¿Por qué es necesario limitar al poder? Después de todo, ¿no es la democracia el gobierno del pueblo? ¿Y para qué se va a limitar el pueblo a sí mismo? Estas preguntas, por supuesto, han sido tratadas por siglos en el ámbito de la filosofía política. ¿Qué puede agregar la economía al respecto?
Dados los problemas de incentivos e información que enfrenta la política y el potencial de abuso que significa el monopolio de la coerción en manos del estado, particularmente evidente en gobiernos totalitarios, se hace necesario limitar ese poder y tratar que su estructura institucional conste de incentivos para perseguir el bien común (si es que de alguna forma podemos definirlo), o al menos para minimizar el potencial daño si persigue políticas que llevan a peligrosas crisis futuras o que benefician a grupos específicos de la sociedad. Tal vez eso sea simplemente el bien común, la minimización del daño que nos podemos hacer unos a otros.
Un elemento importante para alcanzar este objetivo son los valores e ideas que predominan en una sociedad en determinado momento histórico. Son el determinante último de la existencia o ausencia de limitaciones al poder. Ninguna constitución o norma detendrá la concentración y abuso del poder si los miembros de una sociedad lo toleran y no lo resisten. Se atribuye al escritor y político irlandés Edmund Burke aquella frase “para que triunfe el mal, sólo hace falta que los buenos no hagan nada”. Y cuando vimos (en el libro) los incentivos que tenemos para estar informados en la política, es probable que no hagamos nada porque ni siquiera nos informamos sobre el abuso que pueda estar ocurriendo o porque creemos que no lo es, o porque no nos importa.
Esas ideas y valores determinan también, en última instancia, el tipo de normas constitucionales que una sociedad tendrá, y éstas pueden proteger las libertades individuales mejor o peor, al mismo tiempo que pueden ser más fácilmente modificadas o no. Entre otros instrumentos, se buscó limitar esos abusos con “cartas de derechos”. Una de las primeras fue la Carta Magna (1215). Aquí algunos de sus artículos:
Por ejemplo: “39) Ningún hombre libre podrá ser detenido o encarcelado o privado de sus derechos o de sus bienes, ni puesto fuera de la ley ni desterrado o privado de su rango de cualquier otra forma, ni usaremos de la fuerza contra él ni enviaremos a otros que lo hagan, sino en virtud de sentencia judicial de sus pares y con arreglo a la ley del reino. 40) No venderemos, denegaremos ni retrasaremos a nadie su derecho ni la justicia. 41) Todos los mercaderes podrán entrar en Inglaterra y salir de ella sin sufrir daño y sin temor, y podrán permanecer en el reino y viajar dentro de él, por vía terrestre o acuática, para el ejercicio del comercio, y libres de toda exacción ilegal, con arreglo a los usos antiguos y legítimos. Sin embargo, no se aplicará lo anterior en época de guerra a los mercaderes de un territorio que esté en guerra con nosotros. Todos los mercaderes de ese territorio hallados en nuestro reino al comenzar la guerra serán detenidos, sin que sufran daño en su persona o en sus bienes, hasta que Nos o nuestro Justicia Mayor hayamos descubierto como se trata a nuestros comerciantes en el territorio que esté en guerra con nosotros, y si nuestros comerciantes no han sufrido perjuicio, tampoco lo sufrirán aquéllos. 42) En lo sucesivo todo hombre podrá dejar nuestro reino y volver a él sin sufrir daño y sin temor, por tierra o por mar, si bien manteniendo su vínculo de fidelidad con Nos, excepto en época de guerra, por un breve lapso y para el bien común del Reino. Quedarán exceptuadas de esta norma las personas que hayan sido encarceladas o puestas fuera de la ley con arreglo a la ley del reino, las personas de territorios que estén en guerra con Nos y los mercaderes–que serán tratados del modo indicado anteriormente. Carta Magna, traducción disponible en: http://www.der.uva.es/constitucional/verdugo/carta_magna.html
RESUMEN
Estando en manos del Estado el monopolio de la coerción, las sociedades deben encontrar sistemas para limitar el poder. Existen medidas “constitucionales” o legislativas, como las históricas “Cartas de Derechos” que salvaguardan derechos individuales o como la “separación de poderes” que trata de limitar el poder del gobernante, así como también la organización del Estado, siendo el federalismo una forma de descentralización y control. Por otra las medidas más organizativas implicarían el control del déficit, gasto público o endeudamiento mediante porcentajes sobre PIB o autorización parlamentaria, la aprobación electoral de impuestos e impuestos explícitos, la renovación de mandatos o la igualdad de trato ante la ley por parte del Estado.
Como propuestas constitucionales, Hayek opta por dos cámaras, una legislativa y otra gubernamental o política. Buchanan se centra en las mayorías necesarias y los incentivos y es partidario de dos “modelos normativos”: las leyes constitucionales que resguardan derechos individuales y normativa administrativa. Frey afirma que debería existir competencia jurisdiccional (entidades superpuestas y funcionales) y el ciudadano escogería la más eficaz y eficiente. Rothbard y Friedman se decantan por modelo similar al de Frey pero formalizado en agencias privadas.
TEMAS RELEVANTES
La fundamentación ética acerca de la inviolabilidad de los derechos individuales expresado como carta magna o elemento constitucional es imprescindible para una sociedad libre. Sin embargo ello no es posible sin que los ciudadanos determinen los sistemas necesarios para controlar y limitar el poder. Ejercitar la propia libertad individual en lo referente a la fiscalidad, así como la necesidad de aprobación ciudadana para legislar nuevos impuestos o incrementos de los existentes no es más que plasmar en la política los derechos personales establecidos. Los límites al endeudamiento y gasto fiscal son necesarios para no conculcar derechos de propiedad actuales y de futuras generaciones. La política monetaria también es utilizada por el poder para confiscar propiedades y una regla monetaria que impida la vorágine de inflación y la expansión vertiginosa de la masa monetaria es otro mecanismo de control. La igualdad ante la Ley es un puntal del Estado de Derecho, aunque el poder (Estado) tiende a obviarlo.
PREGUNTAS
1) Los derechos de propiedad son conculcados constantemente mediante las políticas fiscales agresivas de los gobiernos y su desmesurado gasto público. ¿Acaso el hecho de traspasar a las nuevas generaciones el endeudamiento estatal no afecta a la libertad de los descendientes, que deberán asumir deudas no contraídas por ellos mismos?
2) La igualdad de trato ante la Ley, aplicada al gobierno y administración estatal, ¿no mejoraría la eficiencia de éstos al no poder actuar de forma privilegiada? Sin privilegios ¿no acabarían compitiendo en el mercado de los bienes y servicios públicos?
3) Con la aplicación de la aprobación electoral de impuestos se reduciría el presupuesto estatal y con la competencia fiscal se incentivarían las administraciones más eficientes (o las menos ineficaces). ¿Es posible que puedan aplicarse tales medidas de control en países en los que culturalmente no tienen tradición de “controlar al poder” (Suiza)?
El Foro y el Bazar, Capítulo 8: “Límites al oportunismo político”.
RESUMEN:
Como se explica en el libro en los capítulos anteriores, la política también tiene “fallas”, dados los distintos intereses de los gobernantes (políticos y burócratas) y de los gobernados. Ya desde los griegos se han tratado de buscar soluciones a las citadas fallas, entre las que encontramos la división de poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), la “carta de garantías” (los artículos citados en el post son un claro ejemplo), la división de poder federalista, la descentralización del poder etc…; en definitiva, un gran número de ensayos y planteamientos que no buscan sino la protección de los derechos individuales frente a los abusos que pueda cometer el Estado, dado el monopolio que tiene sobre la fuerza. Dentro de esos intentos de protección, es el derecho de propiedad el que, quizás, ha tratado de protegerse de manera más concreta, dado que las áreas fiscal y monetaria son las más proclives para que se produzcan abusos; así, el capítulo desgrana, entre otros, mecanismos para limitar al endeudamiento público, los déficit fiscales, la creación de nuevos impuestos, o la emisión monetaria, etc…
TEMAS MÁS INTERESANTES:
Por un lado es muy interesante la enumeración de medidas “políticas” e institucionales que se han ensayado para tratar de limitar el papel del Estado y poder proteger los derechos individuales, así como el resumen de los planteamientos de autores como Hayek, Buchanan, Rothbard, David Friedman o Frey. En cualquier caso, hay tres cuestiones concretas que, me parece, son la esencia de la cuestión:
– Del texto se puede deducir, aunque no todos estén de acuerdo, que la mejor forma de limitar las posibles “fallas” políticas no está tanto en buscar complejos mecanismos para establecer ese control (mediante la exigencia de mayorías cualificadas, sistemas de elección de los representantes complejos y que impidan posibilidades de control por grupos concretos) sino en limitar, mediante normas de alto rango y con vocación de estabilidad (Constitución o Tratados Internacionales), de manera real y efectiva, las áreas de actuación y de influencia del poder político en la sociedad.
