Franco Martín López me hace el honor de citar en su trabajo final para la materia Planeamiento Territorial y Urbano II, junto con Berenice Blanco, mi artículo en La Nación sobre la privatización de la Villa 31: http://www.lanacion.com.ar/1156361-se-puede-privatizar-la-villa-31
Ellos son futuros arquitectos, y ven el tema desde una perspectiva que no puedo ofrecer, pero se diferencian de una visión común en todas las propuestas de solución de las villas: todos tienen en mente lo que creen es la mejor planificación del tejido urbano, no como se ha desarrollado hasta aquí. Esto concluyen los autores en relación al “Barrio de la Sexta”, en la ciudad de Rosario:
“Las aproximaciones convencionales del planeamiento hacia las villas y la remoción de villas son generalmente paternalistas. Para superar al problema de las villas, debemos entender a sus habitantes como personas capaces de entender y actuar en base a su propio interés, alejándonos de los intentos actuales de regentear a las personas. (Jacobs 1961, 270) En este sentido, el ordenamiento físico del espacio urbano y del asentamiento juega un rol fundamental que debe dejarse en manos de los propios vecinos.
Las desventajas de los asentamientos irregulares no son inherentes al propio sistema urbano. Su geometría orgánica es perfectamente sana, sin embargo, es precisamente ese aspecto el que es rechazado con vehemencia. Simplemente no encaja en la imagen estereotipada (y científicamente anticuada) de lo que es un tejido urbano progresista y a lo que debería parecerse – aseado, liso, rectangular, modular y estéril. La geometría orgánica de una favela está vinculada con el acto ilegal de ocupación y con una anarquía generalizada. La geometría en sí representa «un enemigo para el progreso» para una administración. No podemos construir tejido urbano vivo hasta que lleguemos más allá de lo que depara el prejuicio. La favela tiene un mecanismo de auto-sanación ausente en la mayoría de los planes sociales de vivienda realizados de manera verticalista. Irónicamente, la geometría orgánica de la favela está típicamente en contradicción con los imperativos de un Estado moderno dado su interés en dar respuesta a los problemas sociales de una manera que se controle adecuadamente. Parte de ese interés en el control tiene que ver con un interés literal en el tipo de orden administrativo racional que está ligado al control social. Sin embargo, gran parte de ella puede reflejar bien la necesidad del Estado para legitimar sus intervenciones al demostrar su racionalidad, o su necesidad de mantener los rituales burocráticos de la rendición de cuentas en el reparto de los recursos públicos, así como también podría ser una preocupación reformista sincera para elevar el nivel de vida de los pobres de una manera que sea a la vez eficiente y justa, motivada por principios democráticos. (Salingaros, y otros 2006)
Como explica Salingaros, ¨Una geometría ordenada da la impresión de control de inversiones en la entidad que construye. Si esto es intencional (para mostrar la autoridad del Estado) o subconsciente (copiando imágenes de libros de arquitectura), los gobiernos y las organizaciones no gubernamentales prefieren ver una expresión de su propia «racionalidad» a través de tales construcciones. (…) Los asentamientos ilegales morfológicamente complejos están generalmente fuera del control del gobierno. Una forma de afirmar el control es mover a sus residentes a las viviendas construidas por el gobierno.¨ (Salingaros, y otros 2006)
Para construir un proyecto de vivienda de manera más eficiente, la entidad que dirige quiere tener el máximo control sobre el proceso de la geometría y la construcción. Este requisito práctico significa que la participación del usuario es excluida. El problema consiste en que un casco urbano está compuesto por redes sociales complejas, y requiere de la morfología urbana adecuada de una red. Nunca es mono-funcional, y no es homogénea. No puede construirse de manera verticalista por el gobierno central. (Salingaros, y otros 2006)”.
