El (VAR) de la economía no acierta en los efectos de la política monetaria…. Y el problema es que haya «políticas»

Hace tiempo que la econometría se presentó como la parte más “científica”, precisa o exacta, de las ciencias económicas. En particular, desde hace unas décadas ya, predomina el uso de los que se denominan modelos vectoriales autoregresivos (VAR). Bueno, parece que no están funcionando para evaluar los efectos de las políticas monetarias. Claro el problema no es la evaluación, el problema es que haya una “política”, que busca manipular la moneda.

Comenta el tema John Cochrane en su interesante blog, en un artículo que titula “Interest rates and inflation part 2: Losing faith in VARs”, parte de una serie: https://johnhcochrane.blogspot.com/2023/08/interest-rates-and-inflation-part-2.html

Así comienza:

“Cuando la Fed sube las tasas de interés, ¿cómo responde la inflación? ¿Hay «retrasos largos y variables» en la inflación y el producto?

Hay una historia estándar: la Fed sube las tasas de interés; la inflación es rígida, por lo que aumentan las tasas de interés reales (tasa de interés – inflación); mayores tasas de interés reales menor producción y empleo; la economía más débil empuja la inflación hacia abajo. Cada uno de estos es un efecto retardado. Pero a pesar de 40 años de esfuerzo, la teoría se esfuerza por corroborar esa historia (próxima publicación), se ha tenido que ver en los datos (última publicación) y el trabajo empírico es efímero: esta publicación.

El vector de autorregresión y la proyección local relacionada son hoy las herramientas empíricas estándar para abordar cómo la política monetaria afecta la economía, y lo han sido desde el gran trabajo de Chris Sims en la década de 1970. (Vea la reseña de Larry Christiano).

Estoy perdiendo la fe en el método y los resultados. Necesitamos encontrar nuevas formas de aprender sobre los efectos de la política monetaria. Esta publicación amplía algunos pensamientos sobre este tema en «Expectativas y la neutralidad de las tasas de interés», varios de mis artículos de la década de 1990* y excelentes revisiones recientes de Valerie Ramey y Emi Nakamura y Jón Steinsson, quienes resumen elocuentemente la identificación y el cálculo difíciles problemas del trabajo empírico contemporáneo.”

¿Acaso los bancos centrales nos han dado monedas estables? ¿Acaso han eliminado las crisis?

¿En este siglo de monedas fiduciarias y bancos centrales, acaso los resultados han sido mejores y nos han brindado una moneda estable? La perfomance del Banco Central argentino desde su creación puede evaluarse con un dato: desde entonces se le han quitado trece ceros a la moneda que emite. El caso de la Reserva Federal en los Estados Unidos es mejor, pero tampoco buena: 3.000%  de inflación. Lo comenta Thomas Hogan, del American Institute for Economic Research en una nota titulada: “The Fed Hits 3,000 Percent Inflation”, https://www.aier.org/article/the-fed-hits-3000-percent-inflation/

“La Ley de la Reserva Federal fue aprobada por el Congreso en diciembre de 1913, y los bancos regionales de la Reserva Federal abrieron sus puertas en noviembre de 1914. La comparación del nivel de precios a fines de 1914 con el nivel actual nos dice cuánta inflación total de precios tiene la economía estadounidense. ha experimentado bajo la Fed.

El índice de precios al consumidor (IPC) es la medida del nivel de precios de EE. UU. más utilizada y de más larga duración, pero existen desacuerdos sobre la precisión del IPC histórico. MeasuringWorth agrega datos macroeconómicos, como tasas de interés, producción económica y el nivel de precios de las fuentes históricas más confiables.

Los datos históricos del IPC de MeasuringWorth muestran que el nivel de precios de EE. UU. aumentó un 2.920,2 por ciento desde 1914 hasta 2022.

