Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca vemos una visión crítica de la teoría de los bienes públicos y su provisión estatal, considerando el artículo de Hans-Hermann Hoppe «Falacias de la teoría de los bienes públicos y la producción de seguridad»: https://mises.org/es/library/falacias-de-la-teoria-de-los-bienes-publicos-y-la-produccion-de-seguridad
De ese artículo, aquí un párrafo donde comienza a criticar esa teoría:
«Antes de continuar con la presentación y el examen crítico de la teoría de los bienes públicos, investiguemos hasta qué punto resulta útil la distinción entre bienes privados y públicos para ayudar a decidir cuáles deben ser producidos en forma privada y cuáles por el Estado, o con ayuda de éste. Ni siquiera el análisis más superficial podría dejar de señalar que si se utiliza el supuesto criterio de no exclusión, en lugar de encontrar una solución razonable, se originarían grandes dificultades. Por lo menos a primera vista parecería que algunos de los bienes y servicios provistos por el Estado podrían calificarse verdaderamente como bienes públicos, pero no se ve con claridad cuántos de ellos, cuya producción está realmente a cargo de aquél, pueden incluirse en esa categoría. Los ferrocarriles, los servicios postales, los teléfonos, las calles y otros por el estilo, parecen ser bienes cuyo uso puede ser limitado a las personas que los financian, por lo cual se manifiestan como bienes privados. Lo mismo puede decirse sobre muchos aspectos de un bien tan polifacético como la «seguridad»: cualquier cosa pasible de ser asegurada puede calificarse como un bien privado. Con todo, esto no basta, ya que, así como hay un sinnúmero de bienes provistos por el Estado que parecen ser en realidad privados, también existen muchos, producidos en forma privada, que podrían incluirse en la clase de los bienes públicos. Es obvio que mis vecinos pueden disfrutar contemplando los rosales de mi jardín, con lo cual se benefician sin haberme ayudado jamás a cuidarlos. Lo mismo puede decirse de todas las mejoras que yo haya hecho en mi propiedad, que al mismo tiempo han aumentado el valor de las aledañas. La actuación de un músico callejero proporciona placer incluso a aquellos que no depositan una moneda en su gorra. Los pasajeros que viajan conmigo en el ómnibus no me han ayudado a comprar mi desodorante. Y todos aquellos que se relacionan conmigo son beneficiarios de los esfuerzos que he realizado, sin su aporte económico, para convertirme en una persona digna de aprecio. Entonces, todos estos bienes que poseen evidentemente características de bienes públicos —los rosales de mi jardín, las mejoras en mi propiedad, la música callejera, el desodorante, el perfeccionamiento personal—, ¿deben ser provistos por el Estado, o con ayuda de este?»
Hoppe comienza este texto criticando la teoría de los bienes públicos. Cita a Molinari, un autor que sostiene que en la producción debe primar la libertad ya que es la única manera en la que se va a poder ofrecer un precio más bajo a los consumidores. Hoppe menciona que realmente, existen un número grande de bienes provistos por el estado que realmente son privados. Caracteriza de ilusoria esta distinción entre bienes públicos y privados, ya que no existe una dicotomía inequívoca. Las características de un bien público o privada o tan solo depende de como cambien las consideraciones hacia el. Los bienes publcios otorgan menos valor que los bienes privados. El propio Hoppe reconoce que si el estado dejase de proveer bienes públicos, esto provocaría cierta dificultad para algunas personas. Se realiza un análisis bastante exhausto acerca del tema de la seguridad como bien publico provisto por el monopolio del estado y sus diferentes fallos derivados de este hecho.
Me ha interesado ver como Hoppe se esfuerza en señalara que los bienes públicos no se pueden producir en un sistema de mercado, esto es, creo que aquellos que abogamos por la existencia de bienes públicos en ningún momento hemos pensado que esto no era posible o que no debiese de ser así. Otro aspecto que me ha parecido intersante es la clasificación de bienes publcios o privados que da Hoppe, esto es, que depende de las consideraciones y el interés prestado por el usuario. Me ha gustado que Hoppe proponga que el único modo de ver si los bienes privados son más urgentes o necesarios que los públicos es permitir la libre competencia entre las entidades privadas. Me ha parecido bastante extraño el ejemplo ue pone Hoppe acerca de como cambiar a un sistema en el que no haya bienes públicos perjudicaría a los indivudios con el ejemplo de los batazos a la cabeza. No le he visto mucha relación. Por ultimo, me ha gustado el análisis de la seguridad y su división en elementos marginales, así como la idea de que la brutalidad policial son consecuencia de la independencia entre retribuciones y evaluación de los consumidores.
