Teorías evolutivas, darwinismo social: ¿todo lo que ha evolucionado es necesariamente bueno?

Con los alumnos de la UBA Económicas vemos a Hayek, en su último libro “La Arrogancia Fatal”, sobre las teorías evolutivas:

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“Nadie que pretenda aplicar un enfoque evolucionista al estudio de los procesos culturales dejará de advertir la hostilidad con que sus conclusiones serán seguramente recibidas. Tal rechazo deriva, en parte, del que producen las tesis esgrimidas por los «científicos sociales» que, en el siglo XIX, tuvieron que recurrir a Darwin para acceder a un método en el que eran ya expertos quienes les precedieron en el estudio de su propia disciplina y que tan flaco servicio rindieron a la evolución cultural al desacreditarla como consecuencia del empleo de erróneos planteamientos metodológicos.

El darwinismo social yerra en muchos aspectos. Ahora bien, las duras críticas que hoy se lanzan contra él no dejan de ser fruto también de su radical rechazo de esa arrogancia fatal que pretende que el hombre puede moldear a su gusto la realidad circundante. Y aunque este último planteamiento nada tiene que ver con la teoría de la evolución correctamente entendida, en lo que a las disciplinas humanas atañe no es inusual que se recurra a esa confusión metodológica (así como a otros evidentes errores que vician también al darwinismo social) para justificar el rechazo de toda explicación evolutiva.

Bertrand Russell proporciona un buen ejemplo al respecto cuando afirma que «si fuera cierta la tesis sobre la que se basa la ética evolucionista, no tendríamos por qué preocuparnos del curso de la evolución, puesto que (23) cualquier resultado, por definición, siempre sería el mejor» (1910/1966:24). Este argumento, que A.G.N. Flew (1967:48) considera «decisivo», no pasa de ser un malentendido. Nunca he pretendido defender lo que hoy se ha dado en llamar la falacia genética o naturalista. En modo alguno afirmo que el resultado de la selección de los hábitos de comportamiento tenga por qué ser siempre reputado «bueno», al igual que nunca me atrevería a afirmar que otros entes que han conseguido superar con éxito la prueba de la evolución —por ejemplo, la especie de las cucarachas— tengan algún valor moral.

Insisto, sin embargo, en que, nos guste o no, de no quedar condicionado nuestro comportamiento por las instituciones tradicionales a las que vengo haciendo referencia, nuestra actual civilización (inseparable a su vez de la sociedad extensa) quedaría privada de toda posibilidad de sobrevivir (mientras que el «desastre» ecológico que significaría la extinción de las cucarachas en modo alguno afectaría de manera esencial al futuro de nuestra especie). Afirmo, igualmente, que si la humanidad se negara a asumir las mencionadas tradiciones —al impulso quizá de alguna errada apreciación (derivada probablemente de alguna falacia naturalista) acerca de lo que debe considerarse acorde con la razón—, condenará a la muerte y a la miseria a gran parte de la población actual. Sólo teniendo en cuenta esta situación podrá el individuo decidir lo que más le conviene, puesto que sólo entonces dispondrá de la requerida información sobre lo que es bueno y correcto.

Aunque es indudable que no puede determinarse lo que es correcto a partir sólo de los simples hechos, ideas erróneas acerca de lo que es razonable y bueno pueden cambiar los hechos y circunstancias en que vivimos; pueden destruir, quizá irremediablemente, no sólo el actual prototipo humano altamente evolucionado, sino también los sofisticados centros urbanos sobre los que normalmente descansa nuestra civilización, así como las obras de arte y edificios (que, como es sabido, tantas veces son las víctimas preferidas del furor destructivo del reformismo ideológico o utópico), las tradiciones, las instituciones y los esquemas de convivencia sin los cuales los frutos de la civilización a los que hoy estamos habituados no sólo no habrían llegado a aparecer, sino que incluso, de ser destruidos, tampoco sería posible reconstruir.”

4 pensamientos en “Teorías evolutivas, darwinismo social: ¿todo lo que ha evolucionado es necesariamente bueno?

