El gráfico de la oferta y la demanda: el más útil, pero tan solo el principio para comprender el proceso

Con los alumnos de Microeconomía de OMMA Madrid, leemos a Eugen von Böhm-Bawerk sobre la determinación del precio y el gráfico de la oferta y la demanda.

En general, todos utilizamos el gráfico de las curvas de oferta y demanda para explicar en las clases la formación de los precios en el mercado. Es, seguramente, el gráfico de mayor utilidad que exista en la disciplina y facilita la compresión de esos conceptos. Pero hay que tener claro que se trata de una simplificación y, como tal, de un primer paso para comprender todo el proceso que involucra las conductas de compradores y vendedores.

Al respecto comenta Böhm-Bawerk (“La ley básica de la determinación del precio”, La Teoría Positiva del Capital): http://library.mises.org/books/Eugen%20von%20Bohm-Bawerk/The%20Positive%20Theory%20of%20Capital.pdf

Bohm Bawerk

Luego de explicar la formación del precio a partir de la interacción de las valoraciones subjetivas, tanto sea de un comprador y un vendedor en un intercambio aislado, como en el más corriente de múltiples compradores y vendedores, y en este caso la relación entre las valoraciones particulares de cada uno de ellos y de qué forma influyen en la formación del precio, sobre todo las de las que denomina “parejas marginales”, aquellos que son los “últimos” en poder realizar un intercambio o los “primeros” que han quedado fuera de esa posibilidad, comenta:

“…Muchos economistas están acostumbrados a emplear en sus exposiciones símbolos matemáticos que les permiten representar situaciones complejas por medio de fórmulas simples. Esto se aplica incluso a economistas que no son partidarios de presentar la ciencia económica de manera matemática. Por ello, cuando los compradores y vendedores hacen valoraciones continuamente cambiantes –hacia arriba o hacia abajo- y estas valoraciones representan ofertas de compra o de venta de cantidades parciales de un bien de mercado, existe una predilección especial a representarlas por medio de curvas ascendentes o descendentes y de indicar, por medio de sus puntos de intersección, la situación del precio que las ofertas competitivas basadas en estas valoraciones están en proceso de desarrollar. Aunque pueda considerarse este método perfectamente aceptable, sigo considerando dudosa la inevitable supresión del punto de vista subjetivo y personal del proceso que hemos expuesto.”…

“Oferta y demanda han sido desde el principio una jerga demasiado amplia y vaga. Ha sido lo suficientemente amplia como para incluir por implicación los conceptos correctos que connotaban; han sido lo suficientemente vagas como para excluir cualquier sujeción a la precisión, y dejar todo tipo de dudas, ambigüedades y errores.”…

“Porque sin la concepción global de todo el problema que se hizo posible solamente a través de la teoría del valor subjetivo, era demasiado fácil desviarse y llegar a interpretaciones y formulaciones incorrectas. Oferta y demanda se concebían demasiado mecánicamente como meras cantidades. E incluso, cuando se hizo habitual tener en cuenta su “intensidad”, esta intensidad era erróneamente atribuida a toda clase de causas dispares y secundarias, simplemente a causa de la ignorancia todavía imperante del factor motivante esencial que se encuentra en las valoraciones subjetivas.”…

“Mi opinión es que el problema encuentra solución si introducimos dentro del marco tradicional el pensamiento sencillo de que el precio es completa y enteramente el producto de las valoraciones subjetivas de los hombres. Este pensamiento explica de la manera más simple y unificada por qué la gente ofrece un bien a la venta o desea comprarlo, explica la intensidad con que hacen esto, la insistencia con que a veces persisten en ofrecer o exigir bienes, así como también la facilidad y rapidez con que otras veces cesan de hacerlo.”

Otras preguntas sobre la determinación del precio

Otras preguntas de los alumnos de Omma (España), a partir de la lectura de Böhm-Bawerk sobre la determinación de los precios.

Bohm Bawerk

¿Implica este mecanismo de determinación del precio que estamos dando un valor (cardinal) a la utilidad marginal?

No, ordenamos nuestras preferencias, pero no les damos valores cardinales. Ninguno de nosotros pensamos, por ejemplo, que prefiero este jamón 3,65 veces más que este otro, sino que preferimos uno a otro. Luego, enfrentados con los precios, es probable que estemos dispuestos a pagar por uno 3,65 veces más que por el otro, pero recordemos que nuestra valoración tiene que ser superior al precio para que hagamos la transacción, por lo que nuestra valoración será superior pero no podemos decir cuánto.

