Hayek y el significado de la competencia. No hace falta que sea perfecta

La economía neoclásica ha centrado su análisis sobre la competencia en el de la “estructura de los mercados”, determinando mayores o menores grados de “poder de mercado” en relación a la cantidad de participantes. Con los alumnos de la materia Escuela Austriaca de UCEMA, vemos el texto de Hayek “El significado de la competencia”. Algunos párrafos:

Hayek

“El argumento en favor de la competencia no se basa en las condiciones hipotéticas que existirían si fuera perfecta. Empero, en los casos en que los hechos objetivos hicieran posible que se aproximara a la perfección, se garantizaría al mismo tiempo la asignación más efectiva de recursos. Y aunque, en consecuencia, siendo éste el caso se eliminarían todos los obstáculos humanos a la competencia, eso no quiere decir que ésta no dé por resultado el uso más efectivo posible de los recursos a través de los medios conocidos en aquellas situaciones donde la naturaleza misma del caso hace que sea imperfecta. Aunque lo único que se asegure mediante la entrada libre en el mercado sea que en un momento dado se produzcan, con la menor cantidad de recursos presentes posible en un determinado momento histórico, todos los bienes y servicios para los que habría una demanda efectiva en caso de estar disponibles — aun cuando el precio que deba pagar el consumidor sea considerablemente mayor, y apenas inferior al costo del próximo bien destinado a satisfacer de la mejor manera su necesidad—, creo que esto es mucho más de lo que podemos esperar de cualquier otro sistema conocido. El punto decisivo radica en la consideración básica de que es muy poco probable (prescindiendo de los obstáculos artificiales que la actividad gubernamental crea o elimina) que durante un período de tiempo determinado un bien o servicio sea ofrecido únicamente a un precio al cual quienes no participan en el mercado pudieran esperar obtener un beneficio superior al normal si entraran en él.

En mi opinión, la enseñanza práctica de todo esto es que no deberíamos preocuparnos tanto porque la competencia sea perfecta en un caso determinado, y ocuparnos mucho más de que haya competencia. Lo que nuestros modelos teóricos de industrias separadas ocultan es que, en la práctica, el abismo que divide a la competencia de la ausencia de competencia es mucho mayor que el que separa a la competencia perfecta de la imperfecta. Con todo, la tendencia actual en las discusiones es ser intolerante ante las imperfecciones y callar ante las restricciones que se oponen a la competencia. Es factible, que aprendamos aún más acerca de la trascendencia real de este proceso si estudiamos los resultados que habitualmente se producen cuando se lo suprime deliberadamente que si nos concentramos en sus deficiencias en la vida real si se lo compara con un ideal que no es pertinente en una situación objetivamente dada. Y digo cuando se suprime (280) deliberadamente la competencia” y no “en ausencia de competencia”, porque sus efectos esenciales operan, aunque con mayor lentitud, siempre y cuando no se la suprima abiertamente con el apoyo o la tolerancia del estado. La experiencia nos enseña que, por lo general, los males que derivan de la restricción de la competencia están en un plano distinto de los que pueden provocar las imperfecciones de ésta. El hecho de que muy probablemente un monopolio artificial tenga costos mucho mayores que los necesarios es más grave que la situación en la cual los precios no correspondan a los costos marginales. Por otra parte, un monopolio que deba su existencia a una eficiencia superior provoca un daño relativamente menor, en la medida en que se asegure que desaparecerá tan pronto como aparezca alguien más eficiente para satisfacer las necesidades de los consumidores.”

Y en un tema que no deja de ser relevante para la Argentina, Hayek comenta la competencia en el mercado que suele ser puesto siempre como ejemplo de “competencia perfecta”, el de granos:

“Cuando comparamos un mercado “imperfecto” como éste con un mercado relativamente “perfecto» como lo es, por ejemplo, el de los granos, nos encontramos en mejor posición para señalar la distinción que ha estado presente en todo este análisis: la diferencia entre los hechos objetivos fundamentales constitutivos de una situación que la acción humana no puede alterar, y la naturaleza de las actividades competitivas en función de las cuales los hombres se adaptan a esa situación. En casos como éste al que hacemos referencia estamos frente a un mercado sumamente organizado de un bien totalmente estandarizado producido por gran número de productores, en el cual la necesidad de que haya actividades competitivas, o el alcance que pueden tener, son limitados en virtud de que, por la naturaleza misma de la situación, las condiciones que esas actividades podrían originar ya están satisfechas desde un principio. En la mayoría de los casos, todos los participantes del mercado cuentan con el mismo grado de información respecto de los mejores métodos para producir un bien, su naturaleza y aplicaciones. El conocimiento acerca de cualquier cambio se difunde con tal rapidez y la adaptación correspondiente se efectúa en (277) forma tan inmediata que habitualmente se atribuye poca importancia a lo que sucede durante esos breves períodos de transición, y el análisis se limita a comparar los dos períodos de cuasi-equilibrio que existen antes y después de ellos. Sin embargo, es precisamente durante ese intervalo breve y subestimado cuando operan y se hacen visibles las fuerzas de la competencia. Y son justamente los hechos que tienen lugar en este intervalo los que debemos estudiar si queremos “explicar” el equilibrio que lo sucede.”

3 pensamientos en “Hayek y el significado de la competencia. No hace falta que sea perfecta

  1. Resumen:
    En este artículo, Hayek comienza por criticar la concepción de “competencia” que tiene la “teoría de la competencia perfecta”, puesto que considera que, de hecho, al ocuparse esta teoría casi exclusivamente de las condiciones del “equilibrio competitivo”, en análisis estático (en el cual se asume, directamente, la coordinación perfecta entre los “datos” que poseen los distintos individuos), está ignorando el papel fundamental que tiene el proceso dinámico de la competencia en lograr que los distintos planes de los individuos, basados en su distinto conocimiento (los “datos”), se coordinen; esto es, presupone la existencia de una situación (el equilibrio/ la coordinación) que en realidad debería ser explicada como resultado al cual se tiende a través del proceso competitivo. Luego, procede con una crítica a los presupuestos de dicha teoría. Se centra, primeramente, en el supuesto del conocimiento perfecto, cuya crítica consiste en que, en tanto el conocimiento está de hecho disperso y es incompleto, no se soluciona nada presuponiendo que tal conocimiento lo constituyen datos “dados” que se complementan perfectamente e ipso facto; se debe, en cambio, abordar el problema verdadero, que consiste en cómo lograr el mejor aprovechamiento posible de ese conocimiento incompleto y disperso del que se dispone, el cual se logra, Hayek argumenta, mediante el proceso competitivo, dado que es solo a través de este que tales “datos” se van descubriendo. Aclara, luego, que es posible que el anterior supuesto sea consecuencia directa del supuesto de homogeneidad entre los productores, los bienes que producen, y los medios y oportunidades de que disponen, en tanto esta situación sería la más favorable para obtener como resultado un conocimiento de los datos pertinentes “dado” a todos; no obstante, puesto que las diferencias entre productores y entre sus productos forman parte de los hechos que, en realidad, dan origen al problema económico, este supuesto no contribuye en nada a solucionarlo. A continuación comienza, ya sí, a destacar las virtudes de la competencia real, contrastándola para ello con la situación existente en ausencia de competencia, ya sean monopolios o planificación central; resalta que es importante no caer en el error de juzgar a la competencia real contrastándola con un supuesto ideal inalcanzable y sin sentido como lo es la “competencia perfecta” (falacia del nirvana). Entre estas virtudes, destaca que: haría posible llegar a descubrir, por ensayo y error en el mercado, un sistema de precios (con bastante correspondencia entre el precio y el costo más bajo al que alguien pudiera producirlo) por el cual el conocimiento disperso pertinente, en constante cambio, se iría transmitiendo entre los individuos, brindando así unidad y coherencia al sistema económico; habría posibilidad de que los productores de los bienes (elegidos por los consumidores) fuesen los más idóneos y los que pudieran producirlos a un menor costo; da origen a las opiniones de los individuos de qué es lo mejor y lo más barato, así como también a los conocimientos de las posibilidades y oportunidades existentes.

