La idea que vivimos en una etapa tardía o final del capitalismo se vino abajo antes que éste

Hay quienes han planteado que existen “ciclos”, algunos inevitables, en la evolución de la sociedad. Habría tal cosa como etapas “tardías” o “terminales” del capitalismo antes de la llegada del socialismo, aunque Marx afirmara que el capitalismo llevaría a los más altos niveles de riqueza antes vistos. Antes se vino abajo la que sería la etapa siguiente, el socialismo, y mientras tanto el capitalismo sigue avanzando. Lo comenta John Aziz en esta nota publicada en Quillette, titulada “This Is Not Late-Stage Capitalism”: https://quillette.com/2025/01/08/this-is-not-late-stage-capitalism-automation-ai-robotics/

“La idea de que vivimos en la era del capitalismo tardío ha ganado fuerza recientemente en la izquierda, particularmente entre los millennials y la generación Z. La evocadora frase pinta un cuadro de un sistema económico en ruinas, devastado por tensiones sociales crecientes, que se tambalea hacia una revolución marxista.

Karl Marx creía que el capitalismo era insostenible y propenso al colapso, que pronto sería reemplazado por su sistema favorito, el comunismo, en el que los bienes y servicios serían distribuidos por una “dictadura del proletariado” en función de las necesidades, en lugar de ser comprados y vendidos en el mercado. Pero si bien el capitalismo tiene algunas tendencias a la turbulencia interna, es bastante resistente, habiendo sobrevivido en diversas formas durante 177 años desde que Karl Marx publicó su tratado El Manifiesto Comunista, en el que abogaba y predecía su derrocamiento.

El término “capitalismo tardío” ganó popularidad en los años 1970, cuando el sociólogo marxista Ernest Mandel lo utilizó para describir una nueva fase globalizada del capitalismo, marcada por el predominio de las corporaciones multinacionales, la especulación financiera y el consumismo masivo. Llevamos medio siglo esperando que esa “fase tardía” pase, pero aún no ha pasado.”

Stiglitz critica las teorías del ciclo económico, algunas correctamente, ¿sin mencionar a la teoría austriaca?

Parece raro, pero sucede. Un premio Nobel en economía comenta distintas teorías sobre el ciclo económico y no hay ninguna referencia a la teoría austriaca del ciclo. Tal vez porque Stiglitz solamente busca causas en distintas “fallas de mercado” en lugar de la manipulación de la tasa de interés por parte de las autoridades monetarias. De todas formas, es interesante su crítica a quienes asumen conocimiento perfecto en los mercados. Lo comenta en un artículo titulado “Growth and Fluctuations: An Overview”, Joseph E. Stiglitz, NBER Working Paper No. 33218: https://www.nber.org/papers/w33218?utm_campaign=ntwh&utm_medium=email&utm_source=ntwg18

“Desde sus inicios, el capitalismo se ha caracterizado por grandes fluctuaciones. El desempleo episódico resultante ha sido muy costoso. Este artículo ofrece una visión general de las teorías alternativas.

Los modelos estándar (como el DSGE) no han proporcionado información sobre las causas de las fluctuaciones y los shocks que sacuden a la economía, que, contrariamente a lo que suponen, son en gran medida endógenos; no han proporcionado una comprensión de cómo y por qué la economía amplifica los shocks y hace que sus efectos sean a veces tan persistentes o cómo y por qué puede haber un comportamiento oscilatorio, en lugar de una convergencia suave hacia algún equilibrio (temporal). En consecuencia, no dan orientación sobre cómo hacer que las recesiones profundas, las que realmente importan, sean menos frecuentes, menos profundas y menos costosas. En cambio, existen modelos alternativos nuevos, que a menudo se basan en fundamentos keynesianos más antiguos, con bienes de capital heterogéneos y agentes heterogéneos que interactúan entre sí en mercados imperfectos y redes frágiles, con innovación endógena en una economía en constante evolución, con una profunda incertidumbre. Estas teorías, con fluctuaciones impulsadas endógenamente, brindan mayores conocimientos sobre las causas y la naturaleza de las fluctuaciones, y una mejor orientación política.”

