Preguntas sobre la acción humana, la subjetividad del valor y la utilidad marginal (III)

Los alumnos de Microeconomía en Madrid leen partes de “La Acción Humana” de Ludwig von Mises y plantean preguntas al autor que trataré de contestar aunque no lo sea:

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¿Por qué al oro, por ejemplo, se les da tanto valor cuando no satisface ninguna necesidad, no aumenta el bienestar del actor, ni suprime incomodidad alguna? ¿Valoramos al oro porque sabemos que otros lo valoran a su vez?

Exacto, lo valoramos como un medio de intercambio, porque sabemos que será generalmente aceptado por los demás, lo cual lo convierte en un gran medio de intercambio, que nos da un muy importante servicio. Es decir, satisface la necesidad de contar con un medio de intercambio eficiente.

¿Aumenta el valor marginal de un determinado bien o medio a medida que baja su stock? Me parece que la teoría de la utilidad marginal gira en torno a la escasez o la abundancia, ¿es cierto esto?

Correcto. Veamos el ejemplo del agua desde el lado del oferente. Tengo ocho vasos de agua. Si voy a entregar uno, habrá un potencial uso de ese vaso que estaré sacrificando. La utilidad del siguiente vaso que pueda entregar ya es mayor, está destinado a satisfacer una necesidad más importante. Entonces: aumenta la escasez, aumenta la utilidad de las unidades que me quedan; se reduce la escasez, baja la utilidad de las unidades que ahora tengo.

¿Pudiera ser que el medio a veces suponga más satisfacción que el fin, pasando en ese caso el medio a ser un fin y el fin una excusa?

Claro, un medio puede pasar a ser un fin. Leo libros de economía porque quiero aprender esta disciplina. El libro es un medio, el fin es aprender economía. Pero, tal vez, en algún punto, simplemente disfruto leyendo libros de economía. Esto se ha convertido en un fin para mí.

¿Puede la praxeología asumir una conducta considerada como corrupta desde el punto de vista ético como idónea si con ello se logra el fin perseguido?

Nuevamente, la ética es otra área. Podemos en ella debatir acerca de los fines apropiados o no. De hecho, nos pasamos buena parte del tiempo opinando si las acciones de otros fueron “buenas” o “malas” y allí estamos en el campo de la ética. En el de la economía, simplemente consideraremos las consecuencias de esas acciones.

Desde el punto de vista de la acción ¿Qué considera el autor como realidad objetiva? ¿Toda acción objetiva, al ser asumida por el individuo deja de ser objetiva y se transforma en subjetiva? ¿Es objetiva hasta que es objeto de observación por el individuo?

La realidad es “objetiva” para el que actúa (hay otra discusión filosófica acerca de la realidad y los sentidos, por ejemplo, como en la película Matrix). La realidad objetiva es que siento hambre, y valoro “subjetivamente” que una tortilla es la mejor forma de aplacarla. En este sentido, “objetivo” es lo que el individuo entiende como necesidad. Alguien puede decir: “necesito un coche”. Otro puede decirle…, pero ya tienes dos. “Objetivamente, no te hace falta”. Pero lo que es “objetivo” para nosotros es que esa persona entiende que esa necesidad existe.

¿Por qué es impensable una ley de utilidad creciente?

Es “ilógica” en este sentido. Estoy en el desierto y llego al oasis. Me ofrecen un vaso de agua: si lo uso para calmar mi sed es que esa era la necesidad más valorada. ¿Y qué pasa si lo uso para regar las plantas? Pues, por definición, ésa era la necesidad más valorada: tenía un solo vaso y lo destiné a ese fin. Pero, en realidad, valoraba más calmar su sed, alguien podría decir. Pues no, en tal caso se lo hubiera bebido. Y el segundo uso por definición es menos valorado, de otra forma hubiera usado el primer vaso con ese destino.

¿Por qué se confunden la utilidad marginal y la ley de Weber-Fechner quienes sólo ponderan los medios idóneos para alcanzar cierta satisfacción?

Es que esa ley establecía una relación proporcional entre “medios y fines”, que Mises niega en el caso de la utilidad marginal con ese ejemplo sobre el aumento de la temperatura.

¿Por qué la utilidad total y valor total carece de sentido, existen mercados totales? ¿Podrían ser estos de bienes únicos (ejemplo obra Miguel Ángel?

Porque como la utilidad no puede medirse, es “ordinal” no “cardinal”, entonces no puede sumarse para el conjunto del mercado. Veremos el ejemplo de Miguel Ángel cuando veamos el concepto de “bienes sustitutos”. Una obra de Miguel Ángel es una pieza única, y podemos pensar en un mercado donde hay un solo bien ofrecido y muchos demandantes. Eso es correcto. En algún punto también hay “sustitutos”. ¿A qué precio estarías dispuesto a cambiar La Gioconda por el Guernica por ejemplo?

¿Diferencias entre praxeología y economía? (concepto para mi muy parecido)

Praxeología sería la ciencia de la acción humana, economía aquella parte que analiza las acciones en un entorno de escasez donde surgen los intercambios y el mercado.

¿Los bienes libres, tienen valor económico, o por su abundancia son gratuitos (ej: aire)?.

Como no son escasos no tienen valor económico.

Tanto el costo como el valor, es muy subjetivo y diferente a cada individuo, con lo cual, ¿cómo podemos definir adecuadamente cada valor a una población?

No podemos, pero el precio, que resulta de la interacción de las valoraciones de demandantes y oferentes, nos da una idea de las valoraciones de unos y otros.

¿Quién le influyó anteriormente para llegar a estas conclusiones?

Menger y Böhm-Bawerk y von Wieser. Ellos fueron sus maestros y quienes desarrollaron la teoría de la utilidad marginal

 

Un pensamiento en “Preguntas sobre la acción humana, la subjetividad del valor y la utilidad marginal (III)

  1. Otra magnífica entrada de las que acostumbra el profesor Krause. Me han surgido algunas reflexiones que comparto con la comunidad de lectores y participantes del Blog.

    El oro, al igual que otros bienes escasos como las piedras preciosas, deriva su valor de su escasez y de su capacidad de satisfacer necesidades. Esas necesidades para una persona común pueden ser eminentemente sicológicas, de tal modo que la posesión de un adorno hecho con oro le puede reportar utilidad y satisfacer su necesidad por sí misma. Muy probablemente, al aumentar la posesión de objetos de oro cada unidad adicional habría de reportarle al sujeto menor utilidad.

    Ahora bien, para un cierto coleccionista de objetos de ciertas características similares pero que no son homogéneos y contribuyen a satisfacerle una determinada necesidad de logro o de gusto o de disfrute, la posesión de un nuevo objeto podría reportarle una utilidad creciente tal que sea mayor que la que obtuvo con el consumo anterior.

    Un Don Juan, posiblemente valore más cada conquista adicional en cuanto su siquis haga que al sumar más a la cantidad acumulada, la satisfacción que le aporta esa unidad adicional sea creciente. Sus patrones de juicio, de evaluación, de ponderación y valoración no son los de la persona común.

    Una persona que quiere tener la exclusividad de un determinado bien de ciertas y particulares características (unas acciones del capital de una empresa, por ejemplo), podría valorar y estar dispuesto a pagar más por las últimas unidades que restan para lograr su meta.

    De esa manera, pensaría que para que la utilidad marginal sea decreciente se requiere que converjan por lo menos tres elementos simultáneamente. La racionalidad, que la necesidad tenga un límite de cantidad de medio satisfaciente con la característica que el mayor consumo tienda a aplacar el deseo y, que el medio de satisfacción sea relativamente homogéneo en cada consumo.|

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