Hoppe alega que hay que preguntarse si el dinero que se ha destinado a los bienes públicos hubiese sido mejor invertido en bienes privados, alegando que claramente si, ya que su valor es mas bajo que el de los bienes privados. ¿No es pertinente que Hoppe mencione la accesibilidad de esos bienes?
Hoppe menciona a Rothbard, el cual sostiene que la accion de mercado es siempre la optima pero no desde el punto de vista de la ética. ¿Como se puede dejar ese aspecto de lado?
Dice el autor que es falso que haya una categoría de bienes que deban ser producidos de manera pública,, ¿incluye estos a los servicios inherentes a un estado democrático de derecho como la sanidad o la educación?
En su artículo, Hans-Hermann Hoppe crítica la teoría de los bienes públicos y la conclusión de que éstos sólo han de poder ser servidos por una entidad gubernamental sin la posibilidad de que sean ofrecidos por el propio mercado como institución, ya que presentarían algunas características relevantes que los diferencia de los bienes privados, lo cual Hoppe tacha como incorrecto. Hoppe realiza un análisis de lo que se consideran bienes públicos y privados, y cómo éstos independientemente de su categorización, pueden presentar cualidades correspondientes a su contraparte ya sea en su financiación o en las externalidades que generan. Esto lleva a poder demostrar que incluso los bienes privados pueden generar beneficios que le dan su característica a los bienes públicos, y a partir de ello, que no necesariamente sería sensato que éstos sean producidos u otorgados como derechos por el gobierno. Además, la historia muestra ejemplos de bienes públicos que en el pasado han sido llevados a cabo como iniciativa del sector privado sin la intromisión del estado. Por otra parte, la categoría que se le brinda a los bienes públicos o privados, dependen de las valoraciones subjetivas de los individuos que son asignadas a éstos, y tales están sujetas a variaciones en el tiempo, por lo cual, un bien público puede transformase en privado, o viceversa, en cualquier momento. Esto haría que la decisión de producción se deba tomar en dinámica, evaluando periodo a periodo qué y qué no producir. Con respecto a ello, la valoración que le dan los individuos a este tipo de bienes no es suficiente como para el propio mercado se encargue de producirlos, y de allí la justificación de algunos economistas de que sea el estado quien se encargue de brindarlos, basados en una argumentación ética que no es tal, violentando las decisiones de aquellos que no están dispuestos a financiar tal empresa. Con estos fundamentos, es que Hoppe insiste en cuán más eficiente sería el sector privado en brindar aquellos servicios o bienes que los individuos deseen, y analiza uno de los ejemplos más notorios que es el de la seguridad y la justicia, y cómo ésta bajo un esquema privado haría foco en prevenir aquellos acciones criminales que afecten el bienestar de otros individuos, y no en aquellos crimines sin víctimas, además, el servicio tendería mejorar por ser mayor el costo de un mal desempeño.
En lo personal, me parece más que interesante el debate entre bienes públicos y privados, ya que nos permite visualizar una sociedad a futuro sin la necesidad de un estado que provea distintos bienes y servicios, y que éstos surjan espontáneamente por orden del mercado. No estamos tan lejos de tal realidad, incluso Hoppe cita distintos ejemplos de bienes y servicios que eran ofrecidos por el sector privado en el pasado, pero que luego el estado decidió convertir en su prerrogativa. De hecho, leímos en guías anteriores la argumentación de Hayek sobre el dinero, institución que fue creada por el sector privado, y luego cayó en manos del estado. Es interesante el debate, y también la argumentación de Hoppe, criticando a los teorizadores que intentan disfrazar la defensa de los bienes públicos como una batalla basada en la ética, pero la financiación de tales bienes acabaría castigando a aquel que no usa o prefiere tales bienes a través de carga impositiva, la cual no es ni más ni menos que el robo no de recursos monetarios del individuo en cuestión, sino del tiempo que de su vida que gastó en generar esos recursos y que fue tomado por la fuerza y no podrá recuperar. También es interesante la postura de Murray que cita el autor sobre el optimo económico, el cual no está basado en el optimo ético, sino el de recursos, el cual nace de la libre asignación de cada individuo. En definitiva, la sociedad parece tomar decisiones pensadas de las cuales luego no le convence el resultado, y busca de alguna manera u otra parchar esos baches mediante la intervención estatal.