– Es muy interesante también la cita que se hace de un planteamiento de Hayek que me parece esencial: Para Hayek, dice el texto, “la separación de poderes y las otras medidas mencionadas solamente serán efectivas cuando los valores y la cultura predominantes en una sociedad así lo demanden”. Al final, en contra de lo que pretenden algunos positivistas jurídicos, las normas eficientes y efectivas son aquéllas que realmente “emanan del pueblo” (el “espíritu del pueblo” del que hablaba Savigny a principios del siglo XIX) y no de parlamentos formados y asistidos por sesudos políticos o tecnócratas enamorados de la ingeniería social. Tratar de imponer, desde arriba, “costumbres o principios jurídicos”, muy alejados del común sentir de los ciudadanos a los que quieren aplicarse, no deja de ser una ingenuidad, pretenciosa y poco práctica. Los procesos evolutivos son esenciales en el desarrollo y la evolución de las sociedades, y obviar algo tan evidente es desconocer la realidad. Ello no quiere decir, sin embargo, que ese “sentir” general no pueda evolucionar y cambiarse, y que no pueda ser influido, dirigido o canalizado por figuras carismáticas.
– Es interesante, también, la referencia que se hace a los Tratados Internacionales como mecanismo para “importar” instituciones sólidas a países que no pueden dárselas a sí mismos. Se trata de un tema interesante, pero polémico. ¿Hasta qué punto la firma de dichos Tratados o la pertenencia a organizaciones internacionales garantiza la “importación” de dichas instituciones sólidas? (En el libro se cita, por ejemplo, a las Naciones Unidas, pero recordemos que la Presidencia de la Comisión de Derechos Humanos de dicha institución ha sido ostentada, no hace demasiado, por países como la Libia de Gadafi). Estoy de acuerdo en que la firma de Tratados Internacionales puede ayudar a robustecer determinado tipo de instituciones nacionales, pero más por lo que supone de “compromiso” nacional, que por otra cosa. Si la intención del país va en la dirección “correcta”, la firma de los Tratados o la pertenencia a Organismos internacionales puede servir de catalizador y/o guía, pero, en línea con lo que se planteaba en el punto anterior, si se trata de principios e instituciones (los que se quieren importar) distintos a los de la sociedad a la que se pretenden aplicar, la firma del tratado no garantiza nada, al revés, será un mero gesto de cara a la galería que sólo servirá para distraer y engañar a los bienpensantes, facilitando que se mantenga el statu quo. Al final, los únicos Tratados que realmente pueden servir para lo que estamos diciendo son aquellos con los que se fije un marco jurídico seguro y estable en el que se garantice que la realización de determinadas acciones llevará aparejada la obtención de determinados beneficios o pérdidas. Todo lo demás no serán más que brindis al sol y declaraciones de intenciones sin ninguna trascendencia práctica en sí mismos.
PREGUNTAS.-
– En el capítulo se hace un interesantísimo repaso de posibles respuestas y/o soluciones jurídico-institucionales para la solución de las “fallas” políticas, como mecanismo para tratar de garantizar, de la mejor manera posible, la protección de los derechos individuales. Además de todas esas posibles medidas, ¿no sería imprescindible actuar a través de la educación, dado que las reglas formales de poco sirven si no hay compromiso real de una mayoría de ciudadanos? ¿Hasta qué punto la imposición, desde el gobierno, de un sistema educativo en el que traten de cambiarse o “mejorarse” los valores cívicos/democráticos de los ciudadanos no es una interferencia en la esfera individual de los padres en su derecho a educar a sus hijos es tolerable desde una perspectiva liberal/ libertaria?
– Para que un sistema libertario como el que propone Rothbard funcione, ¿no son necesarios unos valores comunes mínimos de los miembros de la sociedad a la que pretenden aplicarse? ¿puede funcionar un sistema libertario en todas las épocas y latitudes? Ni siquiera en un “régimen” libertario la libertad individual futura del individuo está garantizada ¿o sí? Al final y en el límite, ¿no es todo una cuestión de fuerza y de quién y cómo se detenta esa fuerza, si de manera organizada y respetando a las minorías y/o individuos, o de manera arbitraria y pisoteando a esas minorías?
– Se habla en el libro de la postura de Becker sobre la competencia entre los lobbies como mecanismo para anular sus efectos. ¿Acaso el planteamiento de Becker no supone un reconocimiento implícito de la imposibilidad de evitar la influencia de los grupos de interés? ¿Es realmente viable un sistema de “control” y limitación del papel de los lobbies? A fin de cuentas, los gobernantes siempre van a estar influidos por gente, ideas, planteamientos, grupos ¿acaso tratar de evitar eso no es una utopía? Dado que tratar de evitarlo es, parece, imposible, la solución menos mala no puede ser otra que, por lo menos, haya libertad en ese lobbismo y transparencia, como pretende Becker.
– Se habla en el capítulo del libro del papel que pueden jugar los Tratados Internacionales como mecanismo para “importar” determinadas instituciones. ¿No es cierto que, para que fuesen realmente efectivos, dichos Tratados deberían poder “imponerse” al firmante “incumplidor”? ¿Acaso el único medio real de “imponerle” algo a un país no es el uso de la fuerza bélica? ¿Garantiza el uso de la fuerza la asunción, por parte de un país, de instituciones inicialmente no queridas por sus miembros? ¿Son las sanciones económicas internacionales un mecanismo realmente efectivo para “imponerle” a un país concreto la “adopción” real (y no meramente formal) de determinados principios y/o instituciones? ¿El hecho de que un país pertenezca a una “organización” internacional garantiza la protección y defensa de los derechos de sus ciudadanos en línea con los principios que rigen dicha organización? ¿Acaso el hecho de pertenecer a la UE, por ejemplo, protege a los ciudadanos de sus Estados miembros de veleidades totalitarias?
Al leer este articulo,se nota que el derecho de la humanidad ha evolucionado con los años,y que ha superado los derechos primitivos de acondicionaban los dogmas de la carta magna,derechos que fueron surgieron,en base y las necesidades de los individuos en relacion con el estado,y el mercado mismo entre los comerciantes.En profundidad,la pregunta ?¿, si influye la economia o no, si influye en todas sus formas,en paralero con la politica,y ahi la modificacion a traves de los años,del rol del estado en el mercado,si interviene menos o mas,si es un estado clasico o benefactor.Si bien el estado es monopolico por naturaleza,el mercado solo es el unico que puede proveer a los individuos de las necesidades en cuanto a bienes y servicios,y el estado solo cumple el rol de controlar,o garantizarte como derecho. Relaciono este articulo con el cap 10 del libro el Foro y el Bazar «El funcionamiento de los mercados y la politica,los dos mecanismos sociales con que contamos para orientar la accion social hacia la satifaccion de las necesidades y el progreso.Tambien señalamos que necesitan marcos institucionales y que la calidad institucional es fundamental importancia.La ciencia politica define al estado como el monopolio de la coerccion,dejar de vivir en el estado de naturaleza,para convivir pacificamente».