Si bien el conjunto de datos de MeasuringWorth solo proporciona datos anuales, podemos agregar datos mensuales para el año en curso a partir de los datos oficiales del IPC de la Oficina de Estadísticas Laborales (BLS). Según los datos de BLS, el IPC aumentó un 2,74 por ciento (sin desestacionalizar) en la primera mitad de 2023.

Eso lleva la inflación total bajo la Reserva Federal a 3.000,2 por ciento.”

Artículo en La Nación: El Banco Central (BCRA), dilema institucional, su independencia y la nuestra

La Nación 29/12/23: BCRA, un dilema institucional

https://www.lanacion.com.ar/opinion/el-bcra-un-dilema-institucional-nid29122023/

Cuando consideramos las tasas de inflación en toda América Latina para 2022 surge un vínculo con la calidad de las instituciones monetarias de cada uno de los países. En primer lugar, se encuentran los países dolarizados (Panamá 2,1%, Ecuador 3,7%, El Salvador algo más alto 7,3%); seguidos de los países que lograron seguir alguna regla monetaria y con independencia del Banco Central (Brasil 5,8%, Uruguay 8,2%, Perú 8,5%, Costa Rica 7,9% y otros) y en último lugar los que no tienen ni moneda ni independencia (la Argentina 94,8%, Venezuela 305,7%).

El marco institucional monetario es un tema de fundamental importancia, más allá de quienes ocupen determinadas posiciones. En el caso de la Argentina, la institucionalidad monetaria es más que pobre y de allí los resultados que vemos. En primer lugar, hay poca estabilidad de las normas: el Banco Central informa que la ley conocida como Carta Orgánica del BCRA, sancionada en 1992, fue modificada 5 veces por otras leyes (1995, 2002, 2003, 2008 y 2012) y doce veces por decreto. En cuanto a la designación de su directorio, que incluye la del presidente y el vicepresidente, la realiza el Poder Ejecutivo con acuerdo del Senado por un lapso de seis años, pudiendo ser designados nuevamente. Desde la aprobación de la ley hubo catorce presidentes de la entidad, lo que da un promedio de 2,21 años cada uno.

Esa es la letra, en la práctica la independencia del Banco Central no existe: cada gobierno nombra su presidente y sus directores. Esto ha planteado un dilema al nuevo gobierno, ya que, por un lado, busca recomponer la institucionalidad monetaria, pero al mismo tiempo no puede dejar a cargo a quienes la han destruido. Y, aunque con claros fundamentos, cuando un nuevo gobierno nombra nuevas autoridades, seguimos sin alcanzar esa independencia que el resto de los países latinoamericanos nos muestran con mejores resultados.

La independencia del Banco Central requiere que sus autoridades permanezcan en sus cargos más allá de la gestión en la que fueron designados o que los miembros de su directorio sean designados periódicamente por sucesivos gobiernos tal como lo hace la Reserva Federal en Estados Unidos y en muchos países latinoamericanos. Lula ha tenido que mantener a Roberto Campos Neto aunque ha intentado removerlo, por ahora sin éxito.

Pero parece claro que, dada la situación, el nuevo gobierno argentino no podía si no remover a su cúpula, como mínimo. Esto quiere decir que para que un proceso como el de Brasil ocurra habría que esperar a un cambio de gobierno dentro de 4 años, o tal vez dentro de ocho y que el gobierno siguiente mantuviera a las autoridades que recibe, aunque siguiendo la tradición bien podría designar a los propios.

Estamos ante un nudo gordiano, el que Gordias ofreció a Zeus, y tal vez la solución sea como la de Alejandro Magno: la dolarización sería equivalente a cortar el nudo. Enfrentados a un dilema de difícil o tal vez imposible solución se recurre a algo tajante que elimina el dilema directamente. Ya no se trata de alcanzar la independencia de una institución porque esta deja de existir. Ya no hace falta que se mantengan ciertas autoridades porque ya no hay “autoridades monetarias” y la única autoridad es la gente que elige la moneda que quiera usar. Tampoco hay “política monetaria”, pues ya sabemos los resultados que nos ha traído: no hay nada peor que mezclar a la moneda con la política. Y como hemos visto la recompensa puede ser aun mayor, como muestran los países dolarizados.

