Amo a la UBA. Me gradué y soy profesor en esa universidad. Es mi casa. Pero que un egresado cueste 45.000 dólares es un escándalo. El promedio nacional es de 60.000 dólares, peor aún. En la Universidad Patagonia Austral el costo llega a los 424.408 dólares !!!. Sería más barato para los contribuyentes mandarlos a la Universidad de San Andrés, que tal vez sea la universidad privada más cara del país.
Esto aparece en este artículo que comenta un estudio de Alieto Guadagni para el Centro de Estudios de la Educación Argentina (CEA),donde se señala además que el 44% de los alumnos en universidades públicas aprueba una materia por año. Y esto no por el tremendo grado de exigencia. Además, si hay algo en los que han insistido y logrado los centros de estudiantes en los últimos años es en tener más fechas de exámenes y más oportunidades para promocionar o aprobar una materia como alumno regular. http://www.lanacion.com.ar/1724763-bajo-rendimiento-en-las-universidades-nacionales
Es cierto que generar egresados no es la única tarea que las universidades cumplen pero también que se esa función se lleva casi todo el presupuesto.
Dice la nota:
«Si sumamos los estudiantes que después de un año no aprobaron ninguna materia y los que apenas aprobaron una materia, llegamos a la conclusión de que 44 de cada 100 estudiantes universitarios nacionales no llegaron siquiera a aprobar dos materias después de un año», resume Guadagni.
En los albores del cepo al dólar, impuesto por la presidencia de Cristina Kirchner en 2011, cuando la moneda norteamericana se cotizaba a $ 4,14 promedio, el presupuesto total ejecutado por las 40 universidades nacionales fue de $ 18.829 millones o US$ 4548 millones.
En ese mismo año, entre las 40 universidades nacionales se graduaron 70.370 estudiantes. «Si se divide este presupuesto de US$ 4548 millones por la cantidad de graduados de las 40 universidades nacionales, tenemos un valor de US$ 64.633 por graduado», señala Guadagni.
En la Universidad Patagonia Austral se graduaron 103 alumnos en 2011, con un costo de US$ 424.408,63 por estudiante. Le siguen San Juan (US$ 228.064,78) y Tres de Febrero (US$ 221.175).
La mejor relación costo-egresado se vislumbra en la Universidad Nacional de Lomas de Zamora (US$ 24.480), Rosario (US$ 32.220), Nordeste y la UBA (US$ 45.000, aproximadamente).
«La Universidad Patagonia Austral tiene un presupuesto por graduado que es 17 veces mayor que el de la Universidad de Lomas de Zamora», puntualiza Guadagni, al advertir que en la primera casa de estudios «el 56,9% de los estudiantes no aprobó más de una materia tras un año de estudios, mientras que en el establecimiento del conurbano la cifra es de apenas 23,7%».
Un artículo de Agustín Etchebarne que acompaña la nota señala que, en todas las universidades nacionales, hay más de 483.029 alumnos en esa condición. Sostiene:
“Ya es momento de recuperar un mínimo de sentido común en este debate. Se deben restablecer los exámenes de ingreso, otorgando un curso de nivelación para quienes no logren aprobarlo, pero sin permitir el ingreso a quienes no lleguen a superar un nivel determinado.
Dado que las universidades nacionales son pagadas por todos los contribuyentes, es razonable exigir a los alumnos que aprueben un mínimo de cinco a seis materias por año con un promedio superior a 7 (siete).»
Este tipo de requisitos son comunes en casi todos los países donde las universidades son gratuitas”.
Con respecto al articulo lo que me parece es que el presupuesto destinado para las Universidades Nacionales es el correcto en algunos, ya que eso no determina la cantidad de egresados de una determinada carrera.
El articulo en un punto menciona sobre rendir un examen de ingreso y que se aprueben como mínimo 5 materias por año y con un promedio superior a siete, respecto de eso pienso que un examen de ingreso no determina el nivel de conocimiento de un potencial alumno de facultad, como así también creo que limita en la elección de la Carrera a seguir, en la UBA ya tenemos un «examen de ingreso» que seria lo que conocemos como CBC , donde adquirimos un conocimiento limitado acerca de los temas a ver mas adelante en la Carrera, como tampoco estoy de acuerdo con exigir una cantidad determinada de materias a aprobar porque muchos de nosotros trabajamos y estudiamos y a veces nos resulta bastante complicado poder hacer mas de las materias que hacemos.
Con relación a lo que nos cuenta el articulo, pienso que a pesar que la Universidad sea gratuita no se puede exigir determinados requisitos a los alumnos que se encuentren cursando una carrera universitaria, por que por ejemplo, cuando el articulo hace mención sobre exigencia de la aprobación de cinco o seis materias al año, hay que tener presente que determinados alumnos se encuentran trabajando y estudiando, entonces se torna complicado anotarse a mas materias y aprobarlas, por falta de tiempo, o bien por motivos personales no pueden lograr su fin que es la aprobación de la materia o materias que se hayan anotado. Son muchos los factores que influyen por los cuales los alumnos no pueden aprobar las materias, a pesar de que el Centro de estudiante haya logrado determinadas maneras de aprobar una materia, como por ejemplo, a través de la promoción y los finales.
Me llamó la atención encontrar este post acerca del citado artículo de La Nación toda vez que ya habíamos comentado acerca de la indignación que el mismo genera (a los estudiantes de la Universidad Pública – UBA) esta misma semana en la materia Finanzas Públicas y Derecho Tributario
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En lo personal, considero todavía quedan muchas cosas por mejorar en nuestra Facultad (oferta de materiales, posibilidad de anotarse en más de 7 materias anuales, entre otras) pero entiendo que se trata de una Facultad de excelencia, cuyo prestigio es no solamente reconocido dentro de nuestro país sino también alrededor del mundo.
Sin que signifique una manifestación en contra del diario que hizo la publicación, en este caso en concreto dudo de los porcentajes que en la misma se incluyen: creo que carece de veracidad que tal como dice el autor «…44 de cada 100 estudiantes universitarios nacionales no llegaron siquiera a aprobar dos materias después de un año…». Y sin perjuicio de que no estoy en contra de que se adopten medidas para seguir mejorando el nivel académico y dotar de excelencia a la enseñanza, entiendo que tampoco debieran subirse las exigencias al punto tal de llegar a excluir de la Universidad a aquellos que todavía siguen eligiendo estudiar. La educación es un derecho y aún aunque efectivamente costase 60.000.- dólares cada egresado de la Universidad, a mi entender, todavía merece la pena seguir invirtiendo en ello.
esta semana por lo que y al igual que
Coincido con los dos comentarios. Leyendo la nota también me detuve en esa frase de la exigencia de las materias, es verdad que año a año se lograron mas chances para aprobar materias, pero mas importante es pensar en todo el contexto, centrarse en el por que de un 44 por ciento de alumnos aprueba una materia o dos por año. Obviamente puede haber muchas excepciones, pero la gran mayoría de los estudiantes trabajamos, lamentablemente la situación del país no permite, o mejor dicho, no ayuda a que uno pueda elegir un trabajo de pocas horas, o acomodar horarios para poder cursar y\o estudiar y rendir. Un estudiante de la uba tiene un gran costo? Si. Seguramente. Pero como ya he dicho en otra ocasion cuando se trata de gasto publico en educación no es gasto. Es inversión. Pero si podría analizarse también porque el costo en universidad privada es menor y tratar de optimizar o mejorar en esa cuestión. Siempre se puede mejorar.