OMMA
Economía e Instituciones
Alumno: Miguel Ángel Guevara
Profesor. Martín Krause
Resumen de la lectura del documento: Capítulo 8. Límites al oportunismo político
En este capítulo del libro El Foro y El Bazar se ha tratado el tema correspondiente a los límites al oportunismo político para evitar excesos potenciales que pudieran causar daño a la sociedad o provocar crisis políticas o económicas, como suele suceder con frecuencia en países desarrollados y en vías de desarrollo. Se insiste en que estos límites están estrechamente relacionados con las normas institucionales que tenga una sociedad y si estas normas deben estar establecidas en decretos, leyes o inclusive en las propias constituciones para darle mayor jerarquía y obligatoriedad a su cumplimiento. Por otro lado, se plantea el tema de la separación de poderes como la columna vertebral del sistema democrático y su efectividad como mecanismo de control político. Además se plantea un tema interesante relacionado con la conveniencia de establecer federaciones o confederaciones en los distintos países.
Aspectos importantes
Me parece muy importante el planteamiento relacionado con el control del gobierno central basado en la división de poderes, particularmente la pregunta la interrogante acerca de si se necesita un poder central fuerte para evitar el abuso hacia los derechos de los individuos por parte de los gobiernos locales o, por el contrario, es preferible un poder central débil, para evitar el abuso del mismo sobre los derechos de los estados y, por ende, de los individuos. El establecimiento de frenos al abuso de poder a nivel constitucional o legal es de suma importancia y de una vigencia permanente, sobre todo en estados populistas donde el tema se usa para manipular al electorado.
Preguntas
1. La separación de poderes, tal como la concibió Montesquieu, ha sido el soporte de las democracias occidentales y un modelo para el resto del mundo, sin embargo, ¿Cómo puede la democracia evitar que políticos con ambiciones dictatoriales, una vez en el poder, modifiquen mediante atajos y componendas las leyes para asumir el control de todos los poderes y reelegirse indefinidamente?
2. Los partidos socialistas y populistas manipulan al electorado prometiendo darle rango constitucional a sus promesas electorales ¿Puede haber alguna diferencia si estas normas tienen carácter constitucional o no si luego manejan el gobierno a través de decretos, leyes habilitantes y reformas constitucionales?
3. En los países latinoamericanos acostumbrados al culto al caudillo y a líderes populistas ¿sería contraproducente manejar un Estado con un alto nivel de descentralización en los niveles de decisión a nivel federal?
Resumen:
En el capítulo dedicado a los límites del oportunismo político se trazan las fórmulas históricas y propuestas teóricas para impedir, o al menos minimizar, los abusos de poder inherentes al poder monopolístico de los sistemas estatales desde las cartas de derechos a las soluciones federalista pasando por la fiscalización del poder político o los límites jurisdiccionales.
Temas a resaltar y preguntas:
Todas las propuestas implican en mayor o menor medida la voluntad de autoregular el monopolio del poder estatal. Pero eso no dejar de ser una concesión del poder. La separación de poderes es, en realidad, una ficción pues todos emanan de la misma legitimidad. ¿Realmente es posible limitarlo sin que sean diferentes las fuentes de legitimidad las que estén compitiendo por hacerse con el poder?
¿No es una contradicción que para que la democracia sin abusos de poder tenga que verse limitada a través de sistemas formales, pesos y contrapesos, etc.? ¿De qué sirven todos los límites que puedan imponerse si democráticamente pueden ser vulnerados?
Ni siquiera límites externos como podrían ser el patrón oro han supuesto un límite al poder estatal y cuando han necesitado terminar con él han podido hacerlo sin problema y casi con la aclamación popular.
Llama la atención que un sistema tan complejo como el de la elección del Dux de Venecia estuviera vigente entre 1268 y 1797, ¿es viable algo parecido en las sociedades complejas, extensas e interconectadas de hoy en día?
Máster OMMA-UFM
Antonio Salazar
Lo más destacado del capítulo, a mi juicio, es que existiendo formas de limitación del poder, los ciudadanos tenemos una tentación inacable a permitir la expansión del Estado. ¿Por qué habría de limitarse voluntariamente el poder? No existe razón alguna para que esto ocurra. Podríamos concluir que necesitamos ser gobernados y aspiramos a gobiernos benevolentes, que no nos hagan mucho daño. En España sabemos algo de esto puesto que habiendo sufrido tres burbujas (inmobiliaria, financiera y administrativa) las soluciones que buscan los ciudadanos pasan -después de un diagnóstico errado- por aumentar el poder de los políticos.
Hemos permitido que, plenos de fatal arrogancia, burócratas de toda laya señalen los fallos del mercado para pedir que sean ellos los que los corrigan mediante una provisión amplia de servicios que se expanden más allá de los que cualquiera podría haber soñado -una enorme pesadilla- en el pasado y hacernos ver que esto es lo natural, pasando por alto lo que sabemos sobre la provisión privada de un amplio catálogo de bienes del que el mejor ejemplo son los faros de Coase.
-¿Es posible determinar qué es un buen gobierno? Es cierto que existen estándares que nos ayudan pero una termina persuadido que más que medir quiénes son los más eficaces, lo que hacen es determinar quiénes hacen menos daño. Nos pasamos todo el tiempo eligiendo entre aquellos dispuestos a darnos 20 latigazos versus los que ofrecen darnos solo 4.
-El estado aspira a la violencia legítima y lo que pretende es legitimarla. Pero nos lleva a un razonamiento circular, se legitima por la propia violencia que puede usar y precisa de nuestro reconocimiento. Como no podemos elegir (salvo marchándonos y no de todos los sitios) aceptamos que sea así so pena de ser agredidos. ¿No son métodos de legitimación del estado la construcción de escuelas, hospitales y demás bienes que provee?
– En España, un vicepresidente de gobierno proclamó muy ufano que Montesquieu había muerto, después de aprobar una ley que sometía al poder judicial a los caprichos de los dirigentes. No fue en la prehistoria, hace apenas tres décadas. ¿Es concebible un poder judicial independiente, asumiendo que todos somos sujetos con una distinta escala de valoraciones y preferencias subjetivas?
RESUMEN
En el capítulo ocho de “El Foro y El Bazar” se habló sobre como limitar el oportunismo político. El capítulo provocaba afrontar los problemas que genera el abuso del monopolio en manos del estado, en especial en gobiernos totalitarios, donde se priorice el beneficio de grupos específicos de la sociedad frente a gobiernos descentralizados en donde rige un gobierno desplayado en forma horizontal en donde se limita el oportunismo político y rigen las instituciones y no los gobernantes.
PREGUNTAS
1. En países donde la sociedad ha perdido la noción de poder sobre si mismos y sobre su propia patria, proporcionar a un mandatario un periodo de gobierno más largo no podría generar en que se aumente la “rapiña” ya que la sociedad será incapaz de derrocarlo? “Gobernar un país en 4 años es muy poco tiempo para un buen líder pero demasiado tiempo para uno malo” (Ex presidente Uribe, Colombia)
2. La teoría del óptimo de unanimidad, de James Buchanan, no incrementaría los costos de transacción al estar las empresas en constante cambio buscando la región jurídica más conveniente para su empresa, y al ser las normas legales cambiantes al igual que los mercados, las entradas y salidas de las empresas a estas regiones fluctuaran en tal medida que los costes de estas fluctuaciones repercutan en el mercado?
3. En los países con un pobre marco institucional al descentralizar los gobiernos y que en un periodo exista una aplanadora partidista no existe el riesgo de que aumente la corrupción al estar ésta más organizada, los lobbies se volverán más costosos pero eficientes, la rapiña se termina estandarizando y generalizando. Es practico descentralizar el poder en todos los casos? Si, sí como se puede evitar una estructura de corrupción estandarizada que prepondere al marco institucional.
1. Resumen
Quizás podemos pensar que el hombre más primitivo y salvaje no necesitó un Estado para vivir, pero también es cierto que nos acompaña ya desde la Antigüedad en todos los imperios (Egipto, Roma, etc) y no siempre con resultados positivos para los individuos (Absolutismo), lo que nos obliga a estudiar cómo limitarlo.
En Occidente, este proceso comienza en la Baja Edad Media (las Cortes de León en la Península Ibérica o la Carta Magna en Inglaterra), llegando a su cénit en las dos revoluciones por excelencia (Americana primero y Francesa después), que permitieron el desarrollo posterior de la mayoría de las constituciones actuales, entendidas como herramientas de control del Estado mediante la división de poderes, tanto horizontal (ejecutivo, legislativo y judicial) como vertical (federalismo y descentralización).