· ¿Cómo entraría en funcionamiento un sistema judicial privado? ¿Tomaría la leyes ya legisladas del estado o iniciaría sus actividades sentando jurisprudencia sin un marco de leyes definido?
· ¿Es la argumentación de la ética una forma de cubrir el propio egoísmo de aquellos a favor de tales políticas siendo que a la hora de tener que asignar sus propios recursos a tales demandas, deciden cubrir otras necesidades que les brindan mayor nivel de utilidad?
· ¿Hay ejemplo de algún bien público que deba sí o sí, desde su punto de vista, ser brindado por el estado? ¿Podría ser este el ejército para defenderse de las hostilidades de otros países?
En su ensayo, Hoppe hace una crítica sobre la teoría de os bienes públicos y la premisa de que ellos solo pueden ser servidos por el estado.
El autor hace referencia a Molinari, el cual sostiene que la producción debe basarse en la libertad ya que es la única manera en que el precio ofrecido a los consumidores sea bajo.
La categoría que se les asigna a los bienes públicos o privados, dependen de las valoraciones subjetivas de los individuos que varían en el tiempo, es decir, un bien publico puede pasar a ser privado y viceversa.
Es interesante el texto ya que plantea un debate al cual no estamos acostumbrados, nacemos intrínsecamente con la idea de que ciertos bienes son públicos y que jamás podrían ser privados. Sin embargo, partiendo de la idea de la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo parece ser que la mejor forma de tratar los bienes públicos seria que dejen de serlo y pasen a ser administrados por empresas privadas.
Ahora bien, actualmente creo que, en países desarrollados, no valdría la pena llevar a cabo semejante cambio a no ser que la gente lo demande, ya que, en ellos, los bienes públicos funcionan de manera más ordenada y como no hay certeza de como funcionarían si se privatizaran, no creo que estén de acuerdo en hacerlo
En Argentina en cambio, creo que seria una medida interesante para llevar a cabo, ya que la defensa, seguridad y justicia publica ha perdido gran prestigio a lo largo de la historia, por lo tanto, creo mucho más viable que pueda realizarse aquí.
Preguntas:
1- ¿cómo sería el proceso de privatización de un bien público?
2- ¿hay algún caso de evidencia empírica de privatización de ellos?
Resumen
Hans-Hermann Hoppe dentro de este artículo introductoriamente cita las conclusiones de Molinari acerca de la teoría de los bienes públicos y la provisión de seguridad. A través de la praxeología, Hoppe argumenta que esta teoría es inconsistente y no posee un criterio científico, la cual está basada en meras conjeturas contradictorias. Primeramente, derriba el concepto distintivo de la no exclusión y no rivalidad de los bienes públicos y que tampoco se puede asegurar la utilidad total de un bien, por lo que no se puede establecer una discriminación entre bienes públicos y privados. En este sentido, el estado no puede distribuir recursos racionalmente y también rompe con el pacto de no agresión y es arbitrario. A partir de esta crítica, a través de la competencia y los incentivos del mercado, se establece un orden legal racional gobernado por los individuos y sus preferencias subjetivas para proveer cualquier tipo de bienes.
Novedoso
En primer lugar, me pareció acertado como Hoppe aclara que, si se sigue el criterio de no exclusión en el consumo, los bienes deberían ser o más o menos privados, sujeto a la dinámica de cada una de las valoraciones subjetivas de los individuos. Información que solo se encuentra en el mercado, transmitida a través de los precios por lo que el problema radica en la ausencia de derechos de propiedad.