En lo personal, estoy orgullosa de la una, si es cierto que haces muchos años que «dejo de ser lo que era», también podría mirarse desde el lugar que muchas privadas han adquirido mas prestigio. Siempre hay que tener presente que somos casi el único país en el mundo sino ya el único donde la educación es gratis, pero no por ello quedarse solo con eso o con que de la una salieron los únicos 5 premios nobel del país. Hay que defenderla y cuidarla y siempre intentar mejorar.
Esto se puede relacionar con lo que vimos en clase con el Dr. Ibañez. La propiedad pública, es de todos y no es de nadie. No se cuida, todos se quieren beneficiar por motivos egoístas y al final se terminan socializando las pérdidas.
Siguiendo con este pensamiento se podría decir que un alumno de una universidad privada se va a esforzar más por terminar la carrera en menos tiempo, que un alumno de una universidad pública, ya que la plata sale de su propio bolsillo.
Se debe distinguir los alumnos que por tener varias actividades además de la facultad no pueden dedicarse por completo a estudiar y esto hace que puedan aprobar pocas materias de otros que no les importa la carrera y la hacen “tranquilos” sin ver las consecuencias. Para los primeros sería injusto que se le exigiera determinado número de materias aprobadas y además con promedio 7. Claramente esta no es la solución, se estaría dejando a fuera de la facultad a muchos jóvenes.
Comparto las opiniones anteriores, pero investigando rápidamente acerca de la educación argentina y el ranking mundial se pueden ver, las fallas o falencias del sistema. Por supuesto el ranking puede considerarse abstracto y compuesto en su mayoría por universidades privadas del mundo, sin embargo es un espejo importante que observar.
En el diario nación puede observarse el titular “Argentina cayó en el ranking mundial de desempeño educativo. Se ubicó en el puesto 58 entre los 65 países evaluados. Bajó cinco puestos en Lectura, tres en Matemática y seis en Ciencias.” (1)
La exigencia de un mínimo de materias por año debería considerar a los alumnos que trabajan y a los que no lo hacen, entendiendo que no debería ser igual la exigencia para ambos. El CBC funciona como nivelación o debería serlo. Sin embargo sin ser erudita en técnicas educacionales, creo que la exigencia debería aumentarse y disminuir las facilidades. Teniendo en cuenta que cualquier graduado de universidad argentina privada o pública que pretende trabajar en el exterior o multinacional importante, debe realizar un posgrado o doctorado para acceder a estos. Esto quizás muestre la falencia de la universidad argentina y el por qué de su ubicación actual en el ranking.
1- http://www.lavoz.com.ar/ciudadanos/argentina-cayo-en-el %EF%BF%BDranking-mundial-de-desempeno-educativo
Pd: creo que la UBA sigue siendo la mejor universidad argentina no solo por el nivel académico (de los que eligen tenerlo) sino también por la cuestión social que se vive y se aprende en la universidad.
Yo creo que este articulo me deja la reflexión de que realmente «somos hijos del rigor», ya que parecería que necesitamos pagar una cuota por una universidad para lograr nuestros objetivos o establecer requisitos tales como aprobar seis o siete materias por año para cubrir la regularidad.
Es cierto que las universidades nacionales las costeamos todos, en gran parte no solo para aquellos que piensan que la uba es una de las mejores sino porque ademas, muchos otros no tienen la posibilidad asistir a una privada.
Aunque, deberíamos «aprovechar» esta oportunidad para formarnos ya que no solo generamos un costo al país al aprobar una sola materia por año, sino que también nos perjudicamos a nosotros mismos, nuestra gran fortuna es, sin dudas, el conocimiento.
Es irónico que la excusa que, masivamente, esgrimen los alumnos que no pueden mantener un ritmo razonable de aprobación de materias anuales es que trabajan… ¿Como van a pretender entonces que su presencia en la Universidad sea gratuita? Los que no tienen trabajo, bien podrían ser becados si son brillantes. ¿Alguien que trabaja, ni siquiera valora sus estudios, como para destinar un cuarto o un tercio de su remuneración a pagar la universidad? Si ganaran menos que eso, estarían trabajando en forma ilegal. Si trabajan realmente, un sueldo mínimo les permite pagar el arancel de la privada mejor ranqueada del país. O pagárselo a la UBA, si tanto la quieren. Basta de hipócritas, que luego pretenden ser dirigentes.
Entiendo que ese 44% es un promedio entre las universidades de todo el país, no solamente vamos a pensar que están hablando de la Universidad de Buenos Aires ni que nadie aprueba nada, así como algunos aprueban mucho más de una materia algunos por diferentes motivos puede ser que alguna vez no logren llegar ni al objetivo que uno mismo tiene como estudiante y futuro profesional.
Si bien es cierto que los centros de estudiantes colaboran en la facilitación para la promoción de materias y lo vemos diariamente en nuestra facultad y principalmente en época de elecciones, tendríamos que ver que es lo que pasa en otras facultades de la UBA o en otras Universidades públicas porque no todos tienen el mismo sistema de recuperatorios o finales, sean más exigentes o menos.
No estoy de acuerdo con el examen de ingreso, ya existe el Ciclo Básico Común en la UBA o el CAU en la Universidad Nacional de General Sarmiento y seria cuestión de investigar que sistemas tienen otras facultades para hacer el pre ingreso, para adaptar a los estudiantes que no siempre llegan a la universidad con métodos de estudio que acompañen las exigencias. Este ciclo obligatorio en nuestra universidad es lo que conocemos como un “colador” ya que no muchos logran pasarlo y luego no continúan sus estudios o deciden cambiar de carrera. Si ponemos exámenes de ingreso, ¿qué hacemos con los estudiantes que no logren pasarlo? ¿Cuál es el futuro que les dejamos? Creo que si una persona tiene intención de estudiar va a esforzarse para aprobar las materias, no debemos generalizar y debemos tener presente que no en todas las universidades se tiene un mal desempeño, lo que debería hacerse es investigar los factores que influyen a que estudiantes de una parte del país tengan mayores dificultades en el estudio que otros. Con respecto al tema del promedio o cantidad de materias aprobadas coincido con comentarios anteriores, tenemos que analizar la situación por la que atraviesan los estudiantes en nuestro país y de este modo comparar con las experiencias de vida con la que cuentan estudiantes universitarios de otros países, que quizás teniendo una vida donde se puede dedicar a tiempo completo al estudio logran llegar a los promedios superiores a siete y mayor cantidad de materias aprobadas.
