El debate sobre las crisis y los ciclos económicos: ¿Keynes y Hayek en el debate del siglo?

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I de la UBA Económicas, vemos el debate “Hayek-Keynes” sobre las crisis y el ciclo económico. Comenzamos con el capítulo 22 de la Teoría General de Keynes, titulado “Notas sobre el ciclo económico” y luego vemos también un artículo de Hayek. Aquí van algunos párrafos que explican la visión de Keynes y otros donde hace referencia a la discusión, aunque en ningún momento menciona con quién está discutiendo, pero se puede inferir con quién.

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“…encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en la curva de preferencia por la liquidez y en la eficacia marginal del capital han desempeñado su parte (en los ciclos). Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficacia marginal del capital.”

“Las últimas etapas del auge se caracterizan por las esperanzas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alta en la tasa de interés. Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aún catastrófica bajo la influencia de compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.”….

“De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficacia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. Por tanto, en condiciones de laissez-faire, quizá sea improbable evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de la inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares.”

Hasta allí, una muy breve exposición de su análisis y propuesta de solución. Ahora breves párrafos sobre el debate. Así comienza la sección inmediata al párrafo anterior:

“Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadirla, y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, el auge puede evitarse por otra alta. Ciertamente tiene fuerza el argumento de que una alta tasa de interés es mucho más efectiva contra un auge que otra baja contra una depresión.

Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría un error. Porque el término sobreinversión es ambiguo. Se puede referir a las inversiones que se destinan a desanimar las previsiones que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior será sólo un puro desperdicio de recursos:….

…’El remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja!, porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarlos así en semi-depresiones permanentes sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo.”

“El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de previsiones que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés cuya altura excesiva se comprendería si se juzga con serenidad.”

Cuando hubo una gran crisis, la gente prefiere más Estado, ¿pese a que éste la haya creado?

ZSOKA KOCZAN, del FMI y el European Bank for Reconstruction and Development (EBRD), junto a ALEXANDER PLEKHANOV, European Bank for Reconstruction and Development (EBRD), publican un paper que en verdad es preocupante. Se titula: «Scarred for Life? Recession Experiences, Beliefs and the State», EBRD Working Paper No. 261. Resulta que la gente que ha pasado por una seria crisis económica tiene mayor preferencia por la intervención del Estado en la economía y la redistribución de ingresos. Bueno, y ¿qué sucede si es precisamente esa intervención del Estado la que genera las crisis? Esto es así en particular en muchos países latinoamericanos, y la Argentina el principal. Y es cierto, la gente parece que luego de un incendio no llama al bombero sino al incendiario.

El paper en: https://ssrn.com/abstract=3973403

Y su resumen:

“Este artículo intenta explicar el hecho estilizado de que el apoyo a un mayor papel del Estado en la economía generalmente aumenta en respuesta a grandes shocks económicos. Estos efectos persisten en el tiempo y son sorprendentemente consistentes en tres grandes encuestas que cubren una geografía excepcionalmente amplia. En primer lugar, analizamos las experiencias durante la crisis de la COVID-19 mediante una encuesta a más de 39 000 adultos en 14 economías, así como durante la crisis financiera mundial mediante una encuesta representativa que abarca 34 economías. Aprovechando la variación entre las experiencias individuales durante estas crisis, encontramos que el apoyo a la propiedad estatal y la redistribución del ingreso es significativamente mayor entre las personas que sufrieron pérdidas de empleo y, en menor medida, entre aquellos que experimentaron un shock de ingresos. Aquellos que solo experimentaron un shock de ingresos tienen relativamente más probabilidades de apoyar los beneficios para los trabajadores pobres, mientras que aquellos que experimentaron pérdidas de empleo favorecen los beneficios de desempleo. Como complemento a este análisis y con el fin de rastrear los efectos a largo plazo de las experiencias de crisis, nos basamos en seis oleadas de las Encuestas de Valor Mundial que abarcan más de 100 economías. Aquí explotamos las diferencias en la exposición a las crisis a lo largo de la vida por país y año de nacimiento y año de la encuesta, y mostramos que las personas que vivieron una recesión importante durante la edad adulta expresan una mayor preferencia por la propiedad estatal y la redistribución del ingreso.”

