Bryan Caplan y los votantes irracionales. La causa principal de la mala política es el mal pensamiento

Bryan Caplan es un economista creativo y original, por eso es importante leerlo. Ahora publica un libro titulado “Voters as Mad Scientists: Essays on Political Irrationality”, que es presentado de esta forma:

 

“Bryan Caplan, profesor de economía en la Universidad George Mason y autor superventas del New York Times de Open Borders, The Myth of the Rational Voter, Selfish Reasons to Have More Kids y The Case Against Education, escribió en su blog para EconLog de 2005 a 2022. Su último libro combina lo mejor de sus escritos de EconLog sobre la irracionalidad de los votantes. La causa principal de la mala política… es el mal pensamiento.

En el ensayo del título, Caplan argumenta que el principal problema de la democracia no es que los votantes sean egoístas, sino que son altruistas con puntos de vista tontos sobre cómo ayudar al mundo. Ensayos posteriores exploran la irracionalidad de los votantes desde el interior de la cabeza de los votantes, y muestran cuánto más sentido tiene la democracia cuando dejas de esperar que las demostraciones tengan sentido.

Si los votantes son tan malos, ¿cuál es la alternativa? Caplan hace el caso racional de la libertad. Lo que el mundo necesita no es tanto el derecho a hacer el mal como el derecho a hacer cosas buenas que suenan mal.”

Y del texto:

“Los libros de texto de historia están llenos de quejas populistas sobre los negocios: los males de la Standard Oil, los horrores de las viviendas de Nueva York, las partes del cuerpo humano en las plantas empacadoras de carne de Chicago. Para ser honesto, no he tomado en serio estas quejas desde la escuela secundaria… Aún así, periódicamente me pregunto si mi indiferencia es injustificada. Los populistas me molestan, pero ¿cómo sé que no tenían razón? Después de todo, tengo un conocimiento casi nulo de primera mano de cómo era la vida en el apogeo de la Standard Oil, las viviendas de Nueva York o las empacadoras de carne de Chicago. ¿Qué habría pensado si estuviera allí?”

Sin embargo, continúa Bryan, hay una prueba. ¿Qué dicen los populistas sobre las revoluciones tecnológicas de la década de 2000 que Bryan ha visto con sus propios ojos?

“He visto a la industria de la tecnología mejorar drásticamente la vida humana en todo el mundo.

Amazon es simplemente la mejor tienda que jamás haya existido, con diferencia, con una selección increíble y una comodidad sobrenatural. El precio: barato.

Facebook, Twitter y otras redes sociales nos permiten socializar con nuestros amigos, conocer gente nueva cómodamente y explorar incluso los intereses más oscuros. El precio: gratis.

Uber y Lyft brindan transporte conveniente y de alta calidad. El precio: realmente barato.

Skype es un videoteléfono con calidad de ciencia ficción. El precio: gratis. YouTube nos brinda entretenimiento sin fin. El precio: gratis.

¡Google nos da la totalidad del conocimiento humano! El precio: gratis.

Eso es lo que he visto. Lo que he escuchado, sin embargo, es totalmente diferente. Los populistas de nuestra Edad de Oro son ruidosos y furiosos. Están llorando por los «monopolios» que entregan mangueras contra incendios con cosas gratis. Se lamentan de la «muerte de la competencia» en industrias (como los taxis) que los gobiernos monopolizaron por la fuerza desde que cualquier persona viva puede recordar. Insisten en que “solo el 1% se beneficia” en una era en la que la mitad de las nuevas empresas de alto perfil literalmente ofrecen sus servicios de forma gratuita. Y están arremetiendo contra las empresas por «tomar nuestros datos», a pesar de que hace cinco años casi nadie se dio cuenta de que tenían datos.

Mi punto: si su reacción general al progreso comercial en los últimos quince años es aunque sea levemente negativa, ninguna persona sensata tratará de complacerlo, porque es imposible complacerlo. Sin embargo, nuestros nuevos populistas antitecnológicos han logrado convertirse en un centro de atención pseudointelectual.”