Es decir que podemos hablar de dos tipos de independencia: una es la de las autoridades monetarias respecto de las autoridades políticas y la otra, la de nosotros respecto de ambas, es la independencia de los ciudadanos para decidir por sí mismos la moneda que quieren usar. Se dice que la segunda es muy difícil de implementar y alcanzar, pues la primera lo es mucho más. Ese es el dilema que enfrentamos nosotros.

Consejo Académico, Fundación Libertad y Progreso

Hay quienes nos miran desde afuera y nos dicen: Argentina debería dolarizar, paper del Cato Institute

En el medio de toda esta discusión respecto a la dolarización en Argentina, vale considerar una visión desde afuera como la que nos presentan Daniel Raisbeck y Gabriela Calderón de Burgos en esta introducción a un Briefing Paper sobre el tema que publica el Cato Institute. Se titula “Why Argentina should dollarize”: https://www.cato.org/blog/why-argentina-should-dollarize

Así comienza:

“Por primera vez desde 1991, Argentina sufre tasas de inflación anual superiores al 100 por ciento. Mientras los votantes se preparan para acudir a las urnas el 13 de agosto, fecha de las primarias presidenciales para todos los partidos, la mayoría piensa, independientemente de la ideología, que la inflación es el problema más apremiante del país. Mientras tanto, una minoría significativa, el 29 por ciento según una encuesta, ahora considera que la mejor manera de abordar la inflación es deshacerse del peso argentino por completo y adoptar el dólar estadounidense como moneda oficial. Tienen toda la razón.

Como explicamos en un nuevo documento informativo publicado hoy, la dolarización funciona porque priva a la clase dominante local de todo control sobre la moneda nacional. Esto protege el poder adquisitivo de la gente común de los excesos de políticos crónicamente derrochadores y, a menudo, serviles, o simplemente incompetentes, de los banqueros centrales. Junto con Perú, una economía semidolarizada, los tres países totalmente dolarizados de América Latina—Panamá, Ecuador y El Salvador—han tenido los niveles de inflación más bajos de la región durante los últimos 20 años (y mucho más en el caso de Panamá). A diferencia de muchos países de la región, el trío dolarizado no vio una inflación de dos dígitos después de la pandemia de Covid-19. Steve Hanke, economista de la Universidad Johns Hopkins, lo expresa bien: la dolarización equivale a instituir el estado de derecho en la esfera monetaria.

La dolarización a menudo se compara con el sistema de convertibilidad que Argentina implementó en la década de 1990, un régimen monetario que consiste en que el Banco Central mantiene una convertibilidad ilimitada entre su moneda y la que está vinculada a un tipo de cambio fijo. Ese sistema finalmente se vino abajo porque se desvió de seguir las reglas ortodoxas. Pero debido a que la dolarización simplemente reemplaza una moneda local por una extranjera, no depende de la promesa de la clase política de cumplir con un determinado conjunto de reglas y ha resultado mucho más difícil de deshacer. Como explicamos en nuestro informe de política, esto no implica la cesión de la política monetaria de un país a los Estados Unidos.

El paper está en: https://www.cato.org/briefing-paper/argentina-should-dollarize-pronto

«No entiendo nada ese asunto de las Leliqs». Tómese unos minutos y Rallo se lo explica

A veces nos da más claridad quien mira las cosas desde afuera, porque tiene que entender los fundamentos, lo básico. Nadie mejor para eso que el excelente Juan Ramón Rallo, conocido por muchos lectores, del Instituto Juan de Mariana de Madrid (https://juandemariana.org) y la Universidad de las Hespérides (https://hesperides.edu.es/), quien se ha dado la tarea de explicar a su audiencia de qué se trata el problema de las Leliqs y la amenaza que significan para la estabilidad monetaria en Argentina.

