Hume y Mises sobre la «no-neutralidad» del dinero, los precios relativos y el patrón-oro

Hume y Mises sobre un tema central para entender los efectos de las políticas monetarias y de la inflación. Me refiero a la “no-neutralidad” del dinero. Esto es, la emisión monetaria por sobre la demanda de dinero genera un aumento generalizado de los precios que llamamos inflación, pero lo cierto es que no todos los precios suben al mismo tiempo. Esto dicen al respecto los autores mencionados:

David Hume en “Of Money” (1752):

Hume

“Para considerar, entonces, este fenómeno, debemos considerar que aunque el alto precio de los bienes es una consecuencia necesaria del incremento del oro y la plata, no resulta en forma inmediata de este incremento: se requiere cierto tiempo antes que ese dinero circule por todo el reino, y haga sentir su efecto en todo el pueblo. AL principio no se siente ninguna alteración, los precios suben gradualmente, primero en un bien, luego en otro, hasta que todos alcanzan una justa proporción con la nueva cantidad de dinero en el reino. En mi opinión, es solo en este intervalo o situación intermedia, que el aumento de la cantidad de oro y plata es favorable a la industria. Cuando una cantidad de dinero es importada en una nación, no se distribuye entre muchas manos pero es confinada a los cofres de pocas personas, quienes en forma inmediata buscan usarlas en su beneficio.”

Ludwig von Mises en “The Gold Standard and its Opponents”(1931):

“Si todos los otros precious permancen más o menos estables mientras el precio de un bien, digamos el carbón, sube, esto significa una ventaja para los dueños de las minas de carbón. ¿Pero qué sucede si ese aumento es resultado de un aumento de la cantidad de dinero que eleva todos los precios? Si como consecuencia de esta inflación todos los precios subieran al mismo tiempo y todos los precios de todos los bienes y servicios se incrementaran proporcionalmente, no producirían ningún otro reajuste social –excepto por las desventajas para los acreedores y las ventajas para los deudores. Pero, sin embargo, como la teoría económica ha probado en forma irrefutable, los aumentos de precios no ocurren todos al mismo tiempo en la economía, ni suben en la misma proporción, definitivamente causan diversos efectos sociales. Los sectores que llevan al mercado bienes y servicios cuyos precios crecen al inicio del proceso ganan con los cambios en el poder adquisitivo del dinero. Por un cierto período, ellos venden a un precio mayor, y pueden comprar bienes y servicios para su propio uso a precios más bajos que se corresponden más con el poder adquisitivo del dinero antes de la inflación. Si la inflación es frenada, entonces los salarios y los precios de distintos bienes se emparejan en cierta medida. Pero las ganancias obtenidas y las pérdidas sufridas en el curso del proceso inflacionario nunca se recuperan.”

Y, para terminar, un comentario de Mises sobre el patrón-oro:

“El valor del dinero no es ‘estable’, por supuesto, bajo el patrón-oro. Pero, ‘valor estable’ es, después de todo un concepto vago e impreciso. Sólo en una economía estacionaria, en el sentido estricto en el cual todo es igual mañana y pasado mañana de lo que fue ayer y anteayer, tendría precios sin cambios y, por consiguiente, un dinero con poder adquisitivo estable. El logro del patrón-oro es que libera al poder adquisitivo del dinero de la unidad monetaria en mayor medida de los factores políticos que la influencian de lo que sería el caso bajo cualquier otro sistema monetario posible.”

4 pensamientos en “Hume y Mises sobre la «no-neutralidad» del dinero, los precios relativos y el patrón-oro

  1. Los efectos de “la no neutralidad del dinero”son una realidad en nuestro país. (Argentina)
    Dentro de los efectos que distingue a estos periodos donde algunos los precios suben más que otros es que se ve claramente lo que nos enseña Hayek sobre el conocimiento de las circunstancias particulares de tiempo y lugar, los individuos se manejan usando su información, los comerciantes venden solo lo que pueden reponer, la industria aumenta la producción de algunos productos y disminuye la producción de otros según los aumentos en sus insumos. Los proyectos de cualquier índole que sean, cambian, se adaptan o se paralizan. Así también los sindicatos exigen la recuperación del valor adquisitivo de los salarios.
    El sistema de precios es el que le permite a algunos individuos según su saber manejarse de la mejor manera que crean, en medio de un ciclo donde se produce una degradación y destrucción del intercambio de bienes entre las personas, afecta no solo la confianza entre las personas y sus gobiernos, sino entre personas, se destruyen vínculos forjados en la confianza mutua basada en el intercambio cotidiano, donde hay una transferencia injusta de recursos de un sector a otro, las instituciones se desdibujan y pierden el respeto de sus ciudadanos. El sector asalariado es estafado por el estado donde el fruto de su trabajo pierde valor día a día.
    Volviendo a Mises y la frase El logro del patrón-oro es que libera al poder adquisitivo del dinero de la unidad monetaria en mayor medida de los factores políticos que la influencian de lo que sería el caso bajo cualquier otro sistema monetario posible.”
    Como hacer para tener una política monetaria sana, sino no es el patrón oro el que libera, podrá ser la apertura económica al mundo mediante tratados internacionales de libre comercio, si hay apertura y se respetan las instituciones creadas por estos tratados, puede ser el camino. El poder adquisitivo va estar en la medida del mayor intercambio posible. Cuanto más intercambio más fácil será para los individuos, detectar los errores que distorsionan los mismos.