             ¿Cómo es posible que ambas partes ganen siempre si existe trabajos indignos y con unas condiciones insalubres en paises como el tercer mundo?

SI el intercambio es voluntario es porque ambas partes ganan. Pongamos el peor de los ejemplos: una persona gana 1 euro al mes. Viene una empresa y quiere contratarlo. Tiene que ofrecerle algo mejor para que cambie de ocupación, digamos 2 euros al mes. Si la otra parte acepta esta oferta es que su utilidad marginal es mayor, si no la rechazaría. Todo intercambio voluntario implica que las dos partes ganan, si no alguna lo rechazaría. Dadas las circunstancias, claro. A ninguno de nosotros nos parece bueno un sueldo de 2 euros, pero hay que verlo en el marco de las alternativas. Por eso, si esta persona no tiene ninguna alternativa, esa oferta significa un 100% de mejora. Y si tiene otras opciones (100 o 1000 euros al mes) entonces preferirá alguna de ellas.

¿La esclavitud es un intercambio dónde ganan las dos partes?

Los intercambios son voluntarios, excluyen el uso de la fuerza. La esclavitud es el uso de la violencia y la violación del derecho de propiedad que alguien tiene sobre sí mismo.

             ¿Es posible conocer las valoraciones subjetivas de los vendedores y compradores y obtener ventaja de ello?

Hablemos de esto en la clase. No es posible. Nadie entra a un comercio diciendo cuánto está dispuesto a pagar. El vendedor no sabe eso. Esto explica ciertas estrategias de las empresas para que los consumidores se clasifiquen ellos mismos. Por ejemplo: una marca de jeans ofrece sus productos en EL Corte Inglés, pero luego otros (dirigidos a consumidores con una utilidad marginal más baja) en un “outlet”. Una compañía aérea cobra más caro un pasaje en día de semana por dos días porque asume que es un hombre de negocios que valora ese vuelo más, pero luego más barato en el fin de semana porque asume que es gente de paseo.

  1. En que se basa la creencia de que las curvas de oferta y demanda definen el precio?

Bueno, no es una creencia, es una teoría que busca explicar la realidad, y lo hace.

  1. Siendo las valoraciones subjetivas el origen del precio, que sentido tiene hablar de precio de equilibrio al que el mercado tiende?

Porque es el precio que tiende a igualar la cantidad ofrecida con la cantidad demandada, y cuando esto no sea así el cambio en el precio indicará que hay que modificar las decisiones. Esto va guiando el consumo y la producción de todos los bienes y servicios.

Como dice el profesor Huerta de Soto, si en estos modelos interviene la “función empresarial”, ¿el resultado de los 4 casos podría ser diferente del planteado? Por ejemplo en los casos de competencia unilateral puede ocurrir que surja algún tipo de colaboración o pacto entre compradores o vendedores (según el caso) para obtener una ganancia a costa de la otra parte.

Ha habido en la historia intentos de establecer tanto sea “carteles” de vendedores como “carteles de compradores”, para obtener un precio más alto en el primer caso y otro más bajo en el segundo. Nunca han perdurado por largo tiempo, hay fuertes incentivos a que se derrumben, porque a cada vendedor, por ejemplo, le conviene que todos los demás vendedores restrinjan su producción para que el precio sea más alto, pero a él le conviene aumentarla a ese precio mayor. Es imposible mantener la disciplina, a menos que la imponga el Estado.

Cuando un bien se intercambia en los mercados de los casos 1, 2 y 3 (aislados o con competencia unilateral), habrá una gran diversidad de precios, ¿no hay un precio de mercado único?

No, siempre se llega a un precio, ya que si hay un bien en venta habrá un proceso de competencia entre vendedores, o entre compradores, hasta que la cantidad demandada sea igual a la cantidad ofrecida.

Más preguntas sobre la determinación de los precios

Más preguntas de los alumnos de Omma (España) sobre la explicación de Böhm-Bawerk respecto a la determinación del precio por compradores y vendedores.

Bohm Bawerk

-­‐La realidad es aun más compleja que en el caso de la competencia bilateral. Igualmente se cumple la ley básica de determinación del precio?

