¿Cuando llegó el capitalismo y la Revolución Industrial, las mujeres se quedaron en su casa? Parece que no

¿El capitalismo discriminó a las mujeres y las dejó fuera del proceso productivo? Bueno, no parece que fuera así. En un reciente paper titulado “Reassessing women’s participation in entrepreneurial activities in the nineteenth century: A review of the literature”, por Sonia Baijot y Charlotte Le Chapelain de la Universidad de Lyon, tratan el tema: Document de Travail n° 2022 – 24: https://beta.u-strasbg.fr/WP/2022/2022-24.pdf

Así concluyen:

“La literatura revisionista sobre el emprendimiento femenino logra establecer la continuidad del emprendimiento femenino a lo largo de todo el siglo XIX. Ni la ideología de las esferas separadas, ni los cambios dramáticos en la organización económica desencadenados por la industrialización, ni la legislación restrictiva consagrada en toda Europa y más allá impidieron que las mujeres participaran en el mundo económico. Todavía quedan varios debates, por supuesto, especialmente sobre el tamaño de las empresas dirigidas por mujeres (¿sólo pequeñas empresas o también las más grandes?), sobre la importancia de las empresas familiares, sobre si el capitalismo mejoró o, por el contrario, comprometió la posición de las mujeres en economías occidentales, o sobre la forma de interpretar la concentración de mujeres en cierto tipo de empresas consideradas más “femeninas” (¿es esta concentración económica, marginación de facto o segregación social?). Sin embargo, y contrariamente al trabajo histórico anterior, este creciente cuerpo de literatura proporciona evidencia de que las mujeres en el siglo XIX no estaban confinadas a la vida doméstica y no eran solo proveedoras de mano de obra poco calificada. Ahora se acepta ampliamente que jugaron un papel importante en el gran desarrollo económico de la época, ocupando puestos clave, incluso como propietarios de negocios. Al declamar la necesidad de ampliar el concepto de emprendimiento para abarcar la complejidad de la vida económica, estudios recientes proponen además continuar con su trabajo de renovación de fuentes y métodos para comprender mejor las experiencias de las mujeres como empresarias. Varias fuentes, así como métodos, se han explorado aquí con respecto a los enfoques cualitativos o cuantitativos, pero otras fuentes o combinaciones de fuentes aún pueden ser relevantes. De hecho, aún quedan muchos caminos por explorar para enriquecer las reflexiones actuales sobre el espíritu empresarial femenino del siglo XIX. Por lo tanto, esta revisión de la literatura tuvo como objetivo proporcionar indicadores metodológicos para futuras investigaciones, cuyo propósito sería identificar con mayor claridad a las empresarias del siglo XIX y comprender mejor su comportamiento económico. Futuros estudios basados ​​en el tipo de fuentes aquí examinadas podrían centrarse, por ejemplo, en otras áreas geográficas, en las diferencias entre los comportamientos de la ciudad y el campo, en los aspectos puramente legales de las restricciones impuestas a las mujeres empresarias, o en las influencias culturales entre países.”

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