Un libro sobre todos los intentos en la historia que buscaron controlar la tasa de interés, y fracasaron

El Manhattan Institute torogó el Premio Hayek al libro The Price of Time, de Edward Chancellor, donde relata la historia de todos los intentos (fallidos) de controlar la tasa de interés: https://manhattan.institute/event/2023-hayek-lecture

“¿Por qué está tan extendida la percepción de que las tasas de interés altas son perjudiciales para la economía? ¿Qué cuentos de advertencia existen desde la antigua Mesopotamia, la Restauración de Gran Bretaña, hasta los auges crediticios globales del siglo XXI? ¿Cómo han contribuido las tasas aparentemente negativas en lugares como Europa y Japón a la inseguridad económica y la fragilidad financiera?

En respuesta a la Gran Depresión, F. A. Hayek advirtió contra la política monetaria expansionista y la manipulación de las tasas de interés, que crean incertidumbre en el mercado y una dinámica continua de auge y caída. La competencia y la reducción del gasto público, en lugar de las políticas gubernamentales para mantener bajas las tasas de interés, ayudarían a estabilizar el mercado. En The Price of Time: The Real Story of Interest, Edward Chancellor brinda más evidencia para respaldar el escepticismo de Hayek sobre las intervenciones no basadas en el mercado para estabilizar los precios, mientras examina exhaustivamente las políticas equivocadas para reducir artificialmente las tasas de interés a lo largo de la historia.

Chancellor revela cómo las tasas de interés extremadamente bajas conducen no solo a la inflación de los precios de los activos, sino también a un crecimiento económico débil, una desigualdad creciente, empresas zombis, niveles elevados de deuda y las crisis de pensiones que han afectado a Occidente en los últimos años, condiciones en las que las economías no pueden prosperar. Al mismo tiempo, el dinero fácil en China ha inflado una burbuja inmobiliaria épica, acompañada del mayor auge crediticio e inversor de la historia. A medida que el sistema financiero mundial se acerca a otra crisis, Chancellor muestra que solo si comprendemos el interés podemos esperar enfrentar los desafíos que se avecinan.

Edward Chancellor es historiador financiero, periodista y estratega de inversiones. Edward estudió historia en Trinity College, Cambridge, donde se graduó con honores de primera clase y luego obtuvo un M.Phil. en historia de la iluminación de la Universidad de Oxford. A principios de la década de 1990, trabajó para el banco mercantil de Londres, Lazard Brothers. Más tarde fue editor del sitio de comentarios financieros Breakingviews. De 2008 a 2014, Edward fue miembro sénior del equipo de asignación de activos de GMO, una firma de inversiones con sede en Boston. Actualmente es columnista de Reuters Breakingviews y colaborador ocasional del Wall Street Journal, MoneyWeek, New York Review of Books y Financial Times. Su último libro, The Price of Time, es publicado por Allen Lane en el Reino Unido y Atlantic Monthly Press en los Estados Unidos.”

Basta de controlar las tasas de interés: las fijan los ahorristas o inversores, no el Banco Central

Jeff Deist, presidente del Mises Institute, entrevista a Edward Chancelor, quien publica un libro titulado “The Price of Time”, donde analiza las teorías sobre el interés (condenado por siglos y difícil de comprender)m en una entrevista publicada en The Austrian: https://mises.org/library/price-time

“JD: En la última página del libro, usted sugiere que un sistema monetario racional en el futuro deberá estar respaldado en lugar de basado en fiat, lo que podría significar un papel para el oro en el respaldo de una moneda privada digital. ¿Cuál sería tu ideal?

EC: Bueno, el argumento del libro es que debemos volver a un mundo en el que las tasas de interés las fijen el mercado, no los banqueros centrales, porque los banqueros centrales no tendrán suficiente información y tendrán sus propias preferencias. y cometerán errores y hemos visto que han cometido esos errores. El sistema actual no funciona. Hay criptomonedas, pero como señalo, muchas criptomonedas parecen no ser más que esquemas Ponzi. Y una moneda digital del banco central [CBDC] en la que la emisión de moneda esté respaldada por deuda del gobierno se acercaría bastante al plan de Chicago, ¿no es así? Solo en el modo CBDC.