Desde el punto de vista filosófico, Hoppe añade el principio de no agresión al método apriorístico, característico de la praxeología, donde lo concibe como la condición necesaria para la preservación de la libertad individual. En este sentido, los teóricos a favor de los bienes públicos sostienen que, sin la rotura del pacto de no agresión, estos determinados bienes no podrían ser producidos.
Preguntas
-Si la economía da respuestas a la superioridad de la provisión privada de bienes, pero en democracia el control de bienes públicos forma parte del mismo mecanismo ¿Esto puede derivar en su opinión con respecto a la democracia o monarquía como régimen político?
-¿Qué argumentos se pueden sostener para que no se termine como concluye Nozick en una empresa de seguridad dominante en el mercado, convirtiéndose en un estado minarquico?
-¿Las agencias de seguridad no supondrían un principio de compensación monetario a los terceros independientes, rompiendo con la regla del óptimo de Pareto y de la economia del bienestar propuesta por Rothbard?
Resumen: Falacias de la teoría de los bienes públicos y la producción de seguridad es un texto escrito por Hoppe en donde el planteamiento central es que los bienes públicos además de ser ineficientes son contraproducentes. Algunos economistas plantean que los bienes públicos son los que las personas pueden disfrutarlos sin haberlos pagado, esto lo refuta con ejemplos muy concretos, por ejemplo, si vos tenes una rosa en el jardín, tu vecino lo disfruta, pero no lo ha pagado. Además, expone que la historia desmiente que hay vienes que nunca fueron privados, como las calles. Plantea Hoppe también el siguiente cuestionamiento, si los bienes públicos supuestamente benefician a un sector, ¿No podría ser que otro sector se vería perjudicado con determinados bienes públicos?
Importante: Me pareció interesante el argumento que usa Hoppe para refutar el planteo de que el estado debe proveer determinados bienes públicos, ya que estos bienes no pueden o no es rentable generarlos en el ámbito privado. Primero dice que los economistas que justifican esto, han traspasado los límites de la economía como ciencia positiva, ya que entran en el campo de la moral o de la ética. Entonces explica que cada vez que la producción de un bien tiene un efecto positivo sobre alguien, pero no puede ser producido sin ser financiado por otra persona, se esta ejerciendo violencia sobre la persona que esta financiando ese bien, que no tiene porque financiarlo.
Preguntas:
1)Entiendo y concuerdo que nadie tiene la autoridad moral para decirte en que debes gastar tu dinero, pero no termino de entender que sucedería con la gente pobre, yo no soy quien para obligar a hacer caridad a nadie, pero tampoco dejaría a la gente morir de hambre. En el hipotético caso de que haya una sociedad 100% egoísta y nadie ayudaría a los pobres. ¿No sé estaría privando a esa gente del derecho a la vida?
2)¿Que debería privatizar primero el estado? ¿Salud educación o justicia?
En este texto, el autor se refiere a las características que presentan tanto los bienes públicos como los privados, iniciando con las definiciones conceptuales de cada uno de estos, y prosiguiendo así, con un análisis un poco más profundo acerca de la clasificación de estos, ya que la misma podría ser un poco subjetiva debido a las visiones y las satisfacciones que brinda cada bien a cada individuo, (no todos tenemos las mismas preferencias) y de si podrían o no ser producidos en el mercado. Podría decirse que los bienes públicos pueden ser utilizados incluso por individuos que no aportan nada en su financiamiento o producción y esto podría llevar a una “pérdida” en lo económico o desincentivos a la hora de producirlos por algún privado que quisiera comercializarlo en el mercado. Además, el autor hace algunos comentarios acerca de la seguridad, analizándola por el mismo lado que lo explicado anteriormente en el caso de los bienes públicos y privados, y en el cual básicamente analiza el papel que el estado cumple a la hora de proveer este bien/servicio, así como también este puede ser provisto por algún/algunos privados.