Los trabajos completos están disponibles aquí: https://drive.google.com/file/d/0B_XO_2NbxLsRM0tmcmZmNkNWb00/view?usp=sharing
https://drive.google.com/file/d/0B_XO_2NbxLsRanZfWGxSd0xzWE0/view?usp=sharing
El Estado Paternalista en los asentamientos ilegales, es una obligación; ya que entiendo la libertad de su «autodeterminación» a la hora de la construcción; pero entendamos que las necesidades básicas y elementales, Derechos Humanos como lo son el acceso al agua, a la sanidad e incluso el acceso a una red de emergencias médicas; están ligadas a un manual de procedimientos que es común en el resto de la comunidad; el despliegue de un ramal de cloacas, de energia electrica y de agua potable no responden a caprichos estéticos ni a vicios arquitectonicos; sino que hacen su recorrido en pos de lograr el más eficientes de los tendidos; en el caso del agua se tienen en cuenta los niveles de los suelos; en el de la electricidad se contemplan los consumos, las cantidades de sub-estaciones transformadoras. O sea, me parece que es un error por un lado pretender la libertad absoluta al construir, y por el otro reclamar los servicios esenciales con inversiones que se elevan exponencialmente por el hecho de radicarse en sitios no previstos; y de postre hacerlo a «costo cero» ya que no se aporta ni en la instalación de los servicios, ni después en los cobros mensuales.
Estimado Franco Pierluca, Por un lado me gustaría agradecerte tu voluntad de participación en un debate intelectual de este tipo. Considero que tus comentarios cargan con una gran parte de verdad del problema urbano, los grandes costos que insume al estado la provisión de servicios. Si me lo permites, me gustaría proponer una visión alternativa para analizar el asunto, alejándonos un poco del foco del problema y mirando el conjunto de situaciones con mayor distancia. Por un lado, resulta conveniente analizar cuan distinto o “ineficiente” sería proveer servicios a esas tipologías urbanas. En el caso del asentamiento analizado, las calles principales (de cuadrícula ortogonal) se encuentran libres, por lo que no insumiría mayores costos que proveer servicios a cualquier barrio “formal’ de la ciudad. El problema de la eficiencia es un problema particular a analizar en cada caso, ya que depende de su forma exacta. Por otro lado, históricamente a lo largo del siglo XX el estado ha urbanizado los barrios de clase media y clase alta subsidiando las obras donde hacían falta, ajustándose a los requerimientos de la zona, alturas, lejanía, consumos, etc. (en algunos casos más recientes ha cobrado algún porcentaje del costo). Si de repente se decidiese evitar proveer los servicios para los asentamientos informales bajo requisitos de eficiencia, esto por lo menos resultaría injusto en términos de igualdad de trato ante el estado. Pero en definitiva, y es este el objetivo de gran parte de mis estudios, todos los argumentos expuestos por nosotros arrojan luz en una dirección que demuestra que, en términos generales, es la misma raíz estatal de monopolización de servicios e infraestructura urbana en manos del estado, la que origina estas dicotomías y conflictos urbanos. Quizás sea hora de alejarnos de la estructura paternalista del estado comandando las ciudades (que por lo menos en Argentina lo hace de manera ineficaz e ineficiente) para explorar alternativas de libre mercado donde miles de empresarios provean los servicios de distintas maneras: competencia sobre barrios abiertos, urbanización y provisión de servicios de barrios cerrados, nuevas opciones tecnológicas, etc. Si te interesa el asunto, te recomiendo un libro muy interesante al respecto llamado “Public Goods and Private Communities” de Fred Foldvary donde el autor analiza un poco las alternativas privadas a la provisión de servicios públicos. Solo a título de comentario, me gustaría agregar una última aclaración. El eje del trabajo parte de la posibilidad de titularización. A mi parecer, si se les entrega la titularización de los terrenos, el trabajo de integración ya se encuentra casi completado. Los mismos habitantes han encontrado sus propias formas para proveer servicios públicos de manera individual o mancomunada, y siguiendo las herramientas conceptuales del ensayo “Provisión de Bienes Públicos en la ausencia del Estado” de Krause, y las ideas del libro “El otro Sendero” de De Soto, tengo la intuición de que los mismos “informales” irán encontrando nuevas formas y sistemas para proveer servicios sin que sea necesario que el estado los provea. En esto soy muy abierto ya que creo que es difícil asegurar un resultado particular, pero mi confianza las herramientas del libre mercado y en la propiedad privada me hacen entender como positivo un proceso de simple titularización, incluso sin provisión de servicios. Saludos! – See more at: https://bazar.ufm.edu/hay-que-respetar-la-geometria-de-los-asentamientos-urbanos-planificarlos-es-paternalista/#comment-14967
Estimado Franco Pierluca,
Por un lado me gustaría agradecerte tu voluntad de participación en un debate intelectual de este tipo. Considero que tus comentarios cargan con una gran parte de verdad del problema urbano, los grandes costos que insume al estado la provisión de servicios. Si me lo permites, me gustaría proponer una visión alternativa para analizar el asunto, alejándonos un poco del foco del problema y mirando el conjunto de situaciones con mayor distancia.