La teoría austriaca del ciclo económico en Hayek: Wicksell, Mises, Böhm-Bawerk, Cantillon y Ricardo

Conocemos la Teoría Austriaca del Ciclo Económico pero, específicamente, ¿cuál fue la visión y los aportes de Hayek al respecto?. No digo que fuera distinta a la de Mises sino su visión, la que es presentada en este trabajo “Hayek’s Austrian Theory of the Business Cycle”, por Harald Hagemann GREDEG Working Paper No. 2024-06: https://ideas.repec.org/s/gre/wpaper.html

“El ensayo comienza con la lucha de Hayek con el marco de equilibrio como punto de partida para el análisis de las fluctuaciones cíclicas y los fundamentos metodológicos desafío planteado por el ataque de Lowe contra la construcción de la teoría del ciclo económico dentro del sistema de equilibrio económico general. Luego se muestra que Hayek elaboró ​​su discurso austriaco de Teoría del ciclo económico sobre la combinación innovadora de cinco componentes básicos: (1) La teoría de Wicksell del proceso acumulativo donde los cambios de precios son causados ​​por la discrepancia entre el tipo de mercado y el tipo de interés natural (de equilibrio); (2) La teoría de Mises de dinero y crédito en los que los bancos reducen artificialmente el tipo de interés monetario (de mercado) responsable de una sobreinversión y una mala asignación de recursos que necesariamente tiene que ser corregido; (3) La teoría del capital de Böhm-Bawerk con su énfasis en la estructura temporal del proceso de producción; (4) Efectos Cantillon de los cambios en la oferta monetaria sobre la estructura de precios y por tanto de la estructura de producción (no neutralidad del dinero); (5) Efectos Ricardo de una escasez de bienes de consumo en la producción de bienes de inversión (desproporcionalidad de capital circulante y fijo).”

A 50 años del Nobel a Hayek se sigue considerando la teoría austriaca del ciclo económico

La teoría austriaca del ciclo económico está en la raíz y el origen de esta escuela, y sigue vigente. En este caso, en este artículo: DISPERSED INFORMATION, NOMINAL RIGIDITIES AND MONETARY BUSINESS CYCLES: A HAYEKIAN PERSPECTIVE, por Christian Hellwig de Toulouse School of Econoimcs y Venky Venkateswaran, de New York University: Working Paper 33215,  http://www.nber.org/papers/w33215

“Estudiamos la propagación de shocks nominales en una economía de información dispersa donde las empresas aprenden de la información generada por sus actividades en los mercados de productos y factores y responden a ella. Demostramos la existencia de un “referencial hayekiano”, definido por las condiciones bajo las cuales la información imperfecta no tiene efecto sobre los resultados de equilibrio. Esto ocurre en condiciones bastante generales cuando los precios son flexibles, es decir, sin fricciones nominales, las fricciones informativas son irrelevantes. Sin embargo, con precios rígidos, esta irrelevancia se da solo si no hay complementariedades estratégicas en los precios y los shocks agregados e idiosincrásicos son igualmente persistentes. Con complementariedades y/o diferencias en la persistencia, la interacción de las fricciones nominales e informativas desacelera el ajuste de precios, amplificando los efectos reales de los shocks nominales (en relación con un modelo de información completa con solo fricciones nominales). En un modelo calibrado, la amplificación es más pronunciada en el mediano y largo plazo. En el corto plazo, la información generada por el mercado conduce a un ajuste sustancial de precios agregados, aunque las empresas puedan no ser conscientes de los cambios en las condiciones agregadas.”

Hayek-Keynes y los ciclos económicos: un debate que marca toda la teoría económica

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social de UCEMA, vemos el debate “Hayek-Keynes” sobre las crisis y el ciclo económico. Comenzamos con el capítulo 22 de la Teoría General de Keynes, titulado “Notas sobre el ciclo económico” y luego vemos también un artículo de Hayek. Aquí van algunos párrafos que explican la visión de Keynes y otros donde hace referencia a la discusión, aunque en ningún momento menciona con quién está discutiendo, pero se puede inferir con quién.

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“…encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en la curva de preferencia por la liquidez y en la eficacia marginal del capital han desempeñado su parte (en los ciclos). Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficacia marginal del capital.”

