Giancarlo Ibargüen (1963-2016): un muy buen amigo, un excelente rector, un gran libertario

Este parece un año de pérdidas, de buenos amigos y grandes académicos. Ahora es el triste caso de Giancarlo Ibargüen. Lo conocí cuando ya era profesor de Economía en la Universidad Francisco Marroquín. En verdad era ingeniero, tenía un grado de Ingeniero Eléctrico de Texas A&M, pero como tantos de los vinculados a la Marro de una forma u otra, había adquirido buenos conocimientos de economía, y los profundizaría mucho más.

Giancarlo 1

Fue nombrado Rector de la UFM en 2003 y llevó adelante importantes cambios. Recuerdo como el más notorio para mí, su énfasis en el “método socrático’ para dictar clases, esto es, basadas en conversaciones y discusión entre los participantes y no en la ‘clase magistral’ a cargo del profesor. De alguna forma, trasladó la metodología de “Liberty Fund”, organización de la que fue miembro de su directorio durante varios años, a las clases de la UFM. Era, además, un entusiasta y promotor de lo que en esa universidad se conoce como “New Media”, un departamento que tiene el objetivo de incorporar todas las nuevas tecnologías a la Universidad.

Giancarlo tuvo, también, un fuerte impacto en la investigación y en la implementación de políticas públicas: avanzó en el estudio de los derechos de propiedad en las frecuencias del espectro electromagnético y logró, además, que una reforma de este tipo se aplicara en Guatemala, convirtiendo a este país en un ejemplo del uso eficiente de este recurso para las telecomunicaciones. Por ejemplo: http://www.law.gmu.edu/assets/files/publications/working_papers/06-07.pdf

Pero lo más notable de Giancarlo era su avidez intelectual por todos los temas “nuevos” que surgieran en muy distintas disciplinas. Eso era lo que más me atraía de mi relación con él, porque era una constante fuente de nuevos temas y sugerencias de lecturas. Compartíamos el interés sobre aquellos temas en los que la economía se mezcla con otras disciplinas, ya sea la sicología, las teorías evolutivas, las nuevas tecnologías, y siempre estaba al tanto de algún aporte nuevo. Siempre me sorprendió lo actualizado que estaba en estas cosas.

Giancarlo 2

Lamentablemente, Giancarlo contrajo una seria enfermedad que fue deteriorando sus músculos lentamente. No obstante ese creciente deterioro seguía activo a través de mensajes, siempre enviando alguna lectura nueva o alguna noticia para comentar.

Seguramente la UFM le brindará los honores que se merece. Nosotros, los que estamos lejos, lo recordaremos siempre como un gran amigo, un excelente rector, y un gran defensor de la libertad.

La demanda y la oferta de salud pública: donde se mezclan ‘paternalismo’ y ‘parentalismo’

En la revista Regulation, del Cato Insitute, Pierre Lemieux escribe un muy interesante artículo sobre la “salud pública” y cómo ha cambiado, desde un comienzo en el cual supuestamente proveía solamente ‘bienes públicos’, a una agenda política que busca imponer ciertas preferencias a la gente. El artículo original, aquí: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2015/9/regulation-v38n3-4.pdf

Van algunos párrafos:

La oferta y la demanda de la salud pública

Si las leyes de salud pública y regulaciones existen, debe haber una demanda de ellas. En el lado de la demanda, encontramos intereses organizados, que son (como siempre) sobre-representados en el proceso político. Los profesionales de la salud pública constituyen una gran parte de estos intereses organizados. Reciben subsidios y puestos de trabajo desde el gobierno, que utilizan en parte para presionar por más intervención de salud pública. Los intereses corporativos incluyen organizaciones sin fines de lucro, como universidades y la llamada » industria de la pobreza», así como las corporaciones con fines de lucro. Desde la década de 1990, las ciencias biomédicas y el Instituto Nacional de Salud han sido los principales receptores de financiación de la ciencia y tecnología del gobierno federal.

Los intereses organizados sólo explican parte de la demanda de salud pública. Por sí mismos, podría no haber vencido  a los grupos de presión en el otro lado corporativo — fabricantes de tabaco, cadenas de comida rápida, productores de alcohol, etc., pero han encontrado aliados en los miembros del público que quieren imponer su estilo de vida recomendado a otros. El teorema del votante mediano probablemente entra en juego aquí.

Consideremos nuevamente el ejemplo del tabaco. El hábito se encuentra ahora principalmente entre los segmentos pobres de la población. Una vez que el votante mediano ya no fuma y se obsesiona sobre su «completo estado físico, mental y social,» tendrá la tentación de pedir gobierno que impida la competencia de estilos de vida que le molestan, por ejemplo, prohibir a lugares privados que atiendan a los fumadores. Las prohibiciones de fumar se combinan con las normas de zonificación para excluir a los pobres de los lugares donde el votante mediano va. Y pueden ser los mismos lugares que expertos en salud pública también visitan.

Estas exigencias de estilo de vida son la versión contemporánea del movimiento de moderación que creció después de la Guerra Civil. Algunos estilos de vida despreciados se identifican ahora como epidemias no contagiosas.

En una sociedad que carece de una fuerte preocupación por la libertad individual, una demanda generalizada de seguridad también se dirigirá al estado. Una gran proporción de la gente va a querer que su salud — en el sentido general de la OMS- sea atendida. Quieren que se le garantice «un estado de completo bienestar físico, mental y social». James Buchanan, el Premio Nobel en economía 1986, lo llama «parentalismo», este deseo de la gente a ser atendidos como niños por el Estado. El paternalismo encuentra entonces el consentimiento de las víctimas.

La desigualdad que realmente importa: la de consumo. Y también es importante la movilidad social

Muy interesante estudio de Ignacio Moncada y Juan Ramón Rallo sobre la desigualdad en España, publicado por el Instituto Juan de Mariana: La desigualdad en España: ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?, : https://www.juandemariana.org/investigacion/archivo-de-publicaciones/mitos-y-realidades-sobre-la-desigualdad-en-espana

Antes de lanzarse a estudiar más a fondo la desigualad es preciso clarificar la crucial diferencia entre los tres tipos de desigualdad económica: la desigualdad de riqueza, desigualdad de renta y desigualdad de consumo

La desigualdad de consumo

El consumo se refiere a los bienes y servicios de los que disfrutamos en cada momento del tiempo para satisfacer nuestras necesidades. Sin renta es imposible consumir, pero sí es posible disfrutar de renta que no se consume, sino que se convierte en riqueza. Si todos los individuos de una sociedad disfrutaran siempre del mismo nivel de consumo, estaríamos ante una sociedad a efectos prácticos muy igualitaria, por muy divergentes que pudieran ser las disponibilidades de renta o de riqueza. De hecho, la lógica de un Estado de Bienestar providente es en parte esa: el Estado no proporciona a sus ciudadanos ni riqueza ni, en muchas ocasiones, renta: lo que sí les proporciona son bienes y servicios para su uso y disfrute (sanidad, educación, comida o vivienda gratuitas).

Son múltiples los autores que han hecho hincapié en que lo verdaderamente importante a efectos de bienestar no es la renta, sino el consumo (Bergh & Nilsson, 2012; Cutler & Katz, 1992; Slesnick, 2001; Deaton & Paxson, 1994; Krueger & Perri, 2006). La desigualdad a la que hay que prestar mayor atención, por tanto, es a la desigualdad de consumo.

La movilidad social

Junto a las medidas estáticas de desigualdad en la distribución de la riqueza, de la renta o del consumo hay que considerar, a su vez, la llamada movilidad social, esto es, los cambios que se producen en los titulares o beneficiarios de la riqueza, renta o consumo a lo largo del tiempo. Por ejemplo, imaginemos que una sociedad está compuesta por dos individuos A y B: durante los años pares,

A cobra el 90% de la renta total y B el 10%; durante los años impares, A cobra el 10% de la renta y B el 90%. Si en esta sociedad hiciéramos una foto anual de la desigualdad de renta, saldría que se trata de una sociedad muy desigualitaria (un individuo se queda con el 90% de los ingresos y el otro con el 10%), cuando en realidad sería muy igualitaria, pues cada año se alternan en la posición del otro. La movilidad social, pues, nos indica el grado en que esas desigualdades descritas por los indicadores de desigualdad son persistentes en el tiempo.

Una vez vistos estos conceptos básicos previos, las siguientes secciones se dedicarán a analizar las métricas de desigualdad para el caso de España y a compararlas con las de otros países en el contexto europeo, tanto en lo que respecta a la desigualdad de riqueza, de renta y de consumo. Se profundizar en cada uno de los apartados en lo que las mediciones incluyen y lo que omiten, para así procurar proporcionar al lector una imagen lo más realista y completa posible de la desigualdad económica en España.

Nueva deuda: ahora, los que se gastaron todo, muestran ‘responsabilidad fiscal’

El gobierno argentino está por cerrar el mayor y más largo default de la historia, y muchos de quienes multiplicaron el gasto público como nunca se han vuelto ahora los abanderados de la responsabilidad fiscal. Plantean un tema, sin embargo, que es necesario discutir: ¿estaremos, una vez más, abriendo otra puerta para continuar financiando el despilfarro fiscal?

¿Cómo evitar esto? Pues, en definitiva, no hay forma si es que los argentinos siguen demandando servicios públicos suecos pagando impuestos…., argentinos. Pero podría entenderse que la situación coyuntural hace necesario este endeudamiento. Y para que no sea volver a la misma historia de siempre, tal vez esta demanda coyuntural podría estar acompañada de una reforma institucional que comprometa a la política a limitarse en el futuro. Ninguno de estos mecanismos es perfecto, pero aquí va alguno que se trata en el libro:

“6.          Límites al endeudamiento

Pueden ser de dos tipos. Como en el caso del Tratado de Maastricht, se puede establecer un tope al endeudamiento total, en este caso del 60% del PIB. Tendrá que tener, por supuesto, algún mecanismo de control y sanciones por incumplimiento. El otro puede ser como el que existe en Estados Unidos, donde el Congreso establece un límite sobre el monto total de la deuda permitida (esto es una cantidad de dólares, no un porcentaje sobre el PIB), techo que cuando se alcanza no puede ser superado, el gobierno no puede emitir más deuda, a menos que sea modificado por el Congreso.

No obstante, la imagen siguiente es bastante clara respecto a la capacidad de este mecanismo para imponer algún tipo de límite cuando la voluntad política y el control de los votantes no existen (Boaz, 2011):

 boaz-dc-img2015

Otra forma de restringir el endeudamiento se refiere a su proceso de aprobación entre los que se encuentra el que demanda que toda emisión de deuda sea aprobada por los votantes a través de un referendo o por mayorías parlamentarias especiales, hasta llegar hasta la prohibición constitucional absoluta (Kiewiet & Szakaly, 1996). Otra alternativa, aplicada por algunos gobiernos regionales en España es limitar el plazo del endeudamiento de forma tal de permitir solamente el de corto plazo, cuya deuda debe ser cancelada dentro del ejercicio presupuestario. Kiewiet & Szakaly (1996), encuentran que entre los estados en los Estados Unidos, 21 demandan la aprobación por referendo y 12 por mayorías especiales que pueden ser de tres quintos o cuatro quintos de los representantes. . 

No obstante, estos autores encuentran que los gobiernos buscan, y muchas veces encuentran, diversos caminos para eludir esas restricciones, tales como canalizar el endeudamiento por agencias estatales especiales que no están sujetas a ese tipo de control. ¿Sería efectivo un límite a través del voto popular en referendo? Se puede argumentar que los votantes estarían predispuestos a aprobar el endeudamiento porque disfrutarían del gasto ahora y lo terminarían pagando futuros votantes. Sin embargo, la evidencia empírica muestra que no actúan de esa forma y tienden a rechazar el endeudamiento.

Los estados que tienen más de un control muestran menores niveles de endeudamiento siendo el referendo popular por medio del voto el que mayor éxito muestra, junto con la prohibición total.”

El paternalismo de la «salud pública» termina justificándose en la difusa idea de la «justicia social»

En la revista Regulation, del Cato Insitute, Pierre Lemieux escribe un muy interesante artículo sobre la “salud pública” y cómo ha cambiado, desde un comienzo en el cual supuestamente proveía solamente ‘bienes públicos’, a una agenda política que busca imponer ciertas preferencias a la gente. El artículo original, aquí: http://object.cato.org/sites/cato.org/files/serials/files/regulation/2015/9/regulation-v38n3-4.pdf

Van algunos párrafos:

Paternalismo

Una línea relacionada de ataque sobre las preferencias y opciones individuales es que algunas personas tienen mejor conocimiento de la salud que otros. Si los consumidores no saben lo que es bueno para ellos, alguien que «sabe mejor» debe decidir en su lugar. Este enfoque es llamado paternalismo y sirve para justificar las intervenciones coercitivas.

Pero, ¿quiénes son estos paternalistas sabios que saben mejor que el individuo cómo maximizar su bienestar? El Historiador británico del siglo XIX Thomas Macaulay describió el problema: “Y decir que la sociedad debería regirse por la opinión de los más sabios y mejores, aunque es cierto, es inútil. ¿Quién decidirá quiénes son los más sabios y mejores?”

En la práctica, activistas y expertos en salud pública se asemejan a los reyes filósofos de Platón. Reinan, subvencionados, en universidades e instituciones de salud del gobierno, aparentemente sabiendo lo que es bueno para la sociedad y dispuestos a imponerlo por la fuerza. Expertos en salud pública niegan esto y afirman que son meramente quienes aplican lo que la sociedad quiere. Turnock habla del valor de actividades de salud pública «en los ojos de la sociedad.» El Instituto de de Medicina define la salud pública como «lo que nosotros, como sociedad, hacemos colectivamente para asegurar las condiciones en las que personas pueden ser saludables.»

Abhay Indrayan, ahora retirado profesor de Bioestadística en la Universidad de ciencias médicas de Delhi, invoca tales preferencias sociales:

“Si tienes recursos para salvar solamente una vida, ¿elegiría a alguien con 25 o con 70 años de edad? Ha sido observado que la mayoría de las sociedades valora la vida entre 15 a 40 años más que la edad más joven o más viejo. Tenga en cuenta que estamos hablando de preferencias sociales y no de opciones individuales.”

Esta mención a la preferencia es un disparate científico, más allá de sus preocupantes implicaciones políticas. Un resultado bien conocido de la teoría de elección social y economía del bienestar es que simplemente las «preferencias sociales» no existen si, por esto, nos referimos a una democrática y coherente agregación de todas las preferencias individuales. El término «sociales», que no tiene ningún significado científico comprobable, puede ser simplemente un término para evitar la metodología científica utilizada por economistas de bienestar en el debate sobre el bienestar social y las preferencias sociales. Anteriormente en estas páginas (verano 2003), expliqué que las llamadas «preferencias sociales» son incompatibles (como vemos a menudo en los resultados electorales) o dictatoriales en el sentido que algunas personas buscan imponer sus preferencias a los demás.

 La noción contradictoria que los estúpidos consumidores también son sabios votantes que eligen a los políticos iluminados que contratan filósofos reyes paternalistas para dirigir la sanidad pública puede explicar por qué la justicia social debe venir al rescate. La justicia social determinará lo que sucede en salud pública, cómo deben ser la compensaciones, qué estado  «físico, mental y social bienestar» debe ser favorecido, y quién va a pagar por ello. Pero tenga en cuenta que sólo hemos retrocedido al círculo de los Reyes filósofos, ya que la justicia social es un concepto filosófico (y económico) complejo al que sólo pueden dar contenido los filósofos, que han debatido esto durante siglos.

La justicia social es un espejismo que nunca puede ser alcanzado porque siempre encontrará algunas personas que no obtienen lo suficiente de él, y la solución será más justicia social. (Véase Friedrich Hayek y Anthony de Jasay sobre este tema.) En el campo de la salud pública, los valores o preferencias utilizados serán los de los expertos a cargo o sus amos políticos. (En este contexto, los valores son simplemente preferencias sobre estados de la sociedad recomendados).

Otro premio Nobel de Economía que redescubre la rueda: antes fue Stiglitz, ahora es Akerlof…

¡Plaga entre los premios Nobel de economía neoclásicos/neokeynesianos!

Hace algo más de un mes comenté un artículo del premio Nobel en Economía, Joseph Stiglitz, quien, criticando el supuesto del ‘homo economicus’, descubría ahora el papel que cumplen las ideas y valores en la acción humana. Ahora le toca el turno a otro, George Akerlof, quien publica un artículo titulado “Bread and bullets”, en conjunto con Dennis J. Snower (Kiel Paper 2022): http://econstor.eu/bitstream/10419/125938/1/846070693.pdf

Dicen los autores en el resumen: “La economía estándar omite el papel que cumplen las narrativas (las historias que la gente se cuenta a sí mismas y a otros) cuando toman todo tipo de decisiones. Las narrativas cumplen un papel en comprender el entorno, focalizando la atención, prediciendo eventos, motivando la acción, asignando roles sociales e identidades, definiendo relaciones de poder, y estableciendo y transmitiendo normas sociales.”

Y en las conclusiones:

“Este marco de análisis tiene las siguientes implicancias, que entran en conflicto con el análisis económico tradicional: los objetivos de un individuo no son únicos, ya que el individuo puede inspirarse en múltiples motivaciones, asociadas con objetivos diferentes. Los objetivos de un individuo no necesitan ser internamente coherentes entre los distintos motivos. Los objetivos de un individuo no son dependientes del contexto, ya que los contextos cumplen un papel en activar las motivaciones. Y no son exclusivamente en interés propio ya que le preocupan sus relaciones con los demás, formadas por sus identidades. Los objetivos de un individuo no necesitan ser estables temporalmente, pueden cambiar rápidamente en el tiempo. Su entorno es generalmente indeterminado, ya que tiene acceso a múltiples interpretaciones de ese entorno. Tampoco es éste objetivamente observable, ya que el individuo es actor en su construcción. Los individuos no son racionales con los medios y fines ya que utilizan solamente fines y medios a los que prestan atención.”

Al respecto, le daba la bienvenida a este campo, cubierto por Mises mucho tiempo atrás, en su obra La Acción Humana

“Las teorías que dirigen la acción son a menudo imperfectas e insatisfactorias. Pueden ser contradictorias y no apropiadas para construir un sistema coherente y comprehensivo. Si consideramos todos los teoremas y las teorías que guían la conducta de ciertos individuos y grupos como un complejo coherente y tratamos de organizarlas, tanto como sea posible, en un sistema, un sistema comprehensivo de conocimiento, podemos considerarlo una visión del mundo. Esta es, como teoría, una interpretación de todas las cosas, y como un precepto para la acción, una opinión relacionada con los mejores medios para remover la insatisfacción cuanto sea posible. Una visión del mundo es, así, por un lado una explicación de todos los fenómenos, y por otro, una tecnología, tomando estos dos términos en su sentido más amplio. La religión, la metafísica y la filosofía buscan proveernos una visión del mundo. Interpretan el universo y aconsejan al hombre cómo actuar.”

En fin, algo parece estar pasando entre estos economistas. Faltaría ahora que avanzaran relacionando esto con la subjetividad del valor y la imposibilidad de presentar un criterio de eficiencia (Kaldor-Hicks) que no involucre comparaciones interpersonales de utilidad para promover políticas públicas que responden a las valoraciones de quienes las proponen, y no de un cálculo de beneficios y costos que es imposible.

Desigualdad de ingresos: pero depende de cuánto destinamos al consumo y cuánto al ahorro

Muy interesante estudio de Ignacio Moncada y Juan Ramón Rallo sobre la desigualdad en España, publicado por el Instituto Juan de Mariana: La desigualdad en España: ¿Realmente es España uno de los países más desiguales de Europa?, : https://www.juandemariana.org/investigacion/archivo-de-publicaciones/mitos-y-realidades-sobre-la-desigualdad-en-espana

Antes de lanzarse a estudiar más a fondo la desigualad es preciso clarificar la crucial diferencia entre los tres tipos de desigualdad económica: la desigualdad de riqueza, desigualdad de renta y desigualdad de consumo

La desigualdad de renta

La renta se refiere a los ingresos que recibe un hogar, tanto de origen salarial como no salarial (rentas del capital: dividendos, intereses, alquileres, etc.). La distribución de la renta puede medirse antes de impuestos y de transferencias gubernamentales o después de las mismas.

En principio, la distinta distribución de los ingresos antes de impuestos y de transferencias debería verse influida por la contribución relativa de cada persona a la producción de bienes y servicios: si una persona es tremendamente productiva a la hora de generar bienes y servicios valiosos, tenderá a ingresar mucho; si una persona es muy poco productiva a la hora de generar bienes y servicios valiosos, tenderá a ingresar muy poco.

Toda renta puede destinarse a dos usos: consumo o inversión. Si destinamos la renta a la inversión, tendremos la opción de incrementar nuestra riqueza (nuestro patrimonio real o financiero) y, con ella, nuestras rentas futuras procedentes de fuentes no salariales; si destinamos la renta al consumo, satisfaremos hoy parte de nuestras necesidades. Consumir equivale a satisfacer nuestros objetivos presentes; invertir, a prepararnos para satisfacer nuestros objetivos futuros gracias a una mayor renta que podamos consumir en ese futuro.

En realidad, pues, el bienestar de una persona depende mucho más de su consumo en los distintos momentos de su vida que de su renta: si un individuo percibe una renta muy elevada pero ahorra siempre el 95% de la misma, probablemente lleve un modo de vida más austero y “pobre” que quien tiene una renta moderada pero ahorra sólo el 10% de la misma.

Adicionalmente, como demuestra un paper publicado por los economistas suecos Andreas Bergh y Therese Nilsson, el aumento de la desigualdad de la renta tiende a expandir el mercado de productos baratos (Walmart effect) e induce cambios en los precios relativos que tienden a provocar un aumento en el poder adquisitivo y en los niveles de bienestar de los segmentos más pobres de la sociedad. A esto añaden que “desde hace tiempo se sabe que la renta y las ganancias son indicadores imperfectos del bienestar, y como resultado muchos académicos han redirigido su atención a la distribución del consumo de individuos u hogares” (Bergh & Nilsson, 2012).

Con ello, de nuevo, no se quiere menospreciar la importancia a largo plazo del ahorro para obtener un patrimonio y así disfrutar de seguridad económica: sólo se quiere manifestar que un cambio en la distribución de la renta que sepamos que no va a afectar a la distribución del consumo a largo plazo debería sernos irrelevante a efectos de bienestar.

Noticia: tal vez se pueda importar ganado desde Uruguay. Noticia era por qué no se podia antes…

Según comenta una nota del diario La Nación, el gobierno argentino está analizando la posibilidad de abrir la importación de ganado desde Uruguay: “A un paso de comer carne uruguaya: inician el trámite para importar ganado”: http://www.lanacion.com.ar/1874847-a-un-paso-de-comer-carne-uruguaya-inician-el-tramite-para-importar-ganado

En verdad, la noticia tendría que haber sido, en algún momento dese 1998: “No se puede importar ganado!!” Porque, ¿Qué es lo que hace diferente al ganado de cualquier otro producto importado? Algunos dirán que los controles sanitarios, pero muchos otros productos tienen que cumplir también con requisitos sanitarios. El comercio internacional de ganado es algo habitual. Dice la nota:

“La última vez que ingresó hacienda para faena y consumo interno desde Uruguay fue en 1998, hace 18 años, según señalaron en el Senasa. Vale recordar que es habitual que entren desde ese país, según los años, entre 300 y 350 toneladas de asados para la Mesopotamia. En los noventa hubo un fluido comercio de animales de vaquillonas preñadas y para invernada. También vale destacar que la Argentina ha sido exportadora a la región de genética bovina por medio de la venta de semen y embriones.”

inflacion-y-precios-2164343w620Foto: La Nación

Las razones para importar tienen que ver, por supuesto, con las desastrosas políticas aplicadas en los últimos doce años:

“Al margen de la hacienda para faena para aumentar la oferta de carne, la preocupación oficial es aumentar el rodeo bovino. La Argentina perdió 10 millones de cabezas bovinas durante el kirchnerismo por la intervención en los mercados y sólo recuperó algo más de 3,5 millones de animales. En 2015, el rodeo total se ubicaba en 51,5 millones. Hoy, la Argentina posee menos vacas que en 1977, cuando había más de 61 millones de cabezas. En cambio, Brasil hizo crecer desde 2007 su rodeo de 173 a 208 millones de cabezas (+20%); Uruguay, de 11,5 a 11,9 millones de animales (+3%); Australia, de 28,4 a 29,2 millones (+3%), y Paraguay logró tener también más vacas, al pasar de 10 a 14,4 millones de cabezas, un 44% más.”

Es cierto que esta apertura no va a modificar mucho los precios al consumidor de la carne en Argentina, ni el stock ganadero total: “El rodeo uruguayo es poco más del 20% del stock total de la Argentina. «Dos meses de faena en la Argentina equivalen a todo un año en ese país», comparan en el Gobierno.”

“Para Miguel Schiariti, presidente de la Cámara de la Industria y el Comercio de Carnes (Ciccra), la medida sería «una señal» de que el Estado quiere que el productor siga trabajando para aumentar su stock. «Es una buena señal, aunque no va a ser significativa la recomposición del stock. Para solucionar el problema que tenemos acá, tendríamos que traer todo el stock uruguayo, que es equivalente a lo que perdimos», explicó.

En opinión de Ignacio Gómez Álzaga, consignatario, «es normal» que haya movimiento de hacienda «si se hacen bien los protocolos sanitarios», ya sea porque se comparten estatus sanitarios y se brinda seguridad de frontera.

En cambio, un experto que pidió reserva de su nombre consideró «que no se van a manejar los precios con esto. Si ése es el objetivo, es una medida que va al fracaso».”

Pero la pregunta que habría que hacerse es: ¿y las barreras para importar de otros países? ¿Por qué solamente se levantarían las procedentes de Uruguay? Bien podríamos traer ganado de cualquier parte del mundo. ¿Acaso no nos sentimos capaces de competir en ganado vacuno? Si esto es así, entonces no quedaría mucho en lo que pudiéramos competir.