¿Ciudades privadas en China? Autoritarios pero con mente abierta para ciertas cosas

¿Ciudades privadas en China? Un país gobernado por un partido comunista muestra que, en algunos aspectos (no obviamente en permitir opositores, por ejemplo) tienen una mente bastante abierta. Este sería el caso con el desarrollo de “ciudades privadas”, o “free cities”. Esto se comenta en una nota publicada en China Talk: https://chinatalk.substack.com/p/jialong-sichuans-privately-run-city?s=w

Se titula “Jiaolong: Sichuan’s Privately-run City” y comenta: “Algunos gobiernos locales en China están permitiendo que corporaciones privadas desarrollen nuevas ciudades y brinden servicios públicos.”

La clave es la descentralización, que permite a los gobiernos locales experimentar diferentes políticas. Así comienza:

“La rápida urbanización de China desde el comienzo de la era de reforma y apertura se considera, con razón, una de las megatendencias de los siglos XX y XXI. El patrón de urbanización principal de la urbanización impulsada por el gobierno local es cada vez más conocido, aunque en parte debido a los problemas financieros, de incentivos y de desplazamiento que surgen cuando el gobierno local confisca tierras rurales de los agricultores y las desarrolla para uso urbano e industrial.

Los casos menos conocidos involucran un esquema cada vez más común de urbanización impulsada por el sector privado en China. En este caso, los actores del sector privado se hacen cargo de la coordinación y el proceso de desarrollo de la urbanización.

Empresas como China Fortune Land Development (CFLD) están desarrollando ciudades industriales como asociaciones público-privadas (PPP) con los gobiernos locales. CFLD ha desarrollado alrededor de 100 ciudades industriales, principalmente en China, con algunas en el sudeste asiático.”

Pero no es el ya conocido modelo de “participación público-privada” o PPP, sino lo siguiente:

“Además del modelo de APP, también existe un modelo totalmente privatizado en el que el gobierno local firma un contrato de concesión con una empresa privada responsable del desarrollo y operación de la ciudad, incluida la prestación de servicios públicos y la recepción de impuestos.”¿

¿Se frena China? Tal vez no sea una sorpresa que la causa fuera la ineficiencia de sus empresas estatales

¿Se frena China? No, por cierto, pero podría ser que haya comenzado a desacelerar su crecimiento. Tal vez no sea tanta sorpresa ver, como aquí dicen, que una de las causas sería la ineficiencia de las empresas estatales. Así lo analizan Diego Cerdeiro y Cian Ruane, del Fondo Monetario Internacional, en un paper titulado “China’s Declining Business Dynamism”;  IMF Working Paper No. 2022/032. https://ssrn.com/abstract=4065452

Esto dicen:

“Después de un crecimiento impresionante en la década de 2000, la productividad de China se ha estancado más recientemente. Utilizamos datos a nivel de empresa para analizar las tendencias de productividad y dinamismo empresarial de 2003 a 2018. Documentamos seis hechos que juntos muestran una disminución en el dinamismo empresarial de China. Mostramos que (i) la participación en los ingresos de las empresas jóvenes ha disminuido, (ii) el crecimiento del ciclo de vida de las empresas jóvenes en relación con las empresas establecidas más antiguas se ha desacelerado, (iii) el crecimiento del ciclo de vida más débil puede explicarse por un crecimiento de la productividad más lento y un crecimiento más débil del ciclo de vida. inversión en intangibles, (iv) las empresas más jóvenes y más pequeñas tienen más restricciones de capital que sus contrapartes más antiguas y más grandes, (v) la capacidad de respuesta del crecimiento del capital al producto marginal del capital ha disminuido, y (vi) persisten grandes brechas de productividad entre las empresas estatales y privadas. Encontramos que el dinamismo empresarial es más débil en las provincias donde las empresas estatales representan una mayor parte del capital social. Nuestros resultados sugieren que la disminución del dinamismo de las empresas privadas es un factor importante para explicar el lento crecimiento de la PTF de China y que la reforma de las empresas estatales podría impulsar indirectamente el crecimiento de la productividad al estimular el dinamismo empresarial.”