Sí, una empresa se da cuenta de esta forma: mis ventas cayeron de 100 a 98, tendría que reducir mi precio para ganar dos compradores más. Si estaba vendiendo 100 antes, esto quiere decir que hay dos compradores que modificaron su utilidad marginal y dejaron de serlo, debería reducir mi precio para que ellos, u otros dos, sean mis compradores.

-­‐¿El precio es siempre único?¿siempre puede haber un precio distinto dependiendo de la subjetividad y alterando los individuos?

El precio “tiende” a ser único (considerando que tiene que cubrir costos de transporte, etc.), pero para ello la “información” debería ser perfecta, esto es, esas diferencias deberían ser conocidas para actuar como incentivos. Las diferencias de conocimiento, si se superan, generan cambios de conductas que llevan a la unificación del precio.

1.)Si un demandante muy rico, ofrece un precio muy superior por un bien. ¿Podria llevárselos todos, ya que la utilidad marginal del dinero es muy pequeña para él ,una vez fijadas las parejas marginales?

Podría llevárselos todos, pero elevando el precio hasta quedar como el único comprador.

2.)En una persona muy rica que sigue acumulando capital y no satisface nada más que las necesidades básicas de forma muy austera. ¿Qué valor puede tener más dinero?¿O es el medio un fin en si mismo?(Warren Buffet)

Es el caso del avaro, recibe un “servicio” del dinero que es poseerlo, tal vez mirarlo, contarlo, o simplemente saber que lo tiene. Su utilidad sigue siendo alta, por eso no lo entrega a cambio de otros bienes. En el caso de Buffet, por ejemplo, está claro que la utilidad marginal de muchos bienes (casas, barcos, coches), es también para él muy baja ya que debe tener más de los que probablemente puede usar.

– ¿Es una ley de “selección natural”?, es decir, los competidores con la menor capacidad de intercambio deben retirarse, uno detrás del otro.

No la llamaría así porque la connotación es que “desparecen”, pero nada de eso pasa aquí, uno puede modificar su utilidad marginal y volver a estar en el mercado. Y, además, si quedo afuera es porque quiero, porque no valoro el bien lo suficiente como para pagarlo. Esto nos pasa todos los días respecto a la mayoría de los bienes: incluso teniendo capacidad de pago, pasamos por cantidad de comercio, vemos sus ofertas, y seguimos de largo.

– En las subastas Holandesas a la baja, ¿este proceso de formación del precio tiene lugar según la teoría expuesta?

Sería el caso del “vendedor” unilateral, pero en este caso empieza por arriba en lugar de empezar por abajo. También tiene que igualar cantidad ofrecida (1), con cantidad demandada (1). Para ello, el precio inicial tiene que ser suficientemente alto como para que la cantidad demandada sea cero. Es decir, podemos tener dos caminos: o empiezan con sus ofertas los compradores y las ofertas van subiendo hasta que quede uno o empieza con su oferta el vendedor.

La ley no establece que necesariamente uno u otro deba comenzar, cualquiera de ellos puede hacerlo.

– Un «inversor» compra acciones porque cree (sin tener la menor idea de valoraciones contables) que a 4$ están muy baratas; la acciones se desploman a 0,5$, frustrado, decide venderlas. ¿cómo se explica este tan común e irracional comportamiento según lo explicado?

En el primer momento la utilidad marginal del dinero era menor al precio de la acción porque éste esperaba que subiera; ahora la utilidad marginal del dinero es mayor que el precio de la acción seguramente porque esa frustración lo lleva a pensar que no lo va a hacer, o porque quiere destinar el dinero a otros fines.

–              Cuál es el impacto en las valoraciones de impuestos o subvenciones?

Los impuestos impactan en los precios, los hacen más altos para mí, por lo que solamente estaré dispuesto a demandar aquellos cuya utilidad marginal sea superior al precio más el impuesto.

–              ¿Quién se encarga de proteger y cuidar los intereses de los negociadores menos avezados?

La competencia. Los oferentes menos avezados pueden recibir una oferta baja de un demandante, pero como otros demandantes verán que el precio es bajo, ofrecerán un precio algo mayor, y así sucesivamente hasta que se alcanza un precio de mercado. Lo que más protege a un comprador es que haya muchos vendedores compitiendo entre sí, y al revés a un vendedor poco avezado. Por eso es importante que no haya trabas (regulatorias sobre todo) para el ingreso de nuevos competidores al mercado.

¿En el mercado bursátil es más fácil la manipulación de precios que en el resto de mercados?

