Ministros que no leyeron a Hume y tampoco a Juan de Mariana

Comenté anteriormente que los ministros de Economía de Argentina y Venezuela no habían leído a David Hume.

En el caso argentino, el libro de Kicillof es “De Smith a Keynes”, por lo que se perdió la contribución de Hume sobre la moneda, y también la de algunos escolásticos, en particular Juan de Mariana (1536-1624), quien dice en su “Tratado y Discurso sobre la moneda de vellón”:

Juan de Mariana

“El rey no puede bajar la moneda de peso ó de ley sin la voluntad del pueblo.

Dos cosas son aquí ciertas: la primera, que el rey puede mudar la moneda cuanto á la forma y cuños, con tal que no la empeore de como antes corria, y asi entiendo yo la opinión de los juristas que dice puede el príncipe mudar la moneda. Las casas de la moneda son del rey, y en ellas tiene libre administración, y en el capítulo Regalía, entre los otros provechos del rey, se cuenta la moneda; por lo cual, como sea sin daño de sus vasallos, podrá dar la traza que por bien tuviere. La segunda, que si aprieta alguna necesidad como de guerra ó cerco, la podrá por su voluntad abajar con dos condiciones; la una que sea por poco tiempo, cuanto durare el aprieto; la segunda, que pasado el tal aprieto, restituya los daños á los interesados. Hallábase el emperador Federico sobre Faenza un invierno; alargóse mucho el cerco, faltóle el dinero para pagar y socorrer la gente, mandó labrar moneda de cuero, de una parte su rostro, y por revés las águilas del imperio; valia cada una un escudo de oro. Claro está que para hacerlo no pudo juntar ni juntó la dieta del imperio, sino por su voluntad se ejecutó; y él cumplió enteramente, que trocó á su tiempo todas aquellas monedas en otras de oro. En Francia se sabe hubo tiempo en que se labró moneda de cuero con un clavito de plata en medio; y aun el año de 1571, en un cerco que se tuvo sobre León de Holanda, se labró moneda de papel. Refiérelo Budellio en el lib. I De Monet., cap. 1º, núm. 34. Todo esto es de Colenucio en el lib. IV de la Historia de Napóles. La dificultad es si sin estas modificaciones podrá el príncipe socorrerse con abajar las monedas, ó si será necesario que el pueblo venga en ello. Digo que la opinión común y cierta de juristas con Ostiense, en el título De censib. ex quibus, Inocencio y Panormitano, sobre el cap. 4º De jur. jur., es que para hacerlo es forzosa la aprobación de los interesados. Esto se deduce de lo ya dicho, porque si el príncipe no es señor, sino administrador de los bienes de particulares, ni por este camino ni por otro les podrá tomar parte de sus haciendas, como se hace todas las veces que se baja la moneda, pues les dan por mas lo que vale menos; y si el príncipe no puede echar pechos contra la voluntad de sus vasallos ni hacer estanques de las mercadurías, tampoco podrá hacerlo por este camino, porque todo es uno y todo es quitar á los del pueblo sus bienes por mas que se les disfrace con dar mas valor legal al metal de lo que vale en sí mismo, que son todas invenciones aparentes y doradas, pero que todas van á un mismo paradero, como se verá mas claro adelante. Y es cierto que como á un cuerpo no le pueden sacar sangre, sea á pausas, sea como quisieren, sin que se enflaquezca ó reciba daño, asi el príncipe, por mas que se desvele, no puede sacar hacienda ni interés sin daño de sus vasallos, que donde uno gana, como citan de Platón, forzosamente otro pierde. Así hallo en el cap. 4.° De jur. jur. que el papa Inocencio III da por ninguno el juramento que hizo el rey de Aragón don Jaime el Conquistador por conservar cierta moneda por un tiempo que su padre el rey don Pedro II labró baja de ley; y entre otras causas apunta esta: porque hizo el tal juramento sine populi consensu, sobre la cual palabra Panormitano é Inocencio notan lo que de suso se dijo, que ninguna cosa que sea en perjuicio del pueblo la puede el príncipe hacer sin consentimiento del pueblo (llámase perjuicio tomarles alguna parte de sus haciendas). Y aun sospecho yo que nadie le puede asegurar de incurrir en la excomunión puesta en la bula de la Cena; pues, como dije de los estanques, todas son maneras disfrazadas de ponerles gravezas y tributos y desangrarlos y aprovecharse de sus haciendas. Que si alguno pretende que nuestros reyes tienen costumbre inmemorial de hacer esta mudanza por sola su voluntad, digo que no hallo rastro de tal costumbre, antes todas las leyes que y hallo en esta razón dé los Reyes Católicos, del rey don Felipe II y de sus antecesores, las mas muy razonables, se hallará que se hicieron en las Cortes del reino.