“Las últimas etapas del auge se caracterizan por las esperanzas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alta en la tasa de interés. Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aún catastrófica bajo la influencia de compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.”….

“De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficacia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. Por tanto, en condiciones de laissez-faire, quizá sea improbable evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de la inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares.”

Hasta allí, una muy breve exposición de su análisis y propuesta de solución. Ahora breves párrafos sobre el debate. Así comienza la sección inmediata al párrafo anterior:

“Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadirla, y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, el auge puede evitarse por otra alta. Ciertamente tiene fuerza el argumento de que una alta tasa de interés es mucho más efectiva contra un auge que otra baja contra una depresión.

Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría un error. Porque el término sobreinversión es ambiguo. Se puede referir a las inversiones que se destinan a desanimar las previsiones que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior será sólo un puro desperdicio de recursos:….

…’El remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja!, porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarlos así en semi-depresiones permanentes sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo.”

“El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de previsiones que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés cuya altura excesiva se comprendería si se juzga con serenidad.”

Política monetaria «ultraflexible», sobreinversión, empresas «zombies» y ciclo económico austriaco

Los economistas austriacos, desde Mises, han puesto énfasis en señalar las consecuencias de las políticas monetarias expansivas las que, al reducir las tasas de interés, fomentan proyectos de inversión que de otra forma no serían rentables y para los que no se ha producido ningún cambio en la preferencia temporal de los consumidores buscando un mayor consumo futuro, reduciendo el presente. En este paper del FMI que voy a presentar, algo similar aparece, con la figura de “empresas zombies”: IMF Working Paper, Western Hemisphere Department: “Too Low for Too Long. Could Extended Periods of Ultra Easy Monetary Policy Have Harmful Effects?” Prepared by Etibar Jafarov and Enrico Minnella: https://ssrn.com/abstract=4465105  or http://dx.doi.org/10.5089/9798400242748.001

“Los períodos prolongados de política monetaria ultraflexible en las economías avanzadas han reavivado los debates sobre la zombificación de empresas débiles y su impacto en la asignación de recursos, el crecimiento económico, la inflación y la estabilidad financiera. Utilizando datos macroeconómicos y a nivel de empresa, encontramos que las recesiones son un factor crítico en el rápido aumento en el número de empresas zombis. La política monetaria expansiva puede ayudar a reducir la zombificación cuando las tasas de interés están en el límite inferior cero (ZBL), pero una política monetaria demasiado acomodaticia durante períodos prolongados se asocia con una mayor probabilidad de zombificación. Las pequeñas y medianas empresas tienen más probabilidades de convertirse en empresas zombis. Esto genera inquietudes sobre la sostenibilidad de una implementación demasiado laxa de la política monetaria, especialmente en países donde el crecimiento es mediocre. Nuestros hallazgos implican una compensación entre llevar a cabo una política monetaria anticíclica, que también ayuda a contener el aumento en el número de empresas zombis en las recesiones cíclicas, y usar una política monetaria expansiva durante períodos prolongados, lo que puede conducir a una combinación de tasas de interés bajas, bajas crecimiento económico y alta vulnerabilidad financiera. Tal compensación no es una preocupación actualmente cuando la mayoría de los países están ajustando su postura de política monetaria, pero los formuladores de políticas deberían tenerlo en cuenta durante futuras recesiones.”

El legado de Robert Lucas: el gobierno no puede engañar sistemáticamente a todo el mundo

Unas semanas atrás falleció Robert Lucas, premio Nobel en Economía 1995, tal vez el más destacado economista de la Escuela de Chicago de las últimas décadas. Muchos señalan que sus aportes cambiaron radicalmente la macroeconomía predominante. He aquí un artículo que explica en forma simple sus principales contribuciones. Es de Patrick Horan, Investigador del Mercatus Center en George Mason University, con el título “The Legacy of Trailblazing Economist Robert Lucas”, publicado en la revista digital Discourse: https://www.discoursemagazine.com/economics/2023/05/22/the-legacy-of-trailblazing-economist-robert-lucas/