No, es de los más difíciles, ya que hay muchos compradores y vendedores, y todos ellos muy avezados!

Preguntas sobre el análisis de Böhm-Bawerk y la determinación del precio

Los alumnos de Omma (España) leyeron a Böhm-Bawerk sobre la determinación del precio y realizan unas muy interesantes preguntas. BB comienza desde el caso de un intercambio unilateral entre dos individuos para considerar cómo a partir de sus utilidades marginales (representadas ahora por su voluntad a pagar o recibir un cierto monto en dinero) alcanzan un acuerdo de intercambio, mutuamente beneficioso, y establecen una relación de intercambio que llamamos “precio”. Luego pasa al caso de un comprador y muchos vendedores; de un vendedor y muchos compradores, para llegar al caso de la competencia bilateral, donde hay muchos compradores y vendedores. El precio se irá modificando hasta que se iguale la cantidad demandada con la cantidad ofrecida. Tanto compradores como vendedores tienen distintas valoraciones, BB muestra que son los “pares marginales” lo que finalmente se vuelven compradores o vendedores a un cierto precio pero no a otro inferior o superior, los que establecen el precio en el mercado. Aquí algunas preguntas:

Bohm Bawerk

– ¿Cómo aplicaría el modelo explicativo de la competencia bilateral a una situación que no sea explícitamente una subasta, como un supermercado?

Tenemos que imaginar una “subasta” virtual y diferente. En la subasta más conocida, el vendedor ofrece el bien (cantidad) y los compradores compiten por el precio hasta que se igualan cantidad ofrecida (muchas veces 1) y cantidad demandada (queda sólo un comprador). En el caso del supermercado es al revés: ofrece un precio y luego los compradores responden por cantidad (el volumen de ventas; si este es bajo hay que bajar el precio, si es alto, hay que subirlo)

– Afirma que “los competidores excluidos pueden aumentar la cantidad de bien cambiada en el mercado, pero no son un factor que gobierne la determinación del precio.” ¿De qué modo los competidores excluidos aumentan la cantidad de bien cambiada?

Aumenta la cantidad de bienes intercambiados, pero no cambia el precio. El tamaño del mercado es mayor, con muchos más intercambios entre los compradores y vendedores con mayor capacidad de cambio.

–              En un mercado en el que participan diez mil agentes, ¿cómo se mueve la información sobre las valoraciones subjetivas de cada uno? ¿No se fraccionaría el mercado? Podría ocurrir que se formaran 10 mercados de mil agentes, en vez de uno de 10 mil, resultando en transacciones distintas.

Ya veremos esto cuando analicemos el caso de los bienes sustitutos. Por supuesto que es posible que esto ocurra, pero querrá decir que los compradores “subjetivamente” consideran a esos bienes distintos, y por lo tanto, se generan mercados diferentes. Nueva información por parte de los agentes puede cambiar la percepción si los bienes son parte de un mismo mercado, o difieren en algo (que puede ser hasta su ubicación geográfica) y generan entonces mercados diferentes.

–              Las valoraciones subjetivas de los agentes pueden ir variando según pasan tiempo en el mercado, no son fijas. ¿Puede darse el caso de que no se llegue nunca a un equilibrio porque haya siempre oscilaciones en las valoraciones subjetivas?  

Exacto, eso es precisamente lo que sucede, el mercado está en permanente movimiento porque se modifican las valoraciones subjetivas, pero siempre existe una tendencia hacia ese equilibrio. Aquí es donde aparece la figura del emprendedor, tanto sea promoviendo esos cambios como luego ajustando el mercado a los cambios que se han producido. Los emprendedores “sacuden” al mercado en todo momento, pero también lo mueven hacia un equilibrio que nunca se alcanza, por eso hablamos de la necesidad de estudiar el “proceso de mercado”.

En el caso de la competencia bilateral, ¿porque se fija un mismo precio para todos, si hay una serie de compradores dispuestos a pagar más?

Ellos no van a pagar más, si pueden pagar menos. Y si ofrecen un precio de compra mayor, entonces tendrán muchos oferentes compitiendo entre sí para vender. Esto los llevará a ofrecer precios más bajos, que esos compradores (aunque dispuestos a pagar más) van a aprovechar.

No entiendo muy bien el proceso de fijación de precios (para evitar el regateo continuo, la barra de pan vale 50 centimos por ej).

La fijación de un precio por parte del vendedor le ahorra costos de transacción, aunque tiene un costo a su vez. Empecemos por el primero: te imaginas que si un panadero o un supermercado tuviera que negociar con cada cliente perdería un tiempo precioso. Si, en cambio, fija un precio, ahorra esas negociaciones costosas. Es claro ver esto, en países “menos desarrollados”, encontramos muchas veces mercados poco organizados donde el regateo es la norma, pero son oferentes pequeños (por ejemplo artesanías en la plaza de Maraquesh).

Por otro lado, la imposibilidad de negociar uno a uno impide obtener el mejor precio que iguale las utilidades marginales en cada caso. Es decir, mi óptimo como vendedor es tratar de alcanzar el mayor precio que “cada” comprador está dispuesto a pagar (lo cual no es sencillo porque el comprador regatea conmigo pero luego puede ir a regatear con otros). Esto es, tal vez entró al supermercado un comprador que estaba dispuesto a pagar 90, pero mi precio era de 50. El problema es de información, y que no sé quién está dispuestos a pagar cuánto.

-­‐¿Una pareja marginal en el mercado de valores puede ser un ejemplo de cómo tan pocas personas y con tan poca importancia puedan modificar el mercado?

No, ellas ni siquiera saben que están determinando el rango de precio, solamente no son compradores a un precio más alto, y los otros no son compradores a un precio más bajo. Pero esa “conducta” termina modificando las conductas de otros vendedores o compradores modificando sus precios.

La teoría del valor (precio) trabajo y el precio de Vaca Muerta

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I leyeron a Böhm-Bawerk refutando a Marx sobre el valor y el trabajo. Envían comentarios y hacen preguntas. No puedo decir que así las respondería BB pero veamos.

Por ejemplo:

“desde mi punto de vista Bohm Bawerk no logra refutar contundentemente la tesis de Marx principalmente porque no la interpreta del modo en que aquel la expresa son de uno distinto. Así, afirma que su definición de mercancía es estrecha por dejar fuera todos los bienes naturales, y hasta llega a afirmar que estos constituyen parte sustancial de la riqueza de cualquier país, mientras que en realidad Marx aclara que ningún bien natural posee valor por sí mismo sino como parte integrante dentro de cualquier proceso de producción, y ello requiere indefectiblemente de fuerza de trabajo en su extracción, siendo este el creador de su valor.”

Primero aclaremos que Marx está hablando de “valor de cambio”, lo que ahora llamaríamos precio, algo distinto del “valor de uso”, o utilidad. Precisamente, Marx descarta que la utilidad deba ser considerada para comprender por qué un bien se intercambia con otro en determinada proporción (o sea su precio) y sostiene que solamente la cantidad de trabajo (socialmente necesaria) lo explica.

¿Ningún bien natural posee valor por sí mismo y solamente lo tiene por el trabajo necesario para su extracción? Pensemos, por ejemplo, en el yacimiento de shale oil y gas de Vaca Muerta. ¿Qué precio tiene? No tengo idea, pero acá hay una noticia de un periódico oficialista que dice que sería de 810.000 millones de dólares!!! (http://tiempo.infonews.com/2014/03/03/argentina-119809-el-valor-del-petroleo-de-ypf-en-vaca-muerta-supera-los-us-800-mil-m.php)

Shale oil

Pregunto: ¿sacaron ese precio de la cantidad de trabajo socialmente necesaria para extraer ese petróleo? ¿Están contando la plusvalía que se obtendrá del trabajo que luego se realice? En verdad la cifra puede ser una exageración, pero no conozco del tema; podemos tomar cualquier otra cifra menor y preguntarnos qué relación tiene con la cantidad de trabajo socialmente necesario.

Aunque, en verdad, si lo que le da valor a las cosas es el trabajo, deberíamos considerar el trabajo hasta el momento, más el costo de los equipos usados hasta ahora y la plusvalía.  ¿O sea que un precio de venta hoy sería todo plusvalía entonces? ¿Estaría eso medianamente cerca del “precio potencial” que tiene este recurso, incluso si tomamos el 10% de esa cifra, digamos $80.000 millones? ¿Cuánto fue el trabajo realizado hasta el momento como para extraer tal plusvalía?

Otra más: ¿Acaso Axel Kicilloff usó la teoría del valor-trabajo y su relación con el precio para la tasación de YPF? ¿Y cómo resultado de eso le dio que el trabajo socialmente necesario incorporado en los activos de esa empresa tiene semejante precio?