Creo que es correcta la educación gratuita en todos los niveles, porque no todos podemos ser universitarios como médicos, abogados, contadores, etc., también es necesario promover el estudio en escuelas técnicas, oficios y muchas más actividades que son importantes, aparte como hemos visto en clase cuando se genera una externalidad positiva, es decir que se da un beneficio hacia la sociedad, se debe seguir incentivando, porque es un beneficio para todos tener una sociedad con un mejor nivel educativo.
Debe tenerse en cuenta la importancia de la educación para romper con el atraso de los pueblos como escribe Mariano Moreno en el prologo al Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranía. En tan críticas circunstancias todo ciudadano está obligado a comunicar sus luces y sus conocimientos; y el soldado que opone su pecho a las balas de los enemigos exteriores, no hace mayor servicio que el sabio que abandona su retiro y ataca con frente serena la ambición, la ignorancia, el egoísmo y demás pasiones, enemigos interiores del Estado.” En el momento dado en el que se publica este texto se estaba llevando adelante la Revolución independentista en nuestro país por lo cual era de vital importancia tener ciudadanos ilustrados para que lleven adelante el gobierno del país naciente y creo que esta finalidad sigue teniendo importancia actualmente.
Para terminar dejo el link de un documental donde se muestra la evolución de la universidad pública y gratuita en nuestro país http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=109184.
Me llama profundamente la atención que se requiera tanto presupuesto para que un alumno se egrese. Sostengo que la educación es el elemento fundamental para que una sociedad a futuro evolucione, es una de sus bases mas importante. En este caso creo que hay poner atención no solo en el monto utilizado, sino que hay que evaluar también que ese monto realmente sea destinado a los costos educativos y no a otros «fines». Ese creo que es uno de los problemas mas importantes de la Argentina: el destino de los fondos.
Por otra parte, estoy en desacuerdo con que se exija a los alumnos una cantidad de materias determinada a aprobar, debido a que cada uno vive situaciones distintas y no a todos se les facilita el estudio de igual manera. Lo mismo opino respecto al examen de ingreso, ya que justamente la finalidad de una universidad pública es la posibilidad de acceso para todos.
Coincido con la respuesta dada por las autoridades de la Universidad de Salta ante la publicación del estudio del CEA al definirlo, en conferencia de prensa, como un «estudio tendencioso» (1) y yo agregaría a título personal que desalentador.
No podemos negar, que las exigencias cada vez son menos, y que producto de la lucha estudiantil cada vez se ofrece al alumnado mayores posibilidades y facilidades a lo largo de la cursada, pero por otro lado, no podemos olvidarnos que las posibilidades no son las mismas para todos ni mucho menos la situación personal/laboral de cada uno.
Desde esta perspectiva, la intención de Agustín Etchebarne de limitar aún más el acceso a la educación pública facilitaría aún mas la deserción universitaria, por lo cual desde mi parecer no es una solución viable, menos aún en un país como el nuestro.
Reconozco que a veces como estudiantes no terminamos de valorar la posibilidad que nos brinda el Estado al proveernos de educación universitaria pública, pero en lo personal, me resulta mas correcto considerar esto como una inversión y no como un gasto, ya que en definitiva, la lógica me hace concluir que en un corto- mediano plazo todo esa confianza que el Estado deposita en la educación pública (y en sus alumnos) terminará siendo de beneficio para éste.
Es por esto último que me animo a considerar que el informe del CEA resulta un tanto desalentador.Considero que una de las mejores políticas que todo Estado debe implementar, es el garantizar el acceso gratuito a la educación ya que éste debe ser uno de los principales pilares de toda sociedad, que permita que todos puedan acceder a este derecho que termina llevándonos a todos hacia el progreso. Podrá ser una cifra escandalosa, no quedan dudas que sí, pero debemos considerar como una inversión en beneficio de todos, quedará en cada uno de nosotros el saber aprovecharlo y ser conscientes de eso.
1- http://www.eltribuno.info/es-un-estudio-tendencioso-contra-la-universidad-publica-n442678
Las universidades publicas son publicas, han sido creadas para que todos los ciudadanos de la Nacion puedan acudir a ella, si bien es una realidad que todos contribuimos en sostener la educacion universitaria, asimismo considero que todos somos libres de elegir a cual universidad concurrir para formarnos profesionalmente, la libertad de elegir, optar aprobar una materia al año es solo una posibilidad que brindan las universidades publicas, la mayoria de los alumnos trabaja, tiene cargas familiares y se le hace dificil sostener una carrera por la demanda del tiempo que lleva la misma, mi mama siempre me dice «estudiar es como un trabajo», pues si, nadie te regala nada, no es como en la universidad privada donde uno «se va pagando el titulo», en launiversidad publica somos un insignificante numero mas entre miles de estudiantes, y depende de cada uno el esfuerzo para llegar a recibirse, ya que cada uno de los que acudimos a ella, contribuimos a la misma. A mi entender, no es un gasto para la sociedad, al contrario es una inversion a futuro, nuestro pais depende de los futuros profesionales, se reciban en pocos años, o tarden mas, los necesitamos.
Para mí el estado debe invertir en la educación el estado porque para mí invertir en educación es rentable, más rentable que invertir en infraestructura. Puede llegar a ser más rentable, en relación con la inversión en obras físicas de cemento o asfalto que tanto atraen porque se pueden mostrar ante los electores.
La educación es uno de los factores del desarrollo tecnológico; desde las instituciones educativas se puede sentar las bases para la innovación tecnológica de que se requiere en este mundo de alto desarrollo científico y tecnológico.
Si se desea superar la pobreza y disminuir el desempleo, una condición necesaria más no suficiente para lograr mejorar la actual situación en estos aspectos, exige mayor grado de escolaridad de nuestra población e inversiones mayores en la intervención sobre los factores de la calidad educativa.
Hay que invertir en los docentes, porque ellos son portadores básicos de la calidad de los aprendizajes de los estudiantes. Ellos definen qué enseñar (currículos pertinentes), cómo enseñar y cómo evaluar. Deben tener formación pedagógica apropiada para que las clases sean atractivas para el aprendizaje
El Estado tiene la obligación de hacer asequible el servicio educativo aportando los recursos necesarios; de hacer aceptable la educación a través de la calidad; de adaptar la oferta a las situaciones y circunstancias de cada lugar para que se logre el derecho a la permanencia de los estudiantes y, además, tiene la obligación de hacer accesible el ingreso de los infantes y adolescentes que demanden el servicio.
Considero que es necesario debatir y modificar el sistema educativo nacional debido a que la situación actual genera un costo excesivo y la calidad de los egresados en general no es buena. Por eso, me parece apropiado exigir un nivel mínimo para el ingreso y dar un plazo para finalizar una carrera y evitar asi que una persona este un tiempo excesivo para terminar. A su vez, el Estado debe realizar una política integral, aumentando el nivel de la escuela primaria y secundaria para dar una base a los estudiantes. Estos debido a que si el nivel se mantiene como en la actualidad serían muy pocos los que podrían pasar un examen de ingreso. De esta forma se beneficiarían todos los que terminen la escuela secundaria, tanto los que vayan a la universidad como los que no. Sino, el nivel seguirá cayendo y los costos serán cada vez mas altos aunque los resultados serán peores.