Efectivamente, hemos visto que los incentivos de la política (corto plazo, déficit, endeudamiento) son contrarios al bienestar general de los individuos, luego la definición del modelo de Estado tiene que incluir necesariamente sus mecanismos de defensa: control y auditoría del gasto público, limitación de mandatos y democracia directa, mayorías especiales para el cambio de determinadas normas, etc.
Algunos economistas han propuesto modelos que mejorarían este control, dando más importancia a las normas que a las decisiones políticas (Hayek), estableciendo mayorías cualificadas para diferenciar normas constitucionales y normas gubernativas (Buchanan) o apuntando a la necesidad de instancias jurídicas compitiendo entre sí para garantizar la libertad de los individuos (Frey), pudiendo incluso ser innecesaria la intervención del Estado (Rothbard y David Friedman).
2. Conceptos relevantes (a mi juicio)
Problema intrínseco de las constituciones sujetas a la interpretación de los textos.
Diferencias conceptuales confederación (gobierno central débil, pacto entre iguales, secesión unilateral) frente a federación (gobierno central fuerte, poder delegado por los estados, sin secesión unilateral).
Planteamiento: ¿es mejor un poder central fuerte para defender los derechos de los individuos frente al poder local o un poder central débil para evitar el abuso de éste sobre el poder local, más cercano a los individuos por definición? No hay respuesta única: EEUU (federación) y Suiza (confederación desde 1291 hasta 1848).
Genial procedimiento para elegir el Dogo de Venecia: por eso, en mi opinión la Edad Media es una época admirable en muchos sentidos, incluyendo aspectos de libertades individuales muchas veces minusvalorados hoy en día, fundamentalmente después de que el Apocalipsis de San Juan no acertara con el fin del mundo en el año 1000 …
Mecanismos para limitar el efecto de los grupos de poder (lobbies).
Techo del gasto en Estados Unidos: no existe.
Propuestas constitucionales: me identifico mucho con Hayek, ya que siempre he pensado que el progreso de Occidente se ha basado en nuestros valores morales, hecho por el cual la mayoría de los países no occidentales han llegado con retraso, e incluso han retrocedido, en aspectos institucionales.
3. Preguntas
a) No entiendo bien el argumento del tiranicidio, adjetivado como inexplicable, especialmente comparándolo con el ataque terrorista del 11 de septiembre de 2001. ¿Puede explicar a qué se refiere, por favor?
b) ¿No puede caer Hayek en una contradicción con su propio concepto de orden espontáneo al proponer una Asamblea Legislativa compuesta por un grupo de tecnócratas? ¿No estaría ese modelo más cerca de Platón que de Aristóteles?
c) ¿Cómo garantizarían Rothbard o David Friedman los fallos de sus agencias privadas como consecuencia de la imposibilidad de los contratos perfectos? ¿Cómo me podría defender si se produjera un evento, no previsto en la relación contractual entre las partes, que afectara a mis derechos básicos, como mi vida o mi propiedad?
Uno de los tantos límites al oportunismo político es la igualdad de la ley, donde el político debe estar sujeto a las mismas leyes que aprueban e implementan. Aunque claramente, el problema reside, como lo vimos anteriormente, en que los políticos no tienen los incentivos suficientes para perseguir el bien común.
Aunque también podríamos recurrir, como explica Frey, en una democracia directa donde los resultados políticos se corresponden más con las preferencias de los votantes. Donde ofrece la revocación de mandatos, que implica una iniciativa popular iniciada por cualquier persona o grupo de personas, donde se recolectan firmas para desplazar de un cargo de elección a un representante antes de que termine su mandato.
Las cuestiones de los límites al poder y la constitución de sistemas de pesos y contrapesos se encuentran presentes en la sociedad desde hace muchísimos años, siendo una de los instrumentos más importantes y tal vez más conocidos la «Carta Magna», pero no resulta ser el único por ejemplo las constituciones surgieron con el mismo objetivo que la Carta Magna. La necesidad de limitar el poder de aquellos que nos gobiernan ya sea que aquellos fueron elegidos por nosotros como aquellos que no por ejemplo en una monarquía, se encuentra relacionado al hecho de que los hombres en el poder realmente no existe la figura del político benévolo sino que los políticos al igual que la totalidad de los hombres van a perseguir su interés particular y como las medidas que tome y lleve a cabo no sólo lo afectara a él sino al conjunto de la sociedad su poder debe estar limitado. Sin embargo resulta necesario tener en cuenta que si existen las normativas escritas ello no resulta ser garantía suficiente para que el control de produzca. Coincido claramente con el autor Edmund Burke que si la gente no controla y no hace nada claramente los políticos no se van a auto controlar. Y esto es lo que sucede en la práctica los ciudadanos tienen tan pocos incentivos para dedicar tiempo y esfuerzo a incorporar información sobre lo que hacen o dejan de hacer los políticos que en definitiva todo ese conjunto de normativa que permitirían aplicar el sistema de pesos y contrapesos no se aplica.
Claramente los momentos históricos donde se generaron estas normas de mecanismos de control se suscitaron en un período donde las personas cansadas de tolerar el abuso de ciertas situaciones se revelan y logran estos cambios transcendentales, pero si el pueblo digamos resulta ser «sumiso» no podemos esperar que el político se auto controle, ello no existe en ninguna parte del mundo.
Las constituciones son un proyecto de país que un Estado en particular desarrolla, pero ello no implica que efectivamente se de en la práctica.
Este instrumento característico de la limitación del poder a la monarquía estableció la protección de instituciones fundamentales para cualquier Estado, en primer lugar el instituto de la propiedad privada, el derecho al libre tránsito, el derecho a la justicia, entre otros derechos que resultan ser fundamentales hasta el día de hoy cuando han pasado más de 800 años y continuarán teniendo este carácter por siempre.
Hay que celebrar la creación de la Carta Magna como gran hito para el hombre pero creo que es mas importante destacar aun la evolución del derecho mundial donde definitivamente se han receptado una gran cantidad necesidades y realidades que fueron cambiando a lo largo de la historia donde se perfeccionaron mecanismos de control ylimitacion del poder, para que exista igualdad de los hombres, tanto entre ellos como ante la ley.
Este artículo muestra, una vez más, las “fallas de la política”. Si bien, la democracia es el gobierno del pueblo, hemos visto que mediante las elecciones, las preferencias de los votantes no llegan claras.
Los políticos tienen incentivos para actuar racionalmente pero si los votantes son racionalmente apáticos y están desinformados, y si adhieren a teorías erróneas como mínimo no tendrán incentivos para aclarar sus conceptos. Por el contrario, buscarán ofrecer lo que los electores buscan.
Jorge Luis Borges: “Creo que ningún político puede ser una persona totalmente sincera. Un político está buscando siempre electores y dice lo que esperan que diga. En el caso de un discurso político los que opinan son los oyentes, más que el orador. El orador es una especie de espejo o eco de lo que los demás piensan. Si no es así, fracasa.”
Podemos definir a la corrupción como el abuso de cargos públicos para beneficio privado. Es un claro indicador de la mala calidad de las instituciones, del abuso del poder.
Como este abuso del poder es constante, los límites hacia el mismo, son absolutamente necesarios.
Y en base a estos límites, como sostenía Hayek, “la separación de poderes y las otras medidas mencionadas solamente serán efectivas cuando los valores y la cultura predominantes en una sociedad así lo demanden”.
Uno de los límites a la democracia es el ciudadano. La teoría democrática dice que cada individuo es soberano y libre en su decisión, pero como vimos en clase, a la hora de votar el ciudadano tiene en cuenta factores no muy importantes para elegir el candidato.
La confianza en instituciones políticas centrales de la democracia, como los partidos políticos y el Congreso, presentan en nuestro país un amplio deterioro. Esto se debe a decisiones políticas equivocadas, corrupción, falta de transparencia, etc. Además, la escasa capacidad del sistema político para responder a las necesidades básicas de la población, las crisis económicas y sociales.