La desigualdad que realmente importa: la de consumo. Y también es importante la movilidad social

Muy interesante estudio de Ignacio Moncada y Juan Ramón Rallo sobre la desigualdad en España, publicado por el Instituto Juan de Mariana: La desigualdad en España: ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?, : https://www.juandemariana.org/investigacion/archivo-de-publicaciones/mitos-y-realidades-sobre-la-desigualdad-en-espana

Antes de lanzarse a estudiar más a fondo la desigualad es preciso clarificar la crucial diferencia entre los tres tipos de desigualdad económica: la desigualdad de riqueza, desigualdad de renta y desigualdad de consumo

La desigualdad de consumo

El consumo se refiere a los bienes y servicios de los que disfrutamos en cada momento del tiempo para satisfacer nuestras necesidades. Sin renta es imposible consumir, pero sí es posible disfrutar de renta que no se consume, sino que se convierte en riqueza. Si todos los individuos de una sociedad disfrutaran siempre del mismo nivel de consumo, estaríamos ante una sociedad a efectos prácticos muy igualitaria, por muy divergentes que pudieran ser las disponibilidades de renta o de riqueza. De hecho, la lógica de un Estado de Bienestar providente es en parte esa: el Estado no proporciona a sus ciudadanos ni riqueza ni, en muchas ocasiones, renta: lo que sí les proporciona son bienes y servicios para su uso y disfrute (sanidad, educación, comida o vivienda gratuitas).

Son múltiples los autores que han hecho hincapié en que lo verdaderamente importante a efectos de bienestar no es la renta, sino el consumo (Bergh & Nilsson, 2012; Cutler & Katz, 1992; Slesnick, 2001; Deaton & Paxson, 1994; Krueger & Perri, 2006). La desigualdad a la que hay que prestar mayor atención, por tanto, es a la desigualdad de consumo.

La movilidad social

Junto a las medidas estáticas de desigualdad en la distribución de la riqueza, de la renta o del consumo hay que considerar, a su vez, la llamada movilidad social, esto es, los cambios que se producen en los titulares o beneficiarios de la riqueza, renta o consumo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, imaginemos que una sociedad está compuesta por dos individuos A y B: durante los años pares,

A cobra el 90% de la renta total y B el 10%; durante los años impares, A cobra el 10% de la renta y B el 90%. Si en esta sociedad hiciéramos una foto anual de la desigualdad de renta, saldría que se trata de una sociedad muy desigualitaria (un individuo se queda con el 90% de los ingresos y el otro con el 10%), cuando en realidad sería muy igualitaria, pues cada año se alternan en la posición del otro. La movilidad social, pues, nos indica el grado en que esas desigualdades descritas por los indicadores de desigualdad son persistentes en el tiempo.

Una vez vistos estos conceptos básicos previos, las siguientes secciones se dedicarán a analizar las métricas de desigualdad para el caso de España y a compararlas con las de otros países en el contexto europeo, tanto en lo que respecta a la desigualdad de riqueza, de renta y de consumo. Se profundizar en cada uno de los apartados en lo que las mediciones incluyen y lo que omiten, para así procurar proporcionar al lector una imagen lo más realista y completa posible de la desigualdad económica en España.

Comentario a «El camino de la política: ¿votantes desinformados o ignorantes?

Un alumno lee el capítulo de «El Foro y el Bazar», resume y hace preguntas, que contesto. El capítulo es «El camino de la política: ¿votantes desinformados o ignorantes?»

Resumen

Los clásicos suponían el papel del gobierno como el de un dictador benevolente que tiene el monopolio de la coerción (según la definición de Estado, de la ciencia política), el cual ejerce persiguiendo el bien común. No obstante, la escuela del Public Choice o del análisis económico de la política viene a cuestionar esto; ya que para la misma el ser humano persigue principalmente su propio interés, no sólo en el mercado sino en la política, por lo que se hace necesario evaluar si el sistema político genera algún efecto que guíe la búsqueda del interés personal hacia el bien común.

