Los desafíos de la «economía del comportamiento» a la economía neoclásica

Antes comenté que la revista Public Choice publica un número especial, dedicado a la economía de la conducta y la Elección Pública. Volume 191, issue 3-4, June 2022, Special issue: Behavioral economics and public choice. Los editores son Bryan C. McCannon y Gregory DeAngelo: https://link.springer.com/journal/11127/volumes-and-issues/191-3

Entre esos artículos, uno de acceso libre es la Introducción: “Behavioral economics and public choice: introduction to a special issue”, por Gregory DeAngelo & Bryan C. McCannon: https://link.springer.com/article/10.1007/s11127-021-00930-w

“Diferentes académicos parecen haber adoptado diferentes definiciones de lo que constituye la investigación en el campo de la economía del comportamiento. Definida de la manera más amplia posible, la economía del comportamiento busca desafiar los supuestos canónicos del modelo económico básico de toma de decisiones individual racional. Es la ciencia positiva que prueba los supuestos en los modelos microeconómicos estándar de elección del consumidor.

El marco clásico supone que los individuos se involucran en un comportamiento de maximización de la utilidad. Las personas tienen preferencias que son completas, transitivas y estables en el tiempo. Se ignoran los costos hundidos, pero no los costos de oportunidad. Para la toma de decisiones a lo largo del tiempo, la gente descuenta el futuro exponencialmente. Los individuos maximizan la utilidad esperada cuando eligen en condiciones de incertidumbre. Ambos tipos de decisiones se toman sin la influencia de puntos de referencia, efectos de dotación o aversión a la pérdida. Las elecciones se hacen con un recuerdo total de las consecuencias de las acciones pasadas y la capacidad de anticipar elecciones futuras por completo. Cuando llega nueva información, las creencias se actualizan de acuerdo con la Regla de Bayes.

Lo anterior solo comienza una lista de las características del marco general que desafía la economía del comportamiento. Los investigadores utilizan esos supuestos utilizando datos de laboratorio, de campo y de observación para cuestionar su validez y formular marcos alternativos para la elección humana (Thaler, 2018). En consecuencia, la investigación de la economía del comportamiento investiga cuatro líneas generales de investigación, construidas sobre los supuestos del marco canónico.”

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