Me resultan interesantes algunos comentarios sobre la participación del estado en la provisión de algunos tipos de bienes y también, creo que otro tema que es muy interesante y controversial incluso hasta el día de hoy, es el de la decisión de hasta que punto debería entrometerse el estado en asuntos de la sociedad, o mejor dicho, que rol cumple o a que situaciones debería limitarse la participación del mismo, ya que existen distintas posturas sobre este tema, planteando desde una sociedad sin estado o con este limitado al mínimo, hasta otras en las cuales, este toma parte en la mayoría de los temas (sociales, económicos, etc.). Con lo cual observamos que efectivamente es un tanto difícil definir algunos conceptos debido a que las concepciones/preferencias de cada una de las personas influyen en gran medida.
¿Cree usted que habría algún escenario en el cual los productos fabricados por el estado sean mejores que los producidos por los privados? (tanto en calidad como en la asignación de los recursos a la hora de producirlos)
¿Cómo se llevaría a cabo el traslado de empleados del sector público que son improductivos hacia el sector privado para que se vuelvan productivos?
Es frecuente, en economía, categorizar a los bines, de acuerdo a ciertas características, como privados o públicos. Es en base a esta discriminación, que los economistas determinan si la provisión de aquellos debe estar o no en manos del Estado. En su ensayo, Hoppe critica esta corriente desde el lado utilitarista, deontológico y científico. Comienza su argumento cuestionando la forma en la que se determina la categoría del bien. Según relata, nada es un bien a no ser que alguien subjetivamente lo evalúe como tal. Resaltando aquel factor subjetivo, llega a la conclusión de que no existe un criterio objetivo para determinar la categoría del bien. Entonces, ninguna decisión podría ser tomada basada en la clasificación público/privado de los bienes. Siguiendo en esta línea, Hoppe hace énfasis en el carácter acientífico de las justificaciones que sostienen las posturas estatistas. Ya que no exponen ninguna razón lógica para acreditar la necesidad de aquellos bienes y la violencia necesaria para financiar su producción. Llegado a este punto, el autor se engancha en el debate moral sosteniendo la bandera del principio de no agresión. Finalmente, Hoppe describe los costos de oportunidad emergentes del sistema financiado coactivamente y, también, la arbitrariedad con la que los estadistas determinar a dónde destinar los recursos en ausencia del índice precios.
Esta tan generalmente aceptado que la seguridad es estatal o no es, que pocos se cuestionan los fundamentos sobre los cuales esa idea se basa. Teniendo en cuenta esta generalidad del análisis popular, lo que me pareció más importante y disruptivo de la argumentación de Hoppe fue la eliminación de las categorías de los bienes. Es gracias a aquella conclusión lógica que el autor lograría derrumbar la concepción sobre el rol del estado como proveedor de bienes públicos. Sin embargo, como describe, una idea tan arraigada hace muy difícil la introducción de cambios como los que el anarquismo propone. Tendiendo en cuenta ese obstáculo, Hoppe pareciera admitir que aquella transformación debe estar de acuerdo con un marco de interpretación cultural que permita emerger al sistema privado. Llegada esta parte de la lectura, me entusiasmó entender que proponía el anarquista. No obstante, sobre el final, Hoppe se alejaría del análisis puramente lógico, recurriendo a una argumentación que no me convenció del todo. Señala que, en sociedades con culturas como la de los Estados Unidos, sería (simplemente) “muy improbable” que la gente rechace al sistema a tal punto que impida su desarrollo.
¿Quién proveería seguridad a los hijos de padres abusivos?
Cuando Hoppe describe cómo se daría la aceptación del modelo en la sociedad se sostiene en que el aumento en los costos de apoyar a organizaciones violentas como el estado crearían un mercado para el aprovechamiento de los proveedores privados. A pesar de de que él señala que esto se daría mejor en ciertas sociedades ¿no implicaría este mecanismo un cambio en la legislación para después cambiar la cultura? ¿puede esta idea considerarse constructivista en algún punto?
En este texto Hoppe realiza una crítica sobre la teoría de los bienes públicos y la falsa premisa de que estos pueden ser únicamente proporcionados por el estado. La principal crítica que realiza Hoppe es la falta de consistencia que tiene esta teoría: ¿qué propiedad debe tener un bien para ser considerado público o privado? Esto es algo completamente subjetivo que depende de las consideraciones personales de cada individuo. Las características de un bien pueden cambiar una y otra vez; incluso puede dejar de ser un bien, público o privado, para convertirse en un mal, público o privado, o viceversa. Siendo así, no es posible basar ninguna decisión sobre la clasificación de un bien como público o privado. Además, la evidencia histórica tampoco nos demuestra un fuerte argumento para defender la existencia de bienes públicos, sino que todo lo contrario. Esta nos demuestra que todos los denominados bienes públicos cuya producción está ahora a cargo del estado fueron en otros tiempos provistos por la empresa privada, y aún lo son hoy en día en algunos países. Este es un punto fuerte a la hora de argumentar de que todo bien/servicio puede ser proveído por el mercado.