¿Qué piensan los chinos? No ya los dirigentes, ¿hay gente más o menos «liberal» o no les interesa ser libres?

¿Qué piensan los chinos? El tema no es menor, dado el creciente papel que tiene ese país en el mundo, y ya se sabe bastante lo que piensa su gobierno y cuáles son sus objetivos, pero, ¿qué piensa la gente? En un país donde no hay democracia, elecciones, encuestas, etc, esto es mucho más difícil de conocer.

Ahora, el Center on China’s Economy and Institutions de la Universidad de Stanford ha publicado un breve reporte titulado: “Is there a political “left” or “right” in China? Charting China’s Ideological Spectrum”. Interesante, pero las conclusiones muestran una situación que no ha de ser muy diferente de la que podamos encontrar en otros países: aquellos sectores de la población vinculados con el progreso económico de China se inclinan más por ideas relacionadas con la libertad, mientras que quienes no se inclinan por el autoritarismo o paternalismo. Como muestra la imagen:

La mayoría se encuentra, todavía, en el espectro autoritario-paternalista, pero en muchas circunstancias lo que importa es lo que piensan las elites, y éstas parecen ser más “liberales” política y económicamente. ¿Podrán cambiar el rumbo del país? ¿O aceptarán el autoritarismo en tanto les permita progresar económicamente?

Maron & Dunung Cap IV: la economía global y los casos de China e India

Con los alumnos de UCEMA, en la materia Negocios y Empresas Internacionales, vemos el Capítulo IV de Mason & Dunung donde los autores consideran distintos tipos de países y de economías.

En particular comienzan con dos que han tenido un desempeño notable en las últimas décadas y plantean grandes temas hacia el futuro: China e India. Esto comentan:

“India y China están entre las economías de mayor crecimiento, contribuyendo casi el 30% del crecimiento económico global. Tanto China como India no son economías  “emergentes”, sino en realidad “Re-emergentes” habiendo participado del comercio internacional durante siglos. Estos dos gigantes asiáticos, que hasta 1800 consistían en el 50% de la economía global no son, como Japón o Alemania, simplemente “estados-nación”. En términos de tamaño y población, cada uno de ellos es un continente, y a pesar de sus notables tasas de crecimiento, son pobres.

Tanto China como India están en una intensa competencia como también en la búsqueda de alcanzar a las economías del mundo desarrollado. Cada una tiene fortalezas particulares y ventajas competitivas que le han permitido atravesar la reciente crisis financiera global, mejor que muchos otros países. El crecimiento de China ha sido en base a la inversión y las exportaciones, concentrándose en la manufactura a bajo costo, con un consumo local que llega al 36% del PIB. Por otro lado, el crecimiento de la India se ha derivado principalmente de un sector de servicios sólido y un consumo interno dinámico. India también es mucho menos dependiente del comercio que China, y depende del comercio exterior para aproximadamente el 20 por ciento de su PIB frente al 56% de China. La economía china se ha duplicado cada ocho años en las tres últimas décadas, la tasa más rápida para una economía importante registrada en la historia. Para 2011, China es la segunda economía más grande del mundo detrás de Estados Unidos”.

Negocios internacionales y problemas internacionales: el caso de Google en China

Con los alumnos de la materia Empresas y Negocios Internacionales de UCEMA, vemos un texto de Mason & Dunung sobre Negocios Internacionales, donde se tratan problemas que plantean difíciles dilemas éticos. En particular, se considera el caso de Google y los problemas que este buscador ha tenido en China donde se le planteó el difícil problema de hacer frente a la censura impuesta por el gobierno de ese país en el buscador local. Esto es, Google desarrolló un buscador en mandarín Google.cn, en el cual no se podía acceder a los cientos de páginas que sí pueden accederse del sitio Google.com, para temas tales como el grupo Falun Gong o temas relacionados con el Tibet.

