En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramos con los alumnos de la UBA en Derecho. Su tercera conferencia se tituló “Intervencionismo” y trata el control de precios presentando el caso de los precios de la leche. Mises comenta:
“Más aún, el gobierno no puede limitar su interferencia en el mercado, solamente en los bienes que considere de primera necesidad, como leche, manteca, huevos y carne. Necesariamente debe incluir los artículos de lujo, porque si no limita estos precios, el capital y el trabajo abandonarían la producción de artículos de vital necesidad y se volcarían a producir esos bienes que el gobierno considera artículos lujosos innecesarios.
Y así, la aislada interferencia con uno o unos pocos precios de bienes de consumo, siempre provoca efectos – y es importante comprender esto – que son aún menos satisfactorios que las condiciones que predominaban antes. Antes que el gobierno interfiriera la leche y los huevos eran caros; después de la interferencia del gobierno, comenzaron a desaparecer del mercado. El gobierno consideraba estos bienes tan importantes que se decidió a intervenir; deseaba incrementar la cantidad y mejorar la provisión. El resultado fue totalmente opuesto: la aislada intervención provocó una situación que – desde el punto de vista del gobierno – es aún más indeseable que la situación previa que el gobierno deseaba modificar. Así que el gobierno vaya más y más allá, finalmente llegará a un punto en el cual todos los precios, todos los salarios, todas las tasas de interés, en pocas palabras todas las cosas en el sistema económico total, son fijadas por el gobierno. Y esto, claramente, es socialismo.
Lo que he dicho aquí, esta esquemática y teórica explicación, es precisamente lo que ocurrió en aquellos países que trataron de hacer respetar un control de precios máximos, donde los gobiernos fueron tan testarudos como para ir paso a paso hasta llegar al final.
Esto sucedió durante la Primera Guerra Mundial en Alemania e Inglaterra. Analicemos la situación en ambos países. Ambos países experimentaron inflación. Los precios subieron, los dos gobiernos impusieron controles de precios. Empezando con unos pocos precios, comenzando solamente con leche y huevos, tuvieron que seguir más y más allá. Cuanto más se alargaba la guerra, más inflación se generaba. Y después de tres años de guerra, los alemanes – en forma sistemática, como siempre – elaboraron un gran plan. Lo denominaron el Plan Hindenburg: a cualquier cosa en Alemania, considerada buena por el gobierno de ese momento, se le daba el nombre de Hindenburg.
El Plan Hindenburg significaba que todo el sistema económico alemán sería controlado por el gobierno: precios, salarios, utilidades….. todo. Y la burocracia inmediatamente comenzó a poner esto en funcionamiento. Pero antes que hubieran terminado, vino el descalabro: El Imperio Alemán se vino abajo, el aparato burocrático completo desapareció, la revolución trajo consecuencias sangrientas – todo se terminó.
En Inglaterra comenzaron de igual manera, pero después de un tiempo, en la primavera de 1917, los EEUU entraron en la guerra y suministraron a los Británicos suficientes cantidades de todo. Y por lo tanto el camino al socialismo, el camino de servidumbre, fue interrumpido.
Antes que Hitler llegara al poder, el Canciller Brüning nuevamente introdujo los controles de precios en Alemania por las razones habituales. Hitler los impuso, aún antes que la guerra comenzara. Por que en la Alemania de Hitler no había ninguna empresa privada o iniciativa privada.
En relación al comentario final, no entiendo cómo es posible que la Alemania nazi de Hitler haya logrado tal despliegue y producción armamentística (con todo la industria pesada y liviana que implica), si su economía estaba tan intervenida (y, en consecuencia, tan afectada negativamente). No me parece compatible tener una economía en declive y al mismo tiempo lograr conquistar gran parte de Europa. Por otro lado, tengo entendido que varias empresas privadas como BMW o Bayer (entre otras) tuvieron una gran actividad en ese momento, siendo ambas empresas privadas.
No lo veo incompatible. Lo que comenta Mises es que las empresas privadas, incluyendo BMW o Bayer, se habían convertido, de facto, en empresas estatales. O, en verdad, en empresas que seguían formalmente siendo privadas pero eran manejadas por el Estado. Esto desvió la producción de esas empresas hacia las necesidades bélicas. El costo económico de esta decisión fue enorme, y peor aun la destrucción posterior. Fue un proceso de economía planificada que duró unos diez años, no es mucho. El de la Unión Soviética duró más, con un resultado similar, salvo la destrucción de la guerra.
Claro, entiendo. Sin embargo, se me viene a la mente la siguiente idea: al ver que la economía planificada de Hitler fue lo suficientemente eficiente para lograr tal despliegue militar (es decir que fue capaz de producir y sostener armamento militar y a los mismos soldados, entre otras cosas), uno puede pensar que si Hitler, en vez de haberse volcado a la guerra, se hubiera dedicado simplemente a mejorar los indices económicos del país, hubiera tenido un gran éxito. Lo mismo pienso de la URSS: qué hubiera sido del país si no se hubiera visto envuelto en guerras con otros países o por conflictos internos (sobretodo la guerra civil). Claro que esto no es mas que pura especulación, y uno puede ver que en los países con economía planificada, la prosperidad no emerge. Y si emerge, siempre es menor en comparación a los progresos que brinda un sistema liberal y republicano.
Una ultima cosa, Martín, que no viene al caso: ¿que opina sobre la relación del liberalismo con el conservadurismo político? Es que no puedo entender como se puede aplicar un liberalismo si no es bajo una estabilidad política (lo cual implica estabilidad social), bajo el imperio republicano de la Ley. Lo mismo me pregunto sobre la posibilidad de existencia de un liberalismo bajo un régimen no democrático (presidencial o parlamentario). Todo esto me lo pregunto en relación a las premisas fundamentales del liberalismo: el respeto total a la libertad, a la propiedad privada, a la igualdad entre los seres humanos; en un país donde no hay estabilidad política o social, donde las personas carecen de derecho para elegir a sus gobernantes, ¿es posible aplicar, en la práctica, el liberalismo? No lo veo muy compatible.
Así es Juan, el Estado puede concentrar todos los esfuerzos productivos en ciertas cosas, una guerra por ejemplo, o desarrollar la industria pesada, como en la URSS, pero eso se sostiene por poco tiempo. No genera riqueza sino que la traslada momentáneamente. Tal vez sea necesario, por ejemplo, cuando los aliados tuvieron que hacer frente a la agresión nazi, pero no es como crecen las economías. Además, cuanto más comercio y más globalización hay, menos guerras y menos necesidad de que eso ocurra.
En cuanto al segundo punto. Es fundamental el imperio republicano de la ley. Al respecto, recomiendo a Hayek: La Constitución de la Libertad. Y no recuerdo si es en ese libro, tiene un capítulo titulado Porqué no soy un conservador.