Las recientes elecciones en Chile para elegir constituyentes dieron un resultado totalmente opuesto al que tuviera aquella donde se eligió a quienes luego redactaron un texto que fue mayoritariamente rechazado por los votantes chilenos. En aquella oportunidad resultaron electos candidatos de todo tipo de grupos de izquierda; ahora lo han sido principalmente de derecha. Libertad y Desarrollo analiza los resultados en artículo que se titula “ELECCIÓN DEL CONSEJO CONSTITUCIONAL: OFICIALISMO PIERDE CERCA DE UN MILLÓN DE VOTOS EN POCO MÁS DE UN AÑO”: https://lyd.org/wp-content/uploads/2023/05/TP-1591-ELECTORAL-CONSEJEROS-2023.pdf
Esto ha sido analizado ya por los medios, pero es interesante ver lo ocurrido en los llamados “pueblos originarios”. He aquí lo que dice:
“En esta elección debutó un nuevo sistema de elección para pueblos indígenas en el cuál no se estableció, a diferencia del anterior proceso, un número preestablecido de escaños, sino que estos se asignaron según la proporción de votos válidamente emitidos en el padrón indígena respecto al total de votos no indígenas. De esta forma, si esta proporción alcanzaba un valor igual o superior a 1,5%, la circunscripción nacional indígena elegía un escaño, el que se asignaba a la candidatura más votada. Si dicha proporción representaba un porcentaje igual o superior a 3,5%, la circunscripción nacional indígena elegía dos escaños en total y, de ahí en adelante, por cada vez que este porcentaje aumentaba en 2 puntos porcentuales, se elegía un escaño adicional.
Como los 306.439 votos que obtuvieron los candidatos de pueblos indígenas representaron sólo un 3,1% de los 9.795.930 votos obtenidos por el resto de los candidatos, se eligió a un solo escaño adicional al Consejo Constitucional.
El trasfondo de estos resultados tiene dos aristas. La primera es dar cuenta de lo absolutamente desproporcionado que fue la asignación de 17 escaños reservados para pueblos indígenas en el anterior proceso constitucional, recordando que seis de ellos fueron elegidos con menos de 2.500 votos.
La segunda es constatar que, teniendo la posibilidad de optar entre dos papeletas distintas (una para elegir candidaturas representantes de pueblos indígenas y otra de candidaturas a consejeros generales), sólo un 28% de los 1,3 millones de personas que conforman el padrón indígena2 prefirió votar en la papeleta reservada solo para ellos. Muy por debajo del 90% de participación demostrado por aquellas personas que solo podían votar por candidaturas generales.”