¿Cómo responder? ¿Hay que rechazar el intento de censura corriendo el riesgo de perder acceso a ese país? Sostener un principio contra la censura diría que eso es lo que hay que hacer, pero alguien bien podría argumentar que irse es peor, porque entonces los chinos van a tener menos acceso a todo tipo de informaciones. En fin, el dilema era parecido al que tenían ciertas empresas internacionales en la Sudáfrica del apartheid. Algunas empresas no aceptaban discriminar, pero aun así recibían fuertes presiones para irse del país. Si se iban, aquellos discriminados en otros empleos perderían estos, si se quedaban al menos había algunos lugares donde era tratados como corresponde.

Ahora los problemas continúan. Una reciente noticia de BBC News comenta sobre el tema: https://www.bbc.com/mundo/noticias-49035655

Dice así:

«Google «puso fin» a su controvertido plan de lanzar un buscador censurado en China, afirmó recientemente un ejecutivo de la compañía.

Ya hubo reportes el año pasado de que la empresa había cesado en su empeño, pero otros rumores apuntaban a que el proyecto continuaba activo.

«Hemos puesto fin al Proyecto Dragonfly», declaró el ejecutivo de Google Karan Bhatia frente al Comité Judicial del Senado de Estados Unidos.

Según Buzzfeed, uno de los medios que reportó estas declaraciones, se trata de la primera confirmación pública de que Dragonfly ha sido clausurado.

Dragonfly recibió multitud de críticas por si pudiera ser una potencial herramienta que usaran las autoridades chinas para censurar el contenido en internet y monitorear el comportamiento online de sus ciudadanos.

En 2018, un exempleado de Google alertó de los planes «alarmantes» de la empresa en China en una carta enviada a los legisladores de Estados Unidos.

Jack Poulson, quien había sido investigador sénior de la empresa hasta su renuncia en agosto de ese año, escribió en la misiva que tenía miedo de las ambiciones de Google.

En la carta, alegaba que Google estaba trabajando, entre otras cosas, en una lista negra de censura desarrollada según las exigencias del gobierno chino.

¿Qué debería hacer Google al respecto? ¿Debe asumir que tiene que cumplir las normas locales y aceptar la censura? ¿Debe buscar caminos como para que los chinos puedan acceder libremente a Internet como parece que ha estado haciendo? ¿Debe cerrar sus operaciones e irse?

Negocios Internacionales, Caps 1 y 2. El caso de Google en China. ¿Qué debería hacer?

Los alumnos de UCEMA tienen que leer un texto de Mason & Dunung sobre Negocios Internacionales, donde se tratan problemas que plantean difíciles dilemas éticos. En particular, se considera el caso de Google y los problemas que este buscador ha tenido en China donde se le planteó el difícil problema de hacer frente a la censura impuesta por el gobierno de ese país en el buscador local. Esto es, Google desarrolló un buscador en mandarín Google.cn, en el cual no se podía acceder a los cientos de páginas que sí pueden accederse del sitio Google.com, para temas tales como el grupo Falun Gong o temas relacionados con el Tibet.

¿Cómo responder? ¿Hay que rechazar el intento de censura corriendo el riesgo de perder acceso a ese país? Sostener un principio contra la censura diría que eso es lo que hay que hacer, pero alguien bien podría argumentar que irse es peor, porque entonces los chinos van a tener menos acceso a todo tipo de informaciones. En fin, el dilema era parecido al que tenían ciertas empresas internacionales en la Sudáfrica del apartheid. Algunas empresas no aceptaban discriminar, pero aun así recibían fuertes presiones para irse del país. Si se iban, aquellos discriminados en otros empleos perderían estos, si se quedaban al menos había algunos lugares donde era tratados como corresponde.

Ahora los problemas continúan. Una reciente noticia de BBC News comenta sobre el tema: https://www.bbc.com/mundo/noticias-49035655

Dice así:

«Google «puso fin» a su controvertido plan de lanzar un buscador censurado en China, afirmó recientemente un ejecutivo de la compañía.

Ya hubo reportes el año pasado de que la empresa había cesado en su empeño, pero otros rumores apuntaban a que el proyecto continuaba activo.

«Hemos puesto fin al Proyecto Dragonfly», declaró el ejecutivo de Google Karan Bhatia frente al Comité Judicial del Senado de Estados Unidos.

