Tal vez no es mera coincidencia encontrar tantas notas periodísticas con opiniones negativas sobre la “cultura” de los gobernantes. Ayer vimos la del escritor español Arturo Pérez-Reverte, hoy es el presidente de la Corte Suprema de Justicia argentina quien se despacha diciendo que: «Hay algo que vemos en todo el planeta: la gobernabilidad está en manos de gobernantes culturalmente casi primitivos.»
http://www.lanacion.com.ar/1684942-lorenzetti-y-un-mundo-de-primitivos-gobernantes
Coincidiendo con la visión que presentamos en el texto y las clases cuando introducimos el análisis económico de la política, menciona que «Se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones”. Obvio, persiguen sus propios intereses, como cualquier otra persona, y su interés es alcanzar el poder, mantenerlo y resultar electo o reelecto. No estarán presentes cuando lleguen las próximas generaciones.
El asunto entonces, no es pretender que quienes lleguen a las instancias de poder sean santos, tenemos que contentarnos con políticos de carne y hueso, como cualquiera. En tal sentido, lo importante es: cuál es el conjunto de instituciones que establecen los incentivos que quienes se dedican a la política encuentran, y si estos canalizan su búsqueda del interés personal hacia algo que podamos llamar “bien general”. Como dice James Buchanan, precursor del Public Choice, el asunto es analizar “la política sin romance”, como es, no como pensamos que debería ser.
Y si los políticos pueden salirse con la suya y perseguir sus intereses personales, aun cuando no coincidan con los de los votantes, es porque éstos enfrentan débiles incentivos para estar informados.
Comento en el libro:
Como el voto que emite un votante no va a decidir ninguna elección, ya que son miles y millones de votantes los que participan, uno puede estar seguro de que su propio voto no determina el resultado. Se va a elegir alguna combinación de bienes públicos y redistribución de rentas y mi voto no lo define. Esto no generaría una motivación suficiente para estar informado sobre las consecuencias de esa decisión, ya que de todas formas serán las que una mayoría decida. Como consecuencia, el individuo tendería racionalmente a no buscar la información necesaria para realizar un voto consciente, considerando que eso requiere un esfuerzo en tiempo (mirar programas de información política, leer declaraciones de candidatos, programas, informes de políticas públicas) y dinero (comprar diarios y revistas, leer libros, etc.), lo que podría ser mucho costoso para el grado de influencia que puede tener en el resultado.
Estas preocupaciones habían sido adelantadas ya por uno de los primeros economistas en analizar el funcionamiento de la democracia, Joseph Schumpeter (1971[1950]), quien planteaba que al alejarse el individuo de las cuestiones personales hacia los problemas nacionales o internacionales que no tienen un nexo directo con sus preocupaciones privadas, la racionalidad (volición) individual dejaba de desempeñar el papel que le asignaba la teoría clásica de la democracia. El ciudadano particular “es miembro de una comisión incapaz de funcionar, de la comisión constituida por toda la nación, y por ello es por lo que invierte menos esfuerzo disciplinado en dominar un problema político que en una partida de bridge” (p. 334) .
Y luego: “El debilitamiento del sentido de la responsabilidad y la falta de voliciones efectivas explican a su vez esta ignorancia del ciudadano corriente y la falta de juicio en cuestiones de política nacional y extranjera, que son más sorprendentes, si esto puede sorprender, en el caso de personas instruidas y de personas que actúan con éxito en situaciones de la vida ajenas a la política que en el caso de personas poco instruidas y de condición humilde” (p. 335).
Según la visión de la escuela de la Elección Pública el votante tendería a ser “racionalmente ignorante” lo cual tiene algunas implicancias para el funcionamiento de la democracia. Por un lado explicaría por qué los políticos buscan apelar a las emociones, las frases simples y fáciles, en lugar de presentar complejas plataformas programáticas o argumentos elaborados. Por otro, llevaría a un voto “desinformado” por el cual una mayoría podría estar votando a un candidato que, en definitiva, podría ser perjudicial para ellos o para alguna minoría específica. Como he decidido estar desinformado, entonces los intereses específicos (lobby), pueden ejercer sus influencias en los representantes electos y obtener privilegios que, de conocerse sus consecuencias, hubieran sido rechazados por los votantes.
