Elefantes, conflicto entre derechos

En La Nación Revista de este domingo, la nota de tapa comenta las actividades de Nicolás Davio, un veterinario argentino de 38 años que se fue a Kenia para salvar elefantes.

http://www.lanacion.com.ar/1669822-el-hombre-elefante
Comenta su experiencia y entre otras cosas dice:
«Los elefantes que nosotros atendimos habían sido todos lanceados. Les tiran de atrás y la lanza, generalmente con cianuro, les pega en el periné. O usan snare, que es como un aro de alambre que al pisarlo se va cerrando en sus patas y les va necrosando las falanges. Entonces se tumban y mueren. El 90% de los casos que tratamos no era por balas, sino por lanzas, flechas y alambres. Para sacarles el marfil, les echan un ácido que en 30 minutos les derrite las encías y permite arrancarles los incisivos -la forma correcta de referirse a sus mal llamados colmillos-. O se los cortan con una motosierra. El bicho puede estar todavía vivo, lo único indispensable es que esté de cubito, acostado. Es una muerte berreta y lenta. Se nota que son los nativos los que los matan. Odian a los elefantes, incluso a los chiquitos. Los ven simplemente como las bestias que les rompen los cultivos. Un bull, un macho grandote, en un noche puede acabar con una hectárea de maíz. El nativo pierde todo y el gobierno no lo indemniza. Es muy fácil usar ese odio a favor del ivory y del furtivismo. Por el marfil les dan dos mangos, pero se sacan de encima al animal. El problema es de seguridad, ni siquiera de veterinaria. El tráfico se nutre del conflicto entre personas y elefantes. A eso se le suma que el mercado necesita abastecerse de unos 15 mil ejemplares al año.»

Elefantes

Algo similar ocurre con los rinocerontes, también cubierto por una nota de la misma revista: http://www.lanacion.com.ar/1669826-el-cuerno-de-la-codicia

«Es feo, sucio y malo. No despierta la ternura del oso panda ni la admiración del tigre de Bengala. Sin embargo, el rinoceronte es hoy el animal más cruelmente perseguido y se encuentra en grave peligro de extinción. La razón es económica y falaz: se adjudica a su cuerno propiedades medicinales casi mágicas y por eso el kilo se cotiza 100.000 dólares, más que el oro y la cocaína. Si pensamos que el cuerno (se lo llama así, pero es en rigor una excrecencia de la piel) de un rinoceronte adulto puede pesar hasta siete kilos, el animal se convierte en un botín viviente de casi un millón de dólares. Lo paradójico es que el cuerno podría ser cortado sin matar al animal que, con el tiempo, regeneraría uno nuevo, y lo más triste es que ninguno de los beneficios a la salud están probados».

Y luego:

«Sudáfrica se encuentra en pleno debate sobre qué otras medidas tomar además de duras penas para los cazadores. Entre ellas está la idea de envenenar el cuerno de modo que sea inocuo para el animal, pero mortal para quien lo consuma. El inconveniente es que sólo los primeros meses el cuerno mostraría el color rojo producto del veneno, pero después el polvo y la tierra volverían a darle su aspecto habitual. Por otro lado hay objeciones éticas si se piensa que algunos cazadores venden el cuerno a enfermos de cáncer. Las leyes sudafricanas prohíben la comercialización del cuerno. Algunos legisladores proponen despenalizarlo y regular el mercado a través de la cría de rinocerontes en granjas y cortando los cuernos, sin matar obviamente al animal, o estableciendo cupos anuales para caza. La ley actual prohíbe el comercio de cuernos aun de los animales fallecidos por muerte natural, y así es como las reservas públicas y privadas deben enterrar los cuerpos en lugares secretos.»