El debate del siglo: Keynes vs Hayek: expectativas, animal spirits o falsas señales

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA vemos el debate “Hayek-Keynes” sobre las crisis y el ciclo económico. Comenzamos con el capítulo 22 de la Teoría General de Keynes, titulado “Notas sobre el ciclo económico” y luego vemos también un artículo de Hayek. Aquí van algunos párrafos que explican la visión de Keynes y otros donde hace referencia a la discusión, aunque en ningún momento menciona con quién está discutiendo, pero se puede inferir con quién.

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“…encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en la curva de preferencia por la liquidez y en la eficacia marginal del capital han desempeñado su parte (en los ciclos). Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficacia marginal del capital.”

“Las últimas etapas del auge se caracterizan por las esperanzas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alta en la tasa de interés. Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aún catastrófica bajo la influencia de compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.”….

“De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficacia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. Por tanto, en condiciones de laissez-faire, quizá sea improbable evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de la inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares.”

Hasta allí, una muy breve exposición de su análisis y propuesta de solución. Ahora breves párrafos sobre el debate. Así comienza la sección inmediata al párrafo anterior:

“Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadirla, y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, el auge puede evitarse por otra alta. Ciertamente tiene fuerza el argumento de que una alta tasa de interés es mucho más efectiva contra un auge que otra baja contra una depresión.

Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría un error. Porque el término sobreinversión es ambiguo. Se puede referir a las inversiones que se destinan a desanimar las previsiones que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior será sólo un puro desperdicio de recursos:….

…’El remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja!, porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarlos así en semi-depresiones permanentes sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo.”

“El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de previsiones que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés cuya altura excesiva se comprendería si se juzga con serenidad.”

El debate Hayek-Keynes: ahora Hayek sobre los precios, los disturbios monetarios y las malas inversiones

Con los alumnos de la UBA Económicas vemos el debate «Hayek-Keynes», ahora con un artículo de Hayek titulado «Perspectivas de precios, disturbios monetarios y mala orientación de las inversiones». De allí:

Toda explicación de las crisis económicas debe incluir el supuesto de que los emprendedores han cometido errores. Pero el solo hecho de estas equivocaciones no puede considerarse como una explicación suficiente de las crisis. Las disposiciones erróneas que terminan en pérdidas para todos aparecerán probablemente sólo en el caso de que podamos demostrar por qué todos los emprendedores han de equivocarse simultáneamente en la misma dirección. La explicación de que esto se debe a una especie de infección psicológica, o de que por cualquier otra razón la mayoría de los emprendedores tiene que cometer el mismo error de criterio, no es muy convincente. Sin embargo, lo más probable es que todos resulten equivocados por haber prestado atención a índices o síntomas que generalmente son fidedignos. Hablando más concretamente, puede ser también que los precios que regían cuando los emprendedores tomaron sus decisiones, o en los que basaron sus expectativas del futuro, creen perspectivas que necesariamente tienen que fracasar. En este caso tendríamos que distinguir entre lo que llamaríamos errores justificados, causados por el sistema de precios, y simplemente errores acerca del curso de tos hechos externos. Aunque no tengo tiempo para examinar este aspecto un poco más, debo mencionar que probablemente existe una íntima conexión entre esta distinción y la distinción tradicional entre las teorías «endógena» y «exógena» del ciclo económico.

