¿Qué es el «bienestar general»? ¿Es el ‘óptimo de Pareto’? ¿TIene éxito el estado donde el Mercado falla?

Los alumnos de la materia “Applied Economics” de SMC leen los dos primeros capítulos del libro “El Foro y el Bazar”. Claro, la materia es “economía aplicada” pero se encuentran allí con un problema que es, en verdad, de naturaleza casi filosófica.

Se trata de definir qué es una “sociedad” y si puede hablarse de algo como el “bienestar común”, que guíe la toma de decisiones colectivas. En ese sentido, me parece que el Derecho ha avanzado poco y presenta definiciones muy poco precisas. En un post reciente, una alumna presentaba una definición de “servicio público” así: “un servicio se considera público cuando su finalidad es atender una necesidad de la sociedad en su conjunto”. Parecería de allí derivarse una definición de “bienestar común” como aquél en que la sociedad mejor satisface sus necesidades en conjunto.

Pero es inevitable preguntar: ¿qué significa satisfacer una necesidad en conjunto? La “sociedad” no existe como un ser aparte de los miembros que la componen, por lo que se hace necesario definir qué significa eso de “en conjunto”. ¿Quiere decir todos, una cierta mayoría? ¿Y cómo sabemos cuál es esa necesidad de la sociedad en su conjunto? En general, veo que los alumnos de Derecho llegan con una visión “normativa” del asunto: es lo que el Estado “debería” hacer, claro, si los políticos fueran ángeles. Pero no hay una pregunta profunda y una explicación concreta de lo que “es” tal como el bienestar general.

En ese sentido, la economía parece haber avanzado un poco más y, al menos, haber presentado una definición que permite avanzar algo en la discusión. Se trata del “óptimo de Pareto”. En términos simples, una situación es más ‘eficiente’ que otra si algunos han podido mejorar su situación, sin que empeore la situación de los demás. Y se alcanzaría un óptimo cuando ya no puedan algunos mejorar su situación, sin empeorar la situación de los demás. Ese óptimo podría ser el “bienestar general” del que hablan los alumnos de Derecho.

No parece una definición muy precisa pero, al menos, los economistas han precisado algo: que ese óptimo se alcanza en el punto de equilibrio, donde se cruzan las curvas de oferta y de demanda, donde la cantidad demandada es igual a la cantidad ofrecida. Dicho de otra forma: cuando se ha agotado todas las oportunidades de intercambio, los bienes o servicios han quedado en manos de quienes más los valoran y se ha alcanzado el máximo de superávit de los demandantes y de los oferentes. Ambas partes en los intercambios han ganado…, sin que empeore la situación de los demás.

Ahora bien, a partir de esta definición la economía ha seguido dos caminos que llevan luego a conclusiones “aplicadas” bien distintas: por un lado, la mayoría de los economistas entiende que los mercados no alcanzan ese punto óptimo debido a la existencia de todo tipo de “fallas”, y de allí saltan a proponer que el Estado y la política sean los que van a superarlas, acercando la posición al óptimo. Por otro, autores como Mises o Hayek quienes señalan que el modelo ideal de los mercados en equilibrio es útil solamente para entender cómo la realidad no es, para remover de a poco algunos de sus supuestos y acercarnos al funcionamiento real de los mercados. Uno de ellos es el supuesto del conocimiento perfecto por parte de todos los participantes en el mercado, que es imperfecto y se encuentra disperso entre todos sus participantes. Desde ese punto de vista, el mercado por cierto que es imperfecto porque no hay nada “perfecto” en un mundo de limitaciones pero el mercado es un extraordinario mecanismo para transmitir y aprovechar ese conocimiento limitado y disperso y, en todo caso, hay que remover las barreras para que pueda cumplir esa función adecuadamente.

Por último, que las llamadas “fallas de mercado” (competencia imperfecta, externalidades, bienes públicos, información asimétrica, etc.) existan no implica que la política las vaya a solucionar mejor de los arreglos institucionales que las mismas sociedades desarrollan para hacerles frente. Es decir, no hay una única solución (política) sino que nos encontramos en un entorno de análisis comparativo de marcos institucionales diferentes, donde pocas veces la política supera a los arreglos de tipo voluntario, comunitario o cooperativo.

 

26 pensamientos en “¿Qué es el «bienestar general»? ¿Es el ‘óptimo de Pareto’? ¿TIene éxito el estado donde el Mercado falla?

  1. La teoría del optimo de Pareto parte de la base de un equilibrio en el mercado. Es decir que para esta teoría siempre la oferta y la demanda de bienes y servicios son iguales y dice que una situación es más ‘eficiente’ que otra si algunos han podido mejorar su situación, sin que empeore la situación de los demás. Y se alcanzaría un óptimo cuando ya no puedan algunos mejorar su situación, sin empeorar la situación de los demás.
    Este equilibrio del que habla esta teoría del optimo de Pareto no se da en el el marcado, ya que existen fallas en el mercado que hacen imposible que la cantidad ofrecida sea igual que la cantidad demandad de bienes y servicios en el mercado. Estas fallas hacen necesaria al intervención del Estado mediante políticas publicas para mejorarlas.
    Estas fallas del mercado se producen por que el conocimiento de oferentes y demandantes es imperfecto y se encuentra disperso entre todos sus participantes. Por otro lado hay imperfecciones en la competencia. El optimo de Pareto tiene como presupuesto de hecho que la compentencia en el mercado es perfecta. Esto no es así por que hay casos de monopolio, duopolio u oligopolio que hacen que la competencia no sea perfecta.

  2. Considero que la propuesta del Optimo de Pareto es muy interesante para ver como se maneja el Estado para alcanzar el bienestar común, en donde todos los ciudadanos demandamos derechos y libertades y el Estado busca la mejor forma de brindárnoslos. El problema aquí es que, como en el mercado, las fallas siempre están, como por ejemplo que el Estado no cuenta con la información de todo lo que pretendemos y si lo sabría siempre va a haber alguien con una pretensión opuesta que lo ponga en jaque entre satisfacer a la mayoría o a esa única persona con otra ambición. El bienestar común es el punto de equilibrio, pero se torna inalcanzable por las constantes modificaciones de las pretensiones de las personas, por la permanente innovación por parte del Estado para satisfacerlas, y porque al tener todos aspiraciones diferentes siempre va a ver alguien que salga perjudicado en las políticas que tome el Estado para alcanzar ese bienestar.