Existe hoy una debilidad de los partidos políticos y lleva a una crisis de representación. Y son los medios de comunicación en general, por su forma o contenido, los que hoy inducen apatía política y desconfianza en las instituciones.
Si bien la Constitución y las normas necesitan de la ayuda del Poder Público para hacer efectivas sus líneas trazadas, no es menos cierto que estos poderes, para cumplir con ello, deben restringir sus actuaciones dentro del mismo marco establecido y permitido por la propia norma, y de la manera que ésta lo manda. El fin de La reglamentación del ejercicio del Poder, es precisamente limitarlo para evitar sus abuso, el peligro del abuso del Poder, se da cuando este Poder es ilimitado e incontrolado. Dicha distribución de funciones tiene como finalidad primordial y fundamental el controlar y limitar al Poder Político, y de esa manera garantizar el ejercicio de las libertades ciudadanas.
Debido a los malos gobiernos, se fue relacionando la idea de poder político con algo negativo, y ésta fue tal vez la consecuencia más trascendental del ejercicio degenerado del poder, ya que aquello que surgió como la capacidad de dirección del Estado, se transformó en algo opuesto a la libertad de los ciudadanos.
En casi todas las ocasiones se concibe al poder como un elemento negativo que envilece al hombre. ”Si quieres conocer a un hombre dale poder”es una de las frases más populares de que básicamente refleja esa característica negativa del poder como sustancia degenerativa, que corroe el alma de los hombres, hay otra frase que dice: Todo poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente.
Como consecuencia de todos los hechos históricos, en la actualidad la lucha del poder no es más que otra cosa que la lucha por servirse del poder. Es generalizado el pensamiento que quien detenta circunstancialmente el poder puede, incluso transformado en su propia personalidad, hacer uso indebido del poder y de la autoridad que ejerce.
Pero de todos modos a pesar del concepto tan negativo que se tiene del poder, con justa razón, éste continúa siendo uno de los elementos esenciales del Estado, y no pudiendo el individuo convivir fuera del Estado debe lidiar necesariamente con los riesgos que el poder engloba, puesto que de lo contrario se tendría que optar por la eliminación del Estado.
Los ciudadanos, debemos alimentar un aire de innovación y cambio porque ya está bien que tantas injusticias existan ante la mirada abstracta y pasiva de sus ciudadanos. Como usted menciona , “para que triunfe el mal solo hace falta que los buenos no hagan nada”. Vienen tiempos complicados: el poder controla el derecho, sometiéndolo al propio poder. Las tiranías no llegaron de un día a otro, sino por ir reduciendo la democracia y los derechos de sus pueblos a quienes desde el sistema mermaban sus capacidades de decidir.
Exijamos la verdad de las cosas, informemos y no permitamos desde el equilibrio y la virtud los cambios que sufriremos como sociedad, porque nos convertiríamos en cómplices de estas injusticias, que existen hoy, y se acentuarán mañana “permitir una injusticia es abrirle el camino a todas”.
Las Constituciones contienen limitaciones hacia el poder del Estado. Justamente para evitar el avasallamiento sobre los derechos de los individuos. Lo cual es en beneficio de cada uno de nosotros como individuos, para vivir en un sistema en el cual vea garantizados sus derechos y garantías fundamentales.
Sin lugar a dudas, debemos plantearnos la idea de que es necesario que cada uno de nosotros asuma un compromiso como ciudadanos.Con ello quiero decir, que dejemos de lado la apatía política. Lograr efectuar un análisis profundo respecto de la política, ya que ella, aunque muchas veces no lo entendamos, influye de gran manera en nuestras vidas.
Pensemos en que dentro de un año se cumplirán 800 años desde la firma de la Carta Magna. De no existir personas interesadas en la política, probablemente no se hubieran logrado el reconocimiento de derechos fundamentales y garantías.
Como hemos visto, los votantes son racionalmente apáticos, mientras que los políticos en su afán por ser electos o reelectos entre otros incentivos, por su parte, actúan racionalmente. Evidentemente las preferencias de los votantes no se expresan de la misma forma en la política que en el mercado. Me resulta evidente y creo que a esta altura nos lo es a todos que no solo el mercado presenta fallas, también las presentan la política.
Ahora bien, podemos comenzar por preguntarnos: ¿Se puede limitar el abuso de poder?.
En el capítulo VII titulado «Límites al oportunismo político», hemos visto que SI es posible limitar el ejercicio abusivo del poder. En dicho capítulo se plantea que se pueden implementar diferentes medidas: 1) Cartas de Derechos (CN., Pactos preexistentes); 2) Forma de gobierno Republicana (división de poderes); Representativa ( «el pueblo no delibera ni gobierna sino a través de sus representantes») y Federal; 3) Revolución ( pero los costos de transacción son altos); 4) Límite al lobbie; 5) Límite al déficit fiscal, 6) Límite a la emisión monetaria; 7)Mayorías especiales y 8) Renovación de los mandatos.
Dejado en claro que se puede limitar el oportunismo político , cabe plantearnos un segundo interrogante: ¿ El cambio institucional de dónde, de que sector, debe provenir?. Considero que el cambio debe provenir del propio Estado.
Demás está decir que el abuso de poder es una constante y que por ello limitarlo es sumamente necesario , y que si tomamos en cuenta que nuestras necesidades las podemos satisfacer o por medio del mercado o de la política, pero ambos caminos tienen imperfecciones y para reducirlas necesitamos límites no podemos olvidarnos de una frase tan cierta como antigua:
«EL PODER CORROMPE, EL PODER ABSOLUTO CORROMPE ABSOLUTAMENTE».
El tema en cuestión resulta muy interesante, ya que se supone que los que nos gobiernan, son elegidos por nosotros, y que al existir una democracia nuestros intereses son satisfechos, cosa que no siempre sucede, como ya vimos en clase, ya que la democracia así vista no es la mejor manera de satisfacer necesidades, pero como bien sabemos es la que mejor se acerca a lo ideal, lejos de serlo, como cuando hablamos del capitalismo, en el ámbito económico, en donde no hay otra cosa mejor, por ahora. Con respecto al tema en particular destaco la frase que dice “tal vez eso sea simplemente el bien común, la minimización del daño que nos podemos hacer uno al otro”, en donde deben confluir distintos aspectos para que se puedan cumplir todas las necesidades y expectativas de la comunidad en su conjunto, en donde necesitamos no solo del camino del foro, sino también del bazar, como lo hemos visto desde principio de clases, en donde tanto la economía como la política, son caminos que deben mimetizarse para lograr el bien común, además necesitamos incentivos fuertes tanto de la sociedad como de los políticos, instituciones fuertes que sepan como actuar y llevar un país adelante, como tanto otros elementos que hacen a un país. Con relación al tema de los limites que debe tener el poder a la hora de actuar para que no abusen del mismo, destaco lo que se sostiene sobre la carta de derecho en el libro “El Foro y El bazar”, que fue uno de los primeros instrumentos republicanos para limitar los poderes otorgados a los gobiernos por parte de los ciudadanos, y que básicamente se relaciona con los derechos individuales, y que a su vez demuestra que no existe una separación lógica entre las libertades políticas y económicas, ya que todas se refieren a la libertad de acción, sin violar derechos de terceros, y al control de los poderes de los gobernantes.
Sin pretender hacer juicios sobre democracia, entendida como el gobierno del pueblo y los límites aplicados al poder de los gobiernos, parecería ventajoso el ejercicio del gobierno compuesto por los tres Poderes conocidos.
En la medida que se mantenga la autonomía de cada uno y las reglas de cooperación y coparticipación entre ellos estaría garantizada la imposibilidad de abuso de poder.
Las concesiones que uno de los poderes haga al otro poder renunciando a los atribuidos por la Carta Magna , son violaciones al principio de división de poderes, obstaculizando el juego natural de la democracia.
Por esta razón es de suponer que es la actitud del ciudadano, que frente a concesiones circunstanciales, debería manifestarse para evitar esas maniobras improcedentes.