En verdad, el conflicto no es entre hombres y elefantes sino un problema de derechos de propiedad, es decir, un problema «institucional», sobre lo cual hemos comentado ya mucho aquí. Lo que Davio muestra es que ningún agricultor está dispuesto a proteger a los elefantes, es más, son para él una gran molestia, y por eso los matan. Pero el marfil y el cuerno del rinoceronte tienen precios altísimos. ¿Qué pasa entonces que nadie quiere reproducer un recurso tan valioso? La respuesta es que no es posible porque no hay un derecho de propiedad sobre estos animales. No desaparecen las vacas o las ovejas, ¿cuál es la diferencia, la carne o la lana? Pues una diferente asignación de derecho de propiedad.

Esa solución que se estaría considerando en Sudáfrica podría multiplicar a estos animales, con el incentivo de obtener su marfil o su cuerno, de la misma forma que se multiplican las galllinas o las truchas en piscicultura, o los ciervos en los cotos privados de caza. Terry Anderson, del Hoover Institution y PERC, comenta una experiencia acá:

http://www.hoover.org/publications/defining-ideas/article/81076

 

18 pensamientos en “Elefantes, conflicto entre derechos

  1. Coincido en dos puntos: en primer lugar, claramente hay una razón económica, cada uno persigue su propio interés (lucrar); y en segundo lugar, tal como se expone, hay un problema de derecho de propiedad, dado que en estos casos ni los elefantes, ni los rinocerontes tienen dueño y por lo tanto quien quiera lucrar no tendrá problema alguno ya que nadie le puede indicar cómo debe usar su propiedad. Sino ¿cómo se explicaría, por ejemplo, que las vacas no sean maltratadas de la misma manera y no estén en peligro de extinción? Y esto es porque sí tienen derechos de propiedad, es decir, son dueños de alguien que se encargan de cuidarlas, alimentarlas para después sí también lucrar con ellas porque tienen tanto derecho como un interés de obtener los beneficios de ellas (leche, carne), y lo van a hacer a través de los intercambios. Por otro lado pienso que si los elefantes y los rinocerontes no son de nadie, son públicos, ¿eso da derecho a maltratarlos y que se encuentren en peligro de extinción? Saludos. Angelini, Josefina.

  2. Al leer el articulo, me resulta casi imposible poder situarme desde una perspectiva objetiva respecto a los beneficios que pueda llegar a tener tanto la persecución de elefantes como la de los rinocerontes, debido a que me opongo fuertemente a cualquier tipo de maltrato animal.
    Entiendo que la fauna pueda ser una fuente de recursos muy importante para las poblaciones, como el ganado vacuno u ovino, siempre y cuando se tomen las medidas necesarias y los procedimientos adecuados para evitar de la mayor forma posible el sufrimiento del animal y evitar aproximarse a la extinción de ciertas razas.
    Puede contradictorio porque en definitiva, tanto en el caso de las vacas como en los elefantes, terminan muertos, no es lo mismo alimentar a un animal y tomar recaudos para su cuidado para obtener un recurso sustentable que tener que dejar desangrar a un animal en peligro de extinción porque estorba el cultivo. Ya que el gobierno no lo indemniza a quien pierde sus recursos debería haber una política que regule esto; mas aun volviéndose tan habitual.
    Y esta mas que claro que no es lo mismo criar elefantes y rinocerontes que vacas o gallinas. Pero con el alto costo que se obtienen de sus cuernos y su marfil a lo mejor podrían implementar algún procedimiento para llevar a cabo la reproducción, evitar la extinción y por sobretodo, el mal trato animal.