  3. Pienso que el bienestar general es un ideal que no se logra simplemente porque exista el óptimo de Pareto. Históricamente se ha dicho que en la sociedad siempre hay diferencias entre los distintos sectores porque la riqueza se encuentra en manos de unos pocos y unos muchos tienen muy poca riqueza. Más allá de la existencia del mercado , mediante el cual pueden realizarse transacciones y obtener la ganancia con la que se mide la riqueza , hay sectores que se encuentran en situación dispar o negativa porque no tienen los medios necesarios para poder comerciar su mercancía. Más bien sólo pueden ofrecer su fuerza de trabajo y no poseen los medios de producción que tienen otros para desarrollar intercambios más efectivos. Por ello el óptimo de Pareto podría conseguirse si se mejora la situación de ofertante y demandante sin perjudicar la situación de los demás pero ésto podría producirse en una situación ideal o hipotética , no en la realidad en donde vivimos , en donde lo que deja de percibir uno lo percibe otro en su beneficio. Siempre en una situación económica la aplicación de la eficiencia es para uno o unos en detrimento de otros. A su vez , las fallas que presenta el mercado pienso que no pueden ser resueltas por la política eficientemente porque se desnaturaliza el sistema y porque la intervención del Estado en la economía muchas veces lleva a degradar recursos que nos pertenecen a todos y a destruir el intercambio puro y voluntario de mercancías.

  4. Ernesto Sábato ha dicho que el bien común no es la simple sumatoria de los egoísmos individuales, ni ese célebre bien del Estado que los totalitarios colocan por encima de la persona y ante el cual sólo cabe ponerse a temblar: es el supremo bien de una comunidad de seres a la vez libres y solidarios.
    Para poder conceptuar al bien común es necesario que exista un consenso, un acuerdo de opiniones, que todos los hombres lo consideren como una cosa perfectamente realizable y que generará un beneficio efectivo a toda la población. Un ejemplo de ello serían las medidas tomadas por el legislador para propiciar, fomentar y proporcionar una mejor educación pública; posiblemente a las personas de edad madura éstas medidas no les afectarán directamente, pero el resultado de una política educativa nacional al conciliar los intereses privados y públicos, admitiría que realiza un beneficio general para todos.
    El Estado tiene como misión cuidar directamente, mediante una amplia planificación y coordinación de la cooperación social, todas las necesidades existenciales de sus miembros, contando con una amplia gama de políticas públicas, y teniendo siempre en consideración que el bien común es algo dinámico, que cada comunidad cataloga el bienestar general según la propia ideología, además de que cada época demanda nuevas concreciones conforme a las necesidades que se van suscitando.

  5. Desde el punto de vista teórico es relevante introducirse en la idea de la existencia del cálculo económico como consecuencia de la acción humana, pues es la valoración individual la que permite los intercambios de los derechos de propiedad.
    Se insiste en la afirmación que el mecanismo de descubrimiento ajusta de manera permanente la relación causal medio-fin, de tal manera que el mercado puede considerarse como un proceso; así, la búsqueda del equilibrio es una tendencia, que además exige la ausencia de acción arbitraria para el desarrollo de la función empresarial.
    Las acciones humanas vinculadas al cálculo económico requieren las reglas de juego de la propiedad y la competencia económica, las cuales posibilitan que tales acciones se coordinen de manera no deliberada. Es claro entonces, que las instituciones facilitan la cooperación y el intercambio mercantil voluntario.

    La idea que la coordinación depende de una economía de intercambio voluntario, significa que concibe la asignación de recursos en la esfera del proceso de mercado. Lo interesante en este punto es la conexión entre la acción humana y la ausencia de coacción arbitraria. En efecto, resulta sugestiva la intervención del Estado en la corrección de los fallos del mercado pues se desconoce no solamente que el Estado tiene fallos, sino que se subestima que su presencia limita el proceso descubrimiento. Acudir a la construcción imaginaria (Mises), como es el equilibrio general, implica desconocer la incertidumbre como escenario de los encuentros humanos.

    ¿Se vacía de contenido el liberalismo a partir de la idea que el mercado es un fenómeno complejo?
    ¿Apoyar al mercado desde la perspectiva del individualismo es acaso un soporte a la idea privatista?
    ¿Considerar la racionalidad, la lógica situacional y el carácter deductivo, es un argumento para señalar que el Estado es un error histórico?

    • En el capítulo I, “Mercados: así funcionan los bazares”, se plantean argumentos económicos, filosóficos y políticos, de la importancia de la adhesión a las ideas de la libertad, para obtener una prosperidad que de otro modo, es imposible. Se hace hincapié en la propiedad privada como base indispensable para el progreso del individuo, por cumplir la función de ser el incentivo necesario con el que se debe contar para estimular el ahorro, la inversión y el consumo. Sin propiedad no hay precio, sin precio no hay mercado posible y al no haberlo, tampoco se podrán realizar los cálculos económicos y las evaluaciones de proyectos futuros. A su vez, se sostiene, que los contratos tienen que ser libres y voluntarios, sin ninguna intervención de la esfera gubernamental. Salvo, para resguardar los derechos de las partes; ya que éstos, no deben lesionarse. En concordancia con lo escrito, se advierte, que con la intromisión del poder ejecutivo en los mecanismos de mercado, se derrocha capital, disminuyendo con ello, salarios e ingresos en términos reales, lo que se traduce, en todos los casos, en mayor pobreza. De forma indirecta también, el autor puntualiza sobre la relevancia que se le debe otorgar a las instituciones que impidan privilegios a los “amigos del poder”, con el fin de que los actores del mercado, puedan competir con la misma libertad e igualdad ante la ley. Finalmente, papel preponderante se le asigna a los emprendedores, ya que aquellos, al realizar sus actividades y persiguiendo su propio interés – todos nos movilizamos por uno, aunque sea de distinta índole – , logran convertirse en benefactores capaces de mejorar la vida de miles de ciudadanos. Es decir, que para obtener ganancias, no tienen otra alternativa que fabricar un producto o servicio, que satisfaga de la mejor manera posible, las necesidades de los consumidores.
      Por otra parte, en la misma sección de la obra, se plantea brevemente la otra visión económica, que lamentablemente, impera en muchos países de nuestra región. Es decir, se describe, a quienes observan la dirección del Estado como la bendición que traerá las soluciones para que los países se vuelvan más justos y equitativos, con igualdad de ingresos para todos. Increíblemente, los defensores de la planificación centralizada, desconfían de la desigualdad que observan, a la que la juzgan de ser producto del capitalismo; ignorando así, las decisiones, gustos y preferencias que a diario expresan las personas con sus compras y abstenciones. El Leviatán, para éstos, debe redistribuir lo que los individuos ya han hecho “erróneamente”; y para lograrlo, hay un único camino posible: tomar la decisión, entre un grupo reducido de funcionarios, de quién, cómo y a qué precio se deberán comerciar los productos que se ofrezcan en el mercado. En síntesis, acabar con una decisión política, el derecho, la voluntad y la libertad de emprender, de millones de individuos.
      En el capítulo II, “Las fallas del Mercado”, reconociendo que es inalcanzable el equilibro total, se desnuda las falencias que poseen las soluciones que surgen, de los que se oponen a los principios de la sociedad abierta. Por ejemplo, nada es más irreal que suponer que existe la posibilidad de una competencia perfecta, en donde: todas las empresas ofrecen y venden productos iguales en el mercado (¿No es acaso que las ventajas competitivas de algunas empresas es lo que las hace triunfar sobre las otras? ¿Todas las organizaciones tienen el mismo presupuesto? Y aún si fuese así ¿el capital humano, la destreza y las habilidades de los empleados son iguales en cualquier sitio y ente?); las partes implicadas, tanto consumidores como empresas, poseen conocimiento total sobre las condiciones que imperan en el mercado (¿Cómo se explican entonces las inversiones que se nos han frustrado porque otros han actuado con mayor celeridad viendo oportunidades que nosotros perdimos? ¿Por qué algunos son considerados pioneros e innovadores a lo largo de toda una trayectoria de vida, mientras uno ha sido incapaz en toda su existencia de llevar a la práctica una idea que nos convierta en millonarios y exitosos?); no hay barreras para entrar o salir del mercado (quien haya vivido en Argentina en la última década, es testigo que esta afirmación es una utopía); y por último, esta teoría tan difundida en las universidades, establece: que no hay costos de transacción: tanto para las empresas como para los compradores, es nulo (con el sólo hecho de existir contratos celebrados, se asumirán costos para que perduren y se respeten en el tiempo).
      Debo reconocer que leyendo hasta el final esta segunda parte, y luego de pasar por las clasificaciones de los monopolios y oligopolios, me sorprendieron las definiciones descriptas sobre los cuatro tipos de bienes que hay. Si bien, tenía una escasa lectura sobre los free riders, no me había puesto a pensar en las distinciones que pueden hacerse, entre lo que se circunscribe específicamente a la esfera privada, a los recursos comunes, a lo público y a los que son categorizados como mercancías club. Es un tema, que abre muchas aristas y las que más me han hecho reflexionar en esta primera guía de discusión.