  1. Agustín Cianfagna
    Registro: 874.282

    En este capítulo de la Sesión 5, Hayek explica como el instinto y la razón de los individuos afecta a la vida en sociedad de estos. Comienza explicando que el individuo, en contraposición a lo que Hobbes dice, lejos de ser egoísta, instintivamente es gregario y que gracias a la colaboración es que existe la sociedad tal como es hoy. Los esquemas normativos que rigen en la sociedad son más de la tradición y no tanto del instinto y consiste en un conjunto de prohibiciones. Hayek plantea que la moral debe ser interpretada no como instintos innatos, sino como un amplio entramado de tradiciones aprendidas y que la supresión de las tendencias instintivas es el mejor modo de coordinar las actividades de un gran número de personas. La vida en comunidad exige que los individuos sean capaces de superar sus instintivos impulsos en sus reacciones antes los demás. Económicamente hablando, Hayek toma de Adam Smith el concepto de “Mano Invisible” para explicar que mediante ciertos actos cuyas consecuencias finales no hemos buscado intencionadamente es posible que contribuyamos a satisfacer necesidades ajenas. Justamente, la economía moderna fue capaz de identificar ese proceso de formación de ese orden que se trata de recoger y aprovechar un vasto conjunto de conocimientos diseminados que ningún organismo planificador puede controlar. Y para que la competencia actúe y pueda producir sus efectos positivos, es necesario que quienes participan en ella ajusten su comportamiento a lo establecido por el sistema normativo.

    Como aspecto a destacar, considero interesante como en principio plantea al individuo no como egoísta sino como colaboracionista más allá del individualismo metodológico por él propiciado. A su vez considero importante cómo relaciona el aspecto moral y normativo con lo económicamente posible. Particularmente coincido que bajo un arco normativo es como la competencia puede actuar y producir efectos positivos. Por otro lado resulta interesante el hecho de que plantee que es mediante la imitación que el individuo aprende y accede a ciertas habilidades y no tanto por la razón en sí, ya que la razón también es fruto de la evolución. Por último pero no menos importante, coincido con Hayek cuando plantea que el hombre no viene dotado de sabiduría, racionalidad y bondad, sino que tiene que aprenderlas. Que la inteligencia deviene ya que dispuso de ciertas tradiciones a las que pudo ajustar su inteligencia. Solo partiendo de esa base considero que en adelante una sociedad puede progresar.

    Al autor le preguntaría:

    1) ¿Podría considerar que el individuo en estado primitivo actúa en sociedad para satisfacer sus necesidades personales y no por el hecho de ser un ser gregario por naturaleza?

    2) ¿Considera que los países más prósperos se debe a que cuentan con mejores, o más avanzadas tradiciones que otros, permitiéndole así avanzar socio-económicamente en pos del progreso de todos?

    3) ¿De qué depende la evolución cultural de un país y como puede verse afectada? Por ejemplo: Parecería que los valores y las tradiciones de los inmigrantes Europeos en Argentina se han ido diluyendo en los últimos años. ¿A qué se debe?

  2. 1) En su capítulo “Entre el instinto y la razón”, Hayek continúa su análisis de “Las tres fuentes de los valores humanos” sobre el origen de la organización de la sociedad y las normas. Empieza diciendo que los esquemas de convivencia basados en los instintos no eran capaces de afrontar las de un orden moderno, sino que eran esquemas apropiados por pequeñas agrupaciones nómades que fueron dando origen al hombre a su constitución actual. Estos esquemas se fundamentaban en los instintos de “solidaridad y altruismo”, los cuales sólo alcanzaban a los miembros del grupo en cuestión y no a los demás.

    Hayek no usa el término de “moralidad” en estos casos ya que adquiere sentido en la medida en que se pueda proceder a su contrastación a través de la razón. Cuando interpreta la moral no son instintos inherentes sino un entramado de tradiciones aprendidas: aunque los condicionamientos morales no siempre adopten forma explícita igual se manifiestan como tendencias a rechazar determinadas actitudes, a elegir entre los diferentes instintos y sobreponernos a algunos de ellos.