Para quien le parezca éste un tema demasiado complicado y vive en este país, más vale tratar de entenderlo porque aquí se juega su futuro económico y Juan Ramón lo explica de la mejor forma, en pocos minutos: https://www.youtube.com/watch?v=nbWydIPD45s

Tómese unos minutos para verlo

Dolarización: una discusión intensa en Argentina que se extiende más allá de nuestras fronteras

El tema de la dolarización no solamente ha disparado una intensa discusión en Argentina sino también en una buena cantidad de economistas en otros países. He aquí dos interesantes trabajos sobre el tema. El primero es de John Cochrane, Senior Fellow de Hoover Institution en Stanford y Académico Adjunto del Cato Institute, en un post que se titula “Pro Dollarization”: https://johnhcochrane.blogspot.com/2023/11/pro-dollarization.html

Entre otros muy buenos argumentos:

“Creo que el compromiso previo es el argumento más poderoso a favor de la dolarización (como, por ejemplo, de la eurorización de Grecia): un país que dolariza no puede imprimir dinero para gastar más de lo que recibe en impuestos. Un país que dolariza también debe endeudarse enteramente en dólares y debe soportar un costoso incumplimiento en lugar de una inflación relativamente menos costosa si no quiere pagar sus deudas.

La inflación y la devaluación ex post siempre son tentadoras para pagar déficits, evitar pagar deudas, transferir dinero de los ahorradores a los prestatarios, beneficiar a los exportadores o estimular la economía antes de las elecciones. Si un gobierno puede comprometerse previamente a evitar la inflación y la devaluación, entonces podrá pedir prestado mucho más dinero en mejores condiciones y su economía estará mucho mejor en el largo plazo.

A menudo se aboga por un banco central independiente por el valor previo al compromiso. Bueno, ubicar el banco central a 5.000 millas de distancia en un país al que no le importa su economía es lo más independiente posible.”

Y aquí otro trabajo de Nicolás Cachanosky, Associate Professor of Economics and Director of the Center for Free Enterprise at The University of Texas at El Paso Woody L. Hunt College of Business, para el American Institute of Economic Research con el título “Hyperinflation and Dollarization: A Path to Economic Stability for Argentina”: https://www.aier.org/article/hyperinflation-and-dollarization-a-path-to-economic-stability-for-argentina/

Así comienza:

“Tras los resultados de las elecciones del domingo, Javier Milei se convertirá en presidente de Argentina el 10 de diciembre. Entre otras cosas, el presidente electo Milei ha prometido reemplazar el peso por el dólar estadounidense, una política conocida como dolarización. Algunos críticos han argumentado que la dolarización agotará las reservas de dólares estadounidenses del banco central argentino, lo que encarecería la dolarización y, en última instancia, resultaría en hiperinflación. Sin embargo, al formular esta crítica, malinterpretan la situación económica actual de Argentina y no consideran casos reales de dolarización durante crisis inflacionarias.

El riesgo de hiperinflación en Argentina no se debe a la defensa de la dolarización de Javier Milei. Más bien, es el resultado de años de políticas monetarias poco sólidas. La inflación ha aumentado constantemente desde 2007, mucho antes de que Milei propusiera la dolarización (y mucho antes de que casi nadie en Argentina pensara que la dolarización era probable).”