      Para terminar, mis tres preguntas al autor son:
      1. ¿Por qué si es sabido que los países más libres son los más prósperos, no se logra entender y aplicar sus ideas, en las naciones emergentes? ¿Será un problema institucional, cultural o educativo?
      2. Si no hay forma de evitar el desequilibrio económico y el estado arruina aún más las cosas con su intervención: ¿de qué manera se puede presentar soluciones para congeniar al mercado con la esfera gubernamental, sin caer en el rechazo de las masas?
      3. El capital humano de un país es su principal riqueza, si está dañado, no hay futuro posible. En América Latina, por ejemplo, hay un porcentaje de desnutrición elevado, y hay estudios científicos que demuestran que sólo se cuenta con los primeros dos años de vida para desarrollar el cerebro con viviremos el resto de nuestra existencia. Entonces: ¿debe el estado asumir esta responsabilidad, de asegurar a quienes por “x motivos” no pueden brindarle a sus niños el desarrollo que el cerebro necesita? Si bien una vida no es un bien, podemos suponer que de no encargase el estado – y con la ausencia del mercado en estas cuestiones, salvo honrosas excepciones – podremos salir adelante todos, cuando gran parte de la sociedad no podrá jamás formarse y educarse, por partir desde su niñez con menos posibilidades que el resto.

      • Hola buenas tardes Gastón.
        En esta ocasión me referiré a la primera pregunta.
        Se ha discutido sobre el papel del liberalismo y sus ventajas al nivel reflexivo de las acciones individuales, sin embargo, en naciones emergentes parece que el liberalismo no es viable. Esto podría ser explicado por la forma en que es ofrecido a estas.
        Entendemos que la aplicación de tal concepción liberal a la ciencia económica toma forma en un dispositivo mental moderno; pues, se aleja del carácter impersonal del mercado y se acerca más bien al proceso de cooperación entre individuos con sus propias particularidades.
        Ahora bien, la tradición inglesa del liberalismo nos enseña que los hombres siguen un camino de prueba y error en búsqueda de mejor satisfacción. Y entonces reconocemos de manera inmediata que esta situación no puede estar desarticulada de las instituciones.
        Las instituciones paz, libertad y justicia, juegan un papel clave en las acciones humanas en el contexto de la división del trabajo. En efecto, se concibe en este escenario, la presencia de reglas de juego alrededor de las cuales los hombres puedan producir riqueza.
        Los esfuerzos tendientes a configurar las reglas de juego en las naciones emergentes se orientan más a la definición de una competencia política que a una competencia económica. A los individuos se le garantiza la propiedad privada pero esto no se traduce en un mercado libre. Quien reflexione sobre este hecho, encontrará que en esto podría hallarse la dificultad para que las naciones emergentes puedan seguir la senda liberal.

  6. Es necesario tener presente cómo funcionan los mercados, y sobre todo que los mismos están conformados por personas que persiguen sus propios y legítimos intereses basados en incentivos y necesidades puramente subjetivas. Por un lado los compradores o demandantes están dispuestos a pagar el precio más bajo posible y por otro lado los productores u ofertantes están dispuestos a cobrar el precio más alto posible, cada una de acuerdo a sus valoraciones personales, en esa “pugna” entre las dos partes de la negociación surgen los intercambios generando ganancias para ambos y para la sociedad en su conjunto en un marco de acuerdos libres y voluntarios. Decir que los mercados deben estar equilibrados y que las fallas deben ser corregidas por el estado para acercarnos al óptimo de Pareto es desconocer la naturaleza humana y que existe la misma posibilidad de error en las decisiones de los funcionarios públicos además que no son ángeles y persiguen fines particulares.

    Reconocer la importancia del sistema de precios como mecanismo de trasmisión de información en un mundo donde esta se encuentra dispersa entre millones de personas y el rol que juegan las instituciones (derechos de propiedad, contratos libres y voluntarios, buenos mecanismos de mediación y justicia) para potenciar a la economía de mercado acerca mucho más al sistema económico al llamado óptimo de Pareto, que lo que pueden hacer los gobiernos corrigiendo de forma activa los fallos de mercado: imponiendo regulaciones, cobrando impuestos, otorgando subsidios, o proveyendo bienes y servicios que supuestamente el sector privado no es capaz de ofrecer o lo hace de manera insuficiente.

    ¿Siendo la propiedad privada importante para el intercambio y para que surja el sistema de precios cómo era posible establecer intercambios en la Rusia comunista?
    ¿Existe algún país donde se pueda mencionar que ha tenido mayor éxito el gobierno corrigiendo los fallos del mercado?
    ¿Por qué cuesta tanto en América Latina acercarnos en mayor medida hacia instituciones que potencien la economía de mercado?

