¿Qué pasó con Piketty? ¿Fue tan sólo una estrella fugaz, que apenas pudo poner en duda por un breve tiempo el avance de los mercados? ¿O lo que ya había desarrollado la teoría económica hace décadas? Dreidre McCloskey, Distinguished Professor of Economics and History en la University of Illinois at Chicago y autora del libro “Bourgeois Equality: How Ideas, Not Capital, Enriched the World”,: http://www.cato.org/policy-report/julyaugust-2015/how-piketty-misses-point , considera que las causas del progreso tienen que ver con la adopción de ciertas normas morales:
“El problema fundamental del libro de Pikkety es que se pierde el acto principal. AL enfocarse solamente en la distribución del ingreso, se pierde el evento más sorprendente de la historia: el Gran Enriquecimiento del individuo promedio en el planeta por un factor de diez y en los países ricos por un factor de treinta. Muchos seres humanos están hoy increíblemente mejor que sus ancestros. Esto incluye una mejora gigantesca de los más pobres –tus ancestros y los míos. Al aumentar dramáticamente el tamaño de la torta, los pobres han alcanzado hasta el 90 o 95 de la sostenibilidad y dignidad, contra 10 o 5 por ciento alcanzable por medio de una redistribución sin aumentar el tamaño de la torta.
¿Qué causó el Gran Enriquecimiento? No puede explicarse por la acumulación de capital, como la misma palabra ‘capitalismo’ implica. Nuestras riquezas no resultaron de apilar ladrillo sobre ladrillo, diploma de bachiller sobre diploma de bachiller, saldo de la cuenta bancaria sobre saldo. Los ladrillos, diplomas y saldos bancarios fueron, por supuesto, necesarios. Hace falta oxígeno para que haya fuego. Pero sería poco esclarecedor explicar el incendio de Chicago en 1871 por la presencia de oxígeno en la atmósfera.
Las causas originales y sostenedoras del mundo moderno fueron, en realidad, éticas, no materiales. Fueron la adopción general de dos ideas nuevas: la idea económica liberal de la libertad para la gente común, y la idea social democrática de su dignidad. Esto, a su vez, libró la creatividad humana de sus antiguos cepos. La destrucción creativa acumuló ideas nuevas radicalmente, como el ferrocarril destruyó creativamente el caminar o los carros a caballo, la electricidad destruyó creativamente a la iluminación con kerosene y el lavado a mano de la ropa, o las universidades destruyeron creativamente la ignorancia literaria y la baja productividad de la agricultura. EL Gran Enriquecimiento no solamente requiere de acumulación de capital o la explotación de los trabajadores sino lo que denomino el “Acuerdo Burgués”. En la lotería de la historia la idea de una libertad igualadora y la dignidad eran un boleto ganador, y la burguesía lo tenía.
Que aun en el largo plazo quede alguna gente pobre no significa que el sistema no esté trabajando para los pobres, en tanto su condición continúe mejorando, como está ocurriendo, y en tanto el porcentaje de los desesperadamente pobres se dirija a ser cero, como está ocurriendo. Que la gente a veces muere en hospitales no significa que la medicina debe ser reemplazada por brujos, en tanto las tasas de mortalidad caigan y en tanto estas también no caerían con los brujos.
Es un valiente libro el que ha escrito Pikkety. Pero está equivocado.”