 

Por ahora, el caso más interesante de decisiones de emprendedores, en donde el resultado depende enteramente de lo correcto del punto de vista generalmente en boga acerca de los futuros desarrollos, lo presenta el caso de las inversiones en tanto las afecte la situación del mercado de capital en general y no la situación especial de determinadas industrias. En este caso la misma causa puede provocar malas inversiones no solamente en una o en pocas industrias, sino en todas al mismo tiempo. El éxito de cualquier inversión hecha por un período de tiempo considerable depende del curso futuro del mercado de capital y de la casa de interés. Si en cualquier momento la gente principia a aumentar el equipo de producción, esto representará generalmente sólo una parte de un nuevo proceso que se completará ayudado por más inversiones diseminadas a través de un período de tiempo; y la primera inversión resultará entonces provechosa sólo cuando la oferta de capital haga posibles los nuevos cambios que se anticiparon. En general, es quizá cierto decir que la mayoría de las inversiones se hace ante la perspectiva de que la oferta de capital continuará al nivel actual por algún tiempo. En otras palabras, los emprendedores consideran la presente oferta de capital y el tipo de interés actual como un síntoma de que continuará aproximadamente la misma situación por algún tiempo. Y es precisamente la existencia de tal supuesto lo que justifica el uso de nuevo capital para dar comienzo a nuevos métodos indirectos de producción, que, para poder completarse, necesitan de nuevas inversiones por un tiempo mayor. (Estas nuevas inversiones que son necesarias para el éxito de las inversiones del presente pueden ser inversiones efectuadas por los mismos emprendedores que efectuaron la primero inversión o, más frecuentemente, inversiones por un segundo grupo de emprendedores en Ios productos producidos por el primero.) Para la realización de estas perspectivas no es necesario que la oferta de capital sea la misma durante el período de más importancia, sino más bien, como se ha demostrado en otra ocasión,’ que esta oferta de capital no disminuya en ningún momento en una cantidad mayor de la que se ha utilizado para iniciar nuevas producciones (aparte de la producción en marcha e incompleta).

Análisis y preguntas sobre Mises y las causas de las crisis económicas

Los alumnos leyeron a Mises sobre las crisis económicas. Va un resumen de los presentados, preguntas y respuestas.

RESUMEN

Una producción planificada debe manejarse por el empresario y los dueños de los medios de producción y no por un organismo que centraliza el orden de la actividad económica de un país (idea socialista). Si el consumidor satisface sus necesidades, el empresario debe aprovechar el uso de los bienes de capital y de trabajo (propiedad privada de medios de producción) para estimular el deseo de sus ganancias, guiándose a su vez por la fuerza de las preferencias del consumidor. La intercepción de este proceso de mercado puede significar un desequilibrio entre la oferta y la demanda que cause una crisis económica. Los intentos por reducir las tasas de interés de manera artificial mediante la expansión del crédito bancario, pueden causar una sobreinversión en algún sector económico que de otra forma no hubiera sucedido, causando burbujas de crecimiento que terminan explotando y conduciendo a una recesión, “secuela inevitable de un boom”. Cabe señalar que el autor escribió su pensamiento durante la crisis de la década de 1930 por lo que refiere a este evento también como el resultado de la expansión del crédito. Puntualiza que el desempleo es causado por las tasas salariales que rebasan el promedio que impone la oferta y la demanda de empleo: si las tasas disminuyen, habrá mayor demanda de empleo; pero cuando aumentan (quizá por la presión que ejercen los sindicatos), la productividad de la empresa baja y no es posible emplear a muchos trabajadores, causando desempleo. Asimismo, intentos del gobierno de mantener los precios de productos primarios mediante aranceles o subsidios proteccionistas, terminan siendo infructuosos ya que impacta al consumidor vía impuestos más altos, lo cual en ocasiones toma un semblante de carácter político haciendo de las crisis económicas, crisis de finanzas públicas.

 

Preguntas

El autor comenta que un aspecto alrededor de las crisis económicas podría ser la insuficiencia de la producción de oro aunque luego aclara que no hay razones puras para asumir esta aseveración. Por las fechas de su escrito, el sistema patrón cambio oro ya habría sido cancelado. En la actualidad es más común mantener reservas en moneda de dólares americanos. El Sr. Mises consideraría que ahora una mayor circulación de dólares en los países ayudaría a mitigar las crisis económicas. Muchos analistas internacionales utilizan la razón financiera reservas a importaciones para aludir a la capacidad de pagos que erogarían para cumplir con las deudas contraídas por las importaciones.

Respuesta: No veo una pregunta allí. No obstante, no creo que Mises viera con buenos ojos una mayor circulación de dólares, todo lo contrario.

