuando el precio que deba pagar el consumidor sea considerablemente mayor, y apenas inferior al costo del próximo bien destinado a satisfacer de la mejor manera su necesidad—, creo que esto es mucho más de lo que podemos esperar de cualquier otro sistema conocido. El punto decisivo radica en la consideración básica de que es muy poco probable (prescindiendo de los obstáculos artificiales que la actividad gubernamental crea o elimina) que durante un período de tiempo determinado un bien o servicio sea ofrecido únicamente a un precio al cual quienes no participan en el mercado pudieran esperar obtener un beneficio superior al normal si entraran en él.
En mi opinión, la enseñanza práctica de todo esto es que no deberíamos preocuparnos tanto porque la competencia sea perfecta en un caso determinado, y ocuparnos mucho más de que haya competencia. Lo que nuestros modelos teóricos de industrias separadas ocultan es que, en la práctica, el abismo que divide a la competencia de la ausencia de competencia es mucho mayor que el que separa a la competencia perfecta de la imperfecta. Con todo, la tendencia actual en las discusiones es ser intolerante ante las imperfecciones y callar ante las restricciones que se oponen a la competencia. Es factible, que aprendamos aún más acerca de la trascendencia real de este proceso si estudiamos los resultados que habitualmente se producen cuando se lo suprime deliberadamente que si nos concentramos en sus deficiencias en la vida real si se lo compara con un ideal que no es pertinente en una situación objetivamente dada. Y digo cuando se suprime (280) deliberadamente la competencia” y no “en ausencia de competencia”, porque sus efectos esenciales operan, aunque con mayor lentitud, siempre y cuando no se la suprima abiertamente con el apoyo o la tolerancia del estado. La experiencia nos enseña que, por lo general, los males que derivan de la restricción de la competencia están en un plano distinto de los que pueden provocar las imperfecciones de ésta. El hecho de que muy probablemente un monopolio artificial tenga costos mucho mayores que los necesarios es más grave que la situación en la cual los precios no correspondan a los costos marginales. Por otra parte, un monopolio que deba su existencia a una eficiencia superior provoca un daño relativamente menor, en la medida en que se asegure que desaparecerá tan pronto como aparezca alguien más eficiente para satisfacer las necesidades de los consumidores.”
Y en un tema que no deja de ser relevante para la Argentina, Hayek comenta la competencia en el mercado que suele ser puesto siempre como ejemplo de “competencia perfecta”, el de granos:
“Cuando comparamos un mercado “imperfecto” como éste con un mercado relativamente “perfecto» como lo es, por ejemplo, el de los granos, nos encontramos en mejor posición para señalar la distinción que ha estado presente en todo este análisis: la diferencia entre los hechos objetivos fundamentales constitutivos de una situación que la acción humana no puede alterar, y la naturaleza de las actividades competitivas en función de las cuales los hombres se adaptan a esa situación. En casos como éste al que hacemos referencia estamos frente a un mercado sumamente organizado de un bien totalmente estandarizado producido por gran número de productores, en el cual la necesidad de que haya actividades competitivas, o el alcance que pueden tener, son limitados en virtud de que, por la naturaleza misma de la situación, las condiciones que esas actividades podrían originar ya están satisfechas desde un principio. En la mayoría de los casos, todos los participantes del mercado cuentan con el mismo grado de información respecto de los mejores métodos para producir un bien, su naturaleza y aplicaciones. El conocimiento acerca de cualquier cambio se difunde con tal rapidez y la adaptación correspondiente se efectúa en (277) forma tan inmediata que habitualmente se atribuye poca importancia a lo que sucede durante esos breves períodos de transición, y el análisis se limita a comparar los dos períodos de cuasi-equilibrio que existen antes y después de ellos. Sin embargo, es precisamente durante ese intervalo breve y subestimado cuando operan y se hacen visibles las fuerzas de la competencia. Y son justamente los hechos que tienen lugar en este intervalo los que debemos estudiar si queremos “explicar” el equilibrio que lo sucede.”
Resumen de Clase
Tema: La competencia como proceso de mercado
Profesor: Martin Krause
Alumno: Manuel Ramos
La competencia es un proceso constante de descubrimiento e innovación para el desarrollo y satisfacción de las necesidades de la sociedad. Desde la perspectiva y propuesta de Hayek, la competencia debería ser considerada como un procedimiento para descubrir hechos – acciones- que, de no recurrir a ella, serían desconocidos para todos o, por lo menos, no serían utilizados. Los resultados de las acciones competitivas son diferentes e impredecibles dentro de un mercado espontáneo sujeto a diferentes necesidades. Por tanto, es irreal determinar la estructura social de un país que aún no descubre cuáles son sus recursos materiales y humanos. La competencia es precisamente esto…descubrir las circunstancias especiales – quienes tienen este tipo de conocimiento están más informados sobre las necesidades de la sociedad (mercado) que deben ser satisfechas por los productores. Las sociedades que se atienen a la competencia para lograr este propósito han alcanzado sus objetivos más exitosamente que otras. Hayek hace una comparación de la competencia como proceso de descubrimiento contra el método científico – y define que la competencia es un método para descubrir “hechos particulares” que son relevantes para alcanzar objetivos específicos temporales y cuya utilidad se descubre mediante la competencia en el mercado, estos hecho particulares son en gran medida transitorios, en tanto, que la ciencia aspira al descubrimiento de lo que se denomina a veces “hechos generales”, que son regularidades de los acontecimientos. Luego la señal que envía el sistema de precios, dirige a los individuos sobre aquello que vale la pena descubrir respecto a lo que el mercado ofrece en materia de bienes y servicios. El conocimiento al cual se refiere Hayek en cuanto a la capacidad para descubrir “circunstancias especiales – hechos particulares”, es necesario para que los productores de bienes o servicios produzcan lo que requiere el mercado. A partir de esta premisa Hayek denomina a la competencia como un método de descubrimiento y no como una situación de competencia perfecta donde se supone que todos los hechos han sido dados.