  2. En primer lugar, cabe hacer mención del “patrón-dólar”, además del oro, como medida de referencia de valor para las monedas mundiales. Este patrón se refiere a un acuerdo alcanzado en la Conferencia de Bretton Woods en 1944, debido a la posición significativamente ventajosa con la que quedó EEUU después de la Segunda Guerra Mundial permitiéndole dictar las reglas del juego e imponer el patrón-dólar en el nuevo orden económico mundial. Mediante esta nueva medida de referencia se da un valor fijo al dólar respecto al oro, y a las restantes monedas un valor fijo en dólares, las cuales, a su vez, son convertibles entre sí.
    Las operaciones basadas en el patrón-dólar pasaron a ser todas aquéllas realizadas donde la garantía de pago fuese el dólar. Anteriormente los billetes emitidos por el Banco Central de cada Estado valían por las reservas de oro que tenía el país.
    Esto nos lleva directamente a hacer un análisis de la relación existente en la cantidad de moneda emitida que tiene el país y su relación con las reservas en dólares del mismo.
    Según el INFORME MONETARIO SEMANAL expedido por la Gerencia de Análisis de Coyuntura Monetaria del BCRA del 17/10 podemos ver un incremento interanual de la base monetaria del 18,8% y en contraposición una caída de las reservas internacionales en dólares del 20% analizando el mismo período (fuente: http://www.bcra.gov.ar/pdfs/polmon/infomondiae.pdf).
    Tomando en cuenta la información del reporte antes mencionado, podemos calcular a qué tipo de cambio se equiparan la base monetaria ($404.808 millones) y las reservas en dólares (U$S 27.591 millones), lo que nos muestra una relación de 14,67 pesos por dólar. Estos niveles de equilibrio son similares a los que muestra la cotización del dólar en el mercado informal.
    Aunque nada indica que los inversores tomen sus decisiones en relación con el valor del dólar que surge de la vieja fórmula de la convertibilidad, lo cierto es que el comportamiento resulta prácticamente idéntico. Existe una percepción entre los operadores de una menor cobertura cambiaria para los pesos en circulación, lo que se traduce en una suba del dólar paralelo.
    A medida que bajan las reservas y crece la cantidad de dinero en circulación, crece la posibilidad de que se produzca algún “cortocircuito”, ya sea económico o político. Y, de mantenerse esta tendencia de creciente aumento en el circulante y reservas amesetadas o directamente en baja, aumenta la posibilidad que las autoridades, económicas y políticas, tengan menos capacidad de la necesaria para enfrentar algún tipo de evento negativo.
    La demanda de dinero doméstico (pesos) depende negativamente de la tasa de inflación esperada. Esto resulta obvio porque quedarse parado en pesos, mientras los precios están aumentando es equivalente a perder tanto capital como sea la tasa de inflación. Es por eso que el mercado se vuelca a mantener su capital en moneda extranjera, lo que hace caer la demanda de pesos. Esto aumenta más aún la brecha entre la creciente emisión monetaria y su demanda y, consecuentemente, la inflación.
    En la Argentina, los aumentos en la base monetaria han impactado en los precios porque la oferta de dinero ha aumentado en la misma proporción que la base monetaria porque el peso argentino no es considerado reserva de valor. Nuestro peso es apenas un instrumento utilizado para realizar la mayor parte de las transacciones comerciales dentro de la Argentina. Si la cantidad de transacciones no aumenta, o lo hace a una velocidad menor a la de la oferta de dinero, el resultado es indefectiblemente un impacto en los precios. La inflación, entonces, es el reflejo de la pérdida de valor de un bien, en este caso el peso argentino, ante un exceso en su oferta.