7 pensamientos en “Ministros que no leyeron a Hume y tampoco a Juan de Mariana

  1. veo una gran diferencia entre los reyes que mandaban a abajar la moneda el el siglo xvi, por alguna circunstancia extraordinaria hasta restablecer la economia del imperio.en cambio nuestro ministro de economía que si bien no modifica la moneda en si misma , modifica con sus medidas(como el mantenimiento del cepo al dolar)constantemente el valor que se le da a la moneda, lamentablemente esas modificaciones siempre son negativas y cada vez el Peso Argentino vale menos en relación a otras monedas extrajeras lo que genera una gran inflacion que a corto plazo no parece tener solución, sino por el contrario seguirá perdiendo valor. como consecuencia la sociedad pierde poder adquisitivo ya que cada vez se compra menos insumos con la misma cantidad de moneda.
    medidas económicas que pueden afectar el nivel económico de la sociedad deberían ser consensuadas o al menos consultado. recientemente en Holanda se consulto sobre la suba de impuesto y la mayoría voto que genereria un efecto negativo en el consumo

  2. De verdad que resulta interesante los textos de este autor.
    Son temas que los argentinos hoy lo sufrimos mucho, la depreciación que sufre nuestra moneda.
    También lo hemos sufrido en el pasado, cuando por la crisis surgieron los patacones y otras monedas para tratar de pasar el mal trago. Dice el autor que el emperador Federico, en su momento, hizo monedas de cuero y que luego las cambio por oro. Sinceramente desconozco si los patacones, lecops o otro invento de esa época algún día pudo ser cambiada a pesos.
    Sin irnos muy lejos, el corralito, hasta el día de hoy los juzgados están invadidos de amparos que piden la restitución de dolares, algunos tuvieron la suerte de poder recibir dolares, otros en cambio pesos y por el contrario algunos no recibieron nada.
    Nuestros gobernantes por lo general se abusan en tiempo de crisis y por lo general luego no siguen el ejemplo de el emperador Federico.

  3. Es un sabio principio el consultar al pueblo en decisiones importantes, dobre todo di de ellas depende la mejor o peor caludad de vida y el msyor o menor progreso del pais.Sobre todo en democracia donde los dirigentes son mandatarios , es decir actuan en representacion del pueblo dentro de un marco de poderes delegados y facultades conforme la Constitucion. La mayoria de muestris dirigentes actuan por fuera de su mandato perjudicando gravemente a la poblacion que solo puede sancionarlis von su voto en una nyeva elleccion, cuando ya el daño es irrecuperable. Asi hidtoricamente se gurron sucediendo en nuedtro pais los distintos gobiernos que emitieron mineda indiscriminadamente dejando que las consecuencias las resolviera otro. Seria interesante una reforma constitucinal que ponga limites a la emision monetaria, ello no esegurara el resultado pero hara mas dificultoso recurrir livianemente a ese recurso como lo vienen haciendo hasta el presente

  4. Los reyes tenía en poder absoluto de hacer lo que quisieran con la economía, nuestro ministro apenas un súbdito del poder estatal. Pero si es claro que no puede el gobierno emitir moneda sin sostén de riqueza ni económico siendo que la depreciación va en ascenso.
    El dinero que ganamos tiene un valor nominal más bajo respecto al real que es más alto.
    Sería una buena opción, que el gobierno consulte a los seres humanos, las decisiones, pero es muy ideal.
    Quiénes nos vemos perjudicados y pagando las malas decisiones de los gobiernos hace que también la reputación internacional de nuestro país sea deplorable.
    No confían los grandes prestamistas, no hay seguridad jurídica, no hay respaldo económico. Todo ello genera un malestar en la sociedad Argentina, que no lo merecemos.
    Intentamos apostar al país, pero a veces, por tantas crísis económicas, nos terminan arrastrando y en la cornisa, con un pie en otro país.

  5. en cuanto el desvalor q surge la moneda argentina se debe en parte de las malas tecnicas que aplican los ministros de economia, pero tambien se debe mucho al valor psicologico. El aumentar los precios por las por las dudas a una futura crisis o a que otro comerciante suba los precios es algo muy del comerciante argentino.
    Por esta razon en parte suben los precios todos los dias en el pais. mucho mas en la ciudad.

  6. Como no identificarnos con estas lineas? Ahora, la depreciacion de nuestra moneda es constante, no se da solo en momentos criticos, o quizas todo el tiempo estamos en momentos criticos y por lo tanto hay depreciacion constante, en segundo lugar si habria que pagarle a los perjudicados creo q seria imposible porque habria que pagarle a todo el pais, pero veo muy lejos de lo nuestro actual la preocupacion del rey por devolver lo utilizado y los daños: hoy por hoy ni siquiera nos devuelven lo que pagamos por impuestos por ejemplo

  7. Como poder pretender que nuestros » reyes» se preocupen por el pueblo, que hagan consulta popular en temas de importancia que afecten la calidad de vida de nosotros si lo único que importa es el «oportunismo político», creen que por haber ganado una elección tienen impunidad por el resto de su mandato y los culpables de ello somos nosotros que con total pasividad observamos como defenestran nuestra moneda y a su conveniencia suben o bajan el valor de la misma sin importar las consecuencia que ello trae aparejado. Pobre Alberdi y los primeros pensadores que creyeron ver un país en crecimiento y cada vez estamos mas arruinados.

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