  3. Hola Martin, el problema creo que puede ser llevado a un nivel mucho mas profundo y se que esto que voy a decir es un tanto controvertido, pero es en serio, jeje. La pregunta es si es genuino hablar de propiedad sobre seres cuasi-racionales o proto-racionales. Los Elefantes tienen auto-cognición (pasan el test psicológico del espejo), tienen lenguaje, hacen arte, comprenden muchos conceptos, cooperan, tienen normas de convivencia social, hacen luto ante sus familiares, etc. Y no solo los elefantes, en general varios mamíferos con ciertos rasgos existentes en la corteza cerebral. Por ende, la pregunta mas importante es si es válido hablar de propiedad o que podemos apropiarnos de ellos? O quizás lo moralmente correcto es permitirles tener un lugar donde puedan vivir como elefantes y ser dejados en paz y libertad. Estoy escribiendo un artículo sobre el tema que titulé Proto-derechos, tal vez llama la atención por allí, dejo el link, comentarios por supuesto son bienvenidos. https://www.researchgate.net/publication/260595074_Proto-rights_Carlos_Mndez__Working_paper_V_4A

    • Hola Carlos,
      Muy bueno tu comentario. No me animo a opinar mucho sobre temas que están más bien relacionados con la filosofía del derecho, pero me surge la pregunta de que finalmente, el derecho que puedan tener los elefantes es un derecho «humano», es decir, otorgado por seres humanos. Es decir, tal cosa como un «derecho» es fruto de la convivencia social de individuos racionales, ya que en algún momento asumen la contraparte de un derecho, la obligación de respetar el derecho de los demás.
      Los elefantes podrán tener normas de convivencia, pero, y esto va a sonar ridículo, no veo a un elefante argumentando en defense de su derecho, aunque podría defenderlo mediante su acción, por ejemplo amenazando con el uso de a violencia. Pero, como decía, todo derecho implica una responsabilidad, y si bien puedo imaginar a un elefante actuando en defensa de su derecho, no veo que exista una garantía de que respetará el mismo derecho de otros, entre ellos los humanos.
      El caso que se comenta en el post es uno en el que elefantes «violan» el derecho de propiedad de ciertos campesinos. Dejemos de lado por el momento a quienes los matan por el marfil. Obviamente, el elefante no es consciente de estar violando un derecho, entonces me surge la duda si puede ser «titular» de tales derechos.
      O, más bien, estamos hablando de otra cosa, de derechos que algunos humanos deciden otorgarle. En tu propuesta final hay una disposición de derecho de propiedad, una que establece que no se viole la vida de un elefante. Creo que eso es perfectamente factible en la actualidad con la vision presente de los derechos de propiedad «humanos». Esto es, un grupo de personas, una fundación, etc, pueden obtener la «propiedad» sobre los elefantes para dejarlos vivir tranquilos en un cierto entorno.
      Es lo que sucede en los parques, y sucedería más si se permitiera que organizaciones ambientalistas pudieran «poseer» elefantes para cuidarlos.

  4. Me resulta imposible pensar que por intereses economicos las personas puedan a llegar a cometer este tipo de actos de matar a estos animales indefensos de estos ,solo por el simple hecho de obtener algun tipo de ganancia , y ganando asi en la mayoria de los casos la extincion de los mismos.Estuve buscando informacion respecto al tema del negocio del marfil y en 1990 se puso en marcha en algunos paises de Africa la prohibicion del marfil obteniendo asi una disminucion de la caceria ilegal pero sin embargo en aquellos en donde las autoridades de manejo de la vida silvestre son subfinanciados economicamente la caceria sigue siendo un problema. Tanto en China como Filipinas es una actividad comercial centeneria y visible. Coincida con gonzalo de implementar procedimientos que corten con este tipo de matanza animal para lograr conservar esta especie y que no se sigan extinguiendo!

    • Hola Tamara, en verdad hay gente que hace eso, el tema que nos interesa discutir es: ¿cuál es el marco institucional de normas que permite evitar esto? ¿O cuál es el que aquellos que eso prefieren, puedan proteger, preserver y multiplicar a estos animales?