Considera el autor que en el sistema económico capitalista el intervencionismo del gobierno es solamente un tema político proteccionista o será que las empresas son también causantes de tal intervencionismo debido a sus demandas para evitar la pérdida o reducción de su rentabilidad? Esta misma pregunta fue planteada en la guía 1, pero considero importante tener la apreciación de las distintas escuelas, que en este caso es la austriaca.

Respuesta: Por supuesto, los políticos son quienes finalmente impulsan e implementan medidas intervencionistas pero no solamente respondiendo a sus propias ideas sino también a las presiones y los intereses de quienes los apoyan, los que pueden ser tanto empresarios como sindicalistas, e incluso los mismos votantes.

Las políticas de expansión del crédito fueron una preocupación considerada por el autor. El Sr. Mises consideraría más eficiente la administración del sistema bancario de las naciones a través de un banco central administrado por el gobierno o por un órgano independiente? En su caso, quiénes debieran integrar la “junta de gobierno” de tal banco central (los políticos, los inversionistas particulares, los economistas consultores, los analistas internacionales, otros gobiernos, etc.)?

Respuesta: Mises no creía que un banco central fuera una buena alternativa para la administración de un sistema monetario. Es más, prefería un sistema monetario que no fuera “administrado” o que lo fuera en la menor medida, como el patrón oro. Se habla de “política monetaria” pero no hay peor combinación que la política con la moneda.

¿Es el libre mercado una de las causas de las crisis económicas?

Respuesta: Este es el punto detrás de toda la discusión sobre las crisis económicas. ¿Son de tipo “endógeno”, es decir, inherentes al funcionamiento del mercado? Así pensaban, con sus diferencias, tanto Marx como Keynes. ¿O son de tipo “exógeno”, ocasionadas por algún factor externo al funcionamiento de los mercados? Esto es lo que plantea Mises, para quien las crisis son el resultado de la manipulación monetaria con el objetivo de bajar las tasas de interés, generando así las burbujas y el ciclo económico.

¿Cuál es el rol real de los consumidores en una economía capitalista?

Respuesta: Mises señala que son quienes guían la producción con sus decisiones de comprar, y de no comprar. Van indicando lo que se debe producir, y también los ingresos que recibirá cada uno de los productores.

¿Cuáles son las diferencias del rol del consumidor en una economía capitalista y una economía socialista?

Respuesta: En una economía socialista quienes deciden quien produce y qué ingresos tendrá son los funcionarios de la planificación económica. En la economía de mercado con los consumidores, tal como se plantea en la respuesta anterior.

¿Qué tipo de influencia tienen los sindicatos en las crisis económicas?

Respuesta: Originalmente los sindicatos brindaban un servicio a sus miembros que incluía información acerca de las oportunidades de trabajo que se presentaba y dónde. Luego adquirieron el poder de determinar o influir substancialmente en el nivel de los salarios, pero al buscar niveles superiores a los de mercado inevitablemente generan desempleo, sobre todo entre quienes no son miembros del sindicato, como los jóvenes que buscan su primer empleo.

Mises sobre las causas de las crisis económicas

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I de la Facultad de Ciencias Económicas leyeron “Las causas de las crisis económicas” de Ludwig von Mises, una conferencia que dictara en Febrero de 1931 a un grupo de industriales alemanes en lo que ahora es República Checa.

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La conferencia comienza criticando el argumento marxista sobre la “anarquía” de la producción en el mercado, ya que no hay nadie en participar que esté organizando el proceso y luego analizando ciertas aspectos básicos sobre el funcionamiento de una economía de mercado. Los subtítulos nos muestran un poco los temas: “El papel y el poder de los consumidores” y “Producción destinada al consumo”, para señalar cómo son las preferencias de los consumidores las que guían las decisiones de los capitalistas. Estos compiten entre sí para satisfacer las necesidades de los consumidores y con cada centavo que estos gastan determinan quien gana y quien pierde.

Lamentablemente ese funcionamiento del mercado se ve distorsionado por todo tipo de intervenciones de distintos sectores que buscan algún tipo de protección o privilegio. Así, los siguientes subtítulos son: “Carácter pernicioso de la política de los productores”, sobre lo que volverá más adelante.

Aquí viene el corazón de su teoría del ciclo económico, que desarrollara ya en su libro “La Teoría del Dinero y del Crédito”, publicado en 1912, la cual presenta en forma muy sintética. Y si bien no está desarrollada como lo está en el libro, permite comprender lo esencial de su argumento. En términos económicos modernos, Mises señala que las crisis económicas no son “endógenas”, esto es, inherentes al funcionamiento de los mercados, producto de una falla en estos; sino que con “exógenas”, producto de las políticas monetarias expansivas que artificialmente incrementan el crédito generando un “boom”, que ahora hemos dado en llamar “burbujas”.

La baja artificial de la tasa de interés incentiva proyectos de inversión que no se habían desarrollado a la tasa antes existente (asumamos por un momento que esa tasa era la tasa “natural”, fruto de la oferta y la demanda de ahorro en el mercado). Esa tasa menor genera esos nuevos proyectos que demandarán recursos que no están disponibles, por lo que estos emprendedores los buscarán donde estén ahora empleados, elevando su precio.

En sus palabras:

“La expansión del crédito no puede incrementar la oferta de bienes reales. Simplemente produce un reordenamiento. Desvía las inversiones de capital del curso prescripto por el estado de la riqueza económica y de las condiciones del mercado. Obliga a la producción a tomar caminos que no habría seguido a menos que la economía experimentara un incremento de los bienes materiales. Como resultado, la reactivación carece de una base sólida, No es una verdadera prosperidad. Es una prosperidad ilusoria. No se ha desarrollado debido a un incremento de la riqueza económica, sino porque la expansión crediticia creó la ilusión de que se ha producido tal incremento. Tarde o temprano se pondrá de manifiesto que esta reactivación económica se ha edificado sobre arena.

Tarde o temprano, la expansión del crédito mediante la creación de medios fiduciarios adicionales deberá llegar a su fin. Incluso si los bancos quisieran continuar indefinidamente con esta política no podrían hacerlo, ni siquiera si se vieran obligados a aplicarla por la influencia de fuertes presiones exteriores. El continuo incremento de la cantidad de medios fiduciarios conduce a incesantes aumentos de los precios. La inflación sólo puede continuar mientras persista la opinión generalizada de que ese proceso inflacionario se detendrá en un futuro previsible. Sin embargo, una vez que se afianza el convencimiento de que no se puede detener la inflación, se desencadena el pánico. Para evaluar el valor del dinero y de los artículos primarios el público toma en cuenta de antemano los futuros aumentos de precios, es decir, las expectativas inflacionarias. En consecuencia, los precios siguen su desenfrenada carrera rompiendo todos los límites. El público le da la espalda al dinero que está comprometido por el incremento de los medios fiduciarios y «huye» hacia las divisas, las barras de metal, los «valores reales» o el trueque. En suma, la moneda se viene abajo.”

Luego señala como otras interferencias, tales como el intento de los sindicatos de fijar salarios que no son los de mercado, o productores de materias primas con los precios de sus productos, La voracidad fiscal y el aumento de los impuestos a la producción, empeoran y multiplican la crisis.

Concluye:

“Las periódicas crisis de cambios cíclicos en las actividades comerciales son el resultado de los intentos, emprendidos reiteradamente, de rebajar las tasas de interés que se desarrollan en un mercado no controlado. Estos intentos se llevan a cabo mediante la intervención de la política bancaria -es decir, recurriendo a la expansión del crédito a través de la creación adicional de billetes de banco y depósitos de cheques que no tienen un cien por ciento de respaldo oro–, con el objeto de producir un «boom». La crisis que ahora estamos sufriendo es también de este tipo. Sin embargo, va más allá del típico ciclo de depresión económica, no sólo por su magnitud sino también por su carácter, porque las interferencias en los procesos del mercado que provocaron la crisis no se limitaron únicamente a influir sobre la tasa de interés. Las intervenciones también afectaron directamente a las tasas salariales y a los precios de los productos primarios.”