Por un lado, resulta conveniente analizar cuan distinto o «ineficiente» sería proveer servicios a esas tipologías urbanas. En el caso del asentamiento analizado, las calles principales (de cuadrícula ortogonal) se encuentran libres, por lo que no insumiría mayores costos que proveer servicios a cualquier barrio «formal’ de la ciudad. El problema de la eficiencia es un problema particular a analizar en cada caso, ya que depende de su forma exacta.
Por otro lado, históricamente a lo largo del siglo XX el estado ha urbanizado los barrios de clase media y clase alta subsidiando las obras donde hacían falta, ajustándose a los requerimientos de la zona, alturas, lejanía, consumos, etc. (en algunos casos más recientes ha cobrado algún porcentaje del costo). Si de repente se decidiese evitar proveer los servicios para los asentamientos informales bajo requisitos de eficiencia, esto por lo menos resultaría injusto en términos de igualdad de trato ante el estado.
Pero en definitiva, y es este el objetivo de gran parte de mis estudios, todos los argumentos expuestos por nosotros arrojan luz en una dirección que demuestra que, en términos generales, es la misma raíz estatal de monopolización de servicios e infraestructura urbana en manos del estado, la que origina estas dicotomías y conflictos urbanos. Quizás sea hora de alejarnos de la estructura paternalista del estado comandando las ciudades (que por lo menos en Argentina lo hace de manera ineficaz e ineficiente) para explorar alternativas de libre mercado donde miles de empresarios provean los servicios de distintas maneras: competencia sobre barrios abiertos, urbanización y provisión de servicios de barrios cerrados, nuevas opciones tecnológicas, etc. Si te interesa el asunto, te recomiendo un libro muy interesante al respecto llamado «Public Goods and Private Communities» de Fred Foldvary donde el autor analiza un poco las alternativas privadas a la provisión de servicios públicos.
Solo a título de comentario, me gustaría agregar una última aclaración. El eje del trabajo parte de la posibilidad de titularización. A mi parecer, si se les entrega la titularización de los terrenos, el trabajo de integración ya se encuentra casi completado. Los mismos habitantes han encontrado sus propias formas para proveer servicios públicos de manera individual o mancomunada, y siguiendo las herramientas conceptuales del ensayo «Provisión de Bienes Públicos en la ausencia del Estado» de Krause, y las ideas del libro «El otro Sendero» de De Soto, tengo la intuición de que los mismos «informales» irán encontrando nuevas formas y sistemas para proveer servicios sin que sea necesario que el estado los provea. En esto soy muy abierto ya que creo que es difícil asegurar un resultado particular, pero mi confianza las herramientas del libre mercado y en la propiedad privada me hacen entender como positivo un proceso de simple titularización, incluso sin provisión de servicios.
Saludos!