El senor Burns y los «ricos cretinos». Pero, ¿de dónde es que sacaron sus millonarias fortunas?

En la columna dominical Alter Eco que escribe Sebastián Campanario en La Nación, el domingo 5 de Julio considera el tema de los “ricos cretinos” o investigaciones que señalarían que los más ricos tienen conductas pocos “sociables”, para decirlo de alguna forma. Sin embargo, esas investigaciones, y el artículo de Campanario no plantean una cuestión de vital importancia, que señalaré más adelante: http://www.lanacion.com.ar/1807462-excelente-smithers-una-polemica-en-torno-del-senor-burns-y-los-ricos-cretinos-divide-a-los-economistas

Ahora, algunos párrafos sobre los malvados señores “Burns” de este planeta:

Burns

“En todos se recopiló abundante evidencia científica (de estudios de economía, psicología evolutiva, ciencias políticas y sociología) que apunta en la misma dirección: las personas extremadamente ricas tienden a tener un comportamiento más egoísta, menos cooperativo, con menos empatía y preocupación por el prójimo, y más aislado.”

En cuanto a las visiones políticas y económicas de la sociedad pareciera que ser “egoísta” o “menos cooperativo” significa tener opiniones cómo éstas:

“Entre los estudios académicos citados para sostener su hipótesis, destacan una encuesta realizada por la Fundación Russell Sage, donde se ven diferencias enormes entre las consideraciones de los más ricos en relación al resto de la población. Por ejemplo, sólo el 23% de las personas muy opulentas considera que el gobierno debería asegurar un estándar digno de vida a los desempleados, contra el 50% de la población general; un 33% de los primeros está a favor de reducir el gasto en seguridad social (contra un 10% del resto) y sólo el 29% de los millonarios piensa que defender los empleos de los estadounidenses debería ser una prioridad del gobierno, contra el 81% de la población a nivel general.”

En realidad esto podría ser interpretado como que cada grupo está defendiendo sus intereses. Unos rechazan la expropiación de sus ingresos y la transferencia a otros, y éstos esperan recibir esas transferencias y las apoyan. No estaría tan claro quienes son más éticos como parece dar a entender el artículo, e incluso podrían serlo los primeros, si han generado su riqueza honestamente y resisten la expropiación de la mayoría. Esta visión sesgada de quién promueve su propio interés y quien parece defender el ‘bienestar general’ aparece también en este párrafo:

“Otro estudio del psicólogo Paul Piff argumenta que «ser de clase alta aumenta las posibilidades de tener un comportamiento antiético». «Aunque tener dinero no hace a nadie necesariamente de ninguna manera, los ricos tienden más que el resto a priorizar sus propios intereses por encima del resto de la población», sostiene.”

Por último, el sesgo aparece respecto a quienes defienden qué políticas. Se cita a Thimoty Lee diciendo que favorecer al libre mercado no significa ser un cretino pero David Roberts responde que “la gran mayoría de quienes defienden un Estado más pequeño lo hacen porque construyen una ideología que justifica sus intereses (y se rodean de personas que piensan lo mismo) y no porque prioricen como consecuencia un bienestar social mejor para todos.”

O sea que, por definición, unos son los “malos” y persiguen sus propios intereses y moldean sus ideologías alrededor de éstos, y los otros son “buenos” que solamente piensan en el bienestar general y por alguna razón inexplicada no basan sus ideas en sus intereses personales.

En fin, pero ¿cuál es el punto central que no aparece en los estudios o en el artículo? El siguiente: nadie se pregunta cómo es que esas personas se hicieron ricas. Simplemente parten del hecho que lo son. Pero en un mercado abierto y competitivo, se hacen ricos los que brindan bienes y servicios que satisfacen las necesidades de los consumidores, y éstos premian dándoles su dinero. En un mercado competitivo es la gente la que hace rica a los millonarios y estos, necesariamente, tienen que haber “servido” a sus clientes.

O sea que ya hicieron su contribución al bienestar general, la riqueza es simplemente el resultado de esto. Las investigaciones y el artículo parten desde ese punto pero se olvidan de ver el proceso anterior. Y esa es la clave, en tanto y en cuanto hayan hecho sus millones sin privilegios.

 

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