Como bien se plantea en el apartado 7 del libro «El foro y el Bazar», surge el interrogante de porque las personas en muchas ocasiones tienden a la búsqueda mancomunada de algún fin moral y específico, como ser el bien común,la libertad, la búsqueda de la igualdad y como han surgido las distintas herramientas para intentar limitar el poder en las democracias modernas (como la tan mentada división de poderes, las cartas de derecho, las renovaciones y las mismas revocaciones de mandatos, las mayorías especiales, el ingreso de los pactos internacionales en la legislación nacional, etcétera) , ya que existe una natural tendencia de los ciudadanos a no estar informados, es decir, no existen los medios o los incentivos idóneos por parte de la ciudadanía para poder estar al tanto de la situación socio-política de un Estado, facilitando situaciones de totalitarismo, o sin ser tan drásticos, generando el marco ideal para que los gobernantes puedan buscar y lograr sus propios beneficios personales, darle el espacio propicio al lobbysta para desarrollar sus negocios, todo esto en desmedro de la sociedad toda.
Empero lo antes expuesto, cabe resaltar que todo esto antes dicho no significa que los ciudadanos no sepan diferenciar el bien del mal, lo justo de lo injusto y realizando un análisis a priorístico de la situación, podemos caer en la creencia de que esto se genería por una lógica de «los free riders de la democracia», es decir, que impere la lógica del esfuerzo ajeno para lograr una situación mas favorable en términos político-sociales y que quien no realizo ningún esfuerzo, quien no puso en riesgo su vida, pueda disfrutar de los resultados o las ventajas que una revuelta, un cambio de gobierno puedan generar, de la misma manera quien se ha expuesto por estos ideales de justicia, libertad y equidad.
Ahora bien, si analizamos la historia de la humanidad, desde el mismo comienzo de la democracia griega, pasando por las luchas para la reivindicación de los derechos impuestos en la Carta Magna hasta llegar a las últimas revueltas de la denominada «primavera árabe», vemos que el comportamiento de los sujetos, lejos esta del conformismo, del sometimiento o la inacción y mucho de esto tiene que ver con, como bien marcaba el profesor, las ideas, los valores que imperan en una sociedad y estas van derivando en las instituciones informales que las sociedades van creando y a la que van depositando su confianza ,por la creencia en las bondades que ellas transmiten. Lo que intento exponer es que justamente, los incentivos que llevan a los hombres a arriesgar su vida vida en pos de algún objetivo, son los valores, los ideales morales imperantes en una sociedad, y cuando estas instituciones informales o incluso las formales son puestas en juego, cuando los gobernantes intentan llevar a cabo políticas totalitarias y restrictivas de derechos, ellos mismos van crean los incentivos necesarios para que la sociedad se rebele y busque torcer el rumbo de la situación actual. Eso es lo que sucedió en la búsqueda de limitar el poder político en la despótica Inglaterra de Juan I (mas conocido como Juan Sin Tierra) y eso es lo que explica la gran mayoría de las grandes revueltas que se han dado en la historia de la humanidad. He aquí, que de todas estas experiencias se fueron creando estas medidas innovadoras en materias de restricción al poder política, y algunas triunfaron mas que otras, creo que justamente por los valores, los ideales y las convicciones que algunas sociedades tienen en la búsqueda de que sean respetadas, por sobre otras donde todavía imperan situaciones de inequidad e injusticia.
Hemos visto a lo largo del curso que existen básicamente dos formas de satisfacer las necesidades de las personas: la política y el mercado.
A la vez, descubrimos que ninguno de estos ámbitos es perfecto. Ambos se ven afectados por fallas que impiden su correcto desenvolvimiento y profundizan el dilema y la discusión acerca de cual de estos caminos es mas eficiente. Generalmente se piensa que es el Estado quien debe resolver todos los problemas de la economía, pero se deja de lado como acabo de mencionar que al igual que el mercado, la política está lejos de ser perfecta. Esto se da en virtud de distintas cuestiones, como el incentivo que tienen los políticos de actuar en base a ambiciones personales y sin tener en cuenta el bienestar de toda la sociedad; cuestión que los lleva a optar por políticas a corto plazo que terminan afectando el correcto crecimiento y desarrollo de un país.
Por razones como esta, sumadas a los problemas de información e incentivos que enfrenta la política y el abuso que significa el monopolio de la coerción en manos del Estado, a lo largo de la historia se han ido creando distintos métodos o modos de limitar ese poder. Uno de los primeros instrumentos republicanos utilizados justamente para limitar el oportunismo político fueron las «cartas de derechos». La creación de de derechos individuales en una constitución establece un limite al poder que impide que estos sean violados por el gobernante. Crean un ámbito de derechos y libertades generando un marco donde la persona se puede desenvolver libremente, sin temor de que otros individuos y principalmente el propio Estado los vulneren.
Sin embargo la Carta de Derechos no es el único limite que existe en virtud del mencionado objetivo. Otras formas de lograrlo son la división de poderes, los tratados internacionales, la renovación de mandatos, etc.
Me gusto este articulo y muy interesante la síntesis histórica en el capitulo 7 sobre «limites al oportunismo político» .
La nota habla sobre los limites al poder y que ninguna Constitución o Norma detendrá la concentración y abuso del poder si los miembros de un sociedad lo toleran y no lo resisten. Hobbes postulo como inclinación general de la humanidad «la existencia de un perpetuo e incesante deseo de poder que desaparece solo con la muerte, el apetito de poder, según Hobbes, no posee ningún carácter demoníaco, sino que constituye una consecuencia perfectamente racional del deseo humano de placer y seguridad»
Erich Fromm (1900-1980) en su libro «el miedo a la libertad», que si bien es un libro del psicoanálisis escrito en los años 30, considero que puede aplicarse en la actualidad, trata acerca de la libertad humana, realizando un desarrollo histórico de la misma, aplicando el psicoanálisis el autor analiza el carácter del hombre para entender porque se llega a la aparición de doctrinas como el nazismo, el cual le toco vivir, para entender el significado de la lucha por la libertad afirma que cuando el hombre más gana libertad se transforma en un individuo, separándose de los lazos primarios que lo mantienen unido a una persona que lo protege, -su madre por ejemplo- y al romperse esos vínculos el hombre se mantiene solo frente al mundo sin saber como actuar y busca alguna forma de seguridad, en la sociedad contemporánea el hombre solo, busca evadir a la sociedad ya que no puede con la responsabilidad que es la carga que le impone la libertad y la evade por medio del autoritarismo, la destructividad y la conformación automatica como mecanismos de evasión.
No hay duda que el poder ejercido sobre los individuos constituye una expresión de fuerza en un sentido material, si ejerzo el poder de matar a una persona, soy más fuerte que ella. Pero en sentido psicológico, el deseo de poder no se arraiga en la fuerza, sino en la debilidad. Es la expresión de la incapacidad del yo individual de mantenerse solo y subsistir, constituye el intento desesperado de conseguir un sustituto de la fuerza al faltar la fuerza genuina.
Dice este autor que la palabra poder tiene un doble sentido: «por un lado se refiere a la posesión del poder sobre alguien, a la capacidad de dominarlo; y el otro significado se refiere al poder de hacer algo, de ser potente, sentido que no tiene nada que ver con el hecho de la dominación; expresa dominio en el sentido de capacidad. Cuando se habla de impotencia se indica a la persona que es impotente para hacer lo que quiere no al que no puede dominar a los demás. Así, el término poder puede significar «dominación o potencia», lejos de ser idénticas, las dos cualidades son mutuamente exclusivas. La impotencia, usando el término no tan solo con respecto a la esfera sexual, sino a todos los sectores de las facultades humanas, tiene como consecuencia el impulso sádico hacía la dominación; en la medida en que un individuo es potente, es decir, capaz de actualizar sus potencialidades sobre la base de la libertad y la integridad del yo, no necesita dominar y se haya exento del apetito de poder. El poder, en sentido de dominación, es la perversión de la potencia,del mismo modo que el sadismo sexual es la perversión del amor sexual».
Es probable que rasgos sádicos y masoquistas se encuentren en muchas personas no solamente en gobiernos totalitarios.