  5. Opino al igual que Andino Tamara, en que es una locura lo que está sucediendo y realmente me asusta saber hasta que punto llegan las personas por la famosa «ambición» y los intereses económicos. Yo también me he interiorado en el tema y encontré en noticias periodísticas actuales que China es hoy el principal mercado del marfil que activó la cacería de estos elefantes y que hay grupos como el somalí al-Shabaab que se financian con este tipo de comercio. Esto generó que líderes mundiales a fines del mes de Febrero del corriente año se reunieran para prohibir de manera absoluta y rápida el tráfico de marfil mediante la Declaración de Londres firmada por 41 países. En esta declaración participan países como Tanzania, Gabón, Kenya, el Reino Unido, Alemania, China y Estados Unidos. Todos se comprometieron a endurecer la legislación contra esto, lo que llamaron «un crimen serio», y se sumó el respaldo del presidente Barack Obama quien elevó el tráfico ilegal de marfil como tema prioritario para una docena de agencias federales.
    También encontré cifras oficiales de la Liga de Acción por los Elefantes (EAL) realmente aterradoras ya que establecieron que hacia los 1600 los elefantes desaparecieron del norte de África. Luego a comienzos del siglo XIX su población se estimaba en 27 millones, de los que quedaban 5 millones al despuntar el siglo XXI. En 1981 había cerca de 1.300.000 y hoy se calcula que viven menos de 420.000.
    En conclusión y luego de exponer estos datos que encontré, los cuales me resultaron importantes al abordar el tema, opino desde mi punto de vista que esto debería dejar de suceder urgentemente y deberíamos preservar esta especie hermosa de animales.

  6. El conflicto mayor pareceria la incertidumbre de quien debe ocuparse de ello, de alguna nstitucion que regule especificamente tales atrocidades y a la vez que si bien pueden existir algunas, tampoco pareceria que funcionan efectivamente los controles a fin de evitar hechos asi, amen de la cultura de cada pais con sus necesidades y los modos y formas.
    Asi como este caso desgarrador de trato a los elefantes, la cruenta captaciòn que se realiza de los delfines,para los acuarios y lugares de enrtretenimiento en todo el mundo y que luego promocionan libremente su exposicion.
    Para el caso de las especies, de las instituciones, de un marco tendiente a la proteccion biologica, es sabido que como sucede tambien por ejemplo en el sur de nuestro pais, se acercan de otros muchos lugares del mundo con barcos pesqueros hasta donde el limite permitido pero logran transgredir el margen con artimañas de captaciòn del cardumen sin ue ellos sobrepasen dicha linea, siendo a traves de luz atraidas algunas especies hasta sus redes; entonces aqui surge inevitablemente la frase de los limites, de los intereses contrapuestos, de los valores diferentes, del respeto a las instituciones o no, contradicciones de la especie humanaque conformamos.

  7. Leyendo el articulo pienso que el punto central del texto para realizar la reflexión no es en sí la muerte indiscriminada de los elefantes o los rinocerontes (aunque se puede tocar el tema) el núcleo del debate recae en el derecho de propiedad sobre los mismos. Está de mas decir que comparto la idea de regular o plasmar en una ley el tráfico prohibido del marfil como así también del mal llamado cuerno del rinoceronte ya que esto podría provocar la extinción de estas especies, lo principal es como se podría encuadrar el derecho de propiedad sobre estos animales y yo creo que debería estar permitida la venta del marfil pero siempre poniendo como principal protección la vida del animal, sin llegar a matarlo o como dije anteriormente sin provocar la extinción de la especie. Como bien dice en el texto y es un claro ejemplo similar o mejor dicho paralelo podemos hablar de la pesca que es una actividad regulada y permitida donde también se recoge un recurso natural vivo (peces) que están en los mares, lógicamente mueren para utilizarlo como alimento pero que es importante tener en cuenta que coexiste junto con esto muchos casos de pesca indiscriminada y descontrolada que sí se debe penalizar, es importante recordar que los peces y elefantes tienen períodos de reproducción ya sean naturales o inducidos totalmente diferentes (los primeros en periodos cortos y los segundos muchos mas extensos) por lo cual son casos similares pero no idénticos auqnue de todas formas creo que sirve como ejemplo clarificador. Creo que el derecho de propiedad sobre los elefantes y rinocerontes se debe completar con leyes en materia económica o comercial que permita realizar la extracción de los cuernos o el marfil pero sin necesidad de matar al animal o proveer de métodos para evitar el dolor o sufrimiento.

