El alarmismo climático no sirve para tomar buenas decisiones, sólo para activistas políticos

No hay mejor forma de tratar de imponer una política pública que decir que si no se adopta sobreviene una catástrofe. Es lo que está sucediendo con el cambio climático y es lo que se trata en este artículo: Bradley, Robert L., “Climate Alarmism Reconsidered” (November 2004). Available at SSRN: https://ssrn.com/abstract=4338841

Bradley es del Institute for Energy Research y éste es el resumen:

“Los desafíos energéticos del agotamiento de los recursos, la seguridad del suministro y la contaminación se han abordado de manera efectiva mediante el espíritu empresarial del mercado, la tecnología y la regulación mesurada. El problema de sostenibilidad restante para la dependencia de la energía basada en el carbono es el cambio climático antropogénico o provocado por el hombre. El alarmismo climático reconsiderado demuestra cómo el balance de la evidencia respalda un efecto invernadero benigno y cómo el caso de las reducciones obligatorias de gases de efecto invernadero depende de suposiciones poco realistas.

La intervención del gobierno en nombre de la sustentabilidad energética es la principal amenaza para la sustentabilidad energética real y el suministro de energía asequible y confiable para las economías en crecimiento en todo el mundo. Las estructuras de libre mercado y la riqueza generada por los mercados ayudan a las comunidades a adaptarse mejor al cambio climático.

Este estudio multidisciplinario concluye que el alarmismo climático y su corolario, el activismo político, son injustificados y contraproducentes para el mundo desarrollado y, en particular, para los pobres energéticos del mundo.”

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