Entiendo que ese 44% es un promedio entre las universidades de todo el país, no solamente vamos a pensar que están hablando de la Universidad de Buenos Aires ni que nadie aprueba nada, así como algunos aprueban mucho más de una materia algunos por diferentes motivos puede ser que alguna vez no logren llegar ni al objetivo que uno mismo tiene como estudiante y futuro profesional.
Si bien es cierto que los centros de estudiantes colaboran en la facilitación para la promoción de materias y lo vemos diariamente en nuestra facultad y principalmente en época de elecciones, tendríamos que ver que es lo que pasa en otras facultades de la UBA o en otras Universidades públicas porque no todos tienen el mismo sistema de recuperatorios o finales, sean más exigentes o menos.
No estoy de acuerdo con el examen de ingreso, ya existe el Ciclo Básico Común en la UBA o el CAU en la Universidad Nacional de General Sarmiento y seria cuestión de investigar que sistemas tienen otras facultades para hacer el pre ingreso, para adaptar a los estudiantes que no siempre llegan a la universidad con métodos de estudio que acompañen las exigencias. Este ciclo obligatorio en nuestra universidad es lo que conocemos como un “colador” ya que no muchos logran pasarlo y luego no continúan sus estudios o deciden cambiar de carrera. Si ponemos exámenes de ingreso, ¿qué hacemos con los estudiantes que no logren pasarlo? ¿Cuál es el futuro que les dejamos? Creo que si una persona tiene intención de estudiar va a esforzarse para aprobar las materias, no debemos generalizar y debemos tener presente que no en todas las universidades se tiene un mal desempeño, lo que debería hacerse es investigar los factores que influyen a que estudiantes de una parte del país tengan mayores dificultades en el estudio que otros. Con respecto al tema del promedio o cantidad de materias aprobadas coincido con comentarios anteriores, tenemos que analizar la situación por la que atraviesan los estudiantes en nuestro país y de este modo comparar con las experiencias de vida con la que cuentan estudiantes universitarios de otros países, que quizás teniendo una vida donde se puede dedicar a tiempo completo al estudio logran llegar a los promedios superiores a 7 y mayor cantidad de materias aprobadas.
Creo que es correcta la educación gratuita en todos los niveles, lo creo así porque no todos podemos ser universitarios como médicos, abogados, contadores, etc., también es necesario promover el estudio en escuelas técnicas, oficios y muchas más actividades que son importantes, aparte como hemos visto en clase cuando se genera una externalidad positiva, es decir que se da un beneficio hacia la sociedad, se debe seguir incentivando, porque es un beneficio para todos tener una sociedad con un mejor nivel educativo. Debe tenerse en cuenta la importancia de la educación para romper con el atraso de los pueblos como escribe Mariano Moreno en el prologo al Contrato Social de Jean-Jacques Rousseau, “Si los pueblos no se ilustran, si no se vulgarizan sus derechos, si cada hombre no conoce lo que vale, lo que puede y lo que se le debe, nuevas ilusiones sucederán a las antiguas, y después de vacilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será tal vez nuestra suerte mudar de tiranos, sin destruir la tiranía. En tan críticas circunstancias todo ciudadano está obligado a comunicar sus luces y sus conocimientos; y el soldado que opone su pecho a las balas de los enemigos exteriores, no hace mayor servicio que el sabio que abandona su retiro y ataca con frente serena la ambición, la ignorancia, el egoísmo y demás pasiones, enemigos interiores del Estado.” En el momento dado en el que se publica este texto se estaba llevando adelante la Revolución independentista en nuestro país por lo cual era de vital importancia tener ciudadanos ilustrados para que lleven adelante el gobierno del país naciente y creo que esta finalidad sigue teniendo importancia actualmente.
Para terminar dejo el link de un documental donde se muestra la evolución de la universidad pública y gratuita en nuestro país http://www.encuentro.gov.ar/sitios/encuentro/programas/ver?rec_id=109184.
Después de leer la nota, y algunos de los comentarios realizados, quiero empezar diciendo que considero que hace tiempo ya nuestro sistema educativo esta atravesando una crisis, en muchos de sus aspectos, y éste, puntualmente económico, es uno de ellos.
Si el presupuesto destinado a las Universidades Públicas se lo lleva en su gran mayoría la función de generar egresados, entonces sí nos encontramos frente a un escándalo. Aunque no podemos perder de vista que las características propias de los estudios públicos facilitan la participación y acceso a distintas y a un gran abanico de personas en disimiles circunstancias, es muy cierto que no el 44% del que se habla en la nota se encuentra en situaciones que tornen imposible cursar y aprobar mas de 4 materias por año. Quiero decir, en cuanto a la solución basada en exámenes de ingreso, y las exigencias mínimas a los estudiantes, en el caso de la UBA en particular, tenemos UN AÑO de ingreso, que a mi consideración, no tiene ningún valor académico, más que la pérdida de tiempo (sin ningún ánimo de ofender) y coincide mi discurso con la mayoría de mis pares con los que he tenido la oportunidad de charlarlo.
En mi caso particular, y reflexionando acerca de que las universidades públicas son pagadas por los contribuyentes, existe una serie de grandes gastos más que se le suman. Tener la posibilidad, de venir a estudiar desde Tierra del Fuego acá, implican no sólo gastos de vida, sino alquileres, expensas, impuestos, y todo lo que sabemos, además de estar aportando al carácter público de los estudios. Es un presupuesto desmedido para el resultado de alumnos graduados que generamos, y es una real y atroz manera de concientizarnos a nosotros mismos, y entender que no hace falta sentirnos «bajo la presión» de pagar una cuota mensual para aprobar una cantidad X de materias anuales, o los objetivos que cada uno tenga en su tiempo de carrera, pues, como vemos, estamos pagando alrededor de US$ 60.600 por graduado, y cuánto más puede durar eso?
Como estudiante de la UBA, noto que no valoramos lo que tenemos. Realmente es un LUJO que la clase media como yo, pueda tener un titulo universitario. Esto no sucede en todas partes del mundo, donde el nivel universitario solo esta reservado a las clases altas o a los becados.
Coincido en que debería ser mas estricta la regularización de los estudiantes. Yo solo puedo hablar de mi carrera, Derecho, donde tenemos el cbc que filtra a gran parte de los futuros alumnos para que luego la universidad no colapse y que este filtro funciona en gran parte por el pésimo nivel que arrastran los alumnos desde la secundaria. Una vez adentro de la carrera, los pocos que logran llegar, las facilidades son demasiadas. En el articulo se reclama que se le exige 1 materia al año, bueno, en Derecho son dos cada dos años, por lo que se puede estar dos años sin aprobar una materia, pero al cabo de ese segundo año al menos hay que dar dos antes de que termine y si no se rinden, el pedido de reincorporación por carta, suele ser exitoso. Por lo tanto, hay muchísimos alumnos en la carrera hace años y años, estancados, y que solo comienzan a apurarse cuando se les acerca la fecha de finalizacion de plazo, que ahora ya no son 10 años sino 12. Por lo tanto, la perdida de dinero es cada vez mayor y siempre desalentando el esfuerzo, llevando el nivel para abajo.