  8. Hola, el texto permite realizar varios enfoques en relación al derecho de propiedad y a su vez analizar tanto la perspectiva de como los animales, como también lo es la cosecha de los nativos, se convirtieron en un recurso escaso y a su vez como deviene de ellos una necesidad para satisfacer.
    En relación al derecho de propiedad, en referencia a la cuestión de los elefantes, se manifiesta claramente en los plantíos de los nativos. Donde ellos tiene el dominio no solo sobre las hectáreas sino sobre lo que producen sobre ellas, entendiendo de esta manera que frente a una inacción por parte de su Estado para hacer valer de la mejor manera el derecho de propiedad en referencia a la cuestión de los elefantes, son ellos mismos los que por medio de acciones extremas, según mi consideración, intentar hacer prevalecer su derecho a propiedad. Por medio de esa protección, convertida en una agresión desgarradora, lo que buscan es la posibilidad de generar un recurso escaso, que es la cosecha, para así poder posteriormente intentar apalear una de las necesidades que consideren pertinentes.
    La cuestión que surge, es que el Estado no considera la existencia de una necesidad en relación a los elefantes y como de ello surge, no solo la laceración los derechos de los animales, sino que a su vez afecta el derecho de propiedad que tienen los nativos. Por ello entiendo que al no considerarlo una necesidad no designara recursos a dicha situación. Surgiendo a mi entender que para el Estado no se produce ninguna violación del derecho de propiedad de sus nativos, cuestión que no comparto porque si bien son animales salvajes, el Estado es garante de los derechos de las personas que lo conforman, por ello esa falta de asignación de recursos a una necesidad (que el estado no considera) pero si es existencial para sus nativos, quedando demostrado que ellos utilizan sus recursos (metodologías barbáricas para exterminar a los elefantes) para intentar saciar su necesidad (que los elefantes no recorran sus campos). Quedando así demostrado dos perspectivas sobre una misma situación y como surge la subjetividad en relación a lo que son las necesidades y los recursos en relación a las primeras, donde para unos, los nativos, existe una necesidad y para otro, el Estado, pareciera que no la hay.
    En la situación de los rinocerontes, si bien en el Estado existe un marco jurídico que regula la situación de dichos animales, demostrando que hay una necesidad por cubrir por parte del Estado, pero que la asignación de recursos para lograrlos es insuficiente o al menos ineficaz.
    La cuestión del derecho de propiedad en ambos casos queda en manifiesto surgiendo de ello privado y lo público. En la cuestión de los elefantes, se expone el derecho a propiedad sobre bienes privados (campos, cosecha, etc.) por parte de los nativos. A su vez surge la cuestión de los animales en ambos casos donde al estar en ambas situaciones en estado salvaje, no le pertenecen a ningún privado ergo no existiría un derecho de propiedad privado sobre ellos, pero si se los puede considerar bienes públicos debido que se encuentra dentro de las extensiones de sus respectivos Estados, conformando de esta manera recursos para ellos. En mi consideración se tendría que poder aplicar el marco normativo correspondiente a salvaguardar el derecho a la propiedad que les correspondería a los Estados como también el de los nativos.
    Para ello se debe determinar el grado de necesidad que los Estados consideran oportuno para solucionarlos y de esta manera asignar recursos para ello. En el caso de los rinocerontes, se puede ver en manifiesto que para el Estado hay una necesidad y que si bien el enfoque actual es ineficiente, busca dar una perspectiva distinta al permitir la crianza de los animales para así explotar un recurso escaso de manera controlada sin poner en riesgo a los animales. Dándole un carácter de bien privado a los animales, conformando un derecho de propiedad para sus productores los cuales debieran actuar de la misma manera que aquellos productores de ganado en referencia al cuidado y su respectiva explotación.
    A su vez en la cuestión de los elefantes, la inacción del Estado demuestra una desidia en referencia al cuidado y regulación de la situación pública (el maltrato de los animales) como a su vez que la prevalencia de los derechos de propiedad en esta situación quede en manos de los propios privados (nativos).