“En las décadas de 1960 y 1970, muchos economistas keynesianos creían en una versión cruda de la Curva de Phillips, que establece que existe una compensación entre el desempleo y la inflación. Si el desempleo es demasiado alto, el gobierno puede utilizar la política monetaria para estimular la demanda en la economía y reducir el desempleo. Una política monetaria más expansiva reduce los costos de endeudamiento y más dinero termina en manos de trabajadores y empresas. Esto conduce a un mercado laboral “restringido”, donde más personas están empleadas y pueden gastar su dinero en bienes y servicios. Los empleadores deben ofrecer salarios más altos para competir por los trabajadores. Entonces la inflación aumentaría. De manera similar, si la inflación es demasiado alta, el gobierno puede reducirla a costa de un mayor desempleo.

Sin embargo, durante la década de 1970, los EE. UU. y varias otras economías desarrolladas experimentaron una “estanflación”, una combinación de alto desempleo y alta inflación. La escuela keynesiana no logró explicar este fenómeno. Sobre la base de argumentos anteriores de Milton Friedman y Edmund Phelps, Lucas explicó que la Curva de Phillips tenía fallas porque no consideraba las predicciones cambiantes de las personas a medida que surgía nueva información. Si la inflación sube por sorpresa, puede reducir temporalmente el desempleo.

Sin embargo, si el gobierno intenta repetidamente estimular la economía para reducir el desempleo a costa de una mayor inflación, el público se dará cuenta de lo que el gobierno está tratando de hacer. Las empresas establecerán precios más altos y los trabajadores exigirán salarios más altos en previsión de una mayor inflación. Tratar de estimular la demanda para reducir el desempleo solo conducirá a una mayor inflación a largo plazo. Esta teoría de las expectativas racionales recuerda la máxima de Abraham Lincoln: «Puedes engañar a algunas personas todo el tiempo, y a todas las personas algunas veces, pero no puedes engañar a todas las personas todo el tiempo». Aunque los miembros del público no siempre pronostican con precisión, el gobierno no puede engañar sistemáticamente a todo el público para lograr algún fin deseado.

El trabajo de Lucas sobre las expectativas racionales condujo a un concepto relacionado llamado «Crítica de Lucas»: los formuladores de políticas no pueden predecir los efectos de un cambio en la política simplemente mirando los datos observados previamente. Más bien, deben considerar cómo el cambio en la política afectará las expectativas de las personas. Si bien confiar en la Curva de Phillips es probablemente el ejemplo más utilizado de no abordar la Crítica de Lucas, hay muchos casos en los que la crítica es relevante, y no solo en la macroeconomía o las finanzas tradicionales.”

Keynes-Hayek: Un debate que cumple un siglo y que marcó la política económica durante todo ese tiempo

Con los alumnos de Teorías Económicas, de Eseade, vemos el debate “Hayek-Keynes” sobre las crisis y el ciclo económico. Comenzamos con el capítulo 22 de la Teoría General de Keynes, titulado “Notas sobre el ciclo económico” y luego vemos también un artículo de Hayek. Aquí van algunos párrafos que explican la visión de Keynes y otros donde hace referencia a la discusión, aunque en ningún momento menciona con quién está discutiendo, pero se puede inferir con quién.

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“…encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en la curva de preferencia por la liquidez y en la eficacia marginal del capital han desempeñado su parte (en los ciclos). Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficacia marginal del capital.”

“Las últimas etapas del auge se caracterizan por las esperanzas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alta en la tasa de interés. Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aún catastrófica bajo la influencia de compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.”….

“De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficacia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. Por tanto, en condiciones de laissez-faire, quizá sea improbable evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de la inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares.”

Hasta allí, una muy breve exposición de su análisis y propuesta de solución. Ahora breves párrafos sobre el debate. Así comienza la sección inmediata al párrafo anterior:

“Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadirla, y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, el auge puede evitarse por otra alta. Ciertamente tiene fuerza el argumento de que una alta tasa de interés es mucho más efectiva contra un auge que otra baja contra una depresión.

Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría un error. Porque el término sobreinversión es ambiguo. Se puede referir a las inversiones que se destinan a desanimar las previsiones que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior será sólo un puro desperdicio de recursos:….