Rehuir de la responsabilidad de esta libertad precipitándose en formas nuevas de dependencia y sumisión, cuando en verdad debemos progresar hacia la libertad positiva a través del estudio, del amor y el trabajo para conectarnos con el mundo,
Este artículo no hace otra cosa que mostrarnos que la política al igual que el mercado tiene fallas y la carta magna nace como solución a esta, entre tantos otros. La Carta Magna es uno de los primeros instrumentos republicanos utilizados para limitar el poder político, que busca la protección de los derechos individuales frente a los abusos que pueda cometer el Estado, dado el monopolio de la coerción que ejerce.
La Carta Magna de 1215 fue tan importante tanto como para aquella época, como para la actualidad, puesto que es una limitación al poder absoluto que tenía el monarca en esas épocas poniendo un alto al absolutismo monárquico haciendo que las decisiones del monarca sean dictadas de acuerdo a lo legal sin cometer atropello contra el pueblo y estableciendo derechos y garantías a las personas, y además marco el inicio del constitucionalismo y la introducción hacia los gobiernos del futuro.
Siguiendo la línea en cuanto que, la existencia o ausencia de límites al poder de políticos y Estado están determinadas por los valores e ideas predominantes en la sociedad en un determinado periodo, Hayek menciona que tanto la separación de poderes y otras medidas que limitan el poder político, solamente serán efectivas cuando los valores y la cultura predominantes en una sociedad así lo demanden. Es decir, pueden existir toda clase de normas, instituciones y, sin embargo, presentarse el abuso y el mal uso del poder si la sociedad lo tolera y no se oponen al mismo.
Entonces serán los ciudadanos, sus creencias, cultura y valores los que determinen la base del Estado, los limites al poder político y los sistemas necesarios para controlarlos y hacerlo efectivo.
Cuando las colonias inglesas en Norteamérica se independizaron se planteó precisamente esta cuestión entre aquellos que iban a redactar una constitución para la primer república ilustrada de la historia. Estaban aquellos que creían que, al establecer un sistema democrático, los derechos de las personas estarían asegurados porque «el pueblo nunca se tiranizaría a sí mismo». Otros creían que el sistema democrático no era garantía suficiente, y que la Constitución debía enumerar una serie de derechos claramente delimitados para limitar el poder estatal, creando una esfera inviolable de protección del individuo frente a la injerencia del estado. Al momento de dictarse la Constitución, triunfó la primera postura, pero a los pocos años la insistencia de este segundo grupo logró que se incorporara a la Constitución la denominada «Bill of Rights», que consistía en 10 cláusulas destinadas a proclamar las libertades inviolables de los individuos.
Nuestra Constitución, que se inspiró primordialmente en su par norteamericana, siguó esta misma línea, y en su parte dogmática enuncia derechos y garantías para proteger a los individuos.
La historia demostró que los temores de aquellos que creían que el sistema democrático no era garantía suficiente (aunque sí necesaria) para el respeto de los derechos individuales, eran acertados. Muchas veces en la historia los poderes públicos se aferraron a mayorías circunstanciales, o catalizaron pasiones pasajeras de la sociedad, o simplemente se apartaron del mandato recibido, para abusar de su poder y transgredir los derechos de las personas. La existencia de una lista clara y definida de derechos en la Norma Fundamental ha logrado muchas veces dificultar el éxito de estos abusos, y en ocasiones le ha otorgado a los tribunales las herramientas para decretar la inconstitucionalidad de tales actos.
Los mecanismos de limitación al poder (en todas sus variantes) son esenciales para el funcionamiento adecuado de la sociedad, pues de ellos deriva la libertad de los individuos, que permite no sólo la autorealización personal y la formación de una identidad propia, sino también el porgreso y el desarrollo económico de toda la sociedad.
Creo que el post que antecede los comentarios pone de manifiesto que: si bien los derechos del hombre han sufrido una evolución, pese a ella, actualmente se siguen configurando “fallas en la política».
Es decir, tomando como referencia la «Carta Magna» algunos de cuyos derechos ut supra se transcriben, inevitablemente se puede concluir que hemos «evolucionado» en tanto las necesidades de la sociedad ya no son las mismas… y en razón de ello si bien ya no necesitamos de una constitución que contemple supuestos tales como «…en lo sucesivo todo hombre podrá dejar nuestro reino y volver a él sin sufrir daño y sin temor, por tierra o por mar…» , los políticos actualmente carecen de incentivos para perseguir el bien común y así, se colocan en el gobierno ofreciendo aquello que los electores «buscan» (desde su voto racionalmente apático).
Esto da lugar a permanentes abusos de poder que carecen de límite alguno toda vez que, según mi opinión, no existe en la sociedad de hoy una cultura que los demanden.
Así, en conclusión y volviendo al inicio de mi comentario, me cuestiono…¿realmente evolucionaron los derechos en nuestra sociedad?
Siempre ha sido de suma importancia los límites al poder del Estado. Uno de los primeros mecanismos utilizados fue la carta de derecho en donde se establecen derechos individuales para todos los miembros de una sociedad y se garantiza que los mismos no serán violados por un gobierno (los gobiernos de facto son un tema aparte). Todos estos derechos crean un marco en donde los sujetos se pueden desenvolver libremente sin que los demás, incluyendo el Estado, puedan transgredir.
¿Cómo se puede llevar a cabo? Todo depende de la situación de una sociedad en un determinado momento de la historia.
Por supuesto que aquí también se incluye los incentivos que tengan los políticos para tratar de mejorar a un país. Pero sabemos que casi siempre tienen ambiciones propias y no tienen en cuenta el bienestar de la sociedad. Como consecuencia de esto, optan por políticas a corto plazo que solamente pueden solucionar los temas del aquí y ahora.
Para tratar que estos personajes no influyan, los votantes deben estar informados antes de elegir un candidato. Pero muchas veces los individuos no lo están ya que no quieren o no pueden y como consecuencia tenemos políticas perjudiciales para la mayoría.
Edmund Bruke se atribuyó la frase: para que triunfe el mal, solo hace falta que los buenos no hagan nada. Y así el panorama que se nos presenta ante la inacción. Claramente vemos a lo largo de la historia argentina, las distintas reacciones que ha tenido la sociedad, haya sido o no positivo su resultado, solo la parte de la historia que se nos permite conocer es el resultado que tenemos en nuestras manos y en base a eso podemos opinar.
La crisis del 2001 claramente es un reflejo de esta cuestión, al margen de que hubo disturbios, saqueos y muertos quedo demostrado como la democracia estaba paralizada y más aún ante la situación del dictado de un estado de sitio, que claramente no cumplía con lo establecido constitucional.
Tengamos presente que la carta magna que en nuestro país es la constitución nacional al margen de que ocurra cualquier hecho intempestivo que vulnere el orden y las garantías en ella establecido existe un reconocimiento expreso al mantenimiento del imperio de la misma, por lo que el dictado o toma de cualquier clase de decisión conlleva al cumplimiento de un determinado proceso para que exista eficacia de la misma.
Pero fue el reclamo la rebelión de ese entonces ante un sistema económico que colapso y una política basada en sistema de privatizaciones constantes y sin control eficiente por partes de los mecanismos reguladores, que llevo a que la sociedad se activara y diga basta.
Y es allí donde vemos que al margen de cualquier tipo de gobierno que tengamos en cualquier lugar del mundo, y al margen de que al momento de la elección no tengamos en cuenta el valor de nuestro voto y no participemos activamente en cuestiones políticas, es ampliamente demostrable que cuando una sociedad decide poner en práctica sus derechos y reclamar, no hay mecanismo más eficiente de control que ese, ni más determinante y decisivo al punto tal de ponerle fin incluso a un sistema político, tenemos así como ejemplo mundial la caída del muro de Berlín.
En el plano factico de todas formas relacionado a estas cuestiones tenemos recursos que pueden significar también como límite y control a los gobiernos, evitando así que la toma decisiones puedan influir de modo negativo en la sociedad, como políticas que se basan en el crecimiento del gasto público sin relacionarlo o limitarlo en función del desarrollo del producto bruto interno. por ejemplo en el capítulo 7 del libro encontramos distintas soluciones como limite al oportunismo político que son las cartas de derecho, separación de poderes, límites al déficit fiscal, límites al crecimiento del gasto público como aprobación electoral y aquí en este punto me gustaría detenerme en la cuestión sobre la regla monetaria: esta regla esencialmente se basa en la emisión de moneda por parte de un estado, al ser una cuestión discrecional por parte de este la elección de la misma podemos destacar la forma adoptada por nuestro país que fue la convertibilidad y sus resultados que han generado endeudamiento al tratar de instalar una política económica dentro de un país sin tener en cuenta las características del país en cuanto a producción, desarrollo económico y por ende la imposibilidad de soportar un sistema de esta clase.