Cosas novedosas:
Me llama la atención como el orden espontaneo del mercado – no garantiza que siempre sean satisfechas aquellas necesidades que la “opinión general” considera como más importantes, antes que las escaseces menos trascendentes. Sin embargo, el conocimiento que usa el mercado para satisfacer sus insuficiencias es el que poseen todos sus miembros, y los fines a los que sirve son aquellos objetivos propios de los individuos en su máxima expresión y en sus desacuerdos. El cese de la competencia es el resultado de la presunción de que los hechos están dados, que ya han sido descubiertos y que, por tanto, esta homogeneidad de datos entre los participantes del mercado bajo la tilde de competencia perfecta produce un sentido de equilibrio económico. Hayek confirma que dicho equilibrio no existe, en lugar de usar el concepto de equilibrio opta por el de “orden” para discutir los problemas de la política económica. Un orden que hasta cierto punto es abordable, en diversos grados, y que puede ser conservado a través de un proceso de cambios. Este orden se manifiesta, en primer lugar, en torno a las transacciones que logren efectuarse entre los miembros de la sociedad. Otro concepto que me llama la atención, está relacionado con los incentivos, que se usan de forma perversa para inducir a los individuos a que se esfuercen más para efecto de recibir una mayor remuneración. No obstante, es el sistema de precios el que revela las cosas que debemos hacer en lugar de mostrarnos sobre cómo debemos actuar. Por esta razón, mantener un determinado nivel de riqueza requiere de incesantes modificaciones en la dirección de los esfuerzos de algunas personas, las que sólo tendrán lugar si se aumentan las remuneraciones de ciertas actividades y disminuyen las de otras. Otro renglón interesante es sobre la política de ingresos, que se inclina más a prevenir que a facilitar aquellos cambios en las estructuras de precios e ingresos que son necesarios para adaptar a circunstancias nuevas al sistema. Hayek reconoce que un sistema económico donde cada uno obtiene lo que otros piensan que merecen, se comportará como un sistema altamente ineficiente, aparte de ser intolerantemente opresivo.
Preguntas:
¿Qué elementos deberían eliminarse para lograr una mayor eficiencia de los competidores en determinados mercados?
¿Podría el Estado legitimar prácticas como el dumping?
¿Por qué convierte en una práctica ilegal el hecho de que un productor venda a menor precio que sus costes de producción por un determinado plazo de tiempo para abatir la competencia?
¿Podrían existir mercados sin competencia?
Cuál es la idea de la intervención: ¿Controlar, mejorar o destruir la libre competencia en un mercado imperfecto?
La competencia como proceso de mercado
Resumen
1.El conocimiento necesario para el desarrollo económico no es algo que este dado de antemano, sino que solo se descubre en el marco de la libre concurrencia.
2.El mercado es un mecanismo de extracción y transmisión de la información, no substituible por la planificación, puesto que, sin él, simplemente, dejaría de estar disponible.
3.Dondequiera que se pueda justificar racionalmente el uso de la competencia, ello será solo sobre la base de que no conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores.
4.La competencia es un procedimiento para descubrir hechos, que, de no recurrir a ella, serian desconocidos para todos o, por lo menos, no serían utilizados.
5.La competencia es valiosa solo porque, y en tanto, sus resultados son imprevisibles y diferentes, en general, de aquellos que alguien hubiera perseguido deliberadamente.
6.Los efectos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o el derrotar algunas expectativas o intenciones particulares.
7.La competencia es un método de descubrimiento.
8La peculiaridad de la competencia es que su desempeño no puede ser sometido a prueba en los casos particulares en que es significativa, sino que se demuestra solo por el hecho de que en comparación con otras disposiciones alternativas será el mercado el que prevalecerá.
9.La capacidad de predecir de la teoría de la competencia está necesariamente limitada al tipo de patrón o el carácter abstracto del orden que se forma, pero no se extiende a la predicción de hechos particulares.
10.La teoría económica parece cerrarse a veces, desde un principio, el camino hacia una evaluación del carácter del proceso de la competencia, ya que parte de la suposición de una oferta dada de los bienes escasos.
Lo más novedoso
1.Solamente los resultados provisorios que resultan del proceso del mercado en cada etapa, indican a los individuos los que deben buscar.
2.Es de crucial importancia para la comprensión del funcionamiento del mercado el hecho de que un alto grado de coincidencias de expectativas tenga por causas la desilusión sistemática de algún tipo de expectativas.
3.El mercado deja, en gran medida, la combinación particular de bienes y su distribución entre los individuos a circunstancias imprevisibles y, en este sentido, a la casualidad.
4.La interpretación errónea del orden del mercado, como una economía que puede y debe satisfacer necesidades diversas en un cierto orden de prioridad, aparece especialmente en los esfuerzos de las políticas destinadas a corregir los precios e ingresos, en función de lo que se denomina justicia social.
5.Todo ajuste económico se hace necesario a raíz de cambios imprevisibles.
6.La razón en rigor para emplear el mecanismo de precios, es la de señalar a los individuos que los que están haciendo o pudieran hacer ha llegado a ser menos o más requerido, por motivos de los que ellos no son responsables.
7.La adaptación de todo el orden de actividades a las nuevas circunstancias descansa en la remuneración que deriva del cambio en estas diversas actividades, independientemente de los méritos o faltas de aquellos que han sido afectados.
8.Todas aquellas curvas agregadas de demanda y oferta, con las cuales nos gustas operar, no constituyen en realidad hechos objetivamente determinados, sino resultados del proceso de competencia que continúa ininterrumpidamente.
9.En una sociedad democrática es totalmente imposible crear por mandatos cambios que nos son considerados justos, y cuya necesidad nunca podrás ser claramente demostrada.
10.Unas de las razones principales de la aversión a la competencia es, evidentemente, el que esta no solo muestra cómo pueden hacerse las cosas en forma más efectiva, sino que enfrenta a aquellos que dependen del mercado para sus ingresos con la sola alternativa de imitar a los más exitosos o perder parte de sus ingresos.
Tres preguntas:
1. ¿Hay otros casos en que el uso de modelos matemáticos para explicar una ley o concepto en economía produzca nefastos efectos, tal cual el modelo de competencia perfecto??
2. ¿Podrías explicar con un ejemplo la manera en la cual, los economistas matemáticos, se han equivocado al utilizar el modelo de competencia perfecto como el eje sobre el que pivotan sus teorías?
3. ¿La competencia como proceso dinámico de rivalidad, debe ser regulada? Las empresas son negocios con muchos intereses y los actores no siempre tienen el mismo código de ética. Para garantizar igualdad en la competencia, ¿debe ser regulada mediante ley? ¿Y qué pasa con los países que su sistema legal es débil?
Resumen
En el mercado hay distintos datos de diferentes personas y procesos que cambias los datos de las personas, lo que se denomina como nueva información
Para que se de competencia perfecta se necesita:
• Un producto homogéneo, ofrecido y demandado en grandes cantidades por pequeños vendedores y que no esperan influir en el precio con sus decisiones
• Tiene que existir un libre mercado
• Conocimiento de toda la información por parte de todos los participantes
El problema de la competencia perfecta no se soluciona teniendo la información perfecta porque quedaría el problema de cómo utilizar el conocimiento.
