La noticia parece insólita, pero por eso mismo es interesante discutirla. La agencia de noticias France24 dice que si el gobierno francés vendiera la obra “La Gioconda”, de Leonardo da Vinci podría cancelar la mitad de su deuda pública. http://www.eluniversal.com.mx/cultura/2014/la-mona-lisa-deuda-venta-francia-1035651.html
¿Debería considerarlo? Veamos esto. ¿Cuáles serían las razones para no venderla? Podría decirse que es un patrimonio público que debería estar accesible a toda la humanidad, pero toda la humanidad está lejos de tener la oportunidad de verla y, además, por los temores a un atentado cada vez está más protegida y lejana para quienes la visitan en el Louvre. Es más, sería difícil para cualquier adecir si lo que está allí es en verdad el original. Difícil sería también considerarla como un “orgullo nacional” para los franceses ya que se trata de un cuadro de un italiano. Podría ser el “orgullo” o el prestigio del Louvre como museo. Sin duda éste es un atractivo para visitarlo. En cuanto a la posible recaudación que su presencia allí pueda generar, esta ni siquiera debe ser suficiente para cubrir los costos de mantenimiento de todo el museo.
¿Cuál sería la razón para venderla? Pues si se redujera la deuda a la mitad, también se reducirían los pagos de esa deuda, la carga impositiva sobre los actuales contribuyentes y también sobre los futuros. Una menor presión impositiva alentaría una mayor formación de capital. Los franceses serían más prósperos en el futuro y pagarían algo menos de impuestos ahora.
El Institute Economique Molinari publica todos los años un estudio sobre la carga fiscal en los salarios en toda Europa: http://www.institutmolinari.org/en-2014-le-salarie-moyen-francais,1908.html
Este año encuentra a Francia en el anteúltimo lugar tomando el 57,17% de los salarios. Esto hace que el asalariado francés trabaje para pagar sus impuestos desde comienzos del año hasta el 28 de Julio, recién ahí comienza a hacerlo para sí y su familia. La tasa de imposición media en la Unión Europea es 45,27%. Los trabajadores franceses tienen que esperar este año dos días más que el año anterior y solo son superados por Bélgica donde trabajan hasta el 6 de Agosto.
Por el contrario, en Chipre, Irlanda y Malta no tienen a la Mona Lisa pero terminan de trabajar para pagar impuestos mucho antes: Chipre el 21 de Marzo, Irlanda y Malta el 28 de Abril. Países que de todas formas no pretenden albergar las mejores obras de arte de la historia pero distinto es el caso del Reino Unido donde sí las hay y terminan de trabajar para pagar impuestos el 12 de Mayo.
Está claro que aun cancelando la mitad de la deuda eso no significa que se reduzca el gasto en igual proporción, ya que el pago de la deuda es tan solo una parte de ese gasto, pero el problema es que Francia se sigue endeudando y esto aumentará en el futuro los servicios de la deuda que los contribuyentes deberán pagar.
Entonces, el dilema que se les presenta en este tema es: ¿mantener a La Gioconda en el Louvre y trabajar algunos días más para pagar impuestos o venderla y trabajar algunos menos?
Es bastante probable que ningún político se atrevería a hacer esa propuesta y tal vez ni los votantes estuvieran dispuestos a apoyarla. En alguna medida porque piensan que sería probable que se queden sin el cuadro y que luego los políticos vuelvan a endeudarse. Ese sería el peor de los mundos: se vendieron las joyas de la abuela y volvimos a tener la misma deuda. ¿Suena conocido?
«La Gioconda» es uno de los cuadros más importantes de la historia (si no es el más importante). Francia posee diversos recursos para sostener y aumentar un prestigio formado durante cientos de años desde sus inicios hasta hoy en día. Hasta muchas de las bases del derecho y de los regímenes políticos actuales dependen en una parte de aquellos grandes personajes de la historia Francesa, marcando hitos para la humanidad. Y «La Gioconda» es uno de los más importantes que poseen en la actualidad. De la misma manera que el mundo futbolístico se centró hace 2 meses en Río de Janeiro para disfrutar del acontecimiento más importante en dicho deporte (la final del mundial de fútbol), el mundo del arte sueña, proyecta y ejecuta constantes viajes desde todas las regiones para poder observar siquiera unos segundos la famosa pintura.
Indudablemente este acontecer de los que planeen ir al museo generará múltiples ganancias para el estado y para la sociedad francesa en general. Pero también se obtienen externalidades propias de dicho prestigio que genera, produce y mantiene Francia. Utilizando otro ejemplo con el fútbol, el club del Real Madrid, al tener los mejores jugadores del mundo y muchas de las máximas figuras reconocidas históricamente, genera un prestigio notable en dicho deporta para el mencionado club, para sus hinchas, para la ciudad de Madrid, para el estado de España, y por supuesto para la sociedad en general. Tener los mejores jugadores genera una sensación de orgullo y admiración. Francia tiene muchos motivos para generar estas mismas sensaciones. Uno va al país galo no solo por «La Gioconda», no solo por la torre «Torre Eifell», por el «Arco del Triunfo» o por «La Bastilla», sino que por todo lo que el conjunto de grandes «elementos» que posee Francia. Todas estas cosas generan que hasta con escuchar el mismo nombre del país genere admiración.
