Los alumnos de OMMA-Madrid realizan preguntas sobre el texto de Böhm-Bawerk en relación a la determinación de los precios:
– ¿Cuando el comprador que valora más altamente el bien decide adquirir más bienes a ese precio, ya que considera que es un precio muy atractivo se produce un cambio de las parejas marginales y por lo tanto del precio?
Vimos los ejemplos con el supuesto de que cada comprador compra una unidad. Si comprara varias sería lo mismo que si hubiéramos agregado más compradores por una unidad cada uno. Si afectan las parejas marginales tendrá que ver si hay más oferentes o no. Si hay más oferentes y se compensan unos a otros, entonces las parejas marginales no se modifican, pero si no los hay, si lo harán. Es decir, por encima de las parejas marginales puede haber 10 compradores y 10 vendedores, o puede haber 100 compradores y 100 vendedores y el precio sería el mismo.
– En los ejemplos del autor se presupone una misma calidad en los bienes objeto de intercambio. ¿Cómo podemos estudiar de forma sencilla la valoración subjetiva que los individuos dan a la diferente calidad de un mismo bien?
Exacto, es una simplificación para entender la formación del precio. Luego veremos el concepto de bienes sustitutos donde se introduce la variedad entre los productos. Esas valoraciones subjetivas le darán distinta preferencia a bienes que no se consideran exactamente iguales.
– Si la valoración subjetiva de los individuos no es estática si no que cambia constantemente, incluso en cuestión de segundos, ¿estos ejemplos que pone el autor sirven para algo?
Sí, porque nos permite entender para dónde irían esos cambios.
– En una explotación agrícola el agricultor suele vender sus naranjas con un margen muy estrecho de beneficio o incluso al coste o por debajo del mismo, sin embargo cuando llega al consumidor final el precio es 10 o 12 veces lo que se ha pagado al mismo. El precio en este caso viene fijado por la red de distribución y el vendedor apenas tiene fuerza. El precio esta condicionado completamente por tu capacidad de acceso al consumidor final. Como podemos explicar esto dentro de la teoría de determinación de precio.
El precio está fijado, en última instancia, por la voluntad de los consumidores de consumir naranjas. SI el día de mañana se dijera que las naranjas causan cáncer, es probable que las dejaran de consumir y su precio se acercaría a cero. La red de distribución no fija el precio, solamente propone un precio, ofrece un precio a los consumidores y luego ve cómo estos reaccionan. Si propone un precio y vende la mitad de su existencia es que el precio está alto y lo tiene que bajar. Si propone un precio y los consumidores agotan las naranjas en pocas horas es que está bajo y lo tiene que subir. En ese sentido la red de distribución está tan atada a la voluntad de los consumidores como el mismo productor.
El productor podría llevar el mismo sus naranjas al consumidor, en forma directa. Seguramente si no lo hace es porque entiende que no le sería rentable hacerlo. Tendría que ocupar su tiempo (que necesita para cuidar sus cultivos) en llevar las naranjas, tal vez venderlas a domicilio como era antes (pasaban los vendedores gritando por las calles), tener empleados, vendedores, camiones, etc.
– ¿El marketing de los artículos de lujo es capaz de modificar la magnitud del “valor” subjetivo? Seguro que si pero… ¿Como puede llegar a ser tan potente? Para anteponerlos a bienes de primera necesidad.
Quienes demandan este tipo de bienes, está claro que ya han satisfecho sus necesidades de bienes de “primera necesidad”. Nadie compraría oro en el medio del desierto dejando de lado el agua (a menos que piense que le permitirá conseguir más o mejor agua más adelante). Ricardo III en la obra de Shakespeare, caído en el campo de batalla grita “Mi reino por un caballo”. En esa situación, el más poderoso tenía que ocuparse de una primera necesidad. Y siguiendo la ley de la utilidad marginal “decreciente”, ¿cuánto crees que ofrecería por un segundo caballo?
