La decisión del gobierno de El Salvador de dar curso legal al Bitcoin fue una novedad en la región, y en el mundo, pero una cosa es permitir que la gente pueda elegir la moneda que desea utilizar y otra es que un gobierno quiera imponer su uso. Como suele pasar con tantas otras cosas, cuando se trata de imponer algo, no funciona bien. En un reciente trabajo publicado por el National Bureau of Economic Research, NBER, Fernando E. Alvarez de la Universidad de Chicago, David Argente, de la Universidad del Estado de Pennsylvania y Diana Van Patten, tratan el tema. Se titula: “ARE CRYPTOCURRENCIES CURRENCIES? BITCOIN AS LEGAL TENDER IN EL SALVADOR; Working Paper 29968, http://www.nber.org/papers/w29968
“Este artículo estudia el potencial de una criptomoneda para convertirse en un medio de intercambio. Usamos evidencia de un experimento natural: en septiembre de 2021, El Salvador se convirtió en el primer país del mundo en hacer moneda de curso legal de bitcoin, y todos los agentes económicos estaban obligados a aceptar bitcoin para todos los pagos. El gobierno salvadoreño también lanzó una aplicación, “Chivo Wallet”, que permitía a los usuarios comerciar digitalmente con bitcoins y dólares, y ofrecía importantes incentivos para descargarla. Realizamos una encuesta cara a cara nacional representativa para obtener información sobre el uso y los efectos de bitcoin. Aprovechando estos datos, documentamos cómo, a pesar del «gran impulso» del gobierno y una gran parte de las personas que descargan Chivo Wallet, el uso de bitcoin para las transacciones diarias es bajo y se concentra entre la población bancarizada, educada, joven y masculina. También estimamos el costo fijo de adoptar la nueva tecnología de pago, la importancia de las complementariedades estratégicas para los usuarios y la elasticidad de sustitución entre los pagos móviles y otros métodos de pago.”