El origen del dinero como proceso evolutivo y su ejemplo en un campo de prisioneros

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA, continuamos viendo el tema del dinero y la banca. Para ello, leemos primero un artículo de Carl Menger titulado “El origen del dinero”. Allí dice:

“ En el comercio primitivo el hombre económico toma conciencia, aunque en forma muy gradual, de las ventajas económicas que se obtendrían si se explotaran las oportunidades de cambio existentes. Los objetivos de este hombre están dirigidos, primera y principalmente, de acuerdo con la simplicidad de toda cultura primitiva, a lo que está al alcance de la mano. Y sólo en esa proporción entra en el juego de sus negocios el valor de uso de las mercancías que busca adquirir. En tales condiciones, cada hombre intenta conseguir por medio del intercambio sólo aquellos productos que directamente necesita y rechaza los que no necesita o ya posee de manera suficiente. Es evidente que en esas circunstancias la cantidad de acuerdos comerciales realmente concretados se halla dentro de limites muy estrechos, Consideremos con qué poca frecuencia nos encontramos con una mercancía que es propiedad de cierta persona y que tiene menos valor en uso que otra mercancía propiedad de otra persona, dándose para esta última la situación inversa. ¡Mucho más extraño aun es el caso en el cual estos dos individuos se encuentran! Pensemos, en realidad, en las peculiares dificultades que obstaculizan el trueque inmediato de productos en esos casos, en los que la oferta y la demanda cuantitativamente no coinciden: en los cuales, por ejemplo, una mercancía indivisible debe ser intercambiada por una variedad de productos que son posesión de diferentes personas o por mercancías tales que sólo se las demanda en determinadas oportunidades y que únicamente pueden ser suministradas por ciertas personas. Incluso en el caso relativamente simple y a menudo recurrente en el que una unidad económica A requiere una mercancía que posee B y B necesita una que posee C mientras que C quiere una que es propiedad de A, aun aquí, conforme a una regla de simple trueque, el intercambio de los bienes en cuestión, como regla general y por necesidad, no se realizaría.

Estas dificultades se habrían convertido en obstáculos insuperables para el progreso del comercio, y al mismo tiempo para la producción de bienes que no requirieran una venta regular, si no se hubiese hallado una solución en la naturaleza misma de las cosas, es decir, los diferentes grados de liquidez (Absatzfähigkeit) de los productos. La diferencia que existe en este sentido entre los artículos de comercio tiene enorme importancia para la teoría del dinero y del mercado en general. Y el no haber tomado en cuenta adecuadamente este hecho para explicar los fenómenos del comercio no sólo constituye una brecha lamentable en nuestra ciencia sino también una de las causas esenciales del estado de retraso de la teoría monetaria. La teoría del dinero necesariamente presupone la existencia de una teoría de liquidez de los bienes. Si logramos aprehender esto podremos entender cómo la suprema liquidez del dinero es sólo un caso especial -que únicamente presenta una diferencia de matiz- de un fenómeno genérico de la vida económica, es decir, la diferencia en la liquidez de las mercancías en general.”

 

Al mismo tiempo, leemos  LA ORGANIZACIÓN ECONÓMICA DE UN CAMPO DE CONCENTRACIÓN; R.A. RADFORD (Economica, Nov. 1945):

La moneda-cigarrillo

“Aunque los cigarrillos presentan ciertas peculiaridades en su función de moneda, cumplían todas las funciones de una moneda metálica como unidades de cuenta, como medidas de valor y como depósito de valor, y presentaban la mayoría de sus características. Eran homogéneos, razonablemente duraderos, y del tamaño adecuado para las pequeñas transacciones, y en paquetes, también para las más grandes. Por cierto, que también podían ser «aligerados» retorciéndolos entre los dedos, de forma que caían hebras de tabaco.

Los cigarrillos se vieron también sujetos a la Ley de Gresham. Algunas marcas eran más populares que otras entre los fumadores, pero a efectos de su función como moneda, un cigarrillo era un cigarrillo. En consecuencia, los compradores usaban las peores calidades y la tienda raramente se vio en posesión de las marcas más populares: cigarrillos como los Churchman N° 1 se usaban muy poco en el comercio. Una vez, empezaron a circular cigarrillos hechos a mano con tabaco de pipa. El tabaco de pipa era distribuido por la Cruz Roja a una tasa de 25 cigarrillos la onza y esta era la tasa generalmente utilizada en los intercambios, pero con una onza se podían conseguir 30 cigarrillos de confección casera. Naturalmente la gente que poseía cigarrillos hechos a máquina, los rompía y volvía a liar el tabaco, de forma que los verdaderos cigarrillos desaparecieron prácticamente del mercado. Los cigarrillos hechos a mano no eran homogéneos y los precios no podían expresarse ya en ellos con seguridad: todo el mundo examinaba cada cigarrillo antes de aceptarlo y rechazaba los delgados o exigía uno extra como compensación. Durante algún tiempo sufrimos todas las consecuencias de una moneda depreciada.