Sé que no puede dejar de lado las preocupaciones de privacidad, ya que van a ser las preocupaciones más importantes, pero si dejamos eso de lado por el momento, si tuviera un CBDC que solo podría aumentar a una tasa fija, fue diseñado constitucionalmente. de esa forma tendría, como digo, ciertas cualidades del patrón oro. Pero el problema con el patrón oro es que no existe un problema real. Los austriacos tuvieron algunas ideas tempranas sobre las estructuras financieras. Lo bueno de una CBDC es que absorbería todos los depósitos de los bancos, por lo que en realidad terminaría con la banca de reserva fraccionaria. Necesitamos pasar a un sistema monetario diferente, lejos de la banca de reserva fraccionaria. La banca de reserva fraccionaria le permite al banquero crear préstamos y ganar dinero con el margen, y luego el sistema se vuelve dependiente de la creación monetaria del banquero privado. Y luego el banquero comete un montón de errores y su banco empieza a colapsar. Luego viene gritando al contribuyente que necesita un rescate y todos pagamos la cuenta.”

Análisis y preguntas sobre Mises y las causas de las crisis económicas

Los alumnos leyeron a Mises sobre las crisis económicas. Va un resumen de los presentados, preguntas y respuestas.

RESUMEN

Una producción planificada debe manejarse por el empresario y los dueños de los medios de producción y no por un organismo que centraliza el orden de la actividad económica de un país (idea socialista). Si el consumidor satisface sus necesidades, el empresario debe aprovechar el uso de los bienes de capital y de trabajo (propiedad privada de medios de producción) para estimular el deseo de sus ganancias, guiándose a su vez por la fuerza de las preferencias del consumidor. La intercepción de este proceso de mercado puede significar un desequilibrio entre la oferta y la demanda que cause una crisis económica. Los intentos por reducir las tasas de interés de manera artificial mediante la expansión del crédito bancario, pueden causar una sobreinversión en algún sector económico que de otra forma no hubiera sucedido, causando burbujas de crecimiento que terminan explotando y conduciendo a una recesión, “secuela inevitable de un boom”. Cabe señalar que el autor escribió su pensamiento durante la crisis de la década de 1930 por lo que refiere a este evento también como el resultado de la expansión del crédito. Puntualiza que el desempleo es causado por las tasas salariales que rebasan el promedio que impone la oferta y la demanda de empleo: si las tasas disminuyen, habrá mayor demanda de empleo; pero cuando aumentan (quizá por la presión que ejercen los sindicatos), la productividad de la empresa baja y no es posible emplear a muchos trabajadores, causando desempleo. Asimismo, intentos del gobierno de mantener los precios de productos primarios mediante aranceles o subsidios proteccionistas, terminan siendo infructuosos ya que impacta al consumidor vía impuestos más altos, lo cual en ocasiones toma un semblante de carácter político haciendo de las crisis económicas, crisis de finanzas públicas.

 

Preguntas

El autor comenta que un aspecto alrededor de las crisis económicas podría ser la insuficiencia de la producción de oro aunque luego aclara que no hay razones puras para asumir esta aseveración. Por las fechas de su escrito, el sistema patrón cambio oro ya habría sido cancelado. En la actualidad es más común mantener reservas en moneda de dólares americanos. El Sr. Mises consideraría que ahora una mayor circulación de dólares en los países ayudaría a mitigar las crisis económicas. Muchos analistas internacionales utilizan la razón financiera reservas a importaciones para aludir a la capacidad de pagos que erogarían para cumplir con las deudas contraídas por las importaciones.

Respuesta: No veo una pregunta allí. No obstante, no creo que Mises viera con buenos ojos una mayor circulación de dólares, todo lo contrario.