Sostiene Caplan (2007, p. 95) respecto a los Estados Unidos, el país que más larga tradición y experiencia democrática tiene: “Menos del 40% de los adultos norteamericanos conocen los nombres de sus dos senadores. Un poco menos conoce a qué partido pertenecen –un hallazgo particularmente importante dada la idea muy citada que los partidos cumplen un rol informacional. La mayoría del público ha olvidado –o nunca aprendió- los hechos elementales e inmutables que se enseñan en una clase de educación cívica. Cerca de la mitad conoce que cada estado tiene dos senadores, y sólo una cuarta parte conoce el período de su mandato. La familiaridad con el registro de sus votos y las posiciones políticas que sostienen es prácticamente nula aún en cuestiones de alta atención pública, pero increíblemente buena en cuestiones divertidas pero irrelevantes para la política.”
Considero que acorde a la vision distinta que estamos teniendo sobre la politica y los gobernantes, los politicos no son ignorantes o mucho menos pero estos si les conviene que el votante sea un ignorante, que las generaciones futuras sean ignorantes , lo vemos en las escuelas primarias y secundarias donde los estudianes pasan de grado o año sin saber lo minimo o escencial para su proyeccion futura , ¿ cuantos de nosotros cuando escuchamos por cadena nacional o al Jefe de Gabinete no decimos que dice? ¿ de que esta hablando?¿ en que pais vive ? Y pasa lo mismo con la oposicion. Por ello creo que lo mejor que les puede pasar a los politicos que hay es que el pueblo en su gran mayoria sean ignorantes.
En perspectiva a la calidad de las instituciones, los votantes poseen incentivos débiles hacia la búsqueda de información, de un voto consciente, según la teoría del Public Choice. La legitimidad jurídica y el deber de los políticos se encapsulan en el sustento de las elecciones a cargos públicos. No se objetan los deberes morales; y las faltas a la Ética Pública, salvo que sean graves, fragantes. Se aplica el Derecho Continental de nuestra República, de sistema difuso, donde cada sentencia es para el caso concreto. Al no comprobarse el incumplimiento del funcionario público, quedan dichas faltas como deberes morales, que carecen de efectos jurídicos. Lo mismo se verifica en los casos de cambio de bancada o de formación de minibloques, en contraste con las plataformas políticas electorales que se hubieran dado a conocer del candidato que fuera electo a posteriori. A ello apunta el artículo sobre la cultura de los gobernantes: «he decidido estar desinformado, entonces los intereses específicos (lobby), pueden ejercer sus influencias en los representantes electos y obtener privilegios que, de conocerse sus consecuencias, hubieran sido rechazados por los votantes.». El político les va a decir lo que quieren escuchar, según sus propios intereses, en términos del análisis económico de Buchanan, significa ni más ni menos que «analizar la política sin romance», tomar a la política por lo que es, no abarcar lo que debería ser. Recientemente y sólo a título referencial, el diputado electo Martín Lousteau, comentó en una radio, donde es columnista que «desde que abrieron las sesiones ordinarias del período en curso, sólo sesionaron tres o cuatro veces en la Cámara de Diputados de la Nación». Luego de su sincericidio y de recibir llamados de sus colegas de la Cámara Baja, según sus propias declaraciones, indicó «que también se lleva a cabo trabajo interno en las bancadas, en forma adelantada, para fijar posturas antes de las presentaciones de los proyectos de leyes».
Respecto a lo citado en el articulo, en mi opinión hoy en día se ve que el único incentivo de los políticos es ser elegidos o reelegidos para así obtener mayor poder, siendo este su principal fin. No hay una preocupación real por el bienestar general, como bien dice la frase ¨se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones¨.
Hoy podemos ver como un político con tal de atraer la mayor cantidad de adherentes promete cosas y actos imposibles de lograr, que hasta el votante mas ignorante lo puede notar, o lo que es mas ilógico platean un día políticas a llevar a cabo que al día siguiente las contradicen con otras promesas.
En mi opinión esta es una causa mas de porque el votante toma la decisión de preferir estar desinformado, la desconfianza que los políticos se fueron generando a lo largo de estos años por los ciudadanos. No es necesario estar muy informado, ni tener un gran incentivo para poder percibir esto. Seria entonces lógico decir ¨para que informarme y asumir los costos que esto conlleva, de esfuerzo, perdida de tiempo, dinero y porque no también preocupación, si de lo que yo me voy a informar y conocer muy poco será real en un futuro¨.