Repito, yo solo puedo hablar de mi carrera, no se como sera en otras. Pero es un esfuerzo muy grande y una inversión inmensa la que hace el pueblo en nosotros y debemos valorarlo, somos el futuro y tenemos la suerte de estudiar en la mejor universidad del país pagando solo los impuestos como un ciudadano mas y no debiendo desembolsas cantidades inmensas de dinero como sucede con las privadas.
También considero que se INVIERTE en nosotros, y que es nuestra obligación luego devolver a la sociedad aquello que nos dio y cuando menciono esto, me viene la mente la fuga de cerebros de la que tanto se hablo en un momento por las cosas posibilidades que había.
Muy buen articulo-
No me escandaliza pensar en los examenes de ingreso, de hecho el cbc es un gran filtro para muchos que intentan ingresar a la UBA.
Se supone, a mi entender, que si uno elige una profesion es porque debe gustarle especializarse en ella, entonces es correcto exigirle cierto tipo de rendimiento. Pero tambien habria que tener en cuenta que a veces un alumno puede tener poblemas de diversas indoles y no llegar a aprobar 6 materias por año o no llegar a un 7 de promedio. Como diferenciamos a los alumnos que no llegaron por incompentecia, desinteres o porque les ha ocurrido algo en su vida que no les permitio desempeñarse como debia? Es algo muy subjetivo.
Claramente hace falta aplicar un poco de sentido común para resolver estas situciones, que no sólo afectan el bolsillo de los contribuyentes, tal como se ha destacado como punto central del artículo, sino que, en mi opinión, esta situación imperante afecta el futuro de la formación profesional.
Estamos hablando de los estudios universitarios, es decir, aquellos estudios que una vez finalizados permitirán el ejercicio de una profesión sea de arquitecto, médico, ingeniero o abogado, entre otras. Estas llevan implícita el ejercicio de una profesión con responsabilidades agravadas, justamente, por el haber obtenido un título.
Entonces el dilema, no es es focalizar el problema en la carga para todos lo contribuyentes al sostener la universidad pública, porque esto no va a cambiar si sigue siendo pública, en el sentido que se entiende tal concepto. Por ende, a donde se debe apuntar es, a la exigencia de exámenes minímos anuales, de asistencia y de rigurosidad académica.
Cada año egresan X cantidad de alumnos de las universidades publicas, y tantos Y de las privadas, pero cuantos A están teniendo la posibilidad de estar estudiando en las universidades publicas y cuantos C están teniendo la posibilidad de estar estudiando en las privadas.
La otra parte, la individual, en la que hablamos de exigencia, notas, materias aprobadas, etc., como bien comenta una compañera tenemos el conocido CBC. En cuanto a la cantidad de materias también se sabe que como hay alumnos que piden poder rendir mas de siete materias anuales, hay otros que debido a situación particulares opuestas, no pueden sumar mas que una, dos o tres, teniendo en el medio de los extremos la gran mayoría.
Abría que ver también, para ver mejor la realidad, en cuantas materias nos anotamos y cuantas aprobamos o no para tener algo mas cercano a la realidad.
La educación es la piedra fundamental sobre la que se tiene que construir toda sociedad, por lo que debemos fomentarla, apoyarla e incentivarla.
La Universidad Pública es, en mi opinión, uno de los recursos mas importantes para lograr una sociedad capacitada, me parece perfecto que todos a traves de los impuestos colaboremos en dicho progreso social.
Particularmente creo, por otro lado, que debe haber muchos chicos que por motivos económicos o personales no puedan cursar una cierta cantidad de materias por año, pero a mi entender son los menos, a muchos simplemente no les interesa hacerlo y eso me parece una vergüenza y una falta de respeto aparte claro de ser un derroche de dinero que podriamos destinar a la educación inicial o simplemente a quienes realmente no tienen la posibilidad y desean comprometerse con el estudio y la capacitación que al fin y al cabo, además de ser un progreso social, es un beneficio individual y un progreso propio.
No todos tenemos acceso a la educación privada, pero otros teniendo la posibilidad de educarse en ese tipo de universidades eligen hacerlo en las públicas por prestigio que dichas universidades tienen.
Apoyaria completamente a que se le den mil años y mil oportunidades a aquellos que de verdad tienen problemas para meter mas de una materia por año, pero aquellos que no lo hacen sólo por no esforzarse creo que no deberian tener la posibilidad. La carrera esta estipulada para terminarla en cierta cantidad de años y calentar la silla, a mí entender es una falta de respeto a quienes pagamos los impuestos e incluso a aquellos que deseamos meter mas materias por año y no podemos por una cuestión de cupos, que muchas veces le cedemos a quienes no tiene el mas mínimo interés en esforzarse.
Creo que en este caso se está analizando la cuestion desde una perspectiva mas acotada de lo que debería ser. En vez de proponer barreras cada vez mas restrictivas para el desarrollo de nuestros estudiantes, porque no cabría la posibilidad de preguntarse, ¿Por qué se llega a esa estadística? ¿El mismo Estado que se encarga de nuestras Universidades públicas no es la misma que se encarga de nuestro estudio inicial y el secundario? Considero que en vez de subir la vara de exigencia, primero que se analicen la cantidad de egresados que hay de los niveles de enseñanza inferiores y sobre todo, el nivel de enseñanza que se esta prestando. El mismo Estado impulsa proyectos para la finalización del nivel medio de enseñanza, pero sería muy interesante preguntarse qué es lo que se esta enseñando, como, y sobre todo, ver que no solo se proponga esto como una mera finalidad estadística para sumar votos políticos. Si se impulsara una real reforma educativa, de mayor contenido en los programas de enseñanza, una mayor contención de los estudiantes, posiblemente la erogación monetaria por cada estudiante sería mucho menor. Y esto solo planteándolo desde una perspectiva de eficacia económica, porque no podemos dejar de ubicarnos espacio-temporalmente. En un país subdesarrollado como el nuestro, donde no todos tienen la posibilidad de pagar una universidad privada (de hecho muy pocos pueden), la enseñanza pública, la universidad pública creo que es uno de los pilares fundamentales para poder lograr un mayor desarrollo y mas inclusivo de sus habitantes. Considero que de ninguna manera y bajo ningún aspecto se puede poner en duda a la enseñanza y a la universidad pública. Si el alumno no cumple ciertos cánones de conocimientos, en gran parte no es culpa de él, sino del sistema educativo que nos rige. Considero que la respuesta es dar mayor sustento y contención al sistema de educación pública y al alumnado.
Comparto la opinion de los que dicen que la educacion no deberia verse como un gasto, sino por el contrario como una inversion a futuro. Creo que es el pilar fundamental de apoyo en todos los aspectos de la vida, y por ende el estado debe fomentarla a traves de la inversion.