Pero Marx, ¿habla de valor o de precio?

Dice Böhm-Bawerk: “Marx comienza de la proposición que el valor de cambio de todos los bienes es regulado enteramente por la cantidad de trabajo que su producción cuesta.”  Bien, uno puede decir que es una interpretación errónea de BB, pero esto dice Marx:

“La utilidad de una cosa le da un valor de uso. Pero esta utilidad no es algo en el aire. Está limitada por las propiedades del bien, y no tiene ninguna existencia al margen del bien. El bien mismo, el hierro, maíz, diamante es entonces un valor de uso… El valor de uso constituye la materia de la riqueza, cualquiera sea su forma social. En la forma social que vamos a considerar constituye al mismo tiempo el sustrato material del valor de cambio. El valor de cambio se presenta en primera instancia como una relación cuantitativa, la proporción en la que valores de uso de un tipo se intercambian por los de un tipo diferente, una relación siempre cambiante en tiempo y lugar. Por lo tanto, el valor de cambio parece ser algo accidental y puramente relativo, y un valor de cambio intrínseco una contradicción en términos. Veamos la cuestión en mayor detalle”.

“Un simple bien, p. ej., un cuarto de trigo, se intercambia con otros artículos en las proporciones más variadas. Pero su valor de cambio permanece inalterado ya sea que se exprese en X pomada para zapatos, Y seda o Z dinero. Debe, por lo tanto, poseer un contenido diferente de esas distintas formas de expresión. Tomemos entonces dos bienes, trigo y hierro. Cualquiera sea la proporción en la que se intercambien, siempre puede representarse como una ecuación, en la que una cantidad de trigo aparece como igual a una cierta cantidad de hierro. Por ejemplo, 1 cuarto de trigo = 1 cwt de hierro. ¿Qué nos dice esta ecuación?  Que hay un elemento en común de igual cantidad que en sí mismo no es ni uno ni el otro.”…

“Si dejamos de lado el valor de uso de los bienes, solo queda una propiedad, la de ser productos del trabajo”

¿También en Vaca Muerta?

Demanda y oferta, valor, según John Stuart Mill

El otro texto que tienen para leer los alumnos de Historia del Pensamiento Económico es John Stuart Mill, Principles of Political Economy, Book III,
Chapter II, «Of demand and supply and their relation to value»: http://www.econlib.org/library/Mill/mlP31.html#Bk.III,Ch.II

john_stuart_mill

Tal vez el mejor comentario sobre esto lo ha hecho Juan Carlos Cachanosky, así que lo cito directamente de su trabajo de tesis doctoral, publicado aquí: http://www.eseade.edu.ar/files/Libertas/25_4_Cachanosky.pdf

Un aporte importante de Mill respecto de sus antecesores es que logra distinguir entre los conceptos de «demanda» y de «cantidad demandada». Los clásicos cometían la siguiente ambigüedad: decían que los precios subían o bajaban cuando aumentaba o disminuía la demanda; pero también decían que si el precio subía la demanda bajaba o si el precio bajaba la demanda subía. A partir de John S. Mill sabemos que una variación del precio provoca cambios en la «cantidad demandada», y que una variación de la «demanda» provoca cambios en los precios. Este fue un aporte muy importante de Mill, pero en el resto de la teoría del valor de cambio siguió a Ricardo casi palmo a palmo. Mill se introduce en el tema de la siguiente manera:

“Para que una cosa tenga algún valor de cambio son precisas dos condiciones. Tiene que tener algún uso; esto es (como ya se explicó), tiene que servir para algún fin, satisfacer algún deseo. Nadie pagará un precio, o se desprenderá de alguna cosa que le sirva para algo, para obtener una cosa que no le sirve para nada. Pero, en segundo lugar, la cosa no sólo tiene que ser de alguna utilidad, sino que tiene que haber también alguna dificultad en obtenerla.”