Como bien hemos visto a lo largo de las clases, el Estado por definición es monopólico en cuanto detenta todo el poder de coerción. Es por eso que es necesario limitar ese poder, y como se vio en el articulo y en el libro, los valores e ideas que predominan en una sociedad son determinantes para la ausencia o existencia de limites al poder. Esos limites se imponen a través de la descentralización o federalización, que estimulan la competencia jurisdiccional, siendo aquellos países con una buena calidad institucional los que atraerán recursos (personas o capitales); asimismo la limitación se produce a partir de la división de poderes. Ambas formas en definitiva amplían la competencia entre jurisdicciones y funcionarios, siendo siempre preferible que el poder se halle disperso. A su vez, un poder estatal fragmentado que garantice los derechos de propiedad, el cumplimiento de los contratos, sea respetuoso de la libertad económica y se limite solo a garantizar la seguridad intra y extra zona, evitando entrometerse en el funcionamiento de los mercados, creará un marco institucional adecuado. Dada la relación causal existente entre calidad institucional y desarrollo humano, podemos decir que a mejor marco institucional, mayores y mejores oportunidades habrá, lo cual propenderá al desarrollo humano, el cual no debe concebirse sólo como el alcance de una mejor calidad de vida, sino que debe hacerse extensivo al pleno ejercicio de la libertad económica, política y social. Mises define a la libertad económica como aquella que permite a los individuos elegir de qué manera integrase a la sociedad, y a su vez establece que es erróneo escindirla de las otras libertades, puesto que sin libertad política, no hay lugar para las demás libertades.
En cuanto a la pregunta planteada acerca de por que habría el pueblo de limitarse a si mismo si estamos ante una democracia, me remite a lo abordado por Pipes, en su escrito «Propiedad y Libertad», donde postula que los procedimientos democráticos para elegir a los gobiernos no garantizan en forma automática el respeto a los derechos civiles de los ciudadanos. La democracia puede ser «antiliberal». Es acá cuando nos encontramos con las políticas de «Bienestar Social», a partir de las cuales el Estado amplía su tamaño,destinando recursos para gestionar lo que en definitiva significará una dependencia por parte de aquellos que son destinatarios de esas politicas. Esto implica que toda interferencia del gobierno, aunque sea con fines «benévolos» implica una puesta en peligro para la libertad, dado que se busca beneficiar a algunos a costa de otros, lo cual da por cierto un consenso que nunca existió. La tiranía no solo se gesta en los gobiernos despóticos, sino también cuando la mayoría somete a las minorías o a la inversa. Incluso Pipes parafrasea a Tocqueville, quien se dedico a estudiar la democracia en EE.UU y vaticinó, hace más de un siglo, un tipo de despotismo democrático en el que «una multitud de hombres, todos idénticos e iguales»lucharían incesantemente por alcanzar «los mezquinos y despreciables placeres con que atiborran sus vidas».
A lo largo de esta última parte del cuatrimestre hemos analizado la importancia de la ideología en el desarrollo y evolución de las instituciones. La Carta Magna no escapa a esta circunstancia.
En el sentido del presente post, Hayek escribe sobre la ley como una norma general, abstracta e igual para todos- en este caso podría ser encuadrada la Constitución ya que se refiere a la ley material- como contraposición al mandato específico y relaciona a la primera con la libertad: “El concepto de libertad najo imperio de la ley, principal preocupación de esta obra, descansa en el argumento de que, cuando obedecemos leyes en el sentido de normas generales abstractas establecidas con independencia de su aplicación a nosotros, no estamos sujetos a la voluntad de otro hombre y, por lo tanto somos libres.” El Individuo persigue sus propios fines y no los del legislador: las reglas proveen meramente el marco dentro del cual el individuo debe moverse, pero de acuerdo con decisiones propios de dicho individuo.
El mencionado autor afirma que, en las condiciones expuestas, la ley nos hace libres. Continúa comentando luego la falta de comprensión de estos principios tradicionales de la libertad inglesa por parte de los hombres guiados por los ideales de la Revolución francesa; “(…) el concepto esencialmente francés de la libertad política comenzó a deslazar progresivamente el ideal inglés de libertad individual (…).”
Queda así expuesta la esencial mutabilidad de las instituciones y resulta necesario repetir lo que expone el texto que comento:
“Un elemento importante para alcanzar este objetivo son los valores e ideas que predominan en una sociedad en determinado momento histórico. Son el determinante último de la existencia o ausencia de limitaciones al poder. Ninguna constitución o norma detendrá la concentración y abuso del poder si los miembros de una sociedad lo toleran y no lo resisten.”
Y en palabras de Mises: “Todo lo que ocurre en el mundo social de nuestros días es el resultado de ideas. Las cosas buenas y las cosas malas (…) Las ideas, y solamente las ideas, pueden llevar luz a la oscuridad. Estas ideas deben hacerse públicas de una manera que persuadan a la gente.” Es lo que este post nos recuerda.
Resumen:
Dados los problemas de incentivos e información que afronta la política y el abuso que implica el monopolio de la coerción en manos del Estado es necesario limitar ese poder y tratar de que su estructura institucional disponga de incentivos para perseguir el bien común. Esa limitación no solamente es necesaria para salvaguardar la libertad, sino también para generar un marco de normas suficientemente estable para permitir una mejor coordinación de las acciones individuales. El objeto de alcanzar el bien común no puede tener limitaciones respecto a ningún derecho o valor individual. El Estado es, por definición, un monopolio por lo que para controlar a este según Locke, Montesquieu y otros es través de la limitación y división del poder. Esta división se produce por medio de la división “horizontal” de los poderes (ejecutivo, legislativo y judicial), como también una división “vertical” del poder, sobre todo a través del federalismo y la descentralización. La limitación se busca por vía de la existencia de normas constitucionales de protección de los derechos individuales, que los excluyen de eventuales decisiones mayoritarias, la revisión judicial de los actos gubernamentales, la renovación de mandatos, etc. Debido al interés de los representantes electos para ejercer el poder en un plazo corto el déficit fiscal y el endeudamiento se han propuesto una serie acciones que intentan establecer límites a este tipo de conductas. Entre estas podemos señalar la prohibición o límite al déficit fiscal, límites al crecimiento del gasto público, aprobación electoral de nuevos impuestos o alícuotas, aranceles externos y barreras no arancelarias, límites al endeudamiento, renovación de mandatos, pactos y tratados internacionales, etc. Algunos economistas también han desarrollado modelos generales y completos sobre cómo organizar una sociedad. Entre estas se destacan las contribuciones hechas por Hayek, Buchanan, Rothbard y David Friedman.
Puntos importantes:
El establecimiento de derechos individuales a nivel constitucional actúa como un límite al poder de cualquier mayoría eventualmente en el gobierno ya que no pueden ser avasallados por él o violados por el gobernante. Para Hayek, la separación de poderes y las otras medidas para limitar el poder del Estado solamente serán efectivas cuando los valores y la cultura predominantes en una sociedad así lo demanden. Ningún tipo de diseño constitucional podrá reemplazar estos valores sobre el poder gubernamental. La evolución cultural es lo que en última instancia determina las limitaciones al poder.
Dudas/preguntas:
1. Si la cultura es lo que determina los límites del poder, la educación sería la herramienta a utilizar para hacer crecer la cultura de una población en general. ¿puede la iniciativa privada promover la educación a través de programas de responsabilidad social y así expandir el poder de la cultura para limitar la coerción del Estado? ¿Es Finlandia un ejemplo de esto?
2. Según Rothbard y Friedman todos los bienes y servicios pueden ser provistos por el mercado, si bien no en forma perfecta, superior a los provistos por el Estado. ¿Podría esta competencia llegar a ser motivo de disputa de poder geográfica?