Que dos profesionales no tengan el mismo conocimiento no quiere decir que no compitan, ya que lo importante no es que se produzcan bienes iguales, si no quién soluciona mejor las necesidades surgidas.
Si la información sobre los cambios importantes se distribuye despacio puede significar, aunque no en todos los casos, un problema de débil competencia.
El problema económico que se intenta resolver con la competencia es como hacer el mejor uso de los recursos existentes.
Las verdaderas barreras son los bloqueos a la competencia y no la imperfección de esta.
Lo novedoso
El mercado conoce como producir los bienes al mejor precio y de la forma más eficiente.
El mercado no necesita competencia perfecta. Necesita que los empresarios entren en procesos de competencia pero mejorando procesos, no tanto el precio.
El problema económico es hacer el mejor uso de los recursos existentes.
Un monopolio eficiente no hace daño si tan pronto como aparece una empresa más eficiente el monopolio desaparece.
Preguntas
Las diferentes vocaciones o tendencias temporales de carreras universitarias pueden hacer que haya un menor factor humano en un determinado sector y lastre la competencia futura. ¿Cómo se puede evitar que si existe una menor tendencia a cursar una carrera como la de medicina, la futura innovación en dicho sector pueda reducirse a la mínima expresión?
¿No lastran las patentes la competencia? Sin patentes, los nuevos emprendedores podrían acceder a ese conocimiento mejorarlo, en lugar de tener que partir de cero por una vía alternativa a la patentada que consume mayores recursos.
Si no hay barreras de entrada ni restricciones, el número de emprendedores, de capital y de recursos invertidos en un sector con una burbuja como el inmobiliario puede ser enorme y además concentrado en muy poco tiempo. ¿El libre mercado y la libre competencia no amplifican y aceleran los ciclos económicos?
RESUMEN:
Hayek señala que la libre competencia de los individuos es la mejor forma de conseguir la información dispersa que hay en cualquier sociedad, llegando al punto de ser absolutamente determinante en el desarrollo de la misma.
Igualmente establece cómo los precios con libre competencia son los que proporcionan mayor cantidad de información y por lo tanto, dicha libre competencia se debe dar y defender para evitar la ausencia o simplemente la manipulación de dichos precios.
Por ello, el socialismo entendido como sistema donde existe una planificación central, es algo claramente negativo, ya que el propio planificador sería quien establecería los fines y medios, en lugar de ser el conjunto de la sociedad, de cada uno de sus ciudadanos libremente. Es imposible que la existencia de un planificador central constituya un mejor sistema cuando inevitablemente se pierde el conocimiento que todo el conjunto de la sociedad acumula.
Son las sociedades con menor desarrollo y más retrasadas en su evolución social y económica las que más se beneficiarían de esta libre competencia. En esas sociedades existen, en términos relativos, muchas más oportunidades y beneficios ocultos, de modo que el advenimiento de un nuevo sistema de libre competencia haría posible un crecimiento en el bienestar de esa sociedad muy superior. Siempre es fundamental, pero más si cabe en este tipo de sociedades más atrasadas, la protección de las iniciativas y empresas individuales. Pero ello solamente es posible mediante la institución de la propiedad privada y el conjunto total de las instituciones libertarias contenidas en la ley.
NOVEDOSO:
– Me parece especialmente relevante el especial foco que pone Hayek en las sociedades/naciones menos desarrolladas, cómo son ellas las que más se beneficiarían de una mayor competencia.
– El planificador central simplemente no puede siquiera aspirar a tener el conocimiento acumulado de la sociedad en su conjunto.
– Prefiere el término “orden” a “equilibrio” porque este último presupone que los hechos ya han sido descubiertos, y que ha cesado, por tanto, la competencia.
PREGUNTAS:
– ¿Qué propondría en mercados donde existe un monopolio natural y no existe competencia?
– La existencia de impuestos que se imponen y deben pagar ciudadanos y empresas, o incluso la existencia de los Estados modernos, ¿no significa que la competencia no puede, ni siquiera idealmente, ser una competencia perfecta?
– ¿Es siempre una mayor competencia algo positivo? Por ejemplo, la ampliación de horarios a 24h/7 días a la semana ha terminado con multitud de pequeños comercios. ¿Cómo le explicamos a esos trabajadores que han perdido su empleo y/o su negocio, que el incremento de la competencia es buena para ellos?
– El hombre es un ser moral. Sólo aceptando esto tiene sentido que existan sociedades que prefieren ser menos ricas, pero luchar contra las desigualdades. Si no, todos los países copiarían a EE.UU. como nación más rica. Parece que el ser humano se resiste a esto, y por eso tanta gente vota opciones socialistas o comunistas, sabiendo que el país crecerá menos, pero moralmente se defienden (al menos teóricamente) otro tipo de valores. ¿Tiene sentido separar absolutamente moralidad de economía?
LA COMPETENCIA COMO PROCESO DE DESCUBRIMIENTO
Friedrich A. von Hayek
El conocimiento necesario para el desarrollo económico sólo se descubre en el marco de competencia. El mercado es un mecanismo de extracción y transmisión de la información que no puede sustituirse por la planificación.
En una economía alguien adjudica recursos para conseguir un orden unitario de fines, pero el orden espontáneo producido por el mercado no es de esta especie, y en muchos aspectos importantes no se comporta como una economía propiamente tal.
El orden espontáneo no garantiza que aquellas necesidades que la opinión general considera más importantes serán siempre satisfechas, antes que las escaseces menos trascendentes. Esta es la razón principal por la cual la gente objeta este orden.
El socialismo es un sistema que pretende que el orden del mercado se transforme en una economía en la que una escala común de prioridades determina cuáles de las diversas necesidades deben ser satisfechas y cuáles no. Sólo el conocimiento del organizador puede participar en el diseño de la economía propiamente tal, y todos los miembros de dicha economía deben guiarse en sus acciones por la jerarquía unitaria de los fines que ésta sirve.
El orden espontáneo del mercado en cambio se beneficia de que el conocimiento que se usa en el mercado es aquel que poseen todos sus miembros, y los fines que sirve son los objetivos propios de aquellos individuos, en toda su variedad y desacuerdo.
La existencia de un orden espontáneo no tiene una finalidad, pero puede conducir al logro de muchos fines particulares diferentes, que no son conocidos, en su conjunto, por ninguna persona singular ni por grupos relativamente pequeños de individuos.