De la misma manera que un hincha amante del fútbol al ir a la cancha de Boca pasa por su cabeza sensaciones basadas en todos aquellos acontecimientos históricos generados allí, y por todos los grandes jugadores que pisaron el campo de juego, un turista que viaje a Francia muy posiblemente esté llevando a cabo uno de los viajes más importantes en su vida. Y no importa que sea un turista proveniente de otro país super prestigioso.
En conclusión, vender «La Gioconda» para solventar las deudas, no solo podría no solucionar el problema a futuro ya que podrían volver a endeudarse, sino que provocaría con el correr del tiempo una disminución en esa externalidad tan importante percibida por el estado francés y por la sociedad francesa. Por lo tanto, no solo se estarían vendiendo las joyas de la abuela al «divino botón», sino que se estaría entregando una parte importante de lo que representa ser un francés a los ojos del mundo.
La gioconda pertenece al tesoro nacional del pueblo francés y por lo tanto es parte de su cultura. Vender esa joya seria de alguna manera rifar su historia, su cultura. A cambio de que? A cambio de nada. Porque como dice la nota, nadie puede asegurar que el estado no vuelva a endeudarse, y de ser ser así(que es lo mas factible) habrian perdido una parte de su identidad, otra vez, a cambio de nada.
Siempre es el mismo debate, no se deben buscar soluciones «mágicas», que encima no son soluciones, sino » zafar el momento» . El quit de la cuestión son políticas publicas que hagan frente al gasto publico, nuevos planeamientos y reorganización económica y financiera. Quiero decir, no soy economista ni mucho menos, pero vender la obra de arte desde mi punto de vista no es una solución y a demás a futuro termina siendo, un pésimo negocio porque se perderían todos los beneficios que ella representa.
Sinceramente uno de los mayores atractivos de museo del Louvre, es la Gioconda, uno se da cuenta de ello al visitar el museo ya el más del 50 % de los visitantes se encuentran en la sala en la cual se exhibe, entonces el incentivo primario para visitar este museo resulta ser esta figura más allá de que una vez visitado nos termina gustando más la estructura del edificio que la pequeña pintura a la cual sólo se puede acceder desde una distancia y que sacarle una foto implica peliar codo a codo con otros miles de turista que desean lo mismo.
El análisis que debemos realizar es una comparación entre los beneficios que podrá obtener el gobierno Francés, de la venta de entradas del museo, pero recaudando estos datos a largo tiempo, teniendo en cuenta que las colas para ingresar son larguísimas en cualquier momento del año, en relación con los beneficios que los franceses podrían obtener de reducir su deuda en una mitad, tomando en consideración que aquella puede aumentar ya que los Estados tienden a endeudarse. Resulta ser un análisis que sólo podrán realizar expertos en la materia, creo que desde mi perspectiva no se puede ofrecer una única respuesta.
Tambien considero que la Gioconda no tiene un solo dueño ya que se ha convertido en un simbolo de identidad mundial. Seria, a estas alturas, un tanto «egoista» de parte del museo y del gobierno Frances especular con una obra de arte de esta dimension natural para obtener un beneficio parcial. Creo que mejor seria analizar la rentabilidad y calidad de los objetivos que persiguen los fondos de la deuda publica y analizar la reduccion del uso de deuda irresponsable. Paralelamente, desarrollar alguna manera mas innovadora de aprovechar los patrimonios culturales del pais para fomentar el turismo nacional e internacional que les permita aumentar recaudaciones y mitigar el gasto publico, pero no como concepto de principal atencion sino como alternativo. Si acaso los objetivos de inversion publica no estan cumpliendose cabalmente, los beneficios por la venta de obras como la Mona Lisa contrubuirian solamente a una perdida de identidad cultural. Me parece grave la propuesta.
Considero que la cultura es uno de los aspectos que nutren a una sociedad y la distinguen de otra diferente, caracterizándola… Así, entiendo también que indudablemente dentro de la cultura se encuentra el arte, y a su vez dentro de este: la pintura.
Sin perjuicio del interés que a una persona le puedan despertar obras artísticas (cuadros), y dejando de lado su tamaño, lo lejana y protegida que se encuentra del público, «La Gioconda” es EL cuadro del Louvre, y en lo personal, no conozco una sola persona que haya visitado París y haya dejado de visitar al museo al sólo efecto de verla, aún de tan lejos.