    Así, Hayek relaciona y señala que no es casualidad que el que muchas de las normas abstractas giren en torno a cuestiones de carácter estrictamente económico. La economía moderna ha logrado identificar el proceso de formación de ese orden extenso y ha puesto de relieve que se trata de un mecanismo capaz de recoger y aprovechar un vasto conjunto de conocimientos diseminados que ningún organismo planificador central está en situación de aprehender o de controlar.

    Esta evolución tuvo lugar a través de la difusión de nuevas prácticas mediante un proceso de transmisión de hábitos adquiridos parecidos (marcando las diferencias) a la evolución biológica. Y no surgió de repente, sino a través de un largo período de tiempo y con muchos más procesos intermedios. Fueron siendo estos hábitos paulatinamente sustituidos por los esquemas de comportamiento aprendidos, incorporados de manera inconsciente y habitual. Al hombre natural le es extraño el “orden extenso” del que habla Hayek. Siempre es conflictivo para el ser humano ajustar su conducta a un orden de convivencia cuya normativa choca frontalmente con algunos de sus instintos más arraigados, llegando a ser hasta “anti-natural”: no concuerda con la dotación biológica de la especie humana. Volviendo a la relación con la economía, la popularidad de la idea según la cual “siempre es mejor cooperar que competir” demuestra el general desconocimiento de la verdadera función ordenadora del mercado. La cooperación, al igual que la solidaridad, sólo es posible si existe un amplio consenso no sólo en cuanto a los fines a alcanzar, sino también en lo que respecta a los medios que han de emplearse.

    En este contexto, la mente no es guía sino más bien producto de la evolución cultural y se basa más en la imitación que en la intuición y la razón. En palabras de Hayek, “nuestra capacidad de aprender por imitación es uno de los logros más fundamentales del largo proceso de evolución de nuestros instintos”.

    2) Es una observación interesante la planteada por Hayek, tanto en el capítulo de referencia como en el anteriormente visto. La formación de valores y normas de conducta como adaptación de los individuos, los esquemas de coordinación comunitaria exigen que las personas sean capaces de superar los impulsos instintivo respecto a los demás. Esto quiere decir que ajustamos nuestra forma de actuar se modifica en base a estas restricciones, por las cuales no hemos optado y, según el autor, “nos seleccionaron y hoy garantizan nuestra supervivencia”. A su vez el autor va a vincular este análisis más de carácter sociológico a la ciencia económica. Desde sus orígenes, dice Hayek, “la economía se ha ocupado de analizar cómo surge un orden extenso de interacción humana cuyo contenido supera siempre nuestra limitada capacidad de percepción y diseño”. Al hablar de competencia, por ejemplo, indica que para pueda producir sus efectos positivos es fundamental que, quienes participan ajusten su comportamiento a lo establecido por el sistema normativo.

    3) ¿Qué aspecto de este análisis sociológico puede derivar en medidas económicas para solucionar conflictos sociales?

    ¿Cómo hace un individuo en estas sociedades donde aprendemos por “imitación” para destacarse y lograr un avance en, por ejemplo, la ciencia económica?

    ¿En qué momento surge la organización de los hombres en sociedad, para buscar soluciones a problemas comunes?

  3. Irene Wojcicki
    1)Hayek señala que los esquemas de convivencia basados en los instintos son incapaces de abordar la complejidad del orden moderno. EL hombre solo ha podido orientar sus actividades mediante éstos de manera delimitada e implicando un trato directo y confianza mutua como podrían ser comunidades primitivas pero para coordinar las actividades de un gran número de personas el mejor modo fue precisamente la supresión de las tendencias instintivas.
    De aquí argumenta que la formación de esquemas de coordinación comunitaria exige la superación de los impulsos instintivos y resalta el rol de las instituciones y los esquemas de convivencia sin los cuales los frutos de la civilización a los que hoy estamos habituados no sólo no habrían llegado a aparecer, sino que incluso, de ser destruidos, tampoco sería posible reconstruir.

    2) Lo principal del texto, en lo que atañe a la economía, es la crítica a la idea que donde quiera que se perciba orden debe existir la presencia de un ente ordenador. Sostiene que el hombre no diseñó conscientemente la moral, las instituciones y el derecho, a la vez que argumenta su necesidad de que éstas existan para que sea posible la coordinación de las actividades humanas.
    De lo anterior se deduce, según los razonamientos del autor, la inviabilidad de un sistema centralmente planificado y la necesidad de respetar las instituciones, en detrimento de los instintos, entre ellas, y principalmente en el orden social actual, el libre mercado.

