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Argentina: Las vacas y el populismo
Gabriela Calderón es editora de ElCato.org, investigadora del Cato Institute y columnista de El Universo (Ecuador).
La economía del populismo se puede resumir en el intento de redistribuir la riqueza existente, supuestamente para el “bien del pueblo”. Los populistas ignoran, o no les importa, que la intervención estatal en la distribución de la riqueza tenga un efecto negativo sobre la producción a mediano y largo plazo. Como ilustración de esto podemos considerar lo que ha sucedido con la política bovina de los Kirchner en Argentina.
El razonamiento era tan sencillo que inspira ternura: “para bajar los precios en el mercado local, simplemente desalentemos las exportaciones y todos seremos felices”. Inicialmente, prohibieron las exportaciones en 2006 por 180 días e implementaron el Registro de Operaciones de Exportación conocido como ROE Rojo.1 Luego impusieron un impuesto de 15% a las exportaciones de carne, entre otras intervenciones que se fueron sumando.2 ¿Qué ocurrió?
En lugar de incentivar una mayor producción de tal manera que haya más vacas para la exportación y para el consumo local, los Kirchner decidieron incentivar a los argentinos a que literalmente se comieran el stock existente de vacas.
En el mercado de carnes, un indicador esencial es la “faena de vientres”. Si el sacrificio de hembras aumenta, esto indica que en el futuro habrá una oferta reducida de carne, lo que se traducirá en un mayor precio de la carne en el mercado local —precisamente lo que la política populista de los Kirchner pretendía combatir. Y, al igual que ocurre con la riqueza destruida en poco tiempo mediante gobiernos populistas, tarda años reconstruir el stock de ganado. Entre 2005 y 2013 este se redujo en un 20%.3
Para que el stock de ganado de un país sea estable es necesario que se permita al sistema de precios funcionar libremente. Son estas señales de precios las que le comunican a los productores cuando conviene o no invertir en mantener a las hembras y engordar a los novillos. Los Kirchner, al deprimir artificialmente el precio de la carne, incentivaron a los productores a sacrificar vientres y, como consecuencia, a deprimir la oferta en el futuro. Sucede que la liquidación de hembras está hoy en su punto más alto desde 2007 —fecha en que se inició un proceso de “liquidación masiva del stock bovino” que llegó a caer desde 57 millones de cabezas en 2008 hasta tocar un piso de 47,9 millones de cabezas en 2011.4
En 2005, los ganaderos argentinos exportaban alrededor de 745.000 toneladas métricas (t). Ese mismo año, Argentina era el tercer exportador más importante en el mundo y el segundo país en consumo anual de carne: 136 libras por persona. Como punto de referencia, EE.UU. exportaba en ese entonces 472.668 t.5
Para 2012, Argentina exportó solamente 164.000 t llegando a ser el onceavo exportador de carne en el mundo. El consumo de carne disminuyó a 121 libras por persona. Todo esto mientras que durante esos mismos 7 años las exportaciones estadounidenses de carne aumentaron a 1,13 millón t.6
En resumen, el populismo hace que desaparezcan las vacas hasta en “el país de las vacas”, al igual que sucede en otros lugares donde gobiernos han dilapidado la riqueza existente en nombre una mejor distribución e ignorando (o sin que les importe) que sus acciones condenan a la población a un nivel de pobreza persistentemente alto.
Este artículo fue publicado originalmente en El Universo (Ecuador) el 4 de julio de 2014.
Referencias:
1. “¿Qué es el ROE Rojo?” Unidad de Coordinación y Evaluación de Subsidios al Consumo Interno.
2. Melitsko, Silvana; Domínguez, Andrés; Anchorena, José. “Historia de un fracaso: política de carne bovina, 2005-2013”. Fundación Pensar (Argentina). Abril de 2013.
3. Ibid., “Historia de un fracaso: política de carne bovina, 2005-2013”.
4. “La ganadería argentina en las puertas de un nuevo proceso de liquidación: la faena de hembras alcanzó el nivel más alto desde 2007”. Valor Soja (Argentina). 27 de abril de 2014.
“Uruguay casi recuperó el stock de hacienda perdido por la sequía histórica de 2008/09: Argentina necesita 6,50 millones de cabezas para igualarlo”. Valor Soja (Argentina). 26 de septiembre de 2013.
5. “Argentina Provides a Lesson in How to Ruin a Beef Industry”. Beef Magazine. 26 de septiembre de 2013.
6. Ibid., “Argentina provides a Lesson in How to Ruin a Beef Industry”.
El famoso economista y Premio Nobel Paul Samuelson afirmaba en 1980 que los países podían ser clasificados en cuatro grupos: los países desarrollados, los países en desarrollo, Japón y Argentina.
Estos dos últimos eran casos especiales: el primero porque es un país casi sin recursos naturales y sin embargo supo crecer milagrosamente en la posguerra hasta igualar en el año 2010 al país más rico de la tierra, los Estados Unidos. Y Argentina, el país que habiendo alcanzado un extraordinario desarrollo desde findes del siglo XIX hacia 1945, luego, por razones que nadie entiende, devino en subdesarrollado. En efecto, hoy las cifras disponibles sobre el PBI per cápita de todos los países del rbe indican que descendimos del puesto número cinco que ostentábamos en 1945 al número 57 actual, según el Banco Mundial. En 1950 nos superó Alemania occidental, en 1951 Francia, en 1960 Italia, en 1970 España, en 1980 Japón, en 1990 Corea del Sur y en el 2000 Chile.
Las causas de este atraso son múltiples, y en el presente post vemos un ejemplo de las ineficientes políticas llevadas a cabo por el Estado.