Con respecto al examen de ingreso, a mi personalmente no me parece mal que vuelva a implementarse en las universidades publicas, ya que ademas de exigirles a los alumnos que estudien para alcanzar un determinado nivel, nos estaríamos «ahorrando» un año entero del ciclo basico, cosa que a mi entender es una perdida de tiempo y muchas veces lleva a que los alumnos dejen la carrera o mismo opten por otra. De todas maneras, tambien creo que deben contemplarse todas las cuestiones ajenas a las academicas, cuestiones que muchas veces nos retrasan los estudios e incluso obligan a mucha gente a abandonarlos por un tiempo determinado.
No es intención del presente comentario poner en tela de juicio la decorosa metodología utilizada en la investigación sobre Educación Superior en Argentina aludida en el articulo precedente.
El Centro de Estudios de la Educación Argentina, eludiendo con displicencia cualquier rigurosidad científica, arriba a conclusiones de discutible veracidad, pero tal vez muy efectivas en adicionar confusión a la problemática Educacional.
Es menester dejar en claro que el Articulo al cual se hace referencia si bien es perjudicial a la búsqueda de una solución a la Educación Superior en Argentina, nos presenta un pedagógico ejemplo de como no realizar un trabajo de investigación; y esto de alguna forma es rescatable.
Guadagni en su brusco intento de aplicar técnicas contables de muy rudimentaria elaboración a la problemática educacional, nos sirve de disparador para poder echar luz sobre algunos aspectos de financiación pública sobre la educación Superior.
Como bien sabemos las transferencias a la Educación Superior de recursos que financian las distintas Universidades Nacionales tienen como eje legal para su distribución los criterios de coparticipación federal que rige para otros aspectos fiscales que no es menester enumerar ahora.
Al mantener un mismo criterio de distribución de recursos, sin discriminar las metas que persigue el objeto financiado en si, se generan distorsiones muy pronunciadas entre los recursos distribuidos y los beneficiarios a los cuales están destinados.
Este es el caso de la Universidad de Tucumán, que detenta recursos suficientes como para adquirir Helicópteros, mientras que jóvenes universidades del Conurbano Bonaerense no pueden financiar gastos fijos irrenunciables para poder incrementar la oferta de Educación Superior a primeras generaciones de estudiantes que anteriormente no tenían la oportunidad de realizar Estudios Universitarios.
Si bien la problemática es compleja e inabordable en un simple comentario, si me parece interesante poner de relieve la torpeza de los criterios de financiación por parte del Estado a la Educación Superior, y la necesidad de aplicar técnicas de mayor precisión en la prosecución de los objetivos que se plantea el Estado para la Educación Universitaria.
Soy de las que postula que las universidades públicas deben exigir y promover la excelencia académica, no solamente para sentirme orgullosa de las universidades que tiene la Argentina, sino porque siempre me pregunté cuán justo era que los fondos destinados a financiarlas resulten despilfarrados por estudiantes estancos. Me encantaría poder exigir un examen de ingreso integrador, la aprobación de un mínimo de materias durante el año lectivo, o el lograr un promedio mínimo de siete. Sin perjuicio de ello, sabemos que los extremos nunca fueron buenos, y postular ese tipo de medidas resultaría perjudicial para una gran cantidad de jóvenes o adultos que no tienen la posibilidad de acceder a formación universitaria privada.
Con la desigualdad y la pobreza que atestan nuestro país, no solamente se necesitan fuentes de trabajo que dignifiquen sino un sistema educativo que sea integrador, y entiendo que postular tales exigencias para ingresar a la universidad pública repelería a muchos jóvenes.
En cuanto a la cantidad de dinero que se destina a la educación, es un asunto recurrente en la opinión pública. Están aquellos que argumentan que la educación es deficitaria por la falta de motivación que reciben los docentes de todos los niveles; por la escasa salida laboral que se vislumbra al terminar una carrera universitaria, promoviendo el menor esfuerzo; o por la facilidad a la que se accede a planes sociales sin contar con un trabajo estable.
Considero que a nivel país, la educación es uno de los rubros en los que el Estado más debería invertir, ya que una población instruida es uno de los recursos más valiosos que posee un país e implica que el mismo se vuelva competitivo a nivel mundial. En consecuencia, en la medida en que el dinero no sea administrado negligentemente, las universidades públicas ya cuentan con el presupuesto suficiente y necesario para continuar manteniendo ese reconocimiento a nivel local e internacional que las identifica hace décadas y enorgullece a todos los que estudiamos en ellas.
Desde pequeña supe que iba a estudiar Abogacía. Cursé el primario, el secundario, y no lo dudé un minuto: iba a estudiar en la Universidad de Buenos Aires. Si me preguntan por qué, la respuesta es simple: no contaba con los medios económicos para cursar mi carrera en una universidad privada y aun si hubiese contado con los medios para ello, no tuve dudas, la UBA era, es y hoy por hoy, me parece que sigue siendo la mejor opción. Pertenezco a la clase media, padres trabajadores, gente común. Cursé el CBC cerca de mi barrio. Un Ciclo Básico Común al cual muchos tachaban de «imposible», «filtro total», algo tremendo para cualquier joven que terminando un secundario pensaba en comenzar a transitarlo. No niego que en cierta parte es un filtro, y no me escandaliza que se deba realizar. En un año lo realicé. Allá por el 2010, los pasillos de la facultad de Derecho, comenzaron a ser casi como los pasillos de mi casa. Suena tonto, quizás sí, pero así lo sentí. 3 materias por cuatrimestre. Hoy con 23 años curso el cuarto año de mi carrera, contando el famoso y vapuleado CBC, el quinto. Hace pocos días me dieron mi primer título intermedio: Bachiller Universitaria en Derecho. Inmensa fue mi emoción, la de mis papás y la del resto de mi familia. Particularmente lo viví como un premio al esfuerzo, y no lo dudo, lo es. Doy clases de apoyo escolar desde los 16 años, trabajo con el cual solvento mis gastos personales, desde la vestimenta hasta la Sube y apuntes. A mí me es redituable y aunque no trabajo ni seis ni ocho horas diarias como muchos compañeros y conocidos que tengo, me demanda dedicación, paciencia y tiempo. Gracias a este trabajo, pude priorizar mi carrera y cursar 6 materias por año. Sé que es poco el trayecto que resta para obtener ese título por el cual tanto hago día a día. Es cierto que tuve la suerte de tener medios para solventar esta carrera, que aunque muchos digan lo contrario para mi no tiene nada de fácil o mediocre y que se siente en el bolsillo para todos los que como yo debemos trabajar para poder costear. Con este relato que a pocos por no decir a todos, ni mella les puede llegar a hacer, muestro mi realidad, una realidad que puede o no coincidir con la de otros estudiantes. Con esto a lo que voy es que no siempre todos tenemos las mismas oportunidades. poder cursar siete o seis materias por año sin lugar a dudas no me es ni me fue fácil, no quiero imaginarme lo que es para un estudiante que trabaja ocho hs por día, ni para las mujeres que son madres, trabajan, tienen hijos y también estudian, o los hombres que son padres y que también deben trabajar para solventar los gastos diarios, cada cual sabe cuanto tiempo puede y quiere dedicarle a su carrera. Nadie está exento de sufrir algún problema que le imposibilite cursar muchas materias. «Cada casa es un mundo», es verdad, y cada estudiante también lo es. Pero también es cierto que «erradicar las notas inferiores a cuatro porque estigmatizan» me parece una locura, como también me parece lo mismo proponer como lo he leído, erradicar el CBC. Invertir en educación me parece una política estupenda, fomentarla, protegerla, subsidiarla. En mi caso valoro profundamente poder acceder a mi facultad, pero también soy consciente de que otros tantos no lo hacen. ¿Quien no quiere vivir en un mundo más respetuoso, más democrático?. Yo si quiero, y educando y brindando la posibilidad de que todos podamos acceder a una educación no gratuita ( la UBA no es gratuita, eso es un mito) pero al menos accesible a muchos, es que podemos realmente como sociedad, aspirar , valga la redundancia, a una sociedad más evolucionada, por sobre todas las cosas en valores. Invertir en educación es un beneficio para todos, se entienda esto o no, se quiera esto o no, lo considero así. Dependerá de cada uno aprovechar las oportunidades y darle el valor que realmente se merece, pero reitero una frase que publiqué en un comentario hace un tiempo: «LA EDUCACIÓN AYUDA A LA PERSONA A APRENDER A SER LO QUE ES CAPAZ DE SER». Saludos.
Para empezar, considero es primordial tener en cuenta quien escribió el artículo. La universidad pública en Argentina es un sistema que todos los ciudadanos deberíamos defender puesto que es reconocido como uno de los que funcionan con mayor eficacia a comparación con otros sistemas educativos del mundo. Citando la opinión de un profesor de la casa, con quien adhiero, no creo que un Favaloro (egresado de la UBA) valga 45.000 dólares, por el contrario creo que es invaluable. Con respecto a la cantidad de materias que debería aprobar un alumno universitario, es imposible generalizar, dado que las carreras varian en cuanto a sus ofertas de cursos. Otro punto que quisiera destacar, es que la valorización que tiene un egresado de la UBA no es la misma que tiene uno de una universidad privada, por eso como contribuyente; no me molesta aportar en educación al país, ya que hay indicios de que el sistema funciona (aunque haya mucho por mejorar).
Luego de haber leído el artículo y varios comentarios, mi opinión coincide con la de algunos o la mayoría de los compañeros. Por un lado, considero que es cierto que por ejemplo en la U.B.A. el C.B.C termina siendo un “filtro“ y más aún en algunas carreras como ser las de ingeniería o medicina; muchos chicos, una vez terminado el secundario, optan por preparase con profesores particulares para poder adquirir o reforzar ciertos conocimientos que son básicos y no fueron aprendidos en los colegios, para poder aprobar dicho ciclo. Por otro lado, coincido que aquellos alumnos que trabajamos, algunos lo harán 4 hs otros 8 y hasta 10 hs por día, se nos vuelve muy difícil poder cumplir con la promoción de una “x “cantidad de materias al año, lo cual hace que la carrera se extienda más allá de la cantidad de años estipulado para lograr el tan ansiado título ( pero no por esto estoy diciendo que debería bajarse el nivel de exigencia, entiéndase “calidad” en la educación). Creo que la mayoría de mis compañeros estarán de acuerdo con que, el alumno desea recibirse y no estar años deambulando por los pasillos de la facultad para así poder ejercer la profesión que ha elegido y también le ha generado tanto sacrificio. Hay que tener en cuenta que con los sueldos de nuestro país y la inflación que nos asecha, se hace muy difícil poder pagar una universidad privada si lo quisiéramos hacer, y que mucho de los alumnos que trabajan y estudian, parte de su salario lo destinan a cooperar económicamente son sus familias y otros tantos serán el sostén de las mismas. Asimismo, estoy de acuerdo con que en el último tiempo la exigencia ha disminuido y es necesario hacer un cambio en los planes de estudio. Por otro lado, creo que en nuestro país, la educación es vista como un gasto tanto por nuestros funcionarios como por parte de la sociedad y no como una inversión a futuro. Desde esa perspectiva es difícil lograr cambios favorables para el alumnado. Y si bien, está garantizada la educación pública y gratuita, en la práctica no termina siendo así, si nos alejamos un poco de la capital federal podremos observar por nosotros mismos que no es esa la realidad en la que vivimos. Es por ello, que los alumnos de las universidades públicas debemos enfrentar nuestras carrera universitaria con una gran responsabilidad, sabiendo que ese dinero que se destina a que cada uno de nosotros adquiera conocimiento, priva que otros tantos puedan acceder a la misma. Y esto no es más porque, como vinimos diciendo, “los recursos son escasos y las necesidades ilimitadas”. Sin dudas, el gasto público en educación universitaria es un tema polémico y que debe ser debatido por los alumnos, profesores y funcionarios.
El problema planteado es bastante claro, cuánto gasta el Estado por cada persona en su estadía dentro de las universidades públicas hasta su recibida. Si nos ponemos a observar datos en concreto, rescatamos que en Argentina solo 2,5 personas de 1000 obtienen títulos universitarios, sin importar si fuesen de universidades públicas o privadas. 23 de cada 100 se gradúan en facultades gubernamentales, y 40 de cada 100 en privadas. Por lo tanto, el nivel es bajísimo en comparación con lo que se gasta. Claramente aquí podemos observar que lo que hay que lograr es que más habitantes puedan acceder a los estudios de grado y para eso, solo con aumentar el presupuesto educativo no alcanza y en gran medida, por su mal manejo
Ahora bien, si nos adentramos al problema de nuestra universidad, todos podemos notar que la infraestructura es tanto anticuada como ineficiente, el servicio de Wifi es obsoleto, los baños no se encuentran en buenas condiciones, como tampoco los ascensores, las aulas dejan que desear, hasta algunas veces no hay cantidad de bancos por alumnos y a las bibliotecas les faltan stocks de libros. La oferta de cátedras es cada vez peor y el 53% de los docentes se desempeñan como ad-honorem. Asimismo, existen miles de gastos un oscuros en donde se renta hasta a militantes políticos para trabajar en tareas que nada corresponden con la educación. Por ende, la financiación de la UBA es mixta, en donde una parte se adquiere mediante publicidades o sponsors y voluntarios.
La solución no tiene que ver con filtros especializados de nivelación, puesto que el problema es de base y realizando esto se dejan a millones de personas sin graduación. En principio, lo que hay que resolver es el nivel de educación que se da dentro de las escuelas primarias y secundarias.
Ahora bien, si el dilema es la relación gasto por cada persona que se gradúa, el remedio es simple pero un tanto controversial por lo que significa. Un sistema de cooperativa bien organizado, en el que las personas con un poder adquisitivo más alto, contribuyan a este fondo, más allá de los que aportan indirectamente con los impuestos. Si nos ponemos a pensar, la cantidad de alumnos solo en la Facultad de Derecho es de casi 27.000 empadronados y 20.000 que cursan.