…’El remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja!, porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarlos así en semi-depresiones permanentes sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo.”

“El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de previsiones que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés cuya altura excesiva se comprendería si se juzga con serenidad.”

¿Un canario en la mina de carbón? La caída del Silicon Valley Bank, como siempre, ¿es una señal de alerta?

Cada vez que un banco cierra, o es cerrado por la autoridad controladora se disparan las preocupaciones ya que en un sistema de reservas fraccionarias de algún lado tienen que salir los fondos para devolver los depósitos, y como vivimos en un mundo donde eso se ha estatizado, hay que esperar a ver si las autoridades monetarias deciden poner lo que falta o… dejarlo caer. De una forma u otra igual se genera ansiedad sobre el resultado final. Sobre el último evento del Silicon Valley Bank opina Doug French, President Emeritus of the Mises Institute, autor de Early Speculative Bubbles & Increases in the Money Supply, y Walk Away: The Rise and Fall of the Home-Ownership Myth. El artículo, publicado en el Mises Wire, se titula “Is the Silicon Valley Bank’s Failure Another «Canary in the Coal Mine»?”: https://mises.org/wire/silicon-valley-banks-failure-another-canary-coal-mine

La frase “canario en una mina de carbón” alude a una señal alertando peligro, porque los mineros de carbón bajaban a las minas con canarios en jaulas ya que ellos detectan rápidamente el monóxido de carbono.

 

“Si vio al presidente de la Fed, Jerome Powell, testificar ante el Senado y la Cámara, escuchó una y otra vez que los bancos están bien capitalizados. El non-sequitur debería inspirar la cita de Shakespeare «Creo que protestas demasiado». Al día siguiente de las audiencias, las acciones de SVB Financial Group, matriz de Silicon Valley Bank, cayeron un 60 por ciento (y otro 30 por ciento en operaciones fuera de horario al momento de escribir este artículo) luego de que un artículo del Wall Street Journal revelara que el banco «había vendido grandes porciones de su cartera de valores y recaudaría capital fresco, destacando un problema más amplio para los prestamistas estadounidenses que han visto cómo el aumento de las tasas de interés golpea el valor de sus tenencias de bonos”.

En ¿Qué ha hecho el gobierno con nuestro dinero? Murray Rothbard nos recordó:

El banco crea dinero nuevo de la nada y, como todos los demás, no tiene que adquirir dinero produciendo y vendiendo sus servicios. En definitiva, el banco ya está y en todo momento en quiebra; pero su quiebra solo se revela cuando los clientes sospechan y precipitan “corridas bancarias”.

Los depositantes de Silicon Valley Bank corrieron hacia las salidas junto con los accionistas el mismo día que apareció el artículo del WSJ y la FDIC cerró rápidamente el banco el viernes por la mañana diciendo:

Silicon Valley Bank, Santa Clara, California, fue cerrado hoy por el Departamento de Innovación y Protección Financiera de California, que designó a la Corporación Federal de Seguros de Depósitos (FDIC) como síndico. Para proteger a los depositantes asegurados, la FDIC creó el Deposit Insurance National Bank of Santa Clara (DINB). Al momento del cierre, la FDIC como síndico transfirió inmediatamente al DINB todos los depósitos asegurados de Silicon Valley Bank.

Si bien el banco fue un prestamista para la industria de capital de riesgo y el sector tecnológico, las inversiones que hizo el banco fueron bonos respaldados por la plena fe y crédito del gobierno de los EE. UU. Sin embargo, el valor de esos bonos se ha desplomado a medida que las tasas de interés han aumentado drásticamente.”

El debate Keynes – Hayek: los ciclos económicos, expectativas y políticas monetarias

Con los alumnos de Historia del Pensamiento Económico y Social deUCEMA, vemos el debate “Hayek-Keynes” sobre las crisis y el ciclo económico. Comenzamos con el capítulo 22 de la Teoría General de Keynes, titulado “Notas sobre el ciclo económico” y luego vemos también un artículo de Hayek. Aquí van algunos párrafos que explican la visión de Keynes y otros donde hace referencia a la discusión, aunque en ningún momento menciona con quién está discutiendo, pero se puede inferir con quién.