Por otro lado, indudablemente tampoco es correcto que la población francesa trabaje hasta el 28 de Julio únicamente para pagar impuestos y que recién a partir de entonces lo haga para sí y su familia, pero entiendo, tal como se desprende de la nota que:
en primer lugar, nadie se atrevería a plantear la posible venta del cuadro y aún si se hiciera, los franceses tampoco querrían que la misma se llevara a cabo…
A mi parecer: para reducir, la deuda y el gasto público se debiera plantear una política económica a largo plazo, y de ninguna manera reemplazar la misma por la venta de un objeto representativo de la cultura francesa porque sino, definitivamente la deuda se habría de volver a acrecentar en el futuro por cualquier otra causa y tal como plantea el post «se han de haber vendido las joyas de la abuela para volver a tener la misma deuda»…
Estimo, por un lado, que la posible concreción del supuesto de la nota resultaría una sana política pública. La inconveniencia que acarraría, en la situación existente de Francia, seguir incrementado la actual presión fiscal para obtener mayores ingresos mayores ingresos con los cuales hacer frente al aumento incesante de gasto público, me lleva a arribar a dicha conclusión.
Sin embargo, por otro lado, considero acertado el razonamiento con el que finaliza su «post». Como consecuencia de los déficits prolongados y recurrentes, que se solventan con deuda, ésta se vuelve creciente, y su costo también, por lo cual aquél comienza a autogenerarse, tomando o adquiriendo carácter crónico. En otras palabras, ante este panorama tan usual en los países, habría pocas garantías -o nulas me atrevería a decir- de que los gobernantes franceses no vuelan a contraer deuda.
La obra La Gioconda, es uno de las primeras obras que aparecen en la mente de las personas en cuanto piensan en el Louvre. Esta claro que la Mona lisa es representativa a nivel mundial de lo que significa el arte.
Resulta extraño entonces, considerar a dicha obra como posible «salvavidas» para enfrentar la situación económica, o pensar en ella como solución para disminuir las cargas fiscales. Considero que reducir la cuestión a la venta de dicha obra, implica simplificar demasiado las cosas.
Para lograr cambios reales y profundos, considero que las políticas publicas deberían estar inclinadas hacia las cargas fiscales, y no simplemente proponer la venta de un cuadro prestigioso, que en definitiva, generaría mas conflictos que respuestas. Siempre hemos tenido el concepto de que las políticas publicas están guiadas hacia el bien común, pero ¿quién garantiza realmente que el bien común sea vender la Mona Lisa?
En este caso, a la hora de tomar una decisión, habría considerar que se valora más, vender la mona lisa y cancelar parte de la deuda o conservar la mona lisa y seguir pagando la deuda muchos años más, con más carga impositiva para los ciudadanos. Para ello deberíamos ver las ventajas y desventajas de elegir una u otra opción. Si vendieran el cuadro, se supone que la deuda bajaría aunque no podemos asegurar que los gobiernos tomen más deudas y así Francia quedaría sin la obra de arte y con la misma deuda. Si eligieran conservar la obra y no pagar la deuda con ella estarían condenando a muchas generaciones a pagar una deuda que no contrajeron. Considero que esta es la opción mas adecuada, pues lograría pagar la deuda y todos tomarían conciencia de la importancia de limitar los gastos a las posibilidades de la economia y de no tomar deuda en forma ilimitada y sin razones que lo justifiquen. Esto es algo que no se daría si se vendiera la obra y el país volvería a endeudarse.
La Gioconda (La Joconde en francés), también conocida como La Mona Lisa, es una obra pictórica del italiano Leonardo da Vinci. Adquirida por el rey Francisco I de Francia a principios del siglo XVI, desde entonces es propiedad del Estado Francés, y actualmente se exhibe en el Museo del Louvre de París.
Estos datos explican lo que significa esta obra histórica para el Estado Frances. Es parte del patrimonio cultural que caracteriza a Francia a lo largo del mundo. Concretamente la solución para terminar con la deuda publica no es enajenando esta clase de bienes que hacen la riqueza histórica de un país. Realizando este tipo de ventas solo se conseguiría aliviar momentáneamente la situación que re-aparecería en el corto plazo. La posible solución para cancelar la deuda pública tiene que estar orientada por políticas estatales de saneamiento económico y no por parches o manotazos de ahogado como la venta de una pieza única en su especie.
Hoy, la deuda publica ya no es como antaño, un recurso público extraordinario por el cuál solo se justificaba para su aplicación extraordinaria, sino que es una herramienta más de las que posee el Estado para financiar su actividad. Por lo tanto la deuda pública se convirtió en algo ordinario, de uso corriente. Con esto, quiero decir, que deshacerse de un bien de capital (ya que es parte del patrimonio estatal y como atracción turística, genera ingresos su explotación) y proceder a su venta para satisfacer una deuda, si bien es una estrategia válida por parte del Estado, no me parece correcta su aplicación, ya que sería un desprendimiento de bienes patrimoniales, (que en el futuro van a generar ingresos), para la satisfacción de una deuda que no va a ser la única ni la última que contraiga el Estado. A todo esto hay que sumarle la calidad del bien que se pondria en venta, que no solo es histórico y de alta importancia cultural, sino que es emblemático de dicho Estado, por lo que aún mas desalienta la posibilidad de su utilización para el pago de una deuda.