La Nueva Ilustración Evolucionista entrevista a Steven Pinker sobre su último libro: Racionalidad

Steven Pinker, profesor de Harvard, es bien conocido porque ha publicado varios libros de alto impacto como Los Ángeles que llevamos dentro, La Tabla Rasa, En Defensa de la Ilustración; y ahora uno que se titula Racionalidad. Es entrevistado en el blog La Nueva Ilustración Evolucionista, y presentado de esta forma: https://ilevolucionista.blogspot.com/2022/10/el-oraculo-de-la-razon-entrevista.html

“¿Cuánto hay de sapiens en el Homo? Es esta una pregunta que nos hemos formulado en muchas ocasiones en la nueva Ilustración evolucionista, en nuestro ya largo camino, que dista mucho de haberse recorrido ni siquiera mínimamente, en busca de la naturaleza humana.

Confieso haber experimentado un cierto regocijo en ocasiones al pensar que los seres humanos éramos unos animales idiotas que se arrogaban de ser sabios. A fin de cuentas el resto de la fauna y flora de este complejo y maravilloso a la par que terrorífico y sórdido mundo tapizado de vida, se adaptaba a sus nichos y se limitaba a sobrevivir sin artefactos ni vanidades.

Los ecosistemas de la biosfera parecían estar en un equilibrio fluctuante, nada idílico, nada parecido a un Edén, pero sólo expuesto a violentos cambios por fenómenos climáticos, sísmicos o cósmicos, antes de la llegada del Verbo.

El Verbo lo cambió todo. Un primate se alejó tanto de su lugar en el orden de las cosas que sobrevivió incluso a la misma lucha por la supervivencia ancestral dotado con el Verbo.

Desarrolló un cerebro mamífero más grande y al parecer complejo que el del resto de animales de su clase, y con él, paralelamente, el uso de herramientas cada vez más sofisticadas desde el primer «artefacto» lítico hasta la inteligencia «artificial». Y lo hizo conectando los nodos de los cerebros individuales en una cada vez mayor red de información y conocimientos, así como de emprendimientos y esfuerzos organizados para construir una prodigiosa fortaleza de civilización en medio de (y ganando terreno a) la naturaleza salvaje, y rompiendo unos lazos de miles de millones de años en apenas un par de millones de ellos.

Ya siendo cazadores-recolectores habíamos ganado la partida al resto de las especies. ¿Y qué nos hizo tan exitosos tan prematuramente, mucho antes de la Revolución Neolítica? La capacidad de nuestros cerebros de comunicarse y de razonar. Nuestro lenguaje y nuestro pensamiento abstracto, auténtico mundo de las ideas paralelo al mundo físico, se superpuso sobre él para crear categorías, para nombrar las cosas. Creamos cultura que necesariamente eran culturas, y seguimos ascendiendo a los cielos del «espíritu». Religión y Razón surgieron de una misma tendencia a la abstracción y al antropocentrismo.

Inventamos a Dios del mismo modo que inventamos todo lo demás, combinando abstracciones y articulando relatos.

Ahora la Racionalidad sigue presente, pero ha ido siendo depurada por generaciones de mentes pensantes que se subían sobre los hombros de las mentes pensantes de sus predecesores. ¿El resultado más depurado?: La lógica matemática.

El Profesor Steven Pinker, de la Universidad de Harvard, comenzó hablándonos del instinto del lenguaje. De algo cultural con un origen y fundamento naturales. Habló del funcionamiento de la mente y, a principios de este siglo pegó un puñetazo sobre la tabla rasa de la mesa de las ciencias sociales para poner las cosas en su sitio: había una cosa llamada naturaleza humana que ningún galimatías teórico (con minúsculas) podía discutir. Desde entonces ha llovido mucho, y torrencialmente. El Profesor Pinker ha seguido escribiendo grandes obras ensayisticas de gran calado, decantándose cada vez más por una defensa del ideal ilustrado del conocimiento humano: el desarrollo de las ciencias, las artes y la Razón (con mayúsculas). De hecho su última obra es un canto a la racionalidad, que la llama y titula por su nombre: Racionalidad.

En esta nueva obra de arte científica, Pinker expone los fundamentos de la Racionalidad humana, sus orígenes ancestrales y sus desarrollos culturales, que hacen de ella la navaja suiza de la resolución de los problemas a los que nos enfrentamos como individuos y como sociedades.

Ciertamente ocupado, le ha sido difícil encontrar un hueco para atendernos, pero lo ha hecho, una vez más, haciendo gala de su gentileza y sabiduría, lo cual le agradecemos enormemente.”

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