Las acciones voluntarias contra el cambio climático no son perfectas; las de los gobiernos, menos

Las acciones relacionadas con el cambio climático enfrentan un problema de difícil solución: ¿cómo poner de acuerdo a 8.000 millones de personas para reducir las emisiones? Difícil. Sin embargo, no es necesario que negocie ese número ya que los gobiernos podrían actuar como sus agentes, lo que reduce el número a algo más de doscientos. Pero como los gobiernos terminan siendo atrapados por intereses específicos (favorecer ciertas industrias, etc) no llegan a acuerdos que sean realmente efectivos.

La acción gubernamental está lejos de ser perfecta, y la acción voluntaria nunca pretendió serlo, pero puede contribuir. Así es como el cambio de costumbres y actitudes de la gente termina contribuyendo a reducir el problema y a adaptarse a la nueva situación. Esto ocurre también en el caso de los inversores, o los brokers de inversores. Algunos de ellos han firmado un compromiso de guiar inversiones por $300 billones para recudir el cambio climático a 1.5 grados. Pero ellos no son los propietarios de los activos que manejan y, en ausencia del consentimiento de éstos, las cosas se les complican.

Es lo que trata este paper “Can investors save the planet? – NZAMI and Fiduciary Duty”, por Tom Gosling,  Executive Fellow, London Business School and European Corporate Governance Institute y  Iain MacNeil; Alexander Stone Professor of Commercial Law, University of Glasgow:

https://deliverypdf.ssrn.com/delivery.php?ID=342110087101021124110086084102105006002092063023032070066031023098080088119103002117121123020058055102054117069083091014014112049055017040015004073100102112071122059053095086101069122101091076005075101083084099002024097125006022100020127086005119124&EXT=pdf&INDEX=TRUE

  • “Los administradores de activos signatarios de Net Zero Asset Manager Initiative, parte de Glasgow Financial Alliance for Net Zero, se han comprometido a invertir de acuerdo con el objetivo Race to Zero de limitar el calentamiento global a 1,5 °C con un exceso limitado o nulo.
  • Dado que un informe reciente del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dice que «no existe un camino creíble» hacia 1,5oC, exploramos las implicaciones para los administradores de activos, como fiduciarios, de invertir en línea con un escenario climático que ahora podría considerarse un resultado futuro improbable.
  • Evaluamos estrategias de inversión comunes «alineadas con cero neto», como la descarbonización de la cartera, la inclinación, la propiedad activa, la integración de ESG y la inversión de impacto con referencia a las consideraciones del deber fiduciario y la eficacia en el mundo real para combatir el cambio climático.
  • Descubrimos que cuanto más probable es que una estrategia genere un cambio real en las emisiones de carbono de acuerdo con el objetivo de 1,5oC, más probable es que dé lugar a preocupaciones fiduciarias. Si bien es poco probable que estas preocupaciones fiduciarias en la mayoría de los casos den lugar a una responsabilidad legal exigible, es probable que muchos administradores de activos, al aplicar un estándar esperado de deber fiduciario, concluyan que tales estrategias no son consistentes con ese deber en ausencia de un mandato explícito de autorización de los clientes. Como resultado, las estrategias que tienen más probabilidades de ser adoptadas son también las que tienen menos probabilidades de contribuir significativamente a abordar el cambio climático.
  • Establecimos formas en que los compromisos podrían reformularse para maximizar el impacto real de la iniciativa en la lucha contra el cambio climático, evitando conflictos con los deberes fiduciarios de los signatarios. La clave para esto es alinear los compromisos con un escenario climático más realista que 1,5oC con un rebasamiento limitado o nulo.”

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