Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I leyeron a Milton Friedman: “La responsabilidad social de los empresarios es incrementar sus ganancias”.
El artículo, publicado en la revisa del New York Times es claramente desafiante, típico de Friedman. Con un título agresivo busca llamar la atención de los lectores. Así lo comenta una alumna:
“Friedman hace hincapié en su rechazo a la responsabilidad social de la empresa. Friedman establece que no puede hablarse estrictamente sobre RSE ya que, quienes adquieren responsabilidades son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son las personas y no una corporación artificial. Quienes deben ser responsables son los empresarios, dueños, o quienes representan a las compañías, es decir, los ejecutivos corporativos. Ahora bien, ¿en qué consiste esa responsabilidad?”
“El ejecutivo corporativo es también una persona en su propio derecho y, como tal, puede que tenga muchas otras responsabilidades que reconozca o asuma de forma voluntaria: para con su familia, su conciencia, sus sentimientos de caridad, su iglesia, sus clubes, su ciudad, su país. Puede que se sienta obligado por dichas responsabilidades a dedicar parte de sus ingresos a causas que considera respetables, a rechazar trabajar para ciertas corporaciones, e incluso a abandonar su trabajo, por ejemplo, para incorporarse al ejército de su país. Si lo deseamos, podemos referirnos a algunas de estas responsabilidades como “responsabilidades sociales”. Sin embargo, en este sentido el ejecutivo corporativo está actuando como principal y no como agente; está gastando dinero, tiempo o energía, y no el dinero de sus empleadores o el tiempo o la energía que por contrato se comprometido a dedicar a los objetivos de los mismos.”
El tema es tan sensible que muchos no llegan a ver los argumentos de Friedman. No digo estar de acuerdo, sino simplemente entenderlo. Lo mismo debe haber sucedido con muchos de sus lectores.
Pero los alumnos no leen solamente esto, sino también un muy interesante debate organizado por la Reason Foundation donde John Mackey, fundador y presidente de Whole Foods, la exitosa cadena de supermercados naturistas sostiene:
“Estoy muy en desacuerdo. Soy un empresario y un libertario del libre mercado, pero creo que la empresa inteligente debe crear valor para todos sus socios. Desde la perspectiva del inversor, el fin de los negocios es maximizar las ganancias. Pero no es el fin de otros stakeholders –clientes, empleados, proveedores y la comunidad. Cada uno de estos grupos definirá el objetivo de la firma en términos de sus propias necesidades y deseos, y cada perspectiva es válida y legítima.
Mi argumento no debería interpretarse como hostil hacia las ganancias. Creo que conozco algo sobre cómo crear valor para los accionistas. Cuando co-fundé Whole Food Markets hace 27 años comenzamos con $45.000 de capital, tuvimos ventas por $250.000 en nuestro primer año. En los últimos doce meses hemos tenido ventas por más de $4.600 millones, ganancias netas de más de $160 millones y una capitalización de mercado superior a los $8.000 millones
Pero no hemos logrado ese tremendo aumento en el valor de los accionistas haciendo que el valor de las acciones sea nuestro objetivo principal. En mi matrimonio, la felicidad de mi mujer es un fin en sí mismo, no solamente un medio para mi propia felicidad; el amor me lleva a poner la felicidad de mi mujer en primer lugar, pero al hacerlo soy feliz también yo. Igualmente, los negocios más exitosos ponen al cliente en primer lugar, antes que los inversores. En una empresa centrada en las ganancias la felicidad de los clientes es simplemente un medio para un fin: maximizar las ganancias. En una empresa centrada en los clientes, su felicidad es un fin en sí mismo, y será buscado con mayor interés, pasión y empatía de lo que puede hacerlo una empresa centrada en las ganancias.”
Resumen:
El texto comienza con una fuerte provocación a los emprendedores que se autoproclaman defensores del bienestar social, de la no contaminación, de la conciencia social. El autor tilda de títeres de las fuerzas intelectuales que se esconden tras el socialismo a todos ellos.
Friedman distingue claramente entre principal y agente, entendiéndose al primero como aquel que actúa por sus propios intereses y con sus propios en recursos, en lugar de representar un tercero y utilizar recursos ajenos (agente).
Enfatiza que el rol de la responsabilidad social recae sobre los individuos de carne y hueso, y no sobre figuras jurídicas como las empresas. Friedman defiende fervientemente al sistema capitalista, donde a través de la competencia “limpia” y dentro de las reglas de juego, se obtienen mejores resultados que cuando existen trabas burocráticas impuestas por el gobierno.
Novedoso:
Me gusta la distinción clara y seca que hace el autor entre empresas y personas, aludiendo a que las empresas en verdad no tienen responsabilidades, sino que éstas recaen sobre los individuos que están por detrás de ellas.
Además, me resulta novedosa el paralelismo del hombre de negocios con la función del Estado, aludiendo que el primero cumple todas las funciones que generalmente recaen sobre un gobierno.
Por otra parte, me resulta llamativa la distinción que hace Friedman a la hora de funcionar entre las empresas unipersonales donde el empresario es el único propietario y único decisor, y las empresas compuestas por más de un socio, donde se necesitan consensos.
Preguntas:
*¿Para usted da lo mismo si el bussinessman es autoproclamado que si es elegido por los accionistas? ¿Qué cambia cuando es elegido “democráticamente”?
*Suponga que hablamos de un empresario dueño de su propia empresa y electo el CEO de forma unilateral, ¿Qué incentivos tiene a cuidar responsablemente el funcionamiento de la empresa? ¿Cree que con eso es suficiente?
*Si la consciencia social es impuesta mediante leyes o costumbre, ¿Es consciencia social, o es simple acatamiento de la estructura establecida?
The social responsibility of business is to increase its profit. — Antonio Argandoña
Guía de discusión – Marco Di Giacomo – 889441
Resumen:
En este artículo publicado en la revista del New York Times, podemos ver el debate que toma lugar entre Milton Firedman y John Mackey respecto a las responsabilidades de las empresas.
El punto presentado por Friedman es que las empresas no pueden tener responsabilidad social, ya que la responsabilidad es una cualidad atribuible solamente a las personas físicas, no a una persona jurídica ficticia como es una empresa. Por lo tanto el objetivo de una empresa es maximizar sus ganancias siempre, y será el objetivo de los consumidores al elegir las empresas que actúen de manera más responsable, pero no cuyo objetivo sea ser responsables, sino que sea una consecuencia del intento de maximizar ganancias.
En cambio Mackey plantea un contrapunto, usando como ejemplo sus empresa Whole Foods, en la cual el modelo de negocios no es simplemente maximizar las ganancias de los propietarios, sino que la empresa puede tener otros objetivos, tales como la responsabilidad social, y que al hacer eso generará valor agregado tanto en sus propietarios como en sus consumidores.
Lo novedoso o sorprendente:
La idea de responsabilidad social empresaria era algo que desconocía, por lo tanto todo el debate me resulta interesante.
A su vez, me resulta novedoso, o más bien llamativa, la posición de Friedman respecto a que la responsabilidad es algo que solo puede tener un individuo, y no una empresa. Me hace pensar respecto a la importancia para una sociedad del correcto desarrollo del “sentido de responsabilidad” individual.
Tres preguntas:
1) Friedman y Mackey: ¿Cómo podemos fomentar el desarrollo de la responsabilidad individual en una sociedad?
2) Friedman: ¿Cómo se vincularía a este debate con las ineficiencias de mercado, más puntualmente con las externalidades negativas?
3) Friedman: ¿Se puede incentivar a las empresas, o más bien a los consumidores, a consumir de empresas que sean “más responsables”?