Si bien es verdad que un político no puede deslindarse de su interés personal, como sucede con cualquier persona, la cuestión es que no debemos olvidar que esas instituciones estatales que se formaron para canalizar ese interés personal en uno general o colectivo fueron creadas por otras personas que perseguían en su momento un interés personal. En suma si consideramos que el mayor control para que prevalezca el interés general sobre el personal lo da el votante, el cual en la realidad no encuentra lo incentivos para llevarlo a cabo de una manera eficiente, debido según mi entender, que ese desinterés del votante surge desde una perspectiva individual (o personal) en referencia que se piensa “que un voto no modifica nada en una elección” y no partiendo de una perspectiva grupal donde si muchos realizan un trabajo de investigación sobre los candidatos y realizan una conclusión a partir de sus preferencias podrían incidir de manera sustancial en una elección, debido que se tiene esa concepción individualista se permite a los políticos imponer su interés personal sobre el colectivo.
Esa falta de exigencia y de información, en la selección y control que no realiza los votantes, en referencia a los proyectos de los políticos y en el político en sí mismo. Que solo aluden a lo emotivo por sobre lo programático de su proyección de gobierno, produce una chatura en la clase política y que termina repercutiendo de manera significativa en las instituciones estatales, que terminan ejecutando políticas para intereses individuales o si se quiere un interés general pero de un sector muy reducido y exclusivo.
Por ello considero que si se quieren estados con sus instituciones que funcionen de manera que representen un interés general (y que lo persigan) es cuestión que los votantes nos concienticemos que somos quienes podemos controlar y torcer ese rumbo de interés para que no apunten al personal y se dirija al general. Y se lograría por medio de la información de a quien votamos y que votamos (sus políticas). Ello es aun si el voto es individual, si lo entendemos que la votación es general y si nos responsabilizamos al momento de la votación, considero que un voto puede hacer la diferencia.
Lamentablemente así es como funciona la política hoy en día. Apela al sentimiento del ciudadano pero no a la razón, busca obtener una mayor cantidad de votos a través de las atractivas y prometedoras campañas políticas, una interesante publicidad que atrae a aquellos más ignorantes y con poco incentivo a informarse, que se conforman con lo superficial, que no entienden o no quieren ver las repercusiones que se podrán llegar a generar en el futuro. Considero que la política es estratégica, saber qué decir, que no decir, y en qué momento, estableciendo promesas «vacías», ya que en el fondo los políticos saben que las probabilidades de cumplirlas son escasas.
Por otro lado, respecto al voto particular de cada ciudadano, entiendo que en relación a la población total que vota, un voto no vale nada, pero eso sucede por la falta de iniciativa a informarse que tiene el ciudadano y la falta de iniciativa de informar por parte del gobierno. Sin embargo, un voto llevado a cabo a conciencia y valiéndose de información plena es de gran valor, porque un ciudadano que siente que su voto es importante y puede marcar una diferencia va a tener ese incentivo para participar y como consecuencia aquello se propagará al resto de la sociedad. No obstante en la política de hoy en día lo único que hay es ausencia de conocimiento. Una población informada y educada votará tanto con el sentimiento y la razón, buscando un gobierno justo y prometedor, pero también cumplidor.
Concuerdo con lo expuesto en el texto y también con los comentarios de mis compañeros, es un tema muy interesante analizar la política desde el punto de vista de lo que realmente es y no de lo que debería ser.
La verdad es que los políticos persiguen intereses personales y tener a un pueblo pensante (y por lo tanto critico) implicaría un peligro para esos intereses porque los pondría en tela de juicio. Particularmente en Sudamérica podemos ver democracias muy patriarcales y concentradas en una sola persona. Estos gobiernos los que crean son sistemas de dependencia con los votantes, o con gran mayoría de su masa electoral (por ejemplo: subsidios de algún u otro tipo) mientras a la gente no le «toquen el bolsillo» probablemente nunca se interese por investigar e invertir en sus candidatos. Un dicho que va en contra de lo que vemos hoy en Sudamérica y particularmente en argentina es este: «Regala un pescado a un hombre y le darás alimento para un día, enséñale a pescar y lo alimentarás para el resto de su vida.» Este dicho desalentaría a casi cualquier político de la actualidad, simplemente porque no le conviene.
Esto es un poco lo que vamos siguiendo en las clases. La desinformación de los votantes, y también el grado en que el voto no da ninguna información de sus preferencias. Ir a votar hasta se manifiesta como una carga, un peso, y pocos lo disfrutan como el derecho que es. Las personas más grandes lo valoran más por el hecho de que algunos vivieron en dictadura y supieron lo que fue no tenerlo. Hoy la gente no valora, no se informa, justamente por esto que dice el texto de que piensa que su voto no es nada comparado con la totalidad. No hay compromiso.
