Con la invasión a Ucrania se ha vuelto a valorar a la energía nuclear, que además de contribuir a aliviar la escasez de combustibles fósiles debido a la guerra, es mucho más amable con el ambiente ya que no produce carbono. Tiene un problema que es dónde depositar los residuos, si bien hay tecnologías que aseguran que no habrá problemas. Este problema genera el efecto NIMBY (not in my backyard, no en mi jardín) y es así que muchas comunidades se resisten a tenerlos cerca. Es lo que trata este paper publicado en ENVIRONMENTAL ECONOMICS eJOURNAL Vol. 15, No. 28: Feb 10, 2023
Se titula “Nuclear Waste in My Backyard: Social Acceptance and Economic Incentives”, por PETYO BONEV, Rony Emmenegger, University of Basel; Laura Forero, Kaloyan Ganev, Sofia University St. Kliment Ohridski, FEBA; Ralitsa Simeonova-Ganeva, FEBA, Sofia University St. Kliment Ohridski y Magnus Söderberg, Griffith University: https://hq.ssrn.com/Journals/RedirectClick.cfm?url=https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=4302336::dgcid=ejournal_htmlemail_environmental:economics:ejournal_abstractlink&partid=364909&did=653248&eid=685108
“Los académicos han desarrollado varios enfoques para resolver el problema NIMBY. Un enfoque importante en la literatura económica es crear un «mercado político» para las instalaciones NIMBY (Mitchell y Carson, 1986), un instrumento tradicional del conjunto de herramientas económicas. Este mecanismo de mercado asignaría los depósitos de residuos nucleares a través de un referéndum, en el que se ofrece a la población local un paquete de incentivos económicos (privados o comunales) a cambio de un voto afirmativo. Los incentivos económicos representan una compensación por las externalidades negativas que surgen del mecanismo NIMBY, mientras que el referéndum representa una transacción de “mercado”. Así, el mecanismo del mercado político equivale a asignar derechos de propiedad a las comunidades. Bajo la premisa básica de que la población local responde positivamente a los incentivos económicos, este mecanismo conduce a una asignación de instalaciones NIMBY que maximiza el bienestar.”