Los economistas suelen referirse al orden que produce la competencia como un equilibrio, pero el equilibrio económico no existe.
La clase de orden que nuestra teoría describe se manifiesta, en primer lugar, en la circunstancia de que las expectativas en torno a las transacciones que logren efectuarse con otros miembros de la sociedad —sobre las cuales se basan los planes de los diversos asuntos económicos— pueden ser satisfechas en su mayor parte.
Es de crucial importancia para la comprensión del funcionamiento del mercado el hecho de que un alto grado de coincidencias de expectativas tenga por causa la desilusión sistemática de algún tipo de expectativas: Un ajuste mutuo de los planes individuales originado por “retroalimentación negativa”.
El mercado no es sólo un ajuste mutuo de los planes individuales y garantiza que todo lo que se produce lo será por la gente que puede hacerlo a menos precio (o por lo menos igualmente barato) que otros que no lo producen (y que no pueden dedicar su energía a elaborar algo que sea comparativamente más barato), y que todo producto será vendido a un precio inferior a aquel que pudiera suministrar otra persona que, de hecho, no lo produce.
Cuando detectamos oportunidades no aprovechadas, descubriremos que ellas no se han desarrollado, porque su uso es impedido ya sea por el poder de la autoridad (incluso por la imposición de privilegios de patentes) o por algún mal uso personal del poder que la ley debería prohibir.
La interpretación errónea del orden del mercado, como una economía que puede y debe satisfacer necesidades diversas en un cierto orden de prioridad, aparece especialmente en los esfuerzos de las políticas destinadas a corregir los precios e ingresos, en función de lo que se denomina “justicia social”.
En la práctica de la política económica el concepto “justicia social” ha implicado siempre la protección de ciertos grupos, para evitar que éstos desciendan necesariamente de la posición material absoluta o relativa que han disfrutado durante cierto tiempo.
Pero éste no es un principio sobre cuya base se puede actuar en forma general, sin destruir con ello los fundamentos del orden del mercado. El incremento continuo, y aún la mera mantención del nivel existente de ingresos, depende de la adaptación a ciertos cambios imprevisibles.
La cuota relativa y, quizás también la absoluta, de algunos deberá reducirse, aunque éstos no sean responsables en manera alguna de su reducción.
Todo ajuste económico se hace necesario a raíz de cambios imprevisibles, y la razón para emplear el mecanismo de precios es la de señalar a los individuos que lo que están haciendo o pudieran hacer ha llegado a ser menos o más requerido, por motivos de los que ellos no son responsables.
La adaptación de todo el orden de actividades a las nuevas circunstancias descansa en la remuneración (remuneration) que deriva del cambio en estas diversas actividades, independientemente de los méritos o faltas de aquellos que han sido afectados.
La indicación más importante que ofrecen los precios consiste en decirnos qué es lo que se debe hacer. En un mundo que cambia continuamente, incluso la mera mantención de un nivel determinado de riqueza requiere de incesantes modificaciones en la dirección de los esfuerzos de algunas personas, las que sólo tendrán lugar si se aumentan las remuneraciones de ciertas actividades y disminuyen las de otras.
Con estos ajustes, que en condiciones relativamente estables sólo son necesarios para mantener la corriente de ingresos, no hay ningún “excedente” (surplus) disponible que pueda ser usado para compensar a aquellos contra los cuales se revierten los precios. Sólo en un sistema que crezca rápidamente podemos esperar que se eviten descensos absolutos en las posiciones de ciertos grupos.
Es sólo en virtud del mecanismo del mercado que las personas se sienten motivadas para entrar a éste y llenar la brecha provocada por el fracaso de algunos en satisfacer las expectativas de sus asociados.
En una sociedad democrática es totalmente imposible crear por mandato cambios que no son considerados justos, y cuya necesidad nunca podrá ser claramente demostrada. La regulación premeditada en dicho sistema político siempre tenderá a asegurar aquellos precios que parecen ser justos. Esto significa, en la práctica, la conservación de la estructura tradicional de ingresos y precios. Un sistema económico en que cada uno obtiene lo que otros piensan que merecen será un sistema altamente ineficiente; aparte de ser también intolerablemente opresivo. Toda “política de ingresos”, por consiguiente, se inclina más a prevenir que a facilitar aquellos cambios en las estructuras de precios e ingresos que son necesarios para adaptar el sistema a circunstancias nuevas.
Si en los sistemas económicos altamente desarrollados la competencia es importante como proceso de sondeo, en el que los exploradores buscan oportunidades no aprovechadas, que al ser descubiertas pueden ser utilizadas también por otras personas, lo es aún más en los países subdesarrollados.
Mi atención se ha volcado principalmente, en forma deliberada, a los problemas de la preservación de un orden que sea capaz de proveer con eficacia las condiciones que se precisan para conocer la mayoría de los recursos y las técnicas, y donde las adaptaciones constantes de las actividades se hacen necesarias sólo a través de cambios menores inevitables, los que posibilitan la mantención de un nivel determinado de ingresos.
No consideraré aquí el papel indudable que juega la competencia en el avance del conocimiento tecnológico. Pero sí quiero señalar que éste es cuanto más importante donde no ha habido antes una competencia activa, y
donde la tarea principal consiste en descubrir las posibilidades aún desconocidas de la sociedad.
No podemos prever y controlar la estructura de la sociedad que emergerá en los países altamente desarrollados, en virtud del desarrollo tecnológico. Es irreal creer que podemos determinar anticipadamente la estructura social de un país cuyo problema principal es todavía descubrir cuáles son los recursos materiales y humanos disponibles, o que seamos capaces de predecir las consecuencias particulares de cualquiera medida que podamos tomar respecto a tal país.
En esas sociedades existe tanto más por descubrirse y la mayor libertad de competencia es más importante en tales países que en otros más avanzados, pues que los cambios requeridos en los hábitos y costumbres tendrán lugar sólo si algunos pocos, que desean y son capaces de experimentar con métodos nuevos, consiguen que la mayoría se vea, por necesidad, obligada a seguirlos, y si son capaces, al mismo tiempo, de mostrarle a esa mayoría el camino a seguir.
El necesario proceso de descubrimiento será impedido u obstaculizado si la mayoría logra mantener a la minoría sujeta a los hábitos tradicionales.
Una de las razones principales de la aversión a la competencia es, evidentemente, el que ésta no sólo muestra cómo pueden hacerse las cosas en forma más efectiva, sino que enfrenta a aquellos que dependen del mercado para sus ingresos con la sola alternativa de imitar a los más exitosos o perder parte de sus ingresos.
