Las diferencias entre el sector estatal y el sector privado en el transporte espacial

Es increíble lo que ha logrado el sector privado en el transporte espacial, en comparación a la NASA y su programa del Shuttle. El Institute of Economic Affairs de Londres publica un comentario sobre un reciente libro. Se titula “Book review: “Space to Grow. Unlocking the Final Economic Frontier” by Matthew Weinzierl and Brendan Rosseau; What role is there for the state in space travel?: https://insider.iea.org.uk/p/book-review-space-to-grow-unlocking

Por ejemplo:

“En una conferencia de 1992, S. Peter Worden, Subdirector de Tecnología de la Organización de Iniciativa de Defensa Estratégica del Departamento de Defensa de EE. UU., no se contuvo en sus críticas:

“Dado que la NASA trabaja para el sector más egoísta del Congreso, no sorprende que sus programas estén diseñados para maximizar y perpetuar programas de empleo en distritos electorales clave. El programa del Transbordador Espacial a la Estación Espacial es un ejemplo flagrante. Casi dos tercios del presupuesto de la NASA están comprometidos con este programa autocomplaciente. El Transbordador Espacial es una forma increíblemente costosa de llegar al espacio, con un costo de mil millones de dólares cada uno… Dado que hay decenas de miles de empleos comprometidos en estos programas, y también la mayor parte del presupuesto de la NASA, no solo no hay dinero para salir de este círculo vicioso, sino que existen presiones políticas positivas para asegurar que no salgamos. Como prueba de ello, ni siquiera se pudieron reunir 175 millones de dólares del presupuesto de la NASA de 14 mil millones de dólares para desarrollar un nuevo sistema de lanzamiento rentable”. (págs. 25-26)”

Y luego:
“Con una capacidad de 150.000 kilogramos, el coste real de enviar carga útil a la órbita baja terrestre (LEO) (donde operan la mayoría de los satélites) podría rondar los 200 dólares por kilogramo, un orden de magnitud inferior incluso al del Falcon 9. Esto significaría que SpaceX redujo los costes de lanzamiento en un 99 %, en comparación con el transbordador, en tan solo unas décadas. (pp. 78-79)

También conviene comparar Starship con el Sistema de Lanzamiento Espacial de la NASA, o SLS. El SLS, un cohete de alta potencia desarrollado en nombre de la NASA, completó su lanzamiento inaugural sin tripulación el 16 de noviembre de 2022, con una primera misión tripulada programada para 2026. Se prevé que cada lanzamiento del SLS y su cápsula espacial, Orión, cueste 4.200 millones de dólares. Para su primer vuelo, la NASA había invertido cerca de 24.000 millones de dólares en el desarrollo del SLS, incluyendo 6.000 millones de dólares en sobrecostos y más de 6 años de retrasos que superaron las proyecciones originales de la NASA. SpaceX estima que el costo del lanzamiento de una Starship rondará los 10 millones de dólares. Pero incluso si esta estimación resulta ser demasiado optimista y los costos resultan ser diez veces mayores, seguirían siendo 42 veces menores que los del SLS. (p. 149)”

Las empresas privadas se lanzan a aprovechar el espacio, ¿nosotros queremos una nave espacial estatal?

Hace pocas semanas se conoció una noticia según la cual un cohete de prueba estalló a dos metros del suelo, un prototipo de la Cómisión Nacional de Actividades Espaciales. ¿Vale la pena gastar dinero publico en eso? El mundo parece que va para otro lado:

http://www.infobae.com/2014/03/05/1547862-un-cohete-fabricacion-nacional-estallo-dos-metros-del-suelo-un-lanzamiento-prueba

En el Diario Siglo XXI de Guatemala, aparece una columna por Édgar Castro Bathen, profesor de Astronomía quien comenta sobre el avance de empresas privadas hacia el aprovechamiento del espacio y otros planetas, en particular de la empresa SpaceX que se presenta como una empresa que “diseña, produce y lanza cohetes y naves espaciales”. La empresa fue fundada en 2002 “para revolucionar la tecnología espacial “con el fin último de permitir a la gente vivir en otros planetas”.

http://m.s21.com.gt/astrofaro/2014/05/24/spacex

SpaceX

Aquí la columna:

Hoy quiero contarles un poco sobre lo que está pasando en la industria aeroespacial en los Estados Unidos. Desde que la NASA retiró los transbordadores los viajes al espacio parecen haber caído en un letargo, pero esto terminará muy pronto. Lo que sucede es que la industria está en un período de transición hacia la iniciativa privada.

Un ejemplo de esto es la empresa SpaceX. Esta fue fundada en junio de 2002 por el millonario Elon Musk y otros accionistas, pero especialmente el primero, quien quería hacer algo diferente con su riqueza, no solamente retirarse o hacer filantropía. Su visión se enfocó en que debe existir un acceso relativamente barato al espacio para proyectos tanto del Gobierno como de la iniciativa privada.

Musk quería construir un cohete simple y relativamente barato de reutilizar, que tuviera la misma facilidad para ir y venir que hoy tienen las líneas aéreas. En marzo de 2006, invirtió más de 100 millones de dólares de su bolsa para empezar y tuvo tanto éxito que pronto se le unieron más accionistas al punto de que en 2012 la compañía ha alcanzado un valor de 2.4 mil millones de dólares y pasó de 160 empleados a 3,800.

Musk cree que los altos costos de viajar al espacio se debían a la excesiva burocracia que tenía la NASA y rediseñó toda la línea de fabricación para tener naves espaciales más baratas y más rápidas. SpaceX se convirtió en la primera empresa privada en poner un vehículo en órbita terrestre y regresarlo el 8 de diciembre de 2010, luego de que su cápsula Dragon regresó después de dar dos órbitas alrededor de la Tierra. La privatización de los viajes al espacio había nacido.

Hoy, SpaceX ha construido nuevas y mejores naves, ha revelado conceptos y diseños futuristas que incluyen el establecimiento de la primera base en Marte. Musk espera poder enviar humanos a Marte en 10 o 20 años. Tiene un proyecto llamado Mars Colonial Transport que trata de la primera nave privada para llevar humanos a Marte y regresarlos a la Tierra. Esto último lo subrayo porque hay una gran diferencia con el proyecto Mars One, que solo ofrece viaje de ida a Marte ¡sin regreso!

En 2009 abrieron su departamento de formación de astronautas. La companía anunció que sacarán las naves Falcon Heavy y Dragon v2 que tienen capacidad de llevar más carga al espacio. A la fecha han desarrollado las naves Falcon 1 y Falcon 9, los cohetes Merlin, Kestrel y Draco. Ya tiene contratos para 40 misiones de lanzamiento. La nueva generación de transbordadores espaciales saldrá en 2017.

Sus campos de prueba se encuentran en Texas y Nuevo México, pero el campus más grande está en California, donde se crean los componentes de alta tecnología y están todos los gurús espaciales.

Y para confirmar que no son solo palabras, hace unos días, el 18 de mayo vimos en las noticias que la nave espacial Dragon, totalmente automatizada, subió a la estación espacial y trajo de regreso un cargamento de más de mil libras de experimentos que los científicos necesitan aquí en la Tierra.

Damas y caballeros, ¡bienvenidos a la privatización del espacio!