  9. Sostengo que el eje central pasa por dos puntos: uno es el derecho de propiedad de los elefantes y el otro es la sustentabilidad del recurso de la agricultura, en el marco de la escasez de los recursos. Los pobladores poseen necesidades primeras insatisfechas, y ven afectados sus intereses con los ataques de los animales, que desde ya no son racionales. Los campesinos actúan como «free riders», intercambian el marfil extraído del animal a cambio de dinero, la necesidad es subjetiva por satisfacción en preferencias reveladas. Ahora bien, con las estadísticas a mano, es de suponer que el peligro de extinción es latente. Creo que una solución viable al eje central de la cuestión sería como lo señala el Prof. Krause, otorgarle el derecho de propiedad a organizaciones, que se ocupen de los elefantes.

  10. Luego de haber leido el artículo pienso que existen dos temas centrales: por un lado el derecho de propiedad respecto de los elefantes y rinocerontes , y por otro el daño que provocan esos animales a los cultivos de los nativos.
    Respecto del derecho de propiedad sostengo que debería existir una ley NO prohibiendo la comercialización del marfil sino su tráfico indiscriminado , y debiendo tener dicha ley como eje central la protección de la vida del animal, evitando asi la extinción de la especie (tanto de elefantes como rinocerontes).
    Sobre el daño que provocan a los cultivos creo que es algo evitable , debiendose crear un ambito en el que los elefantes puedan desarrollarse libremente sin destruir nada. Si bien es cierto que para los nativos el cultivo es indispensable mas teniendo en cuenta el nivel de probeza de kenia , ésto no justifica la forma cruel en que matan a la especie.

  11. Me parecio muy interesante esta nota, sabia de la comercializacion del marfil, pero no del odio que les tienen a los elefantes, aunque claro, sabiendo como se los quitan y sabiendo lo poco que les importa la vida del pobre animal me resulta extraño como no me di cuenta antes, pero la verdad no podria imaginarme la causa de tal odio. Me resulta curioso en cuanto a los rinocerontes que supuestamente su cuerno tiene tanto valor economico como una caza indiscriminada de ellos llevaria a acabar con «la gallina de los huevos de oro», me parece fundamental una legislacion en ambos casos, tanto por el aspecto economico como tambien asi para proteger la vida de esas especies tan explotadas y maltratadas. Y encontrar tecnicas que permitan hallar la forma de hacerse de esos cuernos o colmillos, lograr el cometido economico, pero evitar tambien la desaparicion y sufrimiento de esos animales. Imagino que es un cambio arduo, porque implica no solo legislar, sino ubicar, en el caso de los elefantes, en lugares donde no perjudiquen a los hombres (con lo injusto que puede sonar pensar en «perjudicar» la «libertad» del elefante a cambio de la «comodidad» y en beneficio del hombre), es un cambio de pensamiento, de actividad, de cultura imagino. Sera buscar el equilibrio para una convivencia en paz, como termina siendo siempre todo lo que implique vivir en sociedad, ya se con personas o con animales.