Según Buzzfeed, uno de los medios que reportó estas declaraciones, se trata de la primera confirmación pública de que Dragonfly ha sido clausurado.

Dragonfly recibió multitud de críticas por si pudiera ser una potencial herramienta que usaran las autoridades chinas para censurar el contenido en internet y monitorear el comportamiento online de sus ciudadanos.

En 2018, un exempleado de Google alertó de los planes «alarmantes» de la empresa en China en una carta enviada a los legisladores de Estados Unidos.

Jack Poulson, quien había sido investigador sénior de la empresa hasta su renuncia en agosto de ese año, escribió en la misiva que tenía miedo de las ambiciones de Google.

En la carta, alegaba que Google estaba trabajando, entre otras cosas, en una lista negra de censura desarrollada según las exigencias del gobierno chino.

¿Qué debería hacer Google al respecto? ¿Debe asumir que tiene que cumplir las normas locales y aceptar la censura? ¿Debe buscar caminos como para que los chinos puedan acceder libremente a Internet como parece que ha estado haciendo? ¿Debe cerrar sus operaciones e irse?

Sobre los incentivos en el mercado y en la economía planificada. Así era el trabajo en las comunas agrícolas chinas

Más del interesante libro “Cisnes Salvajes” de Jung Chang, que cuenta la historia de tres generaciones de mujeres en China durante todo el siglo XX.

Aquí, la autora, es enviada en un momento a una comuna agrícola para el aprendizaje a través del trabajo campesino, y así describe lo que ocurría:

“Fue en Deyang donde aprendí cómo viven realmente los campesinos chinos. Cada día comenzaba con la adjudicación de tareas por parte de los jefes de los equipos de producción. Todos los campesinos tenían que trabajar, y cada uno de ellos recibía un número determinado de «puntos de trabajo» (gong-jen) a cambio de su labor diaria. El número de puntos de trabajo acumulados constituía un elemento de gran importancia durante la distribución que se realizaba a finales de año. En ella, los campesinos obtenían de su equipo de producción alimentos, combustible y otras necesidades cotidianas, así como una pequeña cantidad de dinero en metálico. Concluida la cosecha, el equipo de producción entregaba parte de la misma al Estado en concepto de impuestos, y el resto se dividía. En primer lugar se entregaba una cantidad igual a todos los hombres, y aproximadamente una cuarta parte menos a las mujeres.

Los niños menores de tres años recibían media porción. Dado que tampoco los niños que apenas rebasaban esa edad podían consumir la ración de un adulto, convenía tener cuantos más hijos mejor. El sistema funcionaba como un eficaz desincentivador del control de la natalidad.

Lo que restaba de la cosecha se distribuía según el número de puntos de trabajo obtenidos por cada uno.

Dos veces al año, todos los campesinos se reunían para determinar el número de puntos de trabajo diarios de cada uno. Se trataba de reuniones a las que no faltaba nadie. Al final, la mayor parte de los jóvenes y adultos recibían diez puntos diarios, y las mujeres ocho.

Uno o dos, reconocidos por todos como los más fuertes, recibían un punto extra.

Los «enemigos de clase» tales como el antiguo terrateniente del poblado y su familia obtenían un par de puntos menos que los demás a pesar de que trabajaban con el mismo tesón y de que a menudo se les encomendaban las labores más duras. Nana y yo, siendo como éramos inexpertas «jóvenes de ciudad», obteníamos tan sólo cuatro puntos, los mismos que los chiquillos que apenas habían alcanzado la adolescencia. Se nos dijo que era sólo «para empezar», pero mi cupo nunca fue aumentado.

Dado que apenas existía variación en el número de puntos diarios obtenidos por cada uno dentro de las distintas categorías y géneros, el número de puntos de trabajo acumulados dependía más del número de días trabajados que de la calidad del trabajo.

Ello constituía un constante motivo de resentimiento entre los habitantes del poblado, así como un importante obstáculo para la eficacia de la labor común. Día tras día, los campesinos escudriñaban su alrededor para comprobar cómo trabajaban los demás por si acaso alguien se estaba aprovechando de ellos. Nadie quería trabajar con más ahínco que otros que recibían el mismo número de puntos. Las mujeres experimentaban una profunda amargura al contemplar cómo algunos hombres realizaban las mismas tareas que ellas pero recibían dos puntos más. Las discusiones eran constantes.

