Artículo en el diario La Tercera, de Chile, sobre las protestas y la reforma constitucional: ¿Quién los entiende?

Artículo hoy en el diario La Tercera de Santiago de Chile: https://www.latercera.com/opinion/noticia/quien-los-entiende/1009249/

¿QUIÉN LOS ENTIENDE?

Martín Krause

Profesor de Economía, Universidad de Buenos Aires

En breve estaré presentando el Índice de Calidad Institucional 2020, que publican la Fundación Libertad y Progreso de Buenos Aires y la Red Liberal de América Latina (Relial). Desde que lo hacemos, hace unos quince años, Chile ha fluctuado entre 21° y 25° de 190 países, el primero entre los latinoamericanos.

Lo hemos relacionado con todo tipo de variables, encontrando relaciones positivas: crecimiento económico, PIB per cápita, innovación, calidad ambiental, reducción de la pobreza. En todas Chile ha mejorado…, y sin embargo explotó.

Como siempre, ante el primer estallido la izquierda ve su origen en la desigualdad de ingresos. Los datos muestran que se ha reducido. La gente también piensa que ha sido la razón más importante de las manifestaciones, según la Encuesta de Diciembre 2019 del CEP. Sin embargo, en la de Mayo de 2019 del CEP la principal preocupación eran la delincuencia, los asaltos y los robos, con el 51% y la desigualdad fue señalada solamente por el 9%.

Esa encuesta muestra que había una alta preocupación por las pensiones, la salud y la educación y un alto descontento con el gobierno y la dirigencia política, a lo cual se suma una caída estrepitosa de la confianza en las instituciones luego de las protestas. Curiosamente, si bien la gente señala que la causa de las protestas es la desigualdad, cuando se le pregunta, en Diciembre, qué problemas debería solucionar el gobierno, la desigualdad sube solamente del 9 al 18%. ¿?

Trato de entender. ¿Frustraciones? ¿Respecto a qué? Dependerá de las expectativas, que difieren de un país a otro, por eso encontramos masivas protestas en países con la mejor calidad institucional, como en los de la más baja, Bolivia o Venezuela. Y en todos los casos el descontento se dirige hacia gobiernos y políticos. Parece inevitable, han asumido un creciente número de tareas y funciones, han impuesto servicios obligatorios, y ahora la gente los hace responsables de los resultados que se obtienen.

Ellos prometían que en breve Chile ya sería un país desarrollado; que los niveles de vida, la seguridad respecto al futuro y la calidad de los servicios estarían también a esa altura. Parece que no es así. Chile es un país con una de las presiones fiscales más altas de la región, el estado ha crecido mucho en los últimos años, pero la calidad de los servicios no parece ser la de países desarrollados. Otro tanto podría decirse del manejo de la represión de la violencia desatada por los manifestantes. Si lo comparamos con otros de similar posición en el ICI el PIB per cápita en Chile es de u$s 15.923, pero el de Portugal es 23.407; el de España 30.370 y el de Francia 41.463 (2018, Banco Mundial). Es cierto, en 1985 era de u$s 1.444.

La encuesta muestra que la gente está esperanzada con una nueva Constitución (56%) pero el 49% dice que el país necesita un líder fuerte. Los países de alta calidad institucional pueden tener líderes de fuerte “personalidad”, pero de poder limitado por las normas. ¿Qué quieren los chilenos, un líder populista con una constitución que le de poder? Supongo que habrán aprendido algo mirando al otro lado de la Cordillera, tanto en Argentina como en Bolivia.

 

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