Considera el autor que en el sistema económico capitalista el intervencionismo del gobierno es solamente un tema político proteccionista o será que las empresas son también causantes de tal intervencionismo debido a sus demandas para evitar la pérdida o reducción de su rentabilidad? Esta misma pregunta fue planteada en la guía 1, pero considero importante tener la apreciación de las distintas escuelas, que en este caso es la austriaca.

Respuesta: Por supuesto, los políticos son quienes finalmente impulsan e implementan medidas intervencionistas pero no solamente respondiendo a sus propias ideas sino también a las presiones y los intereses de quienes los apoyan, los que pueden ser tanto empresarios como sindicalistas, e incluso los mismos votantes.

Las políticas de expansión del crédito fueron una preocupación considerada por el autor. El Sr. Mises consideraría más eficiente la administración del sistema bancario de las naciones a través de un banco central administrado por el gobierno o por un órgano independiente? En su caso, quiénes debieran integrar la “junta de gobierno” de tal banco central (los políticos, los inversionistas particulares, los economistas consultores, los analistas internacionales, otros gobiernos, etc.)?

Respuesta: Mises no creía que un banco central fuera una buena alternativa para la administración de un sistema monetario. Es más, prefería un sistema monetario que no fuera “administrado” o que lo fuera en la menor medida, como el patrón oro. Se habla de “política monetaria” pero no hay peor combinación que la política con la moneda.

¿Es el libre mercado una de las causas de las crisis económicas?

Respuesta: Este es el punto detrás de toda la discusión sobre las crisis económicas. ¿Son de tipo “endógeno”, es decir, inherentes al funcionamiento del mercado? Así pensaban, con sus diferencias, tanto Marx como Keynes. ¿O son de tipo “exógeno”, ocasionadas por algún factor externo al funcionamiento de los mercados? Esto es lo que plantea Mises, para quien las crisis son el resultado de la manipulación monetaria con el objetivo de bajar las tasas de interés, generando así las burbujas y el ciclo económico.

¿Cuál es el rol real de los consumidores en una economía capitalista?

Respuesta: Mises señala que son quienes guían la producción con sus decisiones de comprar, y de no comprar. Van indicando lo que se debe producir, y también los ingresos que recibirá cada uno de los productores.

¿Cuáles son las diferencias del rol del consumidor en una economía capitalista y una economía socialista?

Respuesta: En una economía socialista quienes deciden quien produce y qué ingresos tendrá son los funcionarios de la planificación económica. En la economía de mercado con los consumidores, tal como se plantea en la respuesta anterior.

¿Qué tipo de influencia tienen los sindicatos en las crisis económicas?

Respuesta: Originalmente los sindicatos brindaban un servicio a sus miembros que incluía información acerca de las oportunidades de trabajo que se presentaba y dónde. Luego adquirieron el poder de determinar o influir substancialmente en el nivel de los salarios, pero al buscar niveles superiores a los de mercado inevitablemente generan desempleo, sobre todo entre quienes no son miembros del sindicato, como los jóvenes que buscan su primer empleo.

Mises sobre las causas de las crisis económicas

Los alumnos de Historia del Pensamiento Económico I de la Facultad de Ciencias Económicas leyeron “Las causas de las crisis económicas” de Ludwig von Mises, una conferencia que dictara en Febrero de 1931 a un grupo de industriales alemanes en lo que ahora es República Checa.

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La conferencia comienza criticando el argumento marxista sobre la “anarquía” de la producción en el mercado, ya que no hay nadie en participar que esté organizando el proceso y luego analizando ciertas aspectos básicos sobre el funcionamiento de una economía de mercado. Los subtítulos nos muestran un poco los temas: “El papel y el poder de los consumidores” y “Producción destinada al consumo”, para señalar cómo son las preferencias de los consumidores las que guían las decisiones de los capitalistas. Estos compiten entre sí para satisfacer las necesidades de los consumidores y con cada centavo que estos gastan determinan quien gana y quien pierde.

Lamentablemente ese funcionamiento del mercado se ve distorsionado por todo tipo de intervenciones de distintos sectores que buscan algún tipo de protección o privilegio. Así, los siguientes subtítulos son: “Carácter pernicioso de la política de los productores”, sobre lo que volverá más adelante.

Aquí viene el corazón de su teoría del ciclo económico, que desarrollara ya en su libro “La Teoría del Dinero y del Crédito”, publicado en 1912, la cual presenta en forma muy sintética. Y si bien no está desarrollada como lo está en el libro, permite comprender lo esencial de su argumento. En términos económicos modernos, Mises señala que las crisis económicas no son “endógenas”, esto es, inherentes al funcionamiento de los mercados, producto de una falla en estos; sino que con “exógenas”, producto de las políticas monetarias expansivas que artificialmente incrementan el crédito generando un “boom”, que ahora hemos dado en llamar “burbujas”.

La baja artificial de la tasa de interés incentiva proyectos de inversión que no se habían desarrollado a la tasa antes existente (asumamos por un momento que esa tasa era la tasa “natural”, fruto de la oferta y la demanda de ahorro en el mercado). Esa tasa menor genera esos nuevos proyectos que demandarán recursos que no están disponibles, por lo que estos emprendedores los buscarán donde estén ahora empleados, elevando su precio.

En sus palabras:

“La expansión del crédito no puede incrementar la oferta de bienes reales. Simplemente produce un reordenamiento. Desvía las inversiones de capital del curso prescripto por el estado de la riqueza económica y de las condiciones del mercado. Obliga a la producción a tomar caminos que no habría seguido a menos que la economía experimentara un incremento de los bienes materiales. Como resultado, la reactivación carece de una base sólida, No es una verdadera prosperidad. Es una prosperidad ilusoria. No se ha desarrollado debido a un incremento de la riqueza económica, sino porque la expansión crediticia creó la ilusión de que se ha producido tal incremento. Tarde o temprano se pondrá de manifiesto que esta reactivación económica se ha edificado sobre arena.

Tarde o temprano, la expansión del crédito mediante la creación de medios fiduciarios adicionales deberá llegar a su fin. Incluso si los bancos quisieran continuar indefinidamente con esta política no podrían hacerlo, ni siquiera si se vieran obligados a aplicarla por la influencia de fuertes presiones exteriores. El continuo incremento de la cantidad de medios fiduciarios conduce a incesantes aumentos de los precios. La inflación sólo puede continuar mientras persista la opinión generalizada de que ese proceso inflacionario se detendrá en un futuro previsible. Sin embargo, una vez que se afianza el convencimiento de que no se puede detener la inflación, se desencadena el pánico. Para evaluar el valor del dinero y de los artículos primarios el público toma en cuenta de antemano los futuros aumentos de precios, es decir, las expectativas inflacionarias. En consecuencia, los precios siguen su desenfrenada carrera rompiendo todos los límites. El público le da la espalda al dinero que está comprometido por el incremento de los medios fiduciarios y «huye» hacia las divisas, las barras de metal, los «valores reales» o el trueque. En suma, la moneda se viene abajo.”

Luego señala como otras interferencias, tales como el intento de los sindicatos de fijar salarios que no son los de mercado, o productores de materias primas con los precios de sus productos, La voracidad fiscal y el aumento de los impuestos a la producción, empeoran y multiplican la crisis.

Concluye:

“Las periódicas crisis de cambios cíclicos en las actividades comerciales son el resultado de los intentos, emprendidos reiteradamente, de rebajar las tasas de interés que se desarrollan en un mercado no controlado. Estos intentos se llevan a cabo mediante la intervención de la política bancaria -es decir, recurriendo a la expansión del crédito a través de la creación adicional de billetes de banco y depósitos de cheques que no tienen un cien por ciento de respaldo oro–, con el objeto de producir un «boom». La crisis que ahora estamos sufriendo es también de este tipo. Sin embargo, va más allá del típico ciclo de depresión económica, no sólo por su magnitud sino también por su carácter, porque las interferencias en los procesos del mercado que provocaron la crisis no se limitaron únicamente a influir sobre la tasa de interés. Las intervenciones también afectaron directamente a las tasas salariales y a los precios de los productos primarios.”