Mi opinión al respecto de lo expuesto es que la política se ha estado utilizando para el bienestar particular de los políticos más que para contribuir al bien general de la sociedad.
La mayoría de los políticos persiguen intereses propios y su primordial labor es realizar lo que fuere necesario para ser reelectos. Creo que los valores están confundidos, ya que priorizan su propia obtención de beneficios sin importar el costo que ello implique. En este caso el deterioro del progreso de nuestra sociedad, no implementando políticas que ayuden a tener mejor educación por ejemplo, que es la base de toda sociedad para su buen desarrollo y progreso.
Claro está que a un gobierno con políticos con estas características, les es primordial que sus ciudadanos sean ignorantes en cuanto a la falta de información porque de esta manera muchos no saben al momento de votar que elegir entre tantas opciones. Puede suceder también que los proyectos a llevar a cabo por cada político una vez electos sean mentiras y hayan utilizado ese discurso solo para que la sociedad lo vote al creer verse beneficiada por ello.
Y como un simple voto, como bien expone en el artículo, no va a decidir ninguna elección, hay una débil motivación para estar informado por parte de quienes votan. Y ello conlleva a que muchas veces las personas no realicen el esfuerzo de leer, e informarse a fondo sobre las políticas propuestas por cada partido ya que de todas formas nuestro voto no decide el resultado.
Por otra parte, en lo referente al artículo (Lorenzetti y un mundo de «primitivos» gobernantes), en el cual el presidente de la corte Ricardo Lorenzetti manifiesta “Que los gobernantes parecen primitivos a la hora de hablar del medio ambiente”, si bien es cierto que en algunas de las plataformas de los partidos existe una simple mención al tema del medio ambiente, mi observación al respecto es que los gobiernos se ocupan poco y nada de este problema. Y quienes sufren en mayor medida este flagelo son las clases más pobres, de bajos recursos porque desarrollan su vida en ámbitos inadecuados que afectan su salud. Y ello se debe en primer lugar al problema de la contaminación.
Se puede decir que los países en general han tenido amagues interesantes de compromisos relacionados con la lucha contra la contaminación. Entre ellos podemos mencionar el Tratado de Kyoto, en el cual muchas naciones se comprometieron a reducir la contaminación proveniente de la emisión de gases. Si bien puede ser un buen comienzo para afrontar este problema, por sí sólo no es suficiente.
Volviendo a las palabras tan duras emitidas por Lorenzetti, debemos recalcar que la contaminación y control del medio ambiente debe formar parte de las propuestas de todos los partidos políticos y es nuestro derecho como ciudadanos poder expresar libremente nuestras inquietudes y que nos escuchen.
No por encontrarse bien posicionado económicamente, el ciudadano podría creer que la contaminación no lo influye, ya que nos afecta a todos los habitantes en su conjunto a pesar de que quienes más lo sufren sea la clase más desprotegida, quienes tienen falencias en la alimentación, educación, salud, entre las más importantes debido que generalmente viven en tierras altamente contaminadas por desechos industriales o por vivir cerca de basurales.
Recordemos que hasta hace muy poco tiempo los gobiernos de Argentina y Chile en Sudamérica y como ejemplo China en Asia han mirado en forma primaria el desarrollo y posibilidad de trabajo para sus habitantes y han dejado sin hacer un control severo sobre la contaminación y eso ha llevado a grandes consecuencias que los habitantes han sufrido y que posiblemente llevará un tiempo poder subsanar.
Así como también sucedió con la explotación de recursos minerales en zonas de San Juan de Argentina y Chile.
En China sucedió algo muy parecido sobre el desarrollo fabril indiscriminado lo que ha llevado a ese país a ser uno de los más afectados por la contaminación.
Quiero expresar con esto, que los gobiernos a veces parecen primitivos pues ven el desarrollo inmediato de lograr inversiones y ganancias sin hacer un estudio que contemple el desarrollo a muchas décadas por adelante.
Saludos Cordiales
Ciampone Sofia
El tema de la política en la Argentina es polémico y dispara siempre debates.