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“…encontraremos que las fluctuaciones en la propensión a consumir, en la curva de preferencia por la liquidez y en la eficacia marginal del capital han desempeñado su parte (en los ciclos). Pero sugiero que el carácter esencial del ciclo económico y, especialmente, la regularidad de la secuencia de tiempo y de la duración que justifica el que lo llamemos ciclo, se debe sobre todo a cómo fluctúa la eficacia marginal del capital.”

“Las últimas etapas del auge se caracterizan por las esperanzas optimistas respecto al rendimiento futuro de los bienes de capital, lo bastante fuertes para equilibrar su abundancia creciente y sus costos ascendentes de producción y, probablemente también, un alta en la tasa de interés. Es propio de los mercados de inversión organizados que, cuando el desencanto se cierne sobre uno demasiado optimista y con demanda sobrecargada, se derrumben con fuerza violenta, y aún catastrófica bajo la influencia de compradores altamente ignorantes de lo que compran y de los especuladores, que están más interesados en las previsiones acerca del próximo desplazamiento de la opinión del mercado, que en una estimación razonable del futuro rendimiento de los bienes de capital.”….

“De este modo, con mercados organizados y sujetos a las influencias actuales, la estimación que hace el mercado de la eficacia marginal del capital puede sufrir fluctuaciones tan enormemente amplias que no quepa neutralizarlas lo bastante por fluctuaciones correspondientes en la tasa de interés. Además, como hemos visto antes, los movimientos consiguientes en el mercado de valores pueden deprimir la propensión a consumir precisamente cuando es más necesaria. Por tanto, en condiciones de laissez-faire, quizá sea improbable evitar las fluctuaciones amplias en la ocupación sin un cambio trascendental en la psicología de la inversión, cambio que no hay razón para esperar que ocurra. En conclusión, afirmo que el deber de ordenar el volumen actual de inversión no puede dejarse con garantías de seguridad en manos de los particulares.”

Hasta allí, una muy breve exposición de su análisis y propuesta de solución. Ahora breves párrafos sobre el debate. Así comienza la sección inmediata al párrafo anterior:

“Puede parecer que el análisis precedente está de acuerdo con el punto de vista de quienes sostienen que la sobreinversión es la característica del auge, que el único remedio posible para la siguiente depresión es el evadirla, y que, si bien, por las razones dadas antes, ésta no puede impedirse por medio de una baja tasa de interés, el auge puede evitarse por otra alta. Ciertamente tiene fuerza el argumento de que una alta tasa de interés es mucho más efectiva contra un auge que otra baja contra una depresión.

Pero inferir estas conclusiones de lo anterior llevaría a una mala interpretación de mi análisis; y a mi modo de ver, supondría un error. Porque el término sobreinversión es ambiguo. Se puede referir a las inversiones que se destinan a desanimar las previsiones que las incitaron o para las cuales no hay lugar en circunstancias de intensa desocupación; o puede indicar un estado de cosas en el que cada clase de bienes de capital sea tan abundante que no haya inversión nueva que prometa aun en condiciones de ocupación plena, ganar en el curso de su duración más que su costo de reposición. Es solamente en el último estado de cosas donde hay sobreinversión, estrictamente hablando, en el sentido de que cualquier inversión posterior será sólo un puro desperdicio de recursos:….

…’El remedio del auge no es una tasa más alta de interés, sino una más baja!, porque ésta puede hacer que perdure el llamado auge. El remedio correcto para el ciclo económico no puede encontrarse en evitar los auges y conservarlos así en semi-depresiones permanentes sino en evitar las depresiones y conservarnos de este modo en un cuasi-auge continuo.”

“El auge que está destinado a terminar en depresión se produce, en consecuencia, por la combinación de dos cosas: una tasa de interés que, con previsiones correctas, sería demasiado alta para la ocupación plena, y una situación desacertada de previsiones que, mientras dura, impide que esta tasa sea un obstáculo real. El auge es una situación tal que el exceso de optimismo triunfa sobre una tasa de interés cuya altura excesiva se comprendería si se juzga con serenidad.”