A menudo nos pasábamos diez horas en el campo para realizar una tarea que habría podido llevarse a cabo en cinco. Sin embargo, había que cumplir aquellas diez horas para que se nos contara un día completo. Trabajábamos a cámara lenta, y yo observaba constantemente el sol en espera de su descenso mientras contaba los minutos que faltaban hasta que sonara el silbato que señalaba la conclusión de la jornada. No tardé en descubrir que el aburrimiento podía ser tan agotador como el trabajo más duro.”

Ingreso restringido, discriminación y privilegios en las universidades de países socialistas.

Todos los socialistas o progresistas promueven la idea del ingreso irrestricto a la universidad pública, en particular en Argentina, pero en los países socialistas eso es algo impensado. Los movimientos estudiantiles demandan más fechas de exámenes, más facilidades para aprobar las materias, la idea de algún tipo de exigencia en cuanto al desempeño del alumno parece ser una política ‘restrictiva’ y ‘discriminatoria’. Pero nada de eso parece haber ocurrido en los paraísos socialistas que son su modelo. En el libro de Jung Chang “Cisnes Salvajes”, que cuenta la tremenda historia de tres generaciones de mujeres chinas en el siglo XX, comienza su capítulo 13:

Cuando en 1958 mi madre me llevó por primera vez a la escuela primaria, yo llevaba mi nueva chaqueta de cordón rosa, unos pantalones de franela verde y un enorme lazo rosa en el pelo. Entramos directamente al despacho de la directora, quien nos esperaba en compañía de la supervisora académica y de una de las profesoras. Todos sonreían y se dirigían a mi madre respetuosamente llamándola directora Xia y tratándola como a un personaje. Poco después, me enteré de que aquella escuela pertenecía a su departamento.

Aquella entrevista especial se debió a que yo contaba seis años de edad, cuando normalmente sólo aceptaban niños a partir de los siete debido a la escasez de plazas escolares. Sin embargo, ni siquiera mi padre tuvo entonces inconveniente en saltarse las normas, ya que tanto él como mi madre querían que empezara a ir al colegio a una edad temprana. Mi fluida declamación de poemas clásicos y mi hermosa caligrafía convencieron a los profesores de que me hallaba lo suficientemente avanzada. Tras convencer de ello a la directora y a sus colegas con la prueba de ingreso habitual, se me aceptó como caso especial, ante lo cual mis padres se mostraron tremendamente orgullosos de mí. Aquella misma escuela había rechazado ya a muchos de los hijos de sus colegas.

Se trataba de una escuela a la que todo el mundo quería enviar a sus hijos debido a que estaba considerada la mejor de Chengdu, así como la principal escuela «clave» de toda la provincia. El ingreso en las escuelas y universidades clave resultaba sumamente difícil. Dependía tan sólo de los méritos de cada uno, y no se concedía prioridad a los hijos de las familias de funcionarios.

Cada vez que me presentaban a una nueva maestra, siempre era como «la hija del director Chang y de la directora Xia». Mi madre solía acudir a la escuela en su bicicleta como parte de su trabajo para comprobar el modo en que era gestionada. Un día, comenzó de pronto a hacer frío y me trajo una chaqueta verde de abrigo con cordones bordada en su parte delantera. La propia directora vino al aula para entregármela, y yo me sentí terriblemente avergonzada de las miradas de todos mis compañeros. Al igual que la mayoría de los niños, lo único que quería era ser una más de mi grupo y que me aceptaran como tal.

Teníamos exámenes todas las semanas, y los resultados eran exhibidos en el tablón de anuncios. El primer puesto siempre me correspondía a mí, lo que disgustaba a las que me seguían. En ocasiones, descargaban su amargura llamándome «tesorito de mil piezas de oro» (qian-jin-xiao-jie) o haciendo cosas como meterme sapos en el cajón o atarme las trenzas al respaldo del asiento. Decían que no mostraba espíritu colectivo y que despreciaba a los demás. Yo, sin embargo, sabía que lo único que ocurría era que me gustaba hacer mi propia vida.”

Los dilemas éticos de la globalización: ¿debería Google seguir dando sus servicios en China cuando el gobierno censura contenidos?

Los alumnos de UCEMA tienen que leer un texto donde se tratan problemas que afectan a los negocios internacionales, los que plantean difíciles dilemas éticos. En particular, se considera el caso de Google y los problemas que este buscador ha tenido en China donde se le planteó el difícil problema de hacer frente a la censura impuesta por el gobierno de ese país en el buscador local. Esto es, Google desarrolló un buscador en mandarín Google.cn, en el cual no se podía acceder a los cientos de páginas que sí pueden accederse del sitio Google.com, para temas tales como el grupo Falun Gong o temas relacionados con el Tibet. Google China¿Cómo responder? ¿Hay que rechazar el intento de censura corriendo el riesgo de perder acceso a ese país? Sostener un principio contra la censura diría que eso es lo que hay que hacer, pero alguien bien podría argumentar que irse es peor, porque entonces los chinos van a tener menos acceso a todo tipo de informaciones. En fin, el dilema era parecido al que tenían ciertas empresas internacionales en la Sudáfrica del apartheid. Algunas empresas no aceptaban discriminar, pero aun así recibían fuertes presiones para irse del país. Si se iban, aquellos discriminados en otros empleos perderían estos, si se quedaban al menos había algunos lugares donde era tratados como corresponde.

Ahora los problemas continúan. El New York Times publicó un artículo sobre el mismo tema: http://www.nytimes.com/2014/09/22/business/international/china-clamps-down-on-web-pinching-companies-like-google.html?_r=0

Dice así:

“Como parte de una amplia campaña para reforzar la seguridad interna, el gobierno chino ha bajado una cortina más oscura sobre las comunicaciones por Internet en las últimas semanas, una situación que ha hecho más difícil a Google y sus clientes hacer negocios.”

El artículo menciona algunas cosas que Google ha hecho para superar estos inconvenientes:

“Aun cuando Google y otras grandes compañías tecnológicas han realizado un fuerte lobby para suavizar las restricciones, el control de Beijing sobre las multinacionales se ha hecho más amplio.”

“Los problemas de Google en China han estado creciendo durante estos años. La empresa cerró sus servidores en China continental en Marzo de 2010 para evitar la censura dirigiendo a los usuarios hacia resultados no filtrados de sus servidores en Hong Kong. El gobierno chino comenzó entonces a bloquear intermitentemente los servidores en Hong Kong, en particular impidiendo el acceso a un sitio por unos 90 segundos si un usuario trataba de ingresar cualquier cosa con una lista de caracteres chinos prohibidos, incluyendo algunos con los nombres de líderes nacionales y algunas palabras en inglés.”

“Google comenzó a encriptar las búsquedas de los usuarios en todo el mundo a comienzos de este año, en parte en respuesta a la información que diera a conocer el contratista de la NSA, Edward Snowden sobre la vigilancia del gobierno de los Estados Unidos. Este cambio de Google, utilizando direcciones de Internet que comienzan con ‘https’, ha hecho más difícil a los censores chinos determinar quién estaban realizando las búsquedas que ellos desalientan.”

“Pero el gobierno chino respondió el 29 de Mayo bloqueando virtualmente todo acceso a las páginas de Google en lugar de solo imponer la demora de los 90 segundos cuando se encontraban términos prohibidos. Los expertos interpretaron ese avance como una precaución ante el 25 aniversario de la represión en la Plaza de Tian-anmen del 4 de Junio. Pero el bloqueo ha persistido desde entonces.”

¿Qué otra cosa podría hacer Google al respecto? ¿Debe asumir que tiene que cumplir las normas locales y aceptar la censura? ¿Debe buscar caminos como para que los chinos puedan acceder libremente a Internet como parece que ha estado haciendo? ¿Debe cerrar sus operaciones e irse?

Por lo que sale en el artículo creo que la posición de Google es correcta. Tiene que respetar la legislación y las normas locales pero debe expresar claramente su desagrado por la censura imperante, y tiene que buscar la forma para que sus usuarios puedan tener un acceso libre a toda la información en Internet. SI no es con los servers en Hong Kong, con búsquedas encriptadas, y si todo eso es controlado, buscar otras formas de lograrlo.

Otro artículo reciente sobre el tema: https://www.infobae.com/america/mundo/2018/08/29/piden-a-google-no-ofrecer-busquedas-censuradas-en-china/

¿Es China una economía de mercado? Todos los países discuten eso, sujeto a presiones proteccionistas

En la reciente visita a China del presidente Macri se planteó el tema del reconocimiento de ese país como una “economía de mercado”, lo cual llevaría a tener que darle un trato similar al de otros países miembros de la Organización Mundial de Comercio en cuanto a la apertura para sus productos y servicios exportados. El tema es tratado, en relación a los Estados Unidos, por Pierre Lemieux, de la Universidad de Quebec, en una nota en la revista Regulation, del Cato Institute: http://www.cato.org/regulation/spring-2016

Algunos párrafos:

“Podemos considerar el estatus de ‘mercado’ desde una perspectiva económica, como diferente de una política: ¿es China una economía de mercado? A primera vista, parece que solamente podría afirmarse eso utilizando una definición bien laxa o benévola de lo que es una economía de mercado. Pero, en verdad, cualquier ‘economía de mercado’ actualmente es una mezcla de libertad y dirección gubernamental. El reconocimiento de un país como una economía de mercado es una cuestión de grado en relación a muchas dimensiones. Por lo tanto, es difícil determinar si un país encaja en la categoría o no.

Si usamos los principales índices de libertad económica, que se basan en diferentes indicadores para calcular una nota para cada país, encontramos que China se encuentra bastante bajo en la lista. El informe Economic Freedom of the World: informe Anual 2015, del   Fraser Institute de Canadá, ubica a China en lo más bajo, en el tercer cuarto, lo que significa que tres cuartas partes de los 157 países clasificados tienen más libertad económica. En forma semejante, el Index of Economic Freedom 2015 de la Fundación Heritage, ubica a China cerca del final del cuarto quintil, cuyos miembros son considerado con economías ‘mayormente no libres’.

En el pasado reciente, China ha mostrado una promesa de convertirse en una economía de mercado, como sostuvieron Ronald Coase y Ning Wang en su libro How China became Capitalist. Pero ciertos desarrollos recientes no son alentadores. Los bancos y las empresas del estado siguen siendo grandes jugadores en una economía altamente regulada. Está creciendo la censura. Una bienvenida lucha contra la corrupción puede transformarse como una excusa para amenazar a empresarios. El capitalismo de amigos caracteriza aún hoy a la mayor parte de la economía china.

Sin embargo, la oposición del gobierno norteamericano al estatus de mercado para China está principalmente motivada por el proteccionismo, no por una preocupación sobre la libertad económica. Como muchos gobiernos nacionales en Europa, el gobierno norteamericano está respondiendo a las demandas de los empresarios locales y los lobbies de los sindicatos que temen la competencia de los productores chinos. Las disputas comerciales son, a menudo, ejercicios de capitalismo de amigos, y eso es una cuestión de grado. El proteccionismo está también promovido por los cánticos populistas de los políticos, que han sido especialmente abundantes en este año electoral”.

Acá es similar. Por un lado, desde hace rato que viene mencionando otorgar ese ‘estatus de mercado’:

http://www.lanacion.com.ar/654848-la-argentina-declarara-a-china-como-economia-de-mercado

Pero la Unión Industrial Argentina (UIA), se opone:

http://www.lanacion.com.ar/1932825-antes-del-viaje-de-macri-la-industria-local-advirtio-por-el-comercio-desleal-con-china

Los empresarios chinos piden eso para invertir:

http://www.lanacion.com.ar/1934233-wenbo-xiang-que-no-quieran-reconocernos-el-status-de-economia-de-mercado-es-totalmente-injusto