Agregando más adelante:

“La dificultad de obtención que determina el valor no es siempre de la misma clase. Algunas veces consiste en una limitación absoluta de la oferta. Existen cosas cuya cantidad es físicamente imposible aumentar más allá de ciertos límites estrechos. Esto sucede con algunas clases de vinos que pueden producirse sólo cuando se reúnen determinadas condiciones especiales de suelo, clima y situación. También sucede con las esculturas antiguas, los cuadros de los maestros antiguos, libros o monedas raros y otros artículos clasificados como antigüedades. Entre ellos también se pueden contar las casas y terrenos para edificar en algunas ciudades con extensión limitada (como Venecia, o cualquier ciudad fortificada en la que las fortificaciones son necesarias para la seguridad); los emplazamientos más deseables en cualquier ciudad; las casas y los parques especialmente favorecidos en cuanto a belleza natural, en lugares en que estas ventajas son poco comunes. En potencia, toda la tierra es una mercancía de esta clase; y pudiera serlo, en la práctica, en países poblados y cultivados por completo.”

Mill sigue muy de cerca a Ricardo, agregando ejemplos de mercancías cuya oferta no puede expandirse. Y también sigue a Ricardo cuando pasa al segundo grupo de mercancías cuya oferta es limitada, pero puede aumentarse mediante una mayor producción. Dentro de este segundo grupo existen, a su vez, dos subgrupos: 1) las mercancías cuya producción puede aumentarse con costos decrecientes, fundamentalmente las industriales, y 2) las mercancías cuya producción sólo se puede aumentar con costos crecientes, fundamentalmente la producción agropecuaria

Finalmente Mill, el último de los clásicos, también cae en un razonamiento circular al hacer depender los precios de los salarios y los salarios de los precios. En el caso de Mill, el tema es más pasajero ya que dedica mucho espacio a explicar que los salarios suben cuando la acumulación de capital (fondo de salarios) crece más rápido que la población o, en otras palabras, cuando la demanda de trabajo aumenta más rápidamente que la oferta.

John S. Mill fue mucho más claro y sistemático al exponer los principios de la economía clásica que Adam Smith y David Ricardo, pero no logró desembarazarse de sus principales errores. No obstante, como ya señaláramos, realizó un aporte importante al distinguir entre la «demanda» y la «cantidad demandada» de una mercancía. Esta distinción permitió corregir una gran ambigüedad en el razonamiento de los clásicos. Mill plantea la ambigüedad de la siguiente manera:

[…] la demanda depende en parte del valor. Pero antes se ha dicho que el valor depende de la demanda. ¿Cómo nos desembarazaremos de esta contradicción? ¿Cómo resolveremos la paradoja entre dos cosas, cada una de las cuales depende de la otra?

Y la resuelve sin dibujarlas mediante «curvas» de demanda y oferta explicando qué ocurre cuando el precio es distinto del que iguala la cantidad demandada y la ofrecida. Luego de desarrollar la explicación en forma muy clara y precisa, concluye Mill:

[…] la analogía matemática apropiada es la de una ecuación. Demanda y oferta, la cantidad pedida y la cantidad ofrecida, se igualarán. Si en algún momento son desiguales, la competencia las iguala, y esto se realiza por un ajuste del valor. Si la demanda aumenta, el valor sube; si la demanda disminuye, el valor baja: y también si la oferta baja, el valor sube, y baja si la oferta aumenta. El alza o la baja continúan hasta que la demanda y la oferta son otra vez iguales una con otra: y el valor que una mercancía adquirirá en cualquier mercado no es otro que aquel que, en ese mercado, da lugar a una demanda exactamente suficiente para absorber la oferta existente o prevista.198

John Stuart Mill es la culminación del pensamiento de los economistas clásicos. A diferencia de Ricardo, su manera de escribir es muy clara y superó a Adam Smith en la forma sistemática de exponer los temas. Pero el pensamiento de Mill es básicamente ricardiano; salvo en algunos puntos, como el que acabamos de ver, Mill amplía, enriquece y aclara el pensamiento de Ricardo. Dado que su padre, James, era muy amigo de Ricardo y Malthus y que muchas veces el pequeño John tenía que asistir a las discusiones de los tres, esta influencia es claramente explicable. La popularidad que alcanzó la economía clásica con J. S. Mill hizo que la teoría de la utilidad marginal, que sacudía los cimientos de esta escuela, encontrara en sus comienzos una fuerte oposición. Como casi siempre ocurre en el área de las ciencias, aquellos que realizan descubrimientos suelen ser considerados unos excéntricos, teóricos desvinculados del mundo o locos, cuando no son encerrados o quemados. Una de las cosas que más cuesta es romper con ideas arraigadas. John S. Mill hizo de la economía clásica un verdadero baluarte en Inglaterra; derrumbar sus errores no fue tarea fácil.