Claramente esto se podría utilizar para amortizar y mejorar las condiciones descriptas anteriormente y a su vez, permitir a muchos de los que no puedan por condiciones económicas a acceder a este mundo único. Si bien, es necesario que el sistema sea claro y correcto, ayudaría a mejorar mucho las condiciones que limitan las situaciones de los que menos tienen, y mejoran el paso de los que ya cursan dentro de la facultad, obviamente hablando con respecto a la educación y a la infraestructura. De esta manera, creo que muchas más personas podrían llegar a terminar sus estudios, reduciendo el costo por graduado.
Con respecto a este articulo, no me parece justo que anden poniendo precio a los alumnos de las facultades nacionales como si fuesen autos de diferentes marcas o productos nacionales o importados. Los alumnos no pueden medirse en dinero, solo se puede poner a prueba su capacidad de aprendizaje mas a allá de si vaya a una universidad publica o a una universidad privada. Las personas son quien son no por donde estudien sino por el conocimiento que puedan llegar a aprender en ese establecimiento y las ganas de seguir aprendiendo una vez finalizada la materia y la carrera. En mi opinión creo que si las universidades dejaran de hacer diferencias sociales con respecto al poder adquisitivo de cada persona, el día de mañana habría mas profesionales de excelente nivel y no tanto profesional ignorante como se ve hoy en día en la practica
Tomando los razonamientos del final de la nota de Agustín Etchebarne, el cual plantea una condición de ingreso a las facultades, y un rendimiento mínimo por año para todos aquellos que ingresen, es lógico que se llegue a esa conclusión si solo se toman en cuentan los gastos que se realizan por cada egresado cada año. Sin embargo, a pesar de desconocer la fuente y las cuentas realizadas para llegar a esas sumas descriptas, intuyo que dentro de dicho presupuesto no se están tomando en cuenta las ganancias que se consiguen tanto para las facultades como para la sociedad en general.
Centrandonos solamente en la UBA como ejemplo y escala para con todas las demás universidades mencionadas, esa cantidad de 45.000 dólares por año por egresado no contempla las ganancias basadas en los gastos e inversiones que dicho graduado ha realizado durante todos los años de carrera dentro del establecimiento (ya sea para conseguir fotocopias, libros, o hasta para comprar alimentos, etc.).
Otro tipo de ganancia que no se tiene en cuenta son las reproducidas en base a las externalidades positivas que surgen del profesional que nace a partir de que el alumno se gradúe en dicha facultad. La productividad en su tarea que este estudiante ejercerá a futuro con respecto a la profesión allí aprendida generará una ganancia a largo plazo seguramente igual o muy probablemente hasta superior que los 45.000 dólares mencionados de gastos por graduado.
Argentina es un país repleto de muchísimas necesidades, y la productividad que puedan surgir a largo plazo del desarrollo de nuevos profesionales solventaría gran parte de ellas.
En el país hay un 24% de la población de jóvenes de entre 18 y 24 años que no estudian ni trabajan, y un 32% que solo trabajan sin estudiar (elaboración propia en base a la EPH del IV trimestre de 2010). El hecho de que 1 de cada 4 jóvenes no trabaje ni estudie trae grandes consecuencias sociales para el futuro del país, ya que alimenta el círculo vicioso de la pobreza, y conlleva a un aumento en los niveles de delincuencia.
Muchos de los que solo trabajan no poseen labores que le proporcionen una gran base económica para poder desarrollarse a futuro, manteniendose siempre en una misma escala patrimonial.
El hecho de implementar un sistema especial de ingreso a las facultades, y un nivel mínimo de exigencia, provocaría una notable disminución de estudiantes (siguiendo con la estadística de que el 44% de los estudiantes no llega a aprobar 2 materias por año). La disminución de estudiantes implicaría una modificación en las estadísticas antes mecionadas, lo cual conllevaría a un menor desarrollo de profesionales, y de un aumento por lo tanto potencialmente en la pobreza.
En otros países protagonistas de lo denominado «primer mundo» tal vez no existan las mismas necesidades que sí se identifican en nuestro país. De esta manera no es tan necesario la reproducción de profesionales en masa, y solo se limitan a producir pequeños grupos de estudiantes ampliamente capacitados y desarrollados. Pero esto es solo posible gracias a sus niveles económicos los que generan otro tipo de prioridades en sus sociedades de las necesidades que posean.
En conclusión, gastar 45.000 dólares por año por egresado en Argentina tal vez no sea una suma tan descabellada y hasta inclusive podría llegar a analizarse en determinadas situaciones como muy baja, si se piensa en el futuro del país.
Muy interesantes comentarios. Pero me parece que debieran recorrer los rankings universtarios. Yo también soy egresado de la UBA y le tengo aprecio. Pero lo cierto es que viene cayendo fenomenalmente en los rankings internacionales, ya no figura entre las 500 primeras del mundo.
Incluso en América Latina donde supo liderar con comodidad, hoy se encuentra debajo de universidades de Brasil, México e incluso Chile. Ya no integra el top ten. Mi abuela brasileña, vino a estudiar a la Argentina porque en su país no había universidades tan buenas como las nuestras, aquí conoció a mi abuelo y se quedó para siempre.
Pero hoy, en Argentina se ha impuesto la cultura del facilismo y cada año las exigencias son menores. El deterioro se observa en todos los niveles, de la primaria a la universidad. Pienso que hoy en día simplemente hay cada vez menos alumnos que se «queman las pestañas» estudiando, como ocurría en el pasado (época en que muchos también trabajaban, y en otros casos, sus padres o hermanos lo mantenían para que él estudie, pero quien estudiaba se sentía con la obligación de dar lo mejor de sí mismo)..
Por supuesto, siempre hay excepciones extraordinarias. Pero las excepciones no eliminan ni justifican el deterioro general.
Debo admitir que cuando leí el artículo quede impactada. No solo por desconocer la cifra del costo de un estudiante universitario, sino también por la opinión, con la cual discrepo, de exigir a los alumnos un mínimo de materias y un promedio.
Antes de publicar en el blog, tuve la oportunidad de escuchar al Lic. Krause en el programa de radio Mitre, tratando este tema. Luego de escuchar la entrevista pude comprender, por decirlo de alguna manera, a la otra parte.
Muchas veces es muy difícil entender la opinión de los otros. Nos encontramos ante un tema con mucho para debatir y que a nosotros como estudiantes nos pone en una situación demasiado vulnerable y con una opinión por demás subjetiva.
Reconozco que tal vez yo misma no pueda lograr las consignas tratadas por el autor, y que de ser así nunca me recibiría. Pero considero que no podemos dejar de lado la cifra, y que quizás un poco mas de control o de exigencia en todos los protagonistas de la educación universitaria pública, no estarían mal. Creo que los subsidios desmedidos no ayudan. En mi opinión, si exigirle a un alumno universitario de manera coherente; atendiendo ciertas situaciones particulares como casos de enfermedad, embarazos, etc., reduce costos y los mismos se pueden trasladar a mejorar el servicio de hospitales, el nivel de educación primaria y secundaria, el haber mínimo de los jubilados; más y mejor seguridad, etc., estoy de acuerdo y me parece justo para toda la comunidad.