«El liberalismo aplicado al juego es un error», ¿y el estatismo aplicado al juego sería una solución?

¿Puede haber situaciones en las que la competencia sea perjudicial y sea preferible un monopolio? Es lo que plantea el presidente de La Banca, de Uruguay diciendo que “el liberalismo aplicado al juego es un error”, en El Observador: https://www.elobservador.com.uy/nota/presidente-de-la-banca-sobre-casinos-online-el-liberalismo-aplicado-al-juego-es-un-grave-error–2022101420570

El titular de la agencia estatal a cargo de los juegos en Uruguay, que es un monopolio, critica un proyecto de ley que avanza en el Congreso uruguayo para liberar el mercado y permitir la competencia de empresas de juego online de cualquier parte del mundo. ¿Es éste un caso de “paternalismo”, tal vez “paternalismo libertario”, o debemos interpretar la opinión del presidente de La Banca como una simple defensa de sus privilegios monopólicos? ¿Realmente ellos se preocupan por la “salud” de la gente o se preocupan que la competencia haga desparecer sus privilegios?

¿Es el juego una enfermedad que necesite de un “protector” de la gente? ¿Y ese protector tiene que ser el Estado? ¿No podrían tal vez ser otras instituciones de la sociedad, tales como las sociedades de beneficencia, la Iglesia, o las distintas iglesias, la misma prensa u otras?

La libertad no garantiza resultados pero si no la tenemos, tampoco los alcanzaremos

La libertad no te garantiza resultados, solamente elimina las barreras para que buques alcanzarlos, cualesquiera que sean. Pero mucha gente prefiere perder la libertad si es que le prometen un determinado resultado (eso es el populismo) y ya sabemos que si pierden la libertad, tarde o temprano tampoco alcanzaran el resultado.

Se trata este tema en un paper titulado “Does Legal Freedom Satisfy?”, por  Niclas Berggren del Research Institute of Industrial Economics (IFN), Stockholm, Sweden  y Christian Bjørnskov Department of Economics, Aarhus University, Denmark: https://www.ifn.se/wfiles/wp/wp1436.pdf

“La libertad de elección es una característica muy valorada de la vida para muchos y está garantizada a través de la libertad legal, es decir, el estado de derecho y los derechos civiles. Sin embargo, sabemos poco acerca de si las personas encuentran satisfacción en la libertad de elección que perciben que tienen. Este estudio arroja luz sobre esa cuestión. Teóricamente, no está claro cómo es la relación. Lo que habla a favor de un efecto positivo es que la libertad legal permite a las personas tomar las decisiones que desean en la vida (siempre y cuando no violen un derecho similar de otros). Esto evita obstáculos en el camino cuando las personas realizan sus ambiciones y hace que sea más probable que estas ambiciones se cumplan, lo que da como resultado la satisfacción con la libertad de elección. Aún así, las personas pueden valorar diferentes tipos de libertad legal de manera diferente, lo que sugiere que incluso si las relaciones son positivas, su tamaño puede variar mucho. Además, la relación también puede ser débil o negativa. Esto puede suceder si las personas no alcanzan las metas que se propusieron alcanzar; después de todo, la libertad jurídica solo elimina obstáculos y no brinda recursos ni capacidades.

También puede suceder si las personas observan que otros se comportan de manera oportunista o explotadora, usando su libertad de elección para tratar mal a los demás en busca de un beneficio personal limitado, o si las personas se sienten sobrecargadas por la libertad de elección que les otorga la libertad legal. También sigue siendo posible que el valor de las libertades legales específicas sea sustancialmente mayor para las minorías que para la población en general (cf. Berggren et al. 2017), lo que puede explicar por qué no resultan ser importantes para la satisfacción con la libertad de la población en general. , como en nuestras pruebas.

Sin embargo, también sugerimos que la confianza social es un factor potencialmente importante que, cuando interactúa con la libertad legal, puede hacer que el efecto de la libertad legal sobre la satisfacción con la libertad de elección sea más positivo. La idea es que la elección no se ejecuta en un vacío cultural, sino que es el resultado tanto de las instituciones formales como de la cultura, en este caso, el grado en que las personas confían entre sí. Cuando lo hacen, esperan que los demás se comporten de manera más cooperativa, lo que estimula una mayor interacción y “ganancias del comercio”, lo que resulta en una mayor satisfacción. Asimismo, los recursos materiales disponibles y el sistema político pueden influir en cómo la libertad legal afecta la satisfacción con la libertad.”

Ahora que crece el número de jóvenes libertarios, un artículo que plantea porqué no el anarquismo

En momentos en que crece el número de libertarios, particularmente jóvenes, muchos se estarán preguntando acerca del anarco-capitalismo…, si es deseable, si es posible. Entonces les interesará el artículo titulado “Why not anarchism?”, de Jason Brennan, de George Mason University & Christopher Freiman, del College of William and Mary, publicado enPolitics, Philosophy and Economics 21 (4):415-436 (2022): https://journals.sagepub.com/doi/10.1177/1470594X221098098

“Los recientes debates sobre la teoría ideal han revigorizado el interés por la cuestión de la anarquía. ¿Una sociedad perfectamente justa necesitaría, o incluso permitiría, un Estado? Anarquistas ideales como Jason Brennan, G.A. Cohen, Christopher Freiman y Jacob Levy argumentan que el cumplimiento estricto de la justicia obvia la necesidad de un estado. Los estatistas ideales como David Estlund, Gregory Kavka y John Rawls piensan que las instituciones políticas coercitivas cumplen funciones indispensables incluso en condiciones ideales. Este artículo defiende el anarquismo ideal. Nuestro argumento comienza describiendo un viaje de campamento inspirado por Cohen que ilustra por qué una forma anarquista de cooperación es más intrínsecamente deseable que la alternativa estatal. Después de detallar la teoría ideal de Rawls y la teoría moral “no concesiva” de Estlund, argumentamos, contrariamente a Rawls, Estlund y Kavka, que las sociedades a gran escala sin imperfección moral no necesitan un estado.”

Vaya a saber qué pasa con Bitcoin, pero Blockchain abre la puerta a una organización social libre y voluntaria

¿Pueden las nuevas tecnologías y las redes, en particular Blockchain, ser la base de una nueva organización social, competitiva y policéntrica? Lo tratan en este artículo: “Blockchain networks as constitutional and competitive polycentric orders”, por Eric Alston, Wilson Law, Ilia Murtazashvili y Martin Weiss, de las universidades de Colorado, Baylor y Pittsburgh.

Journal of Institutional Economics , Volume 18 , Issue 5 , October 2022 , pp. 707 – 723; DOI: https://doi.org/10.1017/S174413742100093X

“Los economistas institucionales han analizado las cadenas de bloques sin permiso como un componente institucional novedoso para el intercambio económico voluntario y la gobernanza distribuida, con sus características de protocolo únicas, como la ejecución automatizada de contratos, altos niveles de transparencia de redes y procesos, y una gobernanza distribuida única. Pero dicho análisis institucional debe complementarse con un análisis policéntrico de cómo cambian las cadenas de bloques. Caracterizamos tal cambio como resultado de fuentes internas y fuentes externas. Las fuentes internas incluyen el diseño constitucional (protocolo) y los procesos de elección colectiva para actualizar los protocolos, que ayudan a coordinar a los participantes y usuarios de la red. Las fuentes externas incluyen la presión competitiva de otras redes de criptomonedas. Mediante el estudio de dos redes líderes, Bitcoin y Ethereum, ilustramos cómo la conceptualización de las cadenas de bloques como empresas policéntricas competidoras y constitucionales aclara sus procesos de cambio.”

¿Deberían las revistas académicas (y la investigación científica) ser guardianes de la justicia social?

¿Deberían las revistas académicas designarse guardianes de la justicia social? Es la pregunta que plantea y responde Jonathan Rauch, Senior Fellow, Brookings Instituttion, en un artículo publicado por la Foundation for Individual Rights and Expression (FIRE). Se titula “ Nature Human Misbehavior: politicized science is neither science nor progress”: https://www.thefire.org/nature-human-misbehavior-politicized-science-is-neither-science-nor-progress/

“Nature Human Behaviour, un miembro respetado del grupo Springer, así lo cree. “La ciencia ha sido cómplice durante demasiado tiempo en la perpetuación de las desigualdades estructurales y la discriminación en la sociedad”, declaran los editores en un manifiesto reciente. “Con esta guía, damos un paso para contrarrestar esto”.

Los editores nos aseguran que “promover el conocimiento y la comprensión es un bien público fundamental”. Bueno. Dicen que la investigación debe evitar dañar a los individuos que estudia; No es una propuesta controvertida. Pero luego, en un movimiento que merece ser muy controvertido, amplían su definición de daño inaceptable para incluir consecuencias sociales negativas para los grupos estudiados.

Los investigadores deberían «minimizar tanto como sea posible… los riesgos de daño a los grupos estudiados en la esfera pública», dicen (cursivas mías). “La investigación puede, sin darse cuenta, estigmatizar a individuos o grupos humanos”, agregan (nuevamente, cursivas mías). “Puede ser discriminatorio, racista, sexista, capacitista u homofóbico. Puede proporcionar una justificación para socavar los derechos humanos de grupos específicos, simplemente por sus características sociales”.

Las frases que puse en cursiva hacen mucho trabajo. Un investigador podría no tener un hueso discriminatorio en su cuerpo, y podría tener un cuidado exquisito para evitar sesgar su investigación. Su evidencia puede ser sólida, sus métodos sólidos y sus conclusiones realmente verdaderas. No obstante, los editores pueden rechazar su artículo, solicitar revisiones o incluso retractarse y repudiarlo si creen que “socava la dignidad o los derechos de grupos específicos; asume que un grupo humano es superior o inferior a otro simplemente por una característica social; incluye discurso de odio o imágenes denigrantes; o promueve perspectivas privilegiadas y excluyentes”.”

Tocqueville sobre los franceses pero podría ser sobre nosotros: quieren igualdad en la libertad, y si no pueden tenerla, la quieren aún en la esclavitud

Me llamó la atención porque el autor se llama Olivier Zunz, y me hizo recordar al cuento de Borges Emma Zunz, pero en realidad se refiere a Alexis de Tocqueville. Gustav Jönsson comenta el libro de Olivier Zunz, The Man who saw America: https://www.americanpurpose.com/articles/the-man-who-saw-america/

El libro comentado es: The Man Who Understood Democracy: The Life of Alexis de Tocqueville by Olivier Zunz (Princeton University Press, 472 pp., $26.49)

“Alexis de Tocqueville, aristócrata de nacimiento y corazón y demócrata por principio, amaba la libertad y temía una búsqueda incesante de la igualdad a expensas de ella. Sus temores no eran infundados: la mayor parte de su familia había sido guillotinada en el Terror de 1793-1794 que siguió a la Revolución Francesa. Los franceses, escribió, “quieren igualdad en la libertad, y si no pueden tenerla, la quieren aún en la esclavitud”. En lugar de ponerse del lado de los legitimistas reaccionarios, incluida su propia familia ultrarrealista, sostuvo que Europa debe finalmente seguir el ejemplo establecido por la América democrática.”

Así es, los liberales discuten entre sí tan fuerte como con los opositores, y? Rothbard discute a Mises

Los liberales discuten entre sí, no aceptan que por el hecho de que uno de ellos sea un prócer sus ideas estén fuera de todo debate. Veamos este ejemplo: Murray Rothbard fue uno de los discípulos más cercanos a Mises. Sin embargo, no duda en criticar cuando su visión es diferente. Al margen de quien esté en lo correcto, simplemente quiero destacar la actitud, la amplitud de pensamiento y la libertad. Esto dice Rothbard de Mises en un artículo que publica el Mises Institute, titulado “On Mises’s Ethical Relativism”: https://mises.org/library/misess-ethical-relativism

“En resumen, es ilegítimo que Mises asuma que, conociendo todas las consecuencias que muestra la economía, todos se considerarán peor a partir de la medida estatal. Cuando Mises dice que la derogación de tales medidas «beneficiaría los intereses bien entendidos o a largo plazo de todas las personas» y son defendidas por «intereses creados a corto plazo», supongamos, como acabamos de indicar, las preferencias temporales de los estos últimos son altos; o supongamos, incluso al margen de la preferencia temporal, que la cantidad que X puede exigir a cada uno mediante alguna medida intervencionista es mayor que la cantidad que perderá como consumidor.

Lo que he estado tratando de decir es que el enfoque utilitario y relativista de la ética de Mises no es suficiente para establecer un caso completo a favor de la libertad. Debe complementarse con una ética absolutista, una ética de la libertad, así como de otros valores necesarios para la salud y el desarrollo del individuo, basada en la ley natural, es decir, el descubrimiento de las leyes de la naturaleza del hombre. No reconocer esto es el mayor defecto de la cosmovisión filosófica de Mises.

En su sección final, Mises dice que «hay autores que combinan el relativismo praxeológico con el relativismo ético… también hay autores que muestran absolutismo ético mientras rechazan el concepto de leyes praxeológicas universalmente válidas».

Sí, y también hay una tercera categoría de escritores: aquellos que aceptan tanto el absolutismo praxeológico como el ético, y reconocen que ambos son vitalmente necesarios para una visión filosófica completa, así como para el logro de la libertad.

Espero que quede claro que esta extensa discusión no pretende negar los grandes méritos generales del artículo de Mises y su importancia para todos los estudiosos de la acción humana.”

Alberdi y la libertad en la Constitución: «viva en el texto escrito, y maltratada en el hecho»

Con los alumnos de la UBA Derecho completamos la lectura de Alberdi en su «Sistema Económico y Rentístico». Aquí, en la conclusión, sobre el rumbo que debería tomar la República:

«Figuraos un buque que navega en los mares del cabo de Hornos con la proa al polo de ese hemisferio; esa dirección lo lleva al naufragio. Un día cambia de rumbo y toma el que debe llevarlo a puerto. ¿ Cesan por eso en el momento la lluvia, el granizo, la oscuridad y la tempestad de los sesenta grados de latitud? – No, ciertamente; pero con solo persistir en la nueva dirección, al cabo de algún tiempo cesan el granizo y las tempestades y empiezan los hermosos climas de las regiones templadas. – Pues bien: toda la actual política argentina, todo el sistema de su Constitución general moderna, es de mera dirección y rumbo, no de resultados instantáneos. La nave de nuestra Patria se había internado demasiado en regiones sombrías y remotas, para que baste un solo día a la salvación de sus destinos. – Nuestra organización escrita es un cambio de rumbo, un nuevo derrotero. Nuestra Constitución es la proa al puerto de salvación. Sin embargo, como todavía navegamos en alta mar, a pesar de ella tendremos borrascas, malos tiempos, y todos los percances del que se mueve en cualquier sentido, del que marcha en el mar proceloso de la vida libre. Sólo el que está quieto no corre riesgos, pero es verdad que tampoco avanza nada.

La libertad, viva en el texto escrito y maltratada en el hecho, será por largo tiempo la ley de nuestra condición política en la América antes española. Ni os admiréis de ello, pues no es otra la de nuestra condición religiosa en la mayoría del mundo de la cristiandad. Porque en el hecho violemos a cada instante los preceptos cristianos, porque las luchas de la vida real sean un desmentido de la Religión que nos declara hermanos obligados a querernos como tales, ¿se dirá que no pertenecemos a la Religión de Jesucristo? ¿Quién, en tal caso, tendría derecho de llamarse cristiano? Impresa en el alma la doctrina de nuestra fe, marchamos paso a paso hacia su realización en la conducta. En política como en religión, obrar es más difícil que creer.

La libertad es el dogma, es la fe política de la América del Sud, aunque en los hechos de la vida práctica imperen con frecuencia el despotismo del gobierno (que es la tiranía) o el despotismo del pueblo (que es la revolución). Hace dos mil años que los hombres trabajan en obrar como creen en materia de moral. ¿Será extraño que necesiten largos años para obrar como creen en materia de política, que no es sino la moral externa aplicada al gobierno de los hombres?

Dejad que el pueblo sud-americano ame el ideal en el gobierno, aunque en el hecho soporte el despotismo, que es resultado de su condición atrasada e indigente. Dejad que escriba y sancione la república en los textos; un día vendrá en que la palabra de libertad encarne en los hechos de la vida real, misterio de la religión política de los pueblos comprobado por la historia de su civilización: y aunque ese día, como los límites del tiempo, nunca llegue, es indudable que los pueblos se aproximan a él en su marcha progresiva, y son más felices a medida que se acercan al prometido término, aunque jamás lo alcancen, como el de la felicidad del hombre en la tierra. Por fortuna no es de Sud-América únicamente esta ley, sino del pueblo de todas partes; es ley del hombre así en política como en moral. Su espíritu está cien años adelante de sus actos.

Pero todo eso es aplicable a la libertad política más bien que a la libertad económica – objeto de nuestro estudio, la menos exigente, la menos difícil, la más modesta y practicable de las libertades conocidas. La libertad económica esencialmente civil es la libertad de poseer y tener, de trabajar y producir, de adquirir y enajenar, de obligar su voluntad, de disponer de su persona y de sus destinos privados. Accesible, por la Constitución, al extranjero en igual grado que al ciudadano, y asegurada doblemente por tratados internacionales, recibe de esta condición su más fuerte garantía de practicabilidad, y asegura ella misma el porvenir de las otras libertades, tomando a su cargo su educación, su nutrición, su establecimiento y desarrollo graduales, como el de la capacidad siempre ardua de intervenir en la gestión de la vida política o colectiva del Estado.Alberdi

Fuerte relación entre libertad económica e indicadores de prosperidad. Más libertad, menos pobreza

Antes comenté la presentación de la edición 2022 del Índice de Libertad Económica del Cato Institute. Aquí lo comenta Ian Vásquez, quien destaca por un lado la caída de la libertad durante la pandemia, y también que en los países más libres la pobreza es menor: https://www.cato.org/blog/global-economic-freedom-declined-sharply-wake-pandemic

“El declive ha sido amplio y dramático. Aproximadamente 146 de 165 jurisdicciones vieron caer sus puntajes de 2019 a 2020, el año más reciente para el cual hay datos comparables internacionalmente. Algunas de las razones de la disminución incluyen «aumentos masivos en el gasto público, expansión monetaria, restricciones de viaje [y] mandatos regulatorios sobre las empresas». Y aunque el informe no toma una posición sobre la eficacia de las respuestas políticas a la pandemia, encuentra que la disminución “borra el valor de una década de mejora en el promedio global y es más de tres veces mayor que la disminución global presenciada en el 2008. /09 crisis financiera. La pandemia del coronavirus fue sin duda una catástrofe para la libertad económica”.

La calificación de EE. UU. cayó al igual que su clasificación, del quinto lugar en 2019 al séptimo en 2020. Como siempre, los autores (James Gwartney, Robert Lawson, Joshua Hall y Ryan Murphy) encuentran que existe una fuerte relación entre la libertad económica y los indicadores de prosperidad. Por ejemplo, el siguiente gráfico muestra cómo la libertad económica beneficia a los pobres.

El informe de este año incluye un capítulo de Robert Lawson que revisa 721 artículos académicos revisados ​​por pares que analizan el impacto de la libertad económica. La mayor parte de la literatura académica encuentra una relación positiva entre la libertad económica y buenos resultados (por ejemplo, crecimiento, menos conflicto, derechos humanos, etc.) y solo una minoría (alrededor del 5%) encuentra una relación negativa.

Otro capítulo de Simeon Djankov, creador del ampliamente utilizado informe Doing Business que ha sido descontinuado por el Banco Mundial, propone cómo llevar a cabo ese importante proyecto fuera de los auspicios del Banco de una manera mejorada.”

 

Cato presenta la nueva edición del Índice de Libertad Económica: Argentina y Venezuela entre los peores

Cato Institute ha dado a conocer la edición 2022 de su índice de Libertad Económica, señalando que la pandemia ocasionó una profunda caída en todos los países. Es las 26ª edición del ranking que evalúa a 165 países, y trae la mala noticia que dos países de la región se encuentran entre los peores: Argentina y Venezuela (Cuba no aparece en el índice por la falta de información confiable).

Aquí puede consultarse: https://www.cato.org/economic-freedom-world/2022

Así es presentado:

“Esta es la edición número 26 de Libertad económica en el mundo y la publicación de este año clasifica 165 países y territorios para 2020, el año más reciente para el que hay datos disponibles. La libertad económica global disminuyó significativamente a raíz de la pandemia de coronavirus. La caída afectó a 146 de las 165 jurisdicciones del índice y es más de tres veces mayor que la caída global provocada por la crisis financiera de 2008/2009.

Hong Kong permanece en la primera posición, aunque su calificación cayó 0,28 puntos adicionales. Singapur, una vez más, ocupa el segundo lugar. Las siguientes naciones con la puntuación más alta son Suiza, Nueva Zelanda, Dinamarca, Australia, Estados Unidos, Estonia, Mauricio e Irlanda.

Las clasificaciones de otras grandes economías en el índice de este año son Japón (12), Canadá (14), Alemania (25), Italia (44), Francia (54), México (64), India (89), Rusia (94) , Brasil (114) y China (116). Los diez países con la calificación más baja son: República Democrática del Congo, Argelia, República del Congo, Irán, Libia, Argentina, Siria, Zimbabue, Sudán y, por último, Venezuela.

Las naciones en el cuartil superior de la libertad económica tenían un PIB per cápita promedio de $ 48,251 en 2020, en comparación con $ 6,542 para las naciones del cuartil inferior (PPA constante de 2017, $ internacionales). Además, el ingreso promedio del 10% más pobre en las naciones económicamente más libres es más del doble del ingreso per cápita promedio en las naciones menos libres. La esperanza de vida es de 80,4 años en el cuartil superior frente a 66 años en el cuartil inferior.

El primer Informe sobre la Libertad Económica en el Mundo, publicado en 1996, fue el resultado de una década de investigación realizada por un equipo que incluía a varios premios Nobel y más de 60 destacados académicos en una amplia gama de campos, desde la economía hasta las ciencias políticas, y desde derecho a la filosofía.”