  12. Coincido completamente en que ninguno esta dispuesto efectivamente a proteger a estos animales en lo absoluto. Más bien yo creo que la sociedad, el mercado, el Estado, y los individuos en general, han avanzado lo suficiente como para solucionar una problemática tal como esta. Me pongo del lado Ético-Moral. No tolero en la absoluto la frialdad con la que actúan muchos, ni el sufrimiento del animal. Aquí ya la cuestión va más allá, es bastante más profunda que mi pensamiento sensibilizado sobre los animales, y eso se debe a que la valoración de un Elefante por ejemplo en nuestra sociedad, no es igual al de la sociedad africana. Aquellos, detonan más , insensibilidad, despego. Y no caben dudas de gran parte de nosotros, enredando los conceptos, lo vemos como algo “inhumano”.
    Concuerdo con lo que Carlos Méndez comentó: los Elefantes y mayoría de los mamíferos tienen auto-cognición, y demás rasgos distintivos de razonamiento. Acaso, ¿pretende la sociedad africana que sean los Elefantes quienes entiendan que violan el Derecho de propiedad de los nativos? Entiendo que como sociedad organizada, avanzada, futurista, con gran tendencia ambientalista si se quiere, deberían de crearse ciertas instituciones/organismos, que cubran este tipo de controversias brindándoles, por ejemplo, un espacio donde el animal pueda estar sin perjudicar a nadie, y hasta perteneciéndoles, viendo que normativa aplicarles para una regularización específica, viendo cual es la tendencia que toman, si la de preservar al animal, multiplicarlo, o simplemente adquirir sobre ellos un Derecho de propiedad.
    A modo de conclusión, creo que África deberá aplicar mucho más que un debate sobre Derechos, y sobre penas…. Endureciendo las penas a los cazadores, se llegaría a algún sitio? A mi criterio no, más bien creo que solo haría encarecer aún más lo que se comercializa, haciendo así, una demanda tal vez, algo más pretencioso, más valioso, inestimable por su esfuerzo en conseguirla. Opino que deberán de establecer la diferencia de asignación del Derecho de propiedad para solucionar esta controversia.

  13. Luego de leer el articulo y complementándolo con alguno de los temas mencionados en clase llego a la conclusión de que cuando un bien económico se vuelve escaso y existe libre acceso a el (en el caso de la publicación el bien en cuestion seria el marfil obtenido de los elefantes y rinocerontes) surge como posible solución para evitar su extinción la de asignar derechos de propiedad que restrinjan el acceso al mismo y tiendan a capitalizar el recurso. Esta situación permitiría, a mi entender, que quien ostente su titularidad posea un incentivo para reponerlo, evitando así su pronta y rápida extinción.
    La actual situación de los mencionados animales demuestra que la prohibición sobre la comercialización de los mismos no ha provocado la disminución de su cruel matanza, por el contrario, solo provoco el surgimiento de un mercado en negro. Como bien se expone en la nota, para los nativos los elefantes son animales destructivos, por lo que cuando estos acechan sus plantaciones, antes que perder su sustento económico prefieren «colaborar» con los cazadores furtivos. Por ello, creo seria importante que las autoridades de los lugares afectados por esta cuestión, desarrollen programas que den a conocer el valor de mantener con vida a elefantes y rinocerontes y eso se lograría otorgándoles a determinados organismos derechos de propiedad sobre aquellos para que de esta forman puedan garantizarles una protección real.

  14. Además de prohibir su caza ¿Porque no implementar una regulación que exija a los propios agricultores contratar un seguro mensual que brinde el propio Estado, para cuando los cultivos sean atacados por los elefantes y estos puedan recuperar lo perdido?
    Además de crear una fuente de trabajo, pueden crear también una patrulla de protección de cultivos que recorra los campos donde se encuentran los alimentos de agrado de los elefantes o por los caminos que ellos anteriormente han realizado y realizan cada año, en donde hoy se encuentra los pueblos, sería un medio para prevenir la caza y matanza de estos animales.

  15. En el mundo en el que vivimos, cuando un bien económico se vuelve escaso y existe libre acceso a él surgen leyes o derechos de propiedad, individuales o colectivos, que restringen el acceso al mismo, dando lugar a dos posibles soluciones: la asignación de derechos de propiedad, y la gestión pública del recurso.