– En un momento el autor dice que los competidores excluidos no ejercen influencia en la determinación del precio, pero sí pueden aumentar la cantidad del bien cambiado en el mercado. ¿Puede elaborar un poco esta idea con algún ejemplo o enviarme al texto de nuevo si es que ya lo ha hecho y no lo he advertido?
Toma el ejemplo de la determinación bilateral del precio y luego imagina que cada uno de los compradores en lugar de demandas una unidad demandan 100 y que cada uno de los vendedores ofrece 100 en vez de una. ¿Qué habría cambiado? Las cantidades, por supuesto, pero no el precio.
Sin embargo, debo llamar la atención en este ejemplo que estoy suponiendo que tanto compradores como vendedores tienen la misma valoración sobre todos los bienes pero dada la ley de la utilidad marginal decreciente es probable que no tenga la misma valoración de los primeros que de los últimos y en tal caso sí se modificarían sus valoraciones y los precios. Es cuando ese vendedor quiere sacarse los últimos productos y está dispuesto a venderlos a precio más bajo.
– En algunos momentos habla de la intensidad de la valoración. No me ha quedado eso muy claro. ¿A que se refiere exactamente? ¿Cuál es la diferencia entre valorar algo en, no sé, 100 euros, y valorar más intensamente eso mismo también en 100 euros pero de una manera más intensa? No sé si será mi (de)formación lingüística la que me hace complicar las cosas, pero no creo haberlo entendido bien.
Si su valoración es más intensa estará dispuesto a pagar más, si lo es menos, a pagar menos. Böhm-Bawerk señala que es la intensidad de la preferencia uno de los factores que influyen en ella.
– Hacia el final del capítulo el autor dice que el ejemplo que ha utilizado es un simplificado , hecho para facilitar la comprensión general, pero reconoce que en el mundo real las cosas son más complejas y que esta complejidad puede afectar a las cosas. Sin embargo dice que se debe aceptar que esta complejidad no puede alterar el marco básico en sí mismo. Entiendo que son casos particulares y que estas particularidades, son eso, particulares, pero ya que el autor pone en el centro del debate la subjetividad de las personas, ¿no es cierto que esta subjetividad no limita en ocasiones los prejuicios de los actores y es posible que un determinado actor no quiera participar con otros en un intercambio por razones diferentes al precio?
Por supuesto, todas esas cosas forman parte de la evaluación subjetiva del comprador o del vendedor. No nos preguntamos cuáles son los motivos específicos que llevan a las personas a valorar algo de una forma u otra (que sería el campo de la sicología), sino que dadas ciertas preferencias, la interacción llevará a la determinación del precio.
– Otra sub-pregunta sobre esta idea de la complejidad: en la bolsa, cuándo una compañía recompra acciones propias, ¿cuál sería el modelo general para valorar ahora las acciones restantes?
Hay técnicas específicas para eso, pero dado lo que estamos viendo ahora, solamente podemos decir que quienes tomaron la decisión de comprar mostraron su “utilidad marginal decreciente” hasta el número de acciones que compraron y no ya para las que quedaron en manos de otros. Las que no compraron: tal vez no tengan ya tanto valor para la compañía (que tal vez buscaba alcanzar una cierta mayoría que le permitiera tomar algunas decisiones), o tal vez tengan un valor superior para quienes las poseen actualmente y solamente se hubieran desprendido de ellas a un valor superior.
¿Solamente podemos conocer las valoraciones subjetivas de un bien, mediante el precio de mercado de dicho bien?, ¿Qué pasa si el bien es nuevo en el mercado, y no conocemos su valor de mercado?
Así es, no conocemos las valoraciones subjetivas de las personas, solamente sus “preferencias reveladas” en el acto de comprar o vender. Si alguien compra un helado de chocolate y no de vainilla, lo único que puedo decir es que reveló en el acto su preferencia por el primero, pero no puedo decir “cuánto más” valora el chocolate sobre la vainilla a menos que tuviera posibilidad de expresarlo en algún acto.
Si un bien es nuevo en el mercado hay que aprender. Las empresas hacen distintos estudios para analizar el precio original de salida. Luego habrá que ver la reacción de los compradores y ajustarlo, si es posible.