La competencia produce una especie de coacción impersonal que obliga a numerosos individuos a ajustar su estilo de vida de un modo que ningún precepto o mandato lograría hacerlo.
La dirección centralizada, al servicio de la así llamada “justicia social”, tal vez sea un lujo que sólo pueden permitirse las naciones ricas, por un período largo quizás, sin que se perjudiquen mayormente sus ingresos. Pero éste no es ciertamente un método mediante el cual los países pobres puedan acelerar su adaptación a las circunstancias rápidamente cambiantes, de lo cual depende su crecimiento.
Las posibilidades de crecimiento tenderán a ser mayores cuanto más extensas sean las posibilidades aún no utilizadas de un país. Una alta tasa de crecimiento es, con frecuencia, prueba de que las oportunidades han sido descuidadas en el pasado. En esta forma, una alta tasa de crecimiento puede testimoniar, a veces, las políticas erróneas del pasado antes que las buenas políticas del presente. En consecuencia, no es razonable esperar en los países altamente desarrollados una tasa tan alta de crecimiento como la que puede alcanzarse en los países donde la utilización efectiva de los recursos fue impedida durante mucho tiempo por obstáculos legales e institucionales.
La proporción de personas que están preparadas para ensayar nuevas posibilidades —cuando éstas parecen prometer mejores condiciones, y cuando sus congéneres no se lo impiden— es muy similar en todas partes. La tan lamentada ausencia de un espíritu de empresa en muchos de los países nuevos no es una característica inalterable de los habitantes individuales, sino la consecuencia de las restricciones que ejercen sobre ellos las costumbres e instituciones existentes. Por esta razón, sería fatal que en tales sociedades se permitiese que la voluntad colectiva dirija los esfuerzos de los individuos; el poder del gobierno, en cambio, debiera confinarse a defender a los individuos de las presiones de la sociedad. Tal protección de las iniciativas y empresas individuales solamente puede lograrse mediante la institución de la propiedad privada y el conjunto total de las instituciones libertarias contenidas en la ley.
Lo más novedoso
El artículo me ha parecido muy interesante y una fuente de propuestas importante. Entre ellas me ha parecido muy interesante y novedosa la explicación del socialismo como un sistema ineficiente y perverso de asignación de recursos, que pretende que el orden del mercado se transforme en una economía en la que una escala común de prioridades determina cuáles de las diversas necesidades deben ser satisfechas y cuáles no, y donde sólo el conocimiento del organizador puede participar en el diseño de la economía, y todos los miembros de dicha economía deben guiarse en sus acciones por la jerarquía unitaria de los fines que ésta sirve. Frente a ello Hayeck opone la idea de que favorecer el orden espontáneo del mercado proporciona el beneficio de que el conocimiento que se usa en el mercado es el que poseen todos sus miembros, y sirve a los objetivos propios de esas personas. La existencia de un orden espontáneo no tiene una finalidad, pero puede conducir al logro de muchos fines particulares diferentes, que no son conocidos, en su conjunto, por ninguna persona singular ni por grupos relativamente pequeños de individuos.
El segundo elemento que me parece muy novedoso de este artículo es el de la “retroalimentación negativa”, y la importancia que tiene para la comprensión del funcionamiento del mercado el hecho de que un alto grado de coincidencias de expectativas tenga por causa la desilusión sistemática de algún tipo de expectativas.
Y en relación con la idea del párrafo anterior, me ha parecido, también, muy interesante y novedosa la idea que propone de que en la práctica de la política económica el concepto “justicia social” ha implicado siempre la protección de ciertos grupos, para evitar que éstos desciendan necesariamente de la posición material absoluta o relativa que han disfrutado durante cierto tiempo.
Preguntas
1. No entiendo que quiere decir Hayeck cuando enuncia que el orden espontáneo no garantiza que aquellas necesidades que la opinión general considera más importantes serán siempre satisfechas, antes que las escaseces menos trascendentes. Si la opinión general considera a esas necesidades importantes es lógico pensar que tendrán que ser satisfechas prioritariamente.
2. Entiendo que cuando Hayeck dice en este artículo que el equilibrio económico no existe, se está refiriendo a una consideración estática del equilibrio, porque precisamente la idea de orden espontáneo que propone implica un sistema que busca su equilibrio; una forma de homeostasis. Un equilibrio dinámico.
3. Termina Hayeck su ensayo diciendo que “La tan lamentada ausencia de un espíritu de empresa en muchos de los países nuevos no es una característica inalterable de los habitantes individuales, sino la consecuencia de las restricciones que ejercen sobre ellos las costumbres e instituciones existentes. Por esta razón, sería fatal que en tales sociedades se permitiese que la voluntad colectiva dirija los esfuerzos de los individuos”, pero, ¿no es al final es la voluntad colectiva la que mueve la economía según los propios postulados del liberalismo? ¿Habría aquí justificación para intervenir en esa voluntad cuando se manifiesta espontáneamente?
RESUMEN
La competencia puede considerarse un método de descubrimiento. Es absurdo definirla como un procedimiento de iniciar el análisis con una situación en que todos los hechos son supuestamente conocidos, lo que se define erroneamente como competencia perfecta. El mercado se ajusta según los hechos que descubre, pero no conoce de antemano toda la información.
Es de crucial importancia para la comprensión del funcionamiento del mercado el hecho de que un alto grado de coincidencias de expectativas tenga por causa la desilusión sistemática de algún tipo de expectativas. Y es por tanto, que todo ajuste económico se hace necesario a raíz de cambios imprevisibles.
En definitiva es la competencia la que hace que se ajuste el mercado al lugar en el que debe estar según este va conociendo hecho que en un primer momento desconoce.
LO MAS NOVEDOSO
Lo mas novedoso es el hecho de abandonar la idea de «competencia perfecta» como de ser así, la competencia no tendría sentido. Es la propia competencia la que hace que se determine el previo final, ajustándose el mercado según por si sólo según la información que va recibiendo.
También me llama la atención el análisis de la competencia en las distintas formas de gobierno y países desarrollados o subdesarrollados, siendo estas últimas las que son las más beneficiadas por la competencia.
TRES PREGUNTAS
¿Siempre la competencia hace que el mercado sea más eficiente? ¿No podría ser que algunos mercados fuesen más eficientes sin competencia?
