Come chocolate y te puedes ganar el premio Nobel: correlación y causalidad o investigaciones ridículas

Debo esto a un post de mi amigo Julian Morris, de Reason Foundation. Resulta que hay un artículo, publicado nada menos que en la revista Scientific American, que afirma existe una causalidad…., entre el consumo de chocolate y la recepción de premios Nobel!! Julian muy bien dice que es otro ejemplo de confundir “correlación” con “causalidad”. Que dos variables aparezcan comportarse en el mismo sentido no quiere decir que una sea la causa de la otra, pero esto sigue apareciendo en las revistas más conocidas.

El artículo es publicado por Scientific American, con el título: “Chocolate consumption and Nobel Prizes: A bizarre juxtaposition if there ever was one”: https://blogs.scientificamerican.com/the-curious-wavefunction/chocolate-consumption-and-nobel-prizes-a-bizarre-juxtaposition-if-there-ever-was-one/

“¿Qué hace a un ganador del Premio Nobel? Hay varios factores sugeridos: ¿Perseverancia? ¿Buena suerte? ¿Buenos mentores y estudiantes? Aquí hay un factor posible que nunca hubiera imaginado en mis sueños más locos; consumo de chocolate. El consumo de chocolate va bien con el número de premios Nobel producidos por un país.

Al menos eso es lo que afirma un artículo publicado en el New England Journal of Medicine, una de las principales revistas de investigación médica del mundo. Tengo que decir que encontré el estudio extraño cuando lo leí, y unas pocas horas de pensamiento extenuante y perplejo no han hecho nada para sacudirme ese sentimiento. El estudio en sí es divertido y bastante breve y creo que es una lectura entretenida; lo que me quedo pensando es por qué este artículo constituye una investigación seria y por qué habría sido publicado en una revista que a lo largo de los años ha presentado algunos de los hallazgos médicos definitivos de nuestro tiempo.

El artículo comienza suponiendo -totalmente razonable- que ganar un Premio Nobel debe estar relacionado de alguna manera con la capacidad cognitiva. Luego pasa a describir un vínculo entre los flavanoles (moléculas orgánicas que se encuentran entre otros alimentos en el chocolate, el té verde y el vino tinto) y la capacidad cognitiva. Ahora bien, no he leído la literatura sobre los flavanoles y la capacidad cognitiva, pero estoy seguro de que los flavanoles en sí mismos no podrían ser responsables de un efecto cognitivo mejorado, especialmente cuando son parte de un cóctel complejo de factores dietéticos y ambientales que afectan la función cerebral.”

Exclusión social y criminalidad: una vida por dos pesos

Los alumnos de Derecho participan mucho más cuando hay algún tema de actualidad que uno de teoría. Veamos uno de estos, aunque desde una perspectiva metodológica. Sin afán de polémica política, tomo esto porque salió en el diario, podría haber tomado cualquier otro ejemplo de políticos opositores.

Dijo la presidenta Cristina Fernández de Kirchner: «Cuando alguien siente que su vida para el resto de la sociedad no vale dos pesos, no podemos reclamar que la vida de los demás valga para él más de dos pesos».

Es difícil interpretar la frase desde una perspectiva económica. El valor es subjetivo, y el valor de una vida, propia o ajena, no está determinado por el ingreso que uno pueda obtener en el mercado. Fácilmente uno puede imaginar un pobre que tenga un ingreso menor a dos pesos (¿por día, por hora?) pero que tenga una alta valoración de su propia vida, e incluso tenga una alta valoración de la vida de los demás.

Pero, en verdad, la frase es otra forma de expresar una teoría ya planteada otras veces: que la exclusión social genera violencia y criminalidad.

Pero “correlación” no implica “causalidad”. Esta es una vieja falacia. Que dos variables estén relacionadas no significa que podamos probar que una es causa de la otra. En este caso la correlación presentada sería la siguiente:

A: Exclusión social…….. por lo tanto…….violencia y crimen

Pero alguien podría también plantear lo contrario

B: Violencia y crimen….. por lo tanto……..exclusión social

Es decir, no basta con plantear la correlación, es necesario fundamentar la causalidad. No digo que no exista, y tal vez es mucho pedir que se presente en un discurso presidencial, pero así como es expuesto, apenas se raspa la superficie del problema.

Porque esa correlación A plantea muchas preguntas, tales como:

  1. ¿Cómo es que encontramos crímenes realizados por gente que no parece “excluida” socialmente? Al menos que no parece ser “materialmente destituido”. Muchos han visto entrar a su casa asaltantes elegantemente vestidos, y lejos de parecer eso.
  2. Más aún, ¿qué explica que haya gran cantidad de gente pobre, por cierto una amplia mayoría, que no comete delitos?
  3. ¿Quiénes comenten delitos son “excluidos” por la sociedad hacia la ilegalidad, o son “atraídos” por el potencial de mayores ingresos allí? Puede ser que alguien enfrente la posibilidad de conseguir solamente un ingreso de dos pesos, pero, ¿puede haber otros que se inclinan por el crimen porque encuentran que el mercado les ofrecería, digamos 10 pesos, y el narcotráfico 50 pesos?

En definitiva, correlación, que la exclusión social y la criminalidad tengan algún tipo de vínculo, no implica, aunque tampoco descarta, que uno sea necesariamente causa del otro.

Si no, veamos este gráfico que vincula el aumento de las temperaturas en el planeta con la cantidad de piratas. Parecen estar relacionados: ¿es que las temperaturas han aumentado porque se ha reducido la cantidad de piratas? ¿sera que las temperaturas promedio han caído en los últimos 20 años porque aparecieron los piratas en Somalia? ¿debería haber más piratas para que se reduzca el calentamiento global?

 

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