Leyendo a quienes piensan lo opuesto: ¿el control de capitales promueve el crecimiento económico?

Mises decía a sus alumnos que tenían que leer a todos los autores, tanto los que les resultaran correctos como los que no. He aquí el caso de un paper que llega a conclusiones claramente opuestas a lo que parecería correcto y que seguramente será aprovechado para presentar como respaldo a políticas como las que se llevan adelante en Argentina, aunque aquí, nada de lo que el paper sugiere ha ocurrido. Argentina lleva años de control de capitales y una desesperación por acumular reservas y no lo logra. Se trata de “Catching Up by ‘Deglobalizing’: Capital Account Policy and Economic Growth”, por Paul Bergin (University of California, Davis), Woo Jin Choi, y Ju H. Pyun, Korea University; NBER Working Paper No. 30944: https://www.nber.org/system/files/working_papers/w30944/w30944.pdf

“Si bien una investigación empírica sustancial ha evaluado la cuestión de si la apertura de la cuenta de capital promueve el crecimiento económico, este documento encuentra evidencia empírica para casos en los que ocurre lo contrario: que una política de control de capital puede promover el crecimiento económico, cuando se combina con una política de acumulación de reservas. Usando datos de panel de 45 países de 1985 a 2019, encontramos que los controles de capital combinados con la acumulación de reservas (política de cuenta de capital estratégica) contribuyen al crecimiento del PIB real y la PTF. Este efecto es más fuerte para los mercados emergentes y antes de la crisis financiera mundial. Mostramos que la política está fuertemente asociada con la ampliación de la escala del sector manufacturero y la productividad, y es consistente con las teorías de aprender haciendo a través de la exportación.

Las reservas indígenas (mapuches u otras), deberían ser zonas libres, con sus propios impuestos y regulaciones

Aunque poco sabemos de esto, Argentina tiene, como Estados Unidos, reservas indígenas. El problema es la calidad de las instituciones en esas reservas, que tendrían que convertirse en “free zones”, con sus propios impuestos y regulaciones. Por no tener eso, tienen problemas. Lo trata este paper: “Institutions and Economic Development on Native American Lands” por Lofthouse, Jordan K. Independent Review 24, no. 2 (September 22, 2019). GMU Working Paper in Economics No. 19-46: https://papers.ssrn.com/sol3/papers.cfm?abstract_id=3503072

“Los estudios económicos anteriores han demostrado una base institucional para la pobreza de los nativos americanos. La pobreza se atribuye en gran medida a las estructuras de gobierno formales, especialmente a los regímenes de derechos de propiedad ineficientes y al gobierno burocrático excesivo. Aunque la erudición previa ha enfatizado el papel de las instituciones formales, la teoría del proceso de mercado en lo que se refiere a las economías de los nativos americanos ha sido descuidada en esta literatura. Este artículo intenta llenar el vacío incorporando la teoría del proceso de mercado y el espíritu empresarial a la discusión más amplia de los efectos institucionales en el desarrollo económico de los nativos americanos. El crecimiento económico y el desarrollo son los resultados directos del proceso de mercado empresarial competitivo, y la calidad de las instituciones que gobiernan la acción social es el determinante último de la disposición de los individuos a participar en la actividad empresarial. Las instituciones impiden el espíritu empresarial, el proceso de mercado y el desarrollo económico en las reservas de nativos americanos a través de tres canales generales: (1) el fideicomiso federal de tierras, (2) una burocracia dual federal-tribal y (3) la incertidumbre política y legal. Esos canales generalmente levantan barreras para el intercambio de beneficio mutuo, el espíritu empresarial y la innovación. En particular, generalmente aumentan los costos de transacción, la búsqueda de rentas y las demoras burocráticas, lo que impide que muchos nativos americanos participen en empresas privadas.”

Adam Smith: riqueza es la capacidad de producir bienes y servicios; ya critica «cepos cambiarios»

En el Libro IV de La Riqueza de las Naciones, Adam Smith trata los “distintos sistemas de política económica” y en el capítulo II en particular sobre el sistema “comercial o mercantil”: http://www.econlib.org/library/Smith/smWN12.html

Las políticas mercantilistas se han seguido aplicando desde entonces (y Adam Smith explica más abajo porqué), pero la “teoría mercantilista” nunca pudo recuperarse del golpe que le propinara Adam Smith en su texto. Algunos párrafos:

AdamSmith

“Un país rico, de la misma forma que un hombre rico, se supone es un país donde abunda el dinero; y acumular oro y plata en un país se supone es la forma más sencilla de enriquecerlo. Por cierto tiempo luego del descubrimiento de América, lo primero que preguntaban los españoles cuando llegaban a una costa desconocida solía ser si había mucho oro o plata en la vecindad. Según la información que recibieran, juzgaban si era oportuno establecer allí un asentamiento o si valía la pena conquistar el país. Plano Carpino, un monje, enviado como embajador de Francia a uno de los hijos del famoso Genghis Khan, relató que los tártaros solían preguntarle si había muchas ovejas y bueyes en el reino de Francia. Su pregunta tenía el mismo objetivo que la de los españoles. Querían saber si era un país suficientemente rico para ser conquistado. Entre los tártaros, como en todas las naciones de pastores que son usualmente ignorantes del dinero, el ganado es el instrumento del comercio y la medida de valor. La riqueza, por lo tanto, según ellos, consiste en ganado como para los españoles consistía en oro y plata. De los dos, tal vez la noción de los tártaros estaba más cerca de la verdad.”

“Como consecuencia de estas nociones populares, todas las distintas naciones de Europa han estudiado, aunque con poco resultado, todo medio posible para acumular oro y plata en sus respectivos países. España y Portugal, los propietarios de las principales minas que proveen a Europa de esos metales, han tanto prohibido su exportación bajo las penas más severas o las han sujetado a considerables aranceles. Esa misma prohibición parece haber sido parte de la política de muchos países de Europa en el pasado. Se la encuentra, incluso, donde menos deberíamos esperarla, en algunas viejas leyes del parlamento de Escocia que prohíben bajo fuertes penalidades el transporte de oro o plata del reino. Una política similar se aplicó tanto en Francia como en Inglaterra.”

Y respecto a las preocupaciones de quedarse “sin dinero”, comenta:

“Un país que no tiene minas propias debe, indudablemente, obtener su oro y plata de países extranjeros de la misma forma que uno que no tiene viñedos para obtener vinos. No parece necesario, entonces, que la atención del gobierno debe ocuparse más de un asunto que del otro. Un país que tiene los recursos para comprar vino obtendrá siempre el vino que necesite; y un país que tiene los recursos para comprar oro y plata nunca tendrá falta de ellos. Se los compra por un cierto precio como cualquier otro producto, y como son el precio de todos los otros productos, todos los otros productos son el precio de los metales. Confiamos con total seguridad que la libertad de comercio, sin ninguna atención por parte del gobierno, nos proveerá siempre del vino que necesitamos; y podemos confiar que de igual forma nos proveerá siempre del oro y la plata que podamos comprar o emplear, tanto sea para la circulación de nuestros productos, como para otros usos.”