    Interesante:
    Me resultó sumamente interesante y “sintetizadora” (de la idea general de Hayek en este artíiculo) la cita presentada a continuación, la cual creo relevante exponer en tanto considero que logra mostrar claramente la relevancia que la idea que Hayek intenta transmitir tiene en la práctica: “Cuando comparamos un mercado “imperfecto” (…) con un mercado relativamente “perfecto”, como lo es, por ejemplo, el de los granos, nos encontramos en mejor posición para señalar la distinción que ha estado presente en todo este análisis: la diferencia entre los hechos objetivos fundamentales constitutivos de una situación que la acción humana no puede alterar, y la naturaleza de las actividades competitivas en función de las cuales los hombres se adaptan a esa situación. (…) [refiriéndose al caso de los mercados relativamente “prefectos”] por la naturaleza misma de la situación (…) el conocimiento acerca de cualquier cambio se difunde con tal rapidez y la adaptación correspondiente se efectúa en forma tan inmediata que habitualmente se atribuye poca importancia a lo que sucede durante esos breves períodos de transición (…) Sin embargo, es precisamente durante ese intervalo breve y subestimado cuando operan y se hacen visibles las fuerzas de la competencia. Y son justamente los hechos que tienen lugar en este intervalo los que debemos estudiar si queremos “explicar” el equilibrio que lo sucede”.

    3 preguntas al autor:
    1. ¿Qué se puede rescatar, habiendo ya visto sus limitaciones y falencias, del análisis estático del equilibrio competitivo en la teoría de la competencia perfecta?
    2. ¿De qué maneras ciertos autores que parten del aparato conceptual de la teoría de la competencia perfecta (como la Escuela de Chicago, por ejemplo) terminan llegando a conclusiones pro-mercado y defendiendo las virtudes del sistema de precios?
    3. ¿De qué manera respondería al cuestionamiento al sistema de precios con respecto a que, según sus críticos, es “inequitativo” o “injusto” (en tanto accede quien puede pagar)?

  2. En el ensayo titulado “El Significado de la competencia”, escrito por Hayek, el autor se propone confrontar el concepto de competencia perfecta que tan utilizado es por economistas y predomina en los cursos de cualquier carrera de ciencias económicas. Para Hayek, el modelo de competencia perfecta se caracteriza por tener, paradójicamente, ninguna competencia. En este modelo los agentes cuentan con una información perfecta sobre todos los fenómenos relevantes, venden un bien homogéneo en el mercado, las empresas no tienen ningún poder de mercado ya que son muy pequeñas y por ende son tomadoras de precios, y también hay libre entrada y salida de empresas. Hayek explica que estos supuestos no son realistas, y escapan al análisis mismo de los mercados. Las conclusiones del modelo se concentran en soluciones de largo plazo que en la práctica nunca se llegara por constantes cambios y crecimiento (o caídas) de la economía.
    Tal vez, lo que más me ha llamado la atención de este ensayo es un pasaje en el que Hayek dice “…lejos de ser beneficiosa solo cuando es perfecta, la competencia es aún más necesaria en las áreas donde la naturaleza misma de los bienes o servicios hace imposible llegar a producir un mercado perfecto en el sentido teórico. Sostener que las imperfecciones inevitables de la competencia en la práctica son un argumento en su contra tiene tan poco fundamento como afirmar que las dificultades para lograr una solución perfecta en cualquier otra actividad constituyen un motivo suficiente para no intentar siquiera resolverla…”. Creo que esto que dice es muy cierto. Muchas veces se suele decir que como un mercado no funciona acorde a lo postulado por el modelo de competencia perfecta es porque el mercado ha fracasado como mecanismo para la mejor asignación de recursos, y por ende debe ser intervenido por el Estado para lograr lo que el mercado no pudo. Lo que se olvida en estos argumentos es el hecho de que nunca se llegara a este equilibrio de largo plazo por todas las razones que se mencionan en este ensayo, y además, es justamente la competencia del mercado la solución a que la realidad sea lo más parecido posible al modelo de competencia perfecta. Atacar a la solución por no dar los resultados esperados para argumentar a favor de la “anti-solución”, es como criticar a la medicina por no poder curar todas las enfermedades y decir que por esa razón hay que eliminar el uso de medicamentos o antibióticos. Como menciona Hayek en este texto, no deberíamos preocuparnos porque la competencia sea perfecta, sino ocuparnos de que efectivamente haya cada vez más competencia.