  7. Intentaré responder al interrogante de si “¿Tiene éxito el estado donde el Mercado falla?” En efecto, estimo que debajo de una respuesta afirmativa hacia dicha pregunta subyace un pre-concepto cuya veracidad, luego de las clases que hasta aquí hemos tenido, me atrevo a poner en duda: estoy hablando de la idea de un “dictador benevolente”; de la “bondad del regulador” a través del poder de coerción del estado. Pues bien, como podremos imaginarnos, esto rara vez ocurre. Piénsese sino en las “fallas” que el sistema político implica: votantes con poco incentivo a informarse, la constante presión (eficaz, por cierto) por parte de lobbies en búsqueda de beneficios a través de “el foro”, políticos con ánimo de (al igual que cualquier individuo) obtener beneficios personales (Adam Smith); etc.
    De lo dicho precedentemente, se puede concluir que el clásico mecanismo de políticas públicas para solucionar las fallas del mercado (externalidades, información asimétrica, free-riders, monopolios, etc.), también es susceptible de presentar sus propias “fallas”. Por consiguiente, puede resultar no siendo la mejor solución para el problema.

  8. LOS MERCADOS Y SUS FALLAS
    Uno de los factores más importantes en la creación y desarrollo de los mercados fue la división del trabajo, ya que la especialización ayudó a la eficiencia y a que los individuos pudieran distribuir mejor el tiempo en diferentes actividades diferentes a las productivas (trabajo), además cada uno desarrollaba actividades donde tenía mayor destreza y disposición.
    La división del trabajo ayudó a que el individuo buscara intercambiar lo que producía con otros que producían otros bienes o servicios, estos intercambios fueron en principio nacidos de las necesidades que tenían que suplir. En un principio el hombre se dio cuenta que al tomar por la fuerza lo que necesitaba, en el futuro no podía recibir colaboración, pues, se generaban conflictos y no se podía progresar, al entender que mediante la cooperación se alcanza los objetivos con menor esfuerzo, por ello se genera el trueque, que igualmente tuvo sus problemas porque debían coincidir las necesidades de quienes realizaban el intercambio, es por ello que se vuelve muy importante el manejo de una moneda para hacer más fáciles los diferentes intercambios.
    Al tener un medio fácil de intercambio (moneda) la siguiente etapa fue el manejo del valor, los intercambios se dan de acuerdo a lo que cada consideraba que era su valor, algo subjetivo, pues, ese desprendimiento se da porque lo que entrega lo considera menos importante de lo que recibe.
    En cuanto al óptimo de Pareto se observa que puede generar mejoras hasta cierto punto, es decir, hasta que alguno que de las mejoras que tienen algunos empiecen a perjudicar a otros, es cuando buscando esa equidad, deben haber instituciones que ayuden a que el mercado funciones adecuadamente, la importancia (respeto) de los derechos de propiedad, los contratos, los precios, el cálculo económico, la función empresarial, la competencia, que entre otras ayuda a mejorar el servicio que recibe el usuario de un mejor servicio o bien.
    Pero igual a pesar de todo lo enunciado anteriormente, el mercado tiene sus fallas, pues, es una creación de los seres humanos, por lo tanto hay imperfecciones. El primer fallo es que se busca el equilibrio, el cual es inalcanzable, porque los mercados son dinámicos y siempre están en constante movimiento, pues, los mercados son dinámicos, constantemente las fuerzas de oferta y demanda hacen que varíen los precios, se busca una competencia perfecta cuando en realidad es imperfecta, las externalidades positivas como negativas también influyen en las imperfecciones del mercado, la definición de lo que s considera bienes públicos, la información asimétrica de los participantes del mercado. Aunque algunos proponen posibles soluciones, no han tenido en cuenta todas las variables, pues, es difícil tenerlas en cuenta a todas, sobre pensando que en el universo todo está interconectado. La tarea no es fácil y el hombre no ha logrado muchos progresos en este campo.
    ¿Es posible que el hombre trate de controlar las diferentes variables para que los mercados logren ser perfectos?
    ¿El libre mercado es el camino para que el hombre pueda alcanzar el bienestar general?
    ¿Si se desregularizan los salarios mínimos será posible que estos mejoren?

  9. El mercado es el conjunto de transacciones entre individuos que intercambian bienes y servicios, estas transacciones son libres y voluntarias, y son previas a la creación del estado.
    La economía se encarga de estudiar estas transacciones, y comprender la acción humana involucrada en ellas, sus principales aportes han sido el individualismo metodológico, la teoría subjetiva del valor y el concepto del orden espontáneo del mercado.
    En toda transacción de mercado, los agentes poseen su valoración subjetiva del bien que intercambian, la transacción sólo se realiza si ambos salen ganando y lo que reciben es de mayor valor de lo que entregan.
    En mi opinión el bienestar común o general es imposible de lograr con un estado interventor y asistencialista, el bienestar común solo se lograría para el caso de un estado que sólo se dedicase a proteger derechos de vida, libertad y propiedad, es decir garantizando el cumplimiento de las reglas de juego, ya que, primero el bienestar es individual y subjetivo, y segundo, el estado debe lesionar derechos de vida, libertad y propiedad en virtud de conseguir el bien común, por lo que es una contradicción, no se puede lograr el bienestar común lesionando a parte de la población.
    La libertad de acción y la defensa de las reglas de juego son las únicas condiciones que garantizan el bienestar individual de toda la población.
    El estado interviene corrigiendo las supuestas fallas del mercado, porque la opinión pública así lo desea, el problema de raíz es cambiar la opinión pública?
    No bastaría con observar que el GDP per cápita mantiene una relación directa con aquellos estados que defienden derechos de vida, libertad y propiedad? Es decir, los países más pobres son aquellos donde se violan derechos naturales por el leviatán?
    En general se analiza la economía desde el punto de vista de la acción humana del consumidor, pero si la analizamos desde el punto de vista de la acción humana del empresario, es mejor un sistema proteccionista con privilegios estatales, ya que no se tendrá que competir y se tendrá la mayor ganancia y desde el punto de vista de la acción humana del funcionario público, es conveniente maximizar el gasto al máximo posible?

  10. En el primer capítulo de “El Foro y el Bazar” se hace una exposición de los principales aportes hechos por las ciencias económicas a lo estudio de la acción humana. Punto central en los estudios de Ludwig von Mises, el estudio de la estructura lógica de la acción humana se llama praxeología y tiene sus principales herramientas basadas en tres conceptos destacados en el capítulo: el individualismo metodológico, la subjetividad del valor y la idea de orden espontaneo. Un dato interesante es que todos los tres conceptos tienen como punto central el individuo. La decisión acerca de qué hacer en situación de escasez, las valoraciones subjetivas o el orden espontaneo que se asienta, están todas basadas en las decisiones y escala de valores de los individuos. No es posible medir la satisfacción de una sociedad como un todo, solamente a nivel individual. La busca por un punto óptimo de Pareto que maximice la satisfacción de todos puede ser un modelo matemático posible, pero no hace sentido en un contexto en que no hay punto de equilibrio y la mejora de la condición de uno no depende del empeoramiento de la condición de los demás.