Entiendo que el mercado puede equivocarse en cuanto al precio de un bien en un momento temporal. Si esta situación se sostiene durante un largo plazo, ¿significaría que no hay competencia ya que el mercado no se estaría ajustando?
¿Como afectan los bancos centrales a la competencia? ¿La distorsionan?
Textos incluidos: The meaning of Competition. F. v. Hayek
Resumen:
El artículo de Hayek acerca de la competencia explica de forma profunda cuál es el significado que para la escuela austriaca tiene este concepto. Desde su punto de vista, la competencia es un proceso por el cual los individuos puestos en idénticos escenarios y con una información muy similar toman decisiones y ejecutan acciones de forma diferente entre sí, dando lugar de este modo, a diversos procesos de índole social. Uno de estos procesos lleva a los individuos a competir entre sí para superarse unos a otros. De este modo, explica Hayek, la diferente disponibilidad y procesamiento de la información, hace que los individuos busquen soluciones diferentes a problemas o situaciones similares. Este esquema de pensamiento difiere del clásico por suponer que la “competencia perfecta” como concepto es trivial y no resulta relevante salvo para debates teóricos o análisis aislados de algunos mercados determinados.
Una competencia perfecta según Hayek, llevaría precisamente a la no competencia, ya que si todos los participantes del mercado cuenta con la misma información y la procesan del mismo modo, no habría ninguna fuerza precursora de acciones individuales. Además la exclusión de la influencia de las relaciones personales en la definición de la competencia deja a la economía clásica tiene como consecuencia, el rebajar la motivación del emprendedor, que según expone Hayek, tiene un altísimo componente social, ya que busca entre otras cosas, pero de forma intensa, el reconocimiento de sus logros y hazañas.
Los modelos económicos que aceptan la competencia perfecta como una realidad, tienden a aceptar que un grupo de personas suficientemente preparadas e informadas puede desempeñar de manera más eficiente las labores del mercado. Sin embargo, en la mayoría de ámbitos esto no ocurre así, ya que la diferenciación de productos y las “rarezas” que con ello se producen son el aliciente que lleva a los emprendedores y consumidores a avanzar en su conocimiento y por tanto en la mejora de la competencia.
Finalmente expone un alegato en contra de los monopolios y parece proponer acciones en su contra ya según sus palabras “La preocupación debe residir no en si la competencia es perfecta o no, sino en si existe o no competencia”
COMENTARIO AL TEXTO
El texto de Hayek ha despertado mi interés en este concepto sobre el cual nunca había reparado. Me parece fundamental el aspecto humanista que le da a la competencia, y me parece que acierta de pleno cuando dice que el emprendedor busca, una vez alcanzado el éxito económico, el éxito social y el reconocimiento de su obra. Se aleja de la visión clásica totalmente monetarista por la cual parece que sólo es la posibilidad de alcanza un beneficio marginal la que induce la competencia. Nuestra experiencia personal nos permite demostrar lo desacertado de este concepto ya que la realidad muestra constantemente negocios que abren en búsqueda de mercados que ni siquiera existían pocos instantes antes.
Preguntas al autor
¿Qué actor es el más indicado para facilitar la competencia en el mercado? ¿Debería intervenir de forma proactiva en casos de abuso de competencia?
¿Quién debe ocupar el papel de monopolista en aquellos sectores que por su naturaleza son monopolios/oligopolios naturales? ¿Debería ser objeto de vigilancia pública su actividad si el sector afecta a las necesidades básicas de las personas?
¿Cuál sería el país que más se aproxima a la situación que describe Hayek?
Resumen del texto
La competencia es un procedimiento de descubrimiento de hechos, que de otra forma seguirían siendo desconocidaos o no utilizados. La competencia es importante cuando no se conocen las circunstancias que determinan el comportamiento de los jugadores, es decir, es importante sólo cuando sus resultados son impredecibles y, en general, diferentes de los que alguien hubiera sido capaz obtener por sus propios medios. El orden espontáneo del mercado es muy diferente de la «economía». En el sentido más estricto, la economía es un acuerdo en el que alguien o algunos utiliza medios al servicio de una escala uniforme de fines. Pero el orden espontáneo del mercado, o «catalaxia» no garantiza la satisfacción de lo que la persona pudiera considerar como las necesidades más importantes. El mercado no se establece en funcion de una particular escala de prioridades, sino que contribuye a la realización de una serie de objetivos individuales, que son diversos e incluso contrarios, a través de la utilización de los conocimientos dispersos entre todos los participantes. La ventaja de esta estructura es que aumenta las posibilidades de las personas de lograr sus objetivos, sin favorecer a ningún persona u objetivo en particular.
Lo más novedoso
La validez de la teoría de la competencia no puede ser verificada empíricamente para aquellos casos en los que es de interés. En el mercado, las reglas del juego incrementarán las oportunidades y beneficios pero no van a determinar a priori específicamente a quien beneficiara en mayor proporción o que actividad será la prevaleciente. Una gran cantidad de acuerdos es provocada por la insatisfaccion de las expectativas de los individuos. La justicia social tiene un solo significado: la protección de algunos grupos de personas de tener que descender de la forma de vida absoluta o relativa que han disfrutado hasta ahora. El malentendido básico de que los efectos beneficiosos de un mercado de auto-organización se producen por ciertas expectativas e intenciones frustrantes conduce a una demanda de una distribución más equitativa.
Preguntas al autor
1. ¿Existen mercados sin competencia?
2. ¿Existen los “monopolios naturales” o siempre son efecto de la regulación estatal?
3. ¿Qué legitimación tiene la legislación sobre el derecho de la competencia?
RESUMEN
Friedrich-Hayek afirma que sólo se puede justificar la competencia sobre la base de que no conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores. Propone la competencia como un procedimiento para descubrir hechos que, sin ella, serían desconocidos para todos o, al menos, no utilizados, lo que significa que:
1) La competencia es valiosa sólo porque sus resultados son imprevisibles y diferentes de lo que uno pudiera perseguir deliberadamente
2) Los efectos incluyen desilusionar o derrotar algunas expectativas o intenciones particulares
Esta teoría no es demostrable empíricamente, ya que si no podemos conocer los hechos que esperamos descubrir por medio de la competencia, nunca podremos comprobar cuán efectiva ha sido ésta para descubrir aquellos hechos que podrían revelarse. Lo único que podemos descubrir es que, en general, las sociedades que se atienen a la competencia para lograr este propósito han alcanzado sus objetivos más exitosamente que las otras. Dada su naturaleza, la capacidad de predecir de la teoría de la competencia está limitada a vaticinar el tipo de patrón del orden que se forma, pero no a la predicción de hechos particulares.