Uno de ellos podría ser en torno al punto en cuestión ya que claramente se puede observar como el mismo se lleva a cabo en nuestro país: por un lado ciudadanos carentes de interés en informarse sobre cuál es el candidato correcto para votar e incluso ignorantes en cuanto a cómo funcionan las instituciones de gobierno, en el otro lado gobernantes políticos motivados por un mero fin personal relegando el bienestar general. En cuanto a los primeros estoy de acuerdo en que no se informan por una falta de conexión directa entre su voto y el resultado, a su vez coincido en lo que dijo una compañera previamente: la corrupción de estado esta instalada ya y desmotiva aun más a las personas.
Ante este escenario me parece que sería interesante plantearnos los siguientes cuestiones:
Si se acotasen los plazos de cargos políticos, reduciendo así el tiempo de cada gobernando en el poder, ¿evitaríamos que estos pudiesen alejarse tanto de su propuesta inicial?
A su vez, ¿podría generarse, previendo ya la falta de interés y conocimiento de los votantes, algún tipo de control estatal para evitar ese alejamiento? Este organismo podría sancionar a los gobernantes que incumpliesen.
Nuestro pais es un ejemplo de aparente primitividad de los politicos. Digo aparente porque en ls mayoria de lis casod son personas muy instruidas que simulan y reslizan actos primitivis exclusivamente en procura fe du propio interes. Asimismo fortalecen a traves de politicas llamadas de integracion social un electorado profundamente ignorante y simetdo rxclusivamente a quienes le proporcionan ese privilegio sin medir las consecuenciss que tales politicas sodtenidas en el tiempo producen a la economia del pais. Nuestri gobernantes han estructurafo un aparato social a la mefida de sus pretensiones en pertetuarse en el poder
Es así como funciona la política y como se cree que es conveniente que funcione así en Argentina. Creo que es un problema que ocupa gran parte de Sudamérica y no solo se da en nuestro país. Sin embargo , respecto al votante informado y capacitado para ejercer su derecho a voto, mi opinión se remite a que por ejemplo,en el continente europeo en donde en un pais como Inglaterra donde existe una población con un indice de analfabetismo muy bajo, no se presenta este conflicto porque un ciudadano educado , significa estar instruido en el aspecto electoral o sin ir mas lejos Estados Unidos donde al margen de la casi plena educación o información brindada por los medios de comunicación, el ciudadanos tiene una idea a Patri muy fuerte y se fija en quienes son o van a ser sus gobernantes.
Respecto a nuestro país, al haber poca y mala educación , se obtiene un votante ignorante que lamentablemente nuestros políticos lo necesitan hacer, se puede decir que:»votante ignorante» es el resultado de alguien que ignora los actos que van en contra del bien común realizados por los gobernantes, los cuales persiguen sus intereses personales .
Al igual que un comentario de un compañero, considero que los políticos no son ignorantes sino que el ignorante es el votante y esto se viene viendo desde hace mucho. No hay interés por parte de los votantes de involucrarse con la política o de por lo menos, votar a conciencia y por otro lado,los políticos siguen el «afán» de poder y sus propios intereses.
En cuanto a los votantes, como vimos en clase, no poseen suficiente motivación para estar informados ya que sus decisiones son muy débiles al lado del resultado, es decir, que la decisión que adopte cada uno de los votantes no tiene peso en relación al resultado definitivo (esto es lo que se conoce como” votante racionalmente apático”). Creo que esta desmotivación también va acompañada por el hecho de las malas políticas, corruptas las mayorías de ellas, de los últimos tiempos, y las impunidades (falta de sanciones) con las que cuentan los políticos que no han desempeñado sus funciones de manera honesta una vez terminado su mandato .
Sin perjuicio de ello, algunos autores suelen consideran que se tratan de “votantes irracionales”, puesto que los votantes no le dedican el tiempo suficiente a temas que los afectan para tomar conocimientos de los mismos.
Realmente pienso que esta desinformación que tiene el votante hoy en día es el producto de la educación de la sociedad de los últimos tiempos, en donde nunca se pretendió incentivar a las personas (sino que todo lo contrario) a que lean, se informen, sobre temas de tal relevancia. No cabe duda de que el incentivo de los políticos es meramente particular (ser elegidos o seguir manteniéndose en el poder). Considero que los políticos para poder satisfacer su interés particular deben atender el interés general de la sociedad, puesto que es la sociedad quien en definitiva los elige. Observo, de tal manera,que los políticos no tienen una preocupación real por el bienestar de la sociedad, sino simplemente utilizan a ésta como el medio necesario para satisfacer su interés particular (“se ocupan de las próximas elecciones y no de las próximas generaciones”).