La BBC es la cadena televisiva y de radio estatal en Inglaterra. A diferencia de lo que podríamos esperar en otros lados, suele ser muy diversa y neutral en sus contenidos. En una sección sobre la tendencia de las noticias plantea una pregunta que vale la pena considerar: ¿Debería un presidente de izquierda ir a un hospital privado? Esto es lo que comenta: http://www.bbc.com/news/blogs-trending-29903142
“He aquí el dilema: si un jefe de estado se enferma, ¿debe él o ella ir a un hospital público o a uno privado? La presidente argentina Cristina Fernández de Kirchner eligió uno privado. EN un país donde casi la mitad de la población utiliza salud privada, la decisión de Fernández puede no parecer sorprendente.
La noticia sobre su internación en una clínica privada en Buenos Aires generó más de un comentario en los medios sociales. A pesar de alabar repetidamente el sistema de salud pública argentino, la líder izquierdista terminó en el Sanatorio Otamendi. Y no era la primera vez.
Tweets como “una vez más elige una clínica y no uno de sus hospitales” o “Cristina Kirchner hospitalizada, ¿en qué hospital?” fueron retuiteados muchas veces en los últimos días. Sin embargo, una foto, compartida más de 1300 veces con el mensaje “La diferencia entre el centro privado Otamendi y un hospital público”, lanzó el debate. La imagen muestra una de las habitaciones de lujo del Otamendi, parecidas a un hotel cinco estrellas, al lado de una cama en el hospital Eva Perón, recientemente cerrado.
Carl Boniffatti (@carlbonifatti), quien posteó el tuit, me dijo que tuvo ambas experiencias- salud privada y pública. “El Otamendi es un verdadero lujo”, mientras que su paso por un hospital público no fue muy placentero. “Tocar las paredes era desagradable”, dijo.
Algunos recordaron que hace dos años Fernández dijo en un discurso: “Sólo digo que cuando hay un sistema de salud pública, el presidente debe ir a un hospital público”. Y otros recordaron que, durante el cierre del gobierno norteamericano el año pasado, cuando dijo, “no seremos un país desarrollado, pero entendemos que la salud pública es una cuestión de Estado”.
No es ésta la primera vez que Fernández de Kirchner ha ido a una clínica privada. La presidente, de 61 años, fue tratada antes este año por un dolor de cadera y ciática y en Julio por una infección de garganta aguda. El año pasado tuvo cirugía para tratar un derrame en el cerebro y recientemente sufrió una inflamación en el colon sigmoidal. Según diarios locales, en todas estas ocasiones fue a centros privados.
BBC trending solicitó comentarios de la oficina presidencial argentina y el Ministerio de Salud, sin éxito.
Ignacio de los Reyes, nuestro representante en Buenos Aires, dijo a BBC Trending que en los últimos años el sector salud ha sido una prioridad para Cristina Fernández, pero que muchos de sus críticos afirman que el gobierno ha gastado en forma ineficiente. La demora estos años en la construcción de siete hospitales tampoco ha ayudado”.
En fin, esto es lo que plantea la BBC, y es una buena pregunta. Pero, tal vez, debería ir aún más allá. Esto es, tal vez deberían ir a los hospitales públicos no sólo los presidentes y los políticos que por ellos votan, sino los mismos partidarios de la salud estatal. Después de todo, hay que dar el ejemplo. ¿Podrían acaso argumentar que irían a los hospitales públicos si ellos funcionaran como creen que deberían hacerlo? Algo así como: iría a un hospital público si funcionara como uno en Suecia, pero como no son así, voy a uno privado. Uhm…, no parece muy consistente tampoco.
Y, por supuesto, quienes así pensaran seguramente tendrían también que invertir en pesos, dejar todos sus ahorros dentro del país y tomarse vacaciones localmente, comprar ropa nacional y trasladarse en autos producidos localmente.