La situación que la teoría económica denomina «competencia perfecta» no deja lugar a la actividad llamada competencia, ya que inicia el análisis en una situación en que todos los hechos son supuestamente conocidos, lo que es absurdo según el enunciado propuesto para la teoría de la competencia. El orden espontáneo producido por el mercado no se comporta propiamente como una economía, entendida esta como una organización u ordenamiento en el que alguien adjudica deliberadamente recursos a un orden unitario de fines, sin embargo, puede conducir al logro de muchos fines particulares diferentes, que no son conocidos por nadie. Por tanto, el proceso de competencia difícilmente lleva a un equilibrio, que supone que los hechos ya han sido descubiertos y que ha cesado la competencia, pero sí a un “orden”. Este orden se manifiesta en un ajuste mutuo de los planes individuales originado por la «retroalimentación negativa”: un alto grado de coincidencias de expectativas tenga por causa la desilusión sistemática de algún tipo de expectativas.
Lo que logra el mercado no es sólo un ajuste mutuo de los planes individuales; también garantiza que todo lo que se produce lo será por la gente que puede hacerlo a menos precio que otros que no lo producen, y que todo producto será vendido a un precio inferior a aquel que pudiera suministrar otra persona que, de hecho, no lo produce.
La interpretación errónea del orden del mercado, como una economía que puede y debe satisfacer necesidades diversas en un cierto orden de prioridad, aparece especialmente en los esfuerzos de las políticas destinadas a corregir los precios e ingresos, en función de lo que se denomina “justicia social”, que ha implicado siempre la protección de ciertos grupos, para evitar que éstos desciendan de la posición material que han disfrutado durante cierto tiempo. Pero éste no es un principio sobre cuya base se puede actuar en forma general, sin destruir con ello los fundamentos del orden del mercado: el mantenimiento de ciertos niveles implicará que la cuota de algunos deberá reducirse, pues todo ajuste económico se hace necesario a raíz de cambios imprevisibles.
Un sistema económico en que cada uno obtiene lo que otros piensan que merecen será un sistema altamente ineficiente; aparte de ser también intolerablemente opresivo. Toda “política de ingresos”, por consiguiente, se inclina más a prevenir que a facilitar aquellos cambios en las estructuras de precios e ingresos que son necesarios para adaptar el sistema a circunstancias nuevas.
Una alta tasa de crecimiento es, con frecuencia, prueba de que las oportunidades han sido descuidadas en el pasado. En esta forma, una alta tasa de crecimiento puede testimoniar, a veces, las políticas erróneas del pasado antes que las buenas políticas del presente. En consecuencia, no es razonable esperar altas tasas de crecimiento en los países desarrollados como la que puede alcanzarse en aquellos en que la utilización efectiva de recursos fue impedida durante mucho tiempo.
Por esta razón, sería fatal que en tales sociedades se permitiese que la voluntad colectiva dirija los esfuerzos de los individuos; el poder del gobierno, en cambio, debiera confinarse a defender a los individuos de las presiones de la sociedad. Tal protección de las iniciativas y empresas individuales solamente puede lograrse mediante la institución de la propiedad privada.
LO MÁS NOVEDOSO
La competencia permite descubrir oportunidades. Cualquier intento de mantener un equilibro social lleva a una manipulación de las condiciones del mercado y conlleva a la pérdida de oportunidades para otros actores.
Esto es más importante aún en países menos avanzados donde hay aún más por descubrirse. Además, la mayoría mostrará aversión a la competencia, en tanto en cuanto les obliga a imitar a la minoría dispuesta a aprovechar las oportunidades y a cambiar, por tanto sus hábitos o a perder parte de sus ingresos. La “justicia social “ es algo que sólo deberían permitirse las sociedades más avanzadas en tanto en cuanto limita el crecimiento algo más necesario en los países más pobres.
El Gobierno debería limitarse a defender a los individuos que tratan de aprovechar dichas oportunidades derivadas de la competencia a través de la propiedad privada
PREGUNTAS AL AUTOR
– ¿En qué se diferencia el “orden” propuesto como resultado del proceso de competencia del equilibrio descrito por los economistas clásicos?
– ¿Cuáles son las razones que justifiquen los mercados en que no existe competencia (monopolios naturales) a parte de las lógicas razones intervencionistas?
– ¿A qué se refiere con instituciones libertarias?
RESUMEN
El conocimiento necesario para el desarrollo económico no es algo que esté dado de antemano, sino que sólo se descubre en el marco de la libre concurrencia. El mercado sirve para extraer y transmitir la información.
Dondequiera que se pueda justificar racionalmente el uso de la competencia, será sólo sobre la base de que no conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores.
Considerar la competencia como un procedimiento para descubrir hechos, que sin ella serían desconocidos o no utilizados. La competencia es valiosa porque sus resultados son imprevisibles y diferentes de aquellos que alguien pudiera haber perseguido deliberadamente. Los efectos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o derrotar algunas expectativas o intenciones particulares.
Si no podemos conocer los hechos que esperamos descubrir por medio de la competencia, nunca podremos comprobar cuán efectiva ha sido ésta para descubrir aquellos hechos que podrían revelarse. Las sociedades que se atienen a la competencia para lograr este propósito han alcanzado sus objetivos más exitosamente.
Diferencia entre competencia económica y exitosos procedimientos de la ciencia: la primera es un método para descubrir hechos particulares que son relevantes para alcanzar objetivos específicos temporales mientras que la ciencia aspira al descubrimiento de lo que se denomina a veces “hechos generales”, que son regularidades de los acontecimientos. La ciencia se ocupa de hechos particulares únicos, sólo hasta el punto en que éstos ayudar a confirmar o refutar teorías.
La utilización del conocimiento, ampliamente disperso en una sociedad que tenga una distribución extensiva del trabajo, no puede descansar en el hecho de que los individuos conozcan todos los usos particulares a los cuales pueden aplicarse las cosas que les son familiares dentro de su medio ambiente individual.
Una economía es una organización u ordenamiento en el que alguien adjudica deliberadamente recursos a un orden unitario de fines. El orden espontaneo es diferente porque no garantiza que aquellas necesidades que la opinión general considera más importantes serán siempre satisfechas, antes que las escaseces menos trascendentes.
Socialismo, requerimiento para que el orden de mercado se transforme en una economía, en la que una escala común de prioridades determine cuáles de las diversas necesidades deben ser satisfechas y cuáles no.