Lo que me pareció más interesante de este texto es cuando Hoppe se opone a la teoría de los bienes públicos desde un punto de vista más filosófico, presentando el principio ético y jurídico que es la base del pensamiento anarcocapitalista: el principio de no agresión. Toda vez que se demuestre de algún modo que la producción de un bien o servicio particular tiene un efecto positivo sobre alguien, pero no se lo puede producir en absoluto, o no se lo puede producir en una cantidad o con una calidad definida a menos que ciertas personas participen en su financiación, está permitido ejercer violencia contra ellas, sea en forma directa o indirectamente con la ayuda del estado, y esas personas deben ser compelidas a compartir las obligaciones financieras necesarias. Desde este punto de vista es imposible defender la existencia de bienes públicos sin romper el principio de no agresión.
Si bien los anarcocapitalistas abogan por la eliminación completa del estado, ¿cuál sería el bien/servicio público que rescindirian por último?
¿Existe algún caso histórico en el que la justicia no fuese brindada por el estado?
En este artículo, Hope trata el tema de los bienes públicos y los bienes privados, desde su diferencia teórica hasta la aplicación practica de los mismos. Hope define a los bienes públicos como aquellos bienes que tienen alguna característica especial que su provecho no puede ser restringido a aquellos que financien su producción. Esta definición es por contraposición a la definición de bienes privados, que se define como aquellos bienes que benefician exclusivamente a aquellos que lo hayan pagado. Hoppe empieza cuestionando la clasificación de los bienes en estas categorías, ¿A partir de que parámetro o métrica uno debe considerar que un bien es esencialmente necesario para que su costo de obtención deba ser financiado por otros? Siguiendo ese cuestionamiento, el autor se pregunta ¿Porque los bienes públicos deben ser producidos por el estado y no pueden ser producidos por privados? A partir de estas preguntas que se le hacen al lector, Hoppe desarrolla su teoría que establece que todo lo que es considerado bien público podría ser producido por el mercado, sin necesidad de intervención estatal. A partir de allí trata con detalle la seguridad como bien público, en donde cuestiona que el estado tenga el monopolio de la producción de seguridad, y que este servicio sería más eficiente en manos de privados.
De este texto se puede destacar la observación de Hoppe sobre la arbitrariedad de lo que es considerado bien público, un debate que también se da con lo que se puede considerar derecho s humanos. Me parece una reflexión muy importante ya que la ambigüedad de la definición de bien publico permite al estado monopolizar la producción de cualquier bien o servicio, ya que todo puede considerarse como un bien necesario que no puede ser restringido, como, por ejemplo, el futbol. Si hay un punto en el que puedo estar en desacuerdo con el autor es el de la financiación de los bienes públicos. El autor critica este argumento afirmando que no existe bien que sea necesario pero que el consumidor no este dispuesto a pagar, cuando creo que el argumento no es si esta dispuesto a pagarlo, sino mas bien que el consumidor no tiene los recursos para pagarlo, o bien que lo deberían financiar aquellos con mayor poder adquisitivo. (No estoy tomando postura en la discusión, solo señalando que el debate puede estar centrado en otro lado)
De este articulo me surgen 3 preguntas:
1- Hoppe enfatiza que aquellos servicios brindados por el estado podrían ser brindados por el mercado en mejores condiciones, ¿Cuál es su opinión acerca de que el estado brinde un servicio que también es brindado por el mercado? (ej. La educación)
2- Hoppe afirma que la seguridad debería ser un servicio privado, ¿Debería también haber fuerzas públicas de seguridad?
3- En caso de que la respuesta anterior es no, ¿no atentaría esto contra la construcción de un estado-nación?