    Si se otorgan derechos de propiedad se tiende a capitalizar el recurso, ya que es el capital el que proporciona bienes tan necesarios como el alimento. En el primer instante en el que se hace escaso es más fácil reconocer la quién corresponden los derechos de propiedad, ya que existe una tradición o costumbre en la que basarse y que es conocida por todos.
    En contraste, el término “propiedad común” implica que existen normas y reglamentos relativos a los derechos de acceso y uso de los tipos “comunes”. Esta distinción es importante porque algunos de los programas existentes hoy en África han dado a las tribus los derechos de propiedad para la vida silvestre conocidos como “bien común”.
    Los problemas que se presentan con la gestion publica del recurso es:
    • La corrupción. Dado el elevado valor de estos bienes escasos y los sueldos tan bajos que recibe el personal eresponsable de su gestión, con frecuencia se dan casos de favoritismo a la hora de decidir quién puede acceder primero a dicho bien.
    • El tipo de decisión que se tomará a la hora de impedir o limitar su uso, será muy diferente al que se produce con derechos de propiedad debido a la reducida o nula implicación y motivación del personal responsable, al no recibir beneficios del mismo, ni correr con los gastos que supone mantenerlo el gasto tiende a ser muy elevado.
    • Como no surge un precio de mercado establecido, hay que decidir qué tipo de racionamiento se llevará a cabo. Debida a la escasa implicación de la población con dicho recurso, nadie se atreve a elegir el racionamiento más adecuado, por lo que la posibilidad de error aumenta muchísimo y con él el coste social.
    Los humanos han adiestrado a los elefantes para trabajar en tareas agrícolas, tala de árboles, caza, guerras y ceremonias. Su supervivencia está amenazada, sobre todo en África, donde son exterminados para obtener sus colmillos de marfil.
    Los colmillos de elefante son de una sustancia blanca muy resistente llamada marfil. A lo largo de la historia, ha sido muy apreciado para al fabricación de herramientas, ornamentos, armas y tallas decorativas y, aún hoy, a pesar de las leyes de protección de la naturaleza, muchos elefantes mueren a manos de los cazadores furtivos.
    África es uno de los continentes del planeta con la mayor tasa de crecimiento de población humana. Del 80 al 90% de la población africana vive en las zonas rurales de comunidades agrarias. La capacidad de carga del desierto de África ya está en su límite capacidad, por lo que la vida en la sabana se está convirtiendo en una lucha casi a diario entre el hombre y la bestia por los cada vez más escasos recursos. Los elefantes son animales destructivos, por lo que la primera reacción de un granjero cuando ve a un elefante acechando su plantación es ir a por una escopeta, ya que en el pasado, los elefantes africanos se han visto como las plagas, pisotean las cosechas, destruyen bienes y, en ocasiones, han matado a alguna persona. Así que cuando se acercan cazadores furtivos los aldeanos están encantados de cooperar con ellos, a menos que sepan que el elefante pueda aportarles algún beneficio económico.
    Los países con mayor disminución de las poblaciones de elefantes tienen tres veces más huelgas, el doble de crisis y casi el doble de los cambios de régimen de estado. Estas comparaciones indican que los elefantes son más amenazados cuando la la seguridad de los derechos de propiedad también lo está.
    El elefante africano está en peligro de extinción, muchas de las matriarcas que guiaban la manada han sido asesinadas, dejando a muchas manadas sin un líder que les guíe o muestre el camino en épocas de hambre o sequía. Esto ha llevado al menos a dos diferentes estrategias: la prohibición de la venta de marfil y la asignación de derechos de propiedad a los locales africanos.
    Esto último ha mejorado la protección de los elefantes, ya que compensan a los habitantes de la localidad los daños que en ocasiones provocan los elefantes. Varios de los países del sur de África han demostrado que pueden utilizar de forma sostenible sus elefantes, empleando el dinero que obtienen de la venta del marfil de ejemplares sacrificados para proteger mejor a la vida salvaje.
    Puesto que la inestabilidad política es otro factor a tener en cuenta en la disminución de poblaciones de elefantes, es imprescindible el aumento de la estabilidad política junto con la creación de derechos de propiedad.

Responder a Laura Córdoba Cancelar respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *