Pablo, lector de este blog en Neuquén, plantea un tema interesante para la discusión, y estoy seguro que los alumnos de Derecho, sobre todo, querrán opinar al respecto. Me dice lo siguiente:
“En la ciudad de Centenario, la cual es lindante a la de Neuquén capital se estaría por instalar un casino y diferentes asociaciones plantean juntar firmas y rechazar la instalación del mismo. El argumento que se esgrime es que no es el perfil de ciudad que se busca, porque los casinos fomentan la criminalidad, la prostitución etc, que no dejan o no invierten el dinero en la ciudad y que fomenta la ludopatía y el dispendio. En USA y acá, en Villa la angostura, han llegado a realizar referéndum para elegir si es conveniente tener un casino en la ciudad, sobre todo si esta es chica el peligro que se suele ver es mayor, en algún sentido el miedo se asemeja el existente con la explotación de la minería.”
“Por otro lado uno piensa que un casino no es una actividad ilícita, que la cuestión fiscal está asociada a la capacidad de recaudar del municipio, este tema es difuso por que en algunas ciudades se los acusa de estar en deuda con el fisco. Tampoco creo que es acertada la idea de crear un estado paternalista que vele por las «buenas elecciones de todos».”
La noticia puede verse aquí: http://www.rionegro.com.ar/diario/el-casino-magic-se-instalara-en-centenario-4410913-9701-nota.aspx
¿Qué opinar al respecto?
En primer lugar quiero señalar algo positivo: que el tema se defina a nivel local (aunque podría cuestionarse porqué tiene que haber licencias especiales para esta actividad, que no se les pida a otras). Imaginen si fuera el estado nacional el que tuviera la atribución de otorgar las licencias para casinos. De esta forma, puede decidir la comunidad local, y hacerlo de dos formas que se analizan en el libro: la voz y la salida. Según la primera, pueden juntar firmas y llamar a una consulta popular para que los vecinos decidan si mayoritariamente quieren el casino o no. Por la segunda, a quienes les desagrade vivir cerca de un casino podrán moverse a otro municipio donde no los haya, y quienes quieran vivir cerca de uno al revés.
En segundo lugar, no quiero opinar acerca de las bondades de tener un casino cerca o no. Puede que haya algo más de recaudación tributaria para el municipio; también que tiente a la gente a ir a jugar en lugar de producir, etc. Anticipo que habrá opiniones sobre la “bondad” o “maldad” de la actividad para lo cual simplemente voy a señalar que no parece ser una actividad que viole los derechos de nadie. La gente va allí voluntariamente y entrega su dinero (o recibe) de la misma forma. Puede que no nos guste dejar el dinero allí pero tenemos la posibilidad de no hacerlo. No es algo que podamos decir de los impuestos: puede que no nos guste como se despilfarran pero no tengo la misma oportunidad que me da el casino: no pagar. Si repudiamos al casino porque nos incita a dejar nuestro dinero allí, al menos habría que decir algo de los impuestos que nos obligan también a dejarlo, muchas veces para algo que no nos sirve ni interesa.
En tercer lugar, puedo entender que haya gente que no quiera saber nada de tener un casino cerca y para ellos debería haber también “municipios libres de casinos” de la misma forma en que yo quisiera municipios con bajos impuestos y amplias libertades.
Por último, algo que personalmente tendría en cuenta para opinar localmente sobre el tema tiene que ver con los fines de esa mayor recaudación que esto promete. Creo que ése sería el punto central a discutir. Por ejemplo: ¿van a eliminar las tasas municipales y financiaremos al municipio con lo que deje el casino? ¿al menos las reducirán? ¿O es que los políticos locales quieren tener más dinero para gastar más? Y en todo caso, ¿en qué están pensando en gastarlo? ¿En algún servicio importante que aún no tenemos en el municipio, o en la mejora de alguno que hoy no funciona porque el dinero no alcanza?
En fin, creo que la respuesta a esas preguntas definiría mi posición en la consulta.
Hace poco puse un post sobre la tribu de los Seminoles en Florida, quienes son los dueños del Hard Rock Café y varios casinos. También propondría que los distintos grupos aborígenes de la zona pudieran poner casino en sus tierras si es que así lo desean.
Es muy interesante el artículo y que los ciudadanos puedan votar y decidir de acuerdo a lo que valoren más. En primer lugar, este sería un caso donde los votantes tendrían incentivos para votar debido a que la decisión los afectará y porque al ser pocos habitantes cada voto vale más, tiene más influencia en el resultado. Además, de esta forma se evita que los dueños del casino influencien a los políticos apoyándolos en la època de campaña para luego obtener beneficios, debido a que la decisión es de los habitantes.
Por otro lado, la instalación del casino puede verse como una externalidad positiva para el municipio que cobrará más impuestos y como una negativa para los habitantes debido a que se producirán adictos al juego y mucha gente perderá dinero. Por lo tanto, considero que la decisión depende de lo que se considere más importante, si el beneficio para el municipio o el perjuicio para los habitantes. Creo que sería mayor el perjuicio debido a que el municipio cobrará más pero también gastará más, sin que ello signifique que el pueblo obtenga un mejor nivel de vida.
Resulta interesante ver mas allá de las diferentes opiniones que puedan surgir a partir de la instalación de un casino en una ciudad, que es lo que realmente ocurre en esta situación.
Tiene relación con el texto que hemos visto en la clase: «Lo que se ve y lo que no se ve». En el texto se plantea la idea de que cuando se toman decisiones lo que se evalúan son los efectos a corto plazo, es decir «lo que se ve», que por lo general son siempre efectos positivos, o favorables para lograr implementar dicha política. Pero, dejamos de lado, nos olvidamos de aquello «que no se ve» , es decir que no prevemos las consecuencias de las acciones que estamos tomando.
Ahora bien, basándonos en esta noticia, podemos pensar que aquello que «se ve» es el incremento de impuestos, lo que ofrece mayor cantidad de dinero que llegaría a las arcas del estado.
Lo que no vemos, es que en realidad no siempre ese dinero es utilizado con los fines que corresponden. Lo que no vemos, es que los políticos tienen incentivos a corto plazo, para justamente, convencer a las masas y lograr su elección; realizando promesas que no cumplen, o cumplen a medias. Porque, justamente lo que desean es continuar en el poder. Por eso, resulta importante pensar en si realmente esos impuestos serán utilizados para otorgarle a la sociedad bienes y servicios que esta necesite, y no, que en cambio, quede en una «nebulosa» sin que nadie sepa que es lo que ocurre con ellos.
Corresponde a cada uno de nosotros como ciudadanos, interesarnos por saber que ocurre con los impuestos que abonamos, donde encontramos los resultados concretos, y exigir en todo caso, bienes y servicios de calidad respecto de aquello que abonamos. Pero, como también hemos visto, existe una gran «apatía racional» entre los ciudadanos, lo cual dificulta esta tarea.
Coincido en que la población pueda decidir localmente sobre la instalación o no de un casino en la ciudad. También lo que normalmente sucede es que nos son claros los métodos para la elección del mejor oferente, si hay competidores o es elección directa. En este último caso los ciudadanos solo discuten la instalación o no y no quien ofrece más bondades a la comunidad. Sobre esto podríamos decir porque otorgar una sola licencia y no varias.
Con respecto a la posibilidad de que haya municipalidades libres de casinos se entendería solamente también con una consulta o una discusión en los consejos deliberantes sobre los beneficios o no de su instalación. Qué pasaría si una ciudad se proclamaría libre de casinos y en otra no, a pocos kilómetros. Con el tiempo los ciudadanos podrían comprobar fácticamente cuales son los beneficios o pérdidas que esto ocasionaría. Podría darse el caso que la ciudad libre de casinos se diera cuenta que no le conviene que su gente gaste el dinero en otra parte con lo que ello significa.
Con respecto a la recaudación, el sustento para que la ciudadanía decida, sobre la instalación del casino o no, está dada fundamentalmente en la información sobre los beneficios directos o indirectos que recibiría la población; desde ese punto se discutirá más claramente la decisión. No solo una decisión más elaborada, sino que en el futuro estarán claramente expuestos el cumplimiento de esos beneficios por parte del municipio.
Por eso la decisión no debe ser blanco o negro únicamente, sino que el sustento de esta decisión debería está acotada a las propuestas y al cumplimiento de estas.
Pareciera tambien que todos esos efectos nocivos a los que se les teme se dan en aquellas ciudades con un alto porcentaje de empleos publicos superfluos o poco productivos (aca no me refiero a muchos servidores publicos que hacen un gran esfuerzo)pero en el caso de esta provincia, la dependencia del estado es altisima y la cultura emprendedora o el interés por otras artes es bajo,espero que se entienda a lo que me refiero, pero el eje central seria ver que se puede hacer con la recaudacion,que esta se vea reflejada en obras productivas tal como señalaba el Dr.Krause
Yo pienso que la tentación del individuo por jugar es la base del mercado del juego industrializado. Históricamente el hombre ha sido tentado por el juego en un afán de enriquecerse mediante un golpe de suerte. El jugador quiere solucionar su problema económico que, por circunstancias reales, o porque así lo percibe él considera imposible resolver con el ingreso ordinario. El “sentí” o “me latió” le produce una sensación arrolladora que lo impulsa a jugar y esa sensación se convierte en desafío que lo lleva a intentar, repetidamente ganar. La esperanza de cambiar su vida, el desafío, su intuición, el gozo de ganar produce un conjunto de emociones que forman una combinación absorbente.
El jugador se enfrasca en el juego y pierde la noción de otras cosas. Ese entorno puede causar una aficción desmedida que da origen al jugador problema. La adicción le impide separarse del juego y al exigirle dinero constantemente, lo lleva a la ruina económica y a emprender acciones de consecuencias negativas para conseguir recursos y seguir jugando. De los jugadores adictos nacen los males sociales derivados de la apuesta: descuido del trabajo y de la familia, deudas y hasta delitos para financiar el juego, que pueden terminar en la cárcel o en el suicidio.
Realmente es muy in interesante el articulo, ya nos cuenta como los habitantes de dicha ciudad pueden opinar y elegir la instalación o no de un casino, ya que a ellos los afecta por varios motivos, uno de ellos como bien nos cuenta el articulo, es que la ciudad no esta acostumbra a este tipo de actividad, sino que tiene una mirada diferente y contraria a los casino, ya sean por que lo recaudado del casino es destinado a fines que no son para interés común de sus habitantes, sino para los fines políticos
Ademas, la instalación de un casino en una ciudad a la cual no le es usual este tipo de actividad, provocaría que sus habitantes se encuentren incentivados para ir al casino, con lo cual van a perder su dinero mas que lo que van a ganar dinero, y esto hace que la cuidad se desorganice y no mantenga su prestigio que ha logrado por otras actividades licitas.
Más allá de la valoración moral que pueda hacerse respecto de un casino, creo que es bueno que la cuestión se decida por medio de una consulta popular, ya que al fin y al cabo será la población quien deba lidiar con las eventuales ventajas o desventajas.
En cuanto al aspecto económico, creo que la instalación del casino traería, además de beneficios de recaudación fiscal, una gran fuente de trabajo para la ciudad: pensemos en el personal necesario para la seguridad, limpieza, gastronomía, recepcionistas, croupiers, entre otros; a su vez, el impacto laboral sería mucho mayor si se trata de de una ciudad chica.
Además, generaría oportunidades de desarrollar negocios «satélites» (es decir, vinculados al funcionar del casino), como por ejemplo hoteles para personas de pueblos cercanos que quieran ir a conocer el casino, así como la industria del turismo en general.
Todo esto siempre y cuando las cosas se lleven a cabo dentro de los marcos de la ley. Si el casino será motivo de relaciones «turbias» entre sus dueños y los funcionarios públicos de la ciudad, eso es ya otra historia.
Coincido con lo puesto en los comentarios anteriores, respecto a la posibilidad que se la de a los ciudadanos de poder elegir si aceptar o no el desarrollo de un casino en su municipio, y de lo que realmente implicaría esto, en donde vemos por un lado que puede enriquecer al municipio, pero también favorecer a los políticos, o incluso causar problemas de adicción o cosas así en los ciudadanos, pero me parece importante destacar que el casino podría ser considerado una externalidad, como mas arriba ya mencionaron, que visto desde la mirada del municipio, será positiva, ya que ayudaría a una mayor recaudación tributaria para el mismo , y que visto desde los ciudadanos seria negativa, porque incitaría a los mismos a jugar, a pasar horas en el casino y a despilfarrar su dinero. Esto de considerarlo una externalidad negativo o positiva se debe a que no es lo mismo lo que piensa una persona u otra, todo por la subjetividad con lo que cada uno valora las cosas que suceden, como se explica en el ejemplo del libro “El Foro y El Bazar”, en donde arrojar basura a un vecino será una externalidad negativa para ese vecino que tendrá que soportar la basura, el mal olor, etc, en su patio, pero por otro lado podrá ser una externalidad positiva, si ese vecino al que le tiramos la basura la utiliza para su trabajo.
Me resulta muy interesante este tema, los casinos, desde bastante tiempo atrás, salieron a la caza de nuevos incautos en las zonas periféricas del mundo, presionando o induciendo a las autoridades respectivas a aceptar la instalación de salas de juegos en sus territorios.
Las acciones para poder radicarse en uno u otro lugar, repiten hasta sin parar que generarán más inversión, mayor recaudación de impuestos, turismo y la creación de miles de puestos de trabajo, lo que casi nunca se cumple, lo que nunca se ve y siempre el remedio es peor que la enfermedad.
Quizás la falta de información o la ignorancia, hayan sido las causas que posibilitaron romper los muros de contención que prohibían saludablemente la radicación de estos “divertimentos” en la mayoría de las naciones.
Para ello, seguramente debe haber existido una mirada turbia, cuando no directamente interesada en el tema, que ha jerarquizado el aspecto económico y la rentabilidad de unos pocos, sin un análisis profundo y serio sobre los impactos negativos de los mismos en la economía, trabajo, salud y valores sociales de los pueblos.
Posiblemente, muchos podemos haber adherido, de una forma u otra a estas iniciativas, dentro de la esfera del Estado y con las limitaciones y regulaciones del caso.
Pero, al profundizar la información sobre esta problemática, se nos abre un panorama francamente preocupante. Por ello la idea de juntar firmas y rechazar la instalación del mismo me parece bien para saber la opinión de la gente pero que el pueblo tome la decisión de instalar o no un casino? Me parece que este es un tema mucho más complejo de lo que se ve a simple vista, el pueblo antes de tomar la decisión debería evaluar las implicancias de estos “negocios” y así nadie podría alegar ignorancia o decir “yo no sabía o nadie me avisó” pero para esto necesitamos un conocimiento mucho más profundo y un análisis de las consecuencias negativas para la ciudad y creo que no todo el pueblo estaría en condiciones de elección en este caso, considero elegimos los gobernantes para que nos representen y cuiden nuestros intereses y bajo de la apariencia de todos los beneficios y cualidades que prometen los empresarios para la instalación de “Casinos” ellos deberán interpretar lo que no se ve… y conscientemente tomar la decisión .
En general, la instalación de casinos producen graves efectos negativos, entre los que se señalan: Incremento en la comisión de delitos, pérdidas en los negocios y el empleo, quiebras y bancarrotas, suicidios, enfermedad, costo de servicio social, costos regulatorios del gobierno, costos familiares, abuso monetario, bancarrotas, desfalcos, asesinatos, robos, corrupción gubernamental, fraude, falsificación, trafico de drogas, ausentismo laboral, endeudamiento, ansiedad, descuido de las obligaciones familiares y sociales, vagancia, derroche, mal vivencia, prostitución, alcoholismo y drogadicción, y la aparición de entidades concentradoras del ingreso, ya que basan su negocio en la captación de ahorro en detrimento de la mayoría de la población, lo que constituye una de las caras del fenómeno de la desertificación monetaria.
Los ahorros y fondos destinados a gastos individuales diseminados, son absorbidos por unos cuantos empresarios del juego, en detrimento de la mayoría de la población, que podría dedicar tal ingreso a actividades de producción, inversión u otros consumos que favorecerían la distribución del ingreso en espectros geográficos y poblacionales locales y regionales.
En los casos en que los Casinos no son del Estado y sí de empresas extranjeras, las ganancias se remesan a sus casas matrices, por lo que esa masa dineraria desaparece de la región para nunca más volver, lo que es más peligroso en momentos de crisis como los que vivimos.
La instalación de casinos profundiza la desigualdad ya que transfiere el ingreso nacional de la de la población a unas pocas empresas de juego, por lo general extranjeras.
Me parece interesante que prestemos atención a estos renglones: “Cada habitante de América Latina consagra un promedio de 250 dólares anuales al juego, según las estimaciones más realistas que manejan los expertos. En todo caso, con los 100,000 millones de dólares que devora el juego cada 12 meses, en ocho años se podría pagar toda la deuda externa del continente, ¿es más de lo que imaginábamos no?
Pero la realidad es más cruda: el vicio de jugar “casi tan viejo como el mundo” alcanzó en los últimos años proporciones alarmantes.
Los casinos se multiplican, las casas de apuestas brotan en cada esquina: millones de personas sueñan con escapar de la pobreza gracias a un golpe de suerte, ¿pero en realidad eso sucede? Es para pensar verdad….
En mi opinión cada uno tiene la capacidad para elegir si deja su plata en el casino o no, no lo veo mal la instalación de casinos ya que se canaliza un gusto de la gente que elige estos lugares.
Con el tema de los impuestos ciertamente no es lo mismo, puede ser que los servicios que nos preste el Estado no nos gusten o interese pero los impuestos son necesarios para que entren a las arcas públicas de forma de ingreso público y el estado lo pueda expulsar de forma de gasto público en la economía. Sino de que manera podrían financiar las obras, o bienes del estado El estado debe atender a un interés colectivo no individual.
Los casinos saciaran un interés de determinada gente que tiene como predilección este tipo de actividad, pero su reproche viene mas del lado moral que de otra cosa, siempre las actividades lúdicas se vieron con mal ojo, por otro lado no creo que hayan criticas justificadas, que haya un casino en una ciudad específicamente no hace que se incremente la prostitucion, habría que atender otras cuestiones para abordar ese tema, mas que condenar a la instalación de un casino como uno de los generadores del problema.
Si estoy de acuerdo que el gran tema es a lo que destinara lo que se recaude, el municipio debería efectivamente expulsarlo en la economía en forma de gasto publico, se deberían ver los resultados, en obras nuevas, servicios nuevos o reducción de tasas como se menciono en el post, de esa manera recibiría la aceptación de los ciudadanos sin mencionar que seria una muy buena publicidad para el intendente de turno.
En el tema planteado, se discute acerca de las ventajas o desventajas que puede traer la instalación de un casino en la ciudad de Centenario, y de la posibilidad de los ciudadanos de juntar firmas para rechazar su instalación. Por lo que entendí, el intendente ya tendría la decisión tomada, y estaría por firmar un convenio con la empresa. Es decir que en el caso, no hubo una consulta previa con los ciudadanos. A mi entender, hubiera sido mejor darles a los ciudadanos la posibilidad de decidir localmente sobre el tema, pues ante la instalación de ciertas actividades o industrias muchos ciudadanos pueden sentirse afectados, y sería bueno conocer su opinión, antes de tomar medidas que afectan a todos. En el caso el intendente solo está mirando los beneficios a corto plazo, esto es la inversión que la empresa va a realizar en el lugar, y el aumento en la recaudación. Por supuesto deben existir otros intereses que no se ven…Días después de la noticia acerca de la instalación del casino, en la página del Sitio Oficial de la Municipalidad de Centenario, se puede leer el siguiente artículo, apenas se ingresa a la página. http://centenario.gov.ar/2014/04/29/casino-magic-entrego-donaciones-a-los-afectados-del-temporal-en-centenario/. Es decir creo que en el caso hubiera sido conveniente diseñar un esquema donde se muestre a los ciudadanos no solo los beneficios a corto plazo sino los beneficios esperados a largo plazo, con todas las ventajas y desventajas que la instalación de este casino podría traer a la ciudad de Centenario, para poder informar de manera seria a los ciudadanos de manera que luego puedan ellos mismos evaluar qué beneficios les traerá esa medida, que desventajas, y si están a favor o en contra de su instalación. En estos casos el problema es que los ciudadanos “no ven” a donde van a parar sus impuestos.
Buenos días.
Me parece positiva la idea de someter una cuestión que importa a todos los habitantes de una ciudad a una consulta popular o referéndum, como es la instalación de un casino en la Ciudad de Centenario. Tomando en consideración la siguiente declaración “…no es el perfil de ciudad que se busca, porque los casinos fomentan la criminalidad, la prostitución etc, que no dejan o no invierten el dinero en la ciudad…” debo decir que es una percepción que tiene el lector del blog de Neuquén que puede tener sus fundamentos en antecedentes similares, o bien que conoce en la actualidad dichas situaciones que las reconoce como intrínsecamente relacionadas. Sin embargo, que ello pueda haber ocurrido no implica forzosamente que vaya a ocurrir en dicha Ciudad.
Se debe tener en cuenta, que el Estado (sea Nacional, Provincial, o Municipal) es quien se debe encargar que tanto la criminalidad, como la prostitución, no se instale en el ámbito de su soberanía a través de un Poder de Policía efectivo. Por lo que si se decide instalar el casino, y el Estado logra articular sus poderes constitucionales de control y coerción, dichas situaciones no tendrían lugar en tal Ciudad.
Con respecto a que los casinos “…no dejan o no invierten el dinero en la ciudad…” me resulta un poco difícil de comprender, puesto que considero que lo que el comentarista entiende es que los casinos deberían dejar su dinero en la ciudad, y que deberían invertir en la ciudad. Sostengo que la instalación de un casino (privado) puede ser promovida, por el Estado en cuestión, con fines pragmáticamente medibles y susceptibles de corroboración, por lo que ante las promesas o fundamentos por los que dicho Estado haya convencido a los habitantes, se podría crear una Comisión integrada democráticamente de manera que se garantice el cumplimiento de los proyectos por parte de tal Estado. Para alcanzar a lograr dichos proyectos es necesario que se active un control estatal tributario efectivo, que permita la recaudación impositiva en base a las reglas de juego por las que el casino en cuestión decidió instalarse allí. Es decir, el casino es una empresa privada, y no tiene ninguna obligación en principio de invertir en la ciudad, y con sus utilidades tiene libertad de elección para decidir qué hacer con ellas, sino que es el Estado quien con la recaudación impositiva que a partir de la actividad que el casino desarrolle y los emprendimientos que en su consecuencia se puedan desarrollar en la zona, debe invertir en la Ciudad. Si el Estado además de recaudar, ejerce un poder de control de policía efectivo, de control tributario efectivo, y en caso de incumplimiento una coerción efectiva, no parecería ser que haya margen para que tal empresa privada pueda llevarse el dinero que debería dejar aquí por su obligación legal impositiva. Por ello entiendo que el Estado es quien debe velar porque el casino deje su dinero (tributos) legalmente previsto, y no es el casino – empresa privada- quien tenga la obligación de invertir en la ciudad, ni de dejar sus utilidades en los Bancos de la misma, sino que puede contribuir, siendo el Estado el principal responsable por la inversión para el desarrollo de la ciudad.
Finalmente, considero que el referéndum debe hacerse pero previamente deben haber propuestas por parte del Estado que fundamenten el por qué debería hacerse si así lo considera, con la creación de una Comisión fiscalizadora integrada por personas que garanticen el cumplimento efectivo de los gastos previstos en dichas promesas. Dicho referéndum si bien debe hacerse porque es importante conocer cuál es la intención que tienen las personas que en esa ciudad habitan, considero que no debería ser vinculante, puesto que en caso que fuere vinculante, y la respuesta hubiera sido en una No instalación del casino, y en el caso que se hubieren establecido todos los controles mencionados anteriormente para que no ocurran las posibles consecuencias negativas ya enunciadas, y que el Estado cumpla con sus obligaciones de inversión, dicha ciudad podría perder una oportunidad de desarrollo tal vez incalculable por la apertura de no sólo el casino que implica nuevas relaciones comerciales, sino la creación de nuevas fuentes de trabajo, que aporten al consumo, que permiten que se abran nuevos emprendimientos comerciales, que el casino junto con dichos centros comerciales atraigan al turismo, que permita mayor recaudación impositiva, entre otros beneficios, que de ser una gestión leal y eficiente, que invierta racionalmente, podría, siempre que no genere malestar en dicha sociedad en su conjunto, lograr un crecimiento económico de la población, y un desarrollo social-cultural muy favorable para las personas que allí habitan y su posteridad.
Alan D. Ricco
gracias a todos por las opiniones,hago una aclaracion .No es mi opinion la que se refiera a que «no dejan el dinero suficientes y que fomentan la criminalidad,el dispendio y la ludopatia»sino la de la parte que rechaza la instalacion del casino en cuestion.o por lo menos una parte de la misma con la cual tengo contacto laboral y de amistad,no es mi vision. Son opiniones que estoy compartiendo en la zona para enriquecer el debate y de las que estoy muy agradecido, tengo una visión cercana a la del Dr Krause
Considero que la instalación de un casino, en principio, no debería significar algo negativo para un municipio. Se trata de una actividad completamente lícita que se encuentra dentro del marco de la ley. Los argumentos que se oponen a la instalción del mismo, merecen ser analizados desde otra perspectiva, es decir, si se fomenta la evasión tributaria debería efectuarse el reclamo por la correspondiente vía y realizar el debido control. Por otro lado, el hombre tiene la libre elección de ser parte o no de este negocio, es decir, el Estado estaría adoptando un rol paternalista y por ende restringiendo mi ámbito de autodeterminación. Con el mismo argumento podría prohibirse la venta de cigarrillos, bebidas alcohólicas, casas de lotería con la finalidad de proteger la salud pública. Distinto sería pretender instalar un casino frente a una institución educativa, en donde por razones éticas sea rechazada su realización. Si bien es cierto que podría haber un incremento de las tendencias ludópatas por parte de los habitantes, también es evidente que se incrementará la demanda de mano de obra y las contribuciones tributarias beneficiarán al desarrollo del municipio. En otras palabras, forman parte del juego de las externalides tanto negativas como positivas que derivan del desarrollo de un determinado negocio.
Para el gobierno lo importante es la recaudación que obtiene mediante los casinos. Poco les importa las consecuencias que éstos traen a la comunidad. Obtienen grandes beneficios económicos pero los costos sociales son también grandes.
La historia de personas que apostaron y perdieron todo crece al mismo ritmo que el número de casinos en nuestro país.
En época de crisis económica es cuando las personas juegan más. Y los propensos a la ludopatía son aquellas personas de bajos ingresos que piensan en hacerse ricos apostando.
Desde el mismo Estado se fomenta el vicio del juego, es una manera de que los ciudadanos pocos formados paguen impuestos voluntariamente.
No hace mucho tiempo en Gualeguaychú, Entre Ríos falleció un bebé de un mes luego de que sus padres la dejaran sola en el auto para ir al casino. En vez de tomar conciencia del daño que puede causar el vicio del juego, se ha planteado poner guarderías en los casinos para que los padres puedan jugar tranquilos.
Si una comunidad puede tener la posibilidad de manifestar su opinión en contra de los casinos es maravilloso. En mi ciudad se instaló un casino, alentó al turismo como una actividad más, pero a los ciudadanos locales les hizo mucho daño. Y ese mismo casino se quiso extender y poner una sala de juegos en otra parte de la ciudad, hubo protestas y juntamos firmas en contra de este proyecto, pero fue en vano.
En mi opinión, no debe partirse de la premisa que a través de la instalación de un casino se pueda sustituir los ingresos fiscales sea por impuestos o tasas, gravando la actividad del juego en reemplazo de otros conceptos. El gravar la actividad del juego debe ser complementario a la existencia de otros gravámenes con finalidades específicas ya establecidas por ley u ordenanzas municipales.
En lo que se coincide con la opinión de la nota es en que, los ingresos provenientes del juego deberían tener una afectación específica y determinada, aprobada por los organismos competentes, de forma tal que las autoridades políticas no puedan sortear este destino específico y los contribuyentes conozcan previamente el lugar hacia donde se direccionaran estos fondos recaudados.
Estamos todos de acuerdo en que nomes una actividad ilícita, pero si una actividad de derroche de dinero. A diferencia de los impuestos que son obligatorios por una ley que asi lo establece y que busca desplazar el dinero en manos de paeticulares para darselo al Estado, la recaudación de un casinome parece fraudulenta, por empezar porque mas alla de no ser obligatoria, fomenta a la gente a creer en el dinero fácil y ese dinero que uno cree se desrina a la comunidad es dinero siempre queda en mano de un particular que es el real poseedor de la ganancia.
Me parece que existen miles de maneras de recaudar, mas éticas, menos fraudulentas y que la gente que vivw alli tiene derecho a opinar si desea o no tener ese tipo de actividad cerca dadas las consecuencias que la misma puede traer como mas prostitución o actividades ilicitas en la zona. No es una opción pagar impuestos y podemos discutir si están bien o mal destonados, pero a veces, por mas de que sea una oopción gastar dinero en un casino o no, la tentación o la adicción de algunos puede incluso llevarlos a una quiebra.
Creo que quienes viven allí deben ser consultados y también creo que la recaudación de los mismos, ni beneficia al municipio por la ganancia y mucho menos por el tioi de actividad que explota.
Es una cuestión fácil de resolver, con lo que no se necesitaría ni referéndum alguno. En nuestra gran Constitución, se ve reflejado uno de los principios más importantes de todos, que es el de la libertad. ¿Por qué un privado no puede poner un Casino? Lo mismo sucede en la Ciudad, que no debe estar ubicado en una zona terrestre.
Claramente, la gente que apuesta, tiende a pensar que va a ganar, y se celebra un contrato aleatorio, con lo cual no hay ningún hecho ilícito. Podría pasar que aumente la tasa de prostitución, que es una vocación que jamás puede ser mal vista. Y la relación entre la tasa de crímenes y el juego ordenado no tiene demasiada incidencia.
Por lo tanto, el casino debe funcionar si cumple con todas las normas, para que no sea perjudicial a terceros, y a los que no les guste, tienen que pensar que no son dueños de la vida de los demás.
Tenemos que dejar de pensar que el papá Estado se debe encargar de todo, porque cada vez que eso sucede, termina rompiendo todos los lazos favorables que existen para la población. Nuestro país no es comunista, ni jamás lo será.
El hecho de poner un casino, en principio parecería tener un efecto positivo en cierto municipio, es decir una externalidad positiva, pues genera empleo e incrementa mucho la caja de los municipios dado que se trata de una actividad con fuerte presión fiscal por en definitiva aparentar que no produce valor, cuando en realidad produce un servicio que es la diversión, cuestiones que algunos les gustara mas y a otros menos, pero que ciertamente lo hacen muchisimos sectores empresariales y que nadie parece discutirlos, pongamos el caso del fútbol o de los espectaculos de una banda musical, en donde no parece haber otro servicio en el que divertir al consumidor idéntico a lo que hace un casino.
En cuanto a si provoca una externalidad negativa, a priori no parece verse una objetivamente, nada podría indicar que el juego es el nexo de causalidad con la prostitución (que tampoco tiene nada de malo y que resulta como cualquier otro negocio si se ejerce libremente) o con el delito, de hecho en los casinos legales, no se muestran noticias a diarias sobre crímenes u otros ilícitos.
Si quizás podríamos hablar de una externalidad negativa «moral», que ciertamente resulta muy subjetiva.
Ahora bien tampoco resulta malo que la población de determinada ciudad se debata entre poner o no un casino. El instrumento del referendum en el caso de un municipio puede indicar perfectamente cual es la voluntad de la ciudad, ya que en principio no existe una apatia racional en estos tipos de referendum, dado que se trata de una decisión especifica, la población seguramente quiera informarse sobre los pro y contras de poner un casino. Tampoco habrá problemas con la intensidad de la preferencia, porque si bien su voto no va a decidir la votación, al tratarse de municipios empieza a tener ya un valor algo as importante, ademas del orgullo sobre el propio municipio que puede ser un factor muy importante a la hora de votar. por ultimo tampoco se vota un «paquete», al tratarse de un asunto especifico, el voto estaría directamente vinculado a lo que yo quería y no a un cumulo de medidas que algunas prefería y otras no.
En conclusión, parece sano que los pobladores de un municipio puedan decidir sobre si determinado negocio quiere que sea realizado en su ciudad y no dejar esta decisión en manos del político que por un juicio de valor erróneo puede dejar a un municipio sin un importante negocio económico o puede dejar en verguenza a sus pobladores que no toleran la idea de tener en su ciudad un casino, mas allá que por supuesto siempre tengan la libertad de irse a otra ciudad cuestión que se trata de evitar.
Por supuesto que todo esto debe aclararse en el marco de ciudades pequeñas en donde este tipo de decisiones son de suma transcendencia, seria absurdo pensar la realización de un referéndum en CABA para la instalación de un casino, en donde en definitiva la decisión que tome el político, no va a afectar tanto ni la faz económica ni la faz moral de sus ciudadanos.
Me parece muy positivo que una cuestion como esta se decida a traves del voto de los ciudadanos. Creo que al darle a cada persona la oportunidad de manifestar lo que piensa a partir del voto, es una manera de darle legitimidad a lo que se esta haciendo. En este caso en particular, es evidente que la instalacion del casino va a afectar directamente a los habitantes del pueblo, y por ende me parece justo que la cuestion sea sometida a votacion ya que en ultima instancia van a ser estos los que tengan lidiar con las consecuencias que esto traiga. Cada uno tendra sus razones para votar de una u otra manera y creo que todas siempre son respetables, en definitiva esto hace a la democracia (el poder pensar diferente y decirlo libremente).
Desde mi punto de vista y en lo que se refiere a lo economico, me parece que mas alla de los puntos negativos que tiene la instalacion de un casino, que si los hay (adiccion al juego, eventual perdida de dinero, etc.), es importante destacar tambien lo positivo, como por ejemplo y como dijeron mas arriba el enriquecimiento del municipio a traves de la recaudacion fiscal, la creacion de puestos de trabajo, y por ultimo una cuestion no menor que es el tema del turismo. Creo que, mas aun si se trata de una ciudad no muy grande, la instalacion de un casino estaria fomentando el turismo, cosa que activaria inevitablemente la economia de la zona como consecuencia del consumo de las personas (restaurantes, alojamiento, entre otros).
Claramente los que tienen más incentivos para acompañar o no la instalación de un casino son sus propios habitantes, porque son los que se van a ver beneficiados o perjudicados, no directamente, en cuanto a costos o beneficios porque no se trata de propiedad privada, pero si en cuanto a un cambio de vida, ya que al ser una ciudad pequeña todas las intervenciones generan polémica.
La intervención del Estado Nacional, a mi parecer, no tendría los incentivos suficientes para estudiar con profundidad si la instalación del casino no se fuera a convertir en una externalidad negativa para los habitantes de la ciudad.
Recuerdo una vez un profesor nos dijo en clases que las ciudades que mejor están en general no tienen casinos o los tienen en menor cantidad que los que por ejemplo acá tenemos. Queriendo indicar que en realidad los beneficios si bien pueden estar, como entretenimiento, trabajo para la gente de la zona, etc, esto no siempre a la larga funciona de forma positiva si analizamos el contexto mundial a mi entender.
De todos modos, considero que si el municipio encargado de administrar las ganancias del casino lo invierte en la ciudad, en mejoras, esto podría resultar positivo pero como sabemos no siempre sucede así y ese dinero termina mal administrado o en las manos equivocadas.
Considero que es correcto que permitan elegir a los ciudadanos si quieren o no un casino pero también debería informarles de las consecuencias a largo plazo que esto puede traer como mas inseguridad por ejemplo o dependencia al juego entre otras muchas cosas.
Muchas veces los políticos en su afán de vender su proyecto y perpetuarse en el poder o acceder a el, solo te muestran el lado bueno de las cosas, entonces, la elección no seria a conciencia en realidad.
Que una decision de esta magnitud sea tomada a nivel local dejando de lado el nivel nacional me parece una decision muy acertada. Todo lo que genera un casino y las consecuencias que pueden derivar del mismo (tanto morales como economicas) deben depender de la localidad o lugar donde quiera ser instalado tal como se dice en el articulo.
Ateniendonos a un plano estrictamente objetivo (dejando de lado las cuestiones morales) la creacion de un casino puede tener beneficios desde lo economico como ya se ha dicho, ya sea mediante la recaudacion que genera el mismo y que luego va a administrar la municipalidad o por la creacion de puestos de trabajos en la zona. Claro que esto va a depender de la manera que el municipio administre esos recursos entrando en la obligacion de mejorar los servicios ya existentes y realizar obras publicas que beneficien a la localidad entre otros.
Algunas personas diran que estos beneficios son poco comparado al daño que se puede llegar a generar, sin embargo esto esta abierto a discusion y que es debido a eso que es una inteligente decision dejar que la poblacion de la ciudad sea la encargada de decidir sobre una cuestion de esta magnitud.
Darles la oportunidad de elegir a los habitantes de la ciudad me parece muy acertado, todos participarían de una decisión final.
Asimismo, la conducta dirigida a los beneficios debería materializarse en primer lugar entre quienes puedan demostrar una consecuencia negativa directa a su derecho de propiedad y deban solventar perdidas economicas de algún tipo, siempre y cuando se denuncie dentro un plazo estipulado y demuestre que tiene razón, porque dado el caso, el Estado también tiene que hacerse cargo de sus conductas y reparar daños que él mismo ha provocado.
El casino ademas de ser una actividad licita, es una forma de financiación para el Estado a nivel municipal en este caso. Como existe una parte de la sociedad que pareciera que se opone a este tipo de actividad, es acertado un sometimiento a la regla de la mayoría por la cual rigen las democracias. Sin embargo habría que tener en cuenta que van a existir externalidades tanto positivas como negativas, como en todo hacer del hombre y quedara en los habitantes que deciden privilegiar mediante un voto. Al momento del análisis, tienen el aspecto positivo que puede ser el auge económico a partir de inversiones del emprendiemiento que significa el casino y como atracción turística; aunque las externalidades negativas tambien existen como los excesos provocados por la adiccion al juego. Sin lugar a dudas hay un gran incentivo para los votantes de querer informarse, de querer participar en esta consulta, asi como lo fue en Escocia hace algunos dias en donde hubo record de asistencia en terminos de cantidad de votantes, ya que es una decision que afecta directamente a la poblacion local.
Buen día, es interesante el texto, ver que el municipio le de la oportunidad al ciudadano de poder elegir la habilitación y construcción de un casino en su ciudad o no.
El tema principal es, que los ciudadanos en caso de que sea favorable la votación puedan saber el fin de determinado ingreso, y que este mismo sea útil para la sociedad, ya sea en hospitales, obras de infraestructura, generación de nuevos puestos de trabajos, bajas en impuestos, etc.
por otro lado la habilitación de un casino haría crecer a esta ciudad en cuanto al turismo alternativo, lo cual generaría indirectamente mas fuentes de trabajo ( apertura de locales comerciales, restaurantes, hoteles, etc).
Creo que este tipo de votación se debería hacer constantemente, no solamente con esta propuestas, la apertura del casino, sino también en todo ámbito o nivel.( construcción de puentes, de cárceles, explotación de minas, privatizaciones de empresas etc)
Buen día, me parece muy interesante el texto, la idea de que la comunidad pueda votar, y tomar la decisión de la construcción y habilitación de un casino en su ciudad.
Creo yo que, esta inclusión del pueblo en cuanto a las decisiones deberían ser no solo en este ámbito sino en varios, ya sea construcción de puentes, cárceles, privatización de empresas, industrias, etc.
Por otro lado coincido en el hecho de que la población debe saber el fin al cual se volcaran las recaudaciones, ya que ese va a ser un punto clave en la toma de decisión. lo ideal seria que dicha recaudación sea utilizada en el mismo municipio ya sea para hospitales públicos, escuelas, disminución de los impuestos, etc.
Por ultimo un punto a favor que tiene dicha construcción es que hará crecer turísticamente la ciudad, (construcción de hoteles, centros comerciales, restaurantes, etc) lo cual beneficiara a la población ya que generara nuevas fuentes de trabajo.