Según un informe un 99,9% de los viajes en Uber en USA son seguros. ¿Qué pasa con los abusos sexuales y crímenes?

La llegada de Uber sacudió un mercado hasta entonces super regulado y con poca competencia. Claro, salvo a los consumidores, a muchos no le gusta la competencia entre productores, así es como Uber ha sido combatida en todo lugar que ha llegado, con meyor o menor éxito.

El principal argumento contra Uber ha sido que no cumple con los requisitos legales que se demandan de taxistas. Éstos, quieren que los conductores de Uber los cumplan, en lugar de que los liberen a ellos de esas cargas.

Porque, desde el punto de vista del consumidor, tal vez es más confiable la calificación del conductor por parte de otros pasajeros que saber si tiene licencia profesional. En fin, el tema da para mucho más, pero como han buscado atacar a Uber desde muchos lados, uno ha sido el de la seguridad en sus viajes. Reason Foundation comenta un informe sobre los ataques sexuales en viajes de Uber. Así comienza: https://reason.com/2019/12/06/the-chance-of-your-uber-ride-ending-in-a-rape-is-00002/?utm_medium=email

El 99.9 por ciento de los viajes en Uber son seguros, según el último informe de seguridad de EE. UU. De la compañía de viajes compartidos. No obstante, el informe, que cubre 2017-2018, ha generado una gran preocupación, miedo e indignación, gracias a una sección sobre agresión sexual.

Durante el período de dos años, dice la compañía, se produjeron alrededor de 6,000 agresiones sexuales durante los viajes de Uber. Algunas personas parecen estar entendiendo que esto significa que 6,000 pasajeros de Uber fueron agredidos físicamente por sus conductores. Pero de acuerdo con los cálculos de la compañía, «los conductores reportan agresiones aproximadamente al mismo ritmo que los pasajeros en las 5 categorías más graves de agresión sexual».

Además, las «categorías más graves de agresión sexual» incluyen actos tales como besos no sexuales en la cabeza o las mejillas.

No es necesario decir que ni los conductores ni los conductores deberían tener que lidiar con ningún tipo de contacto físico no deseado. Pero cuando pensamos en cómo hacer que servicios como Uber sean más seguros, es importante tener en cuenta que los contratistas de estas empresas también necesitan protección. En este momento, la narrativa sobre los servicios de viaje compartido y la agresión sexual en la cultura popular se ha centrado casi por completo en la amenaza que los conductores de Uber podrían representar para los clientes.

También es importante mantener un sentido de perspectiva. Uber facilitó casi 4 millones de viajes a Estados Unidos todos los días el año pasado, según la compañía. En 2017 y 2018, promedió 3.1 millones de viajes por día. Los conductores de Uber completaron un total de 2.300 millones de viajes en esos dos años.

De estos miles de millones de viajes, solo el 0,0003 por ciento incluyó un informe de un «incidente crítico de seguridad», definido como un accidente letal, una agresión física que resulta en la muerte o cualquier tipo de agresión sexual.

La compañía define «agresión sexual» como «cualquier contacto físico o intento de contacto físico que se informa que es de naturaleza sexual y sin el consentimiento del usuario. Esto puede incluir incidentes dentro de la taxonomía que van desde el intento de tocar una parte del cuerpo no sexual ( p. ej., un usuario que intenta tocar el hombro de una persona de forma sexual / romántica) con penetración sexual no consensuada «.

 

En 2017–2018, los viajes de Uber con incidentes críticos de seguridad resultaron en 126 muertes, que incluyen:

 

107 muertes por accidentes automovilísticos (en 97 accidentes), con aproximadamente una quinta parte de las víctimas mortales son conductores de Uber, un quinto conductor de Uber y el resto terceros, y

19 muertes por asaltos físicos, incluidas las muertes de ocho pasajeros, siete conductores y cuatro terceros.

Las agresiones sexuales se informaron por categoría, con un 45 por ciento de los incidentes reportados que involucraron a jinetes como la parte acusada y un 54 por ciento que involucraron a conductores. Los informes fueron realizados por los pasajeros en el 56 por ciento de los presuntos incidentes de agresión sexual y por los conductores el 42 por ciento de las veces.

Del control de alquileres a la «sharing economy»: si no la matan, la innovación emprendedora cambia todo

Después de Río de Janeiro, Buenos Aires es la ciudad con más viviendas ofrecidas por alojamiento compartido en América Latina. Esto es otro ejemplo de lo que ahora llamamos “sharing economy”, en la cual la gente intercambia propiedad o servicios de todo tipo a través de sitios especiales, tal como, en este caso, www.airbnb.com . El artículo en La Nación acá: http://www.lanacion.com.ar/1822298-buenos-aires-una-de-las-ciudades-con-mayor-oferta-de-alojamiento-compartido-de-america-latina

Es notable como la creatividad emprendedora modifica el uso y disposición de la propiedad, reduciendo costos de transacción para permitir todo tipo de intercambios. No va a falta mucho para que los hoteles se quejen de “competencia desleal”, pero, al menos en este aspecto, estamos por ahora a años luz de lo que fue el pasado, cuando se controlaron los alquileres y se destruyó el mercado condenando a muchos a no poder acceder a una vivienda.

En Junio de 1959, Ludwig von Mises dictó seis conferencias en Buenos Aires. Éstas fueron luego publicadas y las consideramos con los alumnos de la UBA en Derecho. Su tercera conferencia se tituló “Intervencionismo” y trata ahora sobre el alquileres, que perjudicó y limitó el funcionamiento del mercado inmobiliario en la Argentina por décadas. Mises comenta:

“Deseo referirme, en pocas palabras, a otro ejemplo que es el control de los alquileres. Si el gobierno controla los alquileres, una de las consecuencias es que la gente que, de otra forma, se hubiera mudado de departamentos más grandes a departamentos más pequeños cuando hubieran cambiado las condiciones familiares, ahora no lo hará. Por ejemplo, padres cuyos hijos dejaron el hogar cuando llegaron a los veinte y tantos años, porque se casaron o fueron a vivir a otra ciudad por trabajo. Dichos padres solían cambiar su departamento y tomar otra más pequeño o más barato. Esta necesidad desapareció cuando se impusieron controles a los alquileres.

En Viena, Austria, a principios de los años veinte, cuando el control de alquileres era muy firme, el monto de dinero que un propietario recibía como renta por un departamento promedio, equivalía a dos boletos de tranvía. Pueden imaginar que la gente no tenía incentivo alguno en cambiar sus departamentos. Y, por otra parte, no había construcción de casas nuevas. Condiciones similares prevalecían en los EEUU después de la Segunda Guerra Mundial y continúan en muchas ciudades aún hoy en día.

Una de las razones por la cual muchas ciudades en los EEUU están en tan graves dificultades financieras es que tienen control de alquileres y, como consecuencia, una escasez de viviendas. Así que el gobierno ha gastado billones en la construcción de nuevas casas. Pero, ¿por qué hay tal escasez de viviendas? La escasez de viviendas se desarrolló por las mismas razones que produjeron la escasez de leche cuando la misma tuvo controles de precio. Esto significa: cuando el gobierno interfiere en el mercado es más y más llevado hacia el socialismo.

Y esta es la respuesta a aquella gente que dice: ‘No somos socialistas, no queremos que el gobierno controle todo. Pero ¿por qué no debería el gobierno interferir un poquito en el mercado? ¿Por qué no debería el gobierno eliminar algunas cosas que nos gustan? Esta gente habla de la política de ‘mitad del camino’ Lo que no ven es que una interferencia aislada, que significa la interferencia con solamente una pequeña parte del sistema económico, provoca una situación que el propio gobierno – y la gente que pide una intervención gubernamental – se dan cuenta que es peor que las condiciones que deseaban abolir. La gente que pide por un control de los alquileres se enfurecen cuando se dan cuenta que hay escasez de departamentos, escasez de viviendas. Pero esta escasez de viviendas fue creada precisamente por la interferencia del gobierno, por la imposición de alquileres debajo del nivel que la gente debería haber pagado en un mercado libre.”