Los cigarrillos hechos a máquina fueron siempre universalmente aceptados, tanto por lo que podían comprar como por sí mismos. Era precisamente su valor intrínseco lo que daba lugar a su principal inconveniente como moneda, una desventaja Que se da también, aunque en mucha menor escala, en el caso de la moneda metálica, es decir, el hecho de la existencia de una fuerte demanda con fines no-monetarios. En consecuencia, nuestra economía se veía sometida repetidamente a deflaciones y períodos de escasez de dinero. Mientras las entregas de la Cruz Roja de 50 ó 25 cigarrillos por individuo y semana se producían con regularidad y mientras existían stocks adecuados, la moneda-cigarrillo servía admirablemente a nuestros propósitos.

Pero cuando las entregas se interrumpían, los stocks desaparecían rápidamente, los precios caían, el comercio declinaba en volumen y se convertía cada vez más en trueque. Estas tendencias deflacionistas eran periódicamente compensadas por la repentina inyección de moneda nueva. Los paquetes privados de cigarrillos llegaban a cuentagotas a lo largo del año, pero la mayor parte llegaba cada trimestre cuando la Cruz Roja recibía su asignación de servicios de transporte. Varios cientos de miles de cigarrillos podían llegar en el espacio de una quincena. Los precios se disparaban, hasta que empezaban a bajar, primero despacio pero con creciente rapidez a medida que los stocks se agotaban, hasta que llegaba la siguiente distribución importante. La mayor parte de nuestros problemas económicos se podían atribuir a esta fundamental inestabilidad.”

 

El mundo de las criptomonedas, ¿el inicio de un mercado con competencia de monedas como propusiera Hayek?

Hayek escribió un libro cuyo título fue traducido como “Desnacionalización del dinero”, pero que en realidad significa desestatización del dinero y competencia. Ahora, con la aparición y crecimiento de las criptomonedas muchos han visto en ese texto un análisis premonitorio de un mundo con competencia de monedas. Es lo que se plantea en este trabajo: Parker, Gregory, “The Denationalization of Money and Cryptocurrencies: Commonalities and Implications for the Global Economy” (May 4, 2023). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4440091  or http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.4440091

“La desnacionalización del dinero, un libro del economista ganador del Premio Nobel F.A. Hayek, sugiere abolir el monopolio del gobierno sobre la moneda fiduciaria. Hayek creía que una moneda nacional única y el banco central tienen un historial de generar inflación masiva y; por lo tanto, las monedas privadas no reguladas pueden contrarrestar tal monopolio gubernamental sobre la moneda nacional. Las criptomonedas (criptomonedas) son monedas digitales descentralizadas basadas en la tecnología blockchain que tienen el potencial de remodelar el panorama financiero mundial y fomentar un sistema monetario más competitivo e innovador. En este artículo, examino algunos puntos en común e implicaciones de la teoría de Hayek sobre el papel del dinero en la economía para el futuro de las criptomonedas y el sistema financiero. También discuto el impacto potencial de la desnacionalización del dinero y las criptomonedas en el sistema económico global.”

Richard Cantillon y el peor problema de la inflación: el impacto de la emisión monetaria en los precios relativos

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social, UCEMA, vemos a Richard Cantillon en su Ensayo sobre la Naturaleza del Comercio en General. Cantillon fue seguramente un personaje, nacido en Irlanda pero luego desarrollando sus actividades empresariales en Francia, escribió ese libro que bien puede compartir el podio con La Riqueza de las Naciones de Adam Smith.