Comentario: Correcto, aunque en la primera frase diría «neoclásicos», ya que los clásicos comprendían muy bien el funcionamiento de la política y nunca se encerraron en la economía.

Los mecanismos de la política para satisfacer las necesidades comunes es similar a la del mercado para satisfacer nuestras necesidades individuales, esto es: que las preferencias se conozcan, mediante el envío de mensajes hacía quienes deberán dirigir esfuerzos para satisfacerlas. En cuyo caso, es importante resaltar, dicho proceso tiene importantes imperfecciones. Por un lado, los votantes al revelar sus preferencias entremezclan las referentes a bienes públicos y la distribución de bienes privados. Como por otro, al asumir que su voto no es definitorio para el resultado de la elección, esta acción se separa del resultado obtenido y el incentivo es débil para estar informado, por lo que el votante sería racionalmente apático.

La considerar que los paquetes votan por “paquetes” enteros de atributos (oferta política), la inevitable regla un votante un voto hace que se pierda información sobre la intensidad de la preferencia, con lo cual se borran las preferencias por distintos bienes públicos.

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Las reglas para establecer un resultado tienen tanto costos externos, impactos en los habitantes – sean votantes o no- como costos para llegar a una decisión. El punto en el que los costos de las decisiones superan los costos externos que se evitan no es necesariamente el de la mayoría simple (la mitad más un voto), ya que en algunos casos los costos externos pueden ser muy superiores o requerir una mayoría especial, o ser muy bajos y permitir porcentajes menores.

La forma como se expresan las preferencias y la regla de la mayoría absoluta motiva a los candidatos o propuestas a ubicarse cerca del punto del votante medio, pero la forma en la que se trasladan estas preferencias a un resultado están influidas en algunos casos, y determinadas en otros, por el sistema electoral. Con las mismas preferencias se pueden obtener diferentes resultados. En este sentido, lo que se podría llamar las fallas de la política ponen en cuestionamiento la búsqueda de soluciones por ese medio, sin consideración de las alternativas con que la sociedad cuenta, siendo que a lo sumo se pueden esperar soluciones imperfectas, si no contraproducentes.

Preguntas al autor

  1. A la luz del Public Choice, parece bastante claro que el papel de la educación integral –sugeriría yo, con un enfoque humanista- es fundamental para la construcción de una sociedad que procure el bien del Hombre, de todos los hombres, de manera de que los intereses individuales no sean muy distintos de los de la sociedad -en lo esencial-; de manera que pueda haber convivencia y poder construirse la institucionalidad necesaria para garantizar un contrato social que le dé estabilidad al sistema político, la sociedad. ¿Estaría Ud. de acuerdo con esto?

Respuesta: James Buchanan enfatizaba la necesidad de compartir ciertos valores communes, de tolerancia sobre, precisamente, la diferencia de objetivos que tienen los miembros de una sociedad. Pero, se trata de «valores» más que de educación. Se pueden tener los valores correctos y no tener una eduçación formal, y hay que tener cuidado con  los intentos de imponer una «educación integral» desde el poder, ya que eso es lo que hay en los países totalitarios.

  1. Con este enfoque del Public Choice pareciera que para que el sistema político, la sociedad, puede mantener cierto orden requiere, en el caso de democracias, de partidos fuertes con ideologías claras de manera que los votantes estén claros en el tipo de sociedad que están eligiendo a la hora de ir a unas elecciones. De otra manera, si da lo mismo votar por uno que por otro, porque no se puede distinguir, pareciera que se haría muy difícil darle dirección a la política, como manera de ponerse de acuerdo los ciudadanos en la convivencia y construcción de la sociedad que la mayoría quiere.

Respuesta: Es cierto que la existencia de partidos facilita la decision política porque transmiten información. El votante ya sabe que el candidato X es del partido Y, y eso puede ser suficiente información para tomar una decision. Al mismo tiempo, los partidos bien establecidos suelen, como todos, temer a la competencia y terminan muchas veces cerrando al puerta el ingreso de competidores, con lo cual perjudican a la necesaria competencia en el Mercado politico.