Los economistas suelen referirse al orden que produce la competencia como un equilibrio; un término poco feliz ya que tal equilibrio presupone que los hechos ya han sido descubiertos, y que ha cesado, por tanto, la competencia.
La interpretación errónea del orden del mercado, como una economía que puede y debe satisfacer necesidades diversas en un cierto orden de prioridad, aparece especialmente en los esfuerzos de las políticas destinadas a corregir los precios e ingresos, en función de lo que se denomina “justicia social”.
Si en los sistemas económicos altamente desarrollados la competencia es importante como proceso de sondeo, en el que los exploradores buscan oportunidades no aprovechadas, las que al ser descubiertas pueden ser utilizadas también por otras personas, lo es aún más en los países subdesarrollados. Es irreal creer que podemos determinar anticipadamente la estructura social de un país cuyo problema principal es todavía descubrir cuáles son los recursos materiales y humanos disponibles, o que seamos capaces de predecir las consecuencias particulares de cualquier medida que podamos tomar respecto a tal país.
NOVEDOSO
Los precios dirigen su atención a aquello que vale la pena descubrir respecto de lo que el mercado ofrece en materia de ciertos bienes y servicios.
Comenta lo absurdo que es el procedimiento usual de iniciar el análisis con una situación en que todos los hechos son supuestamente conocidos. (“competencia perfecta”)
El problema del objetivo socialista: sólo el conocimiento del organizador puede participar en el diseño de la economía.
Los resultados de un método de descubrimiento son, por naturaleza, imprevisibles, y lo único que podemos esperar de la adopción de un método efectivo de descubrimiento es mejorar las oportunidades de los individuos que no conocemos.
Sólo en un sistema que crezca rápidamente podemos esperar que se eviten descensos absolutos en las posiciones de ciertos grupos.
Una alta tasa de crecimiento es, con frecuencia, prueba de que las oportunidades han sido descuidadas en el pasado. Puede testimoniar, a veces, las políticas erróneas del pasado antes que las buenas políticas del presente.
PREGUNTAS
Hay sectores que siempre tienen cierto grado de intervención de los Gobiernos. ¿Sin esta intervención, el propio mercado regularía mejor la competencia y los sectores serían más eficientes?
¿Hay algún ejemplo que nos demuestre que conforme vamos conociendo más información la competencia se reduce? ¿O al ser el mercado cambiante, siempre va a haber información que desconocemos y por tanto la competencia se mantiene alta?
Estoy de acuerdo en que no podemos iniciar un análisis pensando que todos los hechos son supuestamente conocidos pero ¿Por qué cree que se sigue enseñando en las universidades el concepto de competencia perfecta? ¿ No supone alejarnos de la realidad?
Resumen:
No conocemos anticipadamente los hechos que determinan las acciones de los competidores.
Los objetos generalmente provechosos de la competencia deben incluir el desilusionar o derrotar algunas expectativas o intenciones particulares.
Si no podemos conocer los hechos que esperamos descubrir por medio de la competencia, nunca podremos comprobar lo efectiva que ha sido ésta para descubrir aquellos hechos que podrían revelarse.
Las sociedades que se atienen a la competencia para lograr para lograr este propósito han alcanzado sus objetivos más exitosamente que las otras.
Los precios dirigen su atención a aquello que vale la pena descubrir respecto de lo que el mercado ofrece en materia de ciertos bienes y servicios.
Hayek denomina al mercado, catalaxia para evitar cualquier confusión con una economía. Las ventajas del orden espontáneo de la catalaxia son:
• El conocimiento que se usa en el mercado es aquel que tienen todos sus miembros.
• Los fines que sirve son los objetivos propios de aquellos individuos, en toda su variedad y desacuerdo.
Adam Smith habla de una “mano invisible” que regula los precios y dice que en un mercado libre, los precios se regulan por la retroalimentación negativa.
Dos ideas importantes en el texto:
• Todo lo que se produce lo será por la gente que puede hacerlo a menos precio que otros que no lo producen.
• Todo producto será vendido a un precio inferior a aquel que pudiera suministrar otra persona que no lo produce.
Todo ajuste económico se hace necesario a raíz de cambios imprevisibles.
Un sistema económico en que cada uno obtiene lo que otros piensan que merecen sería un sistema altamente ineficiente.
El conocimiento tecnológico ejerce un papel importante donde no ha habido antes competencia activa y donde puede descubrir las posibilidades aún desconocidas de la sociedad.
Las posibilidades de crecimiento tenderán a ser mayores cuanto más extensas sea las posibilidades aún no utilizadas de un país.
La proporción de personas privadas que están preparadas para ensayar nuevas posibilidades es muy similar en todas partes.
Novedades:
I. Me ha llamado la atención cuando Hayek habla sobre el mercado y dice que el conocimiento que usa el mercado para satisfacer sus insuficiencias es el que poseen todos sus miembros. Esto quiere decir que todos los miembros que intervienen en un mismo mercado tienen todos los mismos conocimientos? porque en se caso no estaría ni mucho menos. De hecho pienso que la competencia efectiva se hace cuando cada miembro de un mercado posee distinto conocimiento sobre los diferentes factores. Así inconscientemente se pueden ir complementando y aprendiendo unos de otros.
II. Me sorprende mucho que los ajustes en la economía se hacen a raíz de cambios que son imprevisibles.
III. Llama mucho la atención la fuerza que ha traído la tecnología a los mercados catalaxias, pues cualquier negocio desde hace muchos años puede marcar la diferencia respecto a sus competidores debido a innovaciones tecnológicas.
IV. Cuando nos habla de la mano invisible que regulan los precios, hoy en día en la sociedad en la que vivimos sería imposible pensar en cualquier negocio que no se ve afectado directa o indirectamente por regulaciones de precios.
Tres Preguntas:
• Si pensamos en mercados donde hay empresas que tienen un monopolio muy grande, como se podría hacer para fomentar la competencia entre las más pequeñas sin llegar a intervenir ni regular nada dentro de ese mercado?
• Como podríamos pensar en un mercado en el que no hubiese competencia?¿sin precios?
• ¿Podemos relacionar la competencia con la formación de los trabajadores? ¿en concreto de los jóvenes? Sería “justo” una mano invisible para que la formación fuese la mejor posible para todos los jóvenes y poder tener en un futuro una competencia que incrementaría enormemente y con esto los trabajadores estarían mejor cualificados, pero así, se valoraría menos a los mejores y se les pagaría menos, pero harían ganar más a sus empresas por un coste menor. ¿Quién se queda estas ganancias?¿Los empresarios?