Allí, no solamente describe con elegancia y precisión el impacto de la mayor cantidad de dinero, sino que, en la parte del texto que leemos, presenta el que luego fuera llamado “efecto Cantillon”, esto es, que el impacto de la emisión de dinero no eleva a todos los precios por igual, sino que distorsiona los precios relativos. Acá un par de párrafos donde presenta esta idea:

“Supongamos ahora que a causa de la residencia de embajadores y viajeros extranjeros en Inglaterra se haya introducido en la circulación otro tanto de dinero del que había al principio; este dinero pasará primero por las manos de diversos artesanos, criados, empresarios, etc., que hayan participado en las empresas de transporte, diversiones, etc., de estos extranjeros; los industriales, colonos u otros empresarios sentirán el efecto de este aumento de dinero, gracias al cual se creará, en un gran número de personas, la costumbre de un gasto mayor que en el pasado, lo que en consecuencia encarecerá los precios del mercado. Incluso los hijos de estos empresarios y artesanos incurrirán en nuevos gastos: en esta situación de abundancia sus padres les darán dinero para sus placeres menudos, y con ellos comprarán pasteles y otras golosinas, y esta nueva cantidad de dinero se distribuirá de tal modo que ciertas personas antes privadas de dinero podrán ahora disponer de él. Muchas compras que anteriormente se hacían por evaluación se efectuarán en lo sucesivo con dinero en mano y, por consiguiente, será mayor la velocidad de circulación del dinero que la que antes existía en Inglaterra. De todo esto induzco que cuando se introduce doble cantidad de dinero en un Estado no siempre se duplica el precio de los productos y mercaderías. Un río que se desliza y serpentea por su cauce no corre con doble rapidez porque se duplique el caudal de sus aguas. La proporción de carestía que el aumento y la cantidad de dinero introducen en un Estado dependerá del rumbo que este dinero imprima al consumo y a la circulación. Cualesquiera que sean las manos por donde pase el dinero que se ha introducido en la circulación aumentará naturalmente el consumo; pero este consumo será más o menos grande según los casos, y afectará en mayor o menor escala a ciertas especies de artículos o mercaderías, según el capricho de los que adquieren el dinero. Los precios de mercado se encarecerán más para ciertas especies que para otras, por abundante que sea el dinero. En Inglaterra el precio de la carne podrá encarecerse al triple, mientras que el precio del trigo sólo se aumenta en una cuarta parte.”

Y luego:
“De ello infiero que un aumento de dinero efectivo en un Estado provoca siempre, en él, un aumento de consumo y la costumbre de un más elevado nivel de gastos. Pero la carestía originaRichada por ese incremento de dinero no se distribuye por igual entre todas las especies de productos y mercaderías, proporcionalmente a la cantidad de dinero incrementado, a menos que dicho incremento penetre por los mismos canales de circulación que el dinero primitivo, es decir, a menos que los que ofrecían en los mercados una onza de plata no sean los mismos y los únicos que allí ofrecen ahora dos onzas, cuando la cantidad de dinero en circulación se duplica, lo que nunca ocurre. Se comprende, así, que cuando en un Estado se introduce una respetable cantidad de dinero excedente, este dinero nuevo dé un nuevo giro al consumo, e incluso una nueva velocidad a la circulación, si bien no es posible indicar en qué medida.”