    Los incentivos de mercado crean un ambiente que estimula un proceso de corrección, algo que resulta en mejora del bienestar de todos. Creo que el punto central en un dialogo acerca de bienestar común debería ser la presencia de instituciones sólidas, que garanticen la seguridad jurídica y el respeto a los derechos individuales, tales como los derechos de propiedad, que fue un punto destacado en el capítulo. Muchas de las llamadas “fallas de mercado” descritas en el segundo capítulo, no son más que situaciones en que hay problemas para definir claramente los derechos de propiedad. La sugerencia de que se hace necesaria la interferencia del Estado para corregir fallas, presupone que personas, que son imperfectas a nivel individual, pueden reunirse centralmente y tomar decisiones correctas en un mundo de información imperfecta y dispersa. Creer en corrección de fallas a través del Estado significa abstenerse, aunque sea solamente parcialmente, de las importantes herramientas descritas arriba que nos permiten analizar la acción humana. Lo que normalmente sucede es la profundización de los problemas y no su solución.

    Existe alguna falla de mercado que algún gobierno fue capaz de resolver que no se resolverían a través del mercado?
    Crises y ciclos económicos muchas veces son considerados fallas de mercado. Esto es correcto o al menos parcialmente correcto?
    Hasta cual limite la seguridad institucional puede avanzar antes de convertirse en una burocracia excesiva? Cómo sabes que ya hay normas suficientes?

  11. 1. Resumen del Contenido de la lectura:
    El c. 1 introduce los conceptos principales que desarrolló el pensamiento económico para analizar la acción humana en el ámbito de los intercambios voluntarios. Los ejes conceptuales para comprender la acción humana en el mercado son el individualismo metodológico, la división del trabajo, la subjetividad del valor y la idea de orden espontáneo. Pero, además de esto, la comprensión teorética de la acción económica exige atender al marco de reglas de juego o institucional. En efecto, la acción económica –especialmente en sociedades extensas como las actuales– es un acción de agentes individuales pero que actúan coordinadamente. Esto genera los desafíos de lo que se concibe como “la acción colectiva”. En este punto conviene preguntarse ¿cuáles son las instituciones que se requieren para que el mercado funcione adecuadamente? Se pueden enumerar el derecho de propiedad, la libertad contractual y el cumplimiento de los contratos, la moneda, la mediación y la justicia, los emprendedores, capital, información y ámbitos para la competencia. El c. 2 aborda un tema tan relevante como poco comprendido, el de las fallas de mercado. Para ello se ofrece un análisis de conceptos centrales a la aproximación mainstream de la economía: competencia perfecta, equilibrio, competencia imperfecta, externalidades y bienes públicos.
    2. Temas novedosos; aquellos temas que no conociera o si lo fueran, aquellos que considero más importantes:
    Ostrom afirma que “mostrar que un arreglo institucional (institutional arrangement) conduce a un resultado subóptimo no es equivalente, no obstante, a sostener que otra condición institucional lo hará mejor” (Ostrom, ‘The Comparative Study of Public Economies’, p. 4). Ostrom, continúa la cita, se está refiriendo a que el monopolio gubernamental no asegura el éxito –más bien al contrario–, en la provisión de bienes públicos y common-pool resources. La lectura de los capítulos 1 y 2 de EFYEB (El foro y el bazar) me ha ilustrado sobre el proceso de clasificación de bienes públicos y las confusiones y manipulaciones que ello suele implicar dado el carácter precario de estas clasificaciones. Me pareció muy interesante la aclaración de que se genera mayor confusión cuando se hacen estas clasificaciones a modo de antesala para luego determinar qué bienes deberían ser provistos por el estado y cuáles por el mercado.
    3. Tres preguntas que haría al autor
    3.1. ¿Conoces la propuesta de clasificación de bienes de Ostrom, creo superadora de la de Samuelson-Mankiw? (Criterios – Exclusión Fácil y/o Exclusión difícil / Substracción alta y/o Baja).
    3.2. ¿Cómo definirías instituciones y quién es el autor de referencia para tí, en el neoinstitucionalismo?
    3.3. ¿No crees que el acento en las instituciones es de algún modo, desde la perspectiva austriaca, volver a meter por la puerta de atrás el marco de análisis colectivo de la acción y que, en cierto modo, parecería debilitar el axioma inicial de la importancia del individualismo metodológico?

  12. Los capítulos 1 y 2 del libro “El Foro y el Bazar” tratan específicamente del funcionamiento de los mercados y de las decisiones que toman los agentes económicos, además de tratar la interrogante sobre ¿Cómo y Cuándo debe intervenir el estado en el mercado? El capítulo primero del libro es básicamente un capítulo en el cual el autor conlleva la difícil pero muy importante tarea de explicar conceptos básicos de la teoría económica y cómo funciona el mercado. En el primer capítulo se tratan temas realmente importantes para el análisis económico como son, la teoría subjetiva del valor, el rol fundamental que cumplen los precios en el mercado, el papel que cumple la escasez en la determinación de utilidad, el rol de la función empresarial, distintos marcos institucionales que permiten el funcionamiento correcto del mercado como vienen siendo un estado de derecho, imperio de la ley, moneda estable, derechos de propiedad bien definidos y protegidos. También en el primer capítulo se trata brevemente el tema tan importante sobre el cálculo económico que realizan los emprendedores al tomar decisiones de inversión o decisiones comunes que se toman en la vida, y se analiza el fracaso del socialismo que imposibilita dicho calculo económico; problema sutilmente articulado por economistas de la escuela austriaca como Mises y Hayek.
    El segundo capítulo del libro “El Foro y el Bazar” trata específicamente de explicar el origen de la llamada teoría de las “fallas de mercado”. Siguiendo lo enseñado en el capítulo primero acerca del análisis del mercado y del equilibrio general que se enseña en todo curso introductorio de economía, el capítulo segundo demuestra que realmente como el mercado es un proceso dinámico en donde nueva información es creada por los agentes económicos, y en donde es imposible que dicha información sea conocida ex ante por los agentes económicos, realmente nunca se logra el tan ansiado punto de equilibrio, si no que el mercado siempre tiende hacia el equilibrio. En el capítulo segundo se explica las presunciones de la teoría económica de competencia perfecta, cuyo modelo implica entre otras cosas que toda la información es conocida por todos los agentes económicos, lo que implica que el problema económico no viene siendo ahora un problema de coordinación si no un simple problema de maximización de utilidad. El capítulo segundo también explica la distinción entre bienes privados y públicos, explica el origen y naturaleza de los monopolios, oligopolios y de la competencia perfecta. Este capítulo es sumamente interesante porque el análisis de externalidades y de las fallas de mercado generalmente llega la conclusión de que no solamente los mercados fallan, sino que es realmente necesario e imprescindible la intervención estatal para corregir dichas fallas de mercado, sin embargo el autor presenta un análisis muy interesante demostrando que dichas fallas de mercado corresponden a deficiencias de orden institucional, como pueden ser derechos de propiedad no definidos, regulaciones estatales que prohíben la competencia, entre otros.
    Entre los temas novedosos que considero muy importantes en estos dos capítulos están el concepto del mercado tendiendo “hacia el equilibrio” más no estableciéndose en un equilibrio, el concepto de la importancia de los marcos institucionales como una moneda estable y derechos de propiedad bien definidos para el funcionamiento de los mercados, así como el concepto del óptimo paretiano, las externalidades y la necesidad o error en pensar que es necesario el intervencionismo estatal para curar o solventar una falla de mercado. Los temas respecto a órdenes espontáneos, la función empresarial y el cálculo económico son realmente interesantes para la comprensión del mercado. El rol coordinador que cumple el sistema de precios en la sociedad también me parece imprescindible.
    Entre las preguntas que quisiera hacerle al autor están las siguientes:
    1. Comprendiendo el caso de “Robinson Crusoe” y la importancia de la división del trabajo en el contexto de la globalización, ¿Por qué hay tantas quejas hacia la globalización?
    2. Está claro que debido a que el mercado es dinámicamente eficiente y que los agentes económicos crean nueva información constantemente, ¿Por qué se sigue insistiendo en el análisis de modelos de equilibrio general para describir el funcionamiento de los mercados?
    3. En cuanto a las externalidades, ¿Es posible que el estado pueda adoptar medidas que favorecen al consumidor sin damnificar los procesos de mercado?

  13. 1. Resumen: El funcionamiento de los mercados y sus fallas

    El mercado es un sistema de cooperación social que permite aprovechar las ventajas de la división del trabajo a nivel muy extenso, incluso entre todos los habitantes del planeta, mejorando así extraordinariamente la calidad de vida de todos. Se caracteriza por la voluntariedad de los intercambios y el cumplimiento de los contratos y supone la propiedad privada de los medios de producción y el uso de la moneda, además de otras instituciones que garanticen seguridad jurídica y la posibilidad de libre iniciativa empresarial y asociación. Los precios monetarios son un factor esencial para coordinar los planes de los diversos participantes en el mercado y la función empresarial, que advierte especulativamente una oportunidad de crear valor para los consumidores, es el motor de este proceso de coordinación. Los aciertos empresariales son recompensados con ganancias y sus errores son castigados con pérdidas porque, en definitiva, el soberano en el mercado es el consumidor que toma la decisión de comprar o no comprar. En este proceso se genera un orden espontáneo y una tendencia al equilibrio que es una suerte de blanco móvil que nunca se alcanza.

    Las llamadas “fallas” de mercado dependen de una concepción de “mercado perfecto” que es imposible y contradictoria con la naturaleza misma del mercado real compuesto por individuos que poseen conocimiento limitado y que actúan en un contexto de incertidumbre y condiciones cambiantes. Se supone que el mercado “falla” cuando no hay competencia perfecta, o en los casos de externalidades, bienes públicos (por la presencia de free riders), información asimétrica, o la dependencia de camino. Es frecuente que diversos economistas propongan frente a estas “fallas” la intervención del estado, sin tener en cuenta los problemas que generan sus propuestas.

    2. Temas destacados

    Me llamó la atención el contraste entre los temas tratados en ambos capítulos. En el primero se explica la teoría del proceso de mercado como orden espontáneo y la mano invisible que conduce el interés personal al servicio de los demás, pero en el segundo se pasa revista a opiniones de varios economistas que parecen haber olvidado el abc de la teoría económica y creen en la necesidad de intervención estatal en casi todos los ámbitos del mercado. Mientras en el primer capítulo se explica el papel central de la propiedad privada y las instituciones, en el segundo se aprecia cómo los teóricos de las “fallas del mercado” proponen diversos tipos de intervención y regulación que debilitan seriamente los fundamentos de un mercado dinámico y competitivo. Por un momento pareciera que están dedicados a buscar cualquier justificación para reemplazar las decisiones libres de las personas por el control burocrático de la sociedad. Llama la atención el supuesto, tal vez inconsciente, de todos estos planificadores que consideran que su preferencia coincide con el bien de la sociedad.

    3. Preguntas

    a) A propósito de los impannatori y el florecimiento de empresas pequeñas y medianas: ¿es posible que el proceso de mercado tienda en realidad a favorecer este tipo de empresas y que las grandes corporaciones sean en su mayoría “competitivas” debido al intervencionismo estatal, exceso de regulaciones, proteccionismo, etc.?

    b) Se dice que la competencia en el mercado no es eliminativa porque en el mercado todos ganan, pero también es cierto que un productor podría preferir que su competidor salga del mercado para que se incremente la demanda de sus productos. Entonces, ¿no es el mercado un sistema que incentiva la eliminación del competidor y por lo tanto tiende a eliminar la competencia?

    c) ¿A qué se debe que tantos economistas que se ocupan de políticas públicas parezcan haber olvidado la función de los precios y de los derechos de propiedad como factores fundamentales para la coordinación social y el desarrollo sustentable?

  14. 1.- Resumen del Contenido de la lectura:
    Los mercados funcionan en un marco institucional que se ha desarrollado espontáneamente a través de la acciones de los individuos. La división del trabajo ha posibilitado el crecimiento económico de la humanidad y su bienestar, el hombre ha caído en la cuenta de cooperación por conveniencia y la propiedad y los contratos se fueron desarrollando como columna vertebral de los esquemas de cooperación. así, todos los beneficios que gozamos en estos tiempos son el resultado de la coordinación de millones de personas que actúan con información dispersa y representada en los precios. Para que estos mecanismos funcionen con eficiencia es necesario un grupo de normas que los incentiven y protejan. La teoría económica se ha esforzado por establecer los límites de ese mecanismo llamado mercado, aduciendo fallas que demandarían intervención estatal, tal vez sin percatarse que tales fallas se deben a una intervención anterior. Así también han establecido un modelo nirvana para contrastarlo con la realidad. Ese análisis pasa por alto que los bienes públicos tienen cierta subjetividad y pueden ser provistos por el mercado, las externalidades son factibles de solución en la medida de los costos de transacción y el mercado desarrolla alternativas para superar la información asimétrica y el modelo de competencia perfecta desnaturaliza toda la esencia de lo que se pretenden analizar.
    2. Temas novedosos; aquellos temas que no conociera o si lo fueran, aquellos que considero más importantes:
    Que las instituciones son anteriores a la existencia humana, que los hombres han vivido siempre en grupos. Que la propiedad tiene un origen inherente al humano y que incluso alcanza a los animales. Me parece también importante resaltar que “la sociedad” emana literalmente de los intercambios de los hombres pues al concretarse un intercambio los hombres se han convertido en “socios” y que las normas que permitan ese intercambio fluido determinan el desarrollo y la expansión de esos intercambios. Así, la división del trabajo, la subjetividad y el orden espontaneo son las ideas fundamentales para entender la economía. Y la planificación económica compete a los individuos que tienen la información necesaria no disponible para otros para tomar las decisiones más acertadas en función de sus intereses.
    3. Tres preguntas que haría al autor:
    ¿Es la economía institucional el complemento de la Escuela Austriaca y su integración al mainstream económico?
    ¿Qué características tiene el conocimiento que no está disponible para que la planificación de la economía funcione?
    ¿Por qué tenemos tan pocas o ninguna experiencia de sociedades sin Estado?