    1) ¿Cree que el modelo de competencia perfecta debería seguir enseñándose en los distintos centros educativos que actualmente se enseña?
    2) ¿Por qué cree que ha tenido tanto éxito el modelo de equilibrio general de Walras?
    3) Si un modelo utilizara el concepto de que la información no es perfecta, para explicar los efectos que genera la inflación en la señal de precios para los productores de bienes, pero al mismo tiempo se asumiera que los mercados son perfectamente competitivos y tomadores de precios ¿Qué opinión le merecería? (Pregunta inspirada por el modelo de las islas de Robert Lucas)

  3. Hayek comienza a plantear cómo hemos dejado cuestiones esenciales y nos hemos inclinado hacia cuestiones absurdas como cuando varias personas intentan elaborar un plan, no pueden plantearse que todas disponen de la misma información. Es más, en la contemporaneidad se habla de equilibrio competitivo, pero en realidad la competencia es más que eso, el cómo los distintos agentes de la economía complementan su información, eso no quiere decir que dispongan de la misma información.
    El autor describe la opinión generalizada acerca de la competencia perfecta que presupone: a) un bien homogéneo, pequeño grupo de compradores y vendedores y ninguno de ellos ejerce influencia significativa en el precio; b) ausencia de restricciones para ingresar al mercado, no hay variación en precios, tampoco hay restricción en asignación de recursos; c) los agentes del mercado conocen perfectamente los factores más importantes, no centrándose en la discusión de si efectivamente se conocen los factores al 100%.
    Hayek además, recurre a una definición de competencia “acción de conseguir algo que otra persona trata de obtener al mismo tiempo”. Agrega un ejemplo, para que el mercado sea perfecto en sentido estricto, las casas deberían ser todas iguales. Criticando a quienes aluden a que el mercado podría ser más perfecto si los bienes y servicios son iguales, cuando en realidad soluciona la eficiencia de los recursos.
    El productor al reducir sus costos y reducir el precio genera un ahorro para el comprador, logrando esa eficiencia logra evitar el ingreso de otros competidores. Agrega, cómo en la teoría muchos están a favor de la competencia perfecta y en la práctica se vuelcan hacia los monopolios!. No tiene sentido hablar de asignación optima de recursos cuando se está en un mercado perfecto, ni discutir el conocimiento perfecto.
    Finaliza haciéndonos pensar en que deberíamos preocuparnos más de que haya competencia en lugar de discutir si estamos o no en competencia perfecta. Da una última definición en el capítulo de competencia: “proceso de formación de opinión, que al difundir información brinda al sistema económico una unidad y coherencia que caracteriza a un mercado único”

    Lo novedoso o sorprendente, resulta que esta es una cuestión que no se logra plantear y solucionar en la Argentina y en América Latina en general, salvo excepciones como Chile, Brasil, se demoniza a las empresas privadas y a la competencia del mercado. Bajo el supuesto que el Estado todo lo puede y aún mejor, es que no se deja instalar la sana competencia que permita ofrecer un mejor bien o servicio a la comunidad y de los avances que ello permita. Se plantea en particular en el país, que el monopolio de determinados servicios y productos los debe ofrecer el Estado, una discusión sin fin.
    Creo que el autor hace un planteo acertado, superado en países desarrollados, entiendo yo, donde discuten el futuro y no si el mercado con su competencia es buena o mala, o si las empresas son bunas o malas o si los bancos son buenos o malos.
    Preguntas al Autor:
    1-¿Bajo qué paraguas políticos se ubicaría hoy en día en la Argentina?
    2-¿Cree que para lograr estos pactos básicos sobre la importancia de la competencia, empresas, etc debemos modificar la constitución? Ej eliminar la reelección, dotar de mayor fortaleza institucional a las provincias y municipios en cuanto a su autonomía como el caso de la continuidad de las clases en la ciudad de buenos aires. Tendientes a un mayor federalismo.
    3-Por otro lado, ¿qué creé que deberían estar haciendo las provincias con sus mercados locales/barriales “ferias”? Que es donde se logra ver a la competencia “viva” al margen de limitaciones gubernamentales.

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