    3) ¿Choca con la visión del autor la idea de un Dios creador?

    ¿Cuándo habla de la arrogancia fatal que pretende que el hombre puede moldear a su gusto la realidad circundante en referencia al darwinismo social, no sería a la inversa el razonamiento basado en la supervivencia del más apto?

    ¿Considera que las instituciones, a la vez que permiten un orden complejo y de gran magnitud, limitan las libertades individuales?

  4. Aste Maria Belén.

    Nº de Registro: 865569.

    1- Hayek en la segunda parte de su Sección V, “Entre el Instinto y la Razón” profundizara el término de instinto y su lugar en el funcionamiento de las sociedades. No solo normas y tradiciones podemos ver a la hora de coordinar las actividades de los individuos sino respuestas a sus instintos también. Por lo tanto los individuos se encuentran bajo dos órdenes diferentes, regidos por normas diferentes. Tenemos los instintos por un lado y las normas que limitan las acciones de los individuos por el otro, este último es un esquema de comportamiento aprendido que se impone al primero. Lo podemos definir entonces como una moral nueva y diferente y otra moral natural. Esta última lleva a los individuos a establecerse en agrupaciones reducidas.
    Se ajustará la conducta de uno a un orden exterior y por lo tanto estas normas chocarán con los instintos de cada uno. Pero a través de la razón uno es capaz de comprender que este orden le proporciona los beneficios que aspira. Es así que este orden extenso proviene de un proceso de selección evolutiva, se pudo transmitir en el tiempo esquemas normativos dando lugar a la formación de la civilización.
    En la última parte de este capítulo dirá que el proceso evolutivo de Darwin es completamente diferente al proceso evolutivo cultural. Y que si el comportamiento de la sociedad no se adaptara a las instituciones tradicionales tendría problemas para sobrevivir en el tiempo.

    2- Puntos a Destacar:
    Será interesante las dos clases de moral que propone al principio de este capitulo. Por un lado una moral nueva, diferente que limita las acciones de los individuos y esta basada en tradiciones, etc. Y por otro lado una moral natural que contempla los instintos de los individuos y los lleva a organizarse en agrupaciones reducidas.
    Por otro lado habremos de destacar las normas que establecen un orden extenso, estas chocan con los instintos que mantienen unidos a los grupos reducidos. Por un lado tenemos estas tradiciones que se van adquiriendo con el tiempo y pertenecen al ámbito del aprendizaje, y por el otro los instintos de los individuos, definidos por Hayek como emociones, sentimientos, sensaciones, etc. Estas normas que predominan imponiendo limites nos llevan a tener que elegir entre diferentes instintos.
    Por ultimo destacaremos la importancia que le da a la palabra orden. El orden proviene de la capacidad de los individuos de ordenar su entorno de formas más favorable. Esto lo logra el individuo ya que pudo ordenar los estímulos del exterior que obtuvo por sus sentidos. El lenguaje permite lograr esto. En el orden de mercado los precios formados por las interrelaciones en él, por un lado es una información y por el otro una forma de clasificar las diferentes formas de acción en relación al significado que tienen en un orden en el cual esta integrado el individuo. En relación al término de mercado, dirá que la competencia es un punto favorable. Ya que permite descubrir nuevas oportunidades aumentando la eficacia, esto es lo que podemos observar en un proceso evolutivo.

    3- ¿Las diferentes sociedades que podemos observar en el mundo, se debe a que los individuos poseen diferentes instintos?, ¿O también a las diferentes normas y tradiciones que van adoptando?
    En la tercer hoja de este capitulo dirá al comienzo del tercer párrafo que “(…) la supresión de las tendencias instintivas es el mejor modo de coordinar las actividades de un gran numero de personas.” ¿Qué ejemplo podría proporcionar sobre esto?
    ¿Podría darse la situación en la cual los hombres deban reprimir algunos de sus instintos a favor de un beneficio para toda la comunidad?

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