  3. Las citas aquí reflejadas de Ludwig von Mises y David Hume, coinciden con una de las proposiciones de la Escuela Austríaca. Cabe aclarar que Ludwig von Mises pertenece a esta escuela, y David Hume era un economista clásico del cual muchos de estos economistas austriacos fundaron sus ideas, tal como dice Peter J. Boettke: «Muchas de las ideas de los principales economistas austriacos de mediados del siglo XX, tales como Ludwig von Mises y F.A. Hayek están fundadas en las ideas de economistas clásicos tales como Adam Smith y David Hume, o en las de algunas figuras de principios del siglo XX como Knut Wicksell, además de Menger, Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser.»
    Seguimos esta cualidad del dinero, en la Proposición 8 de Peter J. Boettke en La Economía Austríaca en 10 Principios, el cual dice “El dinero no es neutral”, y es explicado de la siguiente manera, por el autor recientemente citado: “El dinero es definido como el medio de intercambio comúnmente aceptado. Si la política gubernamental distorsiona la unidad monetaria, el intercambio también resulta distorsionado. Cualquier aumento en la oferta monetaria (emisión) no compensado por un incremento en la demanda monetaria conducirá irremediablemente a un aumento en el sistema general de precios. Pero los precios no se ajustan de manera inmediata en todos los ámbitos de la economía. Algunos ajustes de precio se producen antes que otros; ello conduce a una distorsión en los precios relativos.” (esto se relaciona con el famoso dicho: todo sube, pero los precios de los productos suben en ascensor, y los salarios en escalera). Además, Peter Boettke continúa diciendo: “La inflación es socialmente destructiva a varios niveles. En primer lugar, incluso la inflación prevista daña la confianza básica entre el gobierno y sus ciudadanos, porque implica que el gobierno utiliza la inflación para confiscar la riqueza de las personas.” (en realidad quizás no es ese el fin principal de la emisión, pero sin lugar a dudas es una consecuencia de la emisión, y está en miras de quien emite). Y sigue: “En segundo lugar, la inflación imprevista cumple un rol redistributivo (negativo) en la medida en que los deudores ganan a expensas de los acreedores. En tercer lugar, en tanto las personas no pueden anticipar perfectamente el proceso inflacionario y en tanto el dinero se introduce en algún lugar específico del sistema, algunos precios se ajustan antes que otros, lo que significa que la inflación distorsiona los patrones de intercambio y de producción. En la medida en que el dinero es el vínculo para casi todas las transacciones en la economía moderna, las distorsiones monetarias afectan a esas transacciones. El fin de la política monetaria, por tanto, debería ser el de minimizar estas distorsiones monetarias, precisamente porque la moneda no es neutral.”

    Fuente: HACIA UNA ROBUSTA ANTROPOLOGÍA DE LA ECONOMÍA – LA ECONOMÍA AUSTRIACA EN 10 PRINCIPIOS – Peter J. Boettke
    Link: http://www.institutoacton.com.ar/articulos/3artsilar7.pdf

  4. Las citas aquí reflejadas de Ludwig von Mises y David Hume, coinciden con una de las proposiciones de la Escuela Austríaca. Cabe aclarar que Ludwig von Mises pertenece a esta escuela, y David Hume era un economista clásico del cual muchos de estos economistas austriacos fundaron sus ideas, tal como dice Peter J. Boettke: «Muchas de las ideas de los principales economistas austriacos de mediados del siglo XX, tales como Ludwig von Mises y F.A. Hayek están fundadas en las ideas de economistas clásicos tales como Adam Smith y David Hume, o en las de algunas figuras de principios del siglo XX como Knut Wicksell, además de Menger, Böhm-Bawerk y Friedrich von Wieser.»
    Seguimos esta cualidad del dinero, en la Proposición 8 de Peter J. Boettke en La Economía Austríaca en 10 Principios, el cual dice “El dinero no es neutral”, y es explicado de la siguiente manera, por el autor recientemente citado: “El dinero es definido como el medio de intercambio comúnmente aceptado. Si la política gubernamental distorsiona la unidad monetaria, el intercambio también resulta distorsionado. Cualquier aumento en la oferta monetaria (emisión) no compensado por un incremento en la demanda monetaria conducirá irremediablemente a un aumento en el sistema general de precios. Pero los precios no se ajustan de manera inmediata en todos los ámbitos de la economía. Algunos ajustes de precio se producen antes que otros; ello conduce a una distorsión en los precios relativos.” (esto se relaciona con el famoso dicho: todo sube, pero los precios de los productos suben en ascensor, y los salarios en escalera). Además, Peter Boettke continúa diciendo: “La inflación es socialmente destructiva a varios niveles. En primer lugar, incluso la inflación prevista daña la confianza básica entre el gobierno y sus ciudadanos, porque implica que el gobierno utiliza la inflación para confiscar la riqueza de las personas.” (en realidad quizás no es ese el fin principal de la emisión, pero sin lugar a dudas es una consecuencia de la emisión, y está en miras de quien emite). Y sigue: “En segundo lugar, la inflación imprevista cumple un rol redistributivo (negativo) en la medida en que los deudores ganan a expensas de los acreedores. En tercer lugar, en tanto las personas no pueden anticipar perfectamente el proceso inflacionario y en tanto el dinero se introduce en algún lugar específico del sistema, algunos precios se ajustan antes que otros, lo que significa que la inflación distorsiona los patrones de intercambio y de producción. En la medida en que el dinero es el vínculo para casi todas las transacciones en la economía moderna, las distorsiones monetarias afectan a esas transacciones. El fin de la política monetaria, por tanto, debería ser el de minimizar estas distorsiones monetarias, precisamente porque la moneda no es neutral.”

    Fuente: HACIA UNA ROBUSTA ANTROPOLOGÍA DE LA ECONOMÍA – LA ECONOMÍA AUSTRIACA EN 10 PRINCIPIOS – Peter J. Boettke
    Link: http://www.institutoacton.com.ar/articulos/3artsilar7.pdf

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