Escolásticos y mercantilistas y el gran Juan de Mariana sobre el envilecimiento de la moneda

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA vemos a los Escolásticos y los Mercantilistas en un conocido texto de Raymond de Roover. Pero quiero presentar otro que es excepcional. Es de Juan de Mariana sobre la moneda, “Tratado y discurso sobre la moneda de vellón (1609)”. Algunos párrafos sobre el poder de cobrar impuestos y el envilecimiento de la moneda:

Juan de Mariana

“Digo pues que es doctrina muy llana, saludable y cierta que no se pueden poner nuevos pechos (impuestos) sin la voluntad de los que representan el pueblo. Esto se prueba por lo que acabamos de decir, que si el rey no es señor do los bienes particulares, no los podrá tomar todos ni parte de ellos sino por voluntad de cuyos son. Item, si, como dicen los juristas, ninguna cosa puede el rey en perjuicio del pueblo sin su beneplácito, ni les podrá tomar parte de sus bienes sin él, como se hace por via de los pechos. Demás que ni el oficio de capitán general ni de gobernador le da esta autoridad, sino que pues de la república tiene aquellos cargos, como al principio señaló el costeamiento y rentas que le parecieron bastantes para ejercellos; así, si quiere que se las aumenten, será necesario que haga recurso al que se las dio al principio.

“El rey no puede bajar la moneda de peso ó de ley sin la voluntad del pueblo Dos cosas son aquí ciertas: la primera, que el rey puede mudar la moneda cuanto á la forma y cuños, con tal que no la empeore de como antes corria, y asi entiendo yo la opinión de los juristas que dice puede el príncipe mudar la moneda. Las casas de la moneda son del rey, y en ellas tiene libre administración, y en el capítulo Regalía, entre los otros provechos del rey, se cuenta la moneda; por lo cual, como sea sin daño de sus vasallos, podrá dar la traza que por bien tuviere. La segunda, que si aprieta alguna necesidad como de guerra ó cerco, la podrá por su voluntad abajar con dos condiciones; la una que sea por poco tiempo, cuanto durare el aprieto; la segunda, que pasado el tal aprieto, restituya los daños á los interesados. Hallábase el emperador Federico sobre Faenza un invierno; alargóse mucho el cerco, faltóle el dinero para pagar y socorrer la gente, mandó labrar moneda de cuero, de una parte su rostro, y por revés las águilas del imperio; valia cada una un escudo de oro. Claro está que para hacerlo no pudo juntar ni juntó la dieta del imperio, sino por su voluntad se ejecutó; y él cumplió enteramente, que trocó á su tiempo todas aquellas monedas en otras de oro. En Francia se sabe hubo tiempo en que se labró moneda de cuero con un clavito de plata en medio; y aun el año de 1571, en un cerco que se tuvo sobre León de Holanda, se labró moneda de papel. Refiérelo Budellio en el lib. I De Monet., cap. 1º, núm. 34. Todo esto es de Colenucio en el lib. IV de la Historia de Napóles. La dificultad es si sin estas modificaciones podrá el príncipe socorrerse con abajar las monedas, ó si será necesario que el pueblo venga en ello. Digo que la opinión común y cierta de juristas con Ostiense, en el título De censib. ex quibus, Inocencio y Panormitano, sobre el cap. 4º De jur. jur., es que para hacerlo es forzosa la aprobación de los interesados. Esto se deduce de lo ya dicho, porque si el príncipe no es señor, sino administrador de los bienes de particulares, ni por este camino ni por otro les podrá tomar parte de sus haciendas, como se hace todas las veces que se baja la moneda, pues les dan por mas lo que vale menos; y si el príncipe no puede echar pechos contra la voluntad de sus vasallos ni hacer estanques de las mercadurías, tampoco podrá hacerlo por este camino, porque todo es uno y todo es quitar á los del pueblo sus bienes por mas que se les disfrace con dar mas valor legal al metal de lo que vale en sí mismo, que son todas invenciones aparentes y doradas, pero que todas van á un mismo paradero, como se verá mas claro adelante. Y es cierto que como á un cuerpo no le pueden sacar sangre, sea á pausas, sea como quisieren, sin que se enflaquezca ó reciba daño, asi el príncipe, por mas que se desvele, no puede sacar hacienda ni interés sin daño de sus vasallos, que donde uno gana, como citan de Platón, forzosamente otro pierde.