  15. El capítulo 1 analiza la importancia de los mercados, como el espacio (no necesariamente físico) donde se satisfacen las necesidades de forma pacífica, a través de la especialización y la división del trabajo inmersos en los intercambios. La lectura plantea que para entender este proceso de mercado son imprescindibles los avances de la ciencia económica, que nos ayudan a comprender como las personas toman sus decisiones. Estos son: el individualismo metodológico, la subjetividad del valor y el orden espontaneo.
    Añade que evidentemente estos mercados no funcionan en un “vacío”, sino que necesitan un conjunto de normas que nos ayudan a coordinar los planes de todos. Reglas de juego como el respeto a la propiedad privada, la libertad contractual y el cumplimiento de los contratos y una moneda estable, una justicia independiente, seguridad jurídica que propicie la función empresarial, un mercado de capitales eficiente y competencia que incite a la eficiencia.
    El capítulo 2 aborda el problema de alcanzar el ideal Óptimo de Pareto, un estado de equilibrio que por supuesto -dada las condiciones dinámicas de los mercados- no es posible alcanzar y se piensa entonces que los mercados fallan. En virtud de esto se clama que los Estados intervengan para solucionar los problemas de una competencia “perfecta” que no es posible lograr, los bienes públicos deben ser provistos por los Estados ya que los privados no los pueden proveer y solucionar los problemas de las externalidades.
    Preguntas:
    ¿Cuáles han sido los caminos que han tomado las naciones para implementar cambios institucionales que les ha permitido crecer económicamente y mejorar su nivel de vida?
    ¿Debemos denominar a estas fallas de mercado? pues desde mi punto de vista son resultados, propios de un mercado imperfecto.
    ¿Ha sido la intervención del Estado la salida para resolver el “problema de la falla de mercado”?

  16. Resumen
    Desde antes de la creación de las grandes sociedades el humano ha tenido la necesidad de intercambiar con sus semejantes para poder satisfacer sus necesidades de supervivencia.

    Descubriendo que la cooperación es más ventajosa que la violencia se crearon los mercados, sitios donde el intercambio voluntario da a lugar al aprovechamiento de la división del trabajo.

    El mercado para que funcione necesita un orden espontáneo y de instituciones que coordinen los planes de los individuos y que en la medida de lo posible faciliten la satisfacción de las preferencias económicas de los individuos.

    Para satisfacer las necesidades de los individuos de manera exitosa se busca que el mercado tenga un equilibro, cosa que es una utopía ya que nadie posee información perfecta que le permita anticipar las necesidades de una población, debido a ello, el mercado siempre tendrá fallas.

    Temas novedosos
    Para saber si necesidades económicas están siendo llenadas un concepto a estudiar es el equilibrio es el Óptimo de Pareto, que es cuando los principales demandantes de un bien han alcanzado sus necesidades sin que esto provoque que empeore la situación de terceros.

    En los estudios económicos es muy importante recalcar que el mercado siempre tendrá fallas, entre ellas la competencia imperfecta, externalidades, información imperfecta y bienes públicos.

    Conocer las fallas del mercado es importante para conocer de antemano que un sistema planificador central no tiene posibilidad de resolver las necesidades de una población. Es más fácil que un mercado pueda ofrecer las soluciones a las necesidades económicas de una población por medio del fortalecimiento de las instituciones que coordinan los planes de los individuos.

    Preguntas
    ¿Cómo los empresarios de un país podrían generar bienes económicos a partir de las externalidades?

    ¿Qué es más importante para un mercado sano, una moneda estable o el Estado de Derecho?

    ¿Sería factible un sistema de justicia privado que se encargue de velar del cumplimiento de contratos y de la protección a la propiedad privada, sobre todo la propiedad intelectual?

  17. (Perdón por la demora)
    Los 2 capítulos leídos fueron sumamente interesantes y creo que fue correcta la decisión de hacernos leerlos a los dos para la misma clase ya que nos da una postura y contrapostura para pensar sobre ella.
    El mercado funciona gracias a un orden que se da de manera espontánea gracias a distintas características desarrolladas en «El Foro y El Bazar», así debe hacerse hincapié en la división del trabajo que, como destacó Adam Smith, es la razón de la riqueza de las naciones, y a medida que sean más los agentes participantes en esta división serán mayores las satisfacciones que podrán llevarse a cabo debido a las tareas que podrán cumplimentarse. Pero a su vez son necesarias otros requisitos para no desincentivar aquel orden espontáneo ya mencionado generando así desequilibrio, que son entre otros, los precios libres, sin intervención estatal ya que en ellos reside información de otra manera irreconocible, a su vez, además, una moneda estable que otorgue previsibilidad a la hora de hacer negocios e invertir, pero más que nada además,es imprescindible contar con reglas del juego claras, es decir, instituciones fuertes que generen confianza ya que de lo contrario jamás se realizarán inversiones.
    Luego se desarrolla el tema de las fallas del mercado pero asumiendo que existe una competencia perfecta, lo cual es falso y ciertamente imposible ya que de lo contrario, con conocimiento de todos los hechos, que sentido tendría competir? se haría directamente lo que satisfaga de manera completa a los consumidores, pero al no existir justamente esta competencia perfecta es el mercado el que se encarga de un proceso de mejoramiento mediante la competencia y, si deseamos ganar clientes, debemos mejorar necesariamente el producto, es decir, satisfacer mejor las necesidades.
    Teniendo en cuenta el funcionamiento del mercado, sus incentivos y las consecuencias de su mecanismo a la hora de satisfacer necesidades ¿Hasta qué punto es beneficioso el mercado? Es decir, ¿la competencia no puede a su vez convertirse en un incentivo para eliminar a los competidores del mercado o las instituciones son resguardo suficiente ante estas situaciones? Muchas veces es el mismo estado el que suele intervenir con medidas proteccionistas logradas mediante el lobby de empresas poderosas en busca de quitarse la competencia de encima, lo sería una muestra de ello.
    Teniendo en cuenta las importancia de la propiedad privada y buscando hasta dónde nos beneficiamos con ella ¿Podrán los títulos de propiedad salvar la deforestación del Amazonas, por ejemplo?
    Como ve el caso actual de la Argentina en dónde se ofrece un mediador estatal entre al empresa y el consumidor para evitar «abusos» por parte de la empresa? ¿En ese caso es el estado un obstáculo en el funcionamiento del mercado?

  18. La deforestación que ha tenido lugar en nuestros países ha sido producto de una «falla del mercado» o por el contrario el sistema de precios ha funcionado correctamente? La pregunta de alguna manera asume que la deforestación ha sido un «daño ambiental», es decir ha producido una externalidad negativa. Es correcto? o dado que es la reforestación la que captura más carbono, es preferible incentivar a esta? Además, si la deforestación ha sido en función de la producción de alimentos (carnicos y vegetales) cual sería el «punto de equilibrio» entre ambas externalidades, positivas y negativas, excluyendo el daño a la biodiversidad, que es dificilmente reparable, por lo menos en el corto plazo

  19. Creo que los conceptos que se incluyen en bienestar general son aquellos términos que serían beneficiosos para todos los miembros de una sociedad, como lo son la seguridad, la salud, la educación, etc. Rara vez se encontrará alguien que esté en contra de que una sociedad posea estos servicios, (aunque siempre existe una excepción a la regla) que hacen a la prosperidad de la masa de individuos.
    El bienestar general puede estar compuesto de un óptimo, y las fallas que podrían presentarse en este nivel deben ser resueltas indefectiblemente por el Estado o instituciones, ya que cada individuo no podría propiciarse por sí mismo seguridad o salud, o no podría hacerlo de la misma manera o con el mismo alcance con el que, una entidad dedicada exclusivamente a eso, podría.
    El mantenimiento en el óptimo es de milésimas de segundo, ya que el mercado cambia constantemente, y también lo hace la sociedad, aunque no tan rápido.
    Pero no debemos cerrarnos a la opción de la intervención del mercado por medio del Estado, porque podemos hallar otras soluciones también eficientes como las instituciones, donde la cooperación lo es todo y si aprendemos de nuestra historia, los grupos sobrevivientes son aquellos que se agruparon para cooperar entre si y vivieron durante generaciones.

  20. Conclusión que lei del Óptimo de Pareto es aquel punto de equilibrio en el que ninguno de los agentes económicos afectados puede mejorar su situación sin reducir el bienestar de cualquier otro agente.
    Por lo tanto, si un individuo que forme parte del sistema de distribución, producción y consumo puede mejorar su situación sin perjudicar a otro nos encontraremos en situaciones no óptimas, no justas ni equitativas.
    Cuando fue creado el Fondo Solidario en nuestro país se generó un perjuicio para otros contribuyentes, lo que no es justo ni óptimo desde el punto de vista de Pareto. Este no es sensible a los desequilibrios e injusticias en la asignación de recursos, conocidos como dotación inicial, sean estos factores, bienes o servicios, dado que una situación en la que se distribuyan 100 unidades de un bien para su consumo entre dos individuos permite obtener 100 óptimos distintos de Pareto con independencia de la justicia de tal asignación.
    Son considerados óptimos de Pareto tanto una distribución del tipo 10 a 0, como otra del tipo 5 a 5.

  21. Seguramente que los políticos no son ángeles y que no es el bien común su objetivo principal que motiva a alguien a incertar su vida a la política? La búsqueda de poder? Dinero? O tal vez ambas quizás sus motivaciones sean inimaginables porque todos somos egoístas y buscamos el bien personal.
    Ahora bien evidentemente lo que los motiva sólo lo alcanzarán a través de la política y para esto deberán ajustar sus políticas públicas a satisfacer las necesidades de la mayoría esa que necesitan para seguir siendo elegidos en los cargos públicos en el medio la puja de los otros poderes que intentan prevalecer sobre el político persiguiendo también sus intereses personales harán de que el funcionario no logre siempre satisfacer lo que sus votantes requieren y estará en el si traiciona o no ya que en esto se juega su papel en las futuras elecciones .

  22. Creo que el problema principal del bienestar general es su denominación, es la historicidad del mismo. Foucault en sus obras, deja ver entre líneas, que tanto el bien general como el derecho, que es legitimador del mismo, no son resultados de consensos, sino más bien de guerras, enfrentamientos o de discordia, porque no puede pensarse en un bienestar general sin pensar en las formas que el poder opera. El derecho o el óptimo de Pareto (poniéndolo como equivalente del bienestar general), están articulados por el poder, un poder egoísta y el cual persigue el bienestar individual.

  23. Claramente la economía ha avanzado más en cuanto a definir qué significa una “necesidad en conjunto”. Al menos han llegado a la definición del Óptimo de Pareto. Este punto se da cuando se cruzan las curvas de oferta y demanda y ya nadie puede mejorar su situación sin que se empeore la de otro. Se da cuando no se admite ninguna transacción más sin que una de las partes salga perdiendo. Aquí, el mercado estaría en equilibrio ya que hay superhábit del consumidor y también del oferente. Esto permitiría que el mercado esté en equilibrio y que se satisfagan las distintas necesidades. Pero en la realidad esto no se da.
    Algunos autores, como Hayek, creen que el equilibrio es imposible de alcanzar ya que el conocimiento es limitado; y el óptimo sólo podría alcanzarse con información perfecta. El conocimiento está disperso entre la gente y hay una falta de conocimiento imposible de resolver; aunque el mercado para aprovechar ese conocimiento limitado y disperso.
    Otros autores, mayoritarios, creen en la teoría de las fallas del mercado. Al no darse el mercado de competencia perfecta, se dan las distintas fallas. La primer falla es la competencia imperfecta, que se da con los monopolios, los duopolios, los oligopolios y la competencia monopolística. Hay una solución política para esta falla, y está dada por las regulaciones estatales de la competencia, pero como marca el texto, hay soluciones de tipo voluntarias también, que son las desregulación o la apertura de la competencia.
    Otra falla es la de las externalidades, otra la de los bienes públicos, otra la información asimétrica y otra la dependencia del camino. Todas ellas tienen soluciones en las políticas públicas y también soluciones de tipo voluntarias. Las más importantes, según mi criterio, son las externalidades. Estos son efectos hacia terceros de las acciones de los individuos en el mercado. Estos efectos pueden ser negativos (costos que se reciben de las acciones de otros) o positivos (beneficios que se reciben de las acciones de otros). Pigou propone que estas externalidades se resuelven a través de que el estado intervenga por medio de subsidios a las externalidades positivas y de impuestos a las negativas. Aunque Coase va a decir que mientras hayan derechos de propiedad bien definidos y bajos costos de transacción, las partes solucionarán las externalidades y el recurso va a ser asignado a su uso más valioso.

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