En este, y siguientes posts presentaré disintas visiones sobre la importancia de las instituciones, para llegar a ver teorías sobre el origen de las instituciones.
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Es decir, ¿si la calidad de las instituciones es importante para explicar el progreso de los países, qué explica que algunos países hayan logrado tener instituciones de mayor calidad que otros?
Empecemos con un cuestionamiento a la importancia del papel de las instituciones:
Por ejemplo, Sachs (2003a y 2003b) cuestiona la relación entre instituciones y progreso considerándolo un concepto vago con el que se pretende explicar el desarrollo económico por medio de una sola variable, sin tener en cuenta otras como “las limitaciones de recursos, la geografía, la política económica, la geopolítica y otros aspectos de la estructura social interna, como los papeles del hombre y de la mujer y las desigualdades entre los grupos étnicos” (2003b).
Sachs atribuye a la explicación “institucionalista” un cierto objetivo “ideológico” ya que con esto, según el autor, se explica al mayor progreso de Estados Unidos, Europa y Japón en esas mismas instituciones, que cuando el crecimiento se produce en otras regiones se debe a eso y, finalmente, que esto libera al “mundo de los ricos” de responsabilidades financieras respecto a los pobres, ya que la causa de su falta de progreso se debe a sus propias falencias institucionales. Sachs afirma que las instituciones no explican todo y que, debido a ello, sería más sensato “intensificar la lucha contra el SIDA, la tuberculosis y el paludismo; tratar de solucionar el agotamiento de los nutrientes del suelo; y construir más caminos para conectar poblaciones remotas a mercados regionales y puertos costeros”(2003b).
Curioso, ya que una supuesta visión “ideológica”, con la cual se implica exenta de verificación empírica, es criticada con otra que no presenta tampoco esa verificación. Concluye Sachs (2003b): “En otras palabras, África subsahariana y otras regiones que hoy se afanan por mejorar el desarrollo económico necesitan mucho más que sermones sobre buen gobierno e instituciones sólidas, factores que sin duda sirven para aumentar la eficacia de las demás medidas. Necesitan intervenciones directas, respaldadas por más asistencia de los donantes, para superar la enfermedad, el aislamiento geográfico, la escasa productividad tecnológica y las limitaciones de los recursos que los atrapan en la pobreza”.
En 2003a, Sachs comenta distintos trabajos de sí mismo y otros colegas en los que se demostraría que “los niveles de ingreso per cápita, crecimiento económico y otras dimensiones económicas y demográficas están fuertemente correlacionadas con variables claves geográficas y ecológicas tales como, la zona climática, enfermedades ecológicas y distancia a la costa”. En uno de esos trabajos (Gallup, Sachs, and Mellinger, 1998), los autores presentan un modelo teórico que busca explicar que un “entorno físico desventajoso” puede conducir a la adopción de arreglos institucionales menos productivos.
Estos autores, entonces, plantean una hipótesis que es la que realmente nos interesa aquí. Si bien buscan explicar qué determina el desarrollo económico, su teoría presenta también una hipótesis respecto a qué determina la existencia de ciertas instituciones.
La discusión con Acemoglu, Daron, Simon Johnson y James A. Robinson (2001), Easterly,William y Ross Levine (2002) y Rodrik, Dani, Arvind Subramanian y Francesco Trebbi (2002), se basa en un modelo según el cual el ingreso per cápita es una función de la calidad de las instituciones medida por un índice y un conjunto de otras variables que pueden incluir las geográficas, históricas o políticas.
ln(Yi) = β0 + β1 QIi + β2’ Zi + εi
Yi es el ingreso per cápita, QI es la calidad institucional y Zi el conjunto de las otras variables. Los autores antes mencionados, verifican la hipótesis de que β2’ sea cero, es decir que no tenga ningún poder explicativo y lo comprueban, pero Sachs sostiene que no sería así si se toma a Zi como una variable de la transmisión de la malaria, la que entonces explicaría el nivel de ingresos en ciertos países cuyas condiciones geográficas favorecen la extensión de esta enfermedad. Para Sachs la calidad institucional muestra una “fuerte correlación positiva con el porcentaje de la población que vive en zonas con ecologías de zonas templadas” (p. 8).
Es decir, para Sachs son más determinantes los factores geográficos que los institucionales para explicar el progreso o su ausencia. Mañana comentaré otras teorías, que también toman en cuenta factores geográficos, pero que asignan mayor peso a las cuestiones institucionales.
Referencias
Acemoglu, Daron, Simon Johnson y James A. Robinson (2001), “The Colonial Origins of Comparative Development: An Empirical Investigation”, American Economic Review, vol. 91 (diciembre), págs. 1369–1401.
Easterly, William y Ross Levine (2002), “Tropics, Germs and Crops: How Endowments Influence Economic Development”, NBER Working Paper 9106 (Cambridge,Massachusetts: National Bureau of Economic Research).
Gallup, John Luke, and Jeffrey Sachs D. with Andrew D. Mellinger. «Geography and Economic Development.» in Annual World Bank Conference on Development Economics 1998 (April), The World Bank: Washington, DC.
Rodrik, Dani, Arvind Subramanian y Francesco Trebbi (2002), “Institutions Rule: The Primacy of Institutions over Geography and Integration in Economic Development”, NBER Working Paper 9305 (Cambridge,Massachusetts: National Bureau of Economic Research).
Sachs, Jeffrey D. (2003a), “Institutions Don’t Rule: Direct Effects of Geography on Per Capita Income”, NBER Working Paper 9490 (Cambridge, Massachusetts: National Bureau of Economic Research).
Sachs, Jeffrey D, (2003b), “Las Instituciones son importantes, pero no para todo: no deben subestimarse el papel que cumplen la geografía y los recursos naturales en el desarrollo”, Finanzas y Desarrollo, Fondo Monetario Internacional, junio.