Con los alumnos del curso sobre Ideas Políticas y Económicas en América Latina vemos un artículo de Francisco Rosende donde comenta el impacto de las ideas de la Escuela de Chicago en Chile, y en otros países de la región. http://fppchile.org/wp-content/uploads/2015/12/ideas-instituciones-y-lideres_poirtada.pdf
Aquí su introducción:
“A partir de mediados de los 70 se inició en la economía chilena un profundo proceso de transformaciones, el que dio impulso a un progreso sostenido de ésta en las décadas posteriores. Este proceso de reformas tuvo lugar en el contexto de un prolongado y severo estancamiento de la actividad productiva, junto con importantes desequilibrios fiscales, los que amenazaban con desatar una hiperinflación. El papel protagónico que alcanzó en el diseño e implementación de dichas reformas un importante grupo de economistas, que realizó estudios de postgrado en la Universidad de Chicago, ha llevado a una frecuente asociación del proceso de reformas y estabilización aplicado en Chile, con las lecciones que emergen de la investigación y planteamientos de quienes han sido las principales figuras del Departamento de Economía de la Universidad de Chicago en las últimas décadas, los que se han identificado como la “Escuela de Chicago”3.
De la experiencia de transformación económica iniciada en Chile a partir de mediados de los 70 surgen una serie de temas e interrogantes, los que le otorgan un especial atractivo a ésta. Por un lado, es interesante examinar cuáles fueron los factores que llevaron a una presencia tan marcada de economistas entrenados en la Universidad de Chicago en el diseño e implementación de las políticas que cambiaron radicalmente el rumbo de la economía chilena. En particular, es razonable esperar que para observadores externos de dicho episodio sea en alguna medida contradictorio, o al menos sorprendente, el comprobar que un gobierno militar estuviese dispuesto a implementar y sostener un conjunto de políticas dirigidas a liberalizar la economía, tras décadas de creciente intervención del Estado en ésta. Esto nos lleva a examinar cómo se gestó la influencia de los economistas de Chicago y en qué medida esta ha persistido tras el término del gobierno militar, ocurrido en marzo de 1990.
Por otro lado, es interesante recordar que la presencia protagónica de economistas entrenados en la Universidad de Chicago no se limitó al caso chileno en los 70. En efecto, en Argentina y Uruguay se iniciaron en dicho período procesos dirigidos a resolver importantes desequilibrios macroeconómicos y promover una mayor apertura de las correspondientes economías. Si bien la extensión y claridad de la agenda de liberalización de dichas economías fue bastante más acotada que lo que se planteó en Chile, parece razonable sostener que la dirección de dichos procesos era parecida. Sin embargo, tras la crisis de la deuda externa de comienzos de los 80, la que golpeó con fuerza a las economías latinoamericanas- en su mayoría expuestas a una peligrosa combinación de alto déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos y fijación del nivel (o trayectoria) del tipo de cambio- los movimientos hacia una mayor liberalización y apertura impulsada en Argentina y Uruguay fueron abandonados, mientras que en Chile – tras un breve período, en el que se designaron autoridades económicas con una visión fuertemente crítica del proceso de reformas iniciado en la década previa – finalmente se terminó intensificando la agenda de política económica asociada con el “Enfoque de Chicago”. Las diferencias en la trayectoria seguida por las economías mencionadas es ciertamente un aspecto interesante de analizar. En especial, en lo que se refiere a la identificación de las causas que llevaron a distintos grados de influencia de los economistas de Chicago en cada caso. Si bien el análisis de las particularidades de cada economía excede el propósito del presente documento, aventuraremos alguna interpretación para las causas que hicieron más